El Aprendiz de Zeus Cap.47

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Deseaba ir al Olimpo y saber lo que pasó, pero siempre me desanimaba y me quedaba con Jenissia, aún seguía llorando la muerte de Hurtson. Jenissia estaba ahí, apoyándome, ayudándome, consolándome. Recapacitaba entre lágrimas mientras recibía los abrazos de ella y recordaba todo, cumpliré mi promesa y haré todo lo posible para sacar de curso su predicción, se lo prometo.

Aquella escena nunca me abandonó y creo que tampoco lo hará, será un trauma, una pesadilla, tal vez una culpa que me acompañe o aparezca en algunos sueños, sentimientos o momentos, momentos como estos.

—Pude llegar antes... —ambos estábamos sentados en el borde derecho de la cama, uno al lado del otro.

—¿Tú crees que él hubiera soportado más y también haber sobrevivido? —preguntó sonando poco creíble de eso, pero yo sí.

—Sí, si llegaba antes tal vez seguiría vivo, pero el destino no lo quiso así, la muerte se lo llevó de la peor manera. Su muerte sin duda fue una derrota para mí.

—Lo siento mucho.

Jamás lloré así por alguien, jamás, ni siquiera por mis hermanos, pero mi lazo con Hurtson era irrompible, me sentía como un aprendiz para él, así lo pensaba al igual que con Zeus.

—No tendré piedad contra él. No sentiré nada cuando lo vea morir, sólo sentiré venganza y... Otra cosa que no sé cómo describirla.

¿Felicidad? ¿Alivio? ¿Paz? ¿Justicia? No lo sé, no hay una palabra que junte todo eso.

(Le haremos pagar)

—No te dejes llevar por tu ira —su voz hace que la vea, como lo hice ayer, con un gran sentimiento en mi corazón —, de seguro Hurtson no hubiera querido que te hicieras sufrir a ti mismo por tu enojo. El odio no es la clave para ganar y para hacer justicia. Podrás derrotarlo, creo en ti, pero no saques a aquel Tom que quiere ver destruido y hecho pedazos a alguien, ese Tom podría destruir todo a su paso con el fin de lograr una muerte; por eso digo que todo lo que tiene que ver con el odio, la venganza, y la maleza lleva a la gente al fondo de la oscuridad. No caigas en ello y derrota a Darkius como se debe.

Era un increíble consejo. Y tiene razón, no es bueno, no soy como Darkius con su odio a las Subespecies, soy yo mismo y debo seguir siéndolo. Evitaré más desastres por él.

Le regalé una sonrisa de agradecimiento por sus palabras.

—Gracias, ¿pero cómo podré hacerlo? He intentado de todo y ni siquiera Zeus tiene algo en mente, los dioses le temen.

—Estoy segura de que debe haber una forma para hacerlo, sólo que aún no sale por sí misma, debes tener paciencia.

—De verdad que eres una verdadera Ángel —comenté riendo un poco a través de una sonrisa.

—Soy tu Ángel de la Guarda, tu Ángel personal.

—Claro que lo eres, y yo soy tu Humano con rayos de la Guarda —bromeé y ella rió. Sin duda todo me encantaba de ella, su cabello castaño rojizo, sus ojos, su sonrisa, su dulce y aliviadora voz. Hubiera sido un honor y placer haber conocido a sus padres, y yo a los míos —. Me sorprende que te hubieran permitido tener tres semanas libres.

—Tengo desde los diecisiete trabajando ahí, he ayudado en muchas cosas y soy como la empleada más importante de ahí, nunca he faltado al trabajo y de seguro debieron pensar muchas razones para que yo pidiera algo como eso.

—Sólo por curiosidad, me gustaría saber cómo has vivido para llegar hasta aquí, de seguro tu historia es más diferente e interesante que la mía.

—Claro que sí. Ambos tenemos cosas en común y sabemos cuáles son, tal vez el destino nos unió por eso. Nací aquí, pero crecí en el Cielo bajo el cuidado del rey, Sebastián, le encantaban los niños y él no podía dejarme aquí sola. Aprendí todo lo necesario, cumplí labores y muchas otras cosas, luego vine a mi ciudad natal y me hice una más en esta ciudad, trabajando duro para llegar hasta aquí y al final quedarme contigo —su historia sí que era diferente, pero eso último lo dijo con un fuerte rubor en sus mejillas.

—Vaya, yo sólo crecí como un ladrón junto a dos chicos —ella se rió a carcajadas por eso, la verdad no me importaba si lo hacía por burla o por la manera en que lo dije.

—Los cambios en nuestras vidas nos unieron a ambos, de seguro seguirías robando cosas para ti y para Jessie y Mort.

—Quizás no. No lo sé. La culpa la tuvo Apolo por dejar un pequeño templo de lujo fuera del Olimpo.

(¿Casualidad?)

Tal vez.

—¿Te imaginas cómo hubieran sido nuestros padres? —preguntó repentinamente mirando el suelo intentando mantener una sonrisa.

(Muchas veces)

—Sí, al menos tu madre o tu padre debieron tener tus ojos, una herencia, uno de los míos debió cargar mi color de cabello y mis ojos. Es difícil imaginárselos sin tener siquiera una foto para verlos, es como intentar crear un amigo imaginario, es fácil, pero se trata de los que nos dieron vida.

—Te estás tomando esto muy en serio, ¿eh? —susurró en mi oído sacándome de mis pensamientos y provocando que se me pusiera la piel de gallina por un momento.

—Son cosas y temas importantes, ¿no?

—Claro que sí —ella se levantó y fue a su cuarto pero antes me miró con una sonrisa coqueta en sus labios, eso hizo que me exaltara por dentro fuertemente.

(¿Sería malo desear acostarme con ella?)

Creo que sí, sería un pecado.

Un pecado que valdría la pena cargar.

(¿Quitarle la virginidad a un Ángel?)

—Tom —mientras pensaba cosas sucias ella me llamó.

—¿Sí?

—¿Puedes venir aquí, por favor?

(El deber llama)

Saben que es difícil negarse cuando al final dice las palabras mágicas. Es un enganche del que no se puede liberar.

Me levanté del sofá y fui directamente al cuarto sin protestar por nada y sin preguntar para qué. Cuando entré, ella estaba a un lado de la puerta y después de pasar la cerró.

—Siéntate —ordenó y confundido me senté en el borde delantero de la cama, tenía una hermosa vista desde aquí de ella, llevaba una de mis camisas puestas, una de color morado con una frase en inglés que decía "Amor es Vida" y un short corto dejando ver sus muslos pálidos y deseables.

Ella se dio cuenta de que la miraba y yo rápidamente quité mi vista, no le gustaba cuando la veía y dejaba rastros en mi expresión cuando pensaba cosas sucias de ella.

Miré la puerta del baño pero escuché cómo ella daba pasos a mí y en un momento se sentó en mí de frente y pasó sus brazos por mis hombros. No pude evitarlo así que la miré, tenía una sonrisa que de seguro mataba a cualquier hombre que la viera, pero ésta tenía un toque diferente, un toque coqueta y atrevido.

—¿Je-Jenissia? —ella sabía que haría lo posible para hacer un sermón, sin embargo lo evitó creando un beso entre los dos. Tengo esa desventaja de que me quedo paralizado en estas situaciones, no le seguí el beso, estaba confundido y no entendía la razón, pero en sus labios y sus movimientos se nota la excitación que tiene, y yo estoy en eso.

—Te quiero, te amo, te deseo —susurró una vez cuando se separó un poco.

—¿Qué haces?

—Tendrás el honor de recibir y disfrutar el cariño y placer de un Ángel. Tómalo y disfrútalo, siéntete bendecido —zanjó como si fuera una reina, dominando con palabras y acciones.

(Oh, sí)

—Entiendo. Sólo lo haré si tú estás de acuerdo y consciente de esto —tenía que asegurar y prevenir de que ella en realidad quería besarme, yo era muy respetuoso con ella.

—Claro que sí. Por algo lo hago. Déjame sanar tus heridas con mi amor —ella abrió su boca, luego cerró sus ojos y se acercó lentamente a mis labios para seguir expresando lo que sentía, eso era su excusa para hacer esto pero siempre caía y en esto. Le correspondí el beso y puse mis manos en su abdomen.

Las sensaciones de sentir y dejarse llevar por un beso eran increíbles, ya empiezo a entender por qué ella le gusta besarme, en esta relación ella es la única que toma la iniciativa en estas cosas, yo no lo hago porque pienso que debería esperar el momento para hacerlo pero parece que puedo hacerlo en cualquier momento.

El beso subió de nivel, hizo que cayera a la cama con ella encima, liderando y dominándome. Normalmente un hombre haría esto pero es ella quien lo hace, ¿quién dice que una mujer no puede hacer estas cosas?

Me tomaba de mis mejillas para que no me separara en cualquier momento, me sentía encarcelado con el peso de su cuerpo y con la presión mantenida en mi rostro. Y yo simplemente estaba como un novato con mis manos en sus curvas.

Casi no se separaba para respirar, lo hacía pero al instante volvía y dejaba salir jadeos que me excitaban. Sentía cosquilleos fuertes en mi entrepierna, pronto la bestia despertará y eso sin duda será incómodo, pero no puedo detener, ella no me deja.

Soy ese tipo de chico que es delicado con las mujeres, no me gusta ir a otros extremos sin permiso y no me gusta ser salvaje tampoco, soy relajado y me dejo llevar por las emociones y sensaciones. Pero por una extraña razón ella rompió el enlace y miró por debajo de mi pecho, avergonzada.

—Tom... Tu entrepierna —mis pensamientos hicieron que olvidara por un momento la acumulación de lo sucio, mi compañero estaba activo, y completo, chocaba con el cuerpo de Jenissia y ella ya se dio cuenta, sabía que era incómodo.

Abrí los ojos bien grandes y me separé totalmente de ella haciéndola a un lado de la cama, me levanté y corrí directamente al baño y me encerré.

—¡L-Lo siento! —exclamé antes de encerrarme en el baño.

Sabía que esto iba a arruinar el momento, es normal en un hombre, y es inevitable, mucho.

—¡Esto es tu culpa! —señalé culpable a mi compañero levantado mantenido por el pantalón que tenía puesto. Genial, ahora tengo una erección imparable, una Ángel me excitó —¡Arruinaste un momento importante! Ah, no puedo enojarme contigo —es la verdad, es parte de mí, en parte la culpa también es mía por dejarme llevar.

Jenissia tocó la puerta del baño.

—Em... ¿Tom? ¿Estás bien? ¿Pasó algo? ¿Hice algo malo? —siempre que me separaba de un beso Jenissia se lo tomaba como culpa de ella y en realidad no lo era.

—N-No, lo siento, me salí de control.

—Si es por lo que dije, d-déjame decirte que no ha-hay problema...

—¡No! No, es culpa mía. Es que no estoy acostumbrado a llegar a estos límites y no quería incomodarte.

—Sé que es normal y... no me incomoda. Digo, ya no debería. En un futuro... Llegaremos a ser más íntimos y... No debería darme vergüenza a mí y a ti —es increíble escuchar todo eso de Jenissia, sin duda quiere que esta relación crezca y vaya más allá.

—B-Bien. Voy a salir —abrí la puerta del baño y del otro lado estaba ella, avergonzada y acomodándose unos rizos detrás de su oreja. No es raro, hasta a mí me daría mucha vergüenza decir eso.

Para hacerla sentir mejor y cómoda le regalé una sonrisa y su cara avergonzada cambió un poco.

—¿Y bien? ¿Quieres seguir? —aunque no se notara, de seguro ella debe querer seguir lo de hace rato, es algo irresistible. 

—Sí —respondió resoplando al final, me guió hasta la cama y volvimos a como estábamos: ella arriba, expresando su cariño, y yo abajo, recibiéndolo con gusto.

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Man, me dolió lo de Hurtson, y son testigos de cómo la ha pasado Tom, pero al menos tiene a alguien que le intenta consolar y ayudar, en varios sentidos también 7w7. Pero no, les dije que estamos en la recta final, ¿qué pasará con Darkius?

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