𝐨𝟑𝟕. lo que la mente no suelta

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

o37. ❝ i touched you,
it's ruining my life







































































lo que la mente no suelta y lo que seguirá torturando a pedri por mucho tiempo más ❞

✦•──•─•──• REGRESAR A SU CASA DESPUÉS DE DEJAR A Natalia en su trabajo se sintió como una soledad infinita.

Cerró la puerta a sus espaldas ya dentro de su hogar y vivió el palpante silencio en carne propia. No se veía ni oía ni un alma. Parecía que su casa se había transformado en una mansión abandonada a la que nadie se atrevía a ir y por eso se encontraba en tanta soledad. El silencio, el frío y el apretón que eso le daba a su corazón lo estaba comenzando a inquietar más de lo debido.

Apoyó su espalda en la madera y llenó sus pulmones de todo el aire que le estaba faltando.

Todo se repetía en su mente una y otra vez —sí, todo—. Pero lamentablemente, lo que más golpeteaba en su cabeza eran las últimas palabras que habían compartido. Esa conversación fría y distante después de hacer el amor que marcaba una tajante línea entre lo ardientemente vivido y la cruda realidad en la que estaban y que debían ser capaces de recordar; como poniendo un muro.

"La pasamos bien"

Sí, eso había dicho ella, pero el canario no sabía dilucidar bien el trasfondo de aquellas palabras. No sabía si se lo había dicho por lástima, o por nostalgia o porque realmente así lo creía. De todas formas, sonaba como eso: una simple diversión, frase a la que él mismo había dicho estar de acuerdo después de todo.

"No significa nada"

Cerró los ojos al recordar aquella charla. ¿Realmente no significaba nada para él? ¿O para ella? Un segundo acostón más intenso que el anterior que los volvió completamente locos en una noche de pasión que sólo fue de ellos. ¿Realmente había sido la nada misma? ¿Sólo sexo? ¿No sentían nada dentro de ellos cuando se tocaban, se tentaban, se sentían y se excitaban? ¿Era sólo lujuria?

Eso habían dicho ellos.

Y bueno, ambos lo dejaron claro.

Pero todas aquellas dudas y esos recuerdos eran lo que su mente no soltaba.

Eligió despejar sus ideas y optó por tomar una ducha. El agua fría sobre su cuerpo debía lograr algo que sus acciones no estaban logrando. No obstante, desde un inicio fue un acto tortuoso, ya que recordó que la chilena había estado ahí tan sólo minutos atrás y su recuerdo en su solitaria casa le dolió.

"Si quieres puedes traer algunas de tus cosas para dejarlas aquí"

Se sintió como un idiota. Pedri gruñó molesto al recordar su estúpido comentario hacia la mujer y abrió de una vez el grifo de la ducha para que de un sopetón el agua comenzara a caer sobre su anatomía, refrescando y despejando su mente.

Pero no podía.

Hiciera lo que hiciera no podía.

Sus manos recorrían su cuerpo con el jabón pero sus pensamientos parecían estar en otra parte —bastante obvio para decir dónde—. Recordaba cada movimiento y cada espacio recorrido en el cuerpo de Natalia y asimismo todo lo que ella recorrió en el de él.

Su mano de pronto se detuvo en la cuenca entre su cuello y el hombro y sólo pudo pensar en la mujer y en cada detalle que recordaba de ella.

Pedri sabía que aquel era el rincón favorito de Dietz y que ella perdía la cordura cada vez que sus labios llegaban ahí. De la misma forma, había notado que ella buscaba compartir aquella sensación con él siempre que podía hundiendo sus besos en su cuello también; de la misma forma en que le gustaba a ella. Una desesperación inteligible, seductora y sin freno que con un sólo toque con la yema de sus dedos el canario estaba siendo capaz de recordar.

Su mano permaneció en aquel lugar meditando incansablemente sobre la chilena y lo que ella estaba provocando en él. Jamás, en su corta vida, se había desenfrenado de esa manera, a tal punto de ser incapaz de detenerse y conocer una versión de él con la que nunca había convivido.

Pero ella...Oh, ella. Ella era espectacular. La culpaba una y otra vez por robarle suspiros y la mayoría de sus pensamientos. Si tan sólo fuera capaz de olvidar sus ojos, su sonrisa altiva, su cabello y la manera rápida en que se lo ataba entre besos. Y hablando de besos...Aquellos labios suyos estaban siendo su perdición. Si ella quería podía acabar con él poco a poco solamente al sentir sus labios recorriendo su cuerpo y esas manos tan hábiles que siempre sabían lo que estaban haciendo...

Pero no estaba siendo capaz.

Y se odiaba por eso.

Frustrado porque aquella ducha no había servido, el futbolista salió del baño una vez duchado y se cambió de ropa, pero hasta incluso eso sirvió de martirio con los recordatorios de la mujer. Tan sólo con abrir el cajón de su ropa interior él recordó que ella le había pedido ayuda con eso y lo nerviosa que ella se había puesto cuando él entró al cuarto estando solamente con una toalla cubriendo su cuerpo.

Cerró los ojos, y trató de que aquella imagen se fuera de su mente pero parecía estar apernada en ella.

"No hay nada ahí que yo ya no haya visto"

Recordar lo que le dijo incluso le sacó una risa. Una risa nostálgica y cansada, odiándose por estar ahí solo y sin la mujer que se había apoderado de su cuerpo una noche más que ellos catalogaron como un error.

¿Qué rayos le estaba pasando?

Una vez cambiado de ropa y listo escuchó que alguien tocaba el timbre de su hogar. Pensó que podría ser su hermano pero éste le avisaría si volvía de Tenerife y no lo había hecho. Bajó las escaleras y caminó hasta la puerta para abrirla y resolver la incógnita de quién se escondía detrás de ella.

Al ver a aquella persona en su porche se sorprendió ligeramente.

—Gavi, hermano —lo analizó—. ¿Qué haces aquí?

El palaciego sonrió como siempre y lo miró con un poco de gracia.

—¿Cómo que qué hago aquí, chaval? Quedamos de ir a comer con los chicos y que yo me iba contigo.

Oh claro, cómo se le había podido olvidar. Tenían día libre y parte del equipo iba a aprovechar de disfrutar de un tiempo juntos almorzando en un buen restaurante.

Con todo lo que había sucedido en un transcurso de tan sólo horas, Pedri había olvidado todo eso.

—Oh, sí —recordó tomándose el puente de la nariz—. Perdón, en serio, lo había olvidado.

González se hizo a un lado para que Pablo pudiera ingresar a su hogar pero este lo hizo con la mirada fija y preocupada en su amigo. Notaba inmediatamente que estaba raro. Estaba distraído y desganado y ese no era él normalmente.

—Hermano ¿Estás bien? —preguntó al instante ya estando en la sala de estar—. Te noto raro.

Dándole la espalda, Pedri se tensó. Sus músculos se tensaron y su cuerpo se irguió al oírle, sabiendo que había sido bastante evidente en su cambio de humor y eso lo había expuesto ante su mejor amigo.

—Pedri.

—Estoy bien —se giró un poco para verle pero luego regresó su vista a su posición anterior.

Rió sarcásticamente—Venga, y yo nací ayer —hubo silencio—. ¿Está todo en orden, tío? ¿Ocurrió algo?

¡Va! ¿Cómo le decía? Qué no había ocurrido sería una mejor pregunta.

—Nada, nada, sólo estoy un poco estresado —se volteó a verle— por...Ciertas personas.

Ante aquella frase y el tono de voz que él utilizó para decirla, el menor entendió completamente a quién se estaba refiriendo y eso unía las piezas en su mente para comprender porqué su estado de ánimo y sus reacciones estaban así. Sí, Gavi ya sabía lo que Natalia provocaba en su amigo.

—Ah —asintió comprendiendo y se le acercó—. Presiento que esa cierta persona es una actriz que es rubia y chilena.

Pedri negó con la cabeza y soltó una cansada risa. Ahí venía otra vez, el recuerdo de Dietz a su mente después de todo lo que había sucedido. Había logrado no pensar en ella por al menos unos minutos pero, ahora, gracias a su compañero de equipo, la mujer volvía a estar en su mente. Se sentía un prisionero en su propia jaula de tortura.

—Adiviné ¿No? —continuó el menor al notar su reacción.

Rendido y sabiendo que con él podía ser sincero, el canario asintió con la cabeza.

—Sí, es ella —se encogió de hombros—. ¿Quién más iba a ser?

Exacto ¿Quién más iba a ser? No había y probablemente no habría otra mujer ocupando cada esquina de su mente.

Asintió—Ya veo...¿Y qué pasó? ¿Discutieron? ¿Elías los obligó a hacer otra estupidez?

No, no era ninguna de las anteriores.

Pero el simple hecho de recordar la respuesta correcta a esa pregunta le causaba presión en el pecho al canario.

—¿Qué pasó?

La insistencia de su amigo no hacía otra cosa que seguir taladrando su corazón con y por el recuerdo de la mujer. Se sentía un verdadero imbécil. Después de todo lo negativo que siempre se decían y las formas en las que siempre se atacaban, Pedri ahora estaba encerrado en el único pensamiento que ahora tenía cabida en su mente y ese era el recuerdo de la rubia.

—Pedri...

—Bien —suspiró rendido—. Nos...Nos volvimos a acostar.

El rostro del palaciego se pintó de sorpresa al oírle pero hubo una pequeña parte de su interior que no se sorprendió tanto como sus expresiones lo mostraban. Sabía lo que había estado pasando entre ellos y que siempre existía esa fuerte tensión que los ataba. Iban a sucumbir de nuevo nuevo algún momento, sólo no esperó que fuera tan pronto.

—Oh —fue su primera palabra después de un rato—, mierda...

Pedri cerró los ojos y suspiró cansado. Aquella situación ya lo estaba sobrepasando así que tuvo que ir a sentarse al sillón con su mejor amigo siguiendo sus mismos pasos e imitando su acción final a un lado de él.

—¿Cuándo? —cuestionó el 6 del Barça.

—Anoche —murmuró sin mirarle—. La he ido a dejar al trabajo hace unos pocos minutos.

—Venga, si vengo más temprano me encuentro con el desmadre —rió.

La pequeña e inocente broma para alivianar el ambiente no fue de mucha ayuda en realidad, ya que González ni se inmutó y mantuvo su seria mirada hacia el frente.

Gavi tragó saliva—Bien, lo siento, no ha caído bien la broma.

El menor lo volvió a mirar y se seguía preocupando por lo inmóvil que se veía. Estaba completamente distinto a lo que siempre conocían de él.

—Pero... —decidió continuar—. ¿Cómo te sientes tú con eso? Porque me queda claro que eso te tiene como estás.

—Estoy bien —negó pasándose una mano por la barbilla—, es sólo que...No sé qué nos está pasando

Soltó una suave risa—Venga, no puedes preguntar semejante cosa más que obvia.

Pedri se dignó a mirarle un segundo y se dio cuenta de que su amigo lo observaba con una sonrisa ladina, una que parecía decirle que podía sincerarse con él y que él estaba dispuesto a oír lo que realmente sentía aunque no fuera capaz de aceptarlo.

Finalmente González bufó.

—Vete al carajo, no es lo que piensas.

Alzó las manos—¿Entonces? Si te acostaste con ella otra vez no entiendo porqué tienes esa cara de diez metros...¿Te dijo algo? ¿Pelearon?

—No —suspiró—. Sólo dejamos claro que esto era simplemente diversión y nada más. Que no teníamos que confundir las cosas y...Eso.

Alzó una ceja—¿Y tú estás de acuerdo con eso?

¿Lo estaba?

Pedri meditó y pareció una eternidad.

Desde que la chica le había dicho aquella famosa frase de: Tenemos que hablar, él supo que venía una charla referente a lo malo y erróneo que había sido tener sexo por una segunda vez. En el fondo lo veía venir así que no fue una sorpresa tan grande cuando la oyó.

Pero, ¿Él pensaba lo mismo? ¿Que sólo era diversión? ¿Que no habían sentimientos de por medio? ¿Que era un error de sólo una calentura que no tenía significado alguno?

Se torturaba pensando todo eso.

Finalmente —y para tratar de disimular— el hombre asintió y dijo:

—Sí —se encogió de hombros—, pienso igual que ella.

Pablo lo analizó no muy convencido pero decidió no hacerle pelea a lo que él pensaba ya que sabía que no le iría muy bien.

—Ah —hizo una mueca—. Entonces ¿Por qué te afliges tanto?

González volvió a girar su cabeza hacia él y lo miró de mala forma.

—Vaya, gracias por ayudarme.

Alzó las manos—¿Y qué quieres que haga? Si te hablo de lo que realmente creo que pasa aquí me echarás de tu casa o algo.

—Venga, cuando he sido tan ermitaño —bufó.

—No, no lo eres —hizo una pequeña pausa—, pero desde que conociste a Natalia estás más a la defensiva, y no lo estoy diciendo de mala manera, sino que se nota que algo te pone en alerta siempre que está ella o cuando se habla de ella.

—No es verdad —dijo sin mirarle, bastante seguro de lo que decía.

—Ay, a mí no me vengas a hacer tonto —reclamó—. Ella realmente te saca de tu lugar.

—¿Sabes algo? Sí, sí lo hace —dijo apretando la mandíbula—. Pero lo hace porque me saca de quicio, me estresa, se enoja por todo, pelea por todo, no le gusta nada y muchas otras cosas.

Gavi trató de aguantarse la risa—Yo creo que ese tipo de sensación tuya quedó atrás hace varios meses ya.

—No —negó rápidamente para seguir con su fachada—. Nada ha cambiado.

—No te creo.

—Por favor —alzó los brazos—. Cada día que pasa la entiendo menos. Ella va a acabar con mi vida...Me va a volver completamente loco.

Después de estallar por un milisegundo en frente de su amigo, el canario hizo una pausa en donde se tomó el rostro con las manos. Sabía que la mujer estaba en su cabeza, y sabía además que sería muy difícil sacarla de ahí, eso lo estaba matando, y ya no sabía cómo contener todo lo extraño que sentía.

Gavi lo notó y sólo dijo:

—Ah —asintió —, y ¿No lo está haciendo ya?

Calladamente Pedri levantó la mirada hacia él y múltiples escenas de sus vivencias con la rubia durante meses pasaron por su mente, ya no solamente se trataba de sexo, sino todo el transcurso que llevaba desde el día en que se conocieron hasta el tiempo presente.

Era tanto, pero tanto lo vivido...

Que él tuvo que tragarse las ganas de decirle al palaciego que tenía razón.

—Basta —se limitó a negar finalmente—, no en ese sentido. Ella...Ella no es así, no es de las personas que tiernamente sienten algo por alguien y lo confiesan, o al menos eso creo yo —negó—. Esto que pasó anoche es sólo lo que ella dijo...Diversión —se encogió de hombros.

—A ver —se le acercó un poco—, yo no la conozco del todo, pero no se ve como una chica que se acuesta con cualquiera.

Rió sarcásticamente—¿A qué quieres llegar con eso?

—No sé —se encogió de hombros—, quizás se está comenzando a sentir confundida de la misma forma que tú te estás confundiendo ahora.

Pedri volvió a hacer cortocircuito y sacudió su cabeza rápidamente tratando de borrar sus ideas.

Bufó—Yo no estoy confundido

—Sí, ajá.

—Te hablo en serio.

—Le pones tanta atención que no te das cuenta, y me asustaría pero no me sorprendería el hecho de que sabes muchos detalles sobre su vida sólo porque la observas más de la cuenta

Rió nervioso—Eso no es cierto.

—¿Color favorito?

Púrpura.

González cerró los ojos.

Él se arrepintió completamente de sus palabras casi al instante cuando la respuesta salió de un sopetón de su boca, sin siquiera pensar que podía pasar la vergüenza que ahora estaba sintiendo.

Gavi sólo lo miró con una cómplice sonrisa.

—Venga, lo dijo una vez, era obvio, cualquiera lo recordaría —trató de encubrir su nerviosismo.

—Alergias.

—Mariscos —Gavi iba a reprocharle eso en la cara pero se adelantó rápidamente alzando un dedo al frente—. Saber eso no es de otro mundo, me lo dijo, y recuerda que tuvo una reacción alérgica en mi propia casa.

—Nombre de la ciudad en que nació.

—Valdivia, ¡Eso también lo nombró!

—Tatuajes.

—Cuatro.

—¿Qué? —frunció el ceño—, pero se le ven tres.

Hubo una corta pausa.

Hizo una mueca—No preguntes cómo sé donde está el otro.

El menor tardó un segundo en entender y se quedó congelando meditando hasta que captó el doble mensaje.

Su expresión cambió y se tapó los ojos—Ay, mierda.

—Perdón —torció la boca.

—Qué mal, mejor sigo —batió las manos—. Gestos que siempre hace.

—Frunce la nariz cuando está confundida, arruga el entrecejo cuando está estresada, mueve los pies contra el suelo cuando está contando y...Cuenta usando los dedos.

—¡Ja! —lo apuntó Gavi sonriente—. Sabía que con eso te iba a atrapar.

—Ya, ya, ya, ya, bien, esas son cosas de las que me he dado cuenta pero sólo soy observador y ya —reclamó ya un poco molesto por como lo estaba exponiendo.

—Yo no conozco a otra persona a la que describas con tanto detalle —entrecerró los ojos—. Soy tu mejor amigo y jamás dirías algo así de mí.

Se tomó el rostro agotado—Gavi...

—Pero ¿Ves? —buscó su mirada—. ¿Te das cuenta?

¿Se daba cuenta? ¿Realmente lo hacía?

Pedri se odió a sí mismo por conocer tanto a la rubia. Sí, él era clínicamente observador; tenía esa manía, pero gracias a la intervención de Gavi se estaba dando cuenta que las cosas a las que le había prestado atención eran muchas o simplemente eran demasiado específicas.

Pero ¿Darse cuenta de qué? En el fondo sabía la verdad y no iba a permitirse ni por un instante darse una gota de esperanza o pensar en una oportunidad con la rubia sabiendo que nada podía florecer en un terreno tan árido como ella y su corazón lo eran.

No valía la pena ilusionarse.

No valía la pena sentir algo.

Finalmente suspiró cansado y dijo:

—No hay nada de lo que hay que darse cuenta, Gavi.

Su voz fue serena y eso preocupó un poco al andaluz ya que parecía que hablaba en serio; no como antes.

—Ella y yo no congeniamos realmente y aunque lo quisiéramos no funcionaríamos como pareja —aquellas parecieron sus palabras finales.

—Eres un mentiroso —rió

Ya cansado y frustrado por que su amigo le llevara la contraria, González bufó y se levantó del sillón queriendo dar por finalizada aquella incómoda e innecesaria —según él— conversación.

—Bien, ya estuvo de esto —habló a lo lejos—. Vámonos al restaurante o nos atrasaremos mucho.

Gavi rió suavemente—Como digas.

Podría fingir todo lo que quisiera, pero si Pedri no soltaba a la mujer de su mente jamás podría olvidarse de ella.

Y eso empeoraría.

Ya que se seguiría confundiendo.






















































HOLA HOLA, MIERCOLES DE ICSY, COMO ESTAMOSSSS

se acuerdan que, después del primer acostón tuvimos un capitulo sólo de como se sentía Natalia respecto a eso y contándoselo a Vivianne?? bueno, hoy tocó lo mismo pero al revés 🥺 si alguien no se dio cuenta de ese detalle ahí se los dejo djcjd

qué opinamos? pedri ya está demasiado confundido y no lo puede negar, SE TE NOTA EN LA CARA PEDROOOOOOO

(no alcancé a hacer el gif de inicio, no me juzguen)

capitulo escrito con emoción después de ver a pedri golear al rayo vayecano, joder que día fue ese🤤🤤🤤

170 votos para actualización ✨

gracias por todo su apoyo, SEGUIMOS CON MASSSSS, atentis a lo que se viene y probablemente a lo nuevo que empiece a llegar 👀

SEE YOU SOON

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro