𝐨𝟏𝟕. llamadas no deseadas

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

o17. ❝ but you ain't my boyfriend and i ain't your girlfriend. but you don't want me to touch nobody else. baby, we ain't gotta tell nobody ❞






































llamadas no deseadas en momentos incorrectos pueden acarrear
muchas cosas ❞

•─────•✦ EL TIEMPO PASABA Y, AUNQUE QUISIERAN evitarlo, Natalia y Pedri seguían teniendo que verse en distintos ambientes y contextos. Ya fuera por entrevistas, por sesiones de fotos, salidas a comer, partidos y muchas otras instancias que les permitían ser vistos por el público y así alzar las ventas de la colección. Cosa que...Sí estaba generando efecto.

Sin embargo, también habían habido ocasiones —como la de hacía unos días en el departamento de la rubia— en donde se reunían sin la necesidad de ser vistos por las cámaras. Esto debido a distintos factores que, obviamente, iban mucho más allá de ellos mismos.

En aquella ocasión, había correspondido en la casa de Pedri. Era el cumpleaños de Fernando y el mayor —a pesar de saber perfectamente que su relación era una farsa— insistió en que la chilena asistiera. El factor clave de su presencia fue que a Laura le mencionaron la existencia de aquella celebración y ella le suplicó a Natalia que fueran juntas.

Sí, aunque la actriz lo estuviera odiando, ya se estaba dando cuenta de que Laura estaba siendo aquel puente que de una u otra manera la haría conectar con el canario aunque no quisiera. No podía enojarse con su hermana y decirle que no podían ir a ver al futbolista. La menor tampoco era tonta, se daría cuenta de que algo pasaba y no podían permitir eso.

Así que sí, tuvo que aceptar.

Por el lado positivo, la pequeña fiesta no fue tan caótica como ella pensó. No se la pasó mal. Tuvo la oportunidad de conocer a algunos pocos primos de Pedri y algunos amigos que compartía con su hermano. Además, habían unos pocos futbolistas que el ya conocía y la presencia de ellos la hizo estar más a gusto.

Por si se lo están preguntando...No, los padres del mediocampista no estaban ahí. No pudieron viajar por temas personales y se quedaron en Tegueste. Así que Natalia podía respirar un día más sin el temor de tener que conocer a los progenitores de su adorado novio.

Todo se estaba desarrollando en un muy buen ambiente y las charlas estaban incluso llegando a ser divertidas. A pesar de ser sobre cosas más para adultos, Laura manejaba poder ser parte de todo igual, y si se aburría o se veía ignorada, se las ingeniaba para entretenerse a sí misma de otra forma. Ya fuera con su celular o con simplemente salir al patio a —por ejemplo— contar cuantas hojas habían el el suelo.

Era una niña bastante especial.

—Te juro que sí. ¿Los dos? Siempre han sido un desastre —se oyeron risas.

Una de las primas de los González se había emocionado más de la cuenta por tener a una actriz como Natalia en la misma sala que ella y se había empecinado en contarle distintas historias sobre sus primos, dejando de paso a estos en vergüenza. A Dietz no le incomodaba. De hecho, se reía y ya tenía una lista de cosas con las cuales molestar a Pedri más tarde.

—Lo peor era cuando se peleaban y había que ir a separarlos —siguió ella.

—A ver, a ver, a ver —detuvo el mediocampista alzando las manos—. No lo cuentes así, que nos haces quedar como si fuéramos unos violentos.

—Déjame adivinar quién ganaba —dijo la actriz haciendo una pausa y apuntando con su cabeza a Fernando—. Él.

No sólo la contraria asintió, sino que la mayoría de los presentes también también eso desató la risa de todos.

—¡Venga! ¡Si me sacaba una cabeza! —trató de protestar el recién humillado pero todos seguían riendo—. Era obvio que me ganaba —se sumió en su asiento cruzado de brazos.

Las risas continuaron pero después de unos segundos en teléfono de la rubia comenzó a vibrar. Frunció el ceño ante la sorpresa y, al tomarlo, se dio cuenta de que se trataba de Angélica; su agente.

—Disculpen un segundo —murmuró ella para luego levantarse y alejarse un poco del grupo. Los presentes se tomaron su retirada con normalidad y siguieron charlando.

Pasaron unos cortos minutos y la chilena aún seguía en su llamada. Las cosas en la mesa mantenían su ritmo habitual pero, cuando se dieron cuenta de que estaba demorándose un poco más de lo normal, comenzaron a buscarla con la mirada alrededor de la casa.

No sabían que pasaba. Sin embargo, su respuesta vino cuando oyeron a lo lejos una voz que sonaba emocionada. Agradecía a alguien por el teléfono e incluso soltó una palabrota del lenguaje chileno debido a las positivas emociones que algo le estaba causando.

Finalmente, vieron como la actriz regresaba a la mesa. Lo hizo casi trotando. Una bonita sonrisa adornaba su rostro y movía sus manos al frente como si fuera una niña pequeña. El grupo la observó hasta que se detuvo frente a la mesa y expectantes buscaron saber qué pasaba.

—Nati, Nati ¿Qué pasó? —Laura fue la primera en llegar hacia ella—. ¿Quién te llamó?

La mayor de los Dietz le sonrió y se pasó una mano por la cara. Fuera lo que fuera que había sabido gracias a esa llamada, la tenía bastante emocionada.

—Me llamó mi agente —comenzó su explicación—. Me dijo que la Academia de Cine Española me dará un reconocimiento como la actuación joven del año.

—¿¡Qué!?

Todos se pusieron de pie al mismo tiempo y miraron a la rubia con los ojos más que abiertos.

—Sí —rió tapándose la boca—. Ellos son quienes organizan los premios Goya, así que esto es como una antesala a la premiación del próximo año. Angélica me contó que quieren reconocer mi arduo trabajo en el cine español siendo yo extranjera radicada aquí —frunció el ceño—. Ahora que lo digo en voz alta, siento que es extraño que me den premios de España sin ser de España.

—¿De qué estas hablando? —alcanzó Pedri—. El premio es más que justo. Con lo que cuesta adaptarse y trabajar en otro país, ese reconocimiento lo tienes más que merecido.

Ella analizó a González y a sus palabras con sumo cuidado. No podía distinguir si le estaba hablando en serio o estaba en su papel actuado. Si era así, estaba haciendo un muy buen trabajo.

Finalmente sacudió su cabeza con una sonrisa—Bueno —se encogió de hombros—, el premio es mío entonces.

Los presentes comenzaron a felicitarla con algunos abrazos y buenas palabras. Laura fue la más efusiva ya que casi llegó a colgarse de su cuello. En resumen, todos estaban contentos por aquella noticia y sentirse así de apreciada en medio del círculo cercano del mediocampista no se sentía tan mal después de todo.

Sin embargo, algo faltaba.

Y Gavi lo notó.

Disimuladamente —o bueno, quizás no tanto— le dio un codazo a Pedri haciendo que este se retorciera ligeramente a su lado.

—¿Qué? —reclamó sobando el área agredida.

—¿Cómo que qué? —imitó su voz con sarcasmo—. Ve, abrazala, felicítala, haz algo, no sé. Sé su novio.

El canario abrió la boca para decir algo pero nada salió de su boca al primer intento. Había quedado tan concentrado en la buena noticia de la mujer que por un instante había olvidado que era su pareja y debía hacer algo para que todos siguieran creyendo que efectivamente era así.

—Oh, sí —miró a todos lados—. Ya voy.

El futbolista pasó entre medio de las personas alrededor de la chilena, y cuando logró hacer contacto visual con ella, le comunicó con su mirada que se le estaba acercando para actuar. Ella entendió la señal y asintió. Ya lograban comunicarse de esa forma.

Cuando González llegó hasta ella la envolvió en sus brazos y la levantó centímetros del suelo para darle una corta vuelta, igual que la vez en la que se encontraron en Montjuic después del partido. Cuando sus pies estuvieron en el suelo, ambos se separaron y se quedaron mirando. Todo se sentía tan extraño. Se miraban pero no sabían si seguían en su actuación o estaban a punto de decir —o hacer— algo realmente impulsado por lo que sentían.

La presión de las miradas era tajante como unas dagas. Todos esperaban que hicieran algo. No era para nada agradable.

Finalmente, el futbolista eligió el camino fácil. La tomó por las mejillas, le regaló una sonrisa y le dijo suavemente:

—Felicidades cariño, tienes este premio más que merecido —se tragó el nudo de la garganta—. Estoy más que orgulloso de ti.

Estoy orgulloso de ti.

No lo está diciendo en serio, no lo está diciendo en serio, no lo está diciendo en serio.

Es sólo actuación, es sólo actuación, es sólo actuación, es sólo actuación.

¿Por qué Natalia se complicaba tanto con esa última frase? ¿Por qué daba vueltas y vueltas en su cabeza? Bueno, porque nadie se lo decía nunca.

Pero el hecho de que sintiera que no era en serio y que era sólo por su papel de novio falso la hacía sentir peor y poner los pies de vuelta a la realidad.

Finalmente sacudió su cabeza liberándose de esos pensamientos y le regaló una sonrisa—Gracias mi amor.

Al parecer eso fue suficiente para complacer al público presente ya que ellos los miraban con suma ternura.

Sin embargo, al parecer a uno le pareció insuficiente.

—Eh Pedri, venga, no seas aburrido —todos miraron a Ferran cuando habló, pero la pareja expresaba algo más parecido al terror. Ya sabían como era él—. Le han dado una noticia buenísima...Besa a tu chica, como corresponde.

A Dietz le tembló el ojo.

El resto estuvo bastante de acuerdo con la idea y esperaron mirando fijamente a la pareja como si estuvieran viendo una obra de teatro. Lo cual, tampoco era tan diferente a la realidad.

Ellos se miraron tratando de disimular su incomodidad y simplemente se dispusieron a complacer al público.

¿O a ellos mismos también?

Pedri afirmó el agarre en su cintura para atraerla más a él y ambos se fundieron en un suave beso. Los aplausos complacidos del público se dejaron oír e incluso otros les tomaron fotos. La imagen para ellos era bastante tierna y se declaraban fanáticos de la pareja frente a ellos.

Gavi y Fernando sólo se echaron una mirada. Ellos sabían que el noviazgo era falso, pero verlos besarse así ponía en duda todo.

Al separarse, sus rostros quedaron muy cerca del otro como siempre lo hacían. El besarse más seguido no los estaba ayudando en nada, y la dulce sensación que sentían con el movimiento de sus labios los dejaba aturdidos cada vez más.

Finalmente ellos se alejaron sonriendo hacia el grupo para que todos volvieran a sus posiciones anteriores.

—Voy a la cocina por más agua —dijo Natalia tomando su vaso de la mesa y retirándose de ahí.

Pedri la siguió con la mirada hasta que desapareció en su trayecto hacia la cocina. Lamentablemente, su hermano lo captó en el acto y le dio un codazo para que reaccionara. La mirada inquisitiva del mayor lo hizo sentir avergonzado e insignificante.

Pasaron unos par de cortos minutos más y un característico sonido los alertó. Natalia seguía en la cocina pero su teléfono había comenzado a sonar otra vez sobre la mesa. Se le había quedado.

El canario acercó el aparato hacia él para ver quién era pero se trataba de un número desconocido. Incluso, llegó a fruncir el ceño con confusión al darse cuenta que la clave numérica no parecía de España.

Pero eso no le incumbía, sólo a la chilena.

—Le llevaré esto a Natalia —anunció para luego ponerse de pie con el aparato en manos para buscar a la mujer en la cocina.

Caminó hasta aquel lugar y cuando la halló se dio cuenta que seguía bebiendo agua, sirviéndose de la jarra que estaba guardada en el refrigerador —al parecer aquella buena noticia la había agotada—. El futbolista decidió entrar luego de verla por unos segundos y el sonido de su propio teléfono sonando fue lo que la espabiló.

—Eh —el canario alzó el aparato—. Te llaman.

—Oh, gracias —se acercó para tomarlo pero terminó poniendo la misma cara que él segundos atrás—. El número es raro...

Luego sus ojos se abrieron como platos. Por supuesto que ella reconocería aquel código de digitación. Tanto tiempo en España no la haría olvidar eso.

Pero le causó un escalofrío.

—Es...Es la clave numérica de Chile —comentó en un susurro.

La información tomó por sorpresa al mediocampista—¿Qué?

—Sí...

Debido a tanta espera, el número que había llamado cortó y por un segundo eso fue de alivio para ella. No obstante, pasaron unos pocos segundos después y la misma persona misteriosa volvió a llamar. Apareciendo en su pantalla con esa digitación tan conocida para ella, aunque no supiera quien la llamaba.

—¿Quién te podría estar llamando de Chile? —le preguntó él.

—No tengo idea. Yo borré todos mis contactos cuando me fui.

—¿Vas a contestar?

Ella se lo meditó un segundo ser consciente de sus acciones pero terminó contestando después de todo. Era la única forma de salir de la duda.

—¿Aló? —se giró para darle la espalda al canario mientras esperaba respuesta.

Sin embargo, no hubo nada por los primeros segundos.

—¿Aló? —insistió ella.

No se oía nada. Solamente un poco de estática y sonido común y corriente de fondo. Aquello ya no le estaba gustando.

—¿Quién está llamando? —su insistencia se estaba volviendo cada vez más enfadada.

Ahora, al ruido de fondo, se le sumó una suave respiración, dejando en evidencia que, efectivamente, había una persona al otro lado de la línea. Esto no hizo más que confundirla y poco a poco empezó a asustarla. No pintaba nada bien aquel asunto.

—Hablo en serio, si esto es una broma no está siendo nada graciosa —dijo.

El mismo sonido se siguió escuchando. Parecía un vacío interminable, como si fuera un bucle que la estuviera absorbiendo poco a poco. Pero no le nada respuesta alguna. Seguía siendo una incógnita y no estaba dispuesta a seguir siendo el juego de algún degenerado al otro lado del teléfono.

Sin embargo, justo cuando estuvo a punto de cortar, oyó:

Natalia.

Ella se paralizó.

Quedo estática en su lugar e incluso dejó de respirar.

Aquella voz...

Aquella voz la conocía.

Por años pensó que la había olvidado. Por años creyó que alejarse y desaparecer serviría para olvidar ese tono se voz, esa curva rítmica, esa entonación y esa dureza. Pero ahora, la sentía resonando una y otra vez dentro de su cabeza como un eco que la había hecho olvidar toda su capacidad de habla o de reacción siquiera. La tomó y la arrojó a lo que ella había sido años atrás.

—Nat ¿Está todo bien?

La preocupada voz de Pedri a sus espaldas no pareció hacerle efecto alguno. El futbolista notó el cambio en sus reacciones pero ella no se inmutó ante su voz

No podía.

No podía hacer nada.

Se había estancado al piso y todas sus articulaciones se paralizaron. No sabía qué hacer. Se sentía en un plano alejado a la realidad donde parecía estar completamente sola y en una habitación oscura. Sin salida, sin compañía, sin nada...Cómo siempre había estado.

—Nat.

La presión de la mano de González sobre su hombro fue lo único que la pudo traer de regreso.

Recién allí ella reaccionó, colgó la llamada y estampó su celular contra la isla de la cocina. La acción fue tan fuerte que quizás había llegado a romperlo. Su respiración volvió a ser un poco más regular y se llevó las manos al rostro cuando comenzó a ser más consiente de lo que había sucedido.

Por un segundo pensó que se lo había imaginado, pero aquella voz volvía a resonar en su cabeza recordándole que había sido todo una realidad.

Y eso sólo significada el inicio de un camino que ella no quería volver a tomar.

—Oye ¿Está todo en orden?

No, no lo estaba. Todo se había venido abajo. Toda esa felicidad que había sentido cuando supo de su reconocimiento por la Academia Española se esfumó como humo. Con eso, dio paso a una palpitante angustia que llegó a instalarse en su pecho, una que le dolía y que la hacía querer arrancarse el corazón con la mano.

No estaba bien, no estaba bien, no estaba bien.

Pero quería sentirse bien. Necesitaba algo que le diera aunque fuera un instante de calma para olvidar lo sucedido. Ya fuera alcohol o cualquier cosa, pero estaba desesperada por olvidar lo que había pasado.

Entonces recordó a quien tenía detrás de ella.

Pedri.

Quería sentirse bien, y lo único en lo que podía pensar era lo más reciente que tenía...

Pedri.

Los besos de Pedri.

Se había vuelto loca. Realmente había perdido la cabeza. Pero necesitaba una inyección de bienestar aunque fuera momentánea y debería enterrar sus diferencias para reconocer que se sentía en una efímera nube de bienestar cuando el canario la besaba.

Y lo necesitaba ahora.

Entonces ella se giró a verle y soltó:

─Bésame.

Aquellas palabras salieron sin mucha premeditación de su boca. Sólo se dejó guiar por lo que sentía culpando a su perdida mentalidad que aquella llamada le había causado.

La petición tomó por sorpresa al futbolista. Le pareció muy extraño que ella le pidiera hacerlo sin que hubiera público presente tal y como había sido su trato. La analizaba y veía su mirada desorientada, angustiada, pero sobre todo con necesidad de contención. Fuera lo que fuera que hubiera pasado, sus ojos conectados a los suyos le estaban dando señales.

─¿Qué?

—Hazlo y ya. Necesito que lo hagas.

Todo estaba siendo muy confuso para él. La reciente llamada, su reacción, que le pidiera que la besara...En su cabeza no tenía sentido y no estaba seguro de cómo actuar.

─Sólo bésame ─se le acercó haciendo que sus alientos se mezclaran—. Bésame como un novio lo haría.

Ladeó la cabeza—No soy realmente tu novio.

—Pues entonces pretende que lo eres por un segundo —soltó con voz decidida.

Pedri se dio a sí mismo un segundo para procesar todo lo que estaba pasando pero eligió no hacerla esperar más. No era que tampoco a él le disgustara la idea de volver a tener sus labios sobre los suyos. Tenía que reconocer que la sensación había sido placentera.

Sus manos atrajeron con firmeza su cintura hacia su cuerpo y sus labios volvieron a juntarse en un lento pero necesitado beso. Natalia pasó sus brazos alrededor de su cuello y lo acercó más a ella, como si eso fuera posible.

Ninguno de los dos era capaz aún de reconocerlo públicamente, pero desde la primera vez que se habían besado, se habían vuelto fanáticos de la sensación que el vaivén de sus labios juntos causaba. Era tan deleitoso, dulce, grato y era de esas cosas que siempre los dejaría con ganas de más.

Juntos estaban creando una bomba de tiempo que pronto les explotaría.

González avanzó unos pasos aún sujetando a la chica haciendo que su cuerpo quedara acorralado entre la alacena y su cuerpo; no dejándole escapatoria. Justo en ese momento, sus bocas habían habilitado el paso para que sus lenguas jugaran entre sí.

No obstante, al recordar la condición en la que la chilena había estado tan sólo segundos atrás, Pedri se separó.

—Nat —fue ignorado durante los primeros intentos ya que la rubia seguía buscando sus labios—. Nat, espera.

—¿Qué? —gruñó molesta mientras trataba de seguir el beso.

—¿Estás bien? —la pregunta finalmente la hizo detenerse y puso sus pies en la tierra—. ¿Está todo en orden?

Su momento de ciega euforia comenzó a desvanecerse como la neblina y trajo su racional juicio de vuelta. Se apartó de él y por un instante se sintió avergonzada de lo que su idiotez había causado.

—Perdón —se giró y con la yema de los dedos tocó sus labios inconsistentemente sintiendo la calidez que había quedado en ellos y deseándola otra vez—. No debí hacer eso.

Había sido una completa tonta. Al menos eso pensaba ella ahora.

—Tranquila, eso no es el problema —habló aún con la chica dándole la espalda—. Sí, me ha tomado un poco por sorpresa, pero...No ha sido lo que me ha dejado con inquietud.

Bien dentro de sí Natalia sabía a lo que se estaba refieriendo pero no dijo nada, sólo se mordió las uñas en silencio y nerviosa.

—Nat —sintió un escalofrío cuando una de las manos de Pedri se posicionó sobre su hombro—. ¿Qué pasa? ¿De quién era esa llamada?

El corazón de la chilena comenzó a latir con más fuerza. Incluso le llegó a doler.

Aquella voz con su nombre resonaba en su cabeza otra vez.

—Lo digo porque, después de eso quedaste muy afectada...¿Qué pasó?

Ella sólo quería sentirse bien aunque fuera por un ínfimo momento, y los labios del canario la hacían sentir bien.

Pero aquel instante ya había acabado y la angustia otra vez inundó su corazón.

El español suspiró cansado y volteó a la mujer tomándola por la cintura, finalmente teniéndola cara a cara. No obstante, los ojos de ella se rehusaban a mirarlo.

—¿Quién te llamó? —realmente se veía preocupado. Buscaba desesperado su mirada.

Reaccionó segundos más tarde y negó—Nadie.

—Venga, no soy tan idiota —suspiró—. Has cortado de repente y casi rompes el móvil.

—Ay, fue sólo un tipo degenerado queriendo hacerme una broma —se encogió de hombros—. Sólo me dio lata que fuera eso y no...Alguien importante.

Alzó una ceja—Eres buena actriz, Dietz. Pero estoy aprendiendo a detectar cuando mientes.

Bufó y quiso alejarse de él mas no pudo—Ya, no te pongas weon, si no fue nada.

—¿Nada? ¿Nada te dejó así? —sus ojos se conectaron e inmediatamente entendió a qué se refería—. Estás temblando, Natalia.

Recién allí ella se dio cuenta de las reacciones que había tomado su cuerpo desde la llamada. Tragó saliva nerviosa y con sus manos masajeó sus brazos, pensando que eso la ayudaría a calmarse y dejar de temblar.

—No sé de qué estas hablando —se hizo la desentenida.

—Venga ¿Quién te ha llamado? —la miraba y no hablaba respuestas—. Por favor.

—No es algo de lo que quiera hablar —soltó áspera—. No aquí, no ahora —miró a sus espaldas—, y no con Laura en la casa.

Aquello último dejó al canario aún más confundido y con la fría incertidumbre de una interrogante que seguría manteniendo, ya que la chica no tenía intención de compartir lo que aquello fuera con él.

—¿Ya me vas a soltar o tendré que ir a buscar alguna palanca para que lo hagas? —agregó después.

El futbolista no obedeció de inmediato. Se quedó otros segundos adicionales analizando el serio rostro de la chica como si en él pudiera encontrar las respuestas que necesitaba. No obstante, no había nada. Una vez más sólo estaba ante la fría armadura que la chilena se rehusaba a quitarse.

Delicadamente la soltó y ella aprovechó la oportunidad de alejarse de él.

Sin embargo, se detuvo a medio camino cuando la vergüenza por su comportamiento anterior la volvió a atacar.

—Una vez más... —se giró parcialmente—. Perdón. No debí haber hecho eso y no volverá a pasar.

Qué problema tenían.

Porque ninguno de los dos estaría contento con la idea de que eso no volviera a pasar.

























































HOLA A TODOS ESTOY MUY APURADA

como están? les gustó el cap de hoy?? SE VIENE NOCHE DE PREMIOS. y estos dos se siguen besando jujuuu

díganme sus teorías !!! quién creen que llamó a nat??? SE VIENE EL CAOS

75 votos para actualización ✨

ESPERO ESTEN MUY BIEN LES AMO

SEE YOU SOON

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro