q u i n c e

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Lo peor de una tormenta no es el momento en el que se da a cabo como muchos creen, son los momentos siguientes al suceso porque entonces te das cuenta de los destrozos que ha dejado y da paso al dolor, a la realización de que todo se ha jodido.

Wooyoung supo desde antes que todo estaba jodido, lo supo en el instante en que su corazón comenzó a dar un salto de alegría cuando aparecía aquel joven en la panadería. Lo supo cuando se dio cuenta que se la pasaba más tiempo mensajeándose con un chico de cabellos extravagantes y sonrisa coqueta que hablando de su día con su novio sentados en el sofá de su sala.

Pero una cosa era saber y otra muy distinta era vivirlo, y Wooyoung de verdad lo estaba viviendo.

Había ido a trabajar sin ánimos, realmente no tenía ganas de siquiera poner un pie fuera de su hogar pero no podía darse el lujo de no ir a pesar de que se sintiera de la mierda y el corazón le pesara. Deberían aprovar una ley donde les permitiese no asistir a sus trabajos y clases cuando estuviesen hechos mierda emocionalmente.

Lástima que aún no se le daba suficiente importancia a la salud emocional como se le daba a la física.

Toda la tarde se la pasó atendiendo con menos ánimo que de costumbre, no era su intención claro que no. Él en serio intentaba parecer alegre y dar una sonrisa a sus clientes pero una alma abatida era difícil de esconder en especial a aquellos que se detenían a observar un poco más la sonrisa decaída del azabache que ni siquiera le llegaba a los ojos.

Dieron las 5 cuando la principal causa de su problema apareció haciendo tintinear la campana del local dándole la bienvenida.

— Oh, bienvenido Changbin —saludó Yeosang quien barría el local vacío de momento.

— Hola —sonrió el muchacho— ¿Qué tal el día?

— No me quejo, fue tranquilo en comparación a otros días.

— Al menos tuvieron su momento para respirar —bromeó para luego posar su mirada en el azabache que ya hacía cohibido detrás del mostrador, se acercó a él con una ligera sonrisa notando lo rígido que estaba el otro chico— Hola extraño.

— Hola Bin... —no pudo ocultar sus nervios, hoy más nunca deseo que por ésta vez aquel chico no hubiese aparecido en la tienda.

— No te noto muy feliz de verme hoy —comentó sin abandonar su sonrisa.

— No, yo...bueno...solo he estado cansado es todo.

Claro que el muchacho no se trago el cuento, no tenía ni un año de conocer al azabache pero ya podía decir con certeza cuando éste estaba mintiendo u ocultando algo. Sin embargo tampoco quería precionarlo, sabía que Wooyoung le ocultaba muchas cosas ya que éste siempre intentaba ser cuidadoso con su vida personal pero él tenía toda la paciencia del mundo para esperar a que hablase por su cuenta.

— Entiendo —asintió dejando el tema de lado— Igual solo pasaba a saludar y por un par de esas deliciosas magdalenas. No tengo desayuno para mañana y tampoco muchas ganas de hacerme uno sinceramente. —soltó un ligera risa que el contrario intento imitar pero salió más como un suspiro.

— Si, claro. Ahorita te las empaco.

El silencio reinó entre ellos siendo el sonido de la escoba lo único que se escuchaba. Había una ligera tensión en el ambiente que ninguno de los presentes podía ignorar, ni siquiera Yeosang se sentía a gusto en ese momento principalmente porque sabía un poco el transfondo lo que pasaba y muy dentro suyo tenía ganas de pegarle un zape a su amigo por todo ese embrollo.

— Woo —llamó el chico— ¿Tienes planes para después de tu turno?, tenemos díaa de no salir a comer a algún lado.

El azabache se petrificó en su sitio, metiendo las magdalenas en una bolsa de papel. Su corazón se aceleró y comenzó a golpetear su pecho sin un ritmo aparente.

Levantó la vista encontrándose con los ojos de su amigo que le miraba sorprendido y expectante, incljso había dejaso de barrer para clavar sus ojos en el contrario. Tragó saliva entonces más nervioso de lo que estaba hace un momento y trató de despabilarse.

— Yo- si, en la noche tengo un compromiso —terminó de empacar el pan y se volvió a dirigir a la caja registradora para cobrar el pedido— Lo siento.

— Mmm, ¿y si vamos al menos por un café antes de tu compromiso? —insistió notándose firme ante su decisión de salir aunque fuese un momento con el azabache.

— Yo es que, la verdad no sé si pueda hoy Binnie —suspiró sacando la factura— Serían 1.50.

El chico se acercó más a la caja apoyando ahí su billetera para sacar el dinero, pero no parecía querer rendirse con el tema y Wooyoung lo sabía.

— Escucha, mi turno acaba en 1 hora. Cuando acabe podemos tomar un café aquí, sólo por un momento —le recalcó— A las 7 me voy, ni una hora más ni una hora menos.

Sintió como su estómago se hizo un revoltijo cuando la sonrisa de aquel muchacho se ensanchó, asintiendo gustoso a la pobre propuesta del contrario y entregando el dinero que le correspondía.

— Me parece —dice satisfecho— Para mi es tiempo suficiente. De momento saldré un rato y regreso antes de que se termine tu turno, lo prometo —caminó hacia la salida y empujó la puerta haciendo sonar nuevamente la campana— No me tardo.

Dicho eso se fue dejando a los dos empleados en un nuevo silencio quizás más tenso que el anterior y con un nudo en la garganta al de cabellos carbón.

Yeosang no esperó un momento más y se acercó a zancadas a su amigo para darle el ansiado zape en la frente haciendo que éste se quejara de dolor y frunciera el ceño mirando al contrario ofendido pero a Yeosang no podría improtarle menos.

— ¿Qué crees que estás haciendo pedazo de idiota? —dejó reposar la escoba que había mantenido como excusa cerca suyo ya que no le quedaba nada que barrer pero tampoco se había atrevido a dejar solos a ese par— Creí que te ibas a ver con San después de tu turno y encima le dices que si a él —recalcó su última palabra poniéndo énfasis en su tono.

— No me iba a dejar ir sin que le dijera que sí, es más terco que una mula —se defendió— Además...creo que ya es tiempo también de hablar con él.

— Eres más imbécil de lo que creí —se llevó una mano al punte de su naríz pellizcando esa área tratando de tener paciencia y no gritarle en la cara al chico— Puedes hablar con él mañana, no hace falta que sea justo hoy. Creo que es más importante hablar las cosas primero con tu novio y aclarar todo antes que con él.

Wooyoung suspiró cansado y derrotado. Él realmente no era tonto, aunque lo pareciese, pero siempre tuvo problemas con lo emocional. Su inteligencia emocional no era muy alta por lo que siempre le aterraron los sentimientos, si sentía enojo no sabía como manejarlo ni canalizarlo, si estaba triste le abrumaba la sensación que éste sentimiento tan ahogado provocaba y si estaba feliz se sentía explotar y no sabía como expresarlo ya fuese en palabras o acciones.

Se había acostumbrado a la paz que San le deba y a la forma en que éste pareciese entenderlo incluso si el azabache era un desastre para expresarse. Con San siempre fue fácil saber manejar sus sentimientos o al menos sentía a alguien que parecía entender.

Pero una vez aquel chico, un poco más pequeño que él en estatura, entró a su vida todo se puso cabeza abajo y volvió a perderse en el mar de sensaciones y sentimientos. Le costó meses entender que algún sentimiento inusual había florecido por aquel chico pero no tenía un nombre para ello y eso le comenzó a comer la cabeza de a poco, inconcientemente apartando al castaño y encerrándose en una burbuja que parecía asfixiarle.

Aún en ese preciso momento no tenía nombre para ese sentimiento y temía ponerle uno porque temía las consecuencias que llevarían a cabo.

— Tienes razón —dijo después de unos minutos— Pero al menos debo advertirle que algo cambiará, ¿no?

— Bueno, no lo sé —admitió siendo tomado en curva por las palabras del castaño— ¿Es necesario decirle que mañana o algún día próximo vas a hablar con él?, ¿por qué no esperar a que suceda lo que tenga que suceder con San hoy y ver cúal será la respuesta que le darás?

— El problema es que no sé que pasará hoy en la noche —observó el reloj notando que habían pasado 15 minutos desde que se había ido el chico— Y prefiero advertirle que algo pasa antes de crear nuevos malos entendidos.

¿Y cómo discutir contra ello?

Yeosang solo se quedó callado, aún no entendía del todo las razones de su amigo, seguía creyendo que parte de él había aceptado por tener cierta debilidad hacia Changbin donde no podría decirle un no tan fácil. Pero viéndolo desde el punto de vista que el azabache le ofreció quizás tenía razón, debía al menos advertir que algo sucedía antes de que se empeorase.

Después de todo, Changbin sin querer y sin siquiera saberlo se había convertido en la razón de uno de los problemas.

× ☂️ ×









Finjamos como que no han pasado como 3 meses desde mi última actualización, ¿ok? ok

Bueno, no hay mucho que decir más que pedir perdón por mi retraso en publicar y creo que los tengo hasta la corilla con las disculpas. No he estado con mucha inspiración para continuar con ésta historia ni con la otra que a penas he comenzado, 1 asco.

Igualmente gracias por su paciencia a mi persona, espero que les haya gustado este capítulo aunque siento que quedó re meh.

Solo tenía una duda, ¿les importa si hago los capítulos más largos o prefieren que sean cortos como lo han sido hasta ahora?.

Y eso sería todo, espero les haya gustado el capítulo y gracias enormemente por su paciencia.

Besos en el siempre sucio.

Nos vemos en el próximo capítulo 🌠

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