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-Pero no quiero ir, no quiero dejarte
sólo.

Con tono infantil totalmente a posta Jeongguk renegaba una y otra vez en lo que iba de día.

El tiempo pasó como si alguna deidad hubiese apurado su andar, rápido muy rápido. Faltaba menos de una semana para cumplirse siete meses de haberse conocido.

Como si hubiese sido ayer...

Increíble de pensar pero era un hecho el que Jimin no recordara su propio documento donde demandaba que a los siete meses cumplidos se terminaba el plazo para el juego. Si ambos jugadores estaban de acuerdo en seguir entonces se reanudaría el contrato con la cantidad de tiempo que ambos decidieran.

No lo recordaba o no quería hacerlo. Sin embargo Jeongguk contaba cada día y cada mísero segundo, deseando que por algún milagro Jimin simplemente siguiera con el sin papeles ni reglas de por medio.

Su tiempo de estudio en la Academia también culminó. Se realizaría un pequeño evento para reconocer y premiar el trabajo de los más destacados durante su viaje conociendo la danza. Se les otorgaría un papel donde se afirmaba su profesionalidad y preparación para ejercer lo aprendido como un trabajo digno, cosa que a Jeongguk no le hacia falta porque ya de por si (y gracias a alguien muy especial) él era reconocido como coreógrafo en la empresa y aunque le faltaba millones de experiencias por adquirir se sentía orgulloso de si mismo. Un papel no haría gran diferencia en su ser pero así se manejaba el mundo, un título en tus manos y no serás un don nadie ante la sociedad.

Debía asistir, Hoseok también lo haría y sabía que sería "sorprendido" con alguna medalla o placa por su dedicación y entrega pero no quería ir.

No se había despegado de Jimin más que para ir a su departamento para buscar ropa de cuando en vez. Las investigaciones no habían surtido frutos y el desconocido que les atacó aún seguía en las calles. No habían vuelto a experimentar nada fuera de lo común pero nunca bajaron la guardia, siempre alerta por cualquier valla que se les pudiese atravesar.

-Es tu cierre de generación, Kook, debes asistir - recostados sobre el diván, Jeongguk apoyado sobre el pecho contrario y Jimin acariciando sus hebras azabache en aquella calma mañana de verano luego de una ducha juntos, una taza de café y una de chocolate. No habían muchas cosas que contrarrestaran su paz cuando estaban uno al lado del otro.

-¿Y si vas conmigo? - alzó sus ojos, se veían más claros cuando los rayos del sol que se colaban por la ventana de cristal pegaban. Jimin sonrió cálido, así se sentía su corazón luego de tantas nevadas.

-Sabes que tengo cosas que arreglar en la oficina, nene. Lo odio, pero a papá le dará un patatus si no termino de organizar todo a tiempo.

Jeongguk bajó los brazos a sus costados y suspiró, le quería a su lado.

-Hagamos algo niño berrinchudo- depositó un beso en su frente - Sabes que papá hará un pequeño brindis mañana en la empresa por motivo de los negocios que se cerraron con éxito y por la buena acogida del público en el debut del nuevo grupo. Celebraremos tus logros allí también, brindaremos y estaremos juntos y luego iremos a celebrar solos en algún lugar que elijas ¿qué te parece?

El menor fingió pensarlo por escasos segundos pero la sonrisa bonita pintada en su rostro le delató.
-¡Bien! Pero igual quería que fueras conmigo - se incorporó sobre sus rodillas para halar el cuerpo pequeño hacia debajo suyo. Escondió su rostro en la curva de su cuello y Jimin volvió a sonreír, cual idiota.

-Eres imposible, bebé. Sabes que quisiera ir contigo pero no puedo.

Que buen mentiroso era.

-Está bien, entonces debo ir preparándome, Seokjin irá con Nam, Yo tengo que llegar antes junto a Hobi y Yoongi hyung vendrá con nosotros dos - Jimin se tensó al escuchar aquel nombre.
-Eres un celoso - sonrió antes de salir corriendo porque Jimin le lanzó uno de los cojines.

-¡Jodido mocoso!

-Por este mocoso despiertas a media ciudad cuando gimes en el balcón.

-¡Jeon Jeongguk!

Su risa aguda y aniñada se había vuelto la canción perfecta para subir sus ánimos cada día. Eso no podía negarlo.

























-¡Hyung! Odio ponerme corbata ¿no puedo ir con tenis y una camisa con chaqueta? La moda es lo que te haga sentir cómodo.

-Jeongguk, te pondrás la jodida corbata y no hablaremos más del tema o te ahorcaré con ella - era la quinta vez que Namjoon elegía una corbata diferente porque al menor no se sentía "cómodo" con ninguna.

¡Todas eran negras! No lo jodan.

Pero vamos, su pequeño amigo había cumplido una de las metas, estaba orgulloso y sólo por ello ponía de sí para mantener la calma.

-Uy, no le hables de ahorcar porque se excita el cabrón, ya sabes que el niño tiene fetiches raros - Yoongi llevaba molestándolo todo lo que restaba de la mañana.

-Pues.. - se alzó de hombros restando importancia.
-No te lo voy a negar.

Hoseok desde la otra habitación donde había estado arreglando su pelo soltó una carcajada que contagió a los otros tres.
-Meses atrás te habrías sonrojado hasta las bolas - secó sus lágrimas invisibles.
-Lo hiciste bien muchacho, ¡ya eres todo un hombre!

-¿Pueden dejar de decir idioteces y ayudarme a convencerlo de que se ponga la jodida corbata? - volvió a decir Namjoon, haciéndose un lío con las cuatro prendas de adorno en sus manos.

-Te urge actualización bro, esa cosa no se usa, déjalo que use lo que quiera - Yoongi terminaba de colocar algo de brillo labial en sus labios secos.

-Pero..

-¡Usa esto! - Hoseok le interrumpió cuando tomó una corbata de brillos color mostaza con estampados de aguacates al frente. Todos le miraron con cara de asco y el sólo se encogió de hombros.

-Irá a su entrega de diploma no a una convención de payasos, Hoseok. De hecho tu también irás ¿lo olvidas?

-Siempre eres tan amargado puto Gasparin.

-Cierra la boca Campanita, nadie quiere andar derrochando colores, ni que fuera una de las chicas súper poderosas.

-Pero el color está genial.

-¡Que no!

-¡Que sí!

-¡Aaahhh! que se callen los dos o se nos hará tarde - Namjoon sólo quería elegir la puta corbata.

Yoongi bufó - Cálmate o se te subirá la presión, bro.

Jeongguk reía a carcajadas desde la esquina, definitivamente no cambiaría a sus amigos por nada en el mundo.

Okey.. Al final terminó por elegir la corbata color ónix.

No sabía siquiera que eso era un color.

No sabía que habían otros tonos de negro ¿bien?

Cuando escuchó la palabra ónix sólo imaginó al Pokémon tipo roca/tierra de Brock en la primera generación.

Si, Jeongguk era un chico inusual.

Llegó al recinto de su Academia media hora antes de la hora del evento junto a Yoongi y Hoseok. Namjoon llegaría más tarde junto a su pareja.

Estaba algo nervioso pues había sido elegido para dar las palabras de despedida de su grupo. Extrañaría bailar allí, demasiado.

Sus lugares en una mesa reservada aguardaban por ellos. Jeongguk se sentó allí, su cuerpo estaba presente pero su pensamiento no tanto.

Se preguntaba si estaría pensando en él ...














Jimin nunca tuvo algo pendiente que resolver en la oficina.

Había dejado la noche anterior todo arreglado para no tener otra cosa en mente más que aquello que se había dispuesto a hacer.

La duda le carcomía aunque las aguas parecían estar calmadas y no quería seguir lidiando con ello.

Tomó su auto, el Lamborghini. Lo había pensado mucho antes de volver a usarlo luego de meses en que su padre no quiso que lo condujera y menos sin compañia.

Pero Jimin siempre fue terco.

Discreción o velocidad. Eligió lo segundo, se le daba mejor y dio marca a su camino llegando una hora más tarde hasta su destino.

Cárcel Estatal de Seúl.

Le revisaron a su entrada, constatando que no llevará armas de fuego, armas blancas o algún otro artefacto que puede ser utilizado con fines de peligro. Pagando algunos billetes para que no le requisaran más a fondo en busca de sustancias ilícitas y minutos después se encontró en aquella sala con una mesa y dos sillas una frente a la otra. Aquel sujeto que tanto aborrecía ya sentado esperándolo.

Jimin quiso reír cuando le vió con aquel horrible traje anaranjado y las manos atadas con esposas de hierro que no parecían nada cómodas.

-Vaya, qué tenemos aquí. No creo que hayas venido a hacerme una visita conyugal ¿o sí? - lamió sus labios cuando Jimin se sentó frente a él y sintió asco. No podía creer que alguna vez deliró por aquel hombre que ahora frente a él sólo le producía ganas de vomitar.

Contuvo con todas sus fuerzas los instintos de partirle el hocico y respiró despacio. Se decía a si mismo que guardara la calma pero no se prometía mucho.

-No vine a mirar tu cara ni mucho menos a tener una amena conversación contigo - colocó su rodilla sobre la otra, cruzando sus piernas con aquel toque elegante que siempre le caracterizó. Sus manos en los bolsillos de su pantalón de tela pulcramente planchado.
-No confío en la ineptitud de quienes se dicen ser los responsables de la seguridad del país, por eso quise constatarlo por mi mismo.

El sujeto sonrió con egocentrismo, colocando sus manos atadas sobre la mesa mientras se inclinaba hacia él.
-¿Qué quieres saber maricón de mierda? - escupió con ira - ¿No te fue suficiente con abrir tu bocota luego de años para meterme en esta ratonera?

Jimin rió con altanería, estaba disfrutando mucho la situación.

-No, no me bastó - aclaró su garganta luego de volver a adoptar su porte serio.
-Dime Ryan.. ¿Fuiste tú quién arregló aquella emboscada para mi?

El otro rodó los ojos, bufando, visiblemente hastiado del mismo cuestionario.

-El detective que le lame el culo a tu papá me hizo la misma pregunta un millón de veces. Destruyeron mi club y pusieron patas arriba mi casa. Vigilaron día con día a mi familia y mis amigos más cercanos y no hallaron nada porque simplemente ¡no lo hice! - Jimin se mantuvo en silencio. Su mirada felina puesta en él como misiles listos ante su objetivo.
-Para qué coño haría una estupidez así. Aún le hubiera pagado a alguien para hacerte algo, creeme que habría recurrido a otros métodos más efectivos.

-¿Me estás insinuando que intentaste hacer algo antes?

-Te estoy asegurando que no tendría motivos para matarte y menos de forma tan garrafal e ilógicamente pendeja - su voz no temblaba y sus ojos le miraban sin titubeos. Su respiración era calma y Jimin dedujo que si no es que era un excelente mentiroso entonces decía la verdad.
-En dado caso, te hubiese tomado por unos minutos para volver a probar ese culito delicioso que tienes pero, asesino no soy.

Su cara fue volteada por el derechazo que Jimin le propinó. Escupió al piso notando rastros de sangre mezcladas con su saliva.

Jimin se quedó de pie, acomodó su vestimenta y con ello le dirigió una última mirada de odio antes de retirarse y pronunciar las últimas palabras que le dedicaría.

-Veo que no te molesta sentar sentado. Al final del cuento el maricón resultaste ser tu - sonrió con suficiencia y salió de allí con la cabeza en alto.

El guarda a cargo de dirigirle hacia la salida rió ante la escena sin intervenir. Los tipos como ese siempre eran odiados en el penal. Cuando ingresaba un nuevo reo y los demás se enteraban de que era algún violador o pedófilo se encargaban de hacerle la vida allí dentro miserable.

Incluso entre delincuentes tenían sus propias reglas. Matar a quienes habían hecho cosas malas era un logro entre ellos, se hacían llamar héroes,sin embargo matar inocentes era doble condena, la dada por la ley y la otorgada por los otros convictos.
Pero violar, aquello era castigado ejerciendo el mismo método que utilizaban los violadores.

Ellos hacían la "vida" justa a su manera allá dentro de aquellas rejas.

La luz del sol le golpeó al salir. Colocó sus gafas negras y subió a su auto aún más frustrado de lo que había estado antes de salir de casa.

¿Quién era esa persona? ¿Por qué intentó hacerles daño? Porque algo era muy curioso. Jimin transitaba la misma carretera cada día y noche pues era la vía más cercana para llegar a la empresa, a la casa de su primo, a la casa de su padre. Nunca le había sucedido ningún contratiempo, ¿por qué esperar a que Jeongguk estuviera con él?

Sacudió lejos los pensamientos, encadenarse la cabeza no serviría de nada. Miró su elegante reloj de mano y sonrió, aún le quedaba tiempo.


Jeongguk era felicitado por sus amigos y compañeros. Había dado su corto discurso en agradecimiento principalmente a todos los que allí estaban presentes, luego dio algunos palabras motivadoras para los bailarines de más nuevo ingreso y culminó hablando de su propia experiencia personal durante el tiempo que aprendió allí.

Si se ponía a recapitular todo lo que había vivido en el tiempo transcurrido podría jurar que lo volvería a hacer porque no se arrepentía de nada, lo corroboró una vez más cuando miró hacia la entrada del salón donde varias personas más miraban y sus ojos brillaron como luceros cuando lo vió.

Jimin alzó su brazo a modo de saludo y lo agitó con una sonrisa enorme en sus labios y la otra mano en su bolsillo. Los murmuros no tardaron en llegar porque no todos los días ocurría aquello. Park Jimin el hijo del Ceo de una de las empresas con más renombre a nivel artístico en todo el país estaba allí de pie.

Se escuchó un "oh" colectivo cuando el pelinegro casi corrió a su encuentro y Jimin abrió sus brazos para recibirle.

¿Jeongguk el chico estrella de una Academia de no tanto renombre con Park Jimin? Imposible.

Si tan sólo supieran, sentirían envidia.

-¡Si viniste!

-Pero llegué tarde y.. Jeongguk, bájame, nos están viendo- dijo entre risas cuando el menor le alzó en el abrazo.

-No te gusta que te vean conmigo..

-En realidad me importa una mierda - Jeongguk le miró sorprendido.
-El chico más guapo y sexy de esta Academia me está abrazando, quisiera decirles a estos curiosos un "envidienme perras" pero no quiero avergonzarte.

Jeongguk rió.

-Nunca sentiría vergüenza de ti, Jiminie.

- En ese caso.. - sus manos pequeñas tomaron sus mejillas y sus labios fueron golpeados con los suyos en un beso que le devoró hasta la conciencia.
-Felicidades bebé, has luchado por tus sueños y mira a donde has llegado porque no te rendiste. Yo también te admiro.

Jeongguk recordó cuando él le había dicho aquellas palabras y ahora Jimin su las decía de vuelta. Viniendo de él se sentía tan irreal pero tan satisfactorio.

Detrás de ellos la muchedumbre creaban chismes que a ninguno de los dos importaba . Todos comentando sobre la inesperada demostración de amor a excepción de un peli menta que deseó no haber visto el empalagoso momento.

-Oigan vayan a un motel ¿no? - Seokjin se acercó sacándoles de su burbuja.

Jimin rodó los ojos antes de sonreír y saludarle con un abrazo, luego extendiendo la mano hacia Namjoon saludándole con cariño.

-Creo que nunca he tenido la oportunidad de presentarlos - Jeongguk acercó a Yoongi pasando un brazo por su espalda y con la otra mano atrayendo a Hoseok.
-Ya sabes quienes son, te he hablado de ellos y mostrado fotos muchas veces.

-Un gusto - Jimin hizo una leve reverencia aunque no evitó soltar un ligero gesto de disgusto cuando Yoongi le miró.

-Por fin te veo en persona, Nochu realmente tiene buenos gustos - Jeongguk le codeó.
-Soy Hoseok, un placer para mi también - Jimin pudo jurar que su sonrisa le cegó por algunos segundos. Le cayó bien el chico con sonrisa de corazón.

- Realmente quien tiene buenos gustos soy yo, lo tuve en la mira desde la primera vez que le ví y no lo dejé ir- guiñó un ojo hacia el menor de todos, este sonrojándose en el proceso.

-Qué les parece si salimos a tomar unos tragos y festejar un poco por Hoseok-ssi y el niño Bambi - dijo Seokjin provocando la risa de los presentes pero asintieron.

Se dividieron para abordar los dos autos disponibles. Jeongguk condujo el auto de Jimin lo que dejó a todos más boquiabiertos de lo que estaban. Los otros chicos en el auto de Seokjin.

Fue una tarde y temprana noche agradable, tomaron algunos tragos como acordaron y luego partieron cada quien a casa a excepción de Jeongguk quien se fue con su lindo tormento.

De todas formas, Jimin ya era su casa, su hogar era todo él y alli se sentía felíz.

-Te pondrás esto- Jimin le extendió un nuevo conjunto de ropa. Pantalones negros de tela ajustados, camisa del mismo color apegada a su torneado cuerpo. Sabía que amaba ese color así que aquello fue uno de los regalos que le compró.

O quizá un auto-regalo porque ver a ese chico con ropa ajustada a su hermoso cuerpo era un deleite.

-Esto cuesta más un año de salario en mi antiguo trabajo, Jimin, no debiste hacerlo.

-Pero lo hice porque quiero,así que ya anda a cambiarte. Papá nos espera en la empresa - le empujó por los hombros pues el pelinegro aún daba vueltas para vestirse.

Se habían acostado temprano, abrazados en cucharita como siempre y la mañana les sorprendió aún profundamente dormidos.

Comieron y hablaron cualquier cosa que les llegara a la mente aunque ninguno de los dos tocó el tema del contrato.

La noche había caído nuevamente y la reunión para un brindis en la empresa les esperaba.

Algo organizado por el señor Park que conllevara tomar alcohol no sería un simple brindis, habría mucho, mucho alcohol pero todos ignoraban el detalle. Bebida gratis siempre era bienvenida.

Una hora más tarde luego de vestirse y estar arreglados se hallaban en camino hasta la reunión.

-¿Puedo saber por qué elegiste precisamente este atuendo? - Jeongguk mantenía la vista al frente al volante.

-Te veías como todo un Christian Grey ayer con el traje que llevabas, no podía dejar la oportunidad de volverte a verte así de nuevo - ambos sonrieron cómplices. Vaya ocurrencia.

-La diferencia es que yo estoy más guapo.

-Sin duda alguna.

Rieron al unísono mientras el auto iba aparcando en el mismo lugar de siempre en el estacionamiento de la empresa.

-Llegan justo a tiempo chicos, pasen y beban lo que quieran. Esta noche es de celebración - el señor Park les recibía con brazos abiertos y cariño.
-Oh, por cierto, Jeon muchas felicitaciones, eres un desborde de talento y es un honor para nosotros tenerte en nuestra empresa. Sigue así muchacho, llegarás lejos - le palmeó los hombros y el menor asintió con una reverencia.
-Ahora si, ¡a beber! digo.. ¡A festejar!

Ambos se miraron ocultando una sonrisa pero aceptaron la invitación, tomando cada uno el trago de su preferencia y mirando a los allí presentes mientras conversaban cosas de trabajo con sus compañeros y colegas.

A lo lejos, entre la muchedumbre, Jeongguk divisó unos ojos que no descansaban el detallarle de pies a cabeza. Una mirada tan penetrante que siempre lograba ponerle nervioso cada que se cruzaban en los pasillos y el dueño de ella le hablaba de una forma que no lograba descifrar con exactitud.
El dueño de aquellos ojos negros sólo podían pertenecerle a una sola persona.

Kim Taehyung.

En ese momento recordó que nunca había logrado tener la oportunidad de tener aquella conversación con Jimin acerca de Kim y aquella noche en el antro. Más tampoco la tendría ahora, disfrutaría de su noche junto al chico que robaba sus suspiros y se olvidaría de todo lo demás. Sólo importaba él.

Dos horas transcurrieron y el traicionero alcohol había comenzado a hacer de las suyas. El señor Park bailaba en el medio de la pista con una de sus asistentes y Jeongguk.. bueno él estaba mareado, su poca tolerancia no ayudándole mucho.
Jimin sonreía con gracia pues era adorable ver sus mejillas sonrojadas.

-Anda a lavarte la cara, bebé. No quiero tener que cargar contigo y con papá desmayados debido a un coma etílico - Jeongguk sonrió porque ciertamente no se encontraba tan mal, el problema ahora era el dolor de cabeza que comenzaba a calarle.
-Ve, yo te alcanzaré en unos minutos. Debo decirle a papá que controle sus hormonas o se armará el chiste del año aquí.

Señalaba hacia su progenitor mientras él comenzaba a dar brincos imitando uno de los bailes de PSY y por los cielos que Jimin quiso desaparecer.

-Esta bien Jiminie -reía viendo el espectáculo - No estoy tan mal así que anda, te esperaré allá, realmente la música está muy alta.

Le asintió tras un beso y partió.
Jeongguk caminó hacia los baños más cercanos y joder que caminar con alcohol en la sangre se tornaba difícil tarea.

Entró. No había nadie dentro y se encaminó, lavando su rostro tres veces para luego secarse con varias toallas de papel. Se acercó al espejo notando que sus ojos estaban rojos y sonrió, jurando que no volvería a beber en mucho tiempo.

Palideció cuando volvió a alzar su vista y a través del espejo lo vió.

No estaba sólo como pensó.

Taehyung estaba apoyado en el marco de la puerta de uno de los cubículos mirándole hasta acercarse a paso lento hacía él y lavar sus manos.

-Pensé que no había nadie- murmuró para romper el incómodo silencio sin embargo aquel hombre le bombardeó con algo que no esperaba.

-¿El hijo del jefe es tu novio?

¿Lo era? Jeongguk no supo que responder.

-¿A que viene eso? - contraatacó.

-¿No es obvio que me gustas desde la primera vez que te ví en aquel club? Y si no es así entonces debo trabajar en ser más demostrativo o tu en ser menos ingenuo.

¿Qué rayos..?

¿Acaso todo el mundo se había confabulado para declarar su supuesto gusto por él luego de que se enamorara de Park?

-Estoy enamorado de Jimin y le respeto. Eso es todo lo que debes saber.

-Imagino que estás al tanto de lo infantil que suena eso - se acercó peligrosamente. Jeongguk retrocedió.
-No hay cosa que corra con más rapidez que los rumores. No creo que Jimin sea del tipo de persona que disfrute enamorarse.

Jeongguk bufó. Era solamente un idiota más que opinaba sin conocer la historia detrás.

-De cualquier forma, eso no tendría que importarte Kim.

Le esquivó para salir de allí, o eso quiso porque su brazo fue retenido.
Taehyung le atrajo y lo estampó en el lavabo. Jeongguk interpuso sus manos sobre su pecho para alejarle pero simplemente no cedía.

-Bien por ti si le amas - recorría sus labios con su mirada mientras hablaba.
-Pero amar sin ser amado sólo trae dolores y un chico tan hermoso como tú no merece eso - todo sucedió demasiado rápido. Al siguiente pestañeo Taehyung tenía sus labios sobre los suyos sin ejercer movimiento, sólo presionando allí y Jeongguk hizo uso de toda su fuerza para alejarlo.

Ardía. Aquellos labios no eran los que le gustaban, sintió la enferma necesidad de correr hacía Jimin y refugiarse en él por lo que le quedara de vida porque aquel cuerpo era el único que el suyo reconocía.

Logró quitárselo de encima luego de alejar la mano que sostenía su nuca y empujó su pecho hasta hacerlo trastabillar hacia atrás.

-¡¿Pero qué demonios te pasa?! Estás loco o...

Se frenó. Su corazón cayó al suelo cuando sus ojos miraron más allá del hombre frente a él y se topó con aquellos ojos miel mirándole con sorpresa. Desde su lugar podía vislumbrar su decepción. Sintió miedo, no podía estar pasando.

-Jimin...























Dato curioso que a nadie le interesa, la anécdota del color ónix y el pokemon realmente me pasó 😂😂😂

Y cuando era pequeña, estaba enamorada de Ash, el protagonista de la serie animada jajaja, lo sé, soy rara 😂😂😂









💕Denle mucho amor a los bebés siempre 💕




















Kim Taehyung puede matarme y desde el más allá le daría las gracias 🔥









See u soon💜










❄BigBabe_Jeon

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