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No fue hasta que los potentes rayos de sol golpearon en su rostro avisando el nuevo día que abrió sus ojos lentamente para luego tapar por completo su cara cuando la furiosa luz lastimó sus sensibles ojos.

Quiso voltear hacia el lado contrario para darle la espalda al sol que le saludaba caluroso, muy perezoso para levantarse de las cómodas colchas para cerrar las cortinas y luego dormir un poco más, pero no pudo.

Unos fuertes y pálidos brazos se abrazaban a su pequeña cintura de manera posesiva, egoísta sin duda, lo comprobó cuando intentó removerse un poco más y las extremidades a su alrededor se apretaron un tanto más, casi asfixiandole.

Rodó los ojos y aunque no se percató de su propia sonrisa desde que había despertado se las arregló para poder girar, chantajeando el cuerpo dormido detrás suyo con suaves caricias en su brazo.

No pudo detener el impulso de admirarle mientras aún dormía profundo, Jeon Jeongguk era hermoso.

Y es que no lograba entender por más vueltas que le diera al absurdo pensamiento de por qué se sentía tan cómodo con él.

Jeon era un chico responsable en todas y cada una de sus tareas, inexperto de la vida, no era en absoluto su tipo sin embargo sonrió más al recordar que cuando le vió por primera vez pensó que era todo un "fuck boy", vaya que le había engañado con tan sólo su forma de vestir y calzar, estilo de pelo y sus muchas perforaciones, bien dicen que las apariencias engañan.

Si no era su tipo entonces, ¿qué rayos hacía nuevamente en su cama?

Sonriendo como idiota al sentir como el chico aún en sueños le atraía más y apretaba sus dedos en su piel.

Aguantando el impulso de besar el bello puchero adornando aquellos delgados labios y acariciar con su nariz el entrecejo fruncido del menor.

Y lo peor de entre todas las pequeñas cosas, ¿por qué se estaba negando a sus propios sentimientos que ya creía muertos el que un chico sin experiencia le había hecho el amor y le había gustado?.

No quería pensarlo en ese momento, no cuando podría arruinar las cosas nuevamente, entrar en crisis y echarle de su lado nuevamente.

Suspiró antes de mirar su móvil y percatarse que eran ya las once de la mañana.
Habían algunas cosas pendientes por hacer.

Intentó removerle despacio para despertarle,a él no le gustaba exaltarse al despertar y suponía que a nadie le gustaría pero era inútil, Jeongguk dormía como roca.

-Vamos bebé, despierta- oh joder, se preguntó a si mismo que rayos le pasaba, si esto hubiese sucedido con sus antiguos "esclavos" ya le habría tirado un balde de agua fría o le habría lanzado un zapato desde lejos, necesitaba su privacidad pero no le molestaba él.

Comenzaba a preocuparle que Jeongguk rompiera la barrera.

-Sé que estás despierto nene- y le vió dibujar una bonita curva en los labios.

-Nunca antes despertar una mañana se había sentido tan irreal- su voz aún adormilada y sus ojitos hinchados lograron que el rubio sintiera su corazón latir con fervor, su mano fue a parar a las finas hebras de pelo azabache, quitando algunas intrusas que cubrían su frente para poder admirarle mejor.

-Buenos días Jimin- sus labios se sentían también hinchados aunque aquello no era por el recién acabado momento de descanso si no por la forma en la que dientes ajenos le habían estrujado con feroz apetito unas horas antes del amanecer.

-Bien, eso sonó algo.. mmh tosco- se sintió estúpido al decirlo, ¿desde cuando su ego pedía cosas tan raras?.

-Buenos días Jiminie.

"Maldito niño bonito y su facilidad para hacerme sonrojar"

"Park Jimin no hace estas cosas!! "

-Ya idiota, levántate- el semblante risueño del pelinegro se esfumó, sentándose en la cama y recordando que luego de la ducha se habían dormido desnudos.

-Si, supongo que se me fue el tiempo, debo irme- con la mirada buscó su ropa en el piso, la que ni siquiera se ocuparon de recoger ninguno de los dos pues la de Jimin también estaba aún regada.

Amagó con salir de las sábanas cuando sintió el agarre en su pelo ya largo ser tirado, dolió un poco pero rápidamente estuvo nuevamente de espaldas y el cuerpo desnudo de Jimin sobre el suyo.

-No te estoy pidiendo que te vayas- entonces no entendía para que le había despertado, aún tenía mucho sueño.
-Iré contigo a tu prontamente antiguo trabajo - tuvo el atisbo de pronunciar que podía ir sólo pero las palabras se cortaron en su garganta cuando sintió su culo moverse sobre su erección mañanera.

-Además, ninguno de los dos saldremos así.. - retiró las sábanas dejando al descubierto la desnudez de ambos.

-No tienes porque molestarte- pudo al fin decir.
-Puedo ir solo y.. ¡Oh! Agh ...

No pudo continuar cuando el rubio se perdió bajo las telas, tomando su miembro en su boca, succionandole con furia.

-D-despacio ah ~ ¡por los cielos!.

No estaba en sus planes detenerse, era su turno de retomar el control.























-Entonces iremos a tu casa a buscar tus cosas, luego de ir a tu trabajo y luego volvemos aquí, no te enredes tanto.

Jimin tomaba tranquilamente de su taza humeante de café mientras Jeongguk bebía una taza de chocolate.

No toleraba la cafeína por si sola, a menos que no fuera en conjunto con algún otro ingrediente lo suficientemente dulce para saciar su niño interior.

Y si, Jimin tuvo que preparar chocolate caliente para su invitado.

Ambos estaban platicando en la cocina luego de tomar una nueva ducha juntos.
Jimin le miraba desde la esquina del lavaplatos mientras el pelinegro acompañaba su chocolate con una que otra galleta que el rubio tenía en la despensa desde su última visita al supermercado y curiosamente había pensado en el menor cuando tomó el paquete en su mano.

-Pero no entiendo, ¿para qué quieres que vuelva aquí? - por lo visto su pequeño dictador ya tenía su día completo planeado.

-Pasarás el día conmigo y punto, no hagas más preguntas- dejó la taza sobre la meseta, dirigiendo su caminata elegante hasta la sala.
-Termina con eso y vamos ya, mientras más temprano mejor.

Jeongguk quiso decir algo pero lo retuvo, no tenía pensado arruinar su buen humor pero si, se había dado cuenta desde que abrió sus ojos una hora y media atrás.

"Así que, te estás olvidando a propósito de tus propias reglas".
Sonrió por ello.

-¿De qué te ríes y... Por Dios pareces un niño pequeño, tienes los labios llenos de migajas- le acusó aunque no prestó atención cuando ya estaba parado a su lado limpiando con su pulgar los restos de las galletas.

-¿Qué? - frunció el ceño cuando le vió intensificar su sonrisa, sus ojitos brillosos no perdían de enfoque su rostro.

-Nada, pero pudiste haberlo limpiado con tu lengua, no me habría molestado.

Su boca quedó abierta tras verle caminar hacia su abrigo colgado al lado de la puerta principal.

-¿Vamos?.

Sabía que el verdadero Jeongguk no era tan inocente después de todo.



















-¿Qué? Pero ¿por qué? - llevaba alrededor de veinte minutos explicándole a su jefa los motivos por lo que ya no se encontraría trabajando más allí y simplemente parecía no querer entender.

Que fastidio.

-Eres mi mejor empleado Kookie- cuanto odiaba escuchar el apodo ser pronunciado por ella.
-Puedo reducir tus horas de trabajo, aumentar tu sueldo, ¿qué necesitas? puedo facilitartelo- agradecía todo aquello desde luego, fue su primer y único trabajo desde que llegó a la ciudad pero a pesar de que no le convencía del todo la propuesta de Jimin, ciertamente quería expandirse, conocer y aprender otras cosas, no quería quedarse estancado toda la vida en el mismo eslabón.

-Agradezco esto, enserio, pero ya está decidido señora Choi, grandes oportunidades se me están presentando, donde puedo desarrollar algo que amo que es el baile y usted lo sabe, por favor no piense que soy mal agradecido.

-Está bien mi niño- por fin luego de mucho debatir, había logrado ceder.
-Te llamaré en algunos días para que recojas el dinero que te corresponde por estos años que trabajaste para mi, no sé en quien confiaré ahora, eras el único capaz de manejar el negocio cuando me ausentaba- sonrió con nostalgia, más el menor sólo asintió, quería salir de allí cuanto antes pues sabía que había una personita esperándole fuera y su paciencia era tan corta como su estatura.

Pero que Jimin no se enterara de ese pensamiento o le cortaría las pelotas.

Sus manos se sujetaron de los posa brazos para poder levantarse y retirarse, luego de hacer una reverencia caminó hacia la puerta pero frenó todo movimiento cuando sintió un intruso toque en sus caderas.

-Jeongguk.. - el aludido giró su rostro despacio, ciertamente la mujer era bonita, su pelo largo color rojo llegaba casi hasta su cintura, no habían arrugas en su tersa piel y suponía que se cuidaba mucho pues a sus treinta décadas lucia radiante.

Le atrapó mirando sus labios de forma desvergonzada, labios rojos de un tono igual de intenso que su pelo, era una mujer atractiva si debía admitir.

Pero no le provocaba el más mínimo instinto.

-Nunca te mentí cuando te dije que me gustabas .

Jeongguk no se movió, estaba petrificado pues si bien la mujer siempre se le insinuaba nunca le había escuchado hablar de forma seria cómo lo hacía en ese instante.

-Dame oportunidad de tenerte sólo una vez, regálame sólo una noche - sintió su pulgar delinear su labio inferior y reaccionó, cómo si aquello hubiese sido un toque de corriente.

-Siempre le he dejado claro mis preferencias señora- había apartado su mano de manera no muy delicada, aquello era incómodo.

-Lo sé, pero no pierdes nada con probar, sólo hagamos el experimento, prometo que...

La puerta fue abierta de forma estruendosa, sorprendiendo a ambos dentro de la oficina.

-Prometa que se meterá un vibrador por el culo.

La mujer abrió la boca de manera exagerada, ofendida por las palabras del extraño chico. Jeongguk a su lado luchó con sus fuerzas para no explotar en carcajadas.

-¿Qué no entendió que le dejó claro que no le van las vaginas? - caminó hacia ella con determinación, superando por algunos centímetros su altura.
-Busque otro niño de donde chupar juventud, se le están marcando las patas de buitre bajo ese maquillaje de mala calidad.

Tomó con firmeza la muñeca del pelinegro quien tenía el rostro colorado por la presión ejercida en sus gestos.
Caminaron juntos hacia la puerta y Jeongguk casi cae cuando Jimin le empujó hacia afuera.

-Por cierto- volteó hacia ella antes de salir.
-Le gusta que le den por detrás, con usted ni siquiera se le va a parar.

La carcajada aguda que soltó el menor se escuchó incluso hasta la caja registradora, no pudo contenerse un segundo más y con las pertenencias que había recogido de su ahora antiguo trabajo , trotó hasta estar fuera del establecimiento, Jimin siguiéndole los pasos detrás.

La mujer no pudo decir algo, ni siquiera sabía quien era el muchacho o cómo había entrado hasta su oficina.

Bueno, no le veía inconveniente a que el menor tuviera sus gustos, sólo quería probarle así que sonrió luego de acomodar su pelo y volvió a sentarse tras su escritorio.

-El chico rubio está igual de guapo- si, quizá por su personalidad se había casado cuatro veces.
¿Cómo no disfrutar de los placeres de la vida?



















-No tenías que decir lo último- en auto, le tomaba quizá dos minutos llegar a su departamento y ese mismo lapso de tiempo llevaba Jeongguk ahogándose con su risa, más luego de haberse estacionado frente a su edificio.

-¿Te puedes callar? - tal parece que le había dicho lo contrario pues las carcajadas se hicieron más estruendosas.
-La anciana te hubiese violado allí mismo!.

-En primer lugar, me sé defender, sólo estábamos hablando- pronunció cuando al fin pudo mermar su risa.
-Y en segundo, no es una anciana,de hecho es muy boni... ¡Ouch!.

Cruzó sus brazos sobre su pecho dirigiendo la vista a la ventana de su costado luego de haberle propinado un manotazo en el hombro al menor.

-Sólo bromeo- sonrió con ternura al verle enojado.
-Iré por algo de ropa, vuelvo enseguida- inclinó su cuerpo hasta besar con cariño su mejilla.

Había salido del auto y habían acordado que Jimin le espararía allí a decisión del rubio, no se sentía preparado para romper ese espacio y conocer su forma de vivir, nunca lo había hecho con nadie.

Recostó su cabeza en la cabecera del asiento, relajandose un poco luego del infantil beso hasta que escuchó el sonido del cristal de la ventanilla contraria ser golpeado.

-¿Y ahora qué? - fingió enojo cuando bajó el cristal y vió el serio rostro de Jeongguk.

-Se me olvidó decirte algo y me devolví de las escaleras- Jimin rápidamente pensó que quizá tendría otra cosa pendiente y no podría volver con él cuando le vió muy serio, demasiado para su gusto.

-¡Pareciste un novio celoso! - gritó y luego corrió de vuelta al interior del primer piso como infante molestando a sus tías amargadas.

-Me las pagarás, Jeon- subió el cristal con una sonrisa boba en el rostro.






















-¿Crees que podamos conversar? - Yoongi se hallaba con cuchillo en mano picando algunas verduras para el almuerzo cuando escuchó la puerta ser abierta y prontamente la figura risueña de Jeongguk hacer presencia.

No logró conciliar sus adoradas horas de sueño la noche antes, las palabras de sus amigos rezonaban en su cabeza, sabía que había ejecutado la situación de manera errónea sin embargo seguía pensando igual; su amigo era débil de sentimientos y sólo quería su felicidad.

Así que se le apretó el pecho cuando le vió sonriente pues sabía que aquello sólo era pasajero y hubiese estado más que orgulloso si supiera que el menor disfrutaría del momento, de la experiencia y luego le dejaría ir tal como llegó, pero sabía que el desenlace sería diferente.

Su pequeño estaba cambiando muy rápido, nunca había pasado la noche fuera de casa e incluso cuando él lo hacía, Jeongguk le decía que no había podido dormir porque no le gustaba estar sólo así que muchas veces se restringió hacerlo o le pedía a Hoseok que le acompañara y si este no podía por más importante que fuese su salida decidía cancelar, todo por el.

-No puedo ahora hyung, Jimin me espera abajo- asintió, apretando el mango del cuchillo en su mano, le enojaba ese chico, no se merecía tanto, no se merecía a su Jeonggukie pero el le había aceptado aún conociendo sus intenciones.

-¿No crees que vas muy rápido con esta persona? - de pie ahora en el marco de la puerta de la habitación del menor, le cuestionó, observando como guardaba en su mochila algunas piezas de ropa limpia y otras pertenencias de cuidado personal.

-No empieces por favor - acomodó cada cosa en su lugar lo más organizado posible antes de mirarle.
-Jimin quiere que me quede con el unos días- el mayor rodó los ojos.

-¿Estás seguro?, yo pensé que te había propuesto matrimonio, la ropa que llevas ahí es más que para unos días.

-El.. no es tan malo como piensas, es sólo un chico que necesita volver a confiar.

-Y para eso te destruirá a ti en el proceso y no habrá ningún avance con el, Jeongguk por más buena voluntad que tengas para con él, si no pone de su parte nada cambiará, debe hacerlo por él, no por ti.

-Entonces le enseñaré a volver a confiar en él mismo.

El menor acomodó dentro de la mochila algunas cosas más que había olvidado, como su bálsamo labial por ejemplo y colgó esta en su hombro.

-¿Te estás escuchando?, ya estás hasta el piso por él- suspiró al verle rodar los ojos .
-Sólo, no te entregues a lo estúpido, disfruta lo que puedas pero no te aferres.

-Te lo prometo hyung- le estresaba aveces pero le quería tanto, fue el hermano mayor que nunca tuvo.
Dejó un juguetón beso en su frente antes de pasar por su lado, estaba tardando de más.

-Mocoso.. - se detuvo ante el llamado de su voz.
-Disculpa por lo de anoche, sabes que me altero fácil.

-Yo también te quiero hyung - el mayor lució una torcida sonrisa luego de verle partir, volvió a su quehacer ahora más tranquilo.

-Ni siquiera sabes mentir maldito mocoso inocente, estás hasta el culo por ese rubio de farmacia- río nuevamente para luego reproducir su música favorita, no podía hacer más que relajarse y dejar todo fluir.





-Tardaste.

-Hablaba algunas cosas con Yoongi hyung- el auto estuvo en marcha al tiempo en que se adentró en el, el silencio les inundó cuando tomaron la carretera principal, sin mucho más que decir, sólo dedicándose miradas cómplices de cuando en vez hasta llegar nuevamente a la casa del más bajo.

-¿Tienes hambre?, porque yo me podría comer quince hamburguesas de un solo bocado- el menor le miró con detenimiento antes de decir algo.

-No pensé que te gustara la comida chatarra, pensé que eras más de comer esas cosas finas que te sirven en platos inmensos y hasta una hormiga se quedaría con hambre.

-Tampoco me gustaban los vírgenes, supongo que todo es un proceso.

Jeongguk río.

-¿Pedimos pizza?.

La tarde sería agradable sin duda alguna.


-¿También es tuyo?.

7:30 pm, habían comido hasta casi reventar, la tarde había transcurrido hermosa mientras Jeongguk aún molestaba al rubio por la escena en su  antiguo trabajo pero la velada se vió interrumpida cuando Jimin recibió la llamaba de su padre diciéndole que debía ir a su casa a recoger unos documentos, precisamente el contrato  de trabajo del pelinegro así que no protestó, quería dar una vuelta ,enseñarle al chico los alrededores así que con gusto aceptó ir, además de que serviría para que Jeongguk estudiara bien cada cláusula del documento.

Por estas razones se encontraban en el gran estacionamiento del edificio, Jimin reía al ver la reacción del menor cuando le señaló que esta vez se irían en su BMW X5 xdrive30d también de color negro.

-Si lo es, mi padre dice que me veo más "elegante" en este vehículo por lo que lo uso cada vez que nos reunimos.

El menor asintió, admirando en silencio la belleza que tenían en frente.

-¿Sabes conducir? - le miró con una sonrisa pícara.

-¿Yo?.. digo si, tengo licencia incluso, aprendí en Busán.

-Bien, entonces vamos - tiró las llaves hacía su pecho luego de empezar a caminar.

Siempre fue curioso asi que más que ponerse nervioso, disfrutaría estar al volante esta vez.

Jimin le instruyó en las direcciones, no les llevó más de veinte minutos, Jeongguk era un experto en cada movimiento.

-Buenas noches joven Park, pasen- el mayordomo de la familia les recibió, le conocía desde que tenía uso de razón y era el único en quien su padre confiaba a ciegas dentro de la enorme mansión.

-¿Desean tomar algo? - les dirigió hasta el elegante salón, Jimin recordaba su niñez cada vez que visitaba su verdadero hogar, donde alguna vez fue feliz.

Preguntó bajito a Jeongguk si este deseaba algún aperitivo o bebida, pero negó.

-Estamos bien Jack, muchas gracias- musitó con cariño y voz suave, le tenía mucho aprecio, él había pasado mucho tiempo a su lado cuando su padre no estuvo por cuestiones de trabajo y su madre salía por ahí a quien sabe qué.
-Vine porque papá me llamó.

-Oh si, el señor Park tuvo que salir de urgencia pues algo se le presentó en la agencia- Jimin rodó los ojos, no era raro aquello, como también era costumbre saber que sus salidas de improviso no eran precisamente por trabajo.
-Le dejó esto a mi cargo, dijo que son unos documentos - le extendió la carpeta la cual Jimin tomó sin tanto interés, realmente quería ver a su progenitor aunque fuese un segundo.

-Bien, entonces nos iremos enseguida, luego volveré a charlar un rato contigo - el señor sonrió con ternura.
-Díle a mi padre que a la próxima si me hace esto de nuevo, le iré a buscar al hotel donde suele hacer "sus reuniones" y que también sé el número de su suit.

El señor río bajo, sabía que el chico era capaz de eso y más, le conocía bien.

Se despidieron y pronto ya estaban nuevamente en la carretera.

Jimin estaba perdido en sus pensamientos, mirando hacia el frente donde no muchos autos transitaban a pesar de ser fin de semana.
Suspiró antes de volver su vista hacia Jeongguk quien tampoco había dicho palabra y joder que no debió nunca de despegar la vista del frente.

Le halló concentrado en la carretera, con su mano derecha sobre el volante y la otra sobre su muslo.
Su pelo revoloteaba sobre su rostro pues el cristal de su ventanilla estaba un poco más abajo, su ceño fruncido, cosa que hacia cuando estaba enfocado en algo.

Se veía jodidamente caliente.

El punto de quiebre del autocontrol de Jimin fue cuando le vió lamer sus labios los cuales estaban algo resecos gracias al frío de la noche.

No llevaban ni diez minutos de camino y ya le había provocado una molesta erección.

-Detén el auto- el menor se sobre saltó al escuchar su voz sonar fuerte de repente.

-¿Qué ? ¿Qué pasa? - le miró asustado, por un momento pensando que había hecho algo indebido.

-Para! - Jeongguk asintió algo nervioso, llevó el auto hasta la orilla, inquietándole más el que la zona estaba árida y solitaria.

Cuando apagó el motor, Jimin rápidamente tomó las llaves, guardandolas en la guantera antes de mirarle serio.

-Aún no tienes idea de lo que provocas o lo haces a propósito.

-N-no entiendo.. - pero lo hizo luego, cuando Jimin tomó su mano y la llevó hasta la dura erección entre sus piernas.

-Vas a follarme aquí y ahora bebé, sin peros, sin excusas.

-Pero y si nos ven o..

-Dije sin peros - su dedo selló sus labios antes de que dijera alguna otra cosa que obviamente no tomaría en cuenta.

-Ve a los asientos de atrás, ahora!.





































¿Quieren detalles? 👀













💕Denle mucho amor a los bebés siempre 💕



















Así está el pelo del nene en esta parte de la historia ❤











See u soon💜
















❄BigBabe_Jeon

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