Capitulo siete:

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Capitulo muuuy largo. Recuerden votar por favor.


Camino entre las personas que se encuentran en el pateo de Alfea, tratando de no chocar con ninguna, mantengo mi vista en mi teléfono buscando alguna canción que me gustara lo suficiente como para mantener mi mente distraída.

Como de costumbre termino en la lista de canciones de Taylor Swift y dejo que de manera aleatoria comience a reproducir sus canciones. Necesitaba desconectar un rato.

Guardo mi teléfono en el bolsillo y acomodo los audífonos en mis oídos sin dejar de caminar. Las suaves corrientes de aire mueven mi pelo haciendo que mi cuerpo se relaje por el ambiente.

De alguna forma había llegado al área de los especialistas, viendo como hay varias tarimas con algunos de ellos arriba de estas entrenando.  Me fije en una tarima en especifico, donde puede ver el cuerpo de Oliver moverse con bastante rapidez. 

Sin dejar de mirar, me acerque hacia el, notando que luchaba contra un chico moreno. Sus cuerpos se movían de un lado a otro esquivando golpes a diestra y siniestra, pero por parte del chico moreno, sus golpes y movimientos son tambaleantes y no tan directos como los de Oliver. 

Lo que mas me hipnotizaba era la forma en la que su pelo se movía de un lado a otro, parecía incluso que con los primeros rayos del sol el cuerpo de Oliver resaltaba de una manera en especial.

Finalmente el otro chico cayo al suelo y Oliver lo ayudo a levantarlo, le dio una palmada en la espalda y dio medio vuelta para tomar una botella de agua al lado de una bolsa de entrenar negra.

Sus ojos antes fijos en los arboles pasaron hacia mi, alejo la boquilla de la botella de sus labios  y movió su mano izquierda como saludo.

Camine hasta poder quedar frente a la tarima y sonreí. Oliver se sentó en el borde.

-¿Disfrutando las vistas?- pregunto. Me fue imposible no sonrojarme por sus palabras, aunque creo que fue mas por el hecho de tenerlo a mi lado con el cuerpo sudado y la respiración alterada. 

Por Dios Eira, contrólate que apenas lo conoces.

-Mas bien admirando como se ven luchando, yo no duraría ni un segundo de pie- desvié el tema quitando mi mirada de el para mirar hacia el frente.

-Al principio es complicado pero con entrenamiento se facilita bastante. Aunque no te quites merito, te enfrentaste a un quemado y estas de pie- sus palabras se clavan directo en mi cabeza haciendo que mi pecho se infle de orgullo.

-Bueno, tampoco fue algo memorable de recordar, temblaba tanto que no se como no me desmaye en el instante. Fue terrorífico- acepto con una mueca. El rostro de aquella cosa aun permanecía fresca en mi mente y me causaba escalofríos. 

-¿Como fue? -giro mi cabeza para poder mirarlo. Sus ojos me miraban fijamente- ¿Cómo es el quemado? ¿Cómo fue enfrentarlo?

Lo pienso algunos segundos, planeando que decir o como expresar lo sucedido en palabras.

-Fue horrible- me sincere- estaba aterrada, sentía que en cualquier momento íbamos a morir a manos de aquella cosa. Recuerdo como nos rugía, como trataba de atraparnos. Nunca tuve tanto miedo en mi vida como en aquel momento.

-Y aun así lo enfrentaste, felicidades- lo miro y no pude evitar sonreír por sus palabras, mi sonrisa lo contagio- Siempre e pensado como yo actuaria si me toca luchar contra esas cosas.

Apoyo mi brazo en la tarima, para poder dejar caer mi cabeza en la palma de mi mano.

-¿Nunca te a tocado luchar contra algo parecido?- indague curiosa.

Oliver gira la tapa de la botella un par de veces sin quitarla de su lugar.

-Hace tiempo no hay avistamientos de los quemados y Alfea siempre a sido un lugar bastante seguro, nunca tuvimos la necesidad de luchar contra algo así- responde con la vista perdida entre los arboles- pero siempre e pensando que pararía si tengo que hacerlo, si tengo que luchar por mi vida, y se que sucederá algún día, después de todo soy especialista y tal vez no con monstruos, pero si tendré que enfrentarme a alguien.

-¿Puedo preguntar algo personal?- me atreví a preguntar.

Noto como sonríe.

-Te dejare para no romper esta aura de tranquilidad que tenemos. Pregunta.

-¿Por que quieres ser especialista?- solté sin dejar de verlo, podía ver sus pestañas o la forma de su nariz. 

Oliver tarde unos segundos en hablar, hasta que finalmente lo hace.

-Solo me gustaría saber que tengo el control, la fuerza para poder hacer algo si se llega a necesitar. No sentirme impotente ante algún acontecimiento. 

Sentía su respuesta estaba a medias, pero aun así no dije nada, después de todo no tenia porque entrometerme en su vida, en su lugar sonríe por su respuesta.

-Debo irme a clases, pero gracias por la charla- me despego de la tarima con algo de pesar.

-Hablamos después- dice como si viera mis pocas ganas de irme- y si gustas puedo consejos por si tienes que luchar no dures un segundo- dice lo ultimo con burla provocando que suelta una pequeña risa.

-Lo pensare- prometo.

Ambos nos sonreímos hasta que me obligo a alejarme para ir a mi habitación para buscar mis cosas. A medida que me alejaba mi sonrisa crecía un poco mas. Se siente genial tener un amigo.

Miro mis zapatos mientras camino por los pasillos de Alfea con la mente perdida en la conversación con Oliver.

-Mhm, alguien esta muy feliz- levanto mi cabeza al escuchar la voz de Musa- ¿y esa sonrisa?

Ruedo mis ojos sin dejar de sonreír.

-¿Acaso no puedo sonreír?

-Puedes, pero tienes esa mirada de: "acabo de conversar con el amor de mi vida y estoy que salto de felicidad"- dice Aisha cruzándose de brazos.

-No exageres- pido entre risas- ¿De que hablaban?

-Del chico misterioso que le gusta a Musa- responde Aisha.

Miro a la nombrada confundida.

Musa sonríe levemente.

—Es un chico que, no se, me trasmite cosas diferentes a comparación a los demás. Siempre que quiero encontrarlo desaparece— en ese instante Musa ilumina sus ojos—otra vez está atrás de mi.

Inclinó mi cabeza ligeramente para ver al supuesto chico, pero no encuentro a nadie.

—No hay nadie atrás de ti...— Aisha se detiene al mirar por la pared.

Un chico, literalmente había atravesado la pared.

—Misterio resuelto. Es un hada de la tierra—suelto una pequeña risa.

-Eso fue asombroso- digo sorprendida.

—No soy nada superficial, pero ¿es guapo?

—Bueno...

—¡Oye!—alzo mis cejas al escuchar a Aisha llamar al supuesto chico.

—¿Aisha que haces?— susurraba Musa escandalizada.

—¿Cómo te llamas?—pregunté divertida. Segun recordaba es el mismo chico que acompañaba a Oliver ayer en la cafetería. 

—Ahm...soy Sam, ¿Qué pasa?— el chico se veía bastante confundido.

—Yo soy Aisha, ella es Eira y ella es Musa.

Muevo mi mano sonriente.

—Te odio, las odio. Odiare los hijos de sus hijos. —solté una carcajada ante las amenazas de Musa.

Alzo mis manos y tomo a Musa por los hombros para girarla.

—Adios Musa—Aisha y yo nos alejamos de ellas entre risas.

Paso pagina al libro entre mis manos siendo esto lo único que rompe el incómodo silencio

Bloom se encontraba frente a su laptop, mientras Aisha comía frituras de manera un poco ruidosa.

—Tengo que decir algo—habla Aisha rompiendo el muy incomodo silencio.

Pongo un separador de cerdito en la pagina por donde voy, y me siento en mi cama para verla.

—No creo que debas aprender magia de Stella— dice directa hacia mi hermana— Su método no es confiable.

Frunzo el ceño confundida. ¿Aprender magia de Stella? ¿Desde cuando?

—¿Cómo sabes de su método?—pregunta Bloom.

—Vi tu cuaderno esta mañana— responde.

—¿Revisaste mis cosas?—pregunta Bloom incrédula.

Espera, ¿Que?

—¿Tomas clases con Stella?—pregunto sorprendida— ¿por que no estaba enterada?

—Te vi hablando con ese chico de la otra vez. Que por cierto no me has dicho quien es—acusa.

—No cambias de tema Bloom— acuse ofendida. ¿Por que no estaba enterada de eso? ¿Y desde cuando Stella se interesa por enseñarle a Bloom si la ultima vez dejo en claro que no es mentora?

—Estaba vistiéndome y lo vi—se defiende Aisha volviendo al tema anterior.

—¿En mi escritorio?—pregunta Bloom con sarcasmo.

—Solo quiero ayudar—se defiende la morena.

—Hazme un favor, deja de ayudarme— masculla la pelirroja.

—Bloom...—intento hablar, pero mi hermana me mira.

—¿Te pondrás de su lado?

-No hay lados Bloom- exclame con el ceño fruncido- esto no es una guerra y si lo fuera se supone que debería de estar del lado que confía en mi. 

Bloom me mira y abre su boca para decir algo, pero en ese momento Stella atraviesa la puerta.

—Sky me llamo, moverán al quemado a la capital. Debe ser ahora.

Suelto un suspiro antes de levantarme.

—Perdón, pero su idea sigue siendo extremadamente estúpida—indica Aisha segura de sus palabras.

Bloom toma su chaqueta y al pasar por mi lado me toma de la mano arrastrándome, ignorando por completo a Aisha.

A medida que íbamos caminando en dirección a la barrera, más nerviosa me sentía y con más ganas de vomitar.

Esto va a acabar mal, muy mal.

—Y bien... ¿Cuál es el plan barbie soldada?—pregunta Aisha llegando a nuestro lado.

—Bloom, no entiendo ¿le pediste a Aisha que viniera? ¿Tu lo hiciste Eira?— pregunta Stella—Yo creo que no. Entonces, si no le pidieron que viniera y claramente yo tampoco se lo pedí, es oficial, nadie quería a Aisha viniera.

Frunzo mi ceño al escucharla.

Aisha solo quiere ayudar y para ser sincera necesitábamos ayuda de alguien que si supiera usar su magia.

Seguimos caminando hasta llegar a la barrera, mientras que Stella y Aisha seguían discutiendo.

—No tienes que estar aquí, Aisha—le recrimina Stella.

—Es una idiotez. Me necesitan—le encara— ¿Qué harás, Stella? ¿Deslumbrarlo mientras Bloom intenta encender algo y Eira las congela vivas?

—Oye estamos aqui— les recuerda Bloom mientras yo me cruzaba de brazos.

—Tiene razón...—susurre siendo ignorada.

—Repare a Bloom, y ella misma ayudara si Eira se descontrola— dice Stella defendiéndose— después de todo son fuego y hielo.

—Las emociones negativas no son confiables, tienen límite, tu método no servirá a largo plazo.

—Vamos a morir— lloriqueo.

—No vamos a morir.—aseguro Bloom.

—Claro, tenemos tan buen control en nuestros poderes que esto saldrá a la perfección. Recordemos que casi salimos vivas de la ultima vez.- hable con rapidez. 

—Tu pesimismo no ayuda—me recordó Stella.

—Soy realista, no pesimista. Esto saldrá mal.

Antes de que podamos pasar la barrera dos personas llegan hacia nosotras.

—Okey, todas tranquilas y relajadas— nos dice Musa llegando junto a Terra.

—Por fin—bufa Stella.

—Lo siento, necesite ayuda con el zanback. Pero ya estamos listas—nos dice Terra sonriendo.

—¿Saben donde esta el granero?— pregunta Stella.

—Si, al norte—informa Terra pasando la barrera—hay un viejo tronco que parece una...

—Apunta, no hables—le interrumpe la rubia.

Comenzamos a caminar por el bosque siendo nuestras pisadas lo único que se escuchaba.

Mi mente era un torbellino de posibilidades que yo misma creaba. Temía no poder invocar mis poderes o que el quemado nos hiera. El arrepentimiento comenzaba a carcomer mi pecho.

Nos paramos a unos cuentos metros del lugar, revisando si habían personas cerca. Al no ver a nadie Bloom y yo damos unos pasos al frente.

—¿Listas?—pregunta Bloom frente a la puerta.

Asiento y juntas abrimos las grandes puertas. Pero grande fue la sorpresa al darnos cuenta que no había nada.

—No esta...—murmuro preocupada.

—Ya se lo llevaron—dijo Aisha—miren— dijo acercándose al lugar donde habían cadenas en el suelo.

—No...— negó Stella preocupada—Ay no..no... mi madre me va a matar.

Seguimos viendo nuestro al rededor, pero un grito nos asusto a todas.

—¡Chicas! ¡Tenemos un problema!—Grito Terra desde afuera.

Aisha y Stella fueron a ver. Antes de que pueda seguirlas Bloom me toma de la mano.

Bajo mi cabeza al sentir una punzada en mi cabeza. Llevo mis manos a mi sien sintiendo el dolor se hacia mas grande.

La misma punzada que sentí cuando el quemado nos atacó la última vez.

—Bloom...—suelto un quejido para luego sentir como Bloom me jala del brazo para llevarme con ella.

Masajeo mi sien para intentar relajar el dolor punzante. Bloom sujetaba mi mano con fuerza mientras nos adentrábamos cada vez mas al bosque, a medidas que íbamos caminado el dolor era mas fuerte.

—Vámonos—suplique en un susurro pero Bloom parecía en trance—Bloom..

Mis sollozos eran silenciados por el sonido de las ramas y hojas secas romperse. El olor a tierra mojada llenaba mis pulmones y mis ojos ya se veían nublados por el dolor.

Quería correr, quería huir, pero Bloom sujetaba mi brazo con tanta fuerza y empezaba a no poder diferenciar si el dolor que sentía era por mi cabeza o por el agarre de Bloom.

Estaba aterrada.

Nos quedamos quietas. Mis ojos inspeccionan el lugar a la espera de cualquier movimiento. El silencio se me había una tortura.

Y de repente, un rugido.

Gracias a las lágrimas veía una sobra borrosa correr hacia nosotras.

—¡Piensa la vez en la que gane en el concurso de arte!

Bloom me empujo al suelo y confundida reviví aquel recuerdo.

Aquel día, con unos diez años, se había celebrado en la escuela un concurso de arte, al ganador le regalaron puntos en algunas materias.

Yo había pintado un castillo que me tomo dos días completos.

Justo el día de exposición, Bloom tomo mi pintura y la presento como suya a mis espaldas. Cuando anunciaron mi nombre quede en ridículo frente a todos al no presentar nada.

Recuerdo perfectamente lo que sentí aquel día.

Ira. Una ira incontrolable.

Una corriente paso por mi columna vertebral, justo cuando Bloom atacaba al quemado y este aún corría hacia nosotras.

Finalmente la corriente se extendió hacia mis manos y sentí como llegaba a las puntas de mis dedos. Luego, luego todo se volvió más frío.

Acompañando de un aullido, una enorme pared de hielo se alzó hacia el quemado destrozando algunos árboles a su al rededor.

Separé mis dedos del suelo y me levanté de un salto.

Frente a nosotras el quemado se encontraba incrustado en la pared de hielo con la mitad de su cuerpo en llamas.

A su lado había un lobo blanco.

Mi cuerpo se estremeció y comencé a toser con fuerza. Sujeté mi estómago mientras mi cuerpo se sacudía gracias a la tos.

Bloom me empuja atrás suyo al ver al lobo, pero yo solo podía verlo mientras sentía mi corazón latir con fuerza.

El lobo giro su cabeza conectando sus ojos con los míos. Sus ojos grandes y negros me miraron con tanta atención que mi mente viajo hasta la noche del accidente donde lo ultimo que vi al caer inconsciente fueron aquellos grandes ojos.

El lobo se giro y comenzó a correr hasta alejarse de nuestros ojos.

—¿Están bien?—pregunta Aisha llegando a nuestro lado.

Me apoyo de su hombro luego de dejar de toser.

Las tres nos acercamos poco a poco al quemado.

—¿Esta..?—pregunto en un susurro temerosa.

—Creo que si... Lo lograste, Eira—Bloom me miró con sus ojos azules como si me analizará.

Aisha a su lado se abrazo a si misma al sentir una corriente de aire frio.

—Lo admito, ambas se controlaron mejor de lo que esperaba. Pero Eira, eso fue...

Miro la pared de hielo y como el suelo estaba cubierto por los árboles destrozados.

¿Yo hice eso?

—Ya, busca el anillo de Stella—ordena Aisha—¿Dónde esta?

Me alejo de Aisha y me agachó.

-Ahí esta, creo que lo metió dentro de su cuerpo...-murmuro con desagrado.

-¿Y ahora que harás?-me pregunta Bloom.

-¿Disculpa?- frunzo el ceño- siempre presumías de ser dos minutos la mayor, demuéstralo.

-Aisha...- Bloom gira su cabeza para ver a la morena.

-¿Yo? Recuérdame ¿Quién perdió el anillo? lo olvide- dice Aisha con sarcasmo.

-bien.-mascullo con una mueca.

Bloom y yo nos acercamos al quemado con muecas de desagrado. Llevo mis manos a su piel y la estiro un poco dándole espacio a Bloom para que entre sus dedos y saque el anillo.

-Vámonos antes de que vomite- pido asqueada.


Me lanzó a mi cama sintiendo mi cuerpo más pesado que nunca.

-Hey...-me giro hacia Bloom- lamento lo del concurso. Estaba pequeña y tonta, aunque enserio necesitaba esos puntos.

Sonrió y niego.

-Ya paso- aseguro. Aunque estaba segura de que no lo había olvidado al cien por cierto.

-Terra me escribió, ya viene con Musa- nos avisa Aisha entrando con cepillo de dientes en mano- Silva sigue en tratamiento, pero estará bien y deberíamos prepararnos para otro sermón de la directora.

Suelto un quejido sin querer un sermón.

-¿Tu cepillo es industrial?-pregunta Bloom.

-¿Por que? ¿Te molesta que me lave los dientes?- pregunta Aisha con burla llevando el cepillo a su boca mientras se acercaba a Bloom.

Suelto una carcajada al ver como Bloom empieza a perseguir a Aisha, pero se detiene al ver a Stella.

-Ahí estas-dice mi hermana mientras yo me pongo a su lado- ¿Qué paso?

-Sabia que la directora sospecharía de nosotras, volví para cubrirnos. Deberías agradecerme, estarían en problemas- enarco una ceja sin creerle nada-¿lo recuperaron?

Bloom asiente y de su bolsillo saca el anillo.

-No tienes idea de lo que tuvimos que hacer, pero...-Bloom le pasa el anillo a la rubia.

-No volveremos a hablar de este día-le interrumpe para luego dar media vuelta e irse.

En ese momento llego Sky y decidí dejar de escuchar.

Tomo mi manta y me tapo lista para irme a dormir.

Segundos después llegan Bloom y Aisha, esta última se encarga de cerrar la puerta.

-Bueno, espero que ya no me odies...- comenta Aisha hacia Bloom.

-Nunca te odie, toda mi vida estaba fuera de control y...- Bloom se detiene al no saber que decir.

-¿Debías hacerlo a tu manera?- pregunta la morena mientras que quitaba la bata-¿por que crees que nado? los carriles no me dicen que hacer. Son los mejores amigos que tengo.

Rio levemente mientras que acomodaba para dormir.

-Solo querías ayudar, lo entendemos- le tranquilizo.

-En parte fue para ayudarlas, pero esto, este lugar, es nuevo para mi y quiero que todo salga bien- nos confiesa.

-Nosotras también- afirmo- Todo este es un mundo nuevo para ambas y en pocos días han pasado muchas cosas, solo no hemos sabido como manejarlo.

Mi hermana asiente de acuerdo con mis palabras.

-¿Por que las dos se alejaron del granero?- pregunta Aisha.

-La verdad no lo se, fue extraño. Sentí algo, como una conexión con esa cosa- explica Bloom pensativa.

-Yo solo podía sentir un dolor punzante en mi cabeza- recuerdo pensativa-pero este desapareció luego de usar mis poderes.

-Que extraño-comenta Aisha- ¿Recuerdan el lobo? normalmente un animal huiría de algo como eso ¿No?

-¿Les cuento algo más raro?- ambas me miran curiosas- ya había soñado con el lobo, incluso lo pinte.

-Creo haberlo visto en una pintura de tu habitación- Bloom me señala asombrada.

-El mismo- afirme.

Aisha no dijo nada, parecía pensativa, buscando alguna respuesta. Bloom se encogió de hombros.

-Si, creo que deberemos de aprender a vivir con lo raro. Mi parte racional tiene limites, pero al abrir mis emociones pude sentirlo, toda la magia me rodea. Y eso es nuevo y aterrador, pero...

Miro a Bloom al escuchar como se detenía.

-¿Bloom?- en ese momento sus ojos se iluminan de blanco- ¡Bloom!

Me levanto asustada y me acerco a ella, pero al estar cerca, ella toma mi mano con brusquedad.

Escuchaba el llanto de un bebe y veía luces a nuestro al rededor, podía ver a varios doctores y enfermeros a mi alrededor. Una mujer se hizo paso entre ellos y hablo mirándome.

-Cuando llegue el momento, búscame.

La visión es cambiada por la de un lobo blanco, el lobo me miro antes de alzar su cabeza y aullar.

Pero su aullido estaba lleno de tristeza, melancolía y dolor. Quise correr hacia el y abrazarlo con fuerza. Sentía su dolor en mi pecho. Ardía.

Sentí unas manos apoyarse en mis hombros

-¡Bloom! ¡Eira!- parpadeo varias veces desorientada- ¿Qué diablos les paso?

Caí en mi cama viendo cómo la habitación daba vueltas y vueltas.

Ese lobo, el mismo lobo que vi junto al quemado.

¿Qué significa para mí?


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