Rebekah te mira con lujuria, esperando tu siguiente movimiento. Usas la velocidad vampírica y le empujas contra la cama.  Has usado tanta fuerza que has provocado que se dé un golpe en la cabeza por lo que ella te mira con seriedad.

— Lo siento... — le dices al segundo con culpabilidad.

Ella te sostiene la mirada con seriedad, pero enseguida se ríe y tira de ti. Tú caes sobre ella y acaricias su cuerpo sin prisas. Tienes ganas de ella, pero quieres disfrutar. Quieres conocer todos los recovecos de su cuerpo y piensas en que tienes toda la noche para darle placer. Tus manos ascienden lentamente por sus muslos. Tu mirada conecta un instante con la suya. Observas que sus pupilas están totalmente dilatadas, eso te excita y te anima a seguir con lo que estás haciendo.

Tus manos ascienden un poco más y llegas a su entrepierna. Sin previo aviso te agachas ante ella y la saboreas. Su sabor te embriaga y hace que te olvides de todo. Lo único que te importa ahora es complacerla. Tu lengua se mueve con maestría, arrancándole gemidos. A velocidad vampírica ella se sienta a horcajadas sobre ti y te besa ferozmente en los labios. Respondes mientras tus manos aprietan su trasero. De pronto se agarra al cabecero de la cama y se sienta sobre tu cara, abre las piernas y te dedica una mirada cargada de lujuria, tú no puedes evitar sonreír- es una diosa... no puedes evitar pensar.

No te lo piensas 2 veces, vuelves a saborearla, tu lengua la recorre de arriba abajo y usas también tus dedos para que explote de placer, notas como sus gemidos son cada vez más frecuentes, presientes que está cerca, como buena amante que eres, sigues con lo que estás haciendo, aferras tus manos a sus caderas y mueves la lengua en círculos.
— Dios Cleo... tu lengu... ahhh— gime Rebekah alcanzando el orgasmo.

Susurra tu nombre varias veces a modo de agradecimiento
—Rebekah... —susurras tú a modo de respuesta mientras vas soltando tu agarre y te fijas en que la has agarrado con tanta fuerza que tus manos se marcan sobre su piel.
— Dios Rebekah lo siento... he sido una bruta... — te disculpas al instante.

 Ella se ríe y se tumba a tu lado.
— Qué va... no me has hecho daño en absoluto. Es más, me ha encantado ver cómo sujetabas con firmeza mi cintura— te dice guiñando el ojo.

Sonríes de nuevo sin creerlo, te aproximas a ella y le robas un beso. Ella responde con gusto a tus besos mientras toma tu rostro entre sus manos. Cuando ya os quedáis sin aire, os separáis y decidís que ya es hora de dormir;

— Menuda noche... — no puedes evitar pensar mientras rodeas sus hombros con tu brazo y la aprietas contra ti.

Contra todo pronóstico... ¡ ¡aquí tenéis nuevo capítulo!! Espero que os haya gustado💕 y si queréis dejar algún comentario, yo encantada de leeros. 🥰
Muchísimas gracias a todos los que habéis leído esta historia, comentado, votado etc.🥰

*Pd: acabo de ver que ya la habéis leído casi 2000 personas , no me esperaba para nada que la acogierais tan bien 💜💜