Capítulo 19: Melancolía.

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—¿Por qué siempre tocas el mismo tema? –Preguntó, molesto, manoteando.

—Porque siempre ha sido tu culpa. –Le reclamo con la misma molestia, levantando la voz.

—Siempre buscas hacerme sentir el culpable. –Le respondió molesto, levantando la voz. —Me hubiera encantado que hubieras ido, también te hubieras muerto. –Gritó molesto con lágrimas en los ojos. —Te odio.

Sin más, él se retiraba a su cuarto azotando la puerta con fuerza, al entrar manoteaba el aire con rabia y odio.

—Esto es una mierda. –Grito molesto apretando sus puños con fuerza.

Un solo golpe le daba a la puerta de su armario, sus nudillos comenzaban a sangrar ante su mirada indiferente, el dolor le hacía sentir mejor, lo hacía sentir libre.

Soy yo de nuevo, no va mucho desde la última vez que te escribí, solamente han pasado cinco días, acabo de tener una pelea muy fuerte con Susana, me dijo cosas que realmente me lastimaron, y por si te lo preguntas, sí, estoy llorando, estoy mal, demasiado mal, pero tranquilo me he sentido peor, estoy tratando de dejar los antidepresivos así que esta sensación debo superarla por mi cuenta, tengo una duda o más bien una pregunta para ti.

¿Alguna vez te has cortado? O ¿Te has sentido así?

Soltando un suspiro, se sentaba en su mesa de estudio, veía sus nudillos llenos de sangre y heridos, buscando dentro de sus cajones una cuchilla con la cual usaba para sus patillas y cejas, era la cuchilla perfecta para lo que tenía en mente.

Buscando entre su ropa tomaba una camisa sentándose enfrente de aquella cuchilla, sin pensarlo la tomaba y comenzaba hacer un corte horizontal sobre su muñeca izquierda, la sangre no tardaba de brotar por su la piel de su muñeca, demostrando dolor y algo de placer en sus expresiones veía como la sangre comenzaba a resbalar por su muñeca.

Pasaban algunos minutos disfrutando la sensación, le daba paz y extrañamente le hacía sentir bien, con la camisa que había tomado se cubría la herida para parar aquel sangrado.

Una sonrisa surgía entre sus labios al haberlo hecho, sentía una paz y tranquilidad que no había sentido antes, al parar el sangrado hacía lo mismo con su brazo derecho sintiendo lo mismo, aquel dolor minimizaba todo lo que sentía en ese momento.

Si no sabes cómo se siente todo eso deja te lo describo, cortarse es una sensación extraña, al inicio sientes como el dolor, la tristeza, la desesperación y la ira, salen en forma de gotas de sangre por tus muñecas, sientes que ese dolor te hace sentir vivo, te hace liberar todas esas emociones en un instante de dolor, es como si cambiaras el dolor mental por físico, sientes que te alivias y quieres más y más, confieso que te empiezas a sentir mareado y algo débil, pero sientes que te alivias por un momento, creo que el dolor sale de aquel corte.

Y te preguntaras como se siente la depresión se siente como, si tu cuerpo pesara, sientes una sensación en tu corazón, como un cosquilleo que te hace sentir que tus huesos y músculos fueran débiles, tus lágrimas fluyen sin control, resbalan por tus mejillas para darle paso a ese nudo en la garganta que te ahoga que te hace sentir impotente, luego sigue ese dolor de cabeza, por tanto, llorar, sientes que tus ojos están secos y únicamente piensas en desaparecer o dejar de existir, tu mente solamente piensa en eso que te hace sufrir y nada más, se vuelve un recuerdo vívido que va y viene, finaliza y vuelve a empezar, entras en un bucle mental y el resto no importa, hasta qué piensas en tu muerte más que en tu propia vida, vas a imaginar tu muerte más de una vez, y final siente que todo estaría mejor si no estuvieras aquí con ellos.

Me veo en un ataúd y nadie llora, es triste, pero esos pensamientos abundan en ese estado, también piensa lo inútil que eres, lo poco insuficiente que puede llegar hacer para las personas que prefieren reemplazarte con algo mucho mejor, te destruye la poca autoestima que te quedaba, siento que no vales para nadie y ¿Si no le importas a nadie? Para qué continúas, a nadie le has importado en vida.

Con vendas sobre sus muñecas, escribía aquello, deteniéndose por un segundo, con una mirada vacía e indiferente soltaba un suspiro.

Veía aquello que había escrito notando alguien triste y sin alma, alguien que ya había perdido la esperanza de querer hacer algo para su propio bien, cerraba sus ojos para continuar escribiendo algo más calmado.

Ojalá nunca te sientas así porque es horrible, ojalá que siempre seas feliz. Nunca te olvides de sonreír, nunca dejes que esa sonrisa desaparezca, es lo único que te hace recordar que todo puede cambiar y mejorar, yo ya me siento perdido aquí y no encuentro salida, pero tampoco quiero esforzarme por salir, estaré bien cómo te dije me he llegado a sentir peor esto no es nada.

¿Quieres otro consejo?

Si tienes a alguien cerca, alguien igual que yo o hasta peor, abrázalo, créeme un abrazo es la mejor sensación y te hace sentir bien por un instante, te da un aire extra, aún espero estar bien, sé que ese día llegará nuevamente y te volveré a escribir cuando realmente me sienta muy bien, me siento algo avergonzado de que leas este tipo de cosas de mi parte, pero hay momentos malos y hay momentos buenos, siempre vamos a querer estar en los mejores momentos, pero tiene que aprender a lidiar con los malos momentos, solo me distraía con muchas cosas y el día que las tuve que afrontar fue cuando mi mente me ataco con más fuerza.
En esta enfermedad tu peor enemigo eres tú mismo, lo malo de eso es que tú sabes que cosas te harán daño y a pesar de saberlo de todas formas lo vas haces.

Apartándose un poco de su mesa de estudio decidía tomar aire asomado por su ventana, era un bello día a pesar de ser otoño, el sol iluminaba un poco el día, sintiendo una corta brisa recordaba las palabras de la psicóloga de su preparatoria.

"Quizás en algún futuro leas tu propio diario y te verás ya afuera del hueco"

Veía su diario donde había dejado su experiencia de cuatro años, comenzaba a leer cada momento que había dejado plasmado en el cuaderno, algunos malos recuerdo le llegaba de nuevo, pero notaba lo feliz que era antes, lo emocionado el entusiasmo que estaba por varias cosas en el pasado, ya había pasado cuatro años desde la primera vez que había escrito algo en ese diario.

Dejando su diario sobre la mesa se acercaba para continuar escribiendo.

Por cierto, te llevo escribiendo desde hace cuatro años ¿No es genial? Ya han pasado cuatro años desde aquella primera vez, como dicen por ahí, la primera vez nunca se olvida.

Olvidaba decirte algo, perdón si esa primera vez te hablé tan indiferente, aún no te tenía la confianza que hoy te tengo, tanta que llegó al punto de contarte cosas que únicamente sabemos tú y yo y espero que queden así, no le cuentes a nadie mis secretos.

Gracias por estar en las buenas y las malas conmigo, ahora necesito poner todo en orden y dejar de sentirme así.

Ya no soy el de antes y tampoco soy lo que quiero ser.

No te lo había dicho previamente, pero te quiero.

Pronto te escribiré

Dejando el bolígrafo en la mitad del cuaderno suspirando, dejaba su mirada sobre la ventana.

El tiempo pasa y no te espera, se acaba como una vela de cera. 

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