┍ Capítulo 52: Confrontación ┚

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng



SeokJin 

—YangMi.— dijo en forma de saludo, aunque escupiendo veneno con cada sílaba. 

YangMi sonrió cómo siempre, y SeokJin leyó todo lo que esa sonrisa significaba. 

—¡Hyung!— saludó la vocecita de TaeHyung, saliendo de detrás de la falda celeste de su madre. 

Su rostro ya no estaba sucio como la última vez, pero seguía llevando un sombrero. 

Jin se agachó hasta su altura, sonriéndole. 

—Hola, TaeHyung-ah. ¿Vienes a jugar? 

TaeHyung sonrió y sus ojos se iluminaron, solo que estos fueron cubiertos por su flequillo. 

—¡Sí, hyung! ¿Puedo? 

El rubio le peinó el pelo fuera de sus ojos. El niño realmente necesitaba un corte de pelo.

—Por supuesto. ¿Por qué no entras? NamJoon, Kookie y JiMin están en la sala ahora.— le apretó ligeramente un hombro, y TaeHyung dio pequeños saltitos.—Yo necesito hablar con tu mami.

—¡Claro, hyung!— ajustó las correas de su mochila a su espalda, y entró casi corriendo en la casa. SeokJin rió ante su entusiasmo, hasta que escuchó la grave voz de NamJoon saludar al pequeño. 

Entonces cerró la puerta, y se cruzó de brazos, apoyándose contra el marco de esta. 

YangMi seguía sonriendo, sin parpadear. 

—¿De qué querías hablar, SeokJin? 

—Ya me lo dijo, YangMi.— ella no cambió su expresión.—No trates de jugar a la santurrona conmigo. 

—Yo no juego, Jin.— ahora su sonrisa parecía más una mueca.—Tú eres el que lo está haciendo. Jugando a la casita con NamJoon y esos niños... Creyendo que puedes ser algo que nunca serás.— lentamente su voz se fue haciendo más baja.—Creyendo que NamJoon querrá quedarse contigo. 

SeokJin nunca había sido muy agresivo. No le gustaba la violencia, sin embargo, estaba a poco y nada de arrancarle al menos un mechón de pelo a esa mujer. 

—Escúchame. No hemos estado aquí ni un mes. ¿Cómo demonios siquiera piensas que NamJoon va a caer en tu trampa? No nos conoces. Ni a NamJoon, ni a mí. Así que estaríamos muy agradecidos de que nos dejaras vivir tranquilos. 

—Eso es lo que tú crees, Kim SeokJin. Sé sobre ti más de lo que piensas.

Jin la miró con el ceño fruncido, sin entender, pero decidió ignorarlo. 

—Me vale. Haz lo que quieras, pero no te nos acerques más. Especialmente a mi esposo.— Jin dio por finalizada la discusión, pero YangMi no. 

—No me sorprende que la prensa te haya comido vivo, SeokJin. Tu ego está tan inflado que ni siquiera puedes ver la realidad. Tal vez deberías darme a JungKook o JiMin, para que los eduque mejor de lo que tu jamás po...— 

Jin vio rojo. 

Caminó hacia YangMi con fiereza, y esta empezó a retroceder con él. 

—Guárdate bien estas palabras, YangMi, porque no las volveré a repetir.— gruñó.—Si te vuelves a acercar a alguno de nosotros, o siquiera vuelves a mirarnos, llevaré a cabo lo que he estado pensando hacerte.— La expresión de YangMi al fin pareció flaquear.—Voy a asegurarme de que nunca vuelvas a ver a TaeHyung. 

YangMi abrió los ojos un poco más grandes de lo normal, y Jin creyó que aquello era lo más viva que la había visto desde que la conoció. 

Se quedó mirando directamente a Jin, y luego habló temblorosa. 

SeokJin podía ver que tenía miedo, ¿pero era de él? 

—Inténtalo. Pero te prometo que voy a destruirte, Kim SeokJin. Voy a destruir cada cosa que te importa y voy a hacerte retorcer como un gusano pisoteado. Voy a quitarte todo.— juró que sus ojos lagrimeaban, pero no supo con certeza.—Piensas que yo soy la que va a dañar a los que están a tu alrededor, pero los estás dañando mas tú manteniéndolos a tu lado. Pero date cuenta de eso cuando ya sea tarde.

Jin se quedó mirándola, completamente sin palabras y aunque no quisiera admitirlo, preocupado. 

Había un fuego abrasador en la mirada de ella, uno que sólo podía describir como infernal. 

Y sus palabras... extrañamente coincidían con las que la YangMi del sueño había dicho. 

—Sé cómo se siente estar destruido, YangMi. No me subestimes. 

YangMi levantó las comisuras de sus labios levemente. 

—Te olvidas de como se siente realmente cuando la herida se cierra, SeokJin. Yo me encargaré de que la herida ya no lo vuelva a hacer.— Inclinó la cabeza, en una reverencia corta.—Recogeré a TaeHyung dentro de tres horas. Adiós. 

La mujer se dio la vuelta, y sin mirar atrás atravesó el jardín de en frente, hacia la carretera, dejando a SeokJin con el sudor frío recorriéndole la espalda. 

¿Que carajos había pasado? 

Se llevó una mano al pecho justo al mismo tiempo en que le atacaba una oleada de tos. Se dobló hacia adelante por la intensidad de los reflejos, cubriéndose los labios con una mano. 

¿Y si todo lo que había dicho ella era verdad? 

Siguió tosiendo, y un dolor punzante atacó su cabeza. 

¿Estaban en peligro? ¿Y él? ¿Qué había pretendido con lo de TaeHyung? 

Creyó que el ataque había acabado, sin embargo, volvió a toser una última vez contra su mano, y de esta se deslizó un líquido. 

Separó su mano para mirarla, profundo espanto asentándose en su pecho. 

Su palma estaba llena de sangre. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro