Octubre 8, 2021.

¡Jay y JungWon estaban a horas de casarse!

SungHoon estaba hecho un lío cuando las flores aún no llegaban a el lugar de la ceremonia, las copas de vidrio estaban guardadas y los novios estaban ya preparándose.

— Cálmate, cariño. Hablé con el dueño de la florería y dijo que haya mucho tráfico, pero está tomando una ruta alterna para llegar más rápido — dijo HeeSeung palmeando la espalda de su amado intentando relajarlo.

Park se ofreció como organizador principal de aquella ceremonia dónde dos de sus mejores amigos contrarían matrimonio, ellos debían decirle lo que deseaban y el, cual hada madrina, se encargaría de conseguirlo.

Obviamente los gastos corrían por parte de los novios, pero no tenían el tiempo suficiente para organizar una fiesta, así que decidieron dejarle dinero a SungHoon y que él se encargara de todo.

— Está bien, yo... Sí, debo calmarme — murmuró abrazando a Lee por el cuello y recargando su mejilla en el hombro del mayor, cerró los ojos unos segundos y luego se separó —. ¿Crees que les guste la fiesta?

— Les encantará, de eso estoy seguro.

[...]

— ¡Quédate quieto, JungWon!

— ¡No me alces la voz, niño irrespetuoso!

— ¡Ya no somos niños, deja de exagerar y quédate quieto de una buena vez!

Jay no podría contar las veces que JungWon y Riki habían peleado en menos de treinta minutos. Pero, en la defensa de el japonés, JungWon no se quedaba quieto y él intentaba acomodar el traje y peinar su pelo.

— Dejen de gritarse, y tú, JungWon, quédate quieto para que Riki pueda ayudarte — murmuró JongSeong mientras se acomodaba la corbata frente al espejo.

Los tres estaban en la habitación mientras Jake y Sunoo iban en camino a el lugar de la ceremonia para ayudar a SungHoon y HeeSeung en lo que hiciera falta.

JungWon se relajó un poco ante la voz de Jay, esa que lograba bajarle la guardia.

— Está bien, Jay hyung...

— Isti biin, Jiy hying — imitó Riki con una voz irritante y burlona ante la actitud obediente que tomó Yang cuando el estadounidense le habló.

— ¡Nishimu-!

— ¡JungWon, por el amor de Dios, comportate! Pareces un niño pequeño, ambos parecen niños pequeños — llamó Jay ante la pelea de los menores.

[...]

Jake y Sunoo andaban en la camioneta que HeeSeung les prestó con la promesa de que no atropellarían a alguien o la chocarían contra un poste de luz.

— ¿Qué falta?

— Dijo SungHoon que un foco de la serie de luces que compraron para los arbustos se fundió, debemos ir por algunos y... Avisarle a HeeSeung que las flores ya están llegando para que relaje a SungHoon.

— Excelente, Sunoo — dijo Jake mientas veía hacia el frente ya que él era el piloto.

Sunoo incluso usaba una lista donde iba tachando sus pendientes.

Jake miró su reloj y sus ojos casi se salían de sus cuencas.

— Maldición, son las 07:35.

— Con razón ya va oscureciendo, ¡apresúrate!

El australiano se aseguró que él y Sunoo llevaran cinturón y pisó el acelerador.

[...]

Los invitados comenzaban a llegar. La fiesta sería en un pequeño jardín que rentaron para la ocasión especial, colgaron series de luces en los arbustos, árboles y coronas de flores (que afortunadamente llegaron a tiempo siendo gran parte del a decoración inicial) adornando todo de manera encantadora.

SungHoon iba de un lado a otro y cuando vio llegar a Jake acompañado de Sunoo de inmediato los llamó para que le ayudaran a acomodar los dichosos focos fundidos. Jake se encargó de eso en cuestión de segundos. Riki fue el encargado de llevar a JungWon al altar del brazo.

Los cinco amigos observaron a Jay y JungWon ser declarados marido y esposo para finalmente observarlos besarse y mirarse con aquellos ojos de amor, esas miradas cariñosas que se dedicaban desde que eran unos niños de jardín de niños y ahora, a sus 24 y 25 años volvían a dedicarse.

Todos sonreían a la vez que aplaudían y salía una que otra lágrima proveniente de los ojos llorosos del japonés recibiendo pequeñas risas burlonas de parte de Jake y Sunoo.

— P-Por supuesto que no estoy llorando, idiotas.

[...]

La fiesta post-ceremonia dio inicio. Los invitados que mayormente eran amigos y amigos de amigos de los novios, además de algunos familiares que acudieron bailaban al ritmo de la música alegre, JungWon y Jay siendo el centro de atención.

— Damas y caballeros — llamó el encargado de la música al micrófono —.... Creo que es momento de relajarnos un poco, ¿qué tal una canción lenta?

HeeSeung y SungHoon estaban charlando y dándose algunos besos felices, la ocasión lo ameritaba.

Lee tomó la mano de Park y lo levantó de la silla cubierta con una tela blanca.

— ¿Me concede esta pieza, joven Park? — dijo con un todo de caballerosidad que cautivó y divirtió al menor.

— No debería preguntarlo, señor Lee, yo estaría encantado.

Caminaron al centro de la pista, de fondo, se oía algún instrumental tranquilo y pacífico, de esos que animaban a las parejas a bailar. Las luces oscurecieron dando un ambiente más romántico.

Los pechos de ambos de unieron. Las manos de HeeSeung tomaron la fina cintura de SungHoon atrayéndolo hacia él, Park rodeó el cuello del mayor con sus brazos y recostó la cabeza en el hombro ajeno.

— Te amo — murmuró HeeSeung dejando un beso en la mejilla de SungHoon haciéndolo enrojecer inmediatamente —. Hiciste un gran trabajo, cariño. La fiesta está espectacular.

— Hicimos un gran trabajo — corrigió Park —. Tú y los chicos fueron de gran ayuda. Creo que... La están pasando bien.

Dirigieron la mirada a su izquierda donde se encontraban de igual manera JungWon y Jay. JongSeong le murmuraba cosas a Yang y este soltaba pequeñas risas para luego besarle dulcemente.

Casi podían recordarlos de niños pequeños peleando por quién era el mejor coloreando un dibujo para su profesora favorita y ahora estaban en aquella romántica situación, un giro drástico que cambio la vida de la pareja. SungHoon sonrió ante el recuerdo.

— Están muy felices, eres el mejor — mencionó Lee dejando otro beso en Park para luego unirlos aún más y bailar lentamente, enmedio de la oscuridad y a un ritmo lento.