El Aprendiz de Zeus Cap.11

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Tenías que verla, era hermosa, sus ojos eran rojos como mi cabello, su cabello era como ver un amanecer y era una… ¡Ángel! —le decía a Hefesto intentando sacarlo de su forja con mis palabras describiendo lo majestuoso que fue conocer a una ser celestial.

—Bien por ti, ya tienes una chica. Felicidades —me felicitó mientras martillaba la cabeza de un hacha.

—Es sólo mi amiga —se detuvo cuando iba a darle al hacha con su martillo. Se volteó y me miró con decepción.

—¿Eres estúpido? Perdiste a una Ángel. Eres un tonto.

—No tengo la culpa, ella me pidió ser su amigo y acepté —no había problema alguno y no iba decirle que fuera mi novia directamente.

—Ya no tienes chances, Tom, misión fallida —volvió a su forja.

—Tal vez no, no es tarde. Le conté a Afrodita sobre ella y no me dijo cosas como tú.

Volví al mundo real y visité a Jessie hasta la tarde, estuve todo el día aburrido y le dije a Zeus que me tomaría un descanso. Paseaba por las calles hasta que...

—¡Tom! —Jenissia me encontró. Sentí un poco de nostalgia y felicidad de verla otra vez.

—¡Hola! — saludé con emoción —¿Qué haces aquí?

—Pasaba por aquí y te vi, no es difícil encontrarte entre la gente por tu cabello.

(Tampoco imposible)

—Ya veo —llevaba puesto una ropa diferente, tenía pantalones de vestir negros, unas zapatillas blancas y un camisón blanco hasta debajo de su cintura, se veía bien —¿Qué piensas hacer? —no soy bueno para entablar una conversación pero soy excelente improvisando.

—Hacer algo ahora que estás aquí, conmigo —mis mejillas ardieron al escuchar eso.

—¿A-Ah, sí? ¿Cómo qué?

—Acompáñame —tomó mi mano y me arrastró, recordé a Afrodita cuando hacía eso. Me llevó a un callejón y se fijó que nadie nos viera y abrió un portal en la pared.

—¿Qué piensas…?

—¿Eres de Grecia? —preguntó y yo asentí —Entonces serás un griego en Londres.

—¡¿Londres?! —¿acaso dijo Londres?

(¡¿Yo, en el Reino Unido?!)

Jenissia me arrastró con ella dentro y repentinamente aparecimos en otro callejón pero era distinto que el de donde estaba. Las calles eran de asfalto y con aceras, edificios y casas alrededor y autos, incluyendo personas vestidas formalmente y con clase. Hacía un poco de frío y había un agradable ambiente y entorno.

—¿E-Esto es…?

—Londres, mi hogar —Jenissia ahora es una chica de mi edad cómoda y sin pena, ayer simplemente era una chica tímida.

—¡¿Eres inglesa?! —le pregunté bobo viendo los alrededores de Londres, al menos estoy bien vestido para la ocasión.

—Sí, te traje conmigo para que vieras y exploraras, aunque también para pasar un rato.

—No debiste molestarte en traerme —pudimos hacerlo en Grecia. Estamos muy lejos de Atenas, muy pero muy lejos.

—Yo quise traerte a mi hogar —dijo con nervios —, pero si te molesta…

—¡No, no! No me molesta, todo está bien, sólo que no me esperaba venir y ver tu ciudad natal, tu gran ciudad natal —es asombroso ver Londres, nunca pasó por mi mente venir aquí.

Jenissia sonrío.

—Entiendo. Ven —me pidió que la siguiera y lo hice, me explicaba y contaba muchas cosas de la ciudad, era hermosa y admirable.

Jenissia me llevó hasta su hogar, era una residencia en un edificio. Su hogar tenía las paredes pintadas de amarillo y tenía muchas cosas, era perfecto.

—Toma asiento, te serviré té —tomé asiento en una silla del comedor, seguía bobo por Londres y el hogar de Jenissia, nunca me imaginé tener una amiga como ella y que un día después me haya invitado a su propio establecimiento.

Jenissia llegó con dos tazas de té y las puso en la mesa.

—Disfrútalo.

Le dí un sorbo a su té, estaba bueno y delicioso. Perfecto.

—Está delicioso, parece que eres buena haciendo estas cosas —ella me regaló una sonrisa, algo que noté es que parece vivir sola —Perdón por preguntar, ¿vives con tus padres? —pregunté y en ese instante la cara de ella cambió, cambió a una triste y melancólica.

(Lo arruinaste)

—Oh, no, lo siento, no sabía...

—N-No importa, creo que era de esperarse que algún día preguntaras por casualidad. Yo soy huérfana, crecí aquí en Inglaterra y años después descubrí que era una Ángel.

Ya veo, ella es igual que yo, crecí sin mis padres y sin saber mi origen, sólo sé mi nombre.

—Pero sé que mis padres eran unos Ángeles —afirmó.

—Tenemos algo en común —comenté terminando mi taza de té.

—¿Qué?

—Escucha, Jeni, si me dejas llamarte así, mi historia es curiosa por mis cualidades: mi cabello y mis ojos. Dos chicos me encontraron en un callejón de Grecia en una cesta con algo escrito: mi nombre, "Tom McFly". Mis padres debieron ser McFly y debieron tener mis mismos ojos y cabello; crecí sin ellos, sin enseñanza, sin nada, solo con mi nombre y con los dos chicos que me encontraron. Yo era un ladrón, robaba para sobrevivir y tratar de beneficiarme, pero todo eso cambió, mis hermanos dejaron de robar y sus vidas cambiaron.

Jeni me escuchaba atentamente.

—¿Cómo te volviste parte del Olimpo?

Yo reí con nervios y vergüenza antes de seguir.

—Bueno… Un día escapaba de guardias por haber robado algo y sin esperarlo entré al Olimpo a través de un templo pequeño que accidentalmente dejaron, exploré el palacio principal y encontré un rayo de Zeus, tomé el rayo y al otro día desperté con poderes, un cambio inesperado.

—Un ladrón que quería robarse un rayo...

(Bien, cambiemos de tema)

—¿Y tú qué haces en el Cielo?

—Soy mensajera. Existe la Orden de las Valquírias, son Ángeles de combate, estuve un tiempo y sé luchar un poco.

—Qué bien, yo solo tuve una semana de entrenamiento y ya sé usar mis rayos perfectamente.

Ella rió un poco pero luego dejó de reírse.

—Lo siento —se lamentó raramente.

—¿Por qué?

—Por lo de tus padres...

—No, eso ya no importa, aunque siempre quise saber mi origen pero sé que nadie sabe eso. No tienes que disculparte por nada.

***

—Te juro que si tuviera la oportunidad, me viniera a vivir para acá —Jenissia y yo estábamos sentados en una banca de un parque charlando alegremente.

—Tal vez pase en un futuro no muy lejano —realiza un comentario mirando lejos.

—Creo que ya tengo lo necesario y aprendí lo suficiente de mis poderes, no es por estar aburrido ni nada pero no quiero seguir, quiero crear mi propia vida y no seguir durmiendo en el Olimpo y parecer protegido por dioses —Jenissia me pegó un puñetazo en el brazo izquierdo —¡Au! ¿Por qué hiciste eso?

—Retira lo dicho, debes seguir entrenando con Zeus y seguir haciéndote fuerte. Deberías agradecer que estás con ellos y que se fijan en ti.

—¿Y a qué llegaré con eso? ¿Qué obtendré a cambio? Sólo seguiré siendo un estorbo en el Olimpo pero ahora con poderes iguales al dios principal.

—Eres muy negativo, te saldrán arrugas.

—Ya no creo esos mitos.

—Es mejor que lo creas —aparece una voz detrás de nosotros, era la voz de Hades.

Volteé a verlo y era él, vestido totalmente de negro que, cuando lo vi, salté del susto.

—¿Cómo llegaste aquí sin que te detectara o viera? —me asusto.

—¿Recuerdas que te hablé de aquel Casco de Invisibilidad que usé cuando íbamos a luchar contra los Titanes? Lo usé.

—A veces pienso que me sigues —le mascullo respirando fuerte, Jeni solo estaba confundida.

—Me sorprende que estés en una ciudad interesante como ésta...

—Ve al punto —sé que quiere algo de mí.

—Deberías venir conmigo a la costa de… Tú sabes qué.

(Sirenas)

—¿En serio? —empecé a emocionarme pero luego recordé que estaba con Jenissia.

—Claro —giró su cabeza para verla —, y tu amiga Ángel puede venir.

Jenissia se sorprendió al ver que Hades adivinó lo que era.

—Espere… ¿Cómo sabe que soy una…?

—Es fácil cuando tienes tu energía desprevenida y revelada —respondió.

—Jenissia, él es Hades. Hades, ella es Jenissia.

—Un gusto, niña.

Hades nos llevó amablemente a la costa de aquella vez pero ahora con Jenissia, ambos no estábamos preparados para la ocasión pero no le hacíamos caso.

—Los traje para que se divirtieran, yo estaré bien, y cuidado con lo que hay, o no.

Como no teníamos nada, Jenissia y yo nos quitamos los zapatos y nos subimos los pantalones hasta las rodillas.

(Incluso sus pies eran lindos)

Entramos a la orilla mojando nuestros pies, pero teníamos suerte ya que ésta costa no tenía tantas olas, sólo unas pequeñas e inofensivas que te derribaban al agua.

—Aún no puedo creer que seas amigo de Hades —Jeni estaba muy sorprendida por Hades.

—Sí, pensé que no sería de confianza pero parece todo lo contrario, por ahora. Déjame decirte que hay Sirenas en el agua.

Jenissia se puso pálida.

—¿Sirenas?

—Sí, quizás me estén viendo y tal vez me reconozcan, vine una vez antes y me amaron, tal vez lo hagan contigo.

—Ese es el problema —dijo temblando de escalofríos. En realidad no entraremos, no queremos empaparnos.

Hades se molestó en traernos, raramente apareció en Inglaterra, muy raro a mi parecer. Ahora hablaba con Jenissia acerca de las Sirenas, le daba vergüenza hablar de ellas.

—Hades dijo que se pueden enamorar de una mujer…

—¡Basta, Tom! —reí, molestaba a Jeni con eso, incluso le lanzaba agua con mis pies y si no se enojaba se reía.

Saber ahora era amigo de un ser celestial era algo imposible de creer, mi vida dio muchos cambios inimaginables cuando entré al Olimpo y tomé los poderes de Zeus. Jenissia era muy linda, cada vez que se reía mostraba su sonrisa y felicidad, así debía ser un Ángel en general, sentía una conexión con ella, una amistad reforzada en poco tiempo.

Avanzamos un poco más dejando el agua llegar a nuestros tobillos y después un poco más hasta las pantorrillas, ella lo disfrutaba, y era lo más importante, mi opinión daba igual, solo la quería ver a ella. Un tiempo después salimos, no nos adentramos para ver Sirenas pero esto era suficiente.

—¿Tan rápido ya salieron? —Hades estaba sentado fumando un tabaco.

—Sí, fue... Divertido —no me doy cuenta que parezco un completo estúpido mirando a Jenissia desprevenida, ella miraba el mar y yo contemplaba su belleza.

Hades nos dejó en la residencia de Jenissia. Ella me explicó cosas del Cielo y yo del Olimpo, cosas muy sorprendentes.

—Tal vez te lleve un día al Cielo.

—¿Se puede? Eso sería grandioso, además de conocer al rey —ya me imaginaba llegar allá al Cielo, a ese lugar de ensueño, todo.

—Sí, grandioso —se estaba haciendo tarde y debía irme, es malo hacerlo pero supongo que necesita estar sola y tener su privacidad, ¿no?

Me levanté de la silla y me acomodé la camisa que llevaba puesta.

—Se hace tarde, debo irme.

Ella también lo hizo.

—¿A dónde? —en su lindo semblante se forma una mirada preocupada.

—Al Olimpo —respondo como si fuera obvio y nada novedoso.

—¿Ese lugar es tu hogar?

Esa pregunta asesinó mi mente y me dejó callado y pensando unos cortos segundos.

(Nada es mi hogar)

—No. No tengo hogar propio, Jeni, pero es donde me mantengo, apenas. De ahí viene la idea de dejar ese lugar y dejar de ser un estorbo, nunca tuve un puesto en ese lugar, solo soy... un privilegiado el cual ellos no saben qué hacer. Lo siento, fue bueno pasar todo el día contigo y pude saber más de ti.

Jenissia en ese momento se acercó y me abrazó, sentí una gran calidez y comodidad con su agarre y su contacto, era muy agradable, por unos momentos no quise soltarla; su cabello huele muy bien y es algo especial sentir un abrazo recibiendo un distinto y particular afecto femenino.

—No te vayas, por favor, quédate conmigo esta noche.

Sentí algo que nunca había sentido, la sensación de escuchar por primera  vez esas palabras, es… Indescriptible.

—No quiero estorbar aquí tampoco.

—Tom, no eres un estorbo, ni para Zeus. No te vayas, quiero seguir hablando un rato más y conocer a… mi mejor amigo —su voz era más suave que antes y me hipnotizaba fuertemente —. Tienes un hogar aquí, puedes venir cuando quieras y quedarte cuando gustes.

Me sentí cómodo y aceptado, para agradecerle le devolví el abrazo pero reí un poco.

—Tan solo llevamos un día y ya soy tu mejor amigo —es muy repentino, además de diferente a lo acostumbrado y especial.

—Sí, creo que soy muy directa con las cosas.

(Si ella lo dice...)

—Parece que dormiré en el sofá —ya era de esperarse, y es típico cuando vas de visita y te quedas.

—No, tú dormirás conmigo.

(Ay...)

-----------------------------------------------------------

Pero miren a nuestro Tom, ya anda de matón con Jeni Jeni ;).

¡Incluso lo invitó a quedarse y a dormir con ella en el segundo día!

Qué envidia, de verdad.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro