☪️: 13'Nadie sabe lo que tiene hasta que...

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— ¡Aish! —TaeHyung se aproximaba peligrosamente a un SeokJin que, no retrocedía y lograba tener su nariz al ras de la del tipo—. Si no vas a dejar que te la chupe, entonces no me provoques... Al menos yo tengo el jodido valor de decir que me calientas más que el sol de verano en estos momentos y no me encargo de reprimir la calentura.

SeokJin estaba en estado de shock ante las palabras e intenciones del otro, se quedaba completamente inmóvil, pero TaeHyung no y lo tomaba completamente por sorpresa cuando intentaba pegar sus labios a los ajenos, pero aquel arrebato había encendido luces de alerta en el castaño, por lo que sus reflejos habían actuado más rápido que su propia cabeza confusa y divagante.

—Ah~... Estúpido, suéltame —pedía TaeHyung, cuando sentía la firme mano del otro apretando su garganta para detenerlo. No había ni siquiera rozado los belfos ajenos porque SeokJin no solo lo había detenido, sino que también se había hecho solo un poco hacia atrás—. ¡Ya! —gritaba.

SeokJin parpadeaba atónito, lo soltaba y se alejaba.

— ¿Qué mierda estabas intentado hacer? —susurraba asombrado.

TaeHyung tocaba su cuello cual exagerado, SeokJin no había presionado fuerte, pero él estaba en modo dramático.

Con una mirada altanera y frente en alto, respondía—. Lo que te mueres por hacer, pero no te animas, angelito cretino —respondía, cruzándose de brazos y mirando por la ventanilla.

TaeHyung era bueno haciéndose el indiferente, pero inevitablemente sentía un sonrojo furioso en sus mejillas ante el rechazo. Nuevo rechazo. ¿Qué diablos estaba mal con él?.

—Yo no~...

— ¡Ah, ni te se ocurra negarlo! —gritaba TaeHyung, girando su rostro y levantando su dedo índice en dirección a SeokJin—. No me vengas con la idiotez de que no lo quieres ¿Tengo que recordarte el momento en la cocina o como tu cuerpo responde? ¿Eh? —soltaba histérico.

Joder ¿qué mierda estaba pasando con él y por qué estaba hipersensible?. Como si tuviera derecho de demandar algo.

SeokJin fregaba su rostro, suspiraba y echaba su cabello hacia atrás, TaeHyung quería enojarse con él y no pensar que se veía demasiado hermoso así de frustrado.

—¡Dios! —TaeHyung apretaba su sien y se maldecía luego.

SeokJin daba una risa seca—. Tú la jodes y tú te quejas

—No quiero hablar de esto, solo enciende el maldito auto —pedía.

—Ni siquiera sé de que podríamos hablar tú y yo, solo sé que no entiendo qué mierda pasa contigo...

— ¿Y por qué tengo que ser yo el problema? ¿Te olvidas como te pegaste detrás de mí en la estúpida cocina? ¡No soy solo yo! —acusaba.

—Fui un imbécil y-... Sabes, podré ser todo lo que se te venga en ganas de acusarme, pero no soy infiel —exclamaba SeokJin con seriedad.

TaeHyung apretaba sus dientes, lo miraba con sus ojos entrecerrados y reía secamente.

—Siempre hay una primera vez para todo ¿no? —mencionaba con indiferencia.

—No con eso. No contigo y no le haría eso a Jungkook

— ¿No conmigo? ¿Y eso qué mierda significa? —cuestionaba más furioso—. ¿Insinúas que tu noviecito es mejor que yo?

—Nadie dijo tal cosa —exclamaba SeokJin con más calma—. Tae, lo siento, lo que hice en la cocina... —relamia sus labios mirando a cualquier lado menos a su acompañante—. Estuvo mal, nuevamente me disculpo. Pero esto, hombre... —chasqueaba su lengua arrepentido.

TaeHyung negaba con su cabeza, apretando sus dientes.

— ¿Sabes qué? —TaeHyung abría la puerta—. Me iré en un taxi, tu imagen de chico bueno me provoca náuseas.

Saliendo y dando un portazo monumental que hacía a Seok apretar sus dientes, luego relajarse y verlo como se marchaba, arrancaba el auto para seguirlo a poca velocidad.

—Tae, vuelve al auto. No seas ridículo

—Muérdeme el culo —mencionaba indiferente y con un sonrisa orgullosa.

SeokJin reía—. Oye, no nos evitamos tantos años para comenzar a pelear ahora. Sube al auto

—Nop —respondía, acomodando sus rizos salvajes al viento bravo de primavera.

—Nunca dije que Jungkook fuera mejor que tú —mencionaba el castaño.

Él podía no querer involucrarse con TaeHyung, pero tampoco pretendía darle un mal trato. Él no podría ser tan cruel con ese hombre ni aunque se lo propusiera y le pagarán por ello. SeokJin siempre terminaba suavizando y apaciguando las cosas. Es que joder, ya habían pasado años, ya está. Lo de ellos no funcionó, TaeHyung nunca se dignó a creerle una maldita palabra ni se había esforzado en saber más o buscarlo. TaeHyung no había hecho nada, solo culparlo y luego mantenerlo lejos lo que la vida le había permitido porque la buena relación y alianza de sus padres los habia hecho cruzarse todos esos años más de una vez.

—Sin embargo ¿es lo que crees, no?. Que él vale más, es decente y tranquilo ¿no? —TaeHyung se detenía y lo miraba cruzado de brazos. Aún estaban en el aparcamiento enorme del supermercado.

SeokJin detenía el auto. Lo miraba unos segundos, ceño fruncido, pensamientos revoltosos y confusos... La siguiente pregunta simplemente la pregunta abandonaba sus labios:

— ¿Acaso importa ahora lo que yo crea o tenga para decirte?.

TaeHyung borraba la sonrisa delirante de su rostro, abría su boca, pero no salía respuesta alguna, solo negaba, riendo secamente y se echaba a andar. SeokJin lo veía irse y caminar mucho más rápido con la sola intención de escapar de él, por lo que simplemente suspiraba y lo dejaba ir. Aunque aquello no solucionaba absolutamente y no entendía ni un poco de lo que estaba sucediendo con TaeHyung.

— ¿Qué mierda pasa contigo? —susurraba para sí mismo.

La semana había sido ajetreada para Kook. Sus estudios lo tenían completamente ocupado y sin dormir. El trabajo en el ILLECEBRA, por primera vez, le resultaba agotador y no estaba comiendo cómo era adecuado. Jimin estaba detrás de su puerta esa tarde, poniendo la clave para entrar como de costumbre con suma confianza y lo encontraba con el ceño fruncido sobre su laptop.

— ¿No tienes batería o qué mierda, Jeon?. Te mandé varios mensaje y no respondiste ninguno —acusaba. Llegando con una bolsa de su lugar de trabajo que tenía uno de los pasteles favoritos de Jungkook y un café como al pelinegro le gustaba en ocasiones.

— ¿Lo que hay en la bolsa es para mí? —cuestionaba con sus ojos bien abiertos.

—No lo sé —Jimin levantaba la bolsa para ponerla sobre la pequeña mesa y luego metía su rostro para sentir el aroma. Aparte de lo que había traído para Kook, también tenía lo suyo propio par acompañarlo—. Está mi brownie con crema y mi latte de vainilla

—Hyung... Muero de hambre —susurraba con un puchero y ojitos de bambi que conmovían el interior de Jimin.

—Y es exactamente la razón por la que estoy aquí... —soltaba con más seriedad—. No has venido un solo día en la semana a comer y el Señor Oh me ha preguntado cuando vas a abonar lo que debes.

Jungkook abría sus ojos y cerraba su laptop—. Le dije que estoy juntándolo —mencionaba avergonzado.

—Me dijo que iba a emitir la notificación para desalojo y le dije que hablaría contigo —mencionaba tomando asiento—. ¿Estás teniendo más problemas de los que en realidad me has contado?

Jungkook suspiraba, tomaba la bolsa y sonreía feliz cuando notaba que su pastel y café favoritos estaban en la bolsa.

—No te preocupes, lo arreglaré.

Jimin entrecerraba sus ojos y miraba alrededor del apartamento.

— ¿Y que mierda vas a vender esta vez? ¿Tu culo? —hacía alusión de varias cosas personales que Jungkook había revendido para poder abonar en más de una ocasión el alquiler y en otras, pagar sus estudios y alimento.

Jimin no había podido pegar un ojo luego del que Señor Oh, muy conocido de su tío, le dijera encarecidamente que notificara a Jungkook para hacer algo al respecto o estar listo para volar.

—Estoy bien —murmuraba, camino a su pequeña cocina y tomando dos utensilios para saborear el pastel, uno le entregaba a Jimin.

— ¿SeokJin Hyung está al tanto de que-...?

—Jin no es mi sugar daddy, ni mi marido —aclaraba el menor—. No vuelvas a insinuar recibir ayuda de parte de él

—Es tu pareja, podría ayudarte y estoy seguro que lo haría si se lo dijeras

—Me dejaría como un maldito perdedor frente a él —mencionaba el pelinegro.

Jimin suspiraba—. Él jamás pensaría así de ti ¿Qué idiotez es esa?

Jungkook comía sin ganas de hablar del tema.

—Mira, entiendo que no te guste pedir favores y te has arreglado bien solo desde que tus padres se negaron a ayudarte, pero... Dios, Jungkook, todo tiene un límite

—Soy muy capaz de mantenerme a mí mismo —afirmaba.

—Nadie dijo que no lo seas, cariño —exclamaba el rubio—. Las cosas simplemente se complican y a veces uno necesita una mano

—No hablaré con Jin, no lo haré. No tiene porqué mantenerme, ni ayudarme —se quejaba.

Jimin suspiraba—. De acuerdo ¿Y que vas a hacer?. El señor Oh es bueno, pero es jodidamente insoportable y mencionó que hay gente con dinero en mano que le sirve más que tú en este momento... —susurraba con delicadeza.

—Ese viejo nunca me quiso, mis ojitos de borrego nunca funcionaron con él —se quejaba Jungkook, llenando su boca de pastel.

Jimin sonreía y presionaba su mano con dulzura—. Pero funcionan conmigo —mencionaba sonriente.

Jungkook rodaba sus ojos «Si, claro»

—No me pongas los ojos en blanco —le daba un chirlo—. Si no quieres decirle nada a tu novio, de acuerdo, pero no puedo soportar ver como todo lo que te compraste en su momento con tanto esfuerzo lo estás vendiendo para sobrevivir

—Es por mi carrera, lo vale —se excusaba, comiendo nuevamente.

—Ven a vivir conmigo —pedía Jimin, Jungkook y por poco escupía el pastel—. Mi piso es más grande que este, tengo una habitación disponible y necesito compartir gastos luego del aumento. Tómalo, al menos hasta que puedas ahorrar algo —mencionaba con seriedad.

Jungkook balbuceaba—Hyung, eso-... yo no creo-...

—Prometo que no llevaré a ningún imbécil, será una convivencia tranquila —aclaraba de inmediato.

—Estas acostumbrado a vivir solo, sería incómodo —se excusaba Jungkook.

Jimin suspiraba sonoramente—. ¿Cuándo te desalojen, a dónde irá a parar ese buen culo que te cargas? —cuestionaba fuertemente.

Jungkook fruncia el ceño—. Yo no tengo culo ¿qué cosas dices? —murmuraba.

A veces lo tomaba por sorpresa cuando Jimin era solo un poco boquifloja y descarado, como si nunca pudiera acostumbrarse sabiendo que su interior, desde la adolescencia, se removía fuertemente por su Hyung.

—Pero si unas piernas de infierno —murmuraba sensual. Jimin no sabía las cosas que podía ocasionar en Kook—. A lo que me refiero es... —se ponía nuevamente serio, como si Jungkook no se removiera interiormente con él y sus arrebatos coquetos—, ambos sabemos que eso sucedera.

El pelinegro entrecerraba sus ojos—. Te equivocas, tengo otros lugares donde parar... Si llegarán a desalojarme —le contradecía—. Así que no estés tan seguro.

Jimin reía adorablemente—. Conmigo no, Jeon. A) soy tu mejor amigo. B) soy tu único amigo y C) mi apartamento está un piso arriba del tuyo. Sabemos que terminarás conmigo y yo realmente necesito un compañero con quien dividir el alquiler. Es más, me adelanté y limpié la habitación vacía para ti —mencionaba con más dulzura.

Jungkook suspiraba, más serio que antes, algo desganado y cabizbajo.

—No me gusta pedir ayuda —susurraba.

—Lo sé, pero esto también me sirve. En serio necesito compartir gastos y no compartiré piso con alguien más cuando mi mejor amigo necesita ayuda —mencionaba, tomando nuevamente la mano de Jungkook entre las suyas.

El tacto era cálido y las pequeñas manos del rubio apenas lograban cubrir la suya propia. No podía evitar sonreír por como se veía la suya entre las de Jimin. Inconscientemente se perdía en el momento y buscaba la mano contraria a la suya para entrelazar sus dedos. Jimin fruncia el ceño, pero no se lo negaba, de por sí era muy meloso y cariñoso, pero muy rara vez, Jungkook iniciaba el gesto.

—Di que si —pedía el rubio.

Jungkook parpadeaba y alzaba la vista, Jimin tenía esos ojos rasgados llenos de dudas, sabía que temía que no aceptará y había muchas razones por las cuales no quería hacerlo, pero la realidad era que iba a terminar pronto en la calle porque le estaba costando horrores ponerse al día. Suspiraba y soltaba su mano.

—Solo hasta que pueda ahorrar, luego buscaré mi propio lugar de nuevo ¿de acuerdo? —preguntaba.

Jimin daba palmadas de alegría—. No vas a arrepentirte

—Ya que vamos a dividir gastos, si llego a ver que traes a algún imbécil para follar, le pateare el culo fuera de nuestro apartamento —amenazaba.

Junín reía a carcajadas y luego peinaba su cabello con una ademán altanero—. Eso no va a suceder, cariño —soltaba misterioso—. Hasta ahora, TaeHyung me tiene muy entretenido —mencionaba.

Jungkook abría sus ojos y se sentaba más erguido—. ¿Sigues hablando con él?

— ¿Puedes creer que hasta nos texteamos?. Eso es tan raro, nunca llegue a tanto

—Nunca pasan las setenta y dos horas contigo —exclamaba Jungkook, ganándose un golpe—. ¡Oye!. Eso dolió —mencionaba en puchero—. Aunque seguro que esos mensajes deben estar llenos de puro culo y polla, si se trata de ustedes —soltaba, evitando reír.

— ¡Mensajes de texto, son mensajes de texto!. Independientemente de su contenido, hablamos y fin del cuento... O comienzo —reía de lado de forma sensual.

Jungkook asentía y tomaba su café. Jimin lo miraba y quería morderse la lengua antes de preguntar, pero quería saber:

— ¿Escuchaste el programa radial de SeokJin Hyung? —cuestionaba.

Jungkook abría su laptop nuevamente—. Eh, nop. Tenía un examen al día siguiente y necesitaba estudiar —respondía sin verle.

—Mmm... —musitaba Jimin—. Yo lo escuché, le preguntaron mucho por TaeHyung —mencionaba sutilmente o no tanto.

—Si, bueno... Era de esperarse ¿no? —Jungkook estaba nuevamente muy serio. No quería preguntar nada al respecto, pero un suspiro le dejaba repentinamente—. Estudiar me sirvió, sospechaba que preguntarían por él

—TaeHyung no se siente muy feliz al respecto, Jin Hyung sonaba muy convincente, pero eso solo dejo a TaeHyung más enardecido

— ¿Por qué siquiera le molesta?. Su imagen era terrible antes de ser el esposo de SeokJin... —mencionaba con su lengua filosa.

Jimin suspiraba—. TaeHyung no tenía problema alguno con su imagen, pero bueno... Todo sea por el vil metal ¿no?, pero ¿tú cómo estás al respecto? No soy estúpido, sé que tú y él simplemente parecieran no coincidir

—El problema lo tiene él, no yo —mencionaba tipeando fuertemente sobre el teclado.

Jimin mordía el interior de su mejilla—. Creo que ambos lo tienen y sé que debe ser por SeokJin.

Jungkook reía cansino—. No te preocupes, él simplemente adora la atención, no siente nada por Jin.

Jimin relamia sus labios. No conocía en profundidad a TaeHyung y mucho menos a SeokJin, pero por otro lado, Jungkook tampoco conocía a TaeHyung en profundidad.

— ¿Qué se supone que pasó entre ellos?

—No me concierne decírtelo —respondía indiferente.

— ¡Oh, vamos! —golpeaba repentinamente la mesa—. ¿Qué sucedió con ellos? ¿Por qué estás tan seguro que TaeHyung no siente nada?

—Porque entonces sería un jodido problema si lo hiciera —soltaba secamente y con seriedad. Jimin se encogía en su lugar—. Sabes, no escuché a SeokJin porque mi examen fue en parte un gran motivo, pero también la mejor excusa... —Jungkook suspiraba.

—Habla conmigo —pedía el rubio.

—Escuchar a Jin hablar sobre nuestros encuentros como si yo fuera equis chico, no me ofendía en absoluto. De hecho me divertía —sonreía sutilmente—. Pero si de ahora en más, hablara de nosotros con el nombre de TaeHyung en mi lugar, no lo sé... —suspiraba nuevamente—. No me gusta la idea, y tampoco se sentiría bien si inventara historias al respecto. Seguiría teniendo el rostro del otro.

Jimin lo veía cabizbajo y algo desanimado.

—Oye, SeokJin está embobado contigo y aunque le pusiera su nombre a los encuentros contigo, sabes que eres tú —intentaba animar.

—Si, pero el resto de las personas no y no es que me importe, solo es chocante —admitía.

Jimin relamia sus labios, Jungkook no solía ser un chico inseguro, en absoluto. Pero al parecer, había cierta desconfianza en TaeHyung o en SeokJin.

— ¿Qué pasó con ellos y por qué dudas? —preguntaba con más delicadeza.

Jungkook relamia sus labios, a veces no quería ser tan hijo de perra, no le gustaba desconfiar de SeokJin y no había tenido motivo alguno, era un hombre casi perfecto. Atento desde el inicio, primero una excusa para olvidarse de Jimin y luego simplemente había caído bajo su encanto. Era fácilmente el tipo más atractivo en toda Corea del Sur y que había puesto sus ojos en él.

El ILLECEBRA estaba lleno de todo tipo de hombres que más de una vez habían intentado y seguían intentando conquistarlo como si fuera un maldito Escort Boy. Pero SeokJin no lo había mirado así, SeokJin lo había visto como una persona, alguien que parecía ser mucho más que un simple cuerpo atlético bailando eróticamente para los espectadores. Y eso le había gustado en demasía. Jin no era ni por lejos el más rico que lo había invitado, ni mucho menos, pero era el único decente y jodidamente hermoso.

A veces le costaba creer que SeokJin lo quisiera tanto. Y ahora también lo dudaba, porque en cierta forma entendía lo que había sucedido con TaeHyung, el único hombre del que SeokJin había estado enamorado. Era muy similar a él con Jimin, solo que a diferencia de él mismo, SeokJin no lo había usado a él ni un poco para olvidarse de TaeHyung y Jungkook debía admitir que solo al inicio lo había utilizado como algo a favor. Por eso no podía nacer ningún tipo de rencor, ni podría guardarselo luego.

Pero no le diría esa parte a Jimin. Él solo diría lo que el rubio podía saber:

—SeokJin estuvo muy enamorado de TaeHyung, por un tiempo considerablemente largo —respondía.

— ¿De verdad? ¿Muy largo? —sus ojos abiertos de par en par. Jungkook asentía—. ¿Y qué pasó?

Jungkook se encogía de hombros—. Un chico en la secundaria a la que iban comenzó a divulgar que ambos estaban juntos. Que eran pareja y la cosa se puso heavy, era una escuela de hombres y recibieron muchos insultos, un poco de bullying, pero a SeokJin no le importaba muchos ya sabían que él de por si pateaba para su mismo equipo, pero para TaeHyung fue diferente.

Jimin lo miraba con atención—. Le tiene mucho rencor

—Porque en su cabecita dramática, SeokJin lo obligó a salir del clóset

— ¿Fue así?

—Por supuesto que no —respondía—. Fue un accidente que los descubrieran, TaeHyung lo negó a muerte mientras que SeokJin había intentado que simplemente lo aceptará. Que él estaría ahí para cuidarlo, para cuidarlos a ambos, pero TaeHyung no lo vio de esa manera. Hasta el día de hoy, SeokJin no sabe qué mierda se le cruzó por la cabeza para no creerle una maldita palabra, se negó a verlo, lo negó a él, se negó a sí mismo y se cambió de escuela —Jungkook volvía a encojerse de hombros—. SeokJin simplemente entendió el mensaje y continuó con su vida, luego TaeHyung se transformó en lo que conocemos ahora. Muy hipócrita ¿no?.

Jimin abría su boca y no lo podía creer, así que el libertino chico parrandero, muy cómodo en la actualidad con su sexualidad, había simplemente negado a su—muy seguramente—primer amor. Ahora, Jimin no tenía porque estar del lado de SeokJin, pero le daba mucha curiosidad conocer la otra parte de la historia.

—Entonces, no deberías preocuparte ni yo tampoco ¿cierto? —preguntaba.

Jungkook alzaba sus cejas—. No confío en TaeHyung, como dije: le gusta la atención y ¿vas muy serio sobre él? ¿Ya se encamaron una segunda vez?

Jimin relamia sus labios—. Digamos que fue sexo telefónico... Casi toda la semana.

Jungkook rodaba sus ojos—. SeokJin y yo apenas hablamos en la semana por culpa de mis estudios.

—Bueno, TaeHyung y yo estamos en el apogeo de nuestra relación-...

—Ustedes no tienen una relación —acusaba Jungkook.

— ¡Bueno, pero estamos comenzando! —soltaba Jimin, exageradamente gritón.

Jungkook reía, a estas instancias, no le dolía. O estaba muy convencido de que no le afectaba en lo más mínimo, el amor unilateral era una porquería agotadora.

—Como sea. Ya lo sabes, no toques el tema con él, pero te agradecería que lo mantengas alejado de SeokJin.

Jimin alzaba sus cejas, eso era un pedido extremista. TaeHyung vivía con SeokJin, no habría mucho que pudiera hacer al respecto, pero había sido testigo de que TaeHyung tenía una extraña fascinación de amor/odio con SeokJin. No estaba seguro cuanto dudaría aquello porque joder, él no era constante en esto de las relaciones o citas o cómo mierda le dijeran, pero al menos se ocuparía de que a su amigo no le pusieran los cuernos.

— ¿SeokJin ha sido infiel en el pasado? —cuestionaba.

Jungkook lo miraba y sonreía—. De hecho, no —respondía—. Él simplemente es bueno y no es en él en quien no confío

—Es en TaeHyung

—El tipo me detesta, solo mantenlo ocupado... No lo sé, sé que es estúpido lo que acabo de decir, pero solo deben resistir dos años con esta farsa, luego SeokJin estará conmigo y nada más que conmigo.

Jimin asentía—. Puedo repetir con ese hombre las veces que sea necesario, nos complementamos extrañamente bien y tiene una polla de ensueño...

—Si, bueno yo no quería saber tanto. De hecho no quiero saber nada —mencionaba el pelinegro, comiendo otro pedazo de pastel hasta terminarlo.

Jimin reía a carcajadas y golpeaba su hombro—. Bueno, basta de los Kim ¿Vendrás a vivir conmigo?

Jungkook lo miraba y hablaba con la boca llena—. ¿Tengo otra opción? 

—Trabajar medio tiempo en la cafetería de mi tío, o los feriados... Aunque eso no pagaría tus cuentas, pero podrías aceptarlo y juntar un poco de dinero. Los franqueros van y vienen y sé que se te complica, pero piénsalo.

Jungkook suspiraba nuevamente, pero esta vez asentía. Su culo no daba para hacerse el independiente e intentar sustentarse solo. Necesitaba ayuda, más que nunca y seguro como el infierno que no se la pediría a SeokJin. Así que ahí estaba, viendo cómo Jimin extendía su mano y le brindaba esa sonrisa dulce que lo hacía verse tan perfecto y todavía le ocasionaba ciertos sentimientos raros...

Diablos, no estaba seguro que fuera una buena idea y su cabeza estaba toda revuelta. No queriendo compartir espacios cerrados con Jimin y no confiando en TaeHyung rondando cerca de SeokJin.

Joder, esto era uno de esos momentos en los que Jungkook quería quitarse la cabeza y dejar de pensar.

SeokJin se admiraba por poder aguantar las melodramáticas escenas de TaeHyung evitandolo. Hasta le resultaba un poco divertido. Viéndolo bajar a desayunar cuando él terminaba o comiendo solo en su habitación o sala, mientras le tiraba una mirada de reojo despectiva y continuaba con sus que haceres.

Esa tarde estaba leyendo un libro en la sala y TaeHyung bajaba de su habitación en pijamas a juego y una copa de vino, se sentaba en el inmenso sofá donde él estaba ocupando una punta y lo miraba con cara de pocos amigos. SeokJin lo ignoraba los primeros segundos, hasta que se volvía extraño tenerlo mirándole fijamente sin decir nada.

— ¿Tengo monos en la cara o qué? —soltaba, cerrando su libro y quitándose los lentes que llevaba puesto.

—Vete, quiero ver una película aquí —señalaba.

SeokJin alzaba sus cejas—. Tienes un plasma en tu habitación

—No es tan grande como este, vete —decía de nuevo.

SeokJin suspiraba y dejaba libro y lentes sobre la mesa de vidrio frente a ellos.

—Entiendo que seas la reina del drama, pero acordamos que haríamos esto lo más ligero posible

— ¡Y lo estás complicando al no dejarme la sala para mí!

— ¡También es mi maldita sala! —gritaba, poniéndose a la par de la inmadurez ajena.

TaeHyung abría sus ojos y se inclinaba hacia adelante—. ¡No me vuelvas a gritar!

— ¡Tú me gritaste primero! ¡Reina del drama! —acusaba.

—Oh, tu no me dijiste reina del drama... —mencionaba, dejando su copa donde la mesa ratona de cristal.

—Si lo dije. ¿Mírate?. Haciendo drama de la nada, no me voy a mover, también es mi sala y vas a tener que aguantarte eso y sino continúa con tu estúpido jueguito de "ignorando a SeokJin" —exclamaba el castaño—. Te sale a la jodida perfección y va con toda tu personalidad inmadura.

— ¡Yo no soy inmaduro, ni reina del drama! ¡Ese eres tú! —golpeaba el sofá histérico, SeokJin podía apostar que esa copa de vino no era la primera de la noche—. ¡Ahora retira lo dicho o-...!

SeokJin se inclinaba con un sonrisa engreída—. ¿O qué? ¿Qué vas a hacer? —provocaba—. ¿Rasguñarme con tus uñas esculpidas?

TaeHyung abría sus ojos y su boca, exagerando su sorpresa por el insulto de SeokJin.

— ¡Eres un imbécil! —el azabache, se tiraba encima de un SeokJin que, nuevamente había que envidiarle sus reflejos, porque había tomado con precisión las muñecas de TaeHyung y lograba evitar que este lo golpeará.

— ¡Ya! ¡No tienes fuerzas, debilucho! —se mofaba entre carcajadas que hacían enfurecer más a TaeHyung, definitivamente, pasado de copas.

— ¡No me bloquees! ¡Suéltame, aish! ¡Deja de reírte! —pedía, casi encima de un SeokJin culo engreído que se moría de la risa porque TaeHyung no podía propiciarle un maldito golpe.

— ¡Sigues siendo tan débil! —se mofaba el castaño.

No debería divertirse por el enojo sin fundamento de TaeHyung, pero diablos, le resultaba tan divertido.

— ¡Ya deja de rei-.... SeokJin! —TaeHyung era completamente derribado y sentía esos dedos largos clavarse en sus costillas—. ¡N-no seas un jod-dido-...! —las risas comenzaban a brotar inevitablemente de su garganta—. ¡Pedazo de imbécil infantil! —decía entre inevitables risas.

— ¡Ese eres tú! ¡Eres un jodido bebé gigante! —acusaba, mientras seguía haciendo cosquillas al cuerpo de TaeHyung que se removía y removía bajo suyo.

No quería pensar que se veía tierno porque le estaba diciendo un par de insultos. No quería creer que sonreía de forma adorable mientas sus rizos descontrolados quedaban en pésimo estado, cubriendo su bonito rostro y tapando parte de su sonrisa.

— ¡Basta, para, para, por favor! —rogaba como era de suponerse.

SeokJin se detenía, tomaba con firmeza la muñecas de TaeHyung y se quedaba allí, encima del cuerpo ajeno, agitado y caliente. TaeHyung estaba sin aliento y lo miraba fijamente, sin una pizca de molestia en sus orbes por primera vez en toda la jodida semana.

SeokJin no sabía que necesitaba tanto que esos ojos lo mirarán sin ningún tipo de rencor finalmente y nuevamente aquello era extraño, familiar. Muy íntimo.

—Deberías moverte —pedía TaeHyung, su pulso acelerado por más que el simple hecho de haber estado forcejeando con SeokJin.

— ¿Dejarás de actuar como una pequeña perra? —replicaba SeokJin.

—Mmm... No lo sé, perra es mi segundo nombre —respondía sonriente, luego enseriaba sus rasgos cuando recordaba porque se había enojado con SeokJin en primer lugar. Porque él muy imbécil no admitiría nunca que TaeHyung tenía cierto efecto en él.

—Hablo en serio, Tae ¿Dejarás de hacer esto más complicado? —susurraba.

—No lo sé ¿Dejaras de fingir que no me deseas?.

TaeHyung se golpeaba interiormente.

—No empieces de nuevo —pedía SeokJin.

—Bien, de acuerdo. Suéltame y olvidaré que tu polla dura se está clavando a la mía y que cada vez que hablas no dejas de mirar mis labios —sentenciaba, enarcando una ceja—. Pretendamos que la tensión no existen.

SeokJin abría sus ojos y estaba a punto de responder, pero se quedaba mudo.

—Sip, es lo que pensé. Suéltame, chico fiel o... —pedía TaeHyung, SeokJin lo miraba petrificado, sin alfojar el agarre, así que doblaba la apuesta y enredaba sus piernas a la cintura de SeokJin y provocaba—. Continúa, pero más intenso.

SeokJin miraba de soslayo la largas piernas de TaeHyung a su alrededor, su delgado cuerpo debajo del suyo, emanado ese tentador calor, quedándose quieto bajo suyo, con esa presión exquisita en los lugares correctos. SeokJin no pensaba muy claramente, los largos ojos de TaeHyung lo estaban retando a continuar y lo ponian peor cuando ondeaba sus caderas debajo suyo provocando una deliciosa fricción.

Ah~... SeokJin gemía dejando caer su frente a la ajena, sus manos aflojaban el agarre sobre TaeHyung y e intentaba ponerse inmediatamente de pie, como si TaeHyung le quemará, casi volvía a caer cuando este había presionando unos segundos las piernas, pero luego lo había dejado huir.

—Ay, dios... Que incordio —soltaba TaeHyung rodando sus ojos y sentándose sobre el sofá, SeokJin estaba de pie frente a él. Con una visiblemente carpa en su pantalón—. ¿Te ayudo? —susurraba seductoramente.

El castaño fruncia sus cejas, relamia sus labios y salía disparado de la sala dejando a TaeHyung completamente solo.

El azabache suspiraba decepcionado—. Al menos uno de los dos pone un párate a esta locura porque no tengo ni puta idea de qué mierda pasa conmigo —fregaba su rostro verdaderamente estresado—. Culpa del vino. Es todo culpa del vino —susurraba tomando el control remoto y decidiendo que era mejor olvidar el reciente momento, el calor del cuerpo de SeokJin y la lujuria y algo más que brillaban en los ojos ajenos hacía solo unos momentos atrás.

Salió el capítulo más rápido de los esperado.

Repito info, por la dudas si hay lectores de ONLY ILLECEBRA:

Se viene fin de EROTOFONOFILIA al finalizar rueda, por lo que me tomaré los días para finalizarla.

Ojalá les hayas gustado este capítulo, perdón por los errores tipeo que se me habrán escapado y perdón que tarde tanto en actualizar.

Rueda de actualización al día de la fecha:
EROTOFONOFILIA ✅ 06/09
ANATEMA ✅ 11/09
HOLA, SOY VANTE ✅ 15/09
UPSIDA ❎ 25/09
ILLECEBRA ✅ 28/09
¿Y SI DIGO QUE NO? ❎←se viene una mimada
MISERABLE LOVE (se acaba de unir a la ronda, aunque ya di el primer cap)

Con amor Niñita NanyKoo ✨

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