☪️:18'El deseo vence al miedo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cuando SeokJin y TaeHyung salían a la par de su habitación, ya vestidos y decentes en un tiempo récord, iban caminando por el largo pasillo, SeokJin estaba tenso y TaeHyung muy distraído con su teléfono.

— ¿Podrías no mirar esa maldita cosa cuando estemos en la mesa? —se quejaba el castaño.

—No te hagas el superado como si no hubieras hablado con tu chico desesperadamente antes de salir de la habitación —respondía el azabache.

—No es asunto tuyo, si hablas con Jimin, puede esperar. Ya suelta eso —decía entre dientes.

TaeHyung resoplaba—. Me estoy poniendo al día sobre estos sujetos, no hablando con Jimin —exclamaba.

SeokJin se detenía y eso hacía detener a TaeHyung para mirarlo confundido.

—Me estás diciendo que el archivo que nuestros padres nos enviaron sobre estos potenciales clientes ¿Lo estás leyendo ahora? —su mirada era intensa y su mandíbula se marcaba.

—Presiento que quieres golpearme —susurraba TaeHyung inclinando su cabeza.

SeokJin aspiraba fuertemente y se inclinaba más cerca de TaeHyung.

—Presientes, jodidamente bien —susurraba con su voz grave.

Su mirada era asesina, si las miradas matarán, TaeHyung ya estaría completamente muerto, varias veces al día en los que lograba sacar a SeokJin de sus casillas con tal éxito que, a veces ni siquiera lo intentaba, pero lo lograba de igual forma.

—Me estás comiendo crudo, pero no me interesa que me comas con los ojos de esa forma —arrugaba su nariz mirándolo con desdén—. ¿No te has vuelto un asesino a sangre fría o sí?

SeokJin suspiraba y lo tomaba por los hombros encaminandolo hacía la pared, cuando lo apoyaba allí, TaeHyung lo miraba con ojos grandes y sorprendido.

—Tampoco quiero estar aquí —decía aún con ese rostro de loco desquiciado, pero con una voz dulce que susurraba con rabia—. Pero quiero cerrarles el culo a nuestros padres. Así que enfócate, carajo.

TaeHyung abría su boca y la cerraba, para luego gruñir. Su pelo húmedo de la reciente ducha mañanera, hacía que un rizo apenas seco, se posara en sus pestañas.

— También quiero lo mismo que tú —añadía gravemente, sin romper el contacto visual ni alejarse de SeokJin.

Y por un segundo, los ojos negros del castaño se desviaban a los labios de TaeHyung, había sido repentino, incluso, el mismo SeokJin estaba sorprendido de su reacción por lo que conseguía un furioso tono rojo en las mejillas de TaeHyung y en su cuello qué, podían significar dos cosas: Lo sorprendido y caliente que estaba en partes iguales.

— ¿Qué?... —susurraba, intentando sonar agresivo, pero sonaba más ansioso que otra cosa.

SeokJin parpadeaba y lo ubicaba, sus orejas estaban de un rojo furioso que no pasaba desapercibido para TaeHyung, sabía muy bien porque esas orejas se ponían rojas en la punta. Él conocía algunas reacciones del cuerpo de SeokJin, demasiado bien y estás no habían cambiado con el tiempo.

El castaño se alejaba y carraspeaba su garganta, lucía extraño, descolocado, pero se reponía pronto.

—Entonces sabes que podemos mejorar el trato con ellos o bien tironear un poco ya que, claramente quieren "Kim Line" con ellos si no, no estaríamos aquí.

TaeHyung asentía intentando lucir aburrido, pero la verdad es que se estaba preguntando ¿Cómo debían de actuar? quizás preguntarle a SeokJin sería algo genial.

Él no tenía idea de cómo se comportaba una pareja porque no había tenido una relación seria en años... Cómo en muchos años qué, pensándolo dos veces, si le preguntaba eso a SeokJin, tendría que decirle que no había tenido otra relación luego de él y aún en ese entonces se comportaban como literalmente, dos adolecentes enamorados.

Antes de llegar a la sala, notaban a la señora Hyo-Ri poniendo los últimos platillos sobre esta. TaeHyung no entendía como es que ayer estaba más relajado e incluso se divertía poniendo a SeokJin tenso con todo su juegueteo y manoteo, pero luego de lo de anoche y la confesión de SeokJin, él estaba también bastante desestabilizado, emocionalmente. Aunque el castaño había pretendido que su confesión nunca existió.

Pero antes de siquiera pensar con rapidez, SeokJin tomaba su mano y entrelazaba sus dedos para llegar a la mesa, frente a su ama de llave como cualquier pareja feliz lo haría o como SeokJin en pareja lo haría. Quería estar un poco más sorprendido como para tardar en apretar la mano de SeokJin con la suya, pero para sorpresa de sí mismo, sus dedos apretaban con sutileza la mano ajena y simplemente se dejaba llevar.

Tan fácil. Tan natural.

—Hola, muchachos. Se levantaron más rápido de lo esperado —saludaba la señora Hyo-Ri con una inclinación y sonrisa maternal—. Recuerdo que a ninguno les gustaba madrugar cuando anunciaba el desayuno —exclamaba divertida.

TaeHyung reía y SeokJin hacía lo mismo, pero para sorpresa, nuevamente de Tae, SeokJin lo soltaba y lo sostenía de la cintura, su gran mano allí, cómoda, en su espalda baja, llegando al comienzo de trasero. Como si nada.

Su cuerpo se volvía demasiado consciente de esa mano, del hombre sonriente a su lado. De su perfume y calor corporal invadiendo sus fosas nasales y espacio personal. TaeHyung se sentía mareado de tanto "SeokJin" cerca suyo.

—Estamos aquí por negocios, no sería bueno hacer esperar a nuestros futuros clientes —mencionaba relajado, tan natural, anclado a la cintura de TaeHyung que, a este otro le provocó rabia sus propios nervios.

Él iba a jodidamente jugar entre negocios y actuación, SeokJin no iba a intimidarlo. Mierda.

—Odiamos madrugar aún, pero más temprano levantados... —se metía TaeHyung en la conversación, llevando sus dos brazos alrededor de la cintura de SeokJin, notando como los músculos de éste, recientemente relajados, se tensaban bajo sus brazos—, más rápido volveremos a la cama a hacer de las nuestras —susurraba con una sonrisa que era tan libidinosa como traviesa y dulce, logrando que la señora Hyo-Ri riera tímida, pero para nada horrorizada.

SeokJin miraba a TaeHyung enroscado en su diminuta cintura y luego esa sonrisa sucia y extrañamente cómplice lo golpeaba de cerca, junto con los labios carnosos y sedosos de TaeHyung justo a un lado de su largo cuello. Un beso íntimo, dulce, pero fugaz que TaeHyung depositaba allí y dejaba su piel picando y ardiendo.

Deseando.

—Entonces los rumores de que realmente están enamorados y no solo casados por conveniencia, son totalmente cierto —sonaba una voz masculina desconocida al costado de los Kim.

TaeHyung se enderezaba para no parecer un maldito pegajoso, pero no soltaba la cintura de SeokJin. Este por su lado, sonreía con amabilidad mientras volvía a tomar la cintura de TaeHyung y los llevaba hacia sus invitados. Dos hombres de aproximadamente unos cuarenta o cuarenta y cinco años, como mucho. Gran porte y sonrisas amables, pero cautelosas, tal como la que SeokJin tenía pintada en su bonito rostro y TaeHyung, intentaba imitar.

—Kim SeokJin y Kim TaeHyung —decía el más bajo y delgado de los dos. Tenía cabello cobrizo y una tés clara con ojos amables. TaeHyung decidía que le caía mejor que el otro.

"El otro" un tipo más o menos de su estatura, musculoso y piel bronceada, parecía el más viejo de los dos y tenía una mirada filosa que le hacía sentirse extraño. Le recordaba a su padre a la hora de cerrar algún negocio o persuadirlo para hacer algo que no deseaba cuando era más jóven.

— Min Dong-yul —exclamaba, extendiendo su mano hacia SeokJin primero y luego hacia él—. Mi esposo y socio, Park Yongmin.

TaeHyung saludaba al tipo más bajo y agradable para luego mirar a SeokJin, estaba tan sorprendido como él, sobre el "detalle" de "esposo y socio".

—Están sorprendidos ¿O es idea mía? —mencionaba el de ojos nobles, Yongmin.

SeokJin sonreía cabizbajo—. Tuvimos un pequeño resumen sobre ustedes y su empresa, pero no sabíamos que estaban casados, solo que eran socios —se encogía de hombros—. Solo eso —soltaba más relajado—. Y el hecho de que no quisieron cerrar un trato con "Kim Line" porque no estaban muy felices con nuestro historial, como si eso fuera un problema.

Y ahí estaba, TaeHyung lo observaba y había algo en este "pasivo agresivo" que era SeokJin en ocasiones que siempre le parecía jodidamente caliente.

El más alto y al parecer el más duro de los dos sonreía con ironía.

—Supongo que fuera de tu programa radial eres un empresario y sabes que cuando vas a cerrar un trato piensas en tiempo presente y a futuro... —el tipo tenía este porte desafiante, como si intentara quitarle a SeokJin un metro más de estatura—, sus padres siempre aclaran que ustedes estarán a cargo pronto... Y cuando me detuve a verificar con que "tipo" de hombres trataría en un futuro cercano, no me sentía para nada atraído hacia cierta idea.

«Auch...» pensaba TaeHyung, mientras que SeokJin alzaba su mentón y sonreía ladino, sentía el brazo de SeokJin enroscandose más en su cintura y acercándolo a él.

—Sin embargo aquí estás porque claramente, como buen hombre de negocios que eres, sabes que necesitas nuestro vino... Cómo la mayoría en Corea, hoy en día, incluso luego de nuestra boda la gente extrañamente se obsesiono con ello —respondía SeokJin, encogiéndose de hombros—. Hiciste bien en cambiar de opinión.

Y TaeHyung podía verlo toda la mañana responder de forma condescendiente y sentir su polla crisparse, pero el esposo del otro tipo no parecía excitarse cuando su compañero se ponía bravo porque solo se veía como un idiota arrogante y no todo caliente y follable como SeokJin, así que cortaba el enfrentamiento pasivo agresivo, por las buenas.

— ¡De acuerdo! Tengo hambre y esa mesa se ve repleta y deliciosa, no puedo comenzar a lidiar con ningún negocio de nada con el estómago vacío ¿Cariño puedes dejar que los anfitriones nos dirijan a la mesa? Tienen un fin de semana para charlar al respecto o bien llegar a un acuerdo hoy y luego podemos solo disfrutar de este precioso lugar —exclamaba con dulzura.

El hombre de inmediato dulcificaba su mirada cuando veía al más bajo y a TaeHyung se le hacía un nudo en el estómago, pero se asemejaba a los celos. Solo había una persona en el pasado que lo había mirado como si fuera su todo y esa persona, ahora miraba así a alguien más, aunque lo estuviera sosteniendo de la cintura en ese instante y llevándolo a la mesa para sentarlo a su lado.

— Oye ¿Estás bien? —preguntaba SeokJin, alejando un rizo rebelde de su frente cuando se sentaban, tomando a TaeHyung demasiado por sorpresa con ese gesto.

—Eh-... Sí, claro ¿Por qué? —preguntaba desorientado, demasiado.

Joder, SeokJin lo desestabilizaba ¿Estaba siquiera actuando? TaeHyung comenzaba a sentirse perdido, otra vez.

—Te ves un poco pálido, de repente —respondía, encogiéndose de hombros, pasando su pulgar con delicadeza por su mejilla y luego alejándose.

TaeHyung sentía la mirada de la pareja frente a ellos y se preguntaba si se comían la actuación de SeokJin de "marido preocupado" porque él se lo estaba comiendo y lo estaba engatuzando y no había hecho nada extraño o extravagante aún.

Suspirando lo miraba dulcemente, luego volvía a su personaje, besaba sonoramente a SeokJin en su mejilla y le mostraba sus dientes en una rectangular sonrisa espectacular.

—Amo que seas tan atento, pero solo tengo mucha hambre y como dijo nuestro invitado, antes de negocios hay que llenar mi estómago y el de todos aquí —luego de eso, sonreía a la pareja.

SeokJin estaba semi descolocado, pero podía fingir una sonrisa, para él, el más bajo era el más amable también, pero el capitán de ese equipo era el más alto y bronceado de los dos, ese que había tenido el pequeño enfrentamiento con él.

—Esto se ve increíble y sabe mejor —decía con la boca llena el tal Yongmin.

—Hyo-Ri, la señora encargada de la casa lo hizo todo con sus manos, la segunda mejor cocinera después de mi madre —exclamaba SeokJin.

El resto sonreía y el desayuno comenzaba a sentirse menos tenso con el correr del tiempo, más llevadero y a TaeHyung definitivamente le agradaba el tal Yongmin, era hablador, un poco adulador, pero sabía cómo mantener a su esposo a raya. El tal Dong-yul era el cara de perro controlador de todo, pero el tal Yongmin, lo tenía de los huevos.

Cuando el desayuno finalizaba, los cuatro hombres estaban más que llenos y conformes. Así que TaeHyung tenía una gran idea que iba a suceder en cualquier momento y por qué no, mejor ahora luego del gran desayuno.

—Una caminata por el viñedo Kim ¿Les apetece? —exclamaba, poniéndose de pie—. El día está precioso y el lugar es inmenso, podemos relajarnos un poco y bajar toda la comida ingerida luego de estas horas. Les va a encantar.

Los presentes asentían y SeokJin le daba crédito por eso, aunque él no sentía ganas de caminar ni un poco luego de la panzada de desayuno que habían ingerido. Pero el día pasaría más rápido así.

Ese sábado, por el mediodía pasado ya, Jungkook se encontraba un poco distraído y muy cansado, agotado mentalmente. Su cabeza había corrido una maratón, imaginando diferentes escenarios en los que TaeHyung pudiera tomar la delantera y hacer que SeokJin estuviera totalmente confundido hasta la médula con él a causa de los fuertes sentimientos que había albergado casi toda su jodida adolescencia y adultez, por ese maldito promiscuo insensible.

El desagrado en TaeHyung y Jungkook, era mutuo. Uno lo tenía y el otro lo quería. Otro lo tenía, pero sabía que quizás no tenía el mismo peso en el corazón del castaño.

—Carajo... —Frustrado, por poco y rompía un plato de café cuando lo secaba bruscamente.

— ¿Qué carajos está pasando en esa cabezota? —la voz de Jimin se aproximaba.

Jungkook volteaba a verlo y cada vez que lo hacía, el undercut en el cabello rubio ceniza de Jimin, peinado hacia atrás con su frente a la vista y la ropa negra junto con ese delantal aferrado a su diminuta cintura, lo hacían recalcular sus palabras.

El rubio alzaba sus cejas, esperando una respuesta, el menor resoplaba, volviendo en sí.

—Nada, solo estoy cansado. Eso es todo —bufaba.

— ¡Ja! —soltaba el rubio descreido—
Y yo te conozco hace una maldita semana y no casi toda mi vida —respondía con ironía. Jungkook rodaba sus ojos—. No me pongas los ojos en blanco —decía, dándole un golpe en el antebrazo—. ¡Prima! —gritaba Jimin en dirección a la hija de su tio—. Tomaremos nuestro break con Jungkook.

" ¡De acuerdo! "

—No quiero tomarme mi descanso aún, es muy temprano —decía el pelinegro con un puchero, viendo la hora en el reloj de pared.

—Me vale, vamos. Tomaremos un café fuera de aquí y un poco de aire —exclamaba, quitándose el delantal.

Luego de haber recogido celulares y billetera, se encontraban fuera con un café de sus preferencias en mano mientras que Jimin elegía una plazoleta para tomar un poco de sol y hacer "fotosíntesis" como le llamaba él.

—En serio, me sacaste muy temprano para tomar mi break —repetía Jungkook—. Ahora el sábado será jodidamente eterno.

Jimin chasqueaba su lengua—. Eres un maldito mimado exagerado ¿Me dirás qué te sucede? Esta mañana hablaste con Jin y te veías bien ¿Y ahora? 

— ¿Tiene que sucederme algo? —contestaba con otra pregunta, mirando hacia algún lugar que no fueran los ojos de Jimin.

—No, no tiene, pero te pasa algo ¿Es por Jin Hyung que estás así, cierto? —Jungkook no respondía—. Tomaré tu silencio como un "sí" ¿Es porque está solo con TaeHyung, no?

Jungkook aspiraba y soltaba el aire por su nariz, mientras apretaba sus dientes.

—Mmm... —Tarareaba el rubio—. ¿No confías en él?

El pelinegro ponía sus ojos en blanco otra vez—. ¡Aish! ¡Eso dolió! —y por eso Jimin, le había dado un puntapié en el gemelo izquierdo.

—Te dije que no me pongas los ojos en blanco

—No quiero hablar de ellos —respondía.

— ¿Por qué? ¿Acaso viste algo que yo no?

—No exactamente —respondía cabizbajo—. ¿Me vas a molestar hasta hablar? —decía Jungkook, recibiendo una obvia mirada engreída de Jimin. Suspirando tomaba valor—. No confío en TaeHyung y... —resoplaba antes de continuar hablando y sonar como un maldito cretino—. Luego de hablar, le respondí sus mensajes en la mañana y luego le mandé otro par hace unas horas... No me ha respondido, él nunca se tarda tanto

—Tampoco confías en Jin ¿Eh? ¿Tan así es? Debe estar ocupado. Jamás te había visto así de preocupado en el pasado sobre ustedes —añadía Jimin.

—Es que antes no había un TaeHyung casado con SeokJin... Y él lo amaba, demasiado y no sé si decirlo en tiempo pasado —respondía con sinceridad.

Jimin lo miraba en silencio y le costaba creer que alguien como Jungkook se sintiera tan poca cosa.

—Oye, eres precioso... Solo porque Jin Hyung estuvo enamorado en el pasado no significa que esos sentimientos sigan ahí... Solo en novelas, películas y libros la gente alberga un amor complicado, imposible o no correspondido por años en su corazón, pero eso no sucede en la realidad, Kook.

Jungkook volvía a suspirar, Jimin a veces era bastante tonto y le dolía. Jimin aún le dolía, por eso también temía y dudaba con respecto al matrimonio falso de su pareja. Le revolvía el estómago y le hervía la sangre, pero podía entender si SeokJin aún tenía sentimientos fuertes por su primer amor.

—No subestimes los sentimientos de las personas, Jiminssi —era lo único que podía responder.

El rubio volvía a chasquear su lengua—. El amor es una ilusión. Un cúmulo de reacciones hormonales... Solo eso

—Nunca te has enamorado, mejor no opines al respecto —decía Jungkook, poniendo sus ojos en blanco, su voz sonando dura y fría.

Jimin se reía divertido—. ¿Sabes qué? Acepté ir al festejo adelantado de cumpleaños de nuestro compañero, comienza a eso de las ocho, temprano ¿Te unes? Necesitas un poco de distracción.

Jungkook se lo repensaba, estaba jodidamente arruinado, pero quizás afianzar los lazos con sus amigos del Illecebra no sería mala idea, siempre se reía con esos locos y también había sido invitado, sólo no había confirmado aún, así que bebía un sorbo de su café y asentía en dirección a Jimin.

—Cuenta conmigo y este café sabe mejor que los tuyos —se burlaba con una sonrisa engreída.

—Oh, muerdeme el culo, Jeon —se quejaba el rubio—. ¿Qué sería de ti sin mí?

Jungkook arrugaba su nariz y lo corregía—. La frase correcta es "¿Qué sería de mí sin ti?"

Jimin reía ladino—. Exacto, chiquitín.

El menor ponía los ojos en blanco y luego no podía evitar reír cuando veía esa hermosa sonrisa de culo engreído que llevaba su amigo pintada en sus labios, haciendo que sus ojos rasgados fueran dos rayas decorativas en su rostro ovalado y hermoso.

Park Jimin era el hombre más despistado cuando se trataba de captar los sentimientos amorosos que Jungkook había tenido por él en aquellos largos años de amistad, pero había que darle crédito por ser rápido y audaz cuando notaba que Jungkook estaba decaído y preocupado. Él siempre estaría ahí para levantarle el ánimo , sin importar qué.

El viñedo Kim era hermoso y era inmenso, SeokJin ya estaba cansado y aburrido, era más de mediodía, se habían tomado su tiempo en cada sector y habían presumido la arquitectura de todo el lugar y cada maldito rincón. TaeHyung no dejaba de parlotear con el tal Yongmin mientras que Dong-yul caminaba como perro protector detrás del culo de su marido. Tenía que admitir que TaeHyung era bueno vendiendo el trabajo arduo detrás de "Kim Line" mientras que él era bueno cerrando negocios. No podría tener tanta paciencia de recorrer el lugar y luego hablar toda la cháchara de la preparación del vino, envasado y bla bla bla.

— ¿Son una pareja real o sus padres los obligaron? —el tal Dong-yul le estaba hablando por primera vez a SeokJin.

Este lo miraba curioso.

— ¿Por qué crees que no somos una pareja real? —cuestionaba con seriedad.

No sabía el origen de tal pregunta, pero por si acaso, no iba a decirle a un completo desconocido a punto de cerrar un trato con ellos que, su matrimonio era falso.

Dong-yul se encogía de hombros—. Lo miras como si lo desearas demasiado pero no pudieras tenerlo o no quieres... Como si fuera inalcanzable para ti, como si no encajaran y detestaras desearlo. Como si no fuera realmente tu esposo. O estás demasiado obsesionado con él —se encogía de hombros, como restándole importancia.

SeokJin sentía que su respiración se enganchaba.

— ¿Y dedujiste todo eso en solo un par de horas? —cuestionaba seriamente.

—Estudiar a personas con las que trabajaré en un futuro cercano es un hobbie, usualmente acierto un ochenta y cinco por ciento de las veces —admitía con honestidad.

SeokJin alzaba sus cejas y lo miraba—. Bienvenido a tu quince por ciento —acusaba con una sonrisa ladina, pero por dentro se preguntaba si realmente lucía de esa forma cerca de TaeHyung.

Incomodamente se removía, pero decidía unirse al otro dúo y se encargaba de pasear un poco por el viñedo ya que ni siquiera recordaba la última vez que había ido. En un momento del paseo, la pareja se perdía con el guía para llegar a la bodega y SeokJin terminaba al lado de TaeHyung, probablemente la primera vez en todas esas horas.

—Tienes que agradecer que les dí un pequeño tour, no fui tan inútil después de todo —exclamaba con una sonrisa—. La negociación es toda tuya, esas cosas me dan dolores de cabeza —admitía.

SeokJin resoplaba con una sonrisa que carecía de burla, solo sonreía ante la desfachatez y honestidad de TaeHyung.

— ¿Cuándo fue la última vez que viniste aquí? Recuerdas todo mejor que yo —mencionaba.

Ambos iban a paso lento, algunas miradas curiosas de unos trabajadores se posaban sobre ellos y SeokJin lo notaba, TaeHyung estaba muy encimismado en su respuesta.

—Probablemente unos cinco años más luego de que tú decidieras que ya no soportabas a la nueva mujer de tu padre y... Nosotros habíamos perdido contacto —admitía balbuceando, solo un poco, pero se recomponía—. Me gustaba perderme en la bodega más pequeña y beber como un dem-... ¿Oh? —TaeHyung se sorprendía cuando sentía la mano de SeokJin tomar la suya y luego veía como entrelazaba sus dedos a los suyos.

TaeHyung alzaba la vista confundido y extrañamente con mejillas rojas, SeokJin lo miraba disimuladamente y notaba el sonrojo furioso en la piel trigueña del azabache y le parecía jodidamente hermoso.

—Nos están viendo y creo que caminar con manos en los bolsillos no es la opción indicada —respondía SeokJin, a la pregunta no dicha, pero los ojos sorprendidos de TaeHyung hablaban por si solos.

Este tragaba duro y asentía, recomponiendose nuevamente—. Claro, sí. Aunque ¿Las parejas siempre andan juntos de las manos como si uno de los dos fuera a perderse? —cuestionaba en un susurro, acercándose hacia un SeokJin que inclinaba su oreja en dirección a él.

Cuando este reía por aquella ocurrencia la gente alrededor de ellos, pensaban que eran adorables.

—No, Tae... Es sólo un lindo gesto —decía naturalmente, alzando sus manos y mirandolas juntas—. Tus manos son más grandes que las mías —decía con curiosidad.

TaeHyung alzaba sus cejas, era extraño que siguieran caminando como si nada mientras SeokJin lo llevaba, porque estaba jodidamente seguro que era él quien lo dirigía cuando ponía su mano en su cintura o tomaba su mano, él solo se dejaba arrastrar. Perdía toda noción de lo que los rodeaba y solo se dejaba guiar por el castaño. Demasiado consciente del otro hombre.

Carraspeando su garganta seguía el hilo de la conversación—. Bueno, la vida me dió unos centímetros más en los dedos porque a ti te dió esos hombros que todavía no tengo —se quejaba.

SeokJin reía y dejaba caer sus manos, pero no lo soltaba—. Ni con todo el ejercicio del mundo los conseguirías —presumía.

TaeHyung chasqueaba su lengua y lo empujaba suavemente, pero SeokJin aún no lo soltaba.

—El tal Dong-yul preguntó si realmente estábamos casados o fingiendo —mencionaba.

TaeHyung abría sus ojos—. ¿En serio? —Jin asentía—. Ese tipo me da escalofríos, pero Yongmin lo tiene por los huevos... —exclamaba, mirando a la pareja frente a ellos. En ese momento, el más alto, Dong-yul, aproximaba a Yongmin hacia él y tomándolo de la cintura besaba sus labios con un casto beso que repetía unas cinco veces más.

—Agh... Empalagoso y cursi —soltaba TaeHyung, deseando que su voz sonara tan desagradable como se sentía, no porque la demostración ajena le incomodara o molestaba, sino porque no podía obtener lo mismo de su falso matrimonio.

—Así son las parejas, Tae... —mencionaba Jin—. No seas tan "Grinch del amor", tú eres un maldito exhibicionista con Jimin

—Eso es lujuria, odio a la gente que es "amorosa" —exclamaba.

SeokJin alzaba sus cejas y lo miraba, deteniéndose antes de llegar a la bodega—. ¿No vas camino a algo más que solo lujuria con él?

TaeHyung abría su boca y la cerraba, pensaba su respuesta y respondía—. Claro, totalmente. Pero la lujuria es fuerte —exclamaba—. No sé si lo entiendes, eres tan cursi con tu niño... ¿Y siempre lo llevas de la mano como si fuera a perderse? —atacaba con ese tono sarcástico mientras veía sus manos unas vez más, levantandolas entre ellos.

Aún con dedos entrelazados.

SeokJin resoplaba—. Soy un hombre atento y no todas las parejas son así de cursis, algunas son más relajadas, pero siempre habrá alguna demostración que dejará en claro que son más que amigos y más que simple folla-amigos, hay una esencia diferente en las miradas y las caricias —exclamaba.

TaeHyung rodaba sus ojos, pero luego miraba a sus invitados reír por algo que dijo el guía a cargo de su caminata.

—El tal Dong-yul tiene una mirada reacia hacia nosotros, pero sus ojos se vuelven de borrego mirando a Yongmin... —hacía una mueca desinteresada—. Es adorable.

SeokJin reía secamente—. Sí, también lo noté. Como dije, siempre tienen algo que deja en claro la diferencia entre un compañero de cama y un compañero de vida.

TaeHyung quitaba su mirada de la pareja y miraba a SeokJin fijamente.

— ¿Jungkook es tu compañero de vida? —preguntaba de repente.

SeokJin incluso era tomado por sopresa de una manera que no podía explicar, TaeHyung lo miraba fijamente, esperando... Esperando quien sabe qué mierda porque ni éste sabía que quería escuchar de los labios de SeokJin.

Y más encima, apretaba sus dedos inconsciente a la mano del castaño.

—Yo-... —SeokJin abría su boca, no sabía porque no estaba seguro sobre que responder.

TaeHyung alzaba sus cejas, mentiría si dijera que no sentía cierta satisfacción. Mentiría si negara haberse sentido aliviado por la vacilación de SeokJin.

—Solo dí que no lo sabés, no es el fin del mundo, ni se lo diré a él —exclamaba TaeHyung relajado. SeokJin iba a responder algo, pero TaeHyung preguntaba otra cosa diferente—. ¿Por qué seguimos de la mano si nadie nos ve? —había susurrado más cerca del castaño.

SeokJin pasaba saliva, pero respondía con voz neutra—. A las once.

TaeHyung fruncia el ceño y miraba su reloj—. Son más de la una ¿De qué hablas?

SeokJin no podía evitar reír con mera sinceridad y el azabache se quedaba colgado de esa hermosa sonrisa y risa ruidosa. Joder, hacía años que no hacía reír a SeokJin de esa forma.

—Que mires a tu izquierda —exclamaba—. Disimuladamente, por favor —añadía.

TaeHyung lo hacía, con ceño fruncido y veía a uno de los empleados haciendo quien sabía qué cosa, porque estaba muy atento mirándolos en vez de trabajar.

—Oh, mira quién está ahí... —exclamaba con una sonrisa juguetona.

SeokJin fruncia el ceño—. ¿Lo conoces?

—Te dije que seguí viniendo cinco años más después de tí. El último año fue interesante —se encogía de hombros.

Y SeokJin se sentía furioso—. ¿Te lo follaste?

—Tampoco tanto, pero hubo mucho toqueteo y besos salvajes... Podría terminar lo que empezamos —decía viendo al hombre que tenía solo unos pocos años menos que ellos dos.

SeokJin apretaba sus dientes y no le gustaba ni un poco que el tipo siguiera mirando entrecortadas veces y TaeHyung lo siguiera con los ojos como si fuera un maldito postre que deseaba con ansias después de la cena. Ellos no eran nada, pero ese tipo no lo sabía y él sentía unos irracionales celos sin sentido.

«Claro... Solo porque te sientes estúpido o porque no quieres que miren lo que supuestamente es tuyo» decía la voz maliciosa de su cabeza.

Soltando la mano de TaeHyung, se posicionaba tras él y lo abrazaba, pasando su brazo por su pecho, enrozcando este a su cuello y pegando sus labios a la oreja de un TaeHyung que perdía noción de dónde estaban y su visión era simplemente borrosa. Sus sentidos estaban alertas a una sola persona. Un solo hombre, tras él, presionando su cuerpo al suyo y susurrando gravemente con voz ronca:

—Deja de mirarlo —ordenaba SeokJin, clavando sus dedos en el hombro de TaeHyung.

El azabache se sentía mareado, deseoso y un poco juguetón.

Volteando su rostro, su nariz presionaba sutilmente la de SeokJin, sus labios estaban casi pegados.

— ¿Y a ti en que te afecta? —preguntaba.

Demasiado cerca, tan tentador.

La mano libre de SeokJin buscaba la suya y entrelazaba sus dedos una vez más. TaeHyung era completamente prisionero del hombre detrás de él, pero no podía quejarse. Y deseaba...

Deseaba demasiado sentir esos labios sobre los suyos cuando SeokJin lo acariciaba con su nariz—pretendiendo para el resto ser un dulce esposo—llevándolo al límite de la cordura, para TaeHyung.

—Eres mi esposo, no vas a terminar una mierda de nada, porque eres mío —respondía con seguridad. Apretando sus dedos sobre su mano y su cuerpo al suyo.

SeokJin no había querido decirlo "así" de esa forma tan posesiva, cerca de los labios de TaeHyung dispuestos a quien sabía que cosa, pero tenía al azabache completamente entregado. TaeHyung odiaba la posesividad luego de haber terminando con SeokJin porque siempre le decía que era suyo y le encantaba, cuando era un adolescente, pero luego de adulto si alguien le decía algo similar, sonreía con sarcasmo y daba el discurso de que las personas no son objetos que puedes poseer y que nadie realmente le pertenece a nadie.

Pero aquí estaba una vez más, amando la sensación de adrenalina y calidez que le inundaba cuando SeokJin decía que era suyo. Aunque no fuera así.

Una garganta carraspeaba y ambos se veían obligados a mirar al frente, SeokJin estaba con sus orejas rojas, sosteniendo a TaeHyung demasiado cerca como si fuera... Como si fuera jodidamente suyo, hasta que ubicaba a la pareja invitada, el tal Dong-yul lo miraba casi con aire divertido.

—Lo siento, no queríamos interrumpir, es solo que deseábamos volver. Hablé con su ama de llaves y le dije que me gustaría preparar un buen banquete para todos nosotros en la noche y sería genial volver a la casa —decía el tal Yongmin.

—Mi esposo es el chef principal en nuestro restaurante —exclamaba Dong-yul.

—Quiero dejarlos boquiabierto mientras ustedes hablan de negocios.

Y por supuesto, SeokJin se alejaba de TaeHyung, haciéndole sentir frío y dejándolo desestabilizado, pero nuevamente, tomaba su mano.

Pero él se recomponía—. ¿Puedo verte hacer magia? Creo que estos dos estarán negociando mejor sin nuestra presencia.

TaeHyung era un maldito genio para librarse, SeokJin debía darle ese crédito, aunque no fuera para nada divertido para él.

—Por supuesto —respondía a cambio, de igual forma—. Vamos.

Y TaeHyung articulaba una sonrisa como podía y simplemente se dejaba llevar. El momento ya había pasado, y solo Dios sabía que otros momentos, le esperaba. Pero por el momento, optaría por estar lejos de SeokJin, hasta sentirse cuerdo y dueño de su propio cuerpo y sus sensaciones.

Entrada la noche Jungkook y Jimin estaban con sus compañeros compartiendo tragos y anécdotas, pero él realmente no estaba sobre ello y Jimin lo sabía.

—Maldición, Kook ¿Qué no vas a quitar esa cara larga? Estamos en un pre-cumpleaños.

Jungkook le daba una mala mirada y tomaba otro trago. Él lo había intentado, estar de bueno humor y pasarla bien, pero...

—No confío en él —exclamaba.

— ¿TaeHyung otra vez? —resoplaba Jimin.

Él follaba con el azabache, pero estaba más en boca de Jungkook que en la suya.

—SeokJin —decía Jungkook—. No me respondió en todo el día.

Jimin se sorprendía—. Diablos, Jeon. Deja de ser tan imbécil, está contigo, te quiere a ti ¿Qué necesitas para estar seguro, hombre? Y está jodidamente cerrando un trato, no follandose a TaeHyung, precisamente.

Jungkook tenía cara de perro, el alcohol lo había puesto de mal humor y le había aflojado la lengua. Y lo que Jimin había dicho, lo había enfurecido—. Que se separen, eso quiero

—No puedes separar a dos personas que no tienen una jodida relación —decía Jimin, como si fuera obvio.

—Quiero que se divorcien... Yo solo, no los quiero cerca —admitía a regañadientes.

—Joder, Jeon. Es un amor viejo y pasado de moda, no deben sentir nada por el otro, ya supéralo. Nadie ama tanto tiempo a otra persona con la que la cosa simplemente no funcionó o no fue correspondido —exclamaba.

Jungkook fruncia su ceño y lo miraba enojado, ahora con sentimientos encontrados—. Eres un completo idiota, Park Jimin —y se levantaba de su mesa totalmente enfurecido.

Jimin estaba en blanco, pero no le tomaba mucho saltar como chispa e ir detrás de su amigo. Saliendo del bar en el que estaban pasando el rato, Jungkook caminaba de prisa.

— ¡¿Y yo qué mierda hice ahora?! —le gritaba al menor, tomándolo del brazo y deteniendolo repentinamente.

Jungkook se soltaba de su agarre—. Déjame solo —y se echaba a andar una vez más, pero Jimin era conocido por ser más terco que el mismo Jungkook.

—A la mierda con eso. ¡Detente! —exclamaba, poniendo sus manos en el pecho de Jungkook, no podía hacer mucho, el pelinegro era más grande y fuerte, pero él insistía en llevarlo hasta la pared más cercana—. Cálmate y habla conm-... ¡Aish, idiota! —se quejaba ante la maniobra sorpresiva de su amigo.

Jungkook los había girado a ambos, dando a Jimin contra la pared, más fuerte de lo esperado, sintiendo la culpa crecer cuando el rubio hacía una mueca de dolor, pero rápidamente su rostro se transformaba en uno furioso.

Jungkook sabía que Jimin estaba listo para darle un sermón de nuevo.

—Mira, maldito niño histérico-...

—No soy un niño —le contradecía Jungkook.

—Pues tu actitud deja mucho que desear —respondía, pero Jungkook lo miraba fijamente, sus ojos más negros que de costumbre y su respiración solo un poco inestable, Jimin cambiaba su mirada a una casi compadeciente, de lástima—. Oye, en serio... No vale la pena que estés así, Jin Hyung no hará nada que no deba —decía, dulcificando su voz.

Jungkook suspiraba y apretaba sus ojos junto con sus dientes, luego los abría y se enfocaba en los labios de Jimin, lo miraba ávidamente por primera vez en años. Permitiéndose apreciar cada maldito detalle del bello rostro del rubio, no dándose cuenta cuando su mano subía involuntariamente para acariciar el mentón de Jimin, tomando al susodicho por sorpresa.

Jimin era despistado con respecto a los sentimientos de Jungkook, pero no era ajeno a la mirada que estaba recibiendo. Jungkook lo miraba como si quisiera lamerlo de pies a cabeza, conocía muy bien ese tipo de miradas, pero su boca se secaba porque no venía de cualquier amante o desconocido.

Venía de su mejor amigo.

— ¿Kook? —susurraba confundido, mientras sentía el pulgar de Jungkook acariciar su labio inferior.

No entendía porque su pulso se disparaba repentinamente, su respiración se aceleraba y su cabeza estaba vacía. Quería empujar a Jungkook para que dejara de jugar, pero no parecía lograr hacerlo, en absoluto.

— ¿Jungkook? —le llamaba una vez más, notando como el menor relamía sus labios y se aproximaba tan rápido que Jimin incluso no lograba entender como sus labios se separaban automáticamente, listos para ser besados y corresponder.

Joder, él nunca había visto a Jungkook de esa manera tan carnal, pero había algo en el aura del menor que lo dominaba por completo, pero el beso no llegaba. Así, tan abruptamente como Jungkook se había acercado, se detenía a centímetros de esos labios.

Ellos solo se habían besado una vez, cuando Jimin le había dado su primer beso y eso había sido todo. Nunca más y Jimin nunca hubiera creído que sucedería otra vez o que estaría listo para recibirlo con brazos abiertos. O labios abiertos, separados, boca lista y hambrienta.

— ¿Por qué no me empujas? —preguntaba Jungkook sobre sus labios.

Jimin encontraba su mirada llena de confusión.

—No lo sé —susurraba el rubio con honestidad a medias.

Sentía calor en todo su cuello, sabía que sus mejillas estaban rojas, tampoco entendía porque se sonrojaba, él no se avergonzaba con facilidad, pero de nuevo, este cazador era Jungkook.

—Ibas a dejar que te besara —afirmaba el menor, Jimin pasaba el nudo en su garganta y sus manos agarraban la ropa de Jungkook acercándolo más, nulo espacio que hacía a Jungkook temblar, apoyando su frente en Jimin y recordando que este era su mejor amigo, si la cagaba no tenía a quien acudir y por encima de todo eso, él estaba en pareja con SeokJin—. No debería, deberías empujarme, no acercarme —susurraba como si estuviera teniendo una jodida lucha interna y más encima, no creía lo que estaba sucediendo.

¿Tan fácil hubiera sido confesarse con Jimin años atrás? ¿O su amigo estaba demasiado ebrio?

—Puedes alejarte, si eso quieres —susurraba el rubio, su cuerpo ardiendo y dejándolo descolocado. El aroma de Jungkook era tan dulce y el calor de su cuerpo le provocaba cosas—. Estoy sintiendo cosas extrañas —admitía con una sonrisa que intentaba ser relajada, pero parecía provenir de los nervios de Park Jimin—. Puedo ser un muy buen amigo esta noche, si eso quieres

—Estoy con SeokJin y eres... Eres mi mejor amigo —susurraba Jeon. No estaba seguro si lo decía para Jimin o lo repetía para recordarselo a sí mismo.

Jimin lo miraba un poco más y lo soltaba, lo empujaba suavemente y sonreía incómodo—. Eso fue extraño, Jeon... No vuelvas a beber y comportarte como una perra —su voz intentaba sonar relajada y divertida, pero había temblado en cada maldita palabra—. Vamos a casa.

Luego de eso, pedían un auto y volvían a su apartamento con un aire lleno de una tensión extraña y jodidamente palpante. Entrando al edificio tomaban las escaleras para evitar el espacio reducido del elevador y cuando Jimin abría la puerta sentía que la mirada de Jungkook quemaba en su nuca.

—Me iré a dormir —exclamaba sin verle—. Que descanses, Jeon.

Sus palabras suaves y susurradas, mientras que el menor no podía responderle por estar en una montaña rusa emocional que lo impulsaba a tomar el brazo de Jimin y tirar de él más cerca, tomando el delicado y largo cuello del rubio con su mano libre y estampando sus labios a los ajenos.

Jimin gemía en su boca con sorpresa y una explosión de sensaciones nuevas. Sus labios se separaban y su boca se abría con ganas para darle acceso y Jungkook metía su lengua, abriéndose paso entre la suya mientras sus labios estaban desesperados por ese beso. Como si sus bocas tuvieran vida propia y jodidamente ENCAJABAN.

Las manos grandes de Jungkook eran un espectáculo tomando el pequeño rostro del rubio entre ellas, sosteniendolo justo ahí, pulgadas más bajo y cuerpo más pequeño. Era tan diferente a SeokJin, no es que quisiera compararlos, pero le era inevitable.

Besar a SeokJin siempre era un torbellino que lo hacía perderse y simplemente dejarse llevar, dejarse poseer y manejar a su antojo y lo disfrutaba. Le encantaba como SeokJin simplemente lo subía y lo bajaba, pero Jimin era todo lo contrario, él estaba ahora bajando sus manos por la espalda del rubio y posicionandolas justo en sus glúteos, presionando y levantando, Jimin entendía, daba un pequeño salto para impulsarse y sus piernas se enredaban en la cintura de Jungkook.

No había forma de detener lo que podría suceder y que iba a suceder, porque luego de ese beso que los había dejado en carne viva, deseando más y más, Jungkook simplemente había hecho suyo a Park Jimin, por primera vez.

Había sido intenso, desenfrenado y rápido por culpa de tanta anticipación y excitación juntas. Seguramente el alcohol también había sido el motor de aquel encuentro, pero momentos más tardes con un Park Jimin dormido rápidamente a su lado, de espaldas a él y totalmente desnudo... Jungkook se sentía sucio y no le gustaba que la primera vez con un gran amor lo hiciera sentir tan extraño.

Levantándose de la cama, tomaba su teléfono y se sorprendía que era demasiado temprano, las diez y media. Habían durado poco y nada en ese cumpleaños y tenía razón, su sábado había sido demasiado largo, pero ahí estaba, viendo que Jin finalmente le había respondido, diciéndole que el trato había sido cerrado durante esa tarde y por eso no había respondido. Le pedía perdón, le decía que lo extrañaba y le pedía que se cuidara.

Jungkook lo llamaba con un nudo en su garganta, en la sala de su apartamento, ahora compartido con Jimin, su mano en su pecho con una opresión horrible.

No debería haber sucedido así.

Antes de ese llamado, en el viñedo Kim, en la casa principal, estaba sucediendo un gran banquete, música y vino, mucho vino por doquier. La Kim Line tenía una vasta selección de la cual inclusive, SeokJin y TaeHyung se enorgullecían, aunque no estuvieran sobre ello. La negociación había sido larga, un poco tediosa, pero habían llegado a un acuerdo y misteriosamente, la cara de culo de engreído de Dong-yul, se había ido.

Para esas horas, la compañía del matrimonio era bastante grata.

— ¡Deberíamos bailar! Estamos tan viejos que ya no salimos a esas cosas —decía Yongmin.

SeokJin sonreía, estaba muy relajado con un brazo apoyado sobre el respaldar de la silla de TaeHyung. Ellos no se habían separado en cuanto se habían vuelto a reunir para la cena. Solo preguntas cortas, sonrisas amables, algunas forzadas y miradas fugaces.

—No están viejos, no digas tal cosa —mencionaba SeokJin.

Dong-yul levantaba la copa en dirección a él—. Gracias por el respeto —luego reían a la par.

—Ustedes aún son jóvenes y ardientes —el tono de Yongmin había sido coqueto, el vino comenzaba a hacer de las suyas.

—Cariño, no incómodes a los Kim —soltaba su esposo.

—Oh, tienes que hacer demasiado para lograr eso —soltaba TaeHyung.

Yongmin reía—. En otra época, ya hubiéramos ofrecido una pequeña orgía entre ustedes y nosotros.

SeokJin abría grandemente sus ojos mientras que TaeHyung sonreía pícaro y Dong-yul carcajeaba por las diferentes expresiones de ambos hombres.

—TaeHyung fue salvaje en otra época ¿Eh?  —le señalaba—. SeokJin ¿Siempre un hombre tan recto? 

TaeHyung reía—. Me he dado mis gustos, pero ahora pertenezco a un solo hombre —se burlaba, poniendo su mano en la rodilla de SeokJin y acariciando más arriba mientras se apoyaba en él y miraba sus labios con hambre.

SeokJin apretaba sus dientes y forzaba una sonrisa—. Sip, ahora es mío —articulaba.

Pero lo decía con esos ojos intensos y fijos solo en el rostro caliente y enrojecido que TaeHyung tenía.

—Woah, la tensión que ustedes emanan es suficiente para calentar todo el jodido viñedo —exclamaba Yongmin—. No los hemos visto besarse ni una vez, complazcanme. Son caliente y jóvenes, quiero ver un beso.

SeokJin alzaba sus cejas en dirección a la pareja invitada y TaeHyung, apretaba su muslo sin dejar de verlo a él.

—SeokJin es muy reservado, a pesar de ser sexualmente hablador y descarado en su programa —mencionaba, acariciando la zona del muslo y llegando peligrosamente a la entrepierna de SeokJin.

—Oh, aún así... Un beso, aunque sea uno casto —pedía Yongmin.

Dong-yul, su esposo, reía—. Lo siento, Yongmin se pone salvaje y siempre logra hacer que el resto enloquezca con él, no quiere incomodarlos realmente.

SeokJin pasaba el nudo en su garganta—. No estamos incómodos —mentía.

— ¿Ah, no? —susurraba TaeHyung, volviendo a verlo fijamente, más cerca.

—TaeHyung besalo, me servirá para luego mantener a Dong-yul caliente —decía Yongmin.

Dong-yul reía y negaba—. Me disculpo, sacaré a mi esposo a bailar un poco, vamos cariño.

La pareja se levantaba y TaeHyung aún miraba fijamente a SeokJin y este le devolvía la mirada.

— ¿Qué? —susurraba. TaeHyung acariciaba más y más arriba—. ¿No crees que estás muy cerca de mi polla?

TaeHyung se encogía de hombros—. Puedo ir a buscar al chico con el que tengo un asunto inconcluso y follar finalmente, si no te gusta que te manosee —se burlaba—. Y deberías agradecerme que respondí por ti con eso de darnos un beso.

SeokJin se encogía de hombros intentando lucir relajado—. Solo hubiera sido un simple beso, nada más... Pero gracias por ser tan considerado

—Si era un simple beso, debiste de habermelo dado, al menos una vez una pareja debería bes-... —TaeHyung se quedaba con la palabra en la boca cuando SeokJin lo besaba.

Bueno, besaba la comisura de sus labios, muy cerca, pero lento y muy íntimo, acelerando su corazón como un estúpido adolescente virgen, mientras se alejaba y lo estudiaba con su mirada intensa.

— ¡Eso no fue lo que quería! —gritaba Yongmin—. Pero se ven como si quisieran follarse, así que me basta —decía entre risas.

Dong-yul reía con él, el tipo estaba mucho más relajado y SeokJin había decidido horas atrás que, le agradaba.

—Yo no te miro como si quisiera follarte —aclaraba TaeHyung.

SeokJin lo miraba a los ojos y luego sus labios—. De acuerdo, no pensaba lo contrario. Aunque me hayas provocado muchas veces y tu mano está muy cerca de mi polla.

El teléfono de SeokJin repentinamente sonaba una vez, dos veces y TaeHyung no quería que atendiera, pero para el tercer timbre SeokJin, relamía sus labios y atendía. TaeHyung se apartaba de él de inmediato.

El llamado de Jungkook había sido contestado.

—Hola, hey... ¿Cómo estás? —su voz era cautelosa y su tono neutro.

Al otro lado, Jungkook apretaba sus ojos se escuchaba música suave y risas de fondo, no esperaba un escenario tan animado.

Estoy viviendo con Jimin —exclamaba.

La línea quedaba en silencio y SeokJin murmuraba un "Ya vuelvo" a TaeHyung y al resto para tomar el llamado adentro, con más privacidad.

Cuando estaba solo, volvía al teléfono—. No te entiendo —susurraba desorientado.

Jungkook suspiraba—. Perdí mi apartamento y estoy quedándome en lo de Jimin... Él me ofreció un lugar hasta encontrar uno propio

— ¿Por qué no me dijiste que necesitabas ayuda, cariño? —SeokJin era dulce. Tan dulce.

No podía ver al otro lado como Jungkook apretaba sus ojos y su mano vacía era un puño firme.

No lo sé —respondía el menor, pero sus pensamientos eran diferentes «Oh, por supuesto lo sabes» y sonaban como la voz maliciosa de TaeHyung.

— ¿Tae lo sabía? —preguntaba SeokJin repentinamente, mirando a su falso esposo a la distancia.

Le pedí que no te dijera nada —respondía.

Otro silencio, SeokJin suspiraba—. ¿Por qué no querías que me dijera nada? —preguntaba—. ¿Es porque no querías mi ayuda o tiene que ver con Jimin?

Jungkook se congelaba, el nudo en su garganta más grande, casi imposible de tragar. Nuevamente se miraba a sí mismo semi desnudo y se odiaba por no haber pensado ni una vez en SeokJin mientras le hacía el amor a Jimin.

—Yo-... —susurraba sin fuerzas.

El tiempo se prolongaba y escuchaba una risa seca y sin gracia—. No tienes que decirlo, lo sé —exclamaba SeokJin con voz apagada.

Pero seguramente solo hablaba de sus sentimientos, él no sabía que ellos habían tenido sexo.

—Yo-... Estuve con Jimin... —decía sin respirar.

Unos segundos silenciosos que, parecían eternos pasaban y él sentía que no podía respirar.

No sé que esperas que yo te diga... —segundos más pasaban y las piernas del menor no podían sostenerlo, hasta que SeokJin maldecía— Mierda, Jungkook... —y luego cortaba el llamado y Jeon sentía la desesperación crecer  en su pecho mientras dejaba lágrimas silenciosas recorrer su rostro cuesta abajo.

Cuando SeokJin tenía el valor de volver a la mesa, recordaba que debía volver a sentarse junto a TaeHyung, pero se sentía descolocado y perdido, agradecía que sus invitados estuvieran teniendo un baile lento e íntimo, porque su cara era inevitablemente una de velorio.

TaeHyung lo miraba y él quería contenerse de preguntar, no era de su incumbencia, pero no podía ser indiferente a la cara de SeokJin.

—Oye —empujaba su hombro con su mano suavemente—. ¿Todo bien?

SeokJin parpadeaba y lo miraba—. Necesito retirarme ¿Puedes con ellos? —cuestionaba, sus ojos apagados y TaeHyung solo asentía.

—Es muy temprano para irme a la cama de todos modos —respondía sonriendo débilmente, pero SeokJin parecía no estar allí.

Y sin perder más tiempo, se metía a la casa , no sin antes disculparse y despedirse con sus invitados. TaeHyung quedaba notablemente preocupado.

— ¿Se siente descompuesto? No se lo veía del todo bien —preguntaba Yongmin.

TaeHyung sonreía—. Sufre fuertes dolores de cabeza en ocasiones, estoy cansado de pedirle que vayamos al médico por eso... Lo iré a ver en un momento —mentía a la perfección, eso decía su padre de su madre, cuando ya estaba cansada de jugar a la esposa perfecta. No eran un mal matrimonio, solo un matrimonio común y corriente que a veces se cansaba, TaeHyung nunca creyó que usaría tal excusa en algún momento.

Dong-yul fruncia el ceño y exclamaba—. Quizás deberíamos ir a la cama también, seguramente TaeHyung querrá estar con su esposo.

El azabache forzaba una sonrisa y luego asentía lentamente—. Son nuestros invitados, somos un equipo. Si él no puede, estoy yo. Podemos quedarnos un poco más, pueden seguir bailando y bebiendo mientras levanto la mesa —añadía.

—Oh, no, no. Seguiremos nuestra propia fiesta en la habitación y te ayudaremos a poner orden. Vamos, cariño —ordenaba Yongmin, sí él lo tenía por los huevos al más reacio, TaeHyung sonreía escuetamente.

La cena había comenzado muy bien, SeokJin había estado más relajado luego de haber cerrado el trato mano a mano con Dong-yu, Yongmin él y la señora Hyo-Ri, habían hecho una gran cena a la luz de las farolas del enorme patio trasero. SeokJin y él, habían sido neutros el uno con el otro, muy obvios entre sí respecto a que se habían evitado luego del mediodía y la situación con el chico que miraba a TaeHyung hambriento.

Cuando SeokJin había recibido la llamada y vuelto a la mesa, se le notaba pálido, decaído y totalmente fuera de lugar. Algo había sucedido en ese llamado, él no quería pensar, no era de su incumbencia. Pero ¿Y si era algún problema con sus padres? TaeHyung había estado cuarenta minutos poniendo orden y lavando platos para que la señora Hyo-Ri, encontrará todo más o menos pasable al día siguiente. Sí, él era cómodo y a veces un desastre, pero no encontraba placer en ser atendido como un niño rico y tonto.

Cuando se despedía de la pareja y subía a su habitación, se preguntaba si sería mejor dejar solo a SeokJin y quizás lo era, no se veía nada bien y lo último que deseaba era ser una carga e incomodar todo entre ellos como la noche anterior. Suspirando con pomo en mano, abría la puerta y entraba a la habitación totalmente oscura. No se veía nada por lo que encendía la luz y encontraba a SeokJin, sentado en el sofá del rincón con un cigarro en la mano, un vaso de whisky en el otro y su pelo húmedo, pantalones de chandal, descalzo y sin remera que cubriera su torso.

La esclerótica de sus ojos, estaban rojas.

TaeHyung aspiraba y se quedaba allí muy quieto, SeokJin no había levantado la vista. Se veía, simplemente hecho mierda. Pasando el extraño nudo en su garganta, cerraba la puerta y con sus manos metidas en su bolsillo, caminaba hacia el hombre. 

Cauteloso y con mirada en el piso o en cualquier parte antes de agacharse y mirarlo fijamente.

— ¿Quién te llamo, Jin? —susurraba.

Finalmente, el castaño levantaba la vista luego aspiraba fuertemente y bebía lo que quedaba en el vaso. TaeHyung miraba la botella sobre la mesa a su lado y estaba casi por la mitad.

—Tú nunca bebes demasiado —decía seguro.

—Hace meses comenzamos a relacionarnos obligatoriamente de nuevo, ni pretendas que te importo —exclamaba y luego reía secamente.

SeokJin daba una calada y largaba el humo de una forma que lo hacía verse vulnerable y oscuro. El cuerpo de TaeHyung reaccionaba positivamente, por lo que aclaraba su garganta para concentrarse.

— ¿Quién te llamó? ¿Qué te sucede? —insistía, ignorando las palabras anteriores del castaño.

SeokJin suspiraba, dejaba el vaso vacío a un lado, apagaba el cigarro en el cenicero y se inclinaba hacia adelante, apoyando los codos a sus rodillas.

—Si te lo digo, supongo que te lastimaría también y no deseo hacer eso —susurraba, viendo fijamente a TaeHyung frente a él.

El azabache suspiraba—. ¿Tu chico llamó? —se arriesgaba. Sospechaba que seguro era un asunto del corazón, si no, no estaría tan jodidamente reservado y arruinado.

SeokJin fruncia el ceño y recordaba—. ¿Por qué no me dijiste que Jungkook estaba viviendo con Jimin? —preguntaba. TaeHyung alzaba sus cejas, abriendo sus ojos y su cara de mal sorprendido lo dejaba obvio—. Lo sabías y no me lo dijiste, no vayas a negarlo.

TaeHyung suspiraba—. Lo sabía, sí ¿Estás así por eso? —cuestionaba como si fuera demasiado drama su estado de ánimo para algo tan simple.

De acuerdo, TaeHyung sabía que Jungkook todavía deseaba a Jimin, pero hey, él no diría nada a SeokJin, no era problema suyo. Y tampoco quería lastimarlo así. Tal y como SeokJin había mencionado sobre no contarle que le sucedía para no lastimarlo.

—Momento... —TaeHyung fruncia el ceño repentinamente—. ¿Qué sucedió? —preguntaba con cautela.

— ¿Por qué no me lo dijiste? —SeokJin insistía.

—No era asunto mío y él-... —TaeHyung resoplaba—. Me dijo que no te dijera, que él mismo te lo contaría ¿Qué querías que hiciera? —resoplaba sonoramente.

Esperaba quizás alguna reprendida de SeokJin, pero a cambio lo veía agachar la cabeza y nuevamente unas lágrimas brotaban de sus ojos. TaeHyung sentía una opresión en su pecho y no podía resistir cuando tomaba el rostro de SeokJin y lo levantaba.

— ¿Qué pasó? Jin... —susurraba, insistiendo y secando con su pulgar las lágrimas de la mejilla del castaño. Pasando el nudo en su garganta, SeokJin lo miraba fijamente y TaeHyung no era estúpido—. ¿Fue tan imbécil y desleal como para follarse a su mejor amigo?

SeokJin apretaba sus ojos y su mandíbula estaba tensa, dientes apretados—. Dilo... —añadía.

— ¿Qué diga qué? —replicaba TaeHyung, sus manos se deslizaban del rostro de Jin con suavidad y descansaban a los lados de su cuerpo, sobre el sofá.

—Dí que soy un maldito hipócrita por sentir dolor cuando te dije lo que dije anoche sobre querer estar-... —SeokJin no podía repetirlo— . Dilo —ordenaba desafiante.

TaeHyung reía secamente, relamía sus labios y lo miraba cansino, exhausto y luego se impulsaba para hablar al oído del castaño—. Ojalá hubieras sido tan débil y desleal como tu chico, así al menos hubiera tenido lo que deseo, pero no lo hiciste... —sus dientes mordían el lóbulo de la oreja de SeokJin y lo escuchaba aspirar fuertemente y sentía su cuerpo tensarse, luego se alejaba solo un poco para poder verlo a los ojos—. No pienso que sea hipócrita que te duela... No hiciste nada malo conmigo.

SeokJin parpadeaba, sus pestañas húmedas y sus ojos fijos en los de TaeHyung y luego en su boca, deseando.

— ¿Qué quieres de mí? —preguntaba, sorprendiendo a TaeHyung—. ¿Por qué siquiera me deseas ahora después de tanto tiempo? —preguntaba realmente confundido.

TaeHyung apretaba sus dientes, aún no se apartaba, no era fácil ser descarado con el hombre que lo conocía tan bien, pero lo intentaba—. No lo sé... Lujuria, curiosidad —sus ojos vagaban por el torso desnudo de SeokJin—. Podrías pagarle con la misma moneda —se encogía de hombros, siempre descarado y despreocupado—. Podríamos... —sugería, refiriéndose al engaño de Jimin, aunque él realmente no tenía una relación exclusiva allí.

—No pude engañarlo y no podría usarte como venganza... —exclamaba SeokJin—. No uso a las personas —dejándose caer hacia el respaldar del sofá, se alejaba de TaeHyung y tapaba su rostro.

El azabache rodaba los ojos, se ponía de pie y luego se quitaba su propia prenda superior, quedando en igualdad de condiciones y se subía al regazo de SeokJin tomándolo por sopresa.

—Tae~... —los ojos del castaño barrían inevitablemente por todo el torso acaramelado de TaeHyung, sus manos tomaban sus caderas para retenerlo allí, pero TaeHyung se inclinaba y tomaba su mentón decidido.

SeokJin se quedaba sin palabras, dominado por ese hombre encima de él que, lo miraba como si fuera su todo.

Otra vez.

—No me uses por venganza —susurraba—. Hazlo por consuelo...

—TaeHyung... —advertía SeokJin, débilmente.

—Soy totalmente consciente, Jinnie —inclinándose, mordía el labio inferior de SeokJin y sentía las manos de este apretarse en sus caderas. Sus dedos fuertes marcando allí y la respiración acelerada el otro al compás de la suya cuando el primer contacto—después de años—finalmente sucedía—. Cuentas claras conservan la amistad... Usame —pedía gravemente.

SeokJin parpadeaba, su cuerpo caliente, su respiración acelerada y su pulso por los cielos. Los dientes de TaeHyung aún se sentían en su labio inferior incluso después de haberlo soltado. El aroma de este por sobre él, llenando su espacio. Sus ojos negros intensos y seguros brillando con lujuria. Astuto y sagaz como se dejaba ver, sonriendo ladino mientras apretaba suavemente el mentón de SeokJin y se inclinaba con más calma, pero se sorprendía un poco cuando este tomaba su cabeza y lo arrastraba hacia abajo para apoderarse de sus labios lo más rápido posible.

TaeHyung había gemido bajo y ronco, con algo de sorpresa y satisfacción cuando los labios carnosos de SeokJin envolvían los suyos. ¿Cuánto tiempo había pasado? No lo sabía con exactitud, demasiados años, demasiados hombres entremedio. Pero SeokJin todavía tenía ese poder sobre él que se negaría a reconocer en voz alta.

Mientras tanto el castaño se estaba convenciendo que estaba siguiendo el juego de TaeHyung, pero cuando abría su boca un poco más y la lengua salvaje de TaeHyung se abría paso en su boca, rozando la suya y degustando todo a su paso, SeokJin no estaba seguro que se trataba de usarlo como premio consuelo, si no simplemente, saciando su hambre por ese hombre.

Y por eso gemía vagamente cuando sus dedos se enredaban con fuerza en el cabello de TaeHyung, quien volvía a gemir ante los apretado que estaban estos en su cabello y como lo calentaba por completo que SeokJin fuera tan demandante. Sus manos firmes y fuertes, teniéndolo ahí mientras abría su boca aún más y cambiaba el ángulo de su cabeza para profundizar el beso.

Era ruidoso, húmedo, con gemidos roncos y bajos. Ambos con una erección dolorosa y un calor insoportable, hasta que TaeHyung se sorprendía cuando SeokJin bajaba un brazo a su cintura y se ponía de pie con no él encima, instantáneamente sus brazos rodeaban el cuello de SeokJin y sus piernas de enroscaban en su cintura.

Jadeando por aire, a la fuerza soltaba esa boca—. Joder~ ...

SeokJin lo miraba con ojos negros intensos y labios rojos—. ¿Qué? —estaba agitado y aún lo sostenía fuertemente.

TaeHyung relamía sus labios, no estaba seguro que iba a decir, solo estaba demasiado caliente y perdido en las sensaciones.

—Estoy a bordo de esta locura, no se te ocurra calentarme para dejarme a medias ¿Me oíste? —exclamaba, con sus dedos en el cabello de SeokJin, tironeando fuertemente mientras hacía la última pregunta.

Y aquel tirón de cabello daba un buen tirón a la polla de SeokJin porque solo respondía besándolo más intenso, más fuerte y profundo.

Ninguno se quedaría a medias esa noche luego de tanto pavoneo, jugar, tentar y desear al otro como un jodido demente. TaeHyung estaba seguro que no le molestaba ser usado como consuelo con tal de que eso le entregará una noche tan deseada con SeokJin porque su cuerpo simplemente tenía mente propia y él estaba solo un poco desquiciado por tenerlo de nuevo.

Y SeokJin estaba herido, sí, pero la frase "usame como consuelo" solo había sido la puerta abierta para poder tomar a TaeHyung luego de tanto tiempo añorando, luego de meses confusos que lo habían hecho sentirse tan desencajado y mal.

Jungkook no había sido leal, pero no podría nunca echarle toda la culpa. Él tenía los pantalones bien puestos para saber que deseaba demasiado a TaeHyung y que el destino había sido solo un poco cruel para que las piezas encajaran y él pudiera, finalmente, hacerlo suyo.

Aunque dejara a TaeHyung creer que era por simple consuelo. De todas formas, TaeHyung era muy lujurioso y solo eso se trataba para él. Lujuria que desencadenaba en un encuentro con todas las probabilidades de fallar. Y en cierta forma, SeokJin también estaba siendo desleal y engañando a Jungkook, pero no podía detenerse cuando arrojaba a TaeHyung a la cama y este lo miraba completo mientras jugaba con su lengua y se quitaba pantalón y boxer de una sola pasada.

Su cuerpo tenso, hermoso. Piel trigueña con piernas largas y muslos perfecto. Más esa polla dura que dejaba notar lo mucho que deseaba aquello.

Levantándose para ponerse de rodillas sobre la cama, con su lengua lamía desde el inicio del pantalón de chandal, en esa zona V de SeokJin, cuesta arriba hasta que su lengua serpenteaba en un pezón, tirando de él, consiguiendo un gemido ronco de SeokJin y las manos de este en su cabello, enredando sus dedos largos allí.

SeokJin tiraba de su pelo para que TaeHyung lo mirara—. "Premio consuelo" … ¿Estás seguro? —preguntaba gravemente, acariciando con su otra mano el mentón y los labios de TaeHyung.

Justo cuando su pulgar pasaba por allí, TaeHyung lo lamía y luego lo chupaba, la polla de SeokJin respondía feliz y su corazón temblaba por la descarga.

—Deja de dudar y hagámoslo, seré bueno. Lo prometo... —susurraba a SeokJin, dándole esos "ojos" especiales y soñadores que lo habían tenido comiendo de su mano en el pasado.

Y este acunaba su rostro para besar esos labios rojos una vez más, para no detenerse lo que restaba de la noche.

Era un error, pero lo necesitaban tan mal. Tan fuerte y tan intenso que las excusas o buenos motivos, no eran suficientes para detenerse. SeokJin había tocado a TaeHyung y ahora no había forma de parar esa vorágine de necesidad, pasión y anhelo suprimido tanto tiempo. Así como TaeHyung no estaba seguro de no volver a rogar por esos besos y esas manos sobre él, SeokJin sabía cómo hacerlo sentir especial aunque no lo fuera.

Él quería creer que sí. Y SeokJin también quería creer que TaeHyung lo deseaba porque alguna vez lo había amado tanto como él lo había hecho.

Simplemente era todo un jodido, pero tan buen desastre.

No omití el lemon kookmim, solo será narrado en el próximo capítulo que será lemon y lágrimas, o no.

Who knows...

Perdón si ven errores, se fueron 10500+ palabras en un solo capítulo 😳

Con amor niñita NanyKoo 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro