☪️:32' The one that got away

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

TaeHyung bajaba ya cambiado y decente para encontrarse con un olor sabroso que venía de la cocina. SeokJin había bajado antes y la mesa se encontraba con unos platillos listos para ser devorados.

— ¿Hiciste todo esto en cinco minutos? —preguntaba.

SeokJin estaba terminando de servir sumo de naranja—. Tardaste treinta, realmente tienes un problema con el tiempo —exclamaba.

TaeHyung resoplaba—. No me quería ver mal, es ridículo —decía sin problemas.

SeokJin alzaba sus cejas y lo miraba riendo—. Es interesante saber que tu filtro de cerebro a boca ha evolucionado con el tiempo. Creí que sólo funcionaba a la hora de molestarme —mencionaba divertido.

TaeHyung resoplaba otra vez y comía de uno de los platillos que olía exquisito—. Nunca tuve mucho filtro, pero empeoró con el tiempo y me considero más filoso cuando quiero molestarte —decía con cejas en alto y muy orgulloso.

SeokJin volvía a sonreír, pero su teléfono resonaba en alguna parte de la cocina. Ambos se quedaban mirando en dirección al sonido y las notificaciones continuaban y continuaban.

— ¿Lo acabas de encender o acaba de suceder algo importante? —mencionaba TaeHyung.

SeokJin fruncía el ceño—. Lo encendí antes de sentarme —decía.

TaeHyung lo miraba y notaba el ceño fruncido del castaño—. Puedes mirar tu teléfono, no me extrañaría que tu novio quiera saber de ti.

SeokJin relamía sus labios y negaba—. No es de Jungkook, él tiene un sonido diferente —mencionaba—. No ha sonado en absoluto con su sonido.

Luego de eso se dirigía al teléfono y comenzaba a desbloquearlo para poder verificar las notificaciones. Su pecho se inflaba junto con la aspiración brusca de aire mientras volvía a la mesa.

— ¿Tu teléfono no sonó? —cuestionaba con sus dientes apretados.

TaeHyung lo miraba con sumo cuidado y notaba que sus manos apenas temblaban, pero sus ojos no dejaban de ver su teléfono.

—Honestamente, no lo he encendido aún —respondía TaeHyung—. ¿Sucede algo malo?

SeokJin suspiraba—. No es algo malo para ti —decía mostrando la foto que Jungkook había estado viendo con Jimin.

Ellos dos compartiendo su único beso público en la fiesta.

TaeHyung se sentía extraño. Con el paso del tiempo, habían salido muchas fotos suyas en fiestas con diferentes extraños en algunas circunstancias un poco comprometidas e incómodas. Pero el ver la foto de como SeokJin lo había besado anoche y notar como lo estaba sosteniendo cerca.

Nuevamente sentía su estómago florecer.

—Es la mejor foto comprometedora que me han sacado —decía sosteniendo el teléfono de SeokJin con cuidado.

El castaño observaba como TaeHyung miraba la foto en detalle, sus ojos se veían brillantes y hermosos. Todo el pecho de SeokJin se sentía extrañamente cálido.

— ¿Te gusta demasiado lo que ves? —cuestionaba divertido.

TaeHyung resoplaba—. Cierra la boca, angelito.

Cuando volvía a mirar la foto, la notificación que había estado esperando se hacía presente en la barra de arriba. SeokJin se ponía tenso al reconocer el sonido.

El mensaje era breve: Tenemos que hablar.

—Creo que antes que yo, necesitas tener esta charla —decía entregando el teléfono a SeokJin.

El castaño lo tomaba y miraba el teléfono, abría el mensaje y encontraba la misma foto en la que había sido etiquetado en miles de artículos que habían subido a Twitter e Instagram, sus únicas cuentas activas.

Sus dedos comenzaban a teclear con velocidad, sus dientes apretados marcando esa mandíbula que TaeHyung había delineado con dientes y labios en las últimas horas. Suspirando sonoramente intentaba no sentirse tan atormentado al respecto.

— ¿Tae? —la voz de SeokJin lo obligaba a alzar su mirada.

—Lo entiendo —decía de inmediato. Por supuesto que la mirada de SeokJin era como una caricia sin siquiera tocarlo—. Por dios, no sé cómo haces eso

— ¿Qué cosa? —cuestionaba SeokJin, dejando a un lado su teléfono sin antes míralo una última vez.

—Eres tan... Cuidadoso y atento —decía suspirando—. ¿Qué te costaba verme así antes?

SeokJin alzaba sus cejas y mordía su labio inferior—. ¿Cómo podía verte así si ni siquiera sabía que tú podías sentir algo por mí? 

TaeHyung suspiraba otra vez—. Bueno, mirabas a Jungkook así todo el tiempo ¿Cómo podía siquiera admitir algo? Aparte... Honestamente, ni siquiera yo sabía que podía seguir sintiendo algo por ti.

SeokJin lo miraba atentamente—. ¿Entonces sólo me provocabas por mera atracción sexual?

TaeHyung rodaba los ojos—. ¿Te sientes increíblemente irresistible ahora?

SeokJin sonreía—. Honestamente, sólo creía que era algo normal en ti. Sabía que Jungkook no te agradaba aunque no entendía por qué, pero tardé en darme cuenta que podía ser porque siguieras sintiendo algo más allas de una atracción.

—Creí que solo era atracción —susurraba—. Digo, no te volviste más feo con el tiempo —soltaba—. Fuiste mi primer amor y luego de haberme roto el corazón-...

— ¿Yo?

—Bueno, no tú... Sabes a lo que me refiero —decía avergonzado—. Eras-... Te tenía como el ejemplo al que tenían que sobrepasar, tenían que parecerse a ti —decía TaeHyung avergonzado—. Siempre los comparaba contigo.

SeokJin suspiraba luego de una sonrisa triste—. No eras el único que comparaba, pero es divertido que buscarás en clubes tipos similares a mí cuando no soy para nada amante de ese tipo de cosas —había una burla tan dulce en la voz de SeokJin que lo hacía reírse más avergonzado aún.

¿Cómo había vivido sin esta atención de Jin? Era una locura el giro de ciento ochenta grados que había dado su actitud luego de TaeHyung decidiera que quería luchar por esto.

—Tienes razón, eres bastante aburrido, por supuesto que alguien como tú visitaría un burdel de alta gama como el Illecebra —mencionaba.

SeokJin dejaba de sonreír y suspiraba—. Cuando llegué al Illecebra fue mera coincidencia, era por propósitos laborales y luego sólo...

—Sólo lo viste —decía TaeHyung.

El teléfono de SeokJin volvía a sonar con el sonido que el azabache sabía pertenecía a Jungkook.

— Ve con él y luego podemos hablar tú y yo —decía con calma, pero su corazón palpitaba como loco.

SeokJin suspiraba—. Lo haré, antes de cualquiera paso dado contigo, necesito ser honesto con Jungkook —respondía—. Él no merece que sea una mierda y es lo único que he sido contigo y con él —suspiraba poniéndose de pie y tomando su teléfono.

TaeHyung lo miraba—. Tú no eres una mierda, angelito —decía TaeHyung con seriedad.

—He estado tan confundido que es exactamente lo que he sido con él y contigo, sin importar tu temperamento no merecías que yo jugara

—Tú no jugaste —exclamaba TaeHyung—. Tú sólo caiste conmigo y yo he sido un desastre. Tú no eres la mierda aquí —respondía poniéndose de pie.

SeokJin fruncía el ceño y suspiraba, acercándose tomaba el rostro de TaeHyung—. Necesito hablar con Jungkook y luego veremos qué hacer, pero necesito hacer una de las dos cosas. Y lo último que quiero es dejarlo en estado de espera a él.

TaeHyung sentía ese sabor agrio en su boca y el nudo en su estómago—. Lo entiendo, el novio tiene prioridad.

SeokJin aspiraba el aire a través de su nariz y agachaba la cabeza—. Por favor evita decir este tipo de cosas, no quiero herirte y no quiero herirlo. Deja de comparar, por favor —susurraba—. Tienen un significado diferente para mí. Evita hacer comparativas en tu cabeza mientras no estoy, no hablar con él también retrasa lo nuestro.

TaeHyung relamía sus labios y asentía con un puchero—. Lo sé, lo intentaré —decía suspirando.

SeokJin asentía y miraba la mesa del desayuno a medias—. No quería dejarte desayunar solo —mencionaba con congoja.

TaeHyung resoplaba—. Estoy seguro que tampoco quieres hacer esperar a Jungkook —mencionaba intentando no darse por menos.

SeokJin lo miraba y asentía con lentitud, esto no era tarea fácil. Y no se trataba de que dudara de sus sentimientos por TaeHyung. Todo lo contrario, SeokJin estaba más que seguro de ellos y eso iba a hablar con TaeHyung la vez que había encontrado a Jimin semi desnudo en su cocina frente a su refrigerador, pero no había podido ser.

Aún así, SeokJin no iba a recaer con Jungkook, pero seguía siendo un simple imbécil en ocasiones y era hora de arreglar su mierda y dejar de lastimar a otros.

—Volveré —exclamaba, en busca de su chaqueta que estaba sobre el sofá con las llaves de su auto—. Por favor espérame, si se me complica antes de llegar al estudio te avisaré.

Claro, aún había un programa radial que llevar a cabo.

TaeHyung suspiraba—. Ve tranquilo, tengo una nueva comisión que preparar, así que tengo que mantenerme ocupado —decía, moviéndose en dirección a la salída que los llevaba al garage.

SeokJin se ponía su chaqueta y TaeHyung sentía el perfume revolotear a su alrededor. Cuando el castaño desbloqueaba su auto, listo para subir en él, miraba a TaeHyung una vez más.

—Ve, entiendo —repetía cruzandose de brazos.

—Iba a decirte lo que siento la vez que encontré a Jimin aquí, volveré TaeHyung —añadía SeokJin.

El azabache sentía que quería golpearse, quería ser lo más maduro posible que había llegado a ser en todos esos años, pero digamos que si TaeHyung fuera un Pokémon, él sería picachu aún. SeokJin aspiraba un poco de aire y se acercaba para tomarlo del rostro.

—No me beses si luego irás y lo recibirás con un beso a él —decía con la calma que le era posible manejar.

Él entendía que había cabos sueltos que atar y lo mínimo que podía hacer era confiar en el hombre que estuvo a punto de declararse, pero él lo había jodido todo por polla dura.

SeokJin apretaba sus dientes y asentía, luego giraba y cuando iba a abrir su auto, retrocedía y tomaba el rostro de TaeHyung con suma seguridad para luego acortar la distancia y juntar sus labios en un beso en el cual TaeHyung se entregaba y derretía al mismo tiempo. La lengua húmeda de SeokJin delineaba sus labios y TaeHyung le permitía la entrada mientras se aferraba a su cintura.

Un dulce beso que volvía sus piernas de gelatina, un beso que hacía que todos sus sentimientos enterrados, saliendo a flote lentamente, se disparaban hacia arriba, en la superficie. Sus brazos y manos se apretaban contra la chaqueta que SeokJin llevaba y buscaba ponerlas debajo de la misma, dentro de la remera y sentir un poco más esa piel. El gemido de SeokJin retumbaba en su boca, la lengua ajena acariciaba la suya y un simple beso de este hacía cosas extraordinarias con su cabeza, su cuerpo y su corazón.

Algo dentro de él se calmaba y confiaba. Él sabía, él estaba sintiendo que SeokJin le prometía que no iba a volver a tocar a Jungkook de esa forma. Lo sabía por cómo lo estaba besando y lo sabía porque SeokJin era como pocos hombres allá afuera. Él nunca jugaría adrede, él quería a Jungkook y quizás en el fondo amaba a TaeHyung, cualquiera fuera la exacta conjetura de sus sentimientos, era sabido que no jugaría ni con uno ni otro.

—Joder —decía TaeHyung desorientado—. Dejó de pensar por completo cuando haces eso, que peligroso —soltaba con su voz ronca, casi sin aire.

SeokJin sonreía—. Confía en mí, volveré en cuanto pueda. No hagas nada estúpido, pestañas —soltaba con sorna antes de besar la frente de TaeHyung.

Cuando subía al auto dejaba al azabache más tranquilo, pero estar solo y todavía sin haber puesto todas las cartas sobre la mesa, tenía a TaeHyung con el culo en la mano.

Cuando Jungkook decidía salir de su habitación, encontraba a Jimin ya duchado y desayunando solo.

—No has comido nada —decía el rubio.

Jungkook negaba—. No tengo hambre —exclamaba.

Luego tomaba una de sus chaquetas de la silla que tenían en la sala y estaba básicamente llena con diferentes chaquetas de ambos. Una mala costumbre y mala idea de Jungkook que se le había pegado a Jimin.

—Voy a ordenar esa silla para que deje de acumular ropa —exclamaba.

Jungkook acomodaba su chaqueta y lo miraba con seriedad—. Lo haré a la vuelta, no te preocupes

— Te vas —soltaba Jimin con calma, no era una pregunta.

Jungkook suspiraba—. Jin está esperando abajo.

Jimin alzaba sus cejas y su boca se quedaba abierta un momento para cerrarla de vuelta—. Oh... Bien, buena suerte —decía forzando una sonrisa.

Jungkook fruncía su ceño y lo observaba unos momentos en silencio. Aquello ponía los pelos de Jimin de punta.

— ¿Qué? ¿Por qué me miras así? —cuestionaba.

Jungkook no decía nada mientras sacudia su cabeza y salía del apartamento de Jimin en silencio. El rubio se quedaba viendo un momento la puerta y luego suspiraba dejando salir un grito de frustración. No sirvió de nada el sexo con Jungkook, de hecho parecía que había arruinado la poca estabilidad que tenían.

—Quizás llegue más tarde, pero estaré ahí, cumpliré mi itinerario, pero no voy a aceptar llamados o mensajes durante el programa, sólo hablarán de una cosa y será de mi foto con TaeHyung —decía SeokJin con el director principal de su programa radial.

Cuando un golpe en la ventana sonaba, el llamado era terminado y Jungkook entraba con un rostro serio y apagado.

Dios, hacía cinco minutos antes de salir del edificio estaba más que decidido a poner todas las cartas sobre la mesa, exigiendo a SeokJin toda la verdad y él sabría que hacer y que decir al respecto, pero ahora, ahora se sentía tan pequeño en el asiento del acompañante.

—Kook... —susurraba la voz de SeokJin a su lado.

El pelinegro suspiraba—. ¿Vas a dejarme en tu auto?

SeokJin suspiraba a su lado—. ¿Comiste algo?

Jungkook negaba, sus ojos brillaban y SeokJin se sentía como la peor mierda del mundo.

—Bien, hay un restaurante con cabinas al que solíamos ir. Es discreto con sus clientes y podremos hablar ¿Sí?

Jungkook relamía sus labios y entendía porque SeokJin no lo llevaría a su apartamento. Asintiendo se dejaba llevar y cuando finalmente se encontraban allí y la comida era traída para ser degustada, Jungkook no podía evitar suspirar de forma tan sonora que SeokJin por poco y dejaba caer los palillos al suelo.

Sentía que necesitaba abrazarlo, pero no era el momento. Jungkook lo miraba con avidez, pero no se debía al hambre que sentía por ese hombre, aún, sino sabía que no volvería a ver a SeokJin. Él lo presentía.

—Es mucha comida —susurraba.

SeokJin suspiraba—. Te dije que te veías más delgado, come bien —pedía con dulzura, dejando comida en su platillo.

Jungkook reía sin ganas—. No tengo mucha hambre

—Kook...

— ¿Por qué no vas al grano? —decía el pelinegro.

SeokJin lo miraba por debajo de sus pestañas—. No voy a ir a nada hasta que comas. No comiste y no estás comiendo bien. Así que compláceme una última vez y come, Jungkook.

El pelinegro apretaba sus dientes cuando la frase "compláceme una última vez" había salido de los labios de SeokJin. Sin decir nada tomaba los palillos y comenzaba a probar el primer bocado, él realmente no tenía ánimos de comer, pero cuando los sabores bailaban en su paladar sentía que su estómago le agradecía por tener un poco de consideración con él.

Así que continuaba, SeokJin lo miraba con cariño y sonreía. Parte de él se preguntaba ¿Quién cuidaría de este hermoso ser humano cuando él no estuviera allí? Y su estómago de volvía un nudo. Cuando el tiempo transcurría en silencio, Jungkook ya se sentía saciado, no había comido como solía, pero era mejor comer lo justo, solo por si su estómago no podía retenerlo.

Cuando dejaba los cubiertos sobre la mesa sentía la tensión en todo el cuerpo de SeokJin cubrir la habitación. No estaban lejos uno del otro, pero a Jungkook le gustaría menos distancia. A Jungkook le hubiera gustado besarlo lo suficiente antes de todo esto.

Ahora el tiempo no parecía cubrir su necesidad.

—Ese beso que tú le diste y la foto que te sacaron justo, no fue actuado —decía Jungkook.

SeokJin aspiraba por aire, era demasiado difícil esto. No es que le fuera difícil ser honesto, él había crecido siendo claro con cada amante y pareja, no había tenido muchas relaciones serias, Jungkook era su novio número tres, si hacemos una lista, pero Jungkook al igual que TaeHyung, eran hombres que habían marcado su vida.

Él amaba al chico sentado junto a él, compartiendo la mesa y ese agrio momento.

—No fue actuado —decía SeokJin con suavidad. Teniendo sumo cuidado en su tono de voz.

Jungkook sentía su nariz picar, clara señal de que quería llorar y probablemente lo haría pronto.

— ¿Sabés por qué acepté tu trago la primera vez que te vi? —soltaba.

SeokJin alzaba los ojos y lo miraba con atención—. ¿Por qué?

—Tú dijiste muchas veces que lo que te atrajo de mí fueron mis ojos solitarios que, te habían dado un indicio de que estaba tan solo como tú —decía con sonrisa triste—. Lo que a mí me atrajo de ti, fue el hecho de que, desde mi comienzo en el ILLECEBRA tuve a muchos hombres y mujeres que me invitaron tragos y quisieron un momento conmigo ya sea en modo de charla vanal o algo más físico, sin embargo... Algo físico fue lo que siempre se me ofreció desde un inicio.

SeokJin relamía sus labios y lo miraba atentamente.

—Mi primer "novio" —decía Jungkook entre comillas—. Era un chico que no había salido del closet para entonces. Mi primera vez con él fue fantástica, de verdad. Pero él fue sincero desde un comienzo conmigo —decía con su ceño fruncido—. Él me había dado un primera vez fantástica, fue cuidadoso y atento, estaba seguro como el infierno que podía enamorarme de él con facilidad —decía con una sonrisa triste—. Sin embargo cuando el sexo terminó y el me sostuvo cerca, me dijo tal cual como serían las cosas —Jungkook sonreía con tristeza.

SeokJin no sabía esa historia, pero podía ver lo que se avecinaba y no podía evitar sentir ira y apretar sus dientes.

—Él me dijo que tenía novia, que me ofrecía su amistad en público, pero que solo seríamos eso. Nunca me trató mal ni me dejó de lado en público, pero era horrible verlo ser alguien que no era —exclamaba con sus ojos humedos—. El tiempo juntos era genial, era dulce y atento. Casi que lo amaba, pero parte de mí seguía perteneciendo a Jimin, otro que jamás me vió como alguien para una posible relación —sonreía sin gracia—. Cómo sea, aclaraba cada vez que solo era sexo, que me quería y me adoraba, pero solo era sexo. Hasta que lo entendí y dejé de pedírselo —fruncía el ceño mirando hacia algún lado—. Yo no quería sólo sexo, ni de él, ni de nadie. Quería alguien a quien pudiera sostenerle la mano en público, alguien que se sintiera feliz de tenerme a su lado —susurraba con su voz a punto de quebrarse—. Conseguir sexo sin compromiso nunca me fue trabajo difícil, pero conseguir que alguien me viera más allá de mi cuerpo, eso era una tarea horriblemente complicada.

SeokJin pasaba el nudo en su garganta, lo sabía, él sabía que Jungkook no era el tipo de hombre que sólo dormía con otro porque quería mojarse la polla o necesitaba que golpearan en él, Jungkook necesitaba una conexión emocional. Él no era diferente al chico frente a él.

—Esa noche que me invitaste un trago —continuaba Jungkook—. Había recibido cinco antes del tuyo, lo extraño era que, había salido del camarín para beber algo gratis y no pedir que me lo descuenten del sueldo —decía con una sonrisa timida—. Pero me había prometido que si de sexo se trataba, elegiría el trago de un tipo que me gustará a la vista, pero cada vez que volvía mi cabeza para ver quienes los enviaban, no me gustaba ninguno —decía divertido—, pero luego llegó un sexto trago, el tuyo... De tu mano —mencionaba, mirando a SeokJin fijamente—. Cuando alce la mirada, solamente podía ver tus ojos y tu sonrisa debido al antifaz, lo extraño fue que no quise ver tu cara para estar seguro que me habías gustado. Lo habías hecho —decía agachando la mirada—. Yo sólo ví tus ojos y tu sonrisa y la forma en que te inclinaste para dejarme el trago allí y luego volviste a tu mesa sin decir nada.

SeokJin rememoraba ese momento, había pensado que decirle a un chico tan bonito al que probablemente ya le habían dicho de todo.

—Cuando me viste, me quedé sin habla —admitía—. Sólo me incliné y volví a lo mío antes de decir alguna frase estúpida que seguramente ya te habían dicho —susurraba.

Jungkook sonreía, para ese entonces sus ojos no disimulaban el brillo de la tristeza—. Exacto, te fuiste y volviste a lo tuyo, con tu teléfono en mano, bebiendo de tu copa sin prestar atención a ninguna actuación —miraba fijamente a SeokJin—. Bebí tu trago y no me diste atención, tú sólo me lo entregaste y volviste a lo tuyo. Luego te vi la siguiente noche y notaba detrás del escenario que no mirabas a nadie, así que cuando salí a bailar quise dar lo mejor de mí para que me miraras, pero habías levantado la cabeza apenas habían dicho mi nombre. Incluso antes de verme y sentí que mi estómago se movía raro, sentía que iba a vomitar de los nervios y no suelo tener pánico escénico.

SeokJin sonreía—. Eres tan hermoso cuando bailas, eres diferente al resto. Tú solo bailas, los otros quieren atención y la buscan y eligen sus víctimas, tú no mirabas a nadie

—Hasta que te miré —exclamaba—. Tú me viste y luego cuando baje, el trago que esperaba por mí, era el tuyo y entonces...

—Lo tomaste y te acercaste a mí —continuaba SeokJin.

Jungkook asentía, pasando el nudo en su garganta—. Nuevamente seguía sin ver tu rostro, pero me habías sonreído y tu sonrisa había sido la sonrisa más dulce que había visto en ese lugar. Tú me sonreía a mí, al chico que yo era y no al que bailaba en un burdel de alta gama.

—Siempre fuiste más que eso, tu trabajo no te define excepto en qué eres increíble si quisieras sólo dedicarte al baile

—Y eso sólo tú pudiste verlo, el resto sólo veía un bonito chico al que querían hacer su amante —decía con pena.

—Yo no buscaba un amante —exclamaba SeokJin—. Me gustabas tú.

Jungkook sonreía, una sonrisa enorme y hermosa, pero triste—. Y por eso me enamoré de ti a primera vista —susurraba con los ojos húmedos.

SeokJin no podía aguantar que sus ojos se humedecieran también, sus dientes se apretaban y su pecho sentía que no pasaba correctamente el aire.

—Tú nunca me ofreciste, ni pediste sexo. Tú sólo querías conocerme a mí, y luego todo fue tan natural, tan perfecto —añadía—. Siempre fuiste honesto conmigo

—Y quiero que me recuerdes así... No quiero ser el idiota que solo rompió tu corazón porque no supo cuidarte —admitía.

Jungkook sonreía con tristeza y la primera lágrima de sus ojos se liberaba, pero rápidamente la limpiaba.

— ¿Tú realmente lo amas, no? —preguntaba con dolor.

SeokJin sorbía sus lágrimas a través de su nariz en una aspiración corta.

—Siempre fui honesto en decirte que él había sido muy importante para mi, sólo que no había futuro allí. Éramos personas diferentes, aún lo somos —mencionaba SeokJin—. Pero lo amo y también te amo a ti.

Jungkook abría sus ojos y su corazón palpitaba con fuerza, pero SeokJin ponía una mirada llena de tristeza.

—Es un amor diferente —decía Jungkook sorbiendo su nariz—. Él es tu primer amor... Sabes, yo sé que cuando aceptaste verme hace unos días, ibas a ponerle fin a lo nuestro, del todo.

SeokJin lo miraba con atención y asombroso.

—Jin, nunca me diste esperanzas antes de charlar conmigo, nunca fuiste de jugar y cuando te vi, yo-... —Jungkoo sentía que su rostro se teñia de rojo—. Tenía que jugar todas mis cartas para evitar que me pusieras un fin.

—Yo quería hacer las cosas bien —decía SeokJin bajando la mirada—, lo mejor era dejarte, pero no pude, supuse que podría darte otra oportunidad y dejar que te equivocarás sin condenarte por eso, pero yo no pude contener lo que siento —admitía alzando sus ojos y mirando a Jungkook—. No quería ser como mi padre, pero la vida me puso en la misma posición contigo

—No es lo mismo —decía Jungkook, dejando escapar un suspiro—. No eres como él. Tu padre engañó a tu madre hasta que se encontró seguro con una chica de tu edad y decidió dejarla finalmente cuando tuvo a dónde correr y la hizo sufrir mucho —mencionaba, conocía la historia muy bien, SeokJin la había compartido con él—. Sabía que no querías ser ese tipo de hombre por lo que sabía que no ibas a darme otra chance y parte de mí quería negarse a creer que te habías enamorado de TaeHyung otra vez... Aunque en realidad nunca dejaste de estarlo, pero TaeHyung tenía tanta pinta de cobarde que tome eso a favor y te pedí que te quedarás conmigo

—Excepto que TaeHyung no era tan cobarde como también pensé. De hecho, creía que él no sentía más que simple deseo físico por mí —exclamaba SeokJin
—. Anoche fue un subibaja de emociones, Jungkook. Él dijo cosas ebrio que pusieron mi mundo de cabeza y luego resultó ser que en realidad fingió estar ebrio para decirme que aún-...

—Te ama —añadía Jungkook por él, la tristeza bañaba su hermoso rostro—. Así que no era tan cobarde después de todo —sonreía con tristeza—. Lo menos que podía hacer era pelear por ti —susurraba—. Pero yo también quiero hacerlo —admitía con tristeza—. Soy capaz de que me dejes en último lugar con tal de seguir contigo

—Jungkook, no hagas eso...

—Me acosté con Jimin anoche cuando ví tu foto —decía riendo amargamente.

SeokJin se sorprendía, sólo un poco.

—Él dijo muchas cosas anoche y ¿Sabes que me ofreció esta mañana? —decía riendo amargamente, SeokJin lo miraba atento y con tristeza, eso hacía que Jungkook se sintiera un perdedor—. Él dijo que podía ser mi amante si yo seguía contigo porque resulta que ahora nadie lo entretiene, le gusta mi cuerpo y estar conmigo, por lo que solo me ofreció lo que siempre me han ofrecido, sexo.

Jungkook lo decía de forma tan despectiva que SeokJin se daba cuenta de su tristeza. No podía aguantar un segundo más sin jalar a Jungkook contra su pecho y abrazarlo con fuerza. Jungkook comenzaba a sollozar pegado a él, enrozcando sus brazos en la cintura de SeokJin, sintiéndose bien por primera vez en toda la mañana a pesar de estar siendo claramente dejado, pero el abrazo era tan revitalizante que unía las partes rotas de Jungkook.

—Ya, cariño —decía SeokJin, acariciando su cabello y besando su cabeza—. Lo lamento, eras la última persona a la que quería lastimar

—Tú no querías lastimar a nadie y por eso terminaste en este enredo —decía Jungkook en su pecho, el ángulo era incómodo, pero él igual quería ser sostenido un poco más.

El silencio pasaba sin pesar entre ellos hasta que Jungkook se sentía más tranquilo, SeokJin podía sentir que estaba más calmado. Pero no iba a soltarlo aún.

—Ese idiota aún te ama —decía SeokJin, refiriéndose a Jimin—. Y tú nunca dejaste de hacerlo, fue por eso que caiste con él. Tú nunca hubieras sido infiel sólo por serlo. No eres así, cariño. Eres un buen chico —mencionaba.

Jungkook apretaba sus ojos y más lágrimas caían, pero luego recapacitaba en las palabras de SeokJin y salía de su pecho para mirarlo con sorpresa. Sus ojos estaban rojos e hinchados, apenas y su nariz colorada.

SeokJin quería besar su rostro, sin besar sus labios. Sólo consolar al niño que una vez fue suyo. Sus manos sostenían el rostro de Jungkook con delicadeza.

— ¿Aún? —repetía el pelinegro—. ¿Tú sabías que Jimin estaba enamorado de mí?

SeokJin reía sin gracia—. Nunca fue algo difícil de ver, nunca entendí porque jamás te correspondió o nunca dijo nada

—Anoche me confesó que jamás se sintió lo suficientemente bueno, porque él está acostumbrado a no tener nada serio. A ser el segundo o el tercero de alguien más porque solo le importa el sexo... ¿Cómo podría estar con alguien así, hyung? —sus cejas de levantaban y hacían lucir sus ojos más tristes y desahuciados.

SeokJin lo acariciaba con ternura—. Dijiste que confesó que solo quiere estar contigo y te dió la opción de tenerlo como amante... Es una forma retorcida de decir "Quiero estar sólo contigo" excepto que esa es la forma en que él la conoce, como TaeHyung... Son seres diferentes a nosotros. Estoy seguro que ni él se entiende, pero sólo depende de ti con quién quieras estar ahora

—Contigo, como sea —decía con un puchero.

SeokJin pasaba el nudo en su garganta—. No, cariño —negaba con tristeza—. No soy ese tipo de hombre que va por ahí teniendo más de una relación amorosa. Te amé y te amo, pero-... —SeokJin apretaba sus dientes, ni la voz más dulce y suave usada, podría hacer que la frase que iba a decir no sonara como la mierda para Jungkook.

—Dilo —pedía este.

SeokJin lo miraba con ternura y tristeza—. Quiero intentarlo con TaeHyung.

Jungkook se volvía a romper, pero esta vez no lo abrazaba, solo se quedaba allí, con el rostro agachado y las manos de SeokJin sosteniendolo. Hasta que los labios del castaño se posaban en su frente y besaban allí con ternura. Jungkook se sentía tan solo.

—Ya, por favor... Me hace sentir peor —decía en un susurro—. Sé que te duele, te conozco demasiado bien para saber que te duele incluso más que a mí dejarme.

SeokJin sorbía su nariz y levantaba el rostro de Jungkook—. Lo lamento, jamás quise que terminara así, pero no va a suceder que seas mi amante cuando puedes ser el primero en la vida de alguien más ... Cómo en la vida del hombre al que amaste por mucho tiempo y aún lo haces, pero tienes demasiado miedo para arriesgarte porque lo entiendo, es un poco estúpido

—Es un imbécil —decía Jungkook—. ¿Cómo va a decirme que no puede estar con nadie más y luego solo ofrecerme sexo? Es un idiota, él no es como tú. Tú eres tan perfecto

—No lo soy

—Lo eres, si TaeHyung no sabe cuidarte voy a romperle la cara. Juro que lo haré —decía el pelinegro con un puchero, no podía lucir menos amenazante.

SeokJin sonreía—. Estoy arriesgandome aquí y tú puedes hacerlo cuando te sientas seguro, pero hay una diferencia entre ustedes y nosotros —decía SeokJin, Jungkook lo miraba con atención—. TaeHyung y yo perdimos mucho tiempo, nos alejamos el uno del otro. Sí, prácticamente nunca dejamos realmente de vernos, pero no eramos como tú y Jimin. Cuando tus padres te dieron la espalda, ese idiota siempre estuvo contigo y ese idiota te cuidó de él mismo. No quería romper tu corazón. Pero se volvió más estúpido con el tiempo, aún así, te ama, pero depende de tí si querés demostrarle que siente amor o simplemente quedarte solo. No estaría mal que te quedes solo. Jimin estará a tu lado a menos que decidas lo contrario, en cambio si yo no me arriesgo ahora o si TaeHyung no lo hace, no estoy seguro de que tengamos otra chance. El tiempo es ahora y espero que lo puedas entender algún día.

Jungkook aspiraba el aire por su boca y luego suspiraba, secaba sus lágrimas y SeokJin lo soltaba con lentitud.

—Te hubiera rogado más si no fueras tan bueno con las palabras —admitía el pelinegro.

SeokJin sonreía, acariciaba su mejilla y dejaba un dulce beso allí. Jungkook se sentía tan cálido por unos momentos que cuando buscaba sutilmente la boca ajena, SeokJin se alejaba.

—Lo siento, no —decía con dulzura.

Jungkook sentía otro pinchazo en su nariz, pero asentía. No podía estar enojado con ese hombre.

—Me cuidaste desde un inicio y siempre me quisiste tan bien. Será difícil llenar tus zapatos —mencionaba Jungkook.

SeokJin sonreía—. Te mereces ser el primero en la vida de alguien más. Fuiste mi primero por un buen tiempo del que no me arrepiento en absoluto, pero ya no soy el hombre que necesitas —añadía con tristeza.

—Nop, así no lo eres. Si amas a alguien más definitivamente no eres lo que necesito, aunque lo quiera —admitía con suavidad.

SeokJin le sonreía y suspiraba—. Quiero que termines de comer, no vamos a salir hasta que desayunes bien y quiero que quede claro que aquí estoy si necesitas un amigo

—Un amigo —decía Jungkook laconicamente.

—No tiene por qué ser un adiós, Kook

— ¿Creés que TaeHyung lo tolere? —preguntaba tomando una servilleta y sonando su nariz para sentirse más decente—. Ese hombre quiere mi cabeza desde el día uno.

SeokJin reía—. En el fondo confía en mí, no estaría aquí si no lo hiciera. No será tarea fácil y no puedo prometer que hablaremos siempre de trivialidades, pero para lo que necesites estoy. Y estaré. Quiero ser parte de tu vida, no alguien más que te abandone.

Jungkook asentía intentando apartar las lágrimas—. No puedo imaginar que no seas en absoluto parte de mi vida.

SeokJin sonreía y buscaba algo en su chaqueta,  un pequeño sobre doblado y se lo entregaba a Jungkook.

— ¿Qué es esto? —preguntaba el menor abriéndolo, su ceño fruncido leía atentamente y luego la sorpresa bañaba sus facciones—. No lo hiciste

—Lo hice y vas a aceptarlo —decía SeokJin con firmeza.

—Jin, esto es... No podría, no

— ¿Por qué no? Es un regalo

—Es un departamento —decía Jungkook—. ¿Cómo se supone que te pague por esto?

—Los regalos no se pagan, ni se devuelven —decía el mayor.

—No lo estoy aceptando —decía intentando devolver el papel.

— ¡No! No lo vas a devolver. Sólo acéptalo —SeokJin empujaba sus manos devuelta.

— ¿Es por lástima? ¿Porque me estás dejando? Es demasiado ridículo, incluso para tí —decía Jungkook.

—No es por recompensa, ni lástima —añadía con calma—. Estás trabajando demasiado y el dinero no te alcanza, estás cansado y vas a terminar desertando en tus estudios y no lo voy a permitir. Sé que no debe ser fácil vivir con Jimin a pesar de lo que sientas y sé que quieres algo tuyo propio... Aceptalo, es con amor, no por lástima. Por favor —decía SeokJin—. No pude encontrar algo más grande que te quedará cerca de todo, pero como es tuyo, puedes venderlo el día de mañana y encontrar algo mejor. El plus de todo esto, es que lo estrenamos con muy buen sexo.

Jungkook se echaba reír entre las lágrimas—. Eres el idiota más bueno que he conocido.

—Gracias —decía SeokJin, luego hacía una mueca—. No le digas a TaeHyung que dije lo del buen sexo... —pedía relamiendo sus labios.

Jungkook negaba con una sonrisa melancólica—. Por eso supe que no era un beso actuado —exclamaba—. Lo sostenías como si fuera tu mundo —añadía y luego sonreía—. Espero que te cuide, porque él y yo no somos amigos —susurraba con cierta sorna.

SeokJin sonreía—. Espero que lo haga, porque estoy cagado en este momento. Pero no puedo hacerme a un lado. Es más fuerte que yo —su voz seguía siendo suave.

Jungkook sonreía con tristeza y tomaba la mano de SeokJin—. Espero que en otra vida, tú no seas ese que se me escapó.

SeokJin sonreía como podía, también con tristeza y apretaba la mano de Jungkook con dulzura e intensidad mientras lo miraba unos momentos más besaba el dorso de esta y disfrutaban de ese desayuno con más calma, antes de volver con TaeHyung.

Yo no sé si ustedes lloraron o no, pero yo sí. Porque entendimos mejor la resistencia de Jungkook aquí 🥹

Perdón si hay errores de dedos rebeldes y ojos ciegos que no llegaron a corregir bien 🥹

Con amor niñita Nanykoo 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro