LOVE MAZE PT2

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El mayor se dejaba envolver por las piernas del menor que lo atraía a su cuerpo para seguir con una sesión de besos hambrientos. Seok Jin restregaba su cuerpo y erección a la del azabache para sacarle gemidos que devoraba con más besos.


Luego de a poco se abría camino para descender por su mentón, la curvatura de su cuello dónde se tomaba su tiempo para besar con ímpetu y succionar con ganas.

Dejaría marcas y a ninguno le importaba.

Bajando por sus pectorales, su lengua iba humedeciendo la tez blanquecina de Jungkook, luego una suave lamida al botón color rosa izquierdo que sobresalía, sin reparo comenzaba a trabajar sobre el pezón erecto del menor que no cesaban de retorcerse ante los besos, mordidas y caricias del experto profesor.

Una mano ascendió hasta los labios del menor quién entendió y comenzó a lamer desenfrenado bajo los besos apasionados que Seok Jin daba por todo su torso. Cuando el profesor lo sintió completamente lubricados descendió aquellos dedos hasta la entrada del menor, ingresando el dedo corazón primero.

—¡Ah!... —Jungkook soltaba un gemido acompañado luego de un sonoro suspiro.

Seok Jin descendió con besos y mientras movía su dedo para soltar y preparar al menor, su mano envolvía su erección necesitada para distraerlo. Jungkook se iba en suspiros, luego de un par de segundos de cierta resistencia, relajaba sus músculos y permitía que Seok Jin se moviera. Ahora el falo del menor era engullido por la humedad de la cavidad de Seok Jin.

—¡Ah... Joder! —sus manos se fueron al cabello sedoso del mayor.

Este ahora se estaba comiendo sin pudor la polla del menor mientras sigilosamente añadía otro dedo más que había pasado desapercibido a causa de la buena mamada que le estaba dando.

Seok Jin estaba más que decidido en darle placer y hacerlo pasar el mejor rato debido a que ni siquiera podía darle algo más allá de aquellas cuatro paredes. Luego de dejar a Jungkook más que listo volvía a subir para devorar su boca y alinearse a la entrada del azabache.

Este lo besaba con desesperación.

—Hazlo, ya por favor —soltaba entre besos salvajes y jalones que daba empujando a Seok Jin con desesperación.

Tenía sus manos en su cintura y presionaba para que este se adentrará lo más rápido posible.

—Tranquilo, bebé —jadeaba Seok Jin.

Estaba más desesperado que el azabache por sentirse apretado dentro de él. Un empujón luego de adentrarse y atrapaba el labio semi carnoso del menor.

—Ah, Jin... —pronunciaba con dificultad.

El mayor ya estaba dentro y mirando fijo con ojos lujuriosos al menor comenzaba a mover sus caderas en círculo sin soltar el labio inferior.

Era demasiado placer, demasiado directo. Seok Jin jamás había follado sin protección, no siquiera con el hombre con el que estuvo a punto de casarse ya que eso sería luego de la boda que planeaban a futuro, pero las cosas no habían funcionado.

Con Jungkook era nueva sensación, el profesor siempre había sido tan precavido, ni siquiera perdido en el alcohol había dejado de cuidarse—aunque tampoco había estado tan ebrio en su vida como para olvidar colocarse el condón—ahora sentía al menor a la perfección.

Tan directo, tan crudo, tan apretado.

Soltaba de un tirón el labio del menor, ya que comenzaba a sentir el sabor metálico de un poco de sangre que el belfo comenzaba a desprender.

—Lo siento, lo s-sien~...joder —Seok Jin aceleraba sus movimientos ya que la presión de Jungkook en su cintura y glúteos le daba la luz verde para ser rudo.

—Muévete, lo quiero duro —rogaba el menor.

Seok Jin apoyaba sus antebrazos a los lados de la cabeza del menor para reforzarse y luego de infernales segundos de lentitud, comenzaba a embestir al menor provocando un glorioso sonido entre sus muslos y los glúteos del menor.

—¡Si, j-joder! Joder, joder —repetía el menor apretando sus dientes para no gemir de forma descarada—. ¡Ah, mierda! Me encanta

—T-tu me encantas...joder —gruñía ronco el menor pegado a su lóbulo.

El profesor era una nebulosa de puro placer, se sentía tan bien la forma en la que Jungkook lo apretaba y soportaba aquellas embestidas apasionadas y salvajes.
El menor por su lado arañaba la espalda de Seok Jin con desesperación, se aferraba cada vez más a su cuerpo con brazos y piernas como si su vida dependiera de eso.

—¡Mmm…Hyung, más, más! —rogaba entre dientes.

Seok Jin había dejado el sueño de lado hace rato, y Jungkook también, pese a que venía durmiéndose en el Uber.

—¡Ah, ah...oh, dios! —el azabache era un mar de gemidos.

El profesor paraba apenas un segundo para levantar las piernas de Jungkook y ponerlas sobre sus hombros y comenzar con sus estocadas, nuevamente.

—¡Ay, joder! —gritaba el azabache de placer.

Su punto dulce, comenzaba a ser pulsado, una y otra u otra vez. No aguantaría mucho.

—Ah, ay dios...oh, Jin —los gemidos de este parecía sollozos—. Ya no aguanto

—Un poco más —ordenaba ronco—. Mmm, bebé un poco más —ordenaba sin dejar de follarlo.

El sudor bañaba las hebras finas y sedosas del profesor, en la zona de su frente. Jungkook tenía su cuello y torso bañado en sudor, como el mayor. Era una imagen tan erótica ver cómo Jungkook disfrutaba de ser follado por aquel hombre. Seok Jin se había concentrado demasía en su rostro, las caras que hacía lleno de placer, cerrando sus ojos y relamiendo sus labios.

—Tan hermoso —susurraba jadeante—. Tan mío.

Aquellas palabras habían sido pidas por el menor quién abría sus ojos y se sonrojaba al ver la mirada libidinosa que Seok Jin tenía pintada en su perfecto rostro.

—Tuyo...ah, joder...tuyo, tuyo —repetía.

El mayor soltaba las piernas para inclinarse y atrapar aquellos labios en besos entre cortados, pero intensos y necesitados.

—Me voy... —jadeaba entre besos—, voy a correrme, ya...

—¿Eres mío? —preguntaba nuevamente el mayor.

—Solo, tuyo...

—Mio

—Tuyo, joder... —el calor se aglomeraba en el bajo vientre del menor y luego su esencia bañaba a ambos.

Rápidamente apretaba la polla del profesor a la perfección.

—Joder...joder —un par de estocadas más por parte de este y su cuerpo le avisaba que su orgasmo llegaría.

El cuerpo de Jungkook se retorcía bajo los efectos deliciosos de su orgasmo.

—Voy a salir

—¡No! termina dentro —las manos del menor apretaban con fuerza sus glúteos para que no se le ocurriera salir para acabar afuera.

Jungkook lo quería todo, un momento de ellas, quería que Seok Jin lo llenará con su esencia como jamás lo había hecho con nadie.

Él quería ser único para el mayor.

—Joder...dios, ¡Ah! —gemía el sensual profesor mientras que toda su esencia se derramaba dentro del azabache.

Este sentía un líquido caliente escurrirse entre sus glúteos y aquella sensación le encantaba, le encantaba porque era Seok Jin.

Este descansaba su frente en la del menor y luego caía derrotado en su pecho y descansaba su rostro en la curvatura del largo cuello que Jungkook poseía. Aún no había salido porque el menor no había desenroscado sus piernas, ni había aflojado el agarre en su cintura.

—Esto fue tan irresponsable —susurraba jadeante el profesor.

—Pues a mí me encantó —respondía el menor ahora acariciando aquella sudada espalda.

Unos delicioso escalofríos recorrían su anatomía a causa de aquellas dulces caricias.

—¿Me dejaras salir? —preguntaba divertido el profesor.

—Si me dejas ducharme contigo, si —respondía.

El profesor se reincorporaba para besarlo de forma lenta e intensa. Sus manos sostenía la cabeza del estudiante y este volvía a abrazarlo, de forma suave. Cerrando aquel momento con un beso suave y sin prisa.

La mañana perfecta.

Era lunes y Jungkook estaba con marcas en su cuello y un pequeño corte en su labio. Su fin de semana había estado colmado de sexo sin restricciones con el mayor.

Este, no tenía marcas a la vista, pero si en su torso y en su espalda.

—¿Que vas a decirles a las chicas cuando pregunten? Podrías haberte cubierto con mi maquillaje —soltaba el peliverde que caminaba a su lado camino a la universidad.

—No tengo porque responder a sus preguntas —soltaba relajado y sonriente.

—Si, claro. Chery estará insoportable y Jae se comerá sus uñas por saber quién demonios está contigo.

El azabache suspiraba—. ¿Solo es momentáneo, cierto? —el peliverde lo miraba confundido—. Jae. ¿Es temporal su atracción hacia mí, no?.

El peliverde hacía una nueva rara que desencajaba de su bonito rostro.

—No lo sé —se encogía de hombros—. Podrías hablar con ella, ver qué siente. Y según eso, aclaras la situación — aconsejaba.

El azabache asentía.

Holland volvía a observarlo y cuestionaba—. Son unos animales, te envidio

—¡Hasta que lo dijiste! —soltaba Jungkook divertido.

—¿Cuando lo negué?

—No me hablas mucho al respecto

—No quiero incomodarte. Pero si me lo permites... —decía suavizando su voz y susurrando—, muero por saber que tan grande la tiene.

Jungkook golpeaba su hombro enseriando sus rasgos, por un par de segundos.

—Eres un per~... —su teléfono sonaba.

Estaban a un par de metros de la entrada de la universidad, verificaba a la pantalla y Kai lo estaba llamando.

—Entra, voy a atender esto —ordenaba.

—Oh, luego insistiré con la pregunta —se alejaba para no recibir otro golpe e ir directo a la entrada, pero antes añadía señalando al azabache—. ¡Nos vemos en el almuerzo!.

El susodicho reía negando por lo descarado que este era. Luego atendía camino a la puerta de forma lenta.

—¡Kai Hyung!

—Hermanito, tengo noticias

—También yo —agregaba más desganado.

Estoy al tanto de G-dragon —exclamaba—. Me llegaron sus advertencias

—A mi igual —respondía deteniéndose en la puerta del prominente edificio.

Por eso te quiero fuera

—No, son mis amigos. Puedo convencerlos

Jungkook —suspiraba su amigo al otro lado de la línea—. Tengo gente que puedo ayudarlos y persuadirlos de buena manera

—También puedo hacerlo. Son mis hermanos

Son diferentes ahora —cuestionaba—. Y estoy seguro de que no quieren ponerte en la posición de estar enfrentado a G-dragon por lo que se negaran rotundamente a recibir ayudar

—No quiero hacerme a un lado, Kai —soltaba en suspiro—. No quise molestarlos por mensaje, planeo reunirme con ellos.

El mayor volvía a suspirar—. Haremos una reunión, nosotros y ellos —Jungkook asentía como si Kai pudiera verlo—. Te voy a enviar la información sobre el centro que tengo pensado para ellos, no quiero robarte más tiempo. Por favor no hagas nada sin mi

—Esperaré por tu mensaje y no puedo prometerte mucho

Jungkookie

—Estamos hablando, Kai Hyung. Cuídate.

La llamada era finalizada, no pretendía quedarse afuera de la intervención a sus amigos. Quería ayudarlos y quería sacarlos de ahí, no quería abandonarlos. Necesitaban saber que había mucho más allá de aquella pandilla mal viviente y ellos podían ser mucho más, también.

Sus horas antes del almuerzo habían pasado con algo de lentitud, ya era lunes y estaba hasta la coronilla de proyectos. Su estómago le estaba demandado almorzar de una jodida vez.

Caminando por los pasillos de la inmensa universidad DK, veía a gente que le soltaba un "Hola" de la mismísima nada y suponía que lo habían visto en el Pernoctar trabajando. Pero Jungkook no era muy bueno prestando atención, así que amablemente devolvía el saludo. Finalmente llegaba a la mesa de sus amigos, los ojos de Chery lo observaban curiosos. Sentía el calor acumularse en sus mejillas.

«Quizás si hubiera sido bueno cubrirme»

—Gente —saludaba mientras dejaba la bandeja con comida y la mochila a un lado.

—¿Quien es ella? —cuestionaba sin siquiera saludar.

La sonrisa pícara en el rostro de la chica no se tardaba en aparecer.

—Chery —decía la castaña sin mirarlo—. Si Jungkook no dijo hasta ahora quien es la tipa, no lo va a decir. Ya deja de incomodarlo

—¡Pero es que sale con un vampiro! —soltaba divertida.

Justo Seok Jin hacía acto de presencia, pretendiendo no oír, ya que venía hablando con alguien importante a su lado.

—¡Chery! —reprendía el peliverde.

—La familia se ha unido —susurraba la chica de voz chillona.

Jungkook volvía a mirar en dirección a los dos hombres que se acercaban a decir quién sabe que a la mesa de profesores.

—¿A qué te refieres con que la familia se ha unido? —preguntaba volteando nuevamente a ver a sus compañeros.

Chery bebía de su jugo y tranquilamente respondía a su pregunta—. El nuevo director es su hermano o medio hermano.

Jungkook abría sus ojos en demasía compartiendo una mirada sorpresiva y cómplice con el peliverde.

—¿Estás segura de ese chisme? —cuestionaba intentando parecer relajado.

Chery asentía—. Unos compañeros de mi clase de los jueves lo había contado. La mitad de la secundaria lo sabe y la otra no

—Ya son parte de la mitad que si —añadía con sarcasmo la castaña.

Ahora la actitud esquiva de Seok Jin tenía sentido, aun así, muchos profesores tenían algún que otro romance con alumnos. La escuela no tenía historial de ser homofóbica ¿Quizás su hermano lo era? o solo era la actitud del mayor que no quería dar a conocer ese aspecto de él otra vez.

Demasiadas preguntas que solo Seok Jin podría responder. Luego aprovecharía el tener su número para hacerle un par de preguntas. Si lograban comunicarse entendería mejor porque Seok Jin era tan malditamente precavido y perseguido.

Aparte ser hermano del director era información vital para él.

«Debió habermelo dicho. Soy su...su»

Los pensamientos del menor comenzaban a apagarse ¿que mierda era él para Seok Jin?. ¿Una follada segura? ¿Un amigo con beneficios? ¿Su posible y futura pareja?.

Mierda, el menor tenía tanto en la cabeza que ahora, encaprichado hasta la médula deseaba saber que era él para Seok Jin. Merecía una explicación y deseaba una, si, no habían follado tantas veces esto recién estaba empezando, pero necesitaba un especie de título o subtítulo.
Deseaba la honestidad del mayor porque después de aquel fin de semana en el que habían sido más íntimos entre si, Jungkook deseaba saber más, quería saber que lugar ocupaba u ocuparía en la vida del mayor.

Porque Seok Jin para él, se estaba convirtiendo en todo.

Tarde pero seguro.

2/2💕💕💕💕💕

Que Lemon, Tete .

Les amuuu

Con amor Niñita Nany 💜

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