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Park BoGum volvía cansado a casa luego de un arduo día de trabajo y si a eso la agregábamos la visita de su madre en su oficina, su cansancio lo superaba. Él solo quería dormir y olvidarse de todo.

Al llegar a su departamento se encontró con una estancia vacía, había comida preparada en la cocina, pero ni una señal de vida al rededor.

Comió en silencio esperando detectar algún sonido de la planta alta, pero nada llegó a su oído, después de terminar su cena y levantar sus trastos, preparó un pequeño refrigerio para su esposo. Una hora había pasado y no había ni una señal de su peli rojo favorito.

Mientras llegaba a la planta alta, el aroma a pintura le hizo dar cuenta que su esposo se encontraba enclaustrado en su inspiración, en sí mismo.

Como cuando lo conoció y se enamoró de él.

Abrió la puerta del gran estudio de TaeHyung para encontrarlo sentado frente a su vieja y enorme máquina de escribir. Vio una pintura nueva secándose a la luz de una lámpara, una pintura en tonos de grises de una pareja en sombras, siluetas irreconocibles al ojo ajeno tomadas de la mano mostrando su desnudez con orgullo y gloria, gritando sin palabras la libertad y destilando en su postura tanta sensualidad como nunca había visto, la luna reflejada en el agua de un río señalaba un nuevo camino a su parecer, un amor puro y sexual que superaba con creces la belleza de la luna.

Era una imagen simple, era una pintura hecha en un arranque de inspiración, lo sabía por aquellos trazos a lápiz que aún podían distinguirse, pero que contaban una historia, una profunda historia que TaeHyung plasmaba escrita ahora.

Reconocía una de las siluetas, el cuerpo de TaeHyung se plasmaba tan orgulloso y descarado en el lienzo, sin embargo la otra silueta era desconocida para BoGum. Siempre lograba reconocer cuando su esposo ocupaba sus siluetas para alguna de sus pinturas, podía ver cuando eran sus manos, sus ojos o cualquier otra parte de su anatomía para plasmar su inspiración y ahora ignoraba quien era quien estaba en aquella pintura. Le intrigaba saber sobre quien era aquella historia al punto de ser un tanto incómodo.

El sonido de las teclas presionadas con seguridad por aquellos dedos, el impacto contra el papel sellando cada palabra le contaban la pasión de aquella historia improvisada que su esposo estaba creando.

Se mantuvo en silencio mirando al dueño de su vida, luego de seis años de matrimonio aún no se cansaba de verlo ser tan libre, tan seguro de si mismo. Recuerda claramente la pasión de aquel hombre, su cuerpo, su voz, su mirada, todo él reflejaba la sensualidad, el deseo y la pasión. Ahora con treinta años recién cumplidos, sabía que TaeHyung era más feliz que cualquier persona en el mundo, incluso él con dos años menos, más de una vez había sentido que el mundo lo consumía.

Con veintiocho años anhelaba algo más, algo diferente a lo que tenía y la idea le molestaba.

— Hola, cariño — TaeHyung saludo cuando noto que no estaba solo.

Al terminar aquel relato que había nacido de un sueño, fue que se sintió tranquilo. Como si su sueño pidiera ser plasmado, él, como todo artista, hizo caso a esa sensación, ese deseo y siguió el impulso de sus manos sobre cada instrumento.

— Te traje de cenar — BoGum dejó la bandeja con comida en el escritorio, corrió un poco las cosas para evitar ensuciar o arruinar cualquier cosa — ¿has probado bocado en el día? — cuestionó el peli negro mirando como su esposo tomaba la comida recibida con velocidad atragantándose mientras ingería los alimentos.

— Jugo y fruta por la mañana. Dalilah ha traído algo en la mañana...

— Ha traído varias cosas a lo largo del día — interrumpió mientras señalaba las comidas olvidadas en la mesa a lado de la puerta del estudio — debes alimentarte bien.

— Lo siento cariño, perdí la noción del tiempo — TaeHyung se disculpó sin dejar de comer, tres sándwiches le había preparado BoGum, los mismos que había devorado en tiempo récord dejando una taza de café para el final.

— Entiendo que tuvieras la necesidad de plasmar tu idea mientras estuviera fresca, pero no debes descuidarte — BoGum miro curiosamente la pintura que ya mostraba seca la imagen despertando aquellas emociones y logrando que aquellas siluetas cobrarán vida.

Seguían incomodando a BoGum.

— No podía dejarlo así — susurro TaeHyung desviando la mirada de aquella pintura incluso ignorando aquel relato escrito que había terminado hacia pocos minutos.

No sabía como explicarle a su esposo que todo aquello había nacido de un sueño que tuvo antes de despertarse, después de haber recibido aquel beso de despedida.

Normalmente siempre pintaba, escribía o tocaba pensando en su esposo. Sin embargo ahora no podía recordar el rostro de la persona que había encendido su cuerpo en sus sueños y fuera de ellos.

— ¿Puedo leer? — BoGum señaló la hoja donde había escrito minutos atrás. TaeHyung se mostró receloso ante la sugerencia.

— Cuando este en galería puedes leerlo junto al resto — respondió el artista.

Realmente aquel relato no era más que una introducción de su obra, solo una pequeña historia o explicación de lo que trataba de plasmar en aquel lienzo.

— Estoy cansado — comentó TaeHyung poniéndose de pie y dejando atrás aquel santuario donde sus deseos y pasiones cobraban vida.

— Igual yo. Deberíamos ducharnos antes de ir a la cama.

— Bien.

Ambos fueron al baño y se alistaron para la ducha, Tae amaba ver el cuerpo de BoGum mojado, le encendía y no podía controlarse.

Mientras el agua los mojaba, TaeHyung pasaba sus manos sobre el torso de su esposo, acariciaba y repartía pequeños besos por su cuello, mandíbula y pecho.

— Tae...

— Te deseo, Gumie.

— Amor... Estoy cansado...

— Relájate.

— Amor, hay cosas de las que debemos hablar.

— Podemos hablar por la mañana — TaeHyung comenzó a masajear la espalda de su esposo bajando lentamente a su trasero. BoGum lo conocía mejor que bien.

La pasión sexual que su esposo tenía era maravillosa, el deseo que siempre manifestaba por estar con él en la cama era incluso abrumadora. TaeHyung era insaciable.

Y eso le gustaba a BoGum... cuando no estaba cansado.

BoGum comprendía que no todos eran iguales, comprendía que su esposo era alguien demasiado hambriento sexualmente hablando y había ocasiones en que apenas él podía seguir su ritmo. Y justo en ese momento sabía que no podría cumplir al cien con su pareja por lo que debía desviar su atención.

— En verdad cariño, debemos hablar — TaeHyung bufo molesto separándose del cuerpo de su pareja. Él quería estar con Gumie, necesitaba realmente estar con su esposo.

Aún con el paso de los años, el deseo que sentía por su pareja era incontrolable. Lo necesitaba a cada momento.

— Bien, como quieras — término de ducharse y salió del baño sin esperar al menor. Le tomó poco tiempo secar su cuerpo y solo colocarse el bóxer para dormir.

Sentía su cuerpo arder, siempre el deseo se manifestaba después de un día productivo en su estudio. Necesitaba liberar aquel calor de su interior, le encantaba cuando BoGum era receptivo con él, cuando entraba a su papel de hombre insaciable como él mismo lo era y, aunque comprendía que BoGum vivía bajo mucha presión y estrés al tomar cargo de los hoteles y restaurantes de la familia, deseaba que estuvieran juntos como lo hacían en su juventud.

Recuerda que habían pasado un par de años desde la última vez que había dado rienda suelta a su placer y habían saciado su deseo de la forma más primitiva y bruta que ambos poseían y disfrutaban.

— No te molestes cariño, esto es realmente importante — BoGum se metió a la cama con su pareja y lo abrazo de la cintura, recargando su cabeza en el pecho del mayor mientras acariciaba los brazos que envolvían su cuerpo con renuencia.

Amaba a su esposo, lo deseaba más de lo que este imaginaba pero su cuerpo no podía con tanto. Entre el gimnasio, la oficina, las reuniones y el resto de supervisiones, el estrés que le generaba lo tenía frito.

Realmente necesitaba descansar.

Aún cuando deseaba estar con TaeHyung.

El también se castigaba al no permitirle a su mayor compartir su deseo, pero la verdad sea dicha, el quería hacer el amor con su esposo lenta, tranquila y tiernamente, pero TaeHyung era demasiado apasionado y sabía que su forma de hacer el amor era demasiado exigente, demasiado intensa.

Algo que terminaría imposibilitándolo para continuar con sus responsabilidades diarias.

— Te escucho — TaeHyung hablo con frialdad. Odiaba que las cosas cambiarán luego de una discusión.

Sabía que no era culpa de BoGum, obviamente tampoco creía que fuera culpa suya. Era culpa de sus familias, quienes habían frustrado los planes del mayor hacia varios años atrás, incluso antes de casarse.

— Debemos preparar lo de las galerías ya que los aniversarios están cerca. También debemos ver lo de la remodelación de algunos hoteles y la incorporación de la cadena Kim de restaurantes a la cadena hotelera. Hay inauguraciones que planear, eventos para aportar a algunas instituciones benéficas, subastas...

— Si trajiste toda la información, puedo revisarla mañana. Debo enviarla con Jin después — el silencio que siguió después de que TaeHyung cortará abrupta mente las palabras del menor solo le hizo saber que aún había más por saber — continúa.

— Mamá fue a verme antes de salir de la oficina.

No hubo necesidad de decir más. TaeHyung intuía el tipo de conversación que sostuvieron los Park, la tensión en su cuerpo lo decía todo.

Ambos, TaeHyung y BoGum, sabían que la señora Park era la que menos apreciaba el matrimonio de los jóvenes y el estilo de vida en general del artista.

Sabían de sobra que ella era la primera en apoyar un divorcio, si fuera el caso.

Así como sabían que ella pegaría un grito en el cielo si eso llegará a suceder.

— Buenas noches — TaeHyung soltó el cuerpo que tenía abrazado y se giro bruscamente. No le gustaba hablar de su suegra.

— Tae, escúchame. Mamá fue a hablarme de ti...

— Imagino lo que fue a decir así que mejor ahorra tus palabras.

— Pero TaeHyung, ella solo dice las cosas por el bien de nosotros, trata de protegernos.

— No veo como de bien podría hacernos sus consejos, tampoco veo como podría protegernos el que quiera someterme. Incluso no veo de que esta protegiéndonos.

— Tienes que entenderla. Esta preocupada por nosotros. Somos figuras públicas y cada cosa que hacemos es vista por una lupa y juzgada sin piedad.

— Me tiene sin cuidado lo que el resto opine de mi, BoGum.

— Pero puedo desprestigiar los hoteles, las galerías y los restaurantes...

— Vamos al grano BoGum. Soy un artista y lo que menos me importa o preocupa es lo que los demás opinen de mi. Voy mas allá de los estúpidos estereotipos que rigen a la sociedad y así soy feliz — TaeHyung elevo la voz molesto. Sabia el rumbo de aquella conversación y no le gustaba nadita. No quería discutir con su pareja, pero tampoco pensaba ceder.

— Pero podrías intentar cambiarlo por mi. Al menos en publico — BoGum elevo la voz al igual que su esposo aunque aquella firmeza decayó cuando miro a los ojos del artista.

Un rayo de decepción y tristeza cubrió sus ojos dejando en claro que había sido herido.

— Así me conociste BoGum. Siempre supiste como vestía...

— No digo que dejes de hacerlo solo digo que podrías usar ropa... diferente en publico. No sé, podrías usar trajes o ropa de vestir.

TaeHyung salió de la cama con molestia llevándose en brazos una de las sábanas, la molestia era palpable.

— ¡No voy a cambiar! no es mi culpa que tu madre no acepte mi forma de vestir, mi forma de pensar o el color de mi cabello. No salí del closet al declararme homosexual como para meterme en otro solo porque tu madre no comprende que soy un artista y no daré la imagen que ella quiere.

Salió furioso de la habitación dejando a Min con la palabra en la boca.

Sabia que tenia razón pero su madre insistía tanto que había pensado en insistir él también con su marido pero el resultado no había sido el esperado... corrección, el resultado lo sabía de sobra, pero el quería engañarse diciéndose a si mismo que TaeHyung podría aceptar su idea.

Él admiraba tanto la personalidad de su esposo, aquella seguridad que tenía para mostrarse al mundo tan cual era, la vitalidad que su imagen reflejaba. Teniendo treinta años se mostraba tan lleno de vida a comparación de él mismo.

Aunque su madre señalaba aquellas características como actitudes infantiles e inmaduras, juzgaba el color de su cabello como una muestra de rebeldía, el tipo de su ropa como vago pues rara vez le veía usando algo que no fuera hecho de algodón y sus excéntricos colores como una forma de llamar la atención.

Su madre quería para él algo que TaeHyung no era, pasando por alto que era exactamente lo que BoGum deseaba.

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