Capítulo 22: Un (a)normal evento de Halloween.

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Observó claramente su alrededor y vagó su vista de lado a lado, dándose cuenta de cómo se encontraba justo frente a la gran entrada de la institución que lo instruía. Bonnie arqueó una ceja con duda, pero sin meditarlo mucho se atrevió a avanzar el paso, encontrándose con que ya había varios estudiantes vagando por los pasillos.

Él mantenía su mirada fija mientras notaba como los salones mantenían las puertas abiertas, pero nadie se encontraba entrando, mejor dicho, los estudiantes solo se dedicaba a caminar en dirección opuesta a él, ignorando complemente su presencia. Aunque todo aquello estuviese resultando extremadamente extraño, al llevar su vista hacia el frente del pasillo notó como a extenso de éste se hallaban las grandes puertas del auditorio totalmente visibles.

Esto inquietó un tanto a nuestro querido peli-morado, ya que, según recordaba, el auditorio no estaba guiado hacia esa dirección, no se encontrar derecho después de ingresar por la entrada. Para su perplejidad ahora solo asimilaba que justo a varios metros se localizaban aquellas ya reconocibles y grandes puertas.

Notó que los chicos al rededor ni siquiera le prestaban atención, parecían ser una especie de zombies los cuales solo mantenían el paso a ritmo. Bonnie no se preocupaba por procurar visualizar de mejor manera el rostro de cada alumno que le pasaba de largo y, no simplemente porque le fuese irrelevante, sino también, porque no era capaz de visualizar con exactitud como era el rostro de cada uno...

Avanzó de forma cautelosa por algún motivo, llevando sus manos a su pecho y ligeramente encorvado, como si tratara de cubrirse de algo, intentaba pasar inadvertido pero ¿de qué? Nadie le estaba prestando atención, entonces... ¿Porque se sentía tan inseguro?

A pesar de haber caminado una cantidad considerable de pasos, Bonnie ya comenzaba a percibir que la puerta no se hacía más cercana, todo lo contrario, solo se alejaban más y más de él. Hubo un punto en donde sintió que caminar tan lento y con precaución era una total pérdida de tiempo, por lo que prefirió aumentar el paso, pero aun así, no lograba llegar hasta la gran entrada. Respiró de forma profunda una vez se detuvo a recobrar el aire, y arrugando el entrecejo, sintiendo un pequeño impulso apoderase inadvertidamente de su ser, comenzó a correr.

Lo hizo con todas las ganas que tenia de llegar, no entendía porque nadie volteaba a observarlo actuando de aquella extraña manera, no entendía porque el camino solo se hacía cada vez más largo, y sobre todo, no entendía porque sentía esa opresión e impaciencia apoderarse de él completamente de pronto. Ese se sentimiento solo lo había experimentado un par de veces entre sueños, pero ahora no veía la razón por la cual...

Apenas fue consciente de su propio pensamiento se detuvo al instante. Ya para cuando fijó su vista nuevamente al frente vio que solo le seguían los pasillos que comúnmente se hallaban después de la entrada. Tragó grueso cuando instintivamente llevó sus manos a su rostro y, como lo había temido, no traía sus anteojos.

Sus orbes rubíes se hallaban vislúmbrate, podría ser observado por cualquiera pero nadie le parecía prestar atención a aquel detalle. Al voltear la vista notó como ahora el pasillo tenia los adornos correspondientes al evento especial de la preparatoria. Parpadeó un par de veces y se apreció a sí mismo, pues no llevaba puesto su disfraz correspondiente y, cuando observó a los demás alumnos si presenció que ellos llevaban sus respectivos disfraces, con la excepción de que apenas si los percibía, no podía dar una respuesta certera de quiénes eran los que llevaba el disfraz, ni tampoco de qué iba disfrazados, pero sabía que ellos si lo estaban.

«¿Eso significa... Que estoy soñando?»

No pudo evitar preguntarse eso. Si todo estaba sucediendo de aquella manera se le hacía loco que por primera vez fuese consciente de estar dormido, esa era, la única respuesta que tenía a todo el caos extraño que notaba en la HS. Pero, lastimosamente para él, todavía quedaba que simplemente estuviese teniendo las repercusiones de lo que según los gemelos dijeron seria uno de los “días más interesante de su vida”

Ahora cuestionaba su propia realidad, y sí, esa sola idea lo alteraba de tal manera al pensar en que ese podría ser un síntoma sin duda de su demencia no certificada ¡Aun teniendo un poder! ¡Aun siendo de algún origen mágico! No podía excusarse si en realidad todo estaba pasando y él justo ahora estaba actuando como un demente ante la vista de todos. Tal vez alucinaba o se lo imaginada pero, no sabía si en realidad lo era o no, solo se martillaba con ese “Tal vez...”

Vio como a la distancia varias personas parecían querer amontonarse por lo que había dentro de uno de los salones, sea lo que fuese, era realmente atrayente, llegaban cada vez más a ver cómo podía por la puerta. Bonnie con duda se acerca, y al estar a poco del gentío éstos se hicieron a un lado dándole el paso para que observara. Eso lo inquietó un poco, pero decidió ignorar aquel sentir, y como si lo estuviesen llamando se posicionó junto en el umbral de la puerta. Abriendo sus orbes rubíes despampanantes y quedando hipnotizado al observar lo que todos parecían haber estado mirando.

Aquel salón, por alguna razón no tenía techo, en cambio, parecía estar al aire libre mientras la luz de la gran luna y los destellos de las estrellas eran lo que iluminada el peculiar café que aquel salón había preparado. Estaban varias mesas y en ellas se encontraban varias personas pasando el rato, pero en sí, aquello no era lo interesante, sino que al lado de las personas —a las cuales Bonnie seguía sin poder darle un rostro especifico—, se encontraba un ente oscuro, asemejándose a la apariencia de aquellos dibujos que simulaban a un fantasma de antaño. Eran cinco mesas, en cada una de ellas estaba una persona, y a su lado, este peculiar ser.

Bonnie ladeó la cabeza con ligereza, y entrecerró los ojos, intentando darle una propia explicación a aquello. Se sentía intranquilo por alguna razón, percibía un sabor amargo observando la escena carente de sentido. Aun concentrando su vista no observaba nada más inusual que lo que veía, hasta que al cerrar sus párpados para volver a abrirlos notó que había un extraño lazo que unía ahora al ente con aquella persona al lado.

—¿P-por qué tienen un hilo así? —preguntó entre sus propios balbuceos, sin saber todavía por qué se notaba más incertidumbre al mirarlo. Esas personas tenían un hilo rojo que parecía unirlos al ser, pero no era común, no era lo que ocasionalmente había visto. Estaba presenciando algo completamente diferente y sin dudas para ese momento no supo porque lo sintió tan aterrador—. ¿Qué rayos...?

A pesar de que querer retroceder y desviar la vista, no sentía que su cuerpo quisiera hacerle caso de alguna manera, todo lo contrario, había una extraña fuerza que se mantenía en que siguiera con la mirada fija en la escena. Le resultaba sumamente incomodo observar aquel lazo entre ellos, aquello que los unía de una angustiosa manera a su vista, no podría decir motivo porque no lo sabía, pero aquella sensación no le gustaba, para nada.

«No quiero seguir viendo... ¿por qué no me puedo mover?»

Ese pensamiento quedó sumido en él, no era como si lo que observara fuese algo realmente malo, ni siquiera lo consideraría algo a lo que tenerle miedo, pero simplemente le aterraba cada parte de si mismo notarlo, era perturbador. Esa sensación nunca la había tenido antes. ¿Por qué se sentía de esa manera? ¿Por qué odiaba tanto ver la forma en cómo estaban unidos aquellos? ¿Por qué tenían que seguir viendo?

Cerró los ojos, sintiendo que ese era su única forma de escape de aquel extraño suceso ante sus ojos, no se sentía mejor, pero para algo habría de servirle el ahora intentar mantener una completa clama, tranquilizar aquella inquietud. Sintió que lo estaba logrando pero el solo acto de un susurro diciéndole «Te encontré» cerca de su oído lo hizo exaltarse de tal manera que abrió sus ojos de forma desmesurada. Por más extraño que parezca no volteó admirar de quién se trataba.

—Sabes, fue mucho más fácil ahora. Resultas ser extrañamente llamativo —escuchaba aquella voz serena y calmada llegar hasta sus tímpanos. Era perfectamente reconocible aquel tono que el chico tenia, pero nunca se habría imaginado aquel tipo de acercamiento que además de extraño, fácilmente se podría considerar... ¿Tácito?—. ¿Puedo pedirte un favor?

—Bon... ¿Qué mierda haces? —preguntó por fin, sintiendo como regresaba a sí mismo, pero aun así no se atrevía a voltear a mirarlo, solo lo escuchaba tras él de forma cercana. El menor resopló en su oído provocando que se erizara en su sitio sintiendo una descarga recorrerlo ¡¿Pero qué carajos!?—. Aléjate... No me gusta eso.

—Ujm, lo haría si me devuelves la mirada... ¿Entonces si puedo pedirte un favor? —Habló bajando su tono pero Bonnie sentía como parecía ir acercándose inminentemente hacia él.

Definitivamente estaba dormido, o aun peor ¡Alucinando con una horrenda pesadilla! Ni en su más loca imaginación el menor actuaría de forma tan desvergonzada con algún tipo de acercamiento a él que no comprendía.

Finalmente logró tomar valor de voltear ligeramente el rostro, y como si fuese un calmante para la inquietud que había estado sintiendo, rápidamente su vista se topó con aquellas deslumbrantes esmeraldas, que sin dudas, parecían radiantes a cada tono. Bon seguía manteniendo su piel grisácea, pero el tono de su cabello y ojos era lo más llamativo y tranquilizador a su vista, se sintió como un sedante inmediato.

Los latidos de su corazón avanzaron sin medida alguna al notar como el más alto acercaba cada vez su rostro más a él, sugerente, con una pequeña sonrisa inocente mientras le miraba de forma enérgica y a la vez coqueta, sin comprender todo lo excesivo que le estaba causando por dentro.

—Aléjate... —volvió a decir, entre dientes, viendo como hacía caso omiso y aun mantenía su acercamiento. Bonnie tragó con dificultad al sentir como los rizos celestinos del contrario rozaban su frente, no podría asegurarlo, pero aun sin verse sabía que estaba con los colores subidos a la cara. No comprendía aquello, ni su actitud al no poner resistencia al acercamiento, lo dejaba más que perplejo...—. ¿P-por qué estás tan raro?

El de hebras violetas escuchó la leve y contagiosa risa que soltó el menor apenas concluyó aquella oración, lo vio arquear una de sus gruesas cejas antes de ahora posar su frente con la de él, en un ambiente cálido que sin dudas desataron todos los sentidos del mayor en una sola fracción de segundo. Su distancia entre rostros era sumamente escasa, estaban a tan solo unos pocos centímetros de lo que él considera un acto sin precedentes.

¿¡Por qué no se alejaba!? ¡Estaban demasiado cerca! Pero aun así se quedaba como idiota, hecho piedra en su posición sin retroceder, o apartar rápido al menor, sentía que no podía hacer nada. Esas esmeraldas jugaban a fuego con sus sentidos, se sentía en un trance hipnótico con el solo hecho de mirarlo a los ojos. Su respiración se volvió agitada en lo que su pecho intentaba calmar su movimiento.

—¿Puedo pedirte un favor? —volvió a preguntar el menor observándolo fijamente sin borrar su expresión. ¿Por qué se lo seguía preguntando? La frente de Bon sobre la suya se sentía cálida, asintió ligeramente como si su cuerpo actuase por sí solo. Lo vio asentir a él también, gustoso—. Por favor, en Halloween mantente cerca de mí ¿sí? Prometo que no pasará nada malo.

Esa extraña petición lo sacó de sus sentidos, no concebía que se refiriera con aquello, pero aun así esas palabras le resultaron de cierta manera aliviadoras. Sus parpados se sintieron pesados una vez volvió a asentir ante lo que pidió, lentamente sintió una de las manos del contrario posarse en su mejilla, mientras él sonreía con alegría. Cada vez lo sentía más y más cerca... ¿Que estaba a punto de pasar?

La alarma de su habitación sonaba repetidas veces en lo que de pronto abrió sus párpados de sobre manera al darse cuenta de que se hallaba a oscuras en lo que parecía ser su cuarto. Se levantó de golpe, enderezándose en su sitio y tomando asiento en los que apretaba fuertemente las sabanas entre sus manos. Esta era la realidad ¿verdad?

El recuerdo vivido de lo que había soñado se mantenía presente en su mente, sintiendo como se escandalizaba cada vez con las últimas imágenes que se le venían a la cabeza. Su pecho se aceleró a un punto sin precedentes, su cara ya se sentía complemente caliente. Se suponía que la mayoría de los sueños se olvidaban apenas despertaban ¡Quería que todo se borrara ya!

—¿Que fue eso...?

Volvió a lavar su rostro mientras se echaba una última mirada en el espejo del baño. Tomó una toalla y secó sus manos junto a su cara dejándola luego en su respectivo lugar antes de agarrar una liga y amarrar su lacia cabellera para finalizar todo aquello con sus lentes carentes de trasluz. Respiró profundamente antes de darse una última mirada en la reflejadora superficie, sintiendo que con el extenso proceso solo estaba retrasando su inevitable salida.

—Bonnie, ¿ya estás listo? —llamó su madre desde abajo. En vez de limitarse a decir algo desde allí, el peli-mora salió y al bajar las escaleras notó como su progenitora lo veía con una sonrisa genuina en el rostro—. ¿Tienes todo?

—Sí... —Fue lo que dijo una vez se acercó a uno de los sillones en donde ya tenía su respectivo bolso, uno más grande de costumbre. Lo colocó sobre su espalda antes de ver a la peli-morada mayor asentir.

—Entonces... Supongo que si podemos ir ¿verdad? —preguntó ésta con incertidumbre. A veces parecía una niña con sus cuestiones. Él volvió a asentir provocando que le mirase aun más contenta—. ¡Pues vale! Seguro en la tarde nos aparecemos un rato.

—Pensé que estarían demasiados ocupados —comentó sin darle muchas vueltas... Bueno, al menos pensaba que su madre sí estaría demasiado ocupada siendo que era una enfermera de tiempo completo en el hospital central de la ciudad.

—Si hay oportunidades de ir, no me lo voy a perder.

De hecho, en un inicio no planeaba decirles que tanto los padres como cualquier otro invitado que no estuviese relacionado con los estudiantes de la HS podían asistir. Después de todo, era para recaudar fondos a final de cuentas. Además, su mamá se encontró con un panfleto que decía las características exactas del evento que él tenía que repartir, por lo que lo cuestionó al respecto, y no faltaron los reclamos por no avisarle antes.

—Sabes, hoy es domingo... ¿Quien trabaja en domingo? —Habla y siente la fuerte mirada del más bajo sobre ella, aun a través del cristal—. Me miras como si me la pasara todo el día en el trabajo.

—Mamá...

—Lo dices como nunca hubiera aparecido en uno de tus eventos —reprocha ahora cruzada de brazos.

—Es que no ibas...

—¿Como rayos piensas que voy a ir si tú nunca te aprecias por allí? Los profesores siempre me repicaban lo mucho que te incomodaban esos, no me vengas a hacer la mala —expresa jalándole de la oreja ahora para que se callara, lo vio quejarse de esto pero a la distancia escuchó también la peculiar risa de su acompañante de vida—. Harold, ¿te burlas de mí?

El nombrado salió de la cocina y con una pequeña sonrisa, se posó al lado de la peli-morada viendo como reprendía al menor, a su forma.

—Tal vez no quiere que vayas porque lo avergonzaras —explica y allí sintió la filosa mirada de su mujer sobre él pero no cambió su porte tranquilo.

—¿Insinúas que le doy pena? —ve como el contrario albino arquea una de sus cejas.

—Yo no dije eso —aclara, alzando los hombros, viendo de reojo la mirada de reproche de ella que seguía sosteniendo la oreja de Bonnie que no hacía más que mantener queja de aquello—. Kara, no exageres. Te emociones mucho por las cosas. Bonnie no va a poder estar contigo en el evento ¿Eres consciente de eso?

Al expresarlo ve como la peli-morada de rizos suspira y suelta al menor antes de asentir. Ella lo tenía claro, sabía a qué atenerse, pero no culpaba al contrario por pensar que sería molesta o incluso inoportuna.

—Si soy consciente, no tienes que decirlo —indica, mientras observa como su retoño andaba quejándose entre murmullos como normalmente lo hacía y luego vuelve a mirar al albino—. Sabes, es la primera vez que Bonnie va a participar en un evento luego de años, tengo derecho a emocionarme. Es lindo que se esté adaptando.

La sonrisa que posó era verdadera y cálida. El peli-morado menor asintió a lo dicho sin darle tanta notabilidad, la última vez que fue a un evento había sido en la escuela primaria... Las cosas no terminaron nada bien en aquel entonces, pero no fue solo por culpa de sus ojos, así que no estaba seguro de a que corresponder ahora con todo lo que se suponía que “pasaría” ahora.

—Vete con suerte, conejito —al concluir le da un pequeño beso en la frente en señal de despedida para después dirigirse hacia las escaleras.

Ambos varones se quedan solos en la sala y Bonnie voltea a ver al mayor y, aunque le pareció inusualmente peculiar, traía una pequeña sonrisa tras mirarlo. Éste simplemente despeina su cabello como normalmente lo hace a señal de saludo y siguió a la contraria por las escaleras.

Bonnie soltó un pesado suspiro antes de reafirmar el agarre de su gran mochila y salir por fin de la casa. Respirando profundamente diciéndose así mismo que nada podía salir mal, que contaba con la suerte de lado últimamente, así que mejor pensar positivamente puesto que era un pesimista de mierda.

Bon contaba los segundos que creía que pasaban en su cabeza como método anti-estrés, esto, debido a todo lo que se encargó de organizar con el comité para lo del evento especula de la preparatoria por aquella fecha. Tenía que mantener la calma desde que salía de casa ya que todavía le faltaban muchas tareas que supervisar acerca de los puestos. Pasó el cierre de su bolso y lo colocó tras su espalda mientras ya contaba con que todo está listo.

Apenas bajó las escaleras se encontró con su progenitor holgazaneando muy cómodamente como haría cualquier domingo. Traía una soda en mano que seguramente en la tarde cambiaría por una lata de cerveza mientras observaba muy centrado la tele cambiando a cada momento de canal.

—Bien, papá, el almuerzo está en la cocina, yo ya llevo mi comida —expresa una vez se encuentra en el comienzo de su puerta dispuesto a cerrarla tras él. Bon mira por breves segundos al de cabellera ligeramente más verdosa que la propia y lo escucha exhalar con fuerza mientras asiente—. Puedes pedir una pizza o algo para la cena si luego te da más hambre o...

—Qué demonios, Bon, hasta pareciera que el padre de la relación eres tú y no yo —resuena la roca voz del de orbes rojizos que mira con las cejas fruncidas al contrario—. Ya, deja de preocuparte tanto que yo vivía solo antes de que tú nacieras, por si no lo sabías.

El menor suelta un pesado suspiro antes de asentir. No es como si no supiera que su padre era autosuficiente, pero él también lo era y ya estaba acostumbrado a informarle ese tipo de cosas. Ladeó la cabeza antes de mirar al mayor cuestionando el que todavía siguiese parado en la puerta.

—¿Seguro no quieres presentarte hoy en el evento? —Pregunta, mientras aprieta los labios y entrecierra los ojos esperando una clara señal—. Van a haber muchos puestos interesantes y sé que...

—No. A mí no me van esas cosas, deja de insistir —le corta de una buena vez notando como el menor mantenía la boca cerrada inmediatamente al escucharlo, diciendo un leve «Si, ya sé» No le había costado nada mantener esperanzas hasta el momento—. Todos esos pubertones van a estar con sus disfraces, esas multitudes ya pasaron para mí.

Bon no iba a mentir, de verdad habría esperado que esta vez su padre fuese al evento, pero no podía obligarlo, eso era algo obvio, mucho menos le gustaba cuestionarlo demasiado.

—El evento termina cerca de las ocho treinta, pero normalmente hay algunos amigos que planean hacer otras cosas luego... ¿no te molesta si llego tarde, cierto? Igual voy a avisarte —Su padre arquea una de su gruesas cejas antes de mirarlo, pero vaya que a veces le resultaba inusual las actitudes que tomaba su hijo.

—Por mí hagan lo que quieran, sanamente y con protección —le guiña el ojo y tras notarlo Bon se eriza en su sitio ¡No se refería a algo así! El mayor suelta una gran carcajada para luego mirar de nuevo la tele—. Bien, ya vete, hoy hay una maratón de luchas así que tal vez me quede de vago aquí hasta que llegues, por si te preocupa que salga.

Lo escucha suspirar desde su lugar y luego el sonido de la puerta de entrada cerrándose. Ya en ese momento se dispuso a exhalar con fuerza y dejar el control remoto a un lado, lastimosamente no había ninguna maratón de lucha, pero si no se lo hubiera dicho su hijo seguiría insistiendo en que se distrajera yendo.

Ese tipo de eventos normalmente le agradaban, pero tenía en claro varios puntos. Uno era el hecho de que hasta ahora nunca se había cruzado por su mente asistir a algo escolar con esa índole. Y otro, era la razón por la que había decido atenerse a no ir.

Todavía recordaba cuando su mujer le insistía de gran manera tener que acompañarlo antes, Bon nunca se lo dijo, pero él sabía que más de una vez estando en la escuela se habían burlado de su hijo por tener a un padre con ese tipo de "defecto" Él claramente habría ido a auxiliarlo de no ser porque su esposa le dijo que cuando Bon estuviera listo para comentarle esas cosas, él podría intervenir. Ahora que ella no estaba, solo le tocaba honrar eso, muy a su pesar porque a pesar de todos Bon evitaba comentarle cualquier tipo de cosas con respecto a molestias propias y las resolvía solo.

Estaba al corriente de que era un chico popular, se valía por sí mismo y nunca le reclamó el no estar con él apoyándolo académicamente como otros padres harían, estaba orgulloso, ¿para qué negarlo? Sabía cómo dirigirse por su cuenta. Sus amigas cuando vinieron y le conocieron le quedaron mirando un rato por varios instantes, desde entonces se preguntaba así mismo si de esa misma manera todos los adolescentes de esa preparatoria lo mirarían así. Ya era un adulto, no podía meterse en conflicto por un par de niños molestos, y no podía causarle más pesares a su hijo que, aunque no lo decía, si le importaba las cosas que dijeran con respecto a él. Además, odiaba ocultarse, nunca se vería de la misma forma que aquel peli-morado que conoció.

Miró por breves instantes el jugo que tenía en mano y se dedicó a pensarlo. No causar problemas. Se sentía inquieto de solo pensar en salir de su casa ese día, no conocía el motivo, pero seguramente algo raro le sucedería como en antaño había sido costumbre, los días de esas brisas nunca fueron algo normal para él por algún motivo, nunca se sintió mal, pero tampoco se sentía bien teniendo aquellas raras alucinaciones. Levantó su bebida y quedó fija su mirada escarlata en ésta.

—Brindo por mis inquietudes de Halloween —tras concluir aquello tomó un gran trago para luego tomar de nuevo el control remoto y dirigirse a su diligente labor de distraerse de alguna manera hasta quedar dormido.

Bonnie alzó la mirada encontrándose con como todos los estudiantes de la preparatoria arreglaban sus puestos con esmero, poco a poco tomaba forma de aquel aire espeluznante y “terrorífico” propio de día de brujas, mientras los pasillos ya tenían telarañas y aquellas comunes decoraciones a papel de colores naranja y negro. Todo estaba organizado solo quedaba terminar con las decoraciones discutidas y finalmente dar comienzo a la entrada de las personas.

Los salones del primer piso de los edificios habían sido tomado y distribuidos dependiendo a los clubes, afuera suponía que se encontraba los que optaron por hacer puestos al aire libre para recaudar fondos. Él solo avanzó tranquilamente viendo como ya alguno de los estudiantes estaban disfrazados y otros con ropa casual. Se detuvo confundido al apreciar como las puertas del auditorio estaban completamente cerradas cuando intento ingresar, pues ellos todavía tenían que seguir organizando ¿cierto?

—Oh, pero miren que sorpresa nos han traído. Amiguito, ¿no has visto qué hora es? —esa voz lo hizo voltear y se sorprendió ligeramente al encontrarse al indiscutible Puppet vistiendo campante su disfraz con una sonrisa en el rostro. Traía un maquillaje completamente fuera de lo común con colores de extrañas combinaciones, un gran sombreo y un abrigo de distintas tonalidades, se le hizo claro a quien había querido representar, y vaya que le quedaba—. Conejito morado, llegas tarde a la hora del té.

—¿Por qué el auditorio está cerrado? Falta terminar de decorar y el evento ya va a... —siente como el albino posa un dedo en sus labios para que se detenga de seguir hablando. Frunce el ceño, y el más alto nota esta mirada antes de sonreír.

—Ya lo de nosotros está listo. Los del club de cocina se aparecieron en la mañana y terminaron de ayudarnos, ¿no te parece genial, pequeñín? —Bonnie lo miro incrédulo, de verdad no había esperado algo parecido, pero suponía que eso venía siendo por la unión que mantenían—. Pero sabes, todo se paga en la vida, así que es nuestro turno de comenzar a colaborar.

Voltea al peli-morado y lo hace avanzar entre los pasillos, pocos pasó para que ambos se encontraran en las afueras de la preparatoria quedando justo en el patio, allí ya también habían varios puestos, y entre los más destacados se observaban a dos, uno era un gran escenario, y el otro parecía ser un café.

—Los del club de música consiguieron poner una tarima para lo de sus presentaciones, aunque nosotros le dijimos que podían utilizar el auditorio mientras andábamos con lo del café, lo prefirieron así —comenta notando que Bonnie había quedado observando de mas como es que ellos colocaban sus respectivas cosas en la tarima, estaban los amplificadores de la sala de música, y varios instrumentos arriba—. Van a ser lindas presentaciones.

Ya cuando finalizó Bonnie se encontró ahora justo al del café al aire libre, y al observar las mesas y los puestos una corriente eléctrica le atravesó toda la espina dorsal, se le hacía extrañamente familiar...

—¡Bonnie! —Saluda un joven rubia la cual se acerca rápidamente a donde él se encuentra, traía su sombreo puntiagudo cubriendo su melena, un vestido negro enmarañado en los bordes, junto a unas medias largar y botas oscuras. Estaba vestida de una pintoresca bruja, incluso traía una escoba de palos en mano y una sonrisa pasmada en el rostro—. ¿Qué opinas? Traje dos disfraces, pero al final me quedé con este para esto y lo nuestro. Combinan mejor, aunque el otro es más bonito, pero no daba miedo.

—Ese tampoco da miedo —suelta y al instante obtiene una mirada aguda de aquellos orbes amatistas. Bien, se retractaba.

—¡Wah! Este disfraz me encanta —dice ahora la melliza albina pareciéndose detrás de nuestro querido protagonista que al tiempo sintió como su corazón daba un solo brinco queriendo salirse de su pecho. Traía unas orejitas de gato y un pequeño vestuario que constaba de un tutu morado, medias de franjas violetas y fucsias junto con un corset que combinaba con el patrón, mientras lo miraba con una sonrisa en el rostro ya maquillado, acariciando una peculiar y esponjosa cola igualmente con franjas combinadas. Se le hacía conocido ese tétrico gato de gran sonrisa—. Veo que nuestro querido colega se perdió de camino~ Uh, no estás con tu disfraz.

Acusa la melliza, ahora apuntándolo con el índice haciendo que se erizarán en su lugar.

—Pensé que adornaríamos todavía, además, no creí que comenzaríamos tan temprano —murmura desviando la mirada.

Tras escuchar como estos simplemente rieron ante su actitud dirigió su vista al frente notando como ahora del lugar salía otra chica de cabellera rosa rapada a un lado, teniendo un overol de prisionera color naranja mientras caminaba hacia ellos colocándose lo que parecía ser una camisa de fuerza llena de manchas carmesí esparcidas, no traía algún tipo de maquillaje en la cara, en cambio, la mitad de esta la cubría una peculiar mascara. Bonnie quedó mudo al observarla.

—Bien... ¿y éste quién es? —pregunta esta peli-rosa con una de sus cejas arqueadas dirigiéndose a los demás disfrazados—. No tenemos tiempo para platicar con otros equipos, hay que apresurarnos con su colaboración antes de que nos quiten ganancia.

—Ah, no te preocupes, él también es parte del club —asegura Puppet al sentir que nadie había tomado valor de responderle. Miro de reojo a su melliza que se mantenía con la mirada fija en el suelo—. Bonnie ya iba a cambiarse, Maggui.

El peli-morado asiente tras escucharlo y rápidamente reacciona yéndose a hacer exactamente lo que había dicho, ya era cerca de medio día, así que suponía no faltaba mucho tiempo para aquella larga tarde.

—Bien, yo veré si hace falta algo en las mesas —comenta Chica, inquieta, antes de desaparecer del panorama.

Maggui asiente y solo se queda mirando cómo es que aquel extraño chico se perdía de su vista ingresando nuevamente a las instalaciones de la inanición. Soltó un pesado suspiro y posó su mirada ahora en el par de gemelos albinos, que desde que se apareció no había escuchado palabra alguna de la chica.

—Gracias por todo esto —escucha la voz de Puppet y no puede evitar mirarle de forma curiosa, sin embargo, obtiene una ligera sonrisa del contrario antes de aclararse—. Sé que es algo complicado el interactuar tanto con el club de raros, pero te aseguro que daremos nuestro máximo esfuerzo.

Tras concluir, pareció haber reconocido a un par de chicas a lo lejos, aquellas que seguramente faltaban de estar integrados en su club. Ella no dijo nada cuando ahora se fue para atenderlas, pero si sintió como la tensión creciente se formaba entre ella y la chica de peculiar marca que ahora jugueteaba con su cola rayada entando a su lado.

—Eres un gato, no creo que otro te haya comido la lengua —habla de pronto captando la atención de la contraria que alzó inmediatamente la vista para observarle de reojo—, y yo soy un caníbal, como humanos, no me van animales.

Comenta a modo de juego intentos aligerar el ambiente, para su suerte, pareció lograrlo porque la vio sonreír con sutileza. Se le hacía tan poco común verla actuando de aquella manera tan "normal" y tranquila, ocasionalmente antes habría entado rebosante de alegría, pero lastimosamente ya no veía aquella ferviente sonrisa desde hace un buen tiempo. Tomó una gran bocanada de aire al sentir que la otra no iba a hablar y justo cuando se dispuso a volver sobre sus pasos para entrar a su creativo local escuchó la carismática voz de ella hablar de forma baja.

—Prometo no causar alguna molestia esta vez... —asegura, serena, era tan desacostumbrado para ella hablar de esa manera que sin dudas se había sentido increíble en todo sentido. Maggui volteó a observarla con incredulidad antes de arquear una ceja y chasquear la lengua.

—Tú nunca has sido una molestia —afirma antes de continuar su paso.

La menor quedó de pie en su sitio, observando a como varios alumnos daban los toques finales a su puesto. Soltó una risa amarga, sintiendo como las palabras que quería decir quedaban atoradas en su garganta, sus ojos ya estaban cristalizados. A veces odiaba tanto ser tan trasparente con respecto a cómo se sentía.

—Mentirosa...

Inhaló y exhaló de manera profunda, mientras caminaba de un lado a otro estando en el baño de chicos. No había querido ir a los vestidores puesto de que de esta forma obtenía mucha más privacidad con respecto a la libertad para andar libre sin sus anteojos. Tomó nuevamente aquel antifaz de tono blanco entre sus manos para seguidamente dedicarse una rápida mirada en el espejo, este tenía una rara forma de opacidad, así que como notó, no se percatarían de su vista si lo miraban. Dios, sentía que se veía estúpido utilizando aquel traje, sus manos se sentían calurosas debido a los guantes.

«Demonios, quiero vomitar»

No puede pensar más cuando escucha como la puerta está siendo abierta y rápidamente se coloca aquella prenda en el rostro para luego quedarse quieto, completamente rígido en su sitio sin sentir que no podía mover un solo musculo debido a la impresión. Aunque baja la guardia una vez observa que se trata del bien conocido pelirrojo.

—Madre mía, no me lo quería creer —comenta el de mirada ámbar una vez observa como el más bajo lo mira volteando el cuerpo completamente—. ¿Un día de estos me puedes prestar la capa?

—Ahg, no lo sé, ¿me puedes prestar una mano, capitán? ¿O, sería decir tu garfio? —Inquiere entre quejas al cruzarse los brazos, sin embargo no espero que el más alto de verdad le ofreciera el garfio que sostenía, y el cual, muy dudosamente aceptó—. ¿Asaltante el armario de los del pirata del Caribe?

—Ey ey, no te burles de mi poderosísimo Jack Sparrow —indica mientras lo apunta con el índice, antes de adentrarse más y dirigirse a uno de los orinales a hacer seguramente a los que veía en primer lugar. Bonnie solo quedó observando el garfio que ahora sostenía. Una vez terminó lo suyo lavó sus manos e hizo un ademán para que le devolviera el objeto—. ¿Andas de mal humor porque no has encontrado a tu Sailor?

Bonnie rueda los ojos y decide ignorarlo completamente, no estaba para seguirle el juego... O ignorarle tan siquiera.

—Ya las personas están llegando a la HS, y me mandaron a buscarte aquí porque no te aprecias —observa como el más bajo niega por su cuestión—. ¿Tanta vergüenza te da tu disfraz?

—No... Solo estoy algo nervioso —levanta la vista una vez siente la mirada color ámbar en él, el más alto lo miraba con los ojos entrecerrados—. Qué, es un sentimiento común, ¿sabes?

—En realidad todavía me cuesta creer que tienes sentimientos —bromeó una vez decidió dejar de mirarlo y escuchar la fuerte exhalación del contrario. Sonrió de lado antes de darle un leve empujoncito—. No te preocupes, normalmente este tipo de eventos son muy buenos aquí, dudo que pase algo extraño.

«Porque antes yo no estaba aquí para volverlo extraño» continuó entre pensamiento mientras apretaba sus labios y seguía el paso.

Fox notó que Bonnie seguía sin decir palabra aun después de salir del baño, solo se quedaba ladeando la cabeza de un lugar a otro, seguramente impresionado de las decoraciones en el pasillo, y es que, no era para menos, ya todos los integrados en los clubes se encontraban con sus respectivo disfraces dándole la bienvenida a los visitantes y atrayéndolos a sus puestos.

—Cuando tengas tiempo podrías pasa por nuestra casita del terror, hay beneficio para los participantes del evento —comenta de lo más común, aclarando por fin la atención del de hebras violeta.

—Una casa del terror en Halloween hecha por estudiantes de preparatoria, me pregunto qué tan convencional será —indica hablando mas para sí mismo, sin percatarse de que ese comentario ofendió al pelirrojo pirata que lo miró indignado.

—Para tu información fue MI idea y la llevamos de forma muy original porque YO lo propuse —hace alusión entonando mas las frases propias. Bonnie se retiene una risa bajo por esta acción, pero lo siguiente que no le pareció tan gracioso fue notar que ahora el más alto poseía en manos su sombrero—. Esto parece de ricachón con tu traje, ¿me lo prestas un minuto?

—No, ¡Regrésalo! —ya para cuando se dio cuenta el había escuchado un «si me alcanzas» de él, y ahora corrían entre los pasillos intentando disimular aquella peculiar persecución, parecían unos niños de esta manera—. Maldito poste.

Tras murmurar aquello no vio que ya volteando en el pasillo al cual el contrario se había dirigido para ya estar en el patio, tropezó con un cuerpo cayendo hacia atrás, sentado. Esperaba que no muchas personas hubieran visto eso, pero lo dudaba en total sentido.

—¡Bon! ¿Te has lastimado? —escucha una voz femenina y al abrir los ojos lo primero que se encontró fue al nombrado también intentando recapitular el tropiezo y agradeciendo que más de una chica se hubiera interesado en auxiliarlo.

—Otra vez... —murmura Bonnie una vez niega observando como el chico de piel grisea le tiende una mano. Lastimosamente no acepta aquella acción pues para su suerte o su preocupación, notaba algo muy singular en la vestimenta del menor. Traía color—. ¡¿Por qué?!

Se preguntó a si mismo mientras agachaba la mirada. Eso solo significaba que las cosas se volverían todavía más extrañas ¿cierto? Mai y Puppet se lo habían advertido, pero no se sentía fuera de lo común. Levanta la vista y nota como el de hechas celestina todavía estaba tendiéndole la mano, que dudando iba aceptar, hasta que se negó por sentir más de una mirada expectante en él y recordar un de los sucesos esta mañana que lo hicieron erizarse, procedió a levantarse solo y arreglar su propio vestuario.

—A-ah... ¿El señor del antifaz? —pregunta Bon al observar el traje del mayor, el cual consistía de un esmoquin acompañado de capa negro-roja y su singular antifaz blanco cubriendo sus ojos. Se le hacía curioso cómo es que no se podía ver a través de ellos—. ¿O prefieres Tuxedo Mask?

—Prefiero que me llames el chico disfrazado de algo —comenta sin interés escuchando la baja risa del de orbes esmeraldas. Aunque intentara disimular mirando hacia otro lado no podía dejar de mirar de reojo su traje—. Un príncipe nunca ha sido muy atemorizante ni original. Hay que mancharte de sangre.

Bon iba a responderle, pero inmediatamente una de las chicas que le parecía acompañar se adelanta a hablar.

—Oyes, ¿cómo dices eso? Bon es uno de los chicos más guapos de la preparatoria, lleno de sangre falsa se vería con poco encanto.

Nunca dijo que tenía que ser sangre falsa.

—No pregunté tu opinión —murmura Bonnie una vez rueda los ojos, la chica no escuchó su bajo comentario por lo que no se ofendió, así que inmediatamente volteo a mirar al contrario—. Galante... Supongo.

—En realidad este disfraz fue a votación de los del comité, bueno, de las chicas del comité —se corrige sintiendo cansado el hecho de que la femenina ahora ejerciera un agarre hacia su brazo, había sido prácticamente perseguido por varias desde que comenzó a utilizar aquel encantador atuendo, incluso traía una corona adornando su melena, menos mal descarto al vampiro inmediatamente pues desde que gano popularidad con el entorno femenino sabia que así nunca lo dejarían—. Creo que a ti también te falta un complemento ¿no crees?

Apunta hacia su cabeza y al instante Bonnie recuerda el motivo principal que lo llevó a tropezarse con el menor, volteó la mirada a ambas direcciones pero entre todos los estudiantes y las personas que llegaban no se encontraba el pelirrojo. Sintió como quería maldecirle de forma baja hasta que apreció a un bolso estamparse contra su pecho. ¿¡Pero qué demonios!?

—Oye, olvidaste tu ropa en el baño —indica el de mirada ámbar antes de ver como el menor en estatura intentaba recobrar el aire. Sostenía el sombrero que le habla quitado y preciso a ponerlo cubriendo a la melena violeta del contrario.

—¿Estás bien? —preguntó Bon y simplemente lo vio asentir, provocando que suspirara, esos dos tenían una extraña forma de llevarse bien.

—Oh, eres el príncipe Jhon. Siempre queriendo lucirte, eh —el de hebras turquesa ignora este comentario y solo procede a despedirse puestos que todavía quedaban cosas por hacer y las chicas que lo acompañaban ya lo estaban arrastrando. Fox mira a Bonnie y nota como mantiene la mirada fija en su mochila—. ¿Cómo estas ahora?

—¿Qué cosa? —en realidad lo único en lo que no dejaba de pensar era el celestino color del atuendo con los múltiples adornos dorados que cargan el moreno... ¿Eso significaba que poco a poco lo notaria con más y más color? ¿Por qué pasaba justamente ahora?

Y por otro lado, Fox hacía referencia al hecho de tener nervios con respecto al evento, parecía que su acción había dado frutos, pero no estaba seguro sin en el buen sentido puesto que por alguna razón Bonnie se encontraba vagando entre sus propios pensamientos.

—Bonnie, que rayos, ya tenemos que ponernos con lo del club de cocina y andas dándote con los aires de divo haciendo esperar a todos —prontamente se aparece Chica soltando a aquello, notando que el pelirrojo la miró de reojo para luego desviar la vista. Ella rodó sus amatistas antes de tomar del brazo al peli-morado y comenzar a arrastrarlo—. Gracias por traerlo Fox, ya puedes volver a lo de tu club. Te lo compensaré luego.

Le regala una pequeña sonrisa viéndolo asentir de esta forma, suelta un suspiro cuando lo ve alejarse. Ya cuando ambos llegaron a la entrada del puesto de dicho club con el que colaboraban, la chica tomó una bandeja que tenia distintos bocadillos de salchicha adornados como dedos de verdad, ensangrentados con lo que suponía era Kétchup y al lado una tacita con mondadientes

—Bien, Maggui nos explicó que ya que somos pocos integrantes y ellos tienen el suficiente personal para atender el puesto completo, vamos a encargarnos de atraer personas con las muestras gratis —explica rápidamente mientras ella también sostenía ahora otra charola con diferentes bocadillos, parecidos a unos ojos—. Tienes que utilizar el encanto de tu disfraz para esto, por lo que le servirás a las chicas de preparatoria en la boca ¿entiendes?

—¿¡Eh!? ¿Eso no es algo descarado? Soy un desconocido —inquiere sintiendo como sus mejillas se pintaban ligeramente, era sumamente vergonzoso tan siquiera imaginarse en esa situación—. También hay personas que no son de la preparatoria ¿cómo demonios pretendes que haga eso?

—A veces hay que ser un poco descarado para llamar la atención —afirma y junto en ese momento varios chicos, que parecían ser de grados inferiores no pasan desapercibido el lugar pues se quedan observándolo dudando de entrar—. Así.

La joven vestida de bruja le hace una seña Bonnie que inmediatamente entiende que tiene que observarla, ésta se acerca con una sonrisa al par de chicos y les enseña las muestras. Nuestro peli-morado no entiende que era lo que esta le decía, pero simplemente no borraba su reluciente sonrisa al hablar, los dos chicos parecieron ponerse nervioso por algo que dijo pero ambos asintieron y tranquilamente Chica tomó un par de palillos introduciéndolos en el postre para luego darle uno respectivamente a cada uno, que conservaron el palillo en su boca y aparecieron degustarlo a gusto, pues sonrieron instantáneamente.

Luego ella simplemente señaló el lugar al que hacían referencia con aquellas muestras, y al final parecieron más que satisfechos porque en seguida entraron. La joven con una sonrisa plasmada en su claro rostro regresa hacia donde se encontraba nuestro querido enmascarado que aun materia una mueca insegura por aquello.

—Ves, es sencillo. Tienes que estar a gusto mientras les sirves —asegura. Bonnie la arquea una ceja—. Apenas sirves verán que no necesitan nada más para querer probar más.

—Tal vez si hubieras tenido la misma suerte cuando repartías volantes las cosas serian distintas ahora —murmura e inmediatamente obtiene “ligero” golpe en su brazo por la más baja, por suerte, no desestabilizó la charola que sostenía—. ¿Se supone que yo tengo que hacer lo mismo? ¿Qué pasa si un chico está con ella y también quiere probar? O peor aún, un adulto. Hay adultos aquí también ¿sabes? ¿Tengo que servirle así? Ni lo sueñes.

—¡Shh! Tu objetivo ahora son las chicas que vienen de afuera o las estudiantes de primer año, ellas normalmente están en grupo de solo chicas para ver los distintos puestos, acércate a ellas de forma indirecta —habla de manera firme, conociendo perfectamente los pasos que solían tener los estudiantes en estos eventos, no por nada tenía en mente varios patrones en sus años de preparatoria allí. Apunta con su mano libre al chico frente a ella, encarnándolo de manera autoritaria—. Tienes que concentrarte en mantener la vista en ellas ¿bien? Le diré a Lily o a Cami que se mantengan cerca de ti para acaparar el bando masculino y los mayores. Pero escucha atentamente, si te toca servirle, le sirves.

Dicho esto, ella volvió sobre sus pasos y se dirigió a lo demás en el patio. Bonnie observaba con atención como ya había personas que ni siquiera eran estudiantes. Se le concebía sumamente vergonzoso el tan solo imaginarse sirviéndole en la boca a alguien más, no era obligatorio, Chica no lo observaría si lo hacía de lejos, así que no se inquietaría por cumplir aquello. Decidió ingresar a las instalaciones notando los pasillos ya llenos de gente que no conocía y de las cuales poco distinguía debido a que muchos se encontraban con un atuendo característico de Halloween.

Respiró de manera profunda una vez vio a un grupo de tres femeninas en uno de los puestos, no parecían de la preparatoria puesto que no traía disfraz y no sabría a que club acreditaba aquel, pero se notaban muy interesadas en observar atentamente las mascaras, de seguro preguntándose si deberían comprar alguna. Con los nervios a mil, pero muy bien disimulados como era ya de esperarse de su actitud se acerco a las tres chicas.

—Disculpen, ¿quieren probar una muestra gratis? —Se había sorprendido propiamente al percibir que ni siquiera titubeó con la frase. Una de ellas observó aquello antes de sonreír y asentir también por sus amigas. Bonnie tomó uno de los mondadientes para introducirlos en el alimento y sostenerlo frente a su vista.

—Wa, si parece un dedo —afirma esta con una brillante sonrisa. Vuelve a mirar a nuestro protagonista que ya sentía la presión contenida al ver que ésta no tomaba la muestra—. Y qué, ¿no me lo vas a servir?

Hizo una señal apuntando a su boca, este simple acto sorprendió a Bonnie puesto que era exactamente lo que ir evitar, demonios.

—Hatsuko, no seas tan atrevida —dijo una de las chicas a su lado empujándola a modo de juego, para luego mirar al peli-mora—. Pero si le sirves a ella así, yo también quiero.

—Luli, también te aprovechas —le repicó otra que se encontraba a su derecha con las mejillas ligeramente coloradas, al parecer era la única que sentía vergüenza de la situación—. Si no es molestia, yo también.

—También caíste ante la tentación, Luvi —comentó la primera, aun en su actual posición esperando ansiosa en bocadillo.

Ahora nuestro peli-morado enmascarado observa atónito el hecho de que tres chicas estuvieran frente a él esperando el bocadillo que traía con la boca ligeramente abierta. Dios, es que el universo adoraba verlo incomodo. Con una muy buen sonrisa este enterró otros dos palillos y correspondiente le dio uno a cada una cómo fue su petición, que al sentir el alimento abrieron los ojos gustosas de haberlo probado.

—Esto está muy bueno —murmuró la peli-negra con una sonrisa—. ¿Donde los sirven?

—Nuestro puesto está el patio... Ambientado con la comida más terrorífica que has de observar pero que les encantará —inquiere dudoso de sus propias palabras, pues fue algo que le vino de pronto a la cabeza—. "El Horror" está a sus servicios el día de hoy, al igual que yo.

Se inclinó de manera cordial, midiendo con su otra mano su capa, sin darse cuenta que está sola acción encanto a las tres muchachas.

—Entonces te pasaras por allí, supongo —afirmó la primera con una sonrisa. Bonnie asintió como respuesta—. Bien, nos pasaremos por allí ahora.

Esta paga lo correspondiente que venía del puesto de mascaras de uno de los salones y se lleva una de un llamativo diseño de vendetta, mientras que la segunda opta por una que trae un diseño curioso para de mimo, y la tercera paga por un simple antifaz de lindos decorados. Bonnie observa como estas siguen su camino en el pasillo y suelta un sonoro suspiro. El día iba resultar sumamente largo, y más si se seguía encontrando con chicas de ese tipo.

Asombrosamente, a pesar de la si comodidades que sentía por como tenía que actuar para colaborar, físicamente y mentalmente no se sentía diferente, no notaba nada fuera de lo usual, y no sabía si eso quería decir que era algo bueno, o el mundo le estaba preparando el fuerte golpe de locura cuando estuviese desprevenido. El día pasaba más común de lo que tan siquiera hubiese esperando, y entre repartir los bocadillos a múltiples desconocidas no tenía mucho de que opinar.

—Vaya, es la tercera vez que te apareces, estas arrasando con las muestras —asegura aquella peli-rosa al notar la presenciar del de hebras violetas nuevamente en el puesto.

El lugar estaba constituidos por varias mesas y había una separación notoria entre lo que era parte de ellos y lo que no. La cocina no era visible puesto que se encargaron de que esta quedara a puerta de uno de los salones cubriéndolo con una gran tela de la que salían varios integrantes con sus terroríficos atuendos sirviendo a los clientes que tenían vista hacia fuera.

Bonnie no responde y solo asiente a lo que la contraria de la mascarilla se fijó de mejor manera en el chico de tan interesante atuendo frente a ella.

—Las personas que vienen aquí ya están siendo avisados para lo suyo en cuanto inicien, así que asegúrense de que más gente llegue. Cuando comiencen será nuestro intermedio y les mandare apoyo —expresa sin mucho interés. Sin embargo, esto capta la atención del contrario, puesto que aquel detalle no lo había tenido presente—. Espero no te estés comiendo tú solo estos bocadillos si quieres salir contento el día de hoy.

Lo fulmina brevemente con la mirada antes de extenderle otra charola, esta ya tenía los palillos en el postre, y se apreciaban como unas bolitas asustadas, parecían fantasmitas.

Al llevar aquella charola en manos no pudo evitar preguntarse cuanto tiempo tendría que estar así. Si, quería hacer arrebato e irse porque darle de comer a las chicas le resultaba vergonzoso. Además... Ladeó la cabeza y justamente se encontró con la tarima en donde ya había personas y varios la rodeaban. Están tocando canciones para incentivar el ambiente de la tarde.

—Você deve evitar ficar tão distraído, sabe, para terminar um pouco mais rápido —al escuchar aquellas plantas que ni siquiera procuró entender volteó la mirada encontrándose con cierta peli-verde totalmente enrollada por telas blancas y desgastadas, como ya era costumbre, su flequillo cubría su rostro, pero su melena de hallaba deslinda, seguramente para el toque descuidado de su disfraz—. Oí que podríamos adelantar lo nuestro una vez que el club de cocina tome su primer descanso.

—Siento que no me quedará energía cuando eso ocurra —asegura el de violeta melena escuchando la baja risilla de la contraria. No sabía que se le hacía tan chistoso si hablaba en serio—. Las chicas de primero me piden que les sirva antes de ofrecer siquiera... ¿Por qué tenemos que llamar más la atención de ellas?

—No sé si lo has notado pero ellos son nuestro mayor punto ahora —Bonnie ladea la cabeza con duda y ella suelta un suspiro—. Los de primero tienen la opción de integrarse a un club o no, no les suma ni les quita nota, por lo que la mayoría prefiere no elegir ninguno pues es obligatorio luego.

Bonnie comprendió ahora este hecho de mejor manera. En sus antiguos colegios ocasionalmente no hacían nada parecido a lo que ahora se tiene que acostumbrar a ver en la HS.

—Supongo que tienen suerte... ¿Quién querría pasarse todas esas horas después de clases con un montón de extraños?

La peli-verde ladea el rostro hacia el mayor y al sentir la "mirada" de esta en el sí que se sorprendió.

—¿Este es tu primer año? —Cami asintió a lo que este seguía mirándola, incrédulo—, entonces... ¿Desde cuándo conoces Mai y Puppet?

—Llevo exactamente... Una semana más que tú —Aunque no lo nota si puede sentir lo sorprendido que se hallaba el más alto al respecto, por lo tomando un gran respiro fija su vista al frente—. Cuando ingresé, fueron los únicos que querían convivir conmigo, son tan confianzudos que a la primera me rendí en ponerle trabas y solo los dejé ser. Adoraban que le contara acerca de mis ojos, parecían haber tenido teorías antes, no estoy segura...

Aquel relato dejo meditando al de hebras violetas que fijo en como la de hebras lima se notaba totalmente serena al respecto, de seguro también o estuvo cuando le fue contando cosas a ese par excéntrico pero seguía sorprendiéndose con cada cosa que descubría.

—Vale... ¿Has sentido algo raro hoy?

Ella pareció pillarse por su repentina respuesta, pero instantemente negó, pausada.

—No... Todo parece estar muy tranquilo —asegura y en vez de resultarle reconfortante a Bonnie, le sucedía todo lo contrario, sentía que con la ello habla prácticamente una sentencia de algún tipo—. ¿Estás preocupado por eso... Cierto?

Bonnie respondió al instante sin decir nada y solo volteándola a mirar, sorprendido, sin necesidad de palabras ella lo comprendió, tal vez porque prácticamente pasaban por lo mismo, ella lo entendía de esa forma, era razonable.

—A mí también me tiene muy inquieta, no es normal que esto suceda... Pero, el día es largo, no hay que descartar nada.

Bonnie se lo piensa antes de asentir, justo para cuando Cami decide marcharse por su cuenta para repartir las muestras él la detiene haciendo una sola pregunta que la dejó curiosa debido a como se expresó.

Y es que, aunque él había intentando olvidarlo, simplemente no pudo, siendo también una razón de su carga.

—Oye... eh... S-si sueñas que una persona te dice que te mantecas cerca para que no suceda nada raro... ¿piensas que tiene algún significado? —No iba a mentir, escucharse decirlo fue una completa cuchillada a su orgullo, se oía como idiota preguntado este tipo de cosas, y más cuando la vio enmarcaba una sonrisa ladeando el otro para mirarle después de quitar ligeramente su flequillo, dejando leve la vista de uno de sus rubíes con su mano libre.

—Si sueño que una persona me está diciendo que me mantenga cerca de ella para que no suceda nada raro... Simplemente lo hago —asegura, con voz serena—. Esto no es opinión, es un consejo.

—Pero...

—Quanto mais você se recusar a ficar confortável com seus pensamentos, mais rápido você vai cair no próprio fardo de ser um guardião da alma, tem muito cuidado. Tu entorno afecta a los demás, y los demás te afectan a ti.

La vio irse y solo frunció en entrecejo al sentir que aun no había respondido su duda... Había preguntado el significado, no lo que haría y como le afectaría, en cuyo caso tendría que mantenerse cerca de Bon, y no sentía atractiva aquella idea de alguna manera, le resultaba asfixiante el solo pensar en tenerlo al lado a cada rato, se sentirá inquieto, ¿cómo eso podría ser mejor?

Respiro de forma profunda y decido no pensar más en eso por el momento, ahora atenía que centrase en atender a las futuras clientas con las muestra, debía mantener una sobria apegada en la cara como estúpido y decía una que otra oración encantadora.

Nuestro querido peli-turquesa se venía preguntando la hora en la que las chicas dejarían de seguirlo. Si hubiese sabido en un inicio que vestirse de príncipe habría ocasionado tanto alboroto no lo habría hecho.

—Vale, supongo que puedes descansar un rato, Bon —expresa uno de sus compañeros del Comité de Bienvenida otorgándole una rosa de plástico para que fuese parte de su encantador atuendo. Escuchar eso había sido como música a sus oídos.

Tenía que encargarse de lo de su propio puesto, los de su club vieron buena idea luego de elegir su disfraz, hacer una temática de fantasía terrorífica, lo curioso era que él era el único que no era en si "aterrador". Cuando alguien entraba al salón se encargaron de contar las historias de los cuentos originales de las princesas favoritas de muchos, de manera bastante gráfica y algo exagerada. A muchos parecía gustarle y ya al final decidían si aportarles un beneficio económico, para suerte de ellos, las personas lo hacían con gusto. Pero ya había sido presentador mucho tiempo, le tocaba disfrutar un poco.

—¿Eh? ¡Joy! —Llamó a su amiga una vez la vio pasar a su lado, al instante ella lo escuchó pues volteó y se acercó con una sonrisa—. ¿Campanita?

Esta rió bajo antes de negar a lo que el más alto arqueó una ceja. Estaba seguro que si era.

—Soy Tinkerbell, no Campanita.

—Son el mismo personaje ¿cuál es la diferencia?

—Que una tiene su propia película —comentó a modo de juego haciéndolo reír, por lo que esta acción también le resulto contagiosa a ella. Una vez cesaron las risas miró a ambos lados, como queriéndose asegurar de algo y luego lo observó a él—. Ahora mismo me dirigía al puesto de Meg, las chicas de seguro han de estar buscándome para seguir en lo nuestro.

—Oh, cierto ¿y cómo van con eso? —Curioseó, viendo como esta soltaba un sonoro suspiro, llena de cansancio—. ¿Tan mal?

—Sí, bueno... En el buen sentido —asegura con han sonrisa apenas, se arregló las alas que traía para después sacudir su atuendo—. Las fotos son una de las cosas más fáciles, pero tenemos que ser más cuidadosas con las personas que se nos acercan...

El club de porristas de la preparatoria FHS es nacionalmente conocido, por lo que no es de extrañar que fueran "sencillos" buscar su forma de recaudar dinero. Debido a que los Golden's tenían políticas estrictas en cuando a la imagen de sus representaciones —hablando de Joy y Golden en particular—, no podían tomarse fotos con Joy aparte a menos que su familia lo permitiera o fuese un evento exclusivo, excluyendo el hecho de sus redes sociales privadas, pero esta era una excepción así que de seguro le resultaba agobiante tener que posar con los chicos que estaban interesados en ella y su equipo.

—Viva, no voy a crecer nunca —Bon voltea la mirada y curiosamente se encuentra con un Freddy vestido completamente de un conjunto verde junto con un gorrito y a un Golden que pareció haber salido de uno de los capítulos de The walking dead. El castaño sonríe al observar a su amigo turquesa, pero rápidamente se queda sin palabras al notar a la chica aun lado de este—. Dios, ni para estas cosas tienes imaginación.

No fue intencional que aquella oración saliera así de su boca, mejor dicho, había imaginando que lo pensó. La rubia le dirige una mala mirada y Bon junto a Golden no pueden evitar sacar una risa por esto.

—¿Entonces ustedes estuvieron de acuerdo con el disfraz de pareja? ¿Donde quedo yo? —Comenta el rubio opaco, de descompuesta apariencia—. Por favor, no se vayan a nunca jamás sin mí.

—Nunca jamás es lo que yo diría —aclara la rubia cruzada de brazos. Es que a veces eran demasiadas coincidencias que tenía con aquel molesto castaño—. Originalmente íbamos a vestirnos de las Sailor pero no nos llegaron los disfraces tiempo, así que improvisamos un poco.

Confiesa Joy, dirigiéndose a su amigo y su primo que asintieron al comprenderla. Pero por otra parte Freddy pensaba que de verdad era una coincidencia aterradora puesto que uno de sus disfraces descartados también había sido Tuxedo Mask, pero se le habría hecho latoso traerlo así que cedió al respecto.

—Oh, Bonnie esta disfrazado de él —Hace una seña con una rosa sostenida a la rubia que inmediatamente captó su atención sabiendo de quien se trataba el personaje—. Abría sido divertido ver eso

—Jo, pude haber sido su Sailor, que lastima.

—Pero... ahora eres una campanita —expresó el de orbes color zafiro viéndola negar efusivamente.

«Ibas a decir, "Pero ahora eres mi campanita" a que si» inquirió el ente.

—¡Soy Tinkerbel!

—Es lo mismo.

Tras concluir ya con su muy rutinaria pelea, Golden observó de reojo al de cabellera turquesa que parecía muy entretenido en el hecho de que aquellos dos parecían llevarse tan mal. Bon desde su sitio apretó los labios puesto que no sabía que pensar al respecto, sin embargo, sentir la mirada grisácea del mayor sobre él lo dejó tenso y, con indiferencia volteó a observarle arqueando una ceja.

—¿Qué ocurre? —Preguntó el menor observando cómo alzaba los hombros restándole importancia—. Pensé que estarías ocupado con todo esto, ni imaginé verte por aquí.

—El consejo no tiene nada que ver con estos eventos parte de regular el presupuesto —afirma captando la atención del oji-esmeralda, pues apenas se enteraba—. Los organizadores de eventos son los del comité. Personalmente no quiero pensar en nada académico hoy, ya es mi turno de divertirme un poco ¿no crees?

—Supongo... —murmuró, no muy seguro de saber que decir tan siquiera, todavía había una larga brecha entre el joven magnate y él, no era algo simplemente que podía ignorar como si nada, pero notaba que Golden lo hacía muy fácilmente así que no tenía más opción que seguirle la corriente, al menos ese día—. Tu disfraz es muy bueno, pareciera de verdad que eres un muerto viviente.

—Ja. Lo soy, no he dormido nada en las ultimas cuarenta y ocho horas —formula con un cansado tono antes soltar una risa e irse luego de que su pareja hubiera dejado la discusión con su prima tras un rato.

Bon observa esta acción sin decir mucho, a veces ni podía comprender las actitudes que tenia aquel rubio, pero no era algo que solía perturbarle, así que no le daba relevancia. Joy se acerca a él y llama su atención con un ligero toque en el hombro.

—No sé como lo soportas, es demasiado molesto —se queja y nota la sonrisa de su contrario.

—A veces pienso que se parecen más de lo que imaginan —la nota abrir los ojos como si lo que hubiera dicho fuese una total locura desmedida—. Vamos con Meg ahora que...

Sus palabras fueron cortadas una vez observó a un grupo de chicas con unos disfraces que nada más observarlos, sintió estar viviendo entre el mundo de las hadas. Todas estas se acercaron a Joy mientras le pedían consejos diciendo que ya necesitaba volver para continuar con su puesto, que pronto harían una rutina y ya no sabía que tantas cosas más. En un segundo Bon se vio apartado de su rubia amiga por un montón de hadas.

Bien, no es como si no hubiese planeado ver el lugar solo en primer lugar. Mientras avanzaba por el pasillo notaba los puestos que había y se le hizo gratificante la gran variedad que ofrecían distintos servicios igual de entretenidos, había mucha imaginación por lo que notaba, pero esto también le hacía difícil la tarea de a dónde elegir ir primero.

«Me pregunto en qué puesto esta Bonnie» Fue un pensamiento fugaz e inconsciente, pero lo dejó meditando, sanidad cuenta de que tal vez la opción más razonable sería ver que hacia el susodicho, pero no estaba seguro donde se encontraba ya que como lo recordaba ellos tenían una unión con el club de cocina ¿cierto?

—Por favor, solo sírveme de una vez.

Esas palabras llamaron la atención de nuestros querido peli-turquesa que inmediatamente al alzar la vista e intentar localizar entre toda la gente de donde había provenido se encontró con la visión reconocible del único chico vestido de esmoquin y capa, enmascarado en el rostro que había visto ese día. Por lo que notaba Bonnie estaba sosteniendo una bandeja con algo y se encontraba muy ¿avergonzado? Eso podría decirlo pero no estaba del todo seguro.

—Por favor...

Escuchó la voz nuevamente proveniente de una femenina, solo la veía desde atrás por lo que no captaba en totalidad quien era, además, traía el cabello recogido en un moño. Por algún motivo Bonnie se hallaba negándose ante las peticiones de ésta... ¿Tal vez estaba siendo hostigado? Conocía lo latoso que podrían ponerse algunas personas con estos eventos. Así que sin pensarlo mucho se acercó unos pasos a donde se hallaban.

—Por Dios, hazlo de una vez. Te vi servirle a aquella chica así ¿por qué yo no? —Preguntó esta ya un poco inquieta pues no veía por nada que el demacrado cediera—. No entiendo, porque si...

—Lo siento, dama —expresó cierto chico de orbes esmeraldas hacia la femenina que temía en frente, tenía una máscara muy curiosa de kitsune que según vio vendían en uno de los puestos. Ella le miró—. Creo que lo está molestando con su insistencia, puede que se sienta un poco incomodo ahora. Si quiere puedo mostrarle más puestos de comida, hay gran variedad de cosas que le podría encantar

Bon no lo sabía porque no podía percibirlo en totalidad a plena vista, pero Bonnie quedó con los ojos bien abiertos y completamente mudo al notarlo ahora frene a él.

—Eres tan amable, tesoro. Pero yo quiero que él me sirva de esos —le respondió con una aclamada voz aquella mujer para luego formar una sonrisa en sus labios. Volvió a fijar su vista en el chico y le hizo una seña a su boca a través de la máscara—. Sabes, esto terminaría más rápido si me sirviera de una buena vez como lo has hecho todo el rato ¿verdad?

Vaya, que mujer tan insistente.

Bon observó a Bonnie y él definitivamente no quería hacer aquello, incluso parecía gritar internamente para querer escapar de allí, porque muy a sorpresa del de hebras color cían, el rostro del peli-morado estaba teñido en rojo, y aun así se mantenía sin soltar palabra.

—No es por meterme pero creo de verdad está incomodo con esto —No pretendía sonar riguroso, sobre todo porque aquella parecía ser mayor que él pero si el contrario no quería no entendía el por qué ponía tanto empeño—. Tal vez le sea algo latoso andar de esa manera y, siendo que aparenta ser una mujer tan linda y llamativa puede que esté muy nervioso.

Si no funcionaba la técnica de comprensión tenía que irse a lo segundo que, era entrar en el área de adulación. Luego de unos instantes de silencios tras decirlo la escuchó reír con fuerza intentando contenerse de llamar demasiado la atención. Bon miró incrédulo a Bonnie y éste apretaba los labios desviando la mirada de él a toda costa.

—Ay, no me había reído así desde que hablé con el pelirrojo —soltó entre risas mientras notaba al pobre y crédulo de brillantes orbes jade—. Y yo que pensé que estabas disfrazado nada más y resultaste ser un verdadero encanto —asegura una vez decide por fin quitarse la máscara que cubría su rostro para luego observar al menor—. Yo aguanté a ese caradura por unos milagrosos meses en mi vientre, no creo que haya algo más incomodo y latoso que eso.

Observando el aspecto de aquella mujer ahora notaba algo, a pesar de tener pintada la cara de una peculiar manera con una mariposa, era el extraordinario parecido que esta tenía con Bonnie en toda la palabra. Sintió su rostro calentarse debido a la vergüenza de haber comprendido a que se refería y el por qué el de hebras violetas había estado negándose a eso... Dios...

—Mamá... —murmuró por fin Bonnie sintiéndose completamente contenido. El menor había intentado “ayudarle” y curiosamente él terminó más avergonzado—. Ve a otros puestos, por favor.

—Te lo dije, no me voy a ir hasta que me sirvas como es debido —afirma cruzándose de brazos. Que insistente.

Por otra parte, Bon no sabía que pensar, de hecho nunca se cruzó por su cabeza que Bonnie tuviera un parecido tan esplendido a su progenitora, nunca había sentido curiosidad por ello siquiera. Una vez sintió que la pena estaba ajustándose en él, escuchó las palabras de aquella vivaz mujer que seguía siendo terca y como normalmente él suele tomar impulsos propios, agarró una de las dos muestras que quedaban para después captar la atención de ambos peli-morados.

—Si su hijo no quiere servirle yo estaría encantado de hacerlo, querida dama —tras expresar estas palabras Bonnie frunció el entrecejo, su madre no iba a aceptar eso viniendo de un chico desconocido ¿Que pretendía? ¿Dejarlo en vergüenza como desagradecido por la mujer que le dio la vida?—. Espero no le incomode...

—Ya deja de bromear...

—Por supuesto que me encantaría —afirma la susodicha a lo que Bonnie sintió como cuchilladas eran clavadas en su espalda ¡Eso era traición! La de hebras violetas de acercó y gustosa aceptó el ofrecimiento del menor antes de comerlo con una sonrisa aun mas grande para después mirar a su hijo—. Deberías ser tan amable como él.

Comentó mientras cubrirá su boca son una mano sintiendo la intensa mirada de su retoño.

—Increíble, tal vez me pase por ese puesto en un rato, estaba delicioso —afirma campante viendo como el menor sonreía y su hijo la observaba fijamente—. Ya, no me mires así, conejito. Mejor ve a el puesto de tu amigo el alto, fue espectacular, muy original.

—Mamá, no me digas conejito —indicó entre dientes llamando la atención de la mayor que se dio cuenta de aquel acto imprudente puesto que estaban en la institución y reconocía que para él era un apodo vergonzoso—. Además tengo que terminar con esto antes de tomar un descanso, tú puedes ir a ver si quieres.

—Uh, bueno, ¿no necesitas dinero o algo?

—No. Estoy bien, además, los invitados son los que tienen que entretenerse, así que no hay problema.

—Sí, supongo que tienes razón —afirmó ésta con una mueca, ya tenía claro varios puntos, no podía ponerse sus moños, pero de verdad estaba emocionada—. Sabes, perdí a tu papá hace un rato, le dije que no quería verlo hasta que se pintara.

Bonnie respiró profundamente intentado mantenerse sereno al tener en presencia a su progenitora mientras soltaba aquellos comentarios que hacían reír al menor a su lado, lo notaba aunque este estuviese disimilando. Por otra parte, a Bon se le hacía curioso que el peli-morado pareciéndose tanto a su madre en apariencia resultara ser absolutamente todo lo contrario, era singular sin dudas.

—Oh ¡Cariño! Que maravilloso te ves ahora —soltó de pronto a lo que ambos adolescentes voltearon la mirada para encontrase a cierto albino con la cara pintada de forma bastante distintivo, era un maquillaje que de alguna manera le hacía parecer que tenía un hoyo en uno de sus ojos mientras dos manos parecían expandirlo desde adentro—. Los de dibujo tiene muchaimaginacion. A que no resultó tan difícil.

—¿Ya estas feliz? —preguntó con tranquilidad a lo que ésta de forma animosa asintió y él no pudo evitar contener una risa. Observó cómo era que su mujer se hallaba a lado de su hijo y de otro muchacho vestido de príncipe, arqueó una ceja—. No me digas, ¿Ya empezaste?

—No lo estoy avergonzando —se quejó a sabiendas de lo que esa sencilla frase significaba. Él rodó los ojos para hacerle una seña en lo que indicaba que se fueran—. Borde.

Se despidió con una caricia de su retoño y le hizo un leve además al de hebras celestinas que pareció observarlos a ambos intrigados. Bonnie sentía que ya podía respirar con tranquilidad después del bochorno y la traición de un solo momento, ladeó el rostro y notó como aquellas esmeraldas se quedaron mirado fijamente la dirección en donde en su padres se había ido.

Bon sonría con al observar a aquellas pareja, le resulto tan... Gratificante, el solo ver como los dos padres del mayor habían decidió venir al evento y parecían disfrutarlo, pensaba que aquellos hacían una pareja encantadora.

—¿Que tanto miras? —cuestiona el de hebras moradas captando la atención del menor que pareció reaccionar con sus palabras y regresar le la mirada con una pequeña sonrisa en el rostro.

—Pensaba que parece que eres la perfecta combinación de los dos —afirma, y lo escuchar chasquear la lengua antes de ladear la cabeza y observar sucia otro lado. Bon ríe con ligereza antes de volver a hablar—. Oye, ¿qué opinas de ir un rato a ver los puestos, Conejito?

—¿¡Tú también!? ¡No me llames así —repicó escuchando como este soltaba una ligera y “perfecta risa” mientras se disculpaba al respecto.

Bonnie le regresa la mirada y resopla antes de tomar de la bandeja el último bocadillo que le quedaba por repartir como muestras de cortesía.

—No puedo. Todavía me falta ver quién quiere este.

Y como el inoportuno que solía ser el menor, Bonnie apenas se dio cuenta cuando el de hebras celestinas sostuvo su mano con el bocadillo para, de esta forma, acercarlo a la propia y así degustar esto. No era para menos que el de enmascarado en traje abriera los ojos a la par viendo como el que estaba vestido de príncipe comía la muestra prácticamente de su mano. Al Bon alejarse, él quedó sosteniendo el mondadientes sin nada y bastante impresionado.

—De verdad están muy buenos —murmuro el de mayor estatura antes de dirigir sus brillantes orbes jade al contrario que se mantenía sin decir palabra. Mierda, tal vez fue muy confianzudo. Se rasco su mejilla con su mano libre e hizo una acción con la rosa que todavía sostenía—. Jeje, c-creo que ahora ya no queda ninguno. ¿Vamos?

—Sabes... —Por fin Bonnie volvió a hablar y en un rápido movimiento pasó a ser él que sostenía la rosa del contrario en sus manos enguantadas—. A mí me queda mejor esto para la ocasión.

Se mantuvo sereno a toda costa, no podía permitir que el menor estuviese enterado que aquello le resultó inquietante al punto de ponerle nervioso en sus adentro, después de todo, ahora veía en vivo y en directos los tonos del contrario crecientemente salvo su piel, era un espectáculo a su mirar. Bon parpadeó un par de veces al verse robado de flor y continuó presenciando cómo Bonnie ladeaba el rostro para seguir paso entre los pasillos.

Después de ya no hallarse con la bandeja y avisar que tomaría un descanso, enterándose de paso que era el único que no lo había hecho, pues sus compañeros de club hace ya un buen rato que decidieron hacer de ojos vendados y mientras repartían las muestras se divertían a parte viendo los otros puestos. Su madre le había dicho que fuese a donde Fox porque a ella le encantó, y su madre nunca le recomendaría algo mediocre, así que iría a ver acompañado del menor.

Llegaron hasta un salón que mantenía las puertas cerradas y el guardia de esta era nada más que cierto pelirrojo pirata mientras había ya una extensa fila por entrar, al parecer eran muy populares entre los visitantes. El más alto al notar su presencia alzó la mirada y los llamó con un silbido para que se acercaran antes de formarse.

—¡Capullo! Hasta que te dignas a aparecer —comentó en broma para luego mirar que no estaba precisamente solo—. Ah, también estás tú.

Bon suspiró en su sitio mientras que Bonnie se quedan observando el alrededor con detenimiento.

—Hay muchas personas formándose, supongo que nos tomará un rato entrar —expresa sin emoción alguna—. Vale, no importa, tenía que gastar el tiempo en algo.

—Bah, no te preocupes, como solo son dos yo me encargo —asegura apuntándose con el pulgar—. Las personas ya saben que los de otros clubes por estar ocupados en lo suyo no disfrutan casi nada, así que no hay queja.

La puerta fue abierta de pronto dejando a la vista a cuatro personas totalmente con los pelos de puntas soltando una que otra risilla debido a la experiencia vivida.

—Esto mola, casi me da un infarto —asegura un chico siendo acompañado de su amigo y dos muchachas para mirar con una sonrisa como estos confirmaban lo que decía.

—Wah, fue tan aterrador. Quiero entrar de nuevo —asegura una chica pegándose a este mientras lo nota carcajearse.

—Y que lo digas, y yo que pensé que los de esta escuela no tenían imaginación —comentó el otro con cierta burla antes de sentir como su chica reafirmaba su agarre y sonreía campante.

Tanto Bon como Bonnie miraron a estos intrigados, e inmediatamente voltearon a ver al de orbes color ámbar que los mirada con han sonrisa de oreja a oreja.

—Fox, pasa a cuatro —salió diciendo un chico ya disfrazado a lo que el nombrado asiente y con una sonrisa de lado mira al par de conejos antes de hacerle una seña.

—Vale, pero tú cuidas ahora, quiero ver esto —asegura antes de jalar de aquel chico y dejarlo ahora a él en la entrada. Fox llamó a otras dos personas que se hallaban formadas para que lo siguieran adentro junto al par de chicos que traía.

Ya a cuestas en el lugar Bonnie observó con atención que el panorama que le brindaba aquel salón no era nada del otro mundo, tenía unas especies de paredes que dividían la entrada de la otra mitad del salón y esto le pareció curioso, la zona en donde estaba apenas si se hallan decorada y estaba oscuro. Después de pagar lo correspondiente cuatro personas totalmente incrédulas quedaron quietas en aquel salón.

—Vaya, esto es aterradoramente aburrido —murmura el peli-morado al menor que se mantenía cerca de su lado, las demás personas no decían nada de lo extraño que le parecía tan pacifico todo aquello... ¿que se suponía que harían ahora?

—Hombre, ni siquiera hemos comenzado —expresa el más alto con una sonrisa antes de poner en fila a los cuatro y entregarle en la mano a cada uno algo.

—Estos son... ¿audífonos inalámbricos? —Cuestiona Bon viendo como Fox hace un ademán de lo obvio que era, sabiendo exactamente su utilidad ni siquiera espera a que le digan que se los ponga—. Es interesante...

—Sí, sí, Jhon, lo que digas. Tomen estos también —ya para hacer la cosa más extraña el pelirrojo de garfio le extiende un respectivo cubre-ojos a cada uno que mira aquello con ingenuidad—. ¿Conoces los cinco minutos en el paraíso? Pues aquí son diez minutos en el infierno.

Bonnie mira dudoso aquella prenda y sabiendo perfectamente que salir sería extraño para el más alto observarlo no sabía cómo quitarse la máscara y disimular al respecto, las otras dos personas ya se habían puesto la prenda pero él seguía con la suya en la mano después de colocarse los audífonos.

Al parecer el menor distinguió su inquietud porque simultáneamente se puso frente a él para aprovechar que el pelirrojo no le estaba prestando atención a sus acciones y solo cedía a una que otra pregunta de los demás de allí. Sonrío al captar como en de clara piel alzaba la mirada, debatiendo sus acciones y solo le dedico una sonrisa. Rápidamente Bonnie se quito aquel antifaz claro dejando a relucir sus brillantes rubíes un instante que lo dejaron pasmado y absorto a su frente. Aquel enseñamiento no duró mucho pues al instante el mayor se coloco las prendas oscuras que ahora también le impedían ver.

Una vez copió su acción ahora se hallaba ahora sin la capacidad de ver nada, para suerte de ellos los audífonos no transmitían algún audio todavía.

—Aquí el mayor enemigo de todos será su imaginación, así que si no tienen al igual que un tipo Borde que estoy viendo, estarán bien. Disfruten.

Lo que no sabía el de cabellera color menstruación era que nuestro querido Bonnie aun con su actitud mierda y arisca tenía una imaginación tremendamente hiperactiva, ¡Así que sus insinuaciones claras no le hacían frente!

Cuando ya no escucharon sonido alguno del más alto tanto Bon como Bonnie se mantuvieron alertas puestos que ahora solo el fresco sonido del viento soplando con fuerza resonaba en sus tímpanos, de alguna manera sintieron que de verdad se estaba disminuyendo la temperatura.

Puedes avanzar, solo un poco. Podría escucharnos con cualquier pisada —resonó una voz totalmente extraña para ambos. Se oía exaltada y apenas percibirle, como si esta hubiese estado corriendo. Hacen caso a lo que este les dice y sin embargo al escuchar el sonido de una rama partiéndose los alertó. Tanto Bon como Bonnie podrían jurar que sintieron como ellos la partían—. Demonios, ¿qué te acabo de decir? Esta cerca, tienes que... ¿Q-que eso? Un establo. Entremos allí.

Se escuchó el silencio profundo antes de hacerlos tragar con dificultad, al no percibir nada con sus ojos todo se definía en han extensa oscuridad para el de hebras celestina, sin embargo, Bonnie notaba todo lo contrario al imaginarse a aquella persona justo a su lado pidiéndole que mantuviera silencio.

Escucharon el sonido de una puerta de madera rechinando y, al instante algo cayó justo a su frente que se escuchaba su ante pesado. Al avanzar casi tropezaron con algo. Dios. Que realista.

Dicen que cuando es de noche se hace más presente, no sé si estemos a salvo aquí —indica con total nerviosismo provocando que Bon se velara ante tal voz llena de terror—. Si nos quedamos quieto ella no...

La puerta de madera de escuchó ser cerrada con fuerza antes de concluir.

Está aquí.

Ambos sentían sus rápidas pulsaciones acelerarse debido a la emoción, emociones totalmente distintas cabe aclarar. El menor se hallaba al borde de la inquietud al no tener presente que rayos sucedía a su alrededor, y el mayor solo sentía la creciente adrenalina de imaginarse en dicha situación.

C-creo que puedo hacer algo, si ves algo raro... Mantente quieto —expresó este sujeto en los que se escuchaban a continuación los seguidos y lejanos pasos de él. Uno un solo momento en donde se sintió calma, están reinando el silencio...

—Ay wey —murmuró el menor, lo curioso fue que Bonnie pudo escuchar esto por lo que ahora inconscientemente se le vino la cara vivida del menor a su mundo imaginario.

¡N... No te acerque! ¡AHH!

Eso sobresaltó a todos los presentes al escuchar como prácticamente el grito pegó a sus óxidos de forma abrumadora, como si lo hubiesen sentido justo al lado para luego escuchar todos esos sonidos ahogados en agonía. Otra vez reinó el silencio, y ellos no sabían al que dirección fijar su "vista", solo sentía la presencia de la quietud ante la tormenta, aquella gradual sensación de que algo peor pasara.

Con aquellos simples sucesos y sensaciones, sus corazones ya habían comenzado a agitarse. Pero sentir el tacto de alguien rozarles no tuvo precedentes, pegaron un brinco ante aquello chocando contra una superficie.

Bon tragó grueso al ahora sentirse completamente observando por algo, este ser que daba pasados lentos y pasados se sentía cada vez más y más cerca de él, no se sentía capaz de darle una cara.

Shh~

Se oyó esto a la distancia para luego escuchar como el sonido metálico de unas tijeras sonaban cada vez mas y mas cerca de sus rostros, parecía que alguien los estaba rodeando con aquello mientras insistía en hacer el sonido cerca de sus oídos.

Me pregunto que se verá más lindo en ti... ¿Cortarte las orejas como a tu amigo y luego matarte o... Divertirme un poco con tu garganta?

No sabían cómo lo logró pero casi pegan el Jesucristo entero al sentir algo rozarles el cuello luego de escuchar el metálico y desgastado sonido de las tijeras contra ellos.

Si te mueves será peor...

—¡Eso fue... Impresionante! —Comentó Bonnie una vez se halló con su respectivo antifaz luego de que Bon nuevamente tuviera un acto de cordialidad y se posara frente a él. Ahora se hallaba caminando junto con el pelirrojo y el de hebras color cian con una sonrisa enorme en el rostro—. Cuando sentí el calor pensé que me quemaba de verdad.

—Vaya, si que te dejó animado, eh —expresa con burla hacia el de menor estatura que ignoró su comentario.

¿Que si lo dejo de buen humor? Obviamente, no había duda de que fue una gran experiencia, era la primera vez que percibía algo de esa manera, casi pudo sentir todo aquello en carne propia y fue excelente.

—Si... Fue sorprendente —intervino ahora el de menor edad con media sonrisa. No era muy fanático de lo que sea que estuviese relacionado al terror pero aun así no espero que aquello resultara de manera tan realista. El único denotando alegría era Bonnie, y se le hizo lindo el hecho de que estuviese sonriendo tanto... Aunque no eran tan lindos los motivos—. Todo se sintió tan... Cerca.

—¡Ja! Y que lo digas, gritaste como nena cuando ya estaba por acabar. Tengo tu cara retratadas en un montón de fotos —asegura para luego mostrarle el aparato en donde estaban estas.

—Ey, pensé que me mataría, tenía derecho a gritar —se queja este aun escuchando las fuertes carcajadas del contrario.

—Uy si, como digas —afirma rodando los ojos para luego dirigirse al peli-morado—. Tuve la idea cuando quise gastar los datos y me puse a ver un montón de vídeos, entre uno de ellos me topé con uno que describía "Los sonidos 3D" Y como me gustó recordé que todavía no decidamos que hacer para este evento así que aproveché —alza los hombros—. Lo malo eran los audífonos que tenemos, por eso solo cuatro personas pueden entrar, ya con lo que recaudaría aplicaremos para abastecernos y todo eso...

—Así que de vez en cuando puedes ser inteligente —dice el enmascarado, y nota el ofendido porte que adoptó el contrario.

—¿Lo dudabas? —Bonnie rió bajo ante aquello mientras seguían su camino.

Bon observaba que con cada paso el pelirrojo y el peli-morado hacían más cercana su relación amistosa, era algo que también quería, pero no estaba seguro de si lo estaba logrando al fin y al cabo, Bonnie no mostraba muchos indicios de que su cercanía tuviese algún efecto en él y, a pesar de haber vagados juntos notaba que el contrario estaba mas ¿distante? Tal vez esa era la palabra.

Por otra parte, no muy lejanos de ellos en el pasillo se hallaban un grupo de estudiantes campantes con sus respectivos disfraces, todas le hacían preguntas a una curiosa azabache de rasgos asiáticos que traía en el rostro enmarcado una sonrisa.

—Oye, tu disfraz es tan lindo Usagi, haha, con este nadie se equivocara con tu nombre —asegura una de ellas a lo que la nombrada soltó una risilla para luego asentir.

Se encontraba vestida del bien conocido personaje Sailor Moon, y por alguna razón a sus compañeras les había encantado lo apegado que era el atuendo junto a su peinado, quedaron mas fascinadas que ella, normalmente no recibía este tipo de halagos de las chicas en su mayoría. Pero, parecían ser muy fanáticas.

—¿En Japón tenían eventos como estos para tu escuela?

Ella parece meditarlo un rato quieta en su sitio antes de asentir.

—Pues, la secundaria allá es más estricta en algunos aspectos... pero si destacaban muchos con los eventos, creo que eran un pocos más grandes que estos —En realidad no estaba segura puesto que había estudiado en una institución privada así que no sabía si comparar eso con una instrucción pública bien lejos de donde había residido—. Pero aquí sigue siendo muy lindo todo, no había convivido con tantas personas salvo Loon.

Ellas sonrieron ante aquello y rodearon a la contraria, sin embargo en un instante una de las chicas pareció emocionarse demás al ver algo porque de pronto grito en su sitio.

—Wah, Usagi, mira —le apuntó a unas personas pero arruga el entrecejo al no percibir nada, y ésta al notar esto rápidamente la jala y la guía posándola justamente al frente de tres chicos más altos que ella y que parecían ser de grados más altos también—. Quiero una foto de esto.

Bonnie sintió la mirada esmeralda de la de cabellera azulada azabache sobre el un instante y pudo entender a medias porque las chicas que la acompañaban se emocionaron.

—Vaya, si encontramos a tu Sailor —El pelirrojo le dio una codazo a lo que hizo una acción para que se acercara.

—Soy Usagi —le corrige una vez toma otro porte mas derecho cruzada de brazos.

—A mi no me va lo japonés.

Ella rueda los ojos al escuchar aquel comentario y una de sus compañeras se les acerca.

—¿Puedo tirarles una foto para llevarlo a lo del anuario? Por favor —Pidió una de las muchachas haciendo cara de cachorrito a lo que Bonnie alzó los hombros en una clara señal de que no le importaba y Usagi asintió al ver que si había aceptado, por lo que ambos se acercaron el uno al otro sin saber qué posición adoptar esta sonrió—. Como los personajes ¿Si?... —asintieron a la vez la de orbes jade hizo la pose típica que esta adoptaba y el de hebras color violeta tomando la flor de platico que traía también posó—. Ahora una como si fuesen pareja.

Una de las chicas la golpeó tras la nuca diciendo que con esa estaba bien, para después agradecer con una sonrisa a Bonnie y llevarse instantemente a la peli-azul que se sorprendió un poco por el jaloneo.

Sus pasos lo llevaron a unos puestos en el cual se hallaba su reconocible amiga albina, vistiendo un largo vestido claro y desgastado, mientras haría un maquillaje deterioraron que la hacían relucir como un cadáver... El cadáver de una novia.

—Chico torpe, hasta que te apareces, ¿Quieres intentar jugar? Es muy entretenido —inquiere en lo que ve como el contrario arquea una ceja, su vista también se dirige hacia el par de chicos que le hacían compañía—. Oh, Rojo, ¿qué opinas de una competencia entre tú y Bon?

Meg estaba siendo demasiado consecuente con sus peticiones, lo dejo con la incertidumbre a manos. Bon quería saber que se traía entre manos y Fox quería saber si podía dejar mas en derrota al menor.

Ya de un momento a otro se hallaba tanto Fox como Bon dentro de uno de los salones, siendo observados por varios estudiantes y no estudiantes, mientras estaban atados de manos teniendo frente a ellos a la iniciadora de que se encontraran de aquella inusual manera. La de mechón rosa y brillante melena color plata estaba justo frente al par, sentados en unas sillas mientras la distancia que los deparaba era una mesa.

—Bien, tenemos a dos adversarios muy capaces. El rudo poste de último año compitiendo contra el encantador Bon Smith de segundo ¿Quien va a ganar? —Mientras decía aquello con una sonrisa ambos abrieron los ojos impresionados al darse cuenta de la sí tuvo acción. Una estrategia de marketing sencilla para atraer público entre los estudiantes que ya los conocían. Meg era una chica muy astuta—. Recuerden que pueden apostar por su favorito si lo desean y si quieren competir para ganarse el premio especial, siempre aceptamos participantes.

—Maldita enana —murmuró Fox al ser sometido de aquella manera sin darse cuenta, se metió solo en su propia trampa.

Mientras, Bonnie observaba a una distancia prudente dicho acto, tuvo suerte de no ser uno de los participantes ahora. Observó como ésta colocaba cuatros moldes de pasteles llenos de cremas, dos respectivamente a cada lado de los concursantes. Ya se imaginaba que tipo de juego seria.

—Tienen dos opciones frente a ustedes. Una tiene una pequeña bolita comestible, unas perlas que tienen que reunir y, si consiguen las tres ganan, pero, uno de los pasteles tienen una sorpresa aterradora. Escojan sabiamente —tras explicar esto comienza a escucharse las voces coreaban de los demás dirigidos a ellos—. Cuando comience, tendrán que hacerlo lo más rápido posible para ganar las tres rodas o perder en el intento.

—Sabes, te vas a ganar el odio de muchas chicas si ven al turquesita con la cara y pelo embarrado —insinúa Fox mientras Bon rueda los ojos y Meg chasquea la lengua.

Velozmente se le ocurre la fugaz idea de tomar entre sus manos la melena despeinada del control y con una pinza ajustar su cabello hacia atrás. Tomó entre sus manos la corona que adornaba su cabeza para luego hacerla a un lado.

—Sí, tienes razón, ahora solo se le embarrará la cara —menciona, encogiéndose de hombros mientras que la sonrisa no se borraba de su rostro—. Elijan uno solo de los dos que tiene.

Explica, a lo que el pelirrojo hace una seña para descartar el de su derecha y Bon tras pensarlo poco opta por eliminar el de su izquierda.

Comienza el juego y, como si la presión social abarcase más en ellos que sus propias opiniones objetivas, pasaron de un momento a otro a internarse en el postre con la cara. El primero en quedar de su sitio fue Bon logrando sacar dicho aperitivo y poniéndolo un lado, inmediatamente Foxy también pareció resultar ser vencedor en aquella ronda pues no les tocó sorpresa a ninguno. Ya con la cara manchada se les volvieron a colocar cuatro pasteles en la mesa a lo que descartaron dos y esta vez el pelirrojo resulto ser el primero en sacarlo.

—¿Qué coño tiene esto de divertido, joder? —Habla Foxy escuchando como varios le halaban, no era un juego difícil a final de cuentas.

—Creo que tengo crema en la nariz, ahg —inquiere Bon una vez parpadea y logra fijar su vista nuevamente en lo que tenía al frente.

—Última ronda. —Meg hace una seña para que sus compañeros ya vuelvan a hacer el último cambio y los dos chicos miras esto con intriga luego de elegir el correspondiente.

—Espera... —comienza Foxy antes de inicien—. Siento que esto es una trampa tuya, por eso quiero el pastel de Bon.

—¡¿Eh?! Yo también tengo derecho a opinar sobre eso —asegura entre dientes y nota como el pelirrojo hace caso omiso a sus reclamos. Sonríe con nerviosismo al ver como su amiga se lo pensaba antes de seguir continuando ¡Debía estar bromeando! Él ya eligió. Observa como a la distancia se hallaba Bonnie sosteniendo su teléfono mientras parecía mirar la escena atento ¿estaba grabando?—. Meg, no lo pienses tanto, cada uno tomó su decisión.

—Sí, podemos hacer el cambio si gustas —asegura, a veces Bon pensaba que su opinión era utiliza cuando era conveniente para los demás.

Esa idea lo ponía ansioso, ¿qué tal si Fox notó algo en su propia crema? Eso era sospecho, ¿un cambio repentino? Definitivamente debía ser una trampa.

Los pasteles fueron cambiados y en menos de unos cuantos segundos ya estaban contra reloj pero Bon no se atrevía a hacerlo y notaba que el contrario tampoco hacía nada, lo vio mirarle de reojo para luego concentrarse en lo suyo, así que, con el nerviosismo creciente, ambos pasaron a sumergir el rostro allí. Bon no notó nada raro, todo lo contrario, al mover un tanto el rostro presencio como ya allí estaba lo último que tenía que buscar y al salirse no pudo más que mirar esto impresionado mientras que la crema se escurría de su cara hacia el molde por lo que seguía inclinado en su lugar.

Cuando fijó su vista hacia un lado observó como el pelirrojo no solo se hallaba manchado de crema sino también de una especie acuosa de carmesí junto insectos de... ¿goma? No sabía si eran comestibles o no, pero por la cara del mayor podría asegurar que no.

Varias risas resonaron y otros se quejaron porque habían apostado por el pelirrojo, con ese aire de pirata estaban seguro de que iría directo a por el tesoro. Evitó contener una risa y desvío la mirada hacia otro lado pensando en la suerte que tuvo, pues pudo haber sido él el que estuviese en ese lugar claro está.

—¡Este juego está arreglado! —Expresó el chico al cual no se le distinguía el comienzo del rostro y su cabellera—. ¿Qué rayos es esto?

—En primer lugar, tú te llevaste eso por tu cuenta, me pareció gracioso. En segundo, es sangre falsa, genio —indicó la albina antes de tomar el gancho que sostenía los mechones de frente de su contrario y luego extenderle un sobre ahora que ya se hallaba siendo desatado de brazos por lo que aceptó el gesto una vez se vio liberado—. Obtienes el primer premio exclusivo por parte del club de literatura. Gracias por participar.

Él agradeció esto para luego perdió de favor algo para limpiarse el rostro. Una vez se hallaba ya saliendo de aquel salón notó que detrás de sus paso Bonnie le seguía pero observando su celular.

—Tal vez necesite esto para después —Bon arquea una ceja en forma de cuestionó antes de verlo hacer una mueca parecido a una sonrisa de lado—. Nunca sabes cuando tienes que extorsionar a alguien con causarle vergüenza ajena.

—Espero que yo no esté incluido en ese plan de extorsión, dudo que puedas causarme más vergüenza ajena de la que lo hago yo solo.

—Claro, chico perfecto.

Rueda los ojos en una expresión sarcástica pero el más alto no nota esto y solo suspira.

—Pensé que este club haría algo más relacionado a los libros —comenta de pronto Bonnie una vez observa como ahora se encuentran dos nuevos concursantes—. Todos hacen algo por el estilo, por lo que he visto.

—Si... Pero Meg siempre es sorpresiva con estas cosas, haha —dice a la vez que observa unos instantes el sobre en su mano, al abrirlo se encuentra con la sorpresa de que parecían ser un par de entradas. Su mirada se dirigir nuevamente al contrario que no hacía otra cosa más que observar su alrededor notando como las personas seguían abundantes—. Hablando de eso... ¿Que están planeando los de teatro? No tengo la menor idea de que pasó con ustedes desde la confrontación con Golden.

—¿Ah? Nosotros... —Se lo meditó unos instantes antes de tomar la seguridad para decírselo, de todos modos si quería lo vería en cualquier momento por lo que tenía entendido así que no era para darle mucha relevancia al asunto—. Vamos a hacer una obra de inmersión.

—¿Una obra de inmersión? ¿Qué es eso? —Vio a Bonnie abriendo la boca dispuesto a contestar su duda cuando ágilmente aparece una chica disfrazada de una carismática felina con una gran sonrisa tras de él, que al instante se espantó pero luego decido ignorar su invasión de espacio.

—Wah~ ¿Te importa si me lo robo un momento? ¿No? ¡Gracias!

Tras decir esto se llevó a rastras al peli-morado del lugar y por algún motivo no puso evitar sentir un leve disgusto por aquello, arrugó un poco el entrecejo, estaba seguro de que solo era porque normalmente cuando parecía estar en una etapa tranquila con el mayor alguien venía y se llevaba todo el esfuerzo que aunque no se notara, si puso.

—¡Tenemos un perdedor!

Se escuchó la voz reconocible de Meg en su respectivo salón. Bon se erizo por esto... ¿era en serio?

Por otra parte Bonnie ya no sabía si debía sentirse completamente indignado por estar siendo tironeado de esta manera o de han vez tomarlo como un bien rutinario pues con ese extraño grupo cada vez sentía más normal que lo jalarán de un lugar a otro mientras hacia algo.

Mai lo llevó hasta las puertas del auditorio y antes de abrirla lo observó con una sonrisa, una inquietante sonrisa que trataba de contener su emoción interna.

—Ya es nuestro turno de iniciar el Show —Habló con aquella voz que provocó que sus pelos se pusieran de punta. Dándose paso por la entrada ambos notaron como era que todo estaba oscuro salvo el escenario que se mantenía iluminada—. Ya vienen las personas. Hay que darles un increíble puesto ¿no crees?

Bonnie no sabía si era a causa de sus acelerados latidos o de la creciente sensación de hallarse atrapado entre aquello, pero sus nervios estaban pudiendo más que él. Respiró de forma apresura y entre un ligero pánico sentía como la chica lo jalaba siguiendo de forma ascendiente entre los puestos.

¿Por qué sentía un mal presentimiento?

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El capitulo de hoy esta dedicado a: LuliTan2  HatsukoFHS NatBv12 -DRAW-LuviZumen ShanLz0130 IASM-love
no olviden comentar a millón para que les dedique capitulo ♥
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Nota de la autora:

¡Hello My star's!

¡Después de más de un mes, por fin viene esta cosita divina que soy yo a traerle un nuevo capítulo!

Tenia planeada una actualización doble pero no se pudo, este Halloween apenas comienza.

La verdadera fiesta inicia cuando sale la luna :)

Aclaratoria:

Tercer año de preparatoria: Bonnie, Fox, Chica, Golden, Freddy, Lily, Deuz, Maggui.

Segundo año de preparatoria: Bon, Meg, Joy, Mai, Puppet, Abby.

Primer año de preparatoria: Cami, Loon, Usagi.

Aquí Bombon es mas bajita que Bonnie porque no le ha atacado bien el desarrollo jajsja

De verdad tuve un montón de dificultades al editarlo, escribirlo... Y todo en general, no soy normalmente de las personas que se martilla mucho al respecto pero de verdad que este capítulo quiso sacarme canas verdes después de que lo tenia planeado al pie de la perfección xD

También tomé un vicio FUERTE por kaguya-sama. Si has visto el anime o leído el manga tienes mi love.

Espero que se hayan entretenido tan siquiera con el sendo testamento que les lancé y por lo menos compense un poco mi demora jajsja Perd0n.

¿Que les pareció el giño con las niñas? Luli, Hatsuko y Luvi son tres chicas de las que más comentan, espero que les hayan gustado este regalito.

Queria hacer mas menciones pero ni modo we

¿Que creen que pasó entre Maggui y Mai? --->

¿Algún día Bon podrá estar chido con Bonnie? --->

¿Cual crees que es el segundo disfraz de Chica? --->

¿Tienen alguna teoría de lo que pasará en el siguiente capítulo? --->

¿Que parte les gusto mas? --->

¿Dudas? --->

¿Teorías X? --->

¡Vuelven las actualizaciones en viernes/sábado! :D.... Creo.

No olviden que la historia la pueden conseguir con el #HiloRojoBxB y seguirme en mi cuenta de twitter como @CmCimi, allí subo dibujitos a veces y todo eso. Si quieren mandar algo y no tienen twitter pueden hacerlo que sea a mi cuenta de gmail [email protected]

Espero hayan comentado y votado mucho.

Eso es todo weyes.

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A continuación, breve explicación del porque mi demora, no tienes que leerlo porque no es relevante pero me queria explicar un poco TvT

Primero que nada, soy una chica que está actualmente pasando por una situación delicada, tanto emocional como financieramente estoy en la mierda ahre.

El punto es que no se si debido a lo hormonal que soy o a todo lo que pasa a mi alrededor pero me he sentido muy mal, no estaba en condiciones propias de escribir, mis llantos ya no eran fáciles de ocultar y todos suponían que me pasaba algo.

Me di cuenta de lo transparente que puedo llegar a ser y eso enserio me asustó, no es que sea la gran cosa porque hay quienes sufren más, pero esto es entorno a mí, y me duele lo que me sucede.

¿Por que les digo esto?
Simple.

Quiero que tengan en cuenta de que en cualquier momento puedo atravesar una situación parecida de nuevo, no digo que este mejor ahora, pero lo voy superando. Soy muy susceptible a estas cosas, y cuando afectan mi estado de ánimo me afectan como no tiene idea.

Por ahora, estoy bien, no soy de hablar de mis problemas y esto es una descripción muy por encima de lo que es en verdad, pero siento la necesidad de advertirles porque no quiero que se agobian de más.

Si se quedaron aquí, lo aprecio con todo el corazón, los adoro a todos mis queridas estrellas.

Att: Cami <3

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