Capítulo 13: Corazón perfecto.

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Hola, ¿Qué tal estás?, espero estés bien, te escribiré con sinceridad para hacerte entender cómo me siento el día de hoy.

La conocí en un videojuego, en una aventura ocasional, gracias a ella logré avanzar varios niveles y logré obtener múltiples cosas, poco a poco jugaba más y más con ella, desde ahí comenzamos hablar, ella me llamaba preguntándome si quería jugar y claro siempre quería, porque lo que más me gustaba era escuchar su voz, armaba el equipo y todo lo que logramos juntos.

Ambos perdían de nuevo una batalla con un rival más difícil, ambos agotados por casi media hora de juego, soltaba un suspiro.

—Tranquila, has jugado bien. –Dijo él con amabilidad y cariño.

A pesar de que en el tablero de puntuación ella iba de últimas, él un poco optimista le daba ánimos.

—Quiero parar por ahora. –Le respondió ella con la misma amabilidad, pero se notaba frustrada y afectada por los comentarios de otros jugadores.

De a poco fuimos mejorando y subiendo liga tras liga, comenzaba mis a ser imbatibles en aquel juego, poco a poco me fui enamorando de su apariencia, su voz de ella, especial de lo hermosa que era su cabello y los gestos tiernos que lograba en sus fotos, fuimos amigos y luego di ese paso adelante queriendo buscar más, buscaba la otra mitad de mi vida porque lo había visto en su mirada.

—Quería llamarte solo para decirte algo importante. –Dijo tímido pasando su mano por la nunca mientras la veía.

—Claro, dime. –Respondió ella algo confundida.

—Estos últimos días te he visto de maneras muy diferentes. –Dijo apenado y sonrojado.

—¿De qué maneras me estás viendo? –Preguntó algo confundida.

—Me pareces muy linda. –Dijo en un leve susurro. —Quería saber si ¿Quieres ser la otra mitad de mi corazón? –Preguntó con timidez.

Ella lo miraba con atención y sonreía.

—Nico. –Susurró con una sonrisa. —Claro que sí, tú también me gustas. –Respondió tímida junto a una sonrisa.

Fueron varios meses aprendiendo a llevar una relación a distancia, hacía cualquier cosa para que ella me sintiera cerca, aunque estuviera lejos de su lado y eso se convirtió en una promesa de que algún día nos veíamos.

Te contaré cómo fue aquella primera odisea y locura que hice por amor, porque la primera vez nunca se olvida.

Había ahorrado bastante para aquel viaje, los gastos del viaje ida y vuelta, la comida, para un hotel, por si acaso, cuando había conseguido todo lo planeado, preparé mi maleta y emprendí aquella aventura que me guiaría hacia ella.

Aquel día desperté temprano y me fui a la central de transporte para tomar mi autobús, tenía que tomar dos, uno que me dejará en la capital de su estado, ya en aquel estado en la capital tenía que tomar otro que me dejará en su pueblo, eran doce o catorce horas de viaje.

Al viajar a la capital me tomó más tiempo por problemas en las carreteras así que me retrase dos o tres horas, fue estresante, pero llegué a la estación y ya era muy tarde, los de la compañía de autobuses me dijeron que ya no salía buses para aquel pueblo por el difícil terreno y de paso por las fuertes lluvias, así es amigo mío me tocó quedarme en la estación hasta la mañana siguiente, para complicar el asunto me quedaba sin batería, pero no te preocupes estuve pegado a una toma de la estación que había libre y dormí muy poco máximo una hora.

Temblando un poco por el frío del lugar con sus dientes haciendo ruido al chocar, viendo su propia respiración recargado en una pared con su celular cargando a su lado.

—No sabía que esta ciudad fuera tan fría. –Dijo con algo de dificultad por el frío que sentía. —Esa chica de ahí está tan tranquila con este frío. –Su aliento se lograba ver al hablar.

Aquella chica de cabello anaranjado iba en falda, se le veía muy tranquila con el increíble frío que hacía en aquel sitio, las horas pasaban lento y la noche se hacía eterna, para no congelarse Nicolás caminaba un poco y hacía un poco de ejercicio para mantener su cuerpo caliente.

Estando ahí en la estación me quería devolver, pero ya estaba muy lejos para rendirme, ya a la mañana siguiente tomé mi bus rumbo a su pueblo, era un corto viaje de tres horas más, pero al final llegaría en las horas de la tarde, era un pueblo con un clima muy cálido era agradable el segundo problema era dónde me iba a quedar después, pero no le prestaba mucha atención a eso, cuando llegué me quedé en un parque donde hable con ella, le había preguntado qué haría ese día, ella me había dicho que saldría con unas amigas al cine, ahora el problema era saber cuál cine iba a hacer, le pregunté a varias personas y solo había un cine en todo el pueblo, estaba algo lejos del parque, pero al caminar por ese pueblo sentía todo cerca, quizás porque vivió en una ciudad muy grande, llegué preguntado por lado y lado hasta que llegué.

Estaba en un centro comercial, iba algo cansado con la mochila al hombro, aún así tenía más ganas de conocerla, ya dentro estuve mirando entre tanta gente hasta que la reconocí a lo lejos, estaba con sus amigas, iban rumbo al cine, así que.

Con el corazón a mil y una sonrisas en su rostro al verla por primera vez, era más hermosa en persona que en fotos, caminando con sigilo a su espalda la abrazaba por detrás sorprendiéndola.

—Nicolás. –Dijo emocionada al girarse. —¿Qué haces aquí? –Preguntó confundida y feliz con lágrimas en sus ojos.

—Quería sorprenderte. –Le respondió con calma tomándola de las manos. —Acá estoy cerca de ti.

—Cállate, quiero solo besarte. –Dijo entre risa y cariño acercándose a sus labios.

Ambos abrazados en aquel beso que demostraban que esperaba con ansias este momento.

Fue perfecto, el primer beso nunca se olvida, por cierto.

¿Recuerdas tu primer beso? ¿Eras lo que esperabas o no?

Prosigo, el beso quería que fuera eterno porque fue lo mejor que me pudo pasar, en aquel momento todo a mi alrededor desapareció para dar lugar aquel momento tan romántico, al terminar me invitaron a ver la película con ellas, la verdad no le preste atención en lo más mínimo a la película ni siquiera recuerdo qué película fue estaba perdido en ella y su mirada, luego salimos a comer algo entre todo era una muy linda tarde.

Si te preguntas donde me quede, me quede en un hotel, de muy pésima calidad durmiendo en un sofá, pero era lo que podía pagar durante esos días, no importaba mucho estar ahí, ya que al día siguiente la volvería a ver, al día siguiente hablamos mucho y convivimos momento muy lindo, me quedé dos días más y volverás a preguntarme como le hice con mi madre, realmente no noto mi ausencia, Sebastián me reemplazó haciendo mis labores en casa mientras mi cuarto seguía encerrado bajo llave, eso sí son amigos.

Cuando tuve que regresar a casa no quería hacerlo, no quería dejarla de ver, en aquel terminal de transporte ella no se despegaba de mí, me abraza con fuerza, aquella despedía era lo más difícil que tuve que hacer con alguien.

—Prometo volver, confía en mi amor. –Dijo él con cariño mientras la veía con amor.

—No demores tanto que comenzaré a extrañarte. –Le respondió ella con tristeza en su voz, demostrando lo mismo en su rostro.

Con una sonrisa y un beso tan lento como cálido, él se despedía de ella por esta ocasión, al subir a su transporte que lo llevaría a casa ambos se miraban a través de la ventana que los separaba de nuevo, una sonrisa y un breve movimiento de manos que los despedía sería lo último que verían de ellos, hasta que el autobús se ponía en marcha.

Ver su rostro al irme de nuevo te dejaba ese sentimiento en el corazón, el viaje continuaba y la extrañaba más de lo normal, no dejaba pensar en ella y lo primero que hice al llegar a casa fue hablar con ella toda la noche, pero.

No fue la última estupidez que hice por amor, viaje unas cuatro o tres veces más a su pueblo claro, mejor preparado que la primera vez, nuestra relación se acabó hace unos días, porque ella me engaño con alguien más, me dijo, que estaba teniendo una aventura con su ex pareja, que era una muy linda persona y que se sentía mal por haber tenido relaciones con su ex en navidad, mientras yo pasaba una navidad solo ella, no importa ya, ni siquiera la distancia fue tan dolorosa como ese preciso momento que lo descubrí.

¿Me arrepiento de dar tanto por alguien? Quizás me arrepiento un poco de lo que llegué hacer por ella, pero todo este dolor te enseña cosas, si me duele y me ha hecho mucho daño, pero aprendí algo, en el amor no existe ninguna excusa, ningún límite, ni la distancia puede separar lo que sientes por alguien y prefiero seguir sintiendo, aunque sea dolor, porque al final todo lo que haga por alguien en algún momento valdrá la pena.

Con los ojos cansando se levantaba de la mesa cerrando el diario sin mucho interés, en suelo había una caja abierta con varios papeles y obsequios, con la tristeza reflejada en su mirada y rostro tomaba aquella caja, saliendo de su cuarto.

Estando solo en medio de una zona boscosa le prendía fuego a la caja que comenzaba arder con rapidez, en su mirada se reflejaba la llamas que consumía aquel cartón y papel.

—Tú eras fuego, mi corazón era de papel. –Susurro con calma. –ni siquiera mis lágrimas pudieron evitar que se volvieran ceniza. –Una lágrima se resbalaba por su mejilla al ver como el fuego consumía aquella caja.

Lo das todo, para terminar con nada en el lodo. 

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