☪️:29' La ley de atracción

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SeokJin había cargado a TaeHyung todo el camino fuera del salón hasta su auto, y lo estaba sentando mientras ponía su cinturón con manos temblorosas.

Los ojos grandes de TaeHyung se abrían apenas consciente y susurraba—. Te amo —otra vez.

— Cállate —pedía SeokJin con otro susurro.

Su corazón aún no se recomponía del primer "te amo" que TaeHyung había dicho en el baño, tan vulnerable y dolido.

—Pero es cierto —sollozaba dormido—. Yo te amo...

—Basta, duérmete —ordenaba cerrando la puerta—. Comienza a carecer de sentido cada que lo repites.

Cuando cerraba la puerta, llevaba todo su cabello hacia atrás mientras fregaba su rostro y buscaba respirar bocanadas de aire. Su corazón estaba acelerado, pero tenía que recordarse que este TaeHyung estaba borracho hasta el tope y había cantado esa maldita canción casi toda la noche por lo que repetía el título de la misma por inercia.

Subiendo al auto, TaeHyung se abalanzaba lo que el cinturón le permitía y lo tomaba del cuello de su camisa.

—Hey, estúpido. Te amo —repetía con un puchero. Sus ojos estaban más cerrados que abiertos.

El corazón de SeokJin no aguantaría tanto traqueteo.

—De acuerdo, lo que digas. Duérmete, te llevaré a casa y dejaras de decir incoherencias

— Bésame —decía TaeHyung abultando sus labios y luego cayendo sobre el hombro de SeokJin.

—Maldita sea mi suerte —decía empujándolo de nuevo al asiento y finalmente consiguiendo que TaeHyung se durmiera.

Cuando llegaba a la casa, se metía por la puerta del garage y cargaba a TaeHyung como bolsa de papa sobre su hombro. Ya en la habitación del mismo, lo arrojaba con cuidado, escuchando un gemido de queja abandonar los labios de TaeHyung.

—Eres de huesos pesados, intento ser lo más suave posible

—Te amo igual —repetía TaeHyung.

SeokJin apretaba sus dientes, no quería escucharlo un segundo más así que le quitaba los zapatos, el saco de vestir y lo acomodaba perfectamente boca arriba. Con suavidad apoyaba la cabeza de TaeHyung sobre la almohada y alejaba un rizo rebelde de su rostro. Sus ojos cerrados vestían largas pestañas que iban en caída y sus labios rosados eran un bonito bulto.

Se veía más joven durmiendo tan pacífico. Se veía hermoso y se encontraba viendolo como un maldito raro, otra vez. Sólo observándolo en demasía, hasta que sus dedos acariciaban la tersa piel del rostro ajeno y relamía sus labios cuando sentía la absurda necesidad de besar todo su rostro.

—Joder ¿Qué está mal conmigo? —susurraba con congoja, recordando que hacía una semana se había reconciliado con Jungkook—. Aún necesito distancia de ti —decía a un TaeHyung dormido.

Segundos más tarde dejaba de ser tan patético y se ponía de pie para marcharse, pero por supuesto que el maldito ebrio en la cama lo agarraba con fuerza y tiraba de SeokJin encima de él.

— Quédate —decía sollozando, intentando abrir sus ojos.

—Carajo, Tae. No, suéltame —intentaba levantarse, pero TaeHyung enroscaba sus brazos en su cuello.

—No lo hagas, no quiero que te vayas... Por favor —pedía metiendo su rostro en el cuello de SeokJin—. Te amo, estúpido. Hey —decía al revés.

—Para por favor y déjame levantar

—Te amo, quédate... Quédate conmigo, por favor —decía TaeHyung en su cuello, chupando con ternura y devoción.

Calentaba a SeokJin de arriba hacia abajo y de adentro hacia afuera.

—Para, Tae. Estas jodiendo con mi cabeza

—Mmm... —los labios estaban aferrados a su cuello, besando—. Quédate, eres delicioso... Quédate, por favor. Por favor —saliendo del hueco del cuello ajeno, miraba a SeokJin con ojos húmedos—. Te estoy rogando, estúpido. Quédate esta noche.

SeokJin lo miraba unos momentos, los ojos de TaeHyung se cerraban en ocasiones, pero lo sostenía decidido a no dejarlo ir. Y si era honesto consigo mismo él no quería irse, y era la exacta razón por la que debería.

—Sólo un momento y luego me iré —susurraba.

TaeHyung abría sus ojos, apenas y sonreía satisfecho, tirando de SeokJin a la cama.

—Debo quitarme los zapatos —decía algo divertido porque TaeHyung estaba desesperado por treparlo.

—Rápido, rápido, rápido —decía el azabache, cayendo sobre la cama.

SeokJin lo observaba y cuando creía que había quedado desmayado otra vez, iba a levantarse nuevamente, pero TaeHyung resucitaba como un maldito muerto vivo y lo daba contra la superficie de la cama.

—Mucha ropa —decía quitándose el pantalón y la camisa.

Claro que con ayuda de un SeokJin que no estaba seguro de nada esa noche, excepto de querer seguir al lado de este TaeHyung ebrio.

—Listo, ahora duérmete. Carajo —decía.

TaeHyung reía, sentado sobre la cama—. ¡No! —decía con ojos cerrados—. Tienes mucha ropa

—No voy a desvestirme, TaeHyung —decía de inmediato.

— ¡¿Por qué?! —lloriqueaba Taehyung—. ¿Por qué? ¿Por qué? —repetía, intentando desabotonar la camisa de SeokJin.

—Basta, no lo haré

—Quiero piel —decía sollozando—. Amo tu piel —decía tocando con sus dedos la poca que estaba expuesta a través del cuello de la camisa—. Dios. Te amo a ti

—Basta —decía SeokJin con seriedad, sosteniendo las muñecas de TaeHyung con fuerza—. Estás ebrio, basta.

TaeHyung resoplaba, sus ojos apenas se mantenían abiertos.

—Los niños y los borrachos decimos la verdad y yo necesito sentirte, te necesito —decía inclinándose hacia SeokJin, acariciando con su nariz la ajena. Rozando sus labios entreabiertos—. Te necesito tanto, quítate la ropa. Por favor

—Los niños y los borrachos no tienen todas sus luces encendidas para consentir. Estoy seguro que sobrio no querrías esto y no dirías las estupideces que has dicho —susurraba sobre los labios de un TaeHyung que aún lo acariciaba.

—Sabes muy bien que te amo... Tanto —decía, sacando su lengua para barrerla por encima del labio inferior de SeokJin—. Y te deseo con locura —decía desabotonando la camisa de SeokJin, ganando la batalla.

—Detente, por favor —decía el castaño, no estaba luchando, ya no podía resisitrise cuando los dientes de TaeHyung mordían su labio y su polla se ponía dura cual mástil—. Tae

— Cállate —decía TaeHyung con dedos temblorosos. Cuando no conseguía desabotonar la estúpida camisa, él simplemente la abría, rompiendo los botones y suspirando satisfecho cuando veía toda esa piel y la tocaba con ansías.

SeokJin estaba tenso, pero tan entregado a cometer otro error cuando esas manos lo recorrían y esa boca caia sobre la suya. TaeHyung lo besaba con pasión y su boca de abría al máximo profundizando un beso desprolijo que lo calentaba aún más, si fuera posible. Y se restregaba como gato alzado para acariciar sus pechos y sentir la piel ajena.

—Tae, estás ebrio

—Puedo consentir, quiero esto —decía intentando abrir el pantalón de SeokJin, bajandolo a la fuerza, pero la tela se trababa sobre el gran bulto que era la polla del castaño—. Mírate, dámela —decía besando la mandíbula de SeokJin—. Te haré sentir muy bien, mi amor.

La mano de este sostenía la suya—. No, ah... Por favor, Tae

—Exacto, por favor Jin —decía sobre sus labios, besando y mordiendo, lenguas desesperadas degustando—. Dame tu polla

—No vamos a follar —decía SeokJin, abriendo su bragueta para que TaeHyung pudiera rodear su dura carne y apretar la polla gorda que había resistido hasta que ya no pudo más. Su cabeza roja y obcena relucía furiosa en la mano de TaeHyung.

SeokJin iba a explotar por la forma que lo bombeaba desesperado mientras buscaba liberar su propia polla.

—Aish, saca mi polla —decía con su boca pegada a la mejilla de SeokJin.

—No

—Saca mi polla y masturbarme contigo... Anda, hazlo... Por favor, siento que me voy a morir, quiero esto desde que comenzaste a tocarme esta noche —decía presionando la mano de SeokJin sobre su polla adolorida—. Ah, mmm por favor, tócame... Hazlo, saca mi polla.

SeokJin gemia frustrado y le concedia a TaeHyung su capricho—o el suyo mismo—y liberaba la larga polla ajena, juntandola con la suya y recibiendo a un TaeHyung que rodeaba su cuello y le dejaba el trabajo manual, mientras que él se encargaba de juntar sus bocas, besarlo desesperado y besar su cuello al ritmo en el que follaba la mano de SeokJin, salvaje y apasionado. Sus movimientos violentos y necesitados mientras SeokJin los pajeaba a ambos más fuerte.

—Más rudo, hazlo con fuerza —decía TaeHyung a su oído—. Quiero venirme sobre ti... Tu polla se siente tan bien con la mía

—Tae —decía SeokJin agitado.

—Tu polla, no quiero cualquiera. Quiero la tuya —decía divagando y moviéndose desesperado hasta que encontraba un ritmo con la mano de SeokJin y los dedos de la punta de los pies de ambos se crispaban cuando sentían la tensión tirar y se venían en una desordenada y desbordante sincronización.

El orgasmo tomaba a ambos tan de repente, rápido y abrumador, que el gemido de liberación había sido en conjunto. TaeHyung temblaba visiblemente mientras SeokJin intentaba recueperar la respiración. Las manos de TaeHyung se posaban inseguras en los hombros de SeokJin y se restregaba un poco más sobre su piel. Ambos estaban sensibles, pero SeokJin lo dejaba hasta que sentía un dulce beso en su mejilla.

—Gracias, estuve deseando esto toda la noche —otro beso de labios abiertos, demasiado sensual y susurraba bajo—. Te amo tanto.

SeokJin apretaba sus ojos y se acomodaba a sí mismo y a TaeHyung.

—Tienes que dejar de decirlo —susurraba, pero TaeHyung era puro ronquido suave y peso pesado sobre su cuerpo—. Tienes que estar jodiendo... Carajo —susurraba abrazando a TaeHyung más cerca—. Te sostendré un momento y me iré —luego dejaba un beso en la sien de TaeHyung y cuando menos lo esperaba, se quedaba dormido bajo el cuerpo de TaeHyung.

Jungkook no la estaba pasando mal, pero tampoco la estaba pasando de lujo. Eso sí, llevaba su cuarta copa de champagne caro que sentía que golpeaba más sus sentidos. Había comido algo y miraba como todos ligaban con todos mientras él estaba a puro bocado tras otro y rechazaba algún que otro interesado y algunas mujeres también.

Por un momento se sintió tentado a ver qué sería que una mujer lo abordará e intentará conquistarlo, por pura diversión y curiosidad, pero luego veía las sonrisas dulces de las mujeres y pasaba de ellas. Nunca serían tan hostiles e insistentes como los hombres. No es que no las hubiera, pero al menos no lo eran las niñas ricas de esta fiesta.

Dios, él recordaba algún que otro rostro visto por ahí en el ILLECEBRA en algún momento, pero aún así, no conocía tanto como parecían conocerlo a él. Su visión del público luego de SeokJin había sido lo menos interesada posible. Muchos rostros atractivos habían pasado junto con propuestas igual de interesantes o molestas, pero ninguno había logrado lo que Jin.

El único tipo que le había invitado un trago sin siquiera pedirle una charla ni quedarse viéndolo toda la noche como idiota. Eso le había gustado a Jungkook, sin mencionar que por supuesto todo ese porte acompañado de esa cara y esos labios eran un extra que lo habían encandilado y por primera vez había comenzado a bailar para alguien en particular.

—Me aburro —decía para si mismo—. Y necesito mear —exclamaba a una pareja que estaba a su lado fumando.

—Nosotros te guardamos el lugar —decía el chico. No estaba seguro si estaba fuera de la secundaria aún, pero estaba drogado hasta el tope.

Jungkook sonreía y cuando se levantaba la chica a su lado lo trepaba con sumo cuidado de no quemarlo con el cigarro. El pelinegro resoplaba buscando las escaleras y encontrandose con gente bailando por un lado, bebiendo por el otro. Manoseandose en una zona y comiéndose la cara mutuamente en otra.

—No sé si sentirme solo y miserable o sentirme feliz de estar extremadamente limpio —decía hablando solo.

Había visto a alguno de sus compañeros ligando por ahí e incluso había visto a Jimin coquetear con un viejo ligue. Su estómago no se había sentido muy feliz al respecto, pero había evitado mirar en dirección a él hasta que se había olvidado entre tragos que Jimin estaba por ahí dando vueltas.

Cuando encontraba el baño, sin fila, gracias al cielo, hacía sus necesidades, mojaba un poco su rostro y decidía llamar a un auto para irse. Ya no estaba con ánimos, se sentía miserable y prefería hacerlo en su cama, cómodo y comiendo un helado de chocolate o bebiendo desde la comodidad del living de Jimin.

Cuando recibía respuesta positiva, tenía veinte minutos para buscar al rubio y avisarle que se iría, la situación era ¿Dónde carajos estaba Park Jimin en ese enorme penthouse lleno de gente cachonda follando por un lado y manoseandose por el otro?

Cuando abría la puerta de una habitación, encontraba un trío teniendo su propia diversión mientras él los miraba atónito. Un culo al aire de un tipo que se follaba a otro y una mujer completamente desnuda, montando la cara de quién era el pasivo.

Jungkook parpadeaba con letargo.

—Niño, o te unes o cierra la jodida puerta desde afuera  —decía el tipo de arriba.

— ¡Lo siento! —exclamaba Jungkook inclinándose unos noventa grados y saliendo disparado de la habitación.

Recopilando el momento, no pensaba que había mujer fea allá afuera, pero haber visto esos senos falsos y grandes le causaba cierto escalofríos al pensar en ahogarse entre ellos durante el sexo.

Temblaba asqueado y añadía—. Prefiero ahogarme con una buena polla o metiendo mi cara en un buen culo —continuaba hablando solo, pero cuando decía lo último, uno solo se le venía a la cabeza. Se detenía y negaba reiteradas veces antes de pensar en su rostro hundiéndose entre los glúteos de Park Jimin—. Basta —se retaba a sí mismo con un cachetada que había sonado demasiado fuerte.

Demasiado porque en realidad la bofetada se escuchaba venir de  detrás de la puerta de la habitación por la que estaba pasando.

—Hazlo —se escuchaba una voz masculina, Jungkook pegaba la oreja a la puerta y no se escuchaba nadie más, pero sonaba otro golpe, más fuerte. Probablemente una bofetada con el dorso de la mano sobre alguien que gemía del dolor—. Me jugueteaste toda la jodida noche, ahora dame tu culo para divertirme. No vas a calentar el agua sin bebertela, perra —otro golpe más fuerte y Jungkook saltaba del susto ante el sonido de carne contra carne.

—Te dije que no voy a acostarme contigo y yo no jugué contigo en ningún momento —decía la  otra voz.

«¿Jimin?»

—Vete a la mierda y la perra serás tú, imbécil —decía, intentando salir de la habitación.

—Ah no, cariño. Tú de aquí no te vas hasta que no meta mi polla en cualquiera de tus orificios —decía tomando a Jimin por detrás con fuerza y levantandolo para arrojarlo a la cama.

— ¡Suéltame! —gritaba el rubio, pero recibía otra bofetada mientras la manija de la puerta se movía con el intento desesperado de ser abierta—. ¡Ayuda! ¡Aux-...!

— ¡Jiminah! —la voz del pelinegro llenaba a Jimin de todo tipo de sentimientos, pero especialmente la desesperación.

— ¡Jungko--!

— Cállate, maldito maricón —decía el tipo más grande, tomándolo del cuello e intentando bajar el pantalón de un Jimin que apenas tenía la fuerza suficiente para empujarlo con sus piernas y seguir pidiendo ayuda a gritos.

Al otro lado Jungkook estaba desesperado intentando abrír la puerta

— ¡Te juro que si lo tocas, te mato! —gritaba golpeando con furia y comenzando a empujar la maldita puerta con su cuerpo y luego patadas hasta que en el siguiente empujón conseguía su cometido.

Aterrizaba en el suelo por la fuerza de su empuje y encontraba al hijo de puta con el que Jimin había estado bailando y coqueteando toda la noche. El bastardo tenía la polla afuera, con una mano estaba ahorcando a Jimin y con la otra estaba intentando bajar los pantalones del rubio.

Jungkook no estaba seguro que rostro tenía en ese momento de desesperación cuando miraba a Jimin y notaba los golpes en su rostro, pero algo había sido de alerta para el otro tipo porque lo siguiente que hizo, o había intentado hacer, era correr en dirección a la salida mientras metía su polla de nuevo en sus pantalones, pero Jungkook era más rápido, tacleandolo contra la pared y propiciandole el golpe de su vida.

Todo su puño en su rostro, entre su nariz, mejilla y ojo. La cabeza del tipo había rebotado contra la pared y se notaba que jamás había sido golpeado en su vida, porque el golpe lo dejaba estúpido en la primera de cambio y caía al suelo con un Jungkook que sostenía el cuello de su camisa Balenciaga y lo trepaba para comenzar a golpearlo sin pausa y sin piedad.

Cuando Jimin se ponía de pie y notaba la sangre brotar de, prácticamente todo el rostro del tipo, se iba sobre Jungkook.

— ¡Déjalo! ¡Ya está, Jungkook! Carajo... Suéltalo —decía, quitándolo de encima del otro—. Ya está

—No lo está —decía Jungkook mirándolo y tocando su rostro—. Mira lo que te hizo, lo voy a matar

— ¡No lo vale! —pedía levantandolo del piso—. Vámonos, déjalo así o lo dejaras inconsciente, ya está... Ah —Jimin gemía por la sangre que brotaba de su labio roto y Jungkook reaccionaba, acuanando su rostro entre sus manos—. Estoy bien, sácame de aquí —decía tocándose las costillas.

Jungkook levantaba la camiseta de Jimin y tenía un buen moretón en la zona, sus dientes se apretaban—. Lo voy a matar... —decía intentando agarrar al otro tipo que estaba intentando ponerse de pie y alejarse de Jungkook

— ¡Basta, Jeon!

El teléfono de Jungkook sonaba y le avisaba que el auto estaba esperando por él. Jimin veía el mensaje de soslayo.

— Vámonos —decía tirando de un Jungkook que cruzaba una mirada asesina con el otro tipo.

—Te voy a denunciar, hijo de puta —le decía descaradamente el agresor.

El insulto iba a abandonar los labios de Jungkook—. Hijo de-... —Jimin se ponía frente a él una vez más

—Intentalo y te pongo una denuncia por intento de violación. A ver si tu esposa recientemente embarazada soporta la noticia —decía Jimin, llevándose a Jungkook de allí quien quedaba tan sorprendido como el otro tipo.

Cuando salían de la fiesta y bajaban por el elevador Jungkook inspeccionaba a Jimin con sumo cuidado. Levantaba su camiseta y revisaba sus costillas, luego subía a su rostro y miraba con tristeza la marca en su ojo derecho y su labio partido.

— Deja de mirarme así, yo me lo busqué —decía, empujando las manos de Jungkook.

El pelinegro lo miraba con seriedad—. ¿Cómo pudiste haberte buscado que un enfermo, claramente en el closet te golpeara así? Si no querías follar, no querías y listo. No tenía derecho a hacerte esto.

Jimin suspiraba mirando hacia otro lado—. Él me dijo que estaba aburrido y sólo quería que nos besemos, pero en privado. Fui estúpido, creí que iba a querer follar con él porque no soy exclusivo con TaeHyung ni nada, pero cuando comenzó a tocarme de más.... —Jimin aspiraba con fuerza—. Lo odié —sus ojos húmedos miraban hacia abajo.

Jungkook suspiraba apretando sus dientes—. Te acostumbraste a un hombre ¡Sorpresa! No es el fin del mundo sólo porque quieras acostarte con TaeHyung.

Jimin relamía sus labios y lo miraba fijamente, negando con cierta pena—. No fue por eso. Yo-... —las puertas se abrían cuando llegaban abajo.

— ¿Jeon Jungkook? —preguntaba confundido el conductor al notar la imagen de Jimin y sus golpes en el rostro.

Jungkook asentía—. Tengo que sacar a mi amigo, somos dos.

El conductor asentía y cuando finalmente se encontraban en marcha en el asiento trasero, Jungkook sólo miraba por la ventana sin ver realmente. Cuando abonaban su viaje y subían al apartamento, Jimin se quejaba por enésima vez de su ojo y su labio. Se sentaba quitándose las botas y suspiraba agradeciéndole a todos los dioses por estar vivo y contarla.

Cuando sentía a Jungkook sobre él levantando su camiseta otra vez y depositando carne congelada allí saltaba del frío, del dolor y del susto.

— Aguantate —exclamaba Jungkook—. Iré por el botiquín.

Jimin suspiraba y contestaba en puchero—. Está frío

—Toma la otra carne de la mesa que te deje y ponla en tu ojo y labio —ordenaba desde el baño.

Jimin resoplaba, pero obedecía. Su teléfono sonaba con un mensaje en el proceso en que Jungkook volvía.

Era un audio del imbécil:

"Jiminah-... Hey, cariño. Sabes que lo siento ¿Cierto? Las cosas se salieron de control cuando te negaste, pero no fue por eso que reaccioné..." Jungkook volvía del baño con su rostro transformado al escuchar la voz del hijo de puta que casi dejaba a Jimin inconsciente y casi terminaba aprovechándose de él si no fuera porque había llegado justo a tiempo: "Mira, estoy estresado con el embarazo, sólo eso. Jamás te haría daño por no querer sexo. ¿Recuerdas que siempre fui amable? Veámonos otra vez, prometo hacerlo mejor, éramos buenos en la cama juntos".

Jimin suspiraba dispuesto a borrar el mensaje, pero Jungkook le arrebataba el teléfono.

—Mira maldito enfermo, borra el número de Jimin y hazte cargo de tu esposa porque tengo un buen amigo abogado que podría poner tu culo en la cárcel el tiempo suficiente para que folles a cualquier tipo que se te venga en gana. Olvídalo y si vuelves a llamar o enviar mensaje, la segunda denuncia será por acoso.

Cuando mandaba el audio arrojaba el teléfono de Jimin con rabia al sofá, Jimin lo agarraba justo. Luego el pelinegro se sentaba sobre la mesa de café frente al rubio para curar sus rostro, pero la mano de Jimin golpeaba su cabeza a un lado.

—Mi estúpido teléfono, Jeon —decía horrorizado—. No tenías que arrojarlo así ¡Casi rebota y va directo al suelo! —exclamaba poniendo el aparato contra su pecho.

—Bloquea a ese enfermo ahora mismo, hyung —decía con seriedad, vertiendo agua sobre la gasa para limpiar la zona del ojo de Jimin y luego su labio, así que le quitaba el trozo de carne. Ambos trozos.

—Lo haré, no te preocupe-ss... Ah carajo, despacio —pedía sollozando.

Jungkook lo miraba con ojos entrecerrados y mirada sería.

—Te mataría, te juro —decía.

Jimin resoplaba, su pulso estaba acelerado cuando Jungkook no hacía nada más que mirar atentamente una herida tras otra mientras limpiaba la zona para poder aplicar el antiséptico. Primero su ojo y luego su labio. Había notado el exacto momento en que las pupilas de Jungkook se dilataban. A Jimin le gustaba demasiado la atención que estaba recibiendo.

— ¿Cómo te golpeó la costilla? Escuché las bofetadas antes de intentar entrar y reconocer tu voz —preguntaba dejando la gasa a un lado y soplando la piel para que se secara rápidamente. Luego tomaba un hisopo y sobre él vertia el antiséptico con cuidado.

Jimin suspiraba—. Cuando no lo deje tocarme, se movió tan rápido que golpeó la zona con su puño dónde tiene un anillo inmenso. Me dejó sin aire al instante —decía, su voz pequeña en el silencio del apartamento—. Cuando me recuperé intenté irme. Sólo fue un golpe, el problema es que me marco rápido.

Jungkook alzaba la vista y fruncía el ceño—. ¿Un sólo golpe? —Jimin asentía—. Debiste dejarme que lo de dejara inconsciente —susurraba entre dientes.

Jimin suspiraba—. ¿Y que luego lo pagarás por bueno? No, Jeon.

Jungkook hacía una mueca negando y luego se acercaba para aplicar en su ojo el antiséptico, ayudado del pequeño hisopo y soplando la zona. Era tan jodidamente atractivo toda su aura y su porte indignado. Jimin se sentía avergonzado por ser regañado por su pequeño amigo, pero volvemos al punto en que ya no veía a Jungkook tan pequeño.

Jimin se encontraba viendo los labios del menor mientras este continuaba soplando a un lado de su ojo.

—Nunca dije gracias —susurraba avergonzado.

Jungkook chasqueaba su lengua y ponía otro poco de antiséptico en un nuevo hisopo, esta vez para el labio partido del rubio.

—No hay nada que agradecer, hyung —decía con seriedad, tomando el mentón de Jimin para aplicar el hisopo.

Cuando el rubio se volvía totalmente dócil al toque, algo en Jungkook se encendía, pero optaba por ignorarlos y aclarar su garganta. Su pulso acelerado hacía temblar su mano visiblemente, recién no se había puesto nervioso. Mierda.

—Aplica sin miedo, realmente no duele tanto ahora, está como adormecido —decía Jimin.

Jungkook alzaba la vista y se miraban finalmente unos segundos que parecían eternos con la tensión en el aire a punto de cortarse como un hilo, hasta que Jungkook aplicaba la primera capa de antiséptico sobre la cortada.

Jimin apretaba sus ojos, un poco por el ardor y un poco por la presión.

—Si te duele —susurraba Jungkook, alejando el hisopo y mirándolo con tristeza.

—Lo siento, tengo la sensación de que tengo la boca más grande —decía con un puchero.

Jungkook sonreía—. Lo haces, eres así como un bebé pollito —soltaba Jungkook riendo adorable.

Jimin se quejaba y le sacaba la mano, Jungkook reía más e intentaba nuevamente curarlo, pero Jimin volvía a empujarlo otra vez.

— ¡Ya! Déjame curarte, imbécil —soltaba con cariño. Jimin resoplaba y se dejaba. Cuando Jungkook se concetraba en limpiarlo, soplar sobre su labio y mirarlo en silencio, Jimin sentía que se le calentaba la sangre, por decir lo menos—. No puedo dejar de pensar en que hubiera sucedido si no llegaba a tiempo.

El rubio agachaba la cabeza avergonzado—. No importa ahora —alzaba la vista y sonreía lo que su labio le permitía—. Ay, mierda —lloriqueaba.

—Jiminah... Mírate, carajo —decía impotente—. Lo hubiera matado si llegaba a poner su polla en ti a la fuerza. Lo hubiera matado si no me detenías —decía con voz grave.

Jimin no sabía que una amenaza de ese tipo podía sonar tan sexy. Se aclaraba la garganta por sentir su cuerpo reaccionando a Jungkook.

—Estoy bien, ya pasó. Fue un mal rato, sólo eso —decía poniendo su mano sobre la de Jungkook.

Ese simple gesto lo prendía fuego, no era la primera vez que tocaba a Jungkook así, pero se sentía diferente esta noche.

— ¿Por qué creíste que ibas a querer acostarte con él cuando estuvieran solos? —cuestionaba Jungkook.

Jimin apartaba su mano y miraba en otra dirección—. Ha pasado en otras ocasiones y estaba algo caliente por los besos

— ¿Algo caliente? —replicaba el menor sin gracia.

—Tengo una libido alta. No necesito tanto trabajo para follar, pero no es lo mismo y no se trata de querer follar sólo con TaeHyung... —suspiraba y desviaba la mirada—. No es lo mismo con Tae.

Jungkook apretaba sus dientes—. Fue fácil follar para ustedes desde un inicio, no debería cambiar eso, pero si están intentado ser exclusivos, quizás a eso se deba

—No somos exclusivos —exclamaba y suspiraba cansado—. Con TaeHyung las últimas veces fueron aburridas, nos costó a ambos conectarnos, para ser sincero —decía suavemente—. No fue por él que no quise —admitía, mirando a un Jungkook que estaba demasiado sorprendido para decir algo, así que se tomaba su tiempo mientras Jimin lo miraba por debajo de sus pestañas.

— ¿Cómo que no conectaron? No necesitan mucho trabajo, Jimin

—Pero antes había deseo por el otro y él ya no lo siente y yo... —Jimin apretaba sus labios y miraba hacia arriba—. No sé que sucede conmigo. Con nosotros, lo intentamos de ambas formas y quedamos insatisfechos

— ¿Él te lo dijo? —preguntaba con seriedad.

No estaba seguro si le enfurecía que TaeHyung no encontrará a Jimin lo suficientemente caliente o el hecho de que nadie se comparaba a SeokJin para este.

—No, TaeHyung puede ser un cretino, pero no ese tipo de cretino en la cama —añadía, luego resoplaba—. No se siente igual, sabes a lo que me refiero.

Jungkook alzaba sus cejas—. No lo sé, Jimin. Estuviste con muchos hombres y jamás te ví odiando el sexo con uno o con otro

—No soy SeokJin, de acuerdo ... Es un tema de preferencias en la intimidad.

Jungkook apretaba sus dientes—. No me interesa si a TaeHyung no le parece suficiente ninguna polla que no sea la de mi novio, pero en tu caso, si tu libido por primera vez está en problemas, deberías alejarte de los hombres. De todos, no sólo probar porque estabas medio caliente.

Jimin entrecerraba sus ojos y gruñía como si fuera animal, claramente un sonido humano frustrado.

—Mi problema es que al parecer quiero tu polla —Jungkook cerraba su boca y se sentaba erguido—. Sí, está mal, lo sé, pero es eso. No puedo conectarme a nadie después de ti y es ridículo porque sólo me follaste una vez ... Y claramente tú no tienes ese problema con SeokJin —decía entre nervioso, ansioso y mal humorado.

Jungkook desviaba su mirada—. Jimin lo nuestro fue error y te pido perdón por eso, jamás quise que lo nuestro se volviera incómodo —decía poniéndose de pie y dándole la espalda a Jimin—. Caí contigo porque estuve años enamorado de ti. Un amor unilateral no correspondido —se encontraba confesando—, pero decidí que prefería tenerte como amigo porque cuando el romance se caga, esa persona se pierde y con tu temperamento y el mío, no íbamos a ser los mejores exes del mundo —Jimin lo escuchaba atónito, Jungkook no estaba diciendo nada que el rubio ya no supiera de antemano, pero no lo esperaba, no esperaba esta charla—. Te amo. Eres mi mejor amigo y no deberías dejar que lo nuestro arruine algo que podría ser bueno

—Si te refieres a TaeHyung y a mí, no hay futuro ahí, Jeon —decía poniéndose de pie, luego tomaba el brazo de Jungkook y lo giraba—. Sé que te prometí que intentaría alejarlo de SeokJin, pero no hay forma. Él sigue enamorado o se volvió a enamorar

— ¿Él te lo dijo?

—No, Jungkook —decía enfurecido—. Es cuestión de verlo y lo sabes —suspiraba frustrado llevando su cabello hacia atrás—. Lo nuestro no es igual. No hay forma de que sea igual porque en ocasiones me encuentro rememorando esa noche cuando te veo y cuando no te veo, tengo fantasías demasiado reales y sólo -... Lo siento, no es tu problema, es mío

—Jiminah... —exclamaba Jungkook con una mirada herida.

Jimin sentía una cruda luz de esperanza, aunque no sabía por qué presionaba tanto a Jungkook—. ¿Tú intimidad con SeokJin no se vio afectada por mi culpa?

Jungkook relamía sus labios y bajaba la vista—. Honestamente, no —añadía y luego levantaba su cabeza y encontraba los ojos abatidos de Jimin—. Es diferente, él me hace sentir seguro y puedo simplemente dejarlo todo en manos de él y sé que él se hará cargo y me gusta.

Jimin entendía la sensación, la había sentido con Jungkook por primera vez. En el pasado era una cuestión de sumisión, recostarse y sólo tomar. Pero con su amigo era diferente.

—Entiendo, lo lamento no sé porque presioné tanto esta noche, no es como si quisiera hacerte dudar de repente, sé que amas a Jin.

Jungkook asentía—. Solo tienes que cubrir ambas heridas, ponte curitas en ambos lados o déjalo respirar, estarás mejor mañana —decía ansioso por irse de allí.

Si seguía viendo a Jimin tan vulnerable, ni Dios sabía de qué podría ser capaz, con su mano en el hombro de Jimin lo acercaba y besaba la sien del más bajo. Jimin apretaba los ojos con fuerza y luego se encontraba aferrandose a Jungkook con ambos brazos, escondiendo su rostro en su cuello. Debilitando las barreras del menor y logrando conseguir que este lo apretara entre sus brazos.

—Gracias por siempre estar cuando te necesito —decía pegado al cuello de Jungkook—. Lamento ser un desastre ahora.

Jungkook aspiraba con fuerza y lo abrazaba un poco más. Jimin se quejaba del dolor en su costilla, pero no lo soltaba.

—Lo diré una sola vez y no busques más explicaciones —susurraba—. Te amo porque me siento extrañamente invencible a tu lado. Me gusta cuidar de ti, me gusta que te dejes cuidar y me fascinó lo entregado que fuiste esa noche conmigo. Contigo me gusta todo lo que Jin me hace a mí. Dios, esto es estúpido-...

—No, no lo es —decía Jimin buscando el rostro de Jungkook, cuando lo tenía frente a frente con esa mirada sombría, su cuerpo se calentaba—. Te entiendo, podemos hacerlo funcionar...

Jungkook se soltaba del agarre—. No sigas —pedía levantando su mano—. Mi amor por ti siempre fue unilateral, pero era amor. No vengas a querer manchar eso con sexo. Ya encontrarás a alguien, yo lo hice y no quiero cagarla otra vez —añadía dejando la sala.

—Nunca fue unilateral —decía Jimin sin fuerzas y por supuesto conseguía que Jungkook se detuviera, pero no giraba—. Sólo sabía que te haría daño. No era lo que necesitabas y no quería arruinar la amistad tampoco. Me gustabas, pero eras un niño y luego de repente me creí tan bien el papel de tu amigo que olvidé que sentías algo por mí hasta que apareció SeokJin y estuve feliz por ti... Pero no me siento feliz ahora —admitía cruzandose de brazos—. Lo siento.

Jungkook apretaba sus puños y retrocedía volviendo a quedar frente a Jimin.

—No tienes el derecho de joderme la cabeza así. Acabo de volver con SeokJin y lo amo

—Lo sé, lo lamento. Soy un cretino, no quiero joder con tu cabeza es sólo que la mía está jodida ya —susurraba.

Jungkook lo miraba con resentimiento, sacudiendo su cabeza en negación, no sabía cómo continuar desde aquí, pero Jimin se acercaba y tomaba su mano.

—Lo entiendo, Kook... —susurraba, luego relamía sus labios y preguntaba suavemente—. ¿Puedes dormir conmigo esta noche? Sólo dormir.

Jungkook aspiraba fuertemente—. No creo que sea buena idea

—No dije que lo fuera... Sólo quiero que me abraces, nada más. Fue una noche de mierda, olvida todo lo que dije y sólo duerme conmigo —pedía tomando la mano de Jungkook y llevándolo a su habitación.

Sabía que su amigo no estaba seguro, pero no quería darle tiempo a qué se negara. Él necesitaba el cuerpo caliente de Jungkook a su lado como consuelo al gigantesco rechazo que había recibido. No le guardaba rencor, era su culpa. Todo era su culpa y la amistad que no había querido cagar en el pasado, ya estaba arruinada y en la cuerda floja. Un abrazo más o un abrazo menos, no haría mucho cambio para Jimin.

3/3....

¿O 3 de 4?

Me iré a descansar ahorita. ¿Lo han disfrutado? Perdón si hubieron errores se deditos.

Con amor niñita Nanykoo 💜


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