☪: 7'Días pasados

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TaeHyung se encontraba jugando videojuegos con SeokJin. La madre de este se encontraba trabajando y su padre ya no vivía con ellos por lo que, de vez en cuando TaeHyung iba a su casa por las tardes para "estudiar", pero todos sabían que lo único que hacían era jugar infinitas partidas de luchas y FIFA. Luego comer porquerías y repetir. Pero estudiar,  no señores, sus encuentros no consistían en eso.

Aquella tarde lluviosa, habían tenido una larga partida pateando sus culos virtuales y gritando como desquiciados cuando lograban acertar unos buenos golpes al oponente.

— ¡En tu cara, Kim! —gritaba TaeHyung victorioso.

Segunda partida donde le rompía el culo a un SeokJin que, ya casi no tenía orgullo luego de otra derrota consecutiva.

—Fue suerte, pequeño malcriado —respondía el castaño, tirando el joystick a un lado y resoplando.

Echándose contra el respaldar de su cama, se cruzaba de brazos con un enorme puchero que se volvía protagonista en su bonito rostro.

—Oh, mírate —mencionaba TaeHyung, dejando su joystick y acercándose al rostro de SeokJin—. Eres un bebé gigante ¿vas a llorar, bebito?

SeokJin hacía una mueca chistosa y replicaba en tono de burla—. "Vis i llirir, bibiti"

TaeHyung estallaba en risas ruidosas y burlonas a su lado. Doblándose en la cama de la risa y festejando victorioso hasta que SeokJin comenzaba a atacarlo con puños y piernas. Otra pelea que se desataba y de esas que TaeHyung se buscaba intencionalmente para tener el cuerpo de SeokJin presionando fuertemente el suyo. Había veces que ni siquiera luchaba, solo se dejaba vencer para sentir el calor y la presión del cuerpo tonificado de su mejor y oficialmente "amigo gay".

Ugh, TaeHyung estaba tan confundido luego de que SeokJin se hubiera sincerado con su él y su familia. Su padre había querido apartarlo de al lado del castaño hasta que su propia esposa le convenció de lo contrario, considerando que TaeHyung no era muy sociable y solo se sentía cómodo alrededor de SeokJin. El aroma del mismo lo mareaba y la piel suave de su bonito rostro hacía que sus dedos picaran por querer tocarle, acariciar y ver si realmente era tan suave como parecía.

Y luego estaba este juego de la gallina gay que TaeHyung ni sabía cómo comenzar, pero a veces lo provocaba con éxito. Ahora y luego de una volteretas. Ataques y defensas, TaeHyung terminaba perdiendo la batalla cuerpo a cuerpo, quedando total y felizmente bajo el cuerpo de SeokJin, solo que esta vez... ¡Ups! algo bastante duro era protagonista entre ambos cuerpos y si que se podían sentir.

Las luchas usualmente terminaban con la rodilla de SeokJin sobre la cintura de TaeHyung, luego de un par de apretujadas que satisfacían la curiosidad del azabache. O quizás TaeHyung hecho una bola y Seokjin intentando hacerle cosquillas, pero mierda que ahora era prisionero del cuerpo caliente del castaño, con sus brazos a los lados de su cabeza, siendo estos presionados en sus muñecas por las manos de SeokJin y él estaba tan vulnerable de piernas abiertas no pudiendo disimular la gran erección que tenía debajo de sus pantalones deportivos.

Sus respiraciones chocaban y Seokjin tenía una particular emoción que cruzaba sus ojos, pero que TaeHyung no podía distinguir ante el semi ataque de pánico que podría sentir brotar de sus poros si SeokJin mencionaba algo acerca de la erección que había crecido entre sus piernas. El azabache pasaba saliva y mantenía los ojos fijos en SeokJin.

Este aclaraba su garganta, relamía sus labios y se inclinaba para quedar a centímetros de los ajenos y susurrar:

—Puedes ganarme en un vídeo juego, pero en la vida real sigues siendo mi perra —la voz de Jin había sido oscura y ronca.

TaeHyung no recordaba que alguna vez aquella voz hubiera sonado tan grave y rasposa en el pasado mientras se le burlaba. Pero lo extraño era que tenía un efecto muy peculiar en su masculinidad presionada gustosamente y algo adolorida.

—Ya quisieras tenerme de perra, Jinnie —respondía el azabache gravemente, levantando su cabeza un poco para rozar más aquella nariz y recibiendo una mirada de ojos entrecerrados por parte del castaño.

SeokJin podía sentirlo y no sabía cómo reaccionar con exactitud. Él veía a TaeHyung con otros ojos hacía ya un tiempo considerablemente largo y temía estar mal interpretando todo. Quizás por la fuerza en la mini lucha había hecho que a TaeHyung le provocará una erección. O quizás había tenido algún tipo de fantasía y una cosa llevó a la otra y Seokjin no podía pensar muy claro cuando notaba que TaeHyung estaba muy concentrado en sus labios.

— ¿Hay algo que quieras de mi, Tae? —cuestionaba con su corazón golpeando cada vez más fuerte en su pecho.

TaeHyung seguía con su rostro cerca y su mirada nerviosa, intercalando entre los belfos de su mejor amigo y los ojos negros que este tenía esa tarde lluviosa. No estaba seguro que responder y tampoco sabía cómo continuar después de la extraña pose en la que se encontraban y el escenario peculiar de su cuerpo bajo el de SeokJin y sus piernas abiertas para tener al castaño entre estas.

Tragaba el nudo en su garganta listo para responder con algún insulto o contraataque, pero un fuerte y estruendoso rayo tronaba, logrando que ambos se asustaran a la par, las piernas de TaeHyung presionarán las caderas de SeokJin y las luces se apagarán de repente. Aquello parecía una buena excusa para poder hablar al respecto por lo que TaeHyung soltaba con voz estrangulada:

—Se fue la luz —susurraba, notando que SeokJin miraba a su alrededor, pero no sé movía de encima, ni soltaba sus muñecas.

Ahora los ojos del castaño se posaban sobre él y TaeHyung sentía sus labios secos y su pulso acelerado. ¿Qué el imbécil no pensaba moverse? ¿Y acaso su voz no tenía fuerza suficiente para decirle "suéltame" o "muévete"?

— ¿Te asustaste? —preguntaba SeokJin, sonriendo ladino.

TaeHyung entrecerraba sus ojos y chistaba con su lengua dejando caer su cabeza sobre el colchón y miraba a SeokJin con frialdad mal fingida. ¡Ay! como detestaba esa sonrisa ladina de culo engreído que el castaño le brindaba en ocasiones.

—No estoy asustado, idiota —replicaba, intentando recobrar el aliento y la cordura.

SeokJin alzaba sus cejas incrédulo, miraba entre sus cuerpos cuesta abajo, justo donde su polla estaba siendo masacrada por la de su mejor amigo y sentía como una gota gorda de sudor descendía por su frente. SeokJin diría algo al respecto, estaba seguro y él tenía que responder de inmediato.

—Si no estás asustado, entonces ¿por qué me estás presionando con tus piernas? —cuestionaba mirando a TaeHyung nuevamente.

El azabache sentía un calor ascender hasta su cuello, sus orejas y posarse en su rostro para darle apariencia de tomate viviente. Él estaba apretando a SeokJin con sus largas piernas por culpa del maldito susto que se había llevado y ahora no dejaba de presionar, quería aflojar el agarre, pero al parecer su cuerpo no tenía ganas de colaborar con su cabeza.

—Fue un reflejo —respondía nervioso, manteniendo, todo lo que fuera posible, la mirada fija en SeokJin.

Una ceja se enarcaba en el bonito rostro de su amigo. SeokJin casi que estaba en la gloria y estaba teniendo una fuerte lucha interna para no hacer nada indebido que puediera arruinar las cosas con su único y mejor amigo. Pero le costaba pensar cuando sentía que TaeHyung lo apretaba un poco más.

—Ah... —jadeaba SeokJin inconsciente—. No hagas eso, deberías-...

TaeHyung se encontraba caliente, muy caliente y todo por culpa de ese gemido suave y dulce que había robado de los labios de SeokJin al apretar sus piernas alrededor de sus caderas.

— ¿Qué pasó, Jinnie? —se burlaba, mientras se estaba cagando de miedo en los pantalones, pero no lo admitiría—. ¿Eres una gallina?.

TaeHyung sonreía de lado y como le encantaba a SeokJin esa sonrisa socarrona que lo hacía ver jodidamente sensual y de la que, posiblemente, TaeHyung ni siquiera era consciente de que lo hacía verse tan sexy...

—Creo que esto es otro nivel y no deberías provocarme así —soltaba el castaño.

TaeHyung se relajaba y reía secamente, luego levantaba su cuello para acercar su rostro al de SeokJin otra vez.

— ¿O qué? —atacaba TaeHyung. El castaño entreabría sus labios y él repetía—. ¿Qué pasa si te provoco, Jinnie?

SeokJin sentía que un calor fuerte se posaban en su nuca y en su pelvis. ¿A qué jugaba TaeHyung? ¿Acaso no era consciente que SeokJin le había hablado en serio?

—Afloja las piernas, Tae —pedía, soltando las muñecas del azabache y dando un suave golpe en el muslo derecho de este.

TaeHyung negaba y apretaba un poco más, SeokJin caía sobre él y quedaban nuevamente cara a cara. TaeHyung estaba serio, sin un rastro de burla en sus ojos, ni un sonrisa peligrosa y sensual. Sólo parecía desafiar a SeokJin con sus orbes negras y fijas en las contraría, desviándola por unos segundos a la boca carnosa del castaño.

—Suéltame... —pedía otra vez.

—No quiero —replicaba el azabache con voz entrecortada

— ¿Y que quieres? —atacaba SeokJin, TaeHyung notaba como apretaba sus dientes, porque su mandíbula se marcaba. Estaba tan cerca de SeokJin que, era consciente de que su rostro era jodidamente perfecto y atractivo. Mierda.

De la nada y tomándolo por sorpresa, SeokJin daba una embestida y TaeHyung gemía por la fricción en su polla.

—Mmhp... Ah —soltaba ido, apretando sus ojos.

SeokJin mordía su labio para evitar soltar otro jadeo y se quedaba quieto. Estaba esperando un empujón, un insulto, un golpe. Lo que fuera, pero no aquel bonito rostro contraído en una mueca que expresaba el placer que le había infundido en aquel movimiento repentino.

El corazón de TaeHyung latía demasiado rápido, logrando que los sonidos retumbaran en sus propios oídos de los nervios y su cabeza parecía dar vueltas mientras la presión en sus bolas era horriblemente dolorosa y el calor en su vientre no tenía ganas de desaparecer.

Su cuerpo quería más de eso, mucho más.

—Hazlo otra vez —susurraba, sus ojos aún estaban cerrados y sus manos iban a los hombros de Jin, empuñando la tela del suéter ajeno. Tomando coraje otra vez repetía—, hazlo otra vez. Empuja de nuevo as- ¡Ah, joder!

SeokJin volvía a verlo fijamente. TaeHyung era tan erótico que su vista se nublaba por las sensaciones placenteras de empujar contra el cuerpo de éste otro, quién lo tenía aún apretado entre sus piernas y lo veía arquear su cintura mientras dejaba caer su cabeza hacia atrás. TaeHyung parecía echo un lío por casi nada que habían hecho.

—Otra vez... —rogaba agitado.

—Tae...

—Otra vez, otra vez... —pedía, abriendo sus ojos—, por favor.

SeokJin veía las orbes oscuras de su amigo y los notaba más negros que de costumbre, con sus pupilas dilatadas. Un límite había sido roto y aquello no tenía nada que ver con sus juegos, aquello tenía una jodida connotación sexual que lo hacía sentirse mareado y volvía a empujar, pero se escondía en el cuello del azabache, quién le rodeaba con brazos decididos y fuertes.

SeokJin volvía a empujar y esta vez no se detenía. Comenzaba a dar embestidas rudas, una tras otra para aliviar el dolor que tenían entre las piernas.

—Jin... Oh, mierda —TaeHyung, al parecer, era ruidoso.

Y Seokjin se encontraba amando la forma en la que esa voz grave de la que su amigo era dueño, se quebraba y gemía con dulzura justo en su oído. Cerraba sus ojos y seguía, jadeando él mismo por la fuerza que requería moverse entre las piernas largas de TaeHyung, quién más encima, no aflojaba el agarre de estas a causa de la necesidad.

Estaba comenzando a odiar tener tanta ropa, quería quitarle a TaeHyung la suya. Lo quería desnudo en su cama, piel con piel y que lo aprisionara como lo estaba haciendo con sus piernas, desesperado por más fricción. Sentía las manos curiosas y torpes de TaeHyung presionar su espalda y apretarlo mientras seguía gimiendo cada que la fricción de sus miembros sucedía con más impetu.

Él estaba literalmente haciendo gemir a su mejor amigo y saciando un poco de sus ganas en esta extraña y bizarra forma de apagar el deseo que desbordaba en ambos, pero que no habían podido expresarlo con palabras, pero si de esta forma. SeokJin estaba sudado y TaeHyung igual, mucha ropa mucho calor y de repente se preguntaba cómo se sentiría la piel sudada de TaeHyung rozando y restregándose con la suya propia.

—Ah, mm~... —TaeHyung gemía tembloroso y estaba sobre la cama recibiendo cada embestida mientras su boca se abría y formaba una O perfecta que, SeokJin lograba ver porque estaba seguro que aquellos jadeos temblorosos eran una clara señal de que TaeHyung se correría pronto.

—Me gustas. Mierda~... —susurraba SeokJin para correrse segundos después, sorprendiendo a su amigo y a él mismo por no haber mantenido su boca cerrada, pero TaeHyung, aún con la sorpresa y el placer nublando su juicio, se corría en sus pantalones con un gemido ronco que abandonaba sus labios y atraía a SeokJin contra él en un fuerte abrazo.

Los fuertes espasmos lo hacían temblar y sentía sus piernas débiles, aflojando alrededor de la cadera de SeokJin y sintiéndose muchísimo mejor que cuando se masturbaba solo. Aquella sensación de sentir el calor ajeno de alguien más mientras su cuerpo seguía bailando bajo los efectos de su orgasmo, era cálido y abrumador. SeokJin era toda una experiencia explosiva y él también sabía que habían cruzado todos los límites con algo tan simple como frotarse hasta correrse y gemir como desesperados por las sensaciones en el proceso.

SeokJin se dejaba caer encima de TaeHyung quien, finalmente lo soltaba y pasaba saliva, su rostro estaba escondido en el cuello de TaeHyung y cuando miraba la zona notaba el sudor en la piel dorada de su amigo y él quería lamer, quería pasar su lengua por la zona para sentir el sabor de su piel, pero el momento de locura ya había pasado.

Y ahora se mantenían bajo un silencio cargado de muchas preguntas en la punta de la lengua ajena.

— ¿Lo dijiste en serio? —preguntaba TaeHyung de repente.

SeokJin fruncía su ceño y tomaba el coraje de levantar la cabeza para mirar a a su amigo luego de haberse corrido en sus pantalones por pretender estar follándoselo.

— ¿Qué cosa! —provocaba. Sabiendo muy bien a qué se refería TaeHyung, pero quería verificar si siquiera este tenía el coraje de saber la magnitud de su pregunta.

TaeHyung suspiraba, apartaba la mirada y se notaba su cuello enrojecido junto con sus mejillas y la punta de sus orejas. Tragaba duro y tomaba el coraje de volver a mirarlo.

—Dijiste que yo te gusto —murmuraba seguro—. ¿Lo dijiste en serio o fue por toda la situación bizarra que acaba de suceder?

Los ojos curiosos, dulces y asustadizos de TaeHyung eran algo que derretían a SeokJin con tanta facilidad que se preguntaba que asustaría menos a TaeHyung. Si decir que si o que no. Relamiendo sus labios suspiraba y salía de encima de este para recortarse sobre su espalda y cubrir su rostro.

—No sé que quieres oír —mencionaba con honestidad.

—Dime si era cierto o solo lo dijiste porque estabas caliente —presionaba el azabache.

SeokJin tenía todo su antebrazo sobre su frente, cubriendo su rostro. Sus ojos estaban cerrados y TaeHyung se movía finalmente para verlo. Cuando lo hacía se sentía tan frágil luego del orgasmo por una simple fricción salvaje y constante. No podía ni imaginar cómo se sentiría si SeokJin llegará a tomarlo de verdad y es que luego de aquel episodio, TaeHyung tenía su cabeza a mil por horas.

—Jin... —insisitía el azabache—. Sólo dime la ver-...

—Me gustas —soltaba finalmente sin verlo. La lluvia afuera parecía caer cada vez más fuerte, pero la luz que se había ido antes que ellos se perdieran en su propio mundo, volvía.

TaeHyung sonreía, SeokJin no podía verlo, pero luego de algo tan crudo y con muchas ganas de seguir experimentando un poquito más, TaeHyung se acomodaba al lado de SeokJin, tomaba el brazo de este y se recostaba sobre su hombro, cruzando un brazo por encima del abdomen del castaño, quién sorprendido quitaba el suyo propio de encima de su rostro y miraba el cuerpo de TaeHyung acurrucado a su lado.

—También me gustas —exclamaba en un murmullo amortiguado por el pecho de SeokJin, sorprendiendole repetía—: Hace varios meses y me asusta mucho.

El pulso de SeokJin volvía a acelerarse, pero con una sensación cálida en su pecho. Probablemente se debia a que TaeHyung estaba acurrucado contra su cuerpo y porque después de haberse callado tanto tiempo, su mejor amigo correspondía a sus sentimientos. Asustado, pero correspondía y eso para SeokJin era suficiente.

Y así había sido la primera vez que TaeHyung y Seokjin se habían dicho que se gustaban.

Luego del acto bizarro no habían hecho nada más, ni siguiera se habían besado a pesar de que se mirarán con ganas, SeokJin no tomaría nada que TaeHyung no estuviera seguro de querer darle. Él no iba a presionarlo, no iba a llevarlo a su punto límite. Él quería a TaeHyung y si este se lo permitía, SeokJin fantaseaba con algo a largo plazo y el único rostro que divisaba en su futuro era el de TaeHyung, ahora más que nunca.

Había sido así por mucho tiempo, hasta que habían terminado en el punto actual donde la última persona a la que SeokJin quería en su futuro de forma romántica era a TaeHyung. Los sentimientos, lamentablemente ahora, no estaban en sincronía y no había forma en el mundo de convencer a SeokJin de volver a sentir todas las sensaciones viejas y fantásticas que TaeHyung le provocaba de adolescente, ahora todo eso estaba enterrado en el baúl los recuerdos y ahí debía de mantenerse por el bien de todos.

Especialmente por el bien de su propio corazón.

Ay, parte 1/2, tenganme paciencia para la segunda por fiS UwU
Si ven errores avisen con dulzura y alguna día, corregiré.

Con amor niñita Nany 💜

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