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"Me estoy ahogando en mis propios pensamientos"


Si alguien me preguntara ahora que siento diría que no tengo la menor idea. Diría que deje de sentir hace mucho tiempo, no sé cómo. Trato de no pensar en eso. Trato de no analizar lo que me pasó, porqué me pasó, o porqué les pasó eso exactamente a ellos, porque la verdad es que nunca encontraré una respuesta. Vivo el día porque tengo que hacerlo, porque tengo que vivir. No por mi, por ellos, por mis padres, porque eso es lo que ellos querrían. Pero si me preguntas que pienso, diría que hace mucho tiempo dejé de creer en la vida. La verdad es que ya no creo en nada. No creo que me esperen cosas buenas, tampoco creo que las merezca.

Hoy es martes. Como podrán imaginar tengo que ir a clases. Alabada sea la tienda que hay en la vuelta de la esquina donde venden mis hermosas redbull y los exquisitos sándwich de todo lo que se puedan imaginar. Porque si no fuera por esto mis mañanas serían más tortura de lo que son. Como dije anteriormente amo dormir, es mi placer culpable, por lo que necesito mis 15 horas mínimas de sueño. Por esto alabadas mis benditas energéticas.

Caminando hacia la universidad escuchando Change My Life de Ashes Remain (mi canción favorita) a todo volumen, me doy cuenta que voy atrasada. Como siempre. Yo diría que las clases siempre se adelantan a mi horario y yo siempre llego a la hora, pero es cuestión de cómo lo vea cada uno.

Llego a la sala de clases tratando de pasar lo más desapercibida posible, pero mi intento falla, como todos los días. Mundo, te cuento un secreto... odio a las personas que llaman la atención, que lo necesitan hacer porque les sube su ego o su autoestima o lo que sea, con esto dicho... mundo, ¿por qué me haces esto?. El universo conspira en mi contra en formas que ya no puedo adivinar, y lo hace siempre que puede.

-Buenos días señorita O'Connor, ¿a qué debemos el placer de su presencia esta mañana?- dijo mi profesor, Luis Smith.

Quizás si lo ignoro, me siento tranquilamente y hago como que no existo no me dirá nada.

Pero como siempre me equivoqué.

-Sabes que hacer como que no existes no funciona- me dijo. Mundo, ¿Soy tan predecible?.

-Deme una buena- dije refiriéndome a la pregunta que me tenía que hacer por llegar atrasada.

A todos los que llegaban tarde les hacía preguntas lo más difíciles posibles, pero yo siempre me salvaba por alguna razón del universo que no quiero ni saber. Aunque como a mi me encantaba todo esto, investigaba siempre por mi cuenta (sí, soy un poco nerd), por lo que estaba segura que respondería bien.

-Bueno, veamos... Hoy no será una pregunta, será un ejercicio. Pasa a la pizarra-

Me levante de mi asiento con mala gana y pasé por el lado de Matilda y Cori. Me pusieron su típica cara de "muéstrale lo que tienes" y me guiñaron el ojo.

Me indicó las instrucciones y emprendí mi camino hacia el éxito.

Odio que todos me miren.

Odio estar al frente.

Odio hablar en público.

Odio todo.

Mi ansiedad empezó a resurgir desde el fondo de mi y a mi mente vinieron imágenes indeseadas de ese maldito año. Miraba el pizarrón y trataba de escuchar lo que el profesor me decía, pero la presión que sentía me jugó una tan mala pasada que a mi mente sólo vinieron las risas y miradas de la puta gente que me hizo vivir un infierno. 

-Adela- dijo Smith tocándome el hombro.

Me di cuenta que mi respiración estaba demasiado agitada y mis compañeros de clase me miraban con curiosidad.

-¿Estás bien?- dijo con un susurro.

-Si, lo siento- 

Hice como si nada hubiera pasado y traté de controlarme sólo el tiempo necesario para responder su pregunta y salir de ahí. Esto nunca me había pasado y ahora siento que quedé expuesta ante todos. Todos sabrán que hay algo malo en mi y no lo puedo soportar, odio no poder controlar situaciones como esta. Necesito actuar normal, responder rápido y alejarme de aquí. 

Marqué todo lo que sabía, puse las direcciones y lo miré.

-Muy bien Adela, a tu asiento. Y por favor ahora si has como que no existes- dijo y todos se pusieron a reír.

Lo que me faltaba.

Puse la cara más mierda que tenía y me dirigí a mi asiento, no necesito nada más por este día. Al sentarme comencé a calmarme sin llamar la atención, con respiraciones tranquilas y pausadas.

-¿Que fue todo eso?- me susurró Matilda desde su asiento.

-Nada- gesticulé con mi boca. Le di una sonrisa vacía para que dejara de mirarme y siguiera con sus cosas.

Al terminar la clase fuimos a desayunar.

-¿Cuándo será el día que llegues temprano a clase?- Me preguntó Cori.

-Juro que no es mi intención- dije concentrándome en mi comida.

-Ya estamos acostumbrados, aunque es la primera vez que no te salvas de la pregunta de Smith. Pensé que te desmayarías, ¡estuviste callada por mucho tiempo!- dijo riendo- Por cierto les tengo una propuesta y no me pueden decir que no- continuó Matilda.

Gracias Mundo porque cambió el tema. 

Matilda era la "alegre" del grupo. Demasiado feliz, demasiado positiva, demasiado entusiasta. Cori, por otro lado era demasiado callada, demasiado tímida, demasiado ingenua. Cori estaba pasando por momentos difíciles al tener que venirse a la universidad en la que estamos y alejarse de su familia que vivían a unas 5 horas de aquí y Matilda era como su nueva mamá, nunca la dejaba sola. Después estaba yo. Demasiado negativa, demasiado pesada, demasiado sarcástica. En pocas palabras, nadie quisiera tenerme cerca. No sé como estas chicas siguen a mi lado. Sé que son buenas, que me cubrirían la espalda, solo que yo no las dejo. A pesar de todo aquí están conmigo después de meses de "conocerme", si es que se puede usar esa palabra. Por eso aún estoy aquí con ellas, quizá porque sacan de mi mente de esos pensamientos que tanto odio con sus charlas sin sentido. 

-No- dije sin pensarlo siquiera.

-No, no, no. Esta noche nos han invitado a una fiesta y vamos a ir. A las 8 nos juntaremos en el departamento de Adela y listo. Sabes que yo vivo con mis padres y que no me dejan salir, y que Cori vive en una residencia con más de 10 personas y ella solo tiene una habitación.- dijo Matilda. Sí, también es un poco mandona, lo cual no soporto, pero lo es solo con cosas pequeñas así que es tolerable.

-Maravilloso- dije sin ganas. Esto iba a ser insoportable.

-Vamos, Adela. Nunca sales con nosotras, solo te vemos en la universidad. No sabemos nada de ti, nunca nos cuentas nada, no sabemos de tu familia. Con suerte sabemos que te llamas Adela y eso ya es mucho- dijo Matilda.

-¿Sabes qué? A la mierda. Necesito un trago y mejor si es gratis- dije sólo para que dejara de hablar. Ya me estaba mareando.

-Pero, yo nunca he ido a una fiesta- dijo Cori avergonzada.

-No te preocupes, no te dejaremos sola en ningún momento- Dijo Matilda aplaudiendo feliz.

En estos momentos pienso que todo sería más fácil si me mantuviera alejada de los humanos. 

Matilda (Lili Reinhart):


Cori (Lily Collins):

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