JAMAIS VU

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Mentiría por completo si dijera que estuvo concentrado en su último día de trabajo, ya qué a causa del receso el Pernoctar cerraba porque la mayoria de los clientes eran universitarios o profesores. Así que en el receso el trabajo era poco y no servía gastar energías de empleados o sus dueños. Así que todos paraban esas semanas.

Jungkook había llenado la casilla de mensajes de Seok Jin, pero ninguno había sido respondido, no quería que la ansiedad carcomiera su interior, ya que de antemano sabía que Kim tendría trabajo pendiente.

La noche se había puesto peor cuando la rubia Jaime, caía con sus amigas, algunas de ellas de las cuales asistían a DK University, y solo se habían propuesto molestar a Jungkook pidiendo tragos y bailandole alrededor.
No, no era la primera vez que lidiaba con eso, era costumbre, pero molestaba demasiado que fuera la rubia.

Llegando casi al final de su turno, Jaime seguía con sus amigas aún en el lugar esperando a ser echadas, si era necesario. La rubia veía como Jungkook acomodaba algunas cosas listo para dejar el lugar.

—Kook —decía la chica sobre la barra viendo como este ayudaba a guardar unas botellas y acomodar la cristalería.

—Jaime... —decía sin ánimos y sin mirarla.

—Tu cabello está más largo y me encanta —decía de forma coqueta—. Has cambiado mucho desde que no estás con los chicos.

«Los chicos» pensó el menor apartando unos segundos a Seok Jin de su cabeza. Mirando en dirección a Jaime, quien parecía más o menos recatada y no tan ebria, tomaba coraje y pedía:

—Salgo en media hora ¿Puedo hablar contigo? —preguntaba viendo fijo al rostro sorprendido de la chica.

Ésta se limitaba a asentir, necesitaba saber que estaban haciendo sus amigos y así tener claro por dónde comenzar a buscarlos, porque si, Jungkook estaría en su casa esas dos semanas de vacaciones que se acercaban y se había planteado que cuado no estuviera pegado a Seok Jin, intentaría hacer razonar a Nikko y Sujin.

Minutos después Jungkook había llevado a la rubia a una cafetería que abría toda la noche y muchos terminaban devorando todo al salir del bar. Para asegurarse que la rubia estuviera despierta había ordenado un café negro para ella y un té para él.

—Me siento más que halagada por tu invitación —decía moviendo sus pestañas—. A pesar de haberme ignorado toda la noche.

Jungkook forzaba una sonrisa.

—Te cité porque deseo saber sobre mis amigos ¿Tu sigues en contacto con ellos? —cuestionaba.

La chica rodaba sus ojos.

—No —decía secamente—. G-Dragon está metido en algo más grande que simples delitos menores. Ya no trabajo con él, aunque a veces nos revolcamos —decía sonriendo.

Jungkook sentía su estómago revolverse del asco.

—Por favor, ellos me bloquearon de todas las redes y necesito saber que están bien —exclamaba—. Estas dos semanas volveré a casa y quiero verlos

—¿Creés que G-Dragon te dejará acercarte? —cuestionaba riendo secamente—. Ellos están metido en asuntos turbios. Un chico universitario y correcto como tú, no debería verse con lacra como esa

—No hables así de ellos dos —pedía apretando sus dientes.

—Kook, tengo entendido que le dabas muchos dolores de cabeza a tu madre —decía divertida—. No te aconsejo que busques a Nikko y Sujin —decía encogiéndose de hombros—. Trata de seguir siendo correcto —se acercaba a la mesa para apoyar sus codos y mirar fijo al pelinegro—. ¿Has sido un buen chico o has hecho cosas sucias en esta nueva etapa?.

La sonrisa que la rubia le daba era verdaderamente perturbadora.

— Créeme que mi madre no sufre, ni sufrirá dolores de cabeza

—Oh, genial —soltaba con ironía—. Entonces... —decía posando su mano sobre la de Jungkook y acariciándolo—. ¿Quieres salir de aquí?.

Jungkook miraba la mano de la chica y su actitud desvergonzada—. Ya pague por todo, así que si...quiero salir de aquí —respondía.

Jaime sonreía, pero en unos segundos veía al pelinegro ponerse de pie y añadir—. Que tengas buen viaje, Jaime.

Y sin más salía del café dejando a la rubia completamente sola y, para ser honestos, bastante humillada.
Su Uber estaba cerca porque ya lo había pedido antes de sentarse por el café con la chica, muy en el fondo sabía que no tendría mucha suerte con ella, pero quería intentarlo de todas formas.

Al subirse, se dejaba llevar en dirección a la casa de Seok Jin, en el proceso su teléfono vibraba y al notar la pantalla veía quien había enviado un mensaje, acelerando consigo su pulso.

Jungkook suspiraba desganado, no sabía mucho sobre la familia de Seok Jin, a decir verdad, no sabía nada. Así que el último papel que tomaría sería ponerse en el cuerpo de un adolescente exigiendo explicaciones que no le correspondían.

Indicaba al Uber la vuelta al campus y la añadía al recorrido, se encargaría de estudiar para los exámenes de esa última semana, pensándolo mejor, no le venía mal un respiro de Seok Jin.
Había hablado con su familia, su madre estaba más que entusiasmada de tenerlo de nuevo aunque fuera dos semanas, realmente la universidad le consumía todo su tiempo y la mujer tampoco estaba muy feliz sabiendo que estaba trabajando.

Cuando Jungkook la informo al respecto semanas atrás, la mujer no estaba feliz, ellos le mandaban dinero, pero eso no era suficiente para sus actividades extra extra curriculares. Pero obviamente, su hijo era un adulto independiente, siempre y cuando no estuviera metido en cosas raras, algo que había prometido que no era para nada así, su madre había aceptado aquello y había dejado de insistir en que lo dejara.

Quizás tener doble responsabilidad le vendría bien, ya que el Jungkook del pasado era un tiro al aire.

En pleno almuerzo Jungkook se encontraba con su amigo, quien estaba algo depresivo por haber tenido una pelea con su novio.

—¿Creés que fui muy exagerado? —cuestionaba el peliverde.

—Salio con su ex novio...porque son buenos amigos —exclamaba Jungkook mirando a la nada—. Quedaron en buenos términos, e incluso te invito a que vayas porque su ex tambien tiene novio y querían presentarlos y pasar el rato

—Fue súper incómodo —soltaba Holland.

—¿Lo fue? —preguntaba Jungkook—. JinHo nunca pareciera dejarte de lado ¿Lo hizo?

—No —decía Holland rodando sus ojos.

—Si él hubiera ocultado que era su ex ¿Lo habrías notado por alguna actitud peculiar o indirecta que pudieran haberse llegado a decir? —cuestionaba el pelinegro.

Holland meditaba a mala gana—. No, la verdad no.

—Bien, discúlpate o quédate soltero para toda tu jodida vida —respondía jungkook.

Rápidamente y de forma agitada Chery se acercaba a la mesa junto con una sombria Jae.

—¿Escucharon los jodidos rumores? —preguntaba alterada a los dos chicos que no lograban entender su actitud.

—¿Rumores de qué? —cuestionaba Jungkook.

—Estupidos rumores —decía la castaña—. Un poco más y se pone a llorar

—¡Es mi profesor favorito! ¿Qué esperabas? —decía Chery con puchero.

Holland y Jungkook compartían una mirada cómplice, todos sabían quién era el profesor "favorito" de Chery.

—Chery ¿Qué pasó? —preguntaba Jungkook con ansiedad.

—Se fué, tiene un reemplazo —decía con puchero.

El pulso de Jungkook otra vez se aceleraba con pequeños latidos que golpeteaban seguido en su pecho.

—¿Quién se fue? Por dios, sé clara —pedía el pelinegro intentando no alborotarse.

—¡Seokj Jin! —decía Chery—. Los que lo tienen a primera hora dijeron que él no dió la clase y que se fué.

El corazón de Jungkook parecía querer abrir su pecho para salir y posiblemente explotar a causa de aquella noticia.
Holland notaba como abría sus ojos y boca, pero no lograba articular nada más.

—¿Cómo que se fue? —preguntaba Holland por su amigo—. ¿Es algo seguro? Quizás... —decía el peliverde recordando las palabras de Jungkook—...quizás tuvo una emergencia familiar y tuvo que salir antes ¿no?.

Chery negaba.

—Su reemplazo,  es una tal Kim Su-na —exclamaba Chery—. Dijeron que cambio todo y que su canción tampoco estará en los actos de fin de año.

Jungkook negaba, negaba y seguía negando con la mirada perdida.

—Tiene que haber una explicación. Él-...—se mordía el labio y fregaba su rostro evitando que sus ojos se aguaran frente a sus amigos. Holland lo miraba con atención, no sabiendo como calmarlo, excepto cambiar el tema de conversación—. Son solo rumores Chery ... Debe haber una expl-...

—¿Ya se enteraron el nuevo rumor? —JinHo llegaba a la mesa.

—¿Quién te invito? —decía Holland con enojó falso hacía su novio, pero alterado por su amigo—. Ya lo supimos, y no lo creemos. Seguramente el profesor Kim tuvo una emergencia y volverá.

JinHo negaba y Jungkook lo miraba con su mandíbula tensa.

—Dicen que lo echaron por salir con un estudiante —exclamaba en un susurro—. Se corre el rumor de que el director Do-Jin es homofóbico y no tolero que su hermano esté saliendo con un estudiante

—Debo irme —decía Jungkook con un nudo en la garganta y el pulso a mil.

—Tenemos la próxima clase con la nueva profesora —soltaba JinHo.

—JinHo, cállate —pedía Holland tomando sus cosas para ir detrás de Jungkook—. ¡Kook!.

Los tres jóvenes de la mesa quedaban en completa confusión.

El azabache iba con el móvil en mano y su vista nublada, no estaba seguro si encontraría a Seok Jin, pero lo enfrentaría, lo necesitaba. No podía pensar en no volver a verlo, seguramente tenía una verdadera razón para no asistir o por haberlo evitado.

El Uber estaba cerca y Jungkook aceleraba el paso con Holland trás él.

—Kook ¿Dónde vas? —preguntaba tironeando de su brazo.

Al girar notaba los ojos rojos y lágrimas derramadas de su amigo.

—Voy a verlo —decía secando las lágrimas con el puño de su camiseta.

—Pero te dijo que no estaba en casa —decía Holland con voz suave.

—No me importa, iré a verlo. Estoy seguro que está ahí y solo me está evitando y quiero saber si es por mi culpa perdió su empleo

—Oye, eso no debe ser así, sabes que los rumores se esparcen sin corroboración. Tú y él han sido cuidadosos

—¿Olvidas a Seon? —preguntaba con rabia—. Fue él, estoy seguro, pero me haré cargo luego de ver a Seok Jin.

Se soltaba del agarre y se apresuraba para alcanzar el auto. En el camino sus manos temblaban y sus ojos largaban lágrimas en automático, caían, las secaba y repetía.

Cuando el auto finalmente se detuvo frente al recinto de Seok Jin, su corazón ya estaba a punto de hacer un agujero en su caja torácica. Respiró hondo y con pasos seguros iba camino a la entrada.
El timbre sonaba, una vez y nada, sentía su respiración entrecortase, otra vez, unos segundos de espera y de nuevo nada. Ahora sin más comenzaba a tocar y tocar y tocar completamente fuera de sí hasta que la puerta se abrió.

Sus ojos rojos contemplaban a Seok Jin, éste estaba muy lejos de verse mejor que él. De hecho se veía demacrado, ojeroso y con ojos llorosos y rojos.

—¿Por qué? —preguntaba viéndolo fijo—. ¿Te despidieron?.

Seok Jin suspiraba—. Renuncié, Jeon —decía acercándose más a la puerta.

Parecía no tener intenciones de hacerlo pasar.

—¿Por qué me bloqueas el paso? —cuestionaba intentando mirar por encima de su hombro.

—¿Qué haces aquí?

—Me mentiste, nunca me dijiste que ibas a renunciar —exclamaba con su garganta cerrándose—. ¿Tenías pensado decírmelo, siquiera?

—Si, pero en el momento indicado —exclamaba con calma.

—¿Cuando sería eso? ¿Cuando tuviera mi clase y la nueva profesora diera la notícia de que ya no te vería más? —la voz de Jungkook iba en aumento—. ¡Me dijiste que tuviste una emergencia familiar! —decía empujando reiteradas veces al castaño.

Seok Jin había intentado no moverse ante los golpeas recibidos, pero Jungkook lo había empujado tan fuerte que lo había metido dentro, al igual que a él mismo con cada paso hacía adelante. Los ojos de Jungkook se abrían inmensamente.

—¿Dónde...? —el aire parecía faltarle junto con la forma que su pulso se volvía a acelerar—. ¿Te vas? ¿Te vas, te mudas?.

Seok Jin tragaba el nudo en su garganta y cerraba la puerta, sus cosas no estaban, ni su piano, ni su cama, ni sus muebles. Solo la cocina armada y la plataforma más alta dónde solía tener su cama, aquella que había compartido en varias ocasiones con jungkook.

—Jeon-...

—¡No me llames Jeon! —pedía ya con lágrimas en los ojos que estaba cansado de retener—. ¿Por qué te vas? ¿Por qué renunciaste? —su voz se hacía pequeñita.

El corazón de Seok Jin se partía en mil pedazos, no debía estar cerca de Jungkook o su hermano se encargaría de arruinarlo, por pura diversión y porque en el historial de éste, ya habían reportes sobre cambios de profesores por su orientación sexual. Solo que al ser el hermanastro mayor de Seok Jin y tener demasiado resentimiento contra este, la bola de su renuncia y las causas se hacían más grandes.

Seok Jin sabía que Do-Jin sería capaz de pisarle los talones para ver si seguía viendo o no al chico, se encargaría de él, lo haría, pero todo era muy reciente y necesitaba cumplir el capricho de este y mantenerse alejado de Jungkook.

—¿Es verdad que supieron lo nuestro? —cuestionaba  el pelinegro—. ¿Por mi culpa perdiste tu empleo, Hyung?.

Seok Jin no resistía más al ver que Jungkook lo necesitaba, puesto a qué él se encontraba igual, acortaba rápidamente la distancia y se fundían en un abrazo con el más jóven.

Jungkook comenzaba a sollozar tomado de su cintura fuertemente y enmarañando su ropa en sus puños.

—¿Es todo mi culpa?

—No, no lo es —exclamaba con un jodido nudo en la garganta—. Yo sabía las consecuencias —decía besando la cabeza del menor y aspirando su fragancia.

—Pero no tienes que irte —susurraba ahora cambiando su rostro para esconderlo en el cuello de Seok Jin—. No tienes que irte, Hyung. No lo hagas, por favor

—Para, te lo pido... —decía perdiendo unas lágrimas en el proceso—. Esto-...joder, no lo entenderías —apretaba su agarre.

—Podemos seguir juntos ¿Por qué tiene que irte, por qué? —la voz de Jungkook sonaba estrangulada y pequeñita.

Tan perdido, tan devastado que rompía a Seok Jin en mil pedazos.

Cómo podía tomaba el coraje de decirle aquellas palabras que no deseaba, pero que eran necesarias ahora.

—Esto tiene que terminar —decía con voz débil.

Jungkook sacaba el rostro de su cuello y lo veía con rostro bañado en lágrimas, un rostro lastimero que quería borrar, pero lamentablemente era el causante

—¿Por qué me haces esto? —preguntaba con congoja y rogando al cielo que todo fuera un jodido sueño o pesadilla. Millones de preguntas se formaban en su cabeza y recordaba la vez que había confesado su amor, pensando que quizás eso fue un detonante y Seok Jin lo estaba dejando porque jamás podría corresponderle—. ¿Que hice mal? Solo dilo.

Seok Jin sorbia sus lágrimas y tomaba el rostro de Jungkook entre sus manos—. Tu eres perfecto —exclamaba—. Solo debes mantenerte alejado de mi —soltaba con todo el dolor del mundo.

Jungkook negaba aún derramando lágrimas—. No me estás dando una razón ¿Que ocultas? Es porque dije que te amo ¿Cierto?.

Seok Jin reía, pero era una risa amarga, intentaba alejarse de Jungkook, pero este lo tomaba con fuerza—. Si me estás dejando porque crees que jamás podrías corresponder, no importa —rogaba—. Yo lo entiendo...

Seok Jin negaba y sus ojos se llenaban de lágrimas—. No es eso, en serio, esto...tienes que encargarte de tus estudios

—¿Por qué lo haces? Solo dímelo

—Por favor, Jeon —rogaba alejándose del todo—. Necesito que te vayas, por favor —Jungkook se quedaba de pie mirándolo completamente desconectado de aquellas palabras y continuaba llorando—. Ay, dios... —volvia a acortar la distancia, lo tomaba del rostro y unía sus bocas en un beso salado y desesperado.

Sus labios se acariciaban y Jungkook abría más su boca para devorar la ajena y le permitía meter su lengua, con esta Seok Jin delineaba sus finos labios y luego se adentraba a la húmeda cavidad del menor quien no tardaba en gemir ante la intromisión.

Ese beso había debilitado tanto la voluntad de Jungkook que de a poco su cuerpo era girado por Seok Jin y se encontraba caminando hacía atrás, sus ojos estaban cerrados y su boca siendo profanada por aquel beso que les robaba el oxigeno.

De repente su espalda tocaba la puerta y el cuerpo de Seok Jin hacía presión contra el suyo. El beso era intenso, se estaban hundiendo en el otro sin querer soltarse, ni siquiera por aire.

No querían, realmente no, pero debían

Seok Jin tenía que pensar con su cabeza en frío, pero la boca de Jungkook era la perdición, no soportaba más verlo destrozado y no acurrucarlo en sus brazos, no podía aguantarse todos los besos y caricias guardadas solo para el chico.

Pero por ahora tenía que alejarse, así que retrocedía dejando a Jungkook en el aire y en otra dimensión, confundido y necesitado.

—Jungkook, por favor —rogaba.

—P-podemos hacer que funcione —decía agitado el menor.

Seok Jin suspiraba ya exasperado.

—¿Le dirás a tus padres? —cuestionaba con tono duro—. ¿Eh? Les dirías que ahora te gustan los hombres o que siempre te gustaron y estás enam-.... —se mordía la lengua—. ¿Dirás qué estabas en una una relación con uno?.

Jungkook tragaba el nudo y su rostro se volvía carmesí—. Eso...yo-

—No digas nada  —reía de nuevo relajando su postura—. Nunca te obligaría a hacer algo que no sientes —decía con dulzura.

Jungkook agachaba la cabeza.

—Te lo repito chico bonito —decía Kim tirando su cabello hacía atrás—. Solo debes mantenerte alejado de mí —Jungkook seguía mirando el piso—. Y mantente alejado de los problemas.

El pelinegro tragaba el nudo en su garganta y acomodando su ropa exclamaba—. Podrías haber dicho que no estaba a tu altura y que jamás podrías llegar a amarme, pero esto que haces es horrible.

Se giraba y tomaba el pomo de la puerta para abrirla y de un fuerte portazo cerrarla. Aquello había hecho eco en toda la casa vacía y terminaba por romper al mayor.

«Maldito»

Su hermano pagaría, si que lo haría.

Estamos close to the end. 🖤♥️♥️

Amo este libro y a los que aún son fieles a él, una lástima que es el que más "historia y menos Lemon" tiene porque no le dan mucha bola y ah perdido lectores. 😓
Eso significa que su final llegará más pronto de lo planeado.

Les amu.

Con amor Niñita Nany 💜

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