┍Capítulo 80: Como gasolina a las llamas ┚

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¡Hola! Volví :D Siento haberles dejado con el último capitulo de esa forma, espero que no les haya dejado con demasiada incertidumbre <3
De todas formas, vengo a hacer un maratón de tres capítulos en forma de recompensa.

¡Espero les guste!

Maratón 1/3



NamJoon




Abrió sus ojos inmediatamente después de notar que volvía en sí. Uno de sus párpados no respondía muy bien, pero supuso que era a causa del golpe que se había dado contra parte de la puerta del auto. 

La bolsa de aire estaba manchada con sangre, y se sorprendió al ver que parte de su hombro había terminado con algunos rasguños profundos a causa de los vidrios rotos tanto del parabrisas como de la ventana. 

No sentía sus piernas. Estas estaban debajo del frente completamente destrozado del auto, y aunque estuvieran libres, dudaba que pudiera moverlas. 

Con horror entonces comprobó que habían dado contra un árbol al costado del camino, y le parte de en frente y costado del lado de YoonGi estaban hechos trizas, como si el metal se tratara de un pedazo de papel. 

El asiento estaba aún funcionando al menos, pero YoonGi no estaba en él. 

Sintió como si toda la sangre se le fuera de la cara. 

—¿¡Yoon... Gi!? ¡Hyung!— exclamó, y sus mirada chocó contra el retrovisor. Estaba totalmente quebrado, impidiéndole ver lo que había atrás. 

De nuevo sintió que se le caía el alma a los pies. 

JungKook. 

Se dio la vuelta aunque su cadera gritara de dolor y su cuello también, desesperado buscando y rogando que el bebé estuviera bien. 

—¡Kookie! ¿Bebé?— gimoteó al ver el asiento especial completamente intacto, con JungKook despierto y mirándolo con los ojos bien abiertos. Este solo tenía un ligero corte en su frente, producto del hundimiento del techo del vehículo. NamJoon casi lloró de alivio.—Oh, cariño. Gracias al cielo. 

JungKook extendió sus manos hacia él. 

—¡Papi...!— llamó, haciendo un puchero y arrugando su carita antes de empezar a llorar a moco tendido. 

NamJoon trató de alcanzarlo, pero sus manos estaban tan adoloridas y no podía realmente moverse de donde estaba. 

—Quédate ahí, bebé.— el moreno se sorbió la nariz.—Papi va a alcanzarte en un momento. Espera, mi amor. 

NamJoon miró a su alrededor, buscando algo de lo que agarrarse para sacar sus piernas. 

Sin embargo, alli fue cuando vio a YoonGi yaciendo fuera de su ventana, acostado sobre el césped y parte del asfalto. 

—Demonios, ¡Hyung!

Creyó que ya estaba muerto. No había manera de que pudiera haber sobrevivido a tanto. 

Por supuesto, YoonGi no era tan frágil como aparentaba, y verlo mover ligeramente la cabeza hacia arriba lo alivió tanto como ver a JungKook a salvo. 

Su rostro estaba muy herido. No le sorprendía, tomando en cuenta que estaba sobre el asfalto, pero lo que le preocupaba más, era la sangre que volvía a salir de su herida. 

NamJoon trató de abrir la puerta, deteniéndose de inmediato al ver una cabeza rojiza moverse hacia YoonGi intentando arrastrarse fuera de la calle. 

HoSeok se acercó lentamente a YoonGi, con un puño cerrado y la otra mano colgada a su costado. No podía ver su rostro, tan solo la línea de sus hombros iluminada por la luz de la carretera y que llevaba algo de color negro tapandole la mitad de la cara. 

Se paró frente al azabache, y NamJoon se puso frenético tratando de abrir la puerta de alguna forma para salir. Encontró al costado del asiento una barra de metal, y no esperó más para tratar de utilizarla como palanca. 

Mientras tanto, YoonGi se alejó de HoSeok al verlo, aunque creyó que fue más inconsciente que otra cosa. 

—Hobi.—lo oyó graznar, y levantó una mano hacia él.—M-Mi... ángel. 

HoSeok no se inmutó, simplemente se le quedó mirando. Quiso gritarle que se alejara de él, con un aviso de peligro formándose como una intuición. 

—Hobi.— repitió, antes de que HoSeok se inclinara hacia él y llevara su mano cerrada en un puño hacia el estómago de YoonGi. 

El azabache jadeó, pero aún así, miró directamente al rostro del menor. 

Y como no se esperaba nada de lo que estaba ocurriendo, tampoco esperó que YoonGi le quitara a HoSeok lo que sea que tenía por el rostro, tomara su mentón con una mano temblando y uniera sus labios a los del pelirrojo. 

A pesar de estar herido, YoonGi lo sostuvo firme, moviendo sus labios contra los del contrario, y este sorpresivamente no se alejó. 

Incluso, dejó que el azabache le acariciara una mejilla. 

NamJoon no lo entendió, pero siguió empujando la barra contra la puerta hasta que logró abrirla. Justo cuando YoonGi y HoSeok se separaban y el primero caía a un costado de nuevo como si de una muñeca se tratase. 

Mierda, mierda, mierda. 

HoSeok se incorporó hasta su altura, mirando el cuerpo tendido de YoonGi sin emoción alguna. 

NamJoon respiró rápidamente y con todo el esfuerzo del mundo, trató de sacar a JungKook del asiento. Cuando lo tuvo en sus brazos, lo pegó a su pecho e intentó sacar sus piernas de debajo del metal. 

Pero se encontró con que no las sentía aún; y temió que jamás volviera a hacerlo. 

Jungkook continuó llorando entre sus brazos. 

Papi... No 'usta, dele musho.— gimoteó, removiendose. NamJoon supuso que le molestaba la herida, y probablemente tuviera algún otro golpe en alguna parte. 

Apretó su nariz contra su pelo, pensando en que hacer. 

—Tranquilo, pequeño.— miró sus piernas, pero no vio nada raro. Por lo que se desesperó aún más cuando no le seguían respondiendo. 

Giró la cabeza hacia YoonGi, y con pesar verificó que HoSeok estaba a más de medio metro de ellos. 

Lo único que se le ocurría era lanzarse hacia un costado, de forma que pudiera arrastrarse fuera del auto, sin embargo, tenía a JungKook en brazos y no lo iba a soltar. 

Se le acababa las opciones, y no sabía las intenciones de HoSeok.

Le acarició el pelo al bebé, y apretó los labios. 

Papi... ¿Hobi-yung?— cuestionó el bebé de pronto, y NamJoon alzó la cabeza tan rápido que su columna le dio un tirón. 

HoSeok estaba parado frente a ellos; y lo que más le desconcertó no fue realmente sus ojos llorosos y desenfocados, cargados con culpa, fue más bien la especie de bozal de cuero que tenía amarrado a la nuca y le cubría la nariz y los labios. Como si fuera algún tipo de animal salvaje. 

A pesar de todo eso, la mirada en sus ojos no era la misma de antes, y no iba a arriesgarse más. 

—¡Hobi-yung! 

NamJoon se aferró a Jungkook con más ímpetu. 

—HoSeok.—dijo lento, como una advertencia. El pelirrojo parpadeó, mirándolo fijamente.—... No. 

JungKook miró a su papi lleno de confusión porque HoSeok no se movía y porque le apretaba cada vez más contra él. 

De pronto, HoSeok levantó una mano y señaló el suelo. 

NamJoon frunció el ceño con confusión, bajando la mirada hasta allí también. 

Todo el césped alrededor estaba de color negruzco y mojado. 

NamJoon volvió a mirarlo. 

—Shh...—  se colocó un dedo contra el cuero cerca de los labios y levantó la otra mano, mostrando un brillante encendedor entre sus dedos. 

Se sintió atrapado. Sofocado. Sus brazos comenzaron a temblar, y negó con la cabeza, frenético. 

—N-No...— susurró con la voz rota, mirando al bebé tocarle el rostro. 

¿Papi? 

HoSeok agarró al bebé de los brazos de NamJoon, y este no luchó. Ni siquiera cuando JungKook trató de agarrarse de él, ni cuando HoSeok intencionalmente colocó sus manos sobre las de NamJoon para deslizar la alianza matrimonial fuera de sus dedos; llevándose tanto al bebé como al anillo. 

NamJoon se cubrió la boca con el dorso de la mano, ahogando un gimoteo.

El pelirrojo, con un brazo sosteniendo a JungKook, admiró el anillo, dándole la vuelta entre sus dedos. 

El moreno no lo entendió. Y más que molestarlo, le dolió como si le estuviesen apuñalando. 

—HoSeok...— llamó, casi implorandole con la mirada.—¿Qué fue lo que te hizo? 

HoSeok miró el anillo un poco más antes de guardarlo en el bolsillo de sus pantalones y sostener a JungKook con ambos brazos, acunandolo contra su hombro. 

JungKook se quejó, queriendo estar con su padre, pero como era de esperarse, HoSeok simplemente lo arrulló susurrandole una canción que no identificó. 

El bebé lentamente dejó de lloriquear, y como si fuera por arte de magia, cayó completamente dormido en los brazos del pelirrojo. 

El enfermero levantó la vista hacia NamJoon, quien aún no lograba comprender todo lo que estaba pasando y se asía del costado del asiento como queriendo salir, e hizo otra cosa inesperada...

Le sonrió, pudiendo ver la piel cerca de sus ojos contraerse para demostrarlo y una lágrima solitaria cayó por su mejilla, dejando a NamJoon estupefacto. 

Luego de eso simplemente comenzó a caminar unos pasos hacia atrás, lejos del auto, a lo que el moreno intentó seguirlo arrastrándose fuera del auto solo con sus manos enterrandose entre el césped. Pero era en vano. HoSeok se dio la vuelta, y desapareció entre unos árboles con Kookie en brazos, dejando a NamJoon con medio cuerpo inmóvil y con la culpa de que no había podido proteger a otro más de su familia. 





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