El Aprendiz de Zeus Cap.52

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

TOM
----------------------------------------------------------

Jenissia me contó todo lo que pasó, la ciudad de Atenas, los dioses, la situación y todo lo demás. Lo único que recuerdo fue que hice explotar la esfera que creé con toda mi energía y Energía Vital.

Estaba bien, tenía energía para crear cosas con mis rayos y otras cosas más, había estado en reposo unos tres días para recuperarme completamente y ponerme al tanto de todo. Jeni me dijo que perdí una pierna y un brazo y que mi cuerpo estaba quemado, Hera hizo el mayor esfuerzo y me ayudó y tenía que agradecerles a todos, le ofrecí ir al Olimpo y ella aceptó.

—¡Tom, maldito tonto! —al primero que vi fue a Hefesto, como siempre me lo encontraba de casualidad, la última vez que lo vi caminaba creyéndose el fuerte sin su bastón lanzando un ataque de fuego.

—Hola —él y yo nos dimos un fuerte abrazo.

—¿Te sientes bien? —le asentí afirmando —Estuviste muerto por unos... —Jenissia lo interrumpió tosiendo intencionalmente, eso era señal de que ya lo sabía —Oh, bien, como sea. Ven, todos quieren verte.

Tomé la mano de Jenissia y la entrelacé con la mía, vi su cara viendo nuestras manos y luego me vio y le regalé una sonrisa.

—¡Oye, espera, inválido! —le dije a Hefesto que ya iba muy delante de nosotros.

—Muy gracioso. Es mejor que no quieras que yo te fastidie con todo lo que pasaste, cabello de tomate.

(¿Cabello de tomate?)

—Espera… —ese apodo lo sabía solamente Jenissia, la miré y ella tenía cara de inocente.

—Yo no le dije nada, si es lo que piensas.

En el camino nos encontramos raramente a Hades.

—Pero miren, es Tom, el chico que derrotó al Dios del Caos.

—Hola. Oye, no quisiera presumir lo que hice.

—Ni lo hagas tampoco, nos dejarás abajo del todo y nos sentiremos... Ofendidos —me dio unas palmadas en el hombro antes de irse entre cenizas —. Adiós, Tom y Jenissia.

Según Hefesto, todos los dioses estaban afuera de la sala de reuniones, los tres fuimos y subimos las escaleras, al llegar presencié a todos incluyendo a Zeus quien hablaba con Poseidón y Ares, que ya parecía estar de maravilla.

—¡Familia, el chico ya está aquí! —avisó Hefesto estirando sus brazos a los costados.

—¡Ahí está el héroe! —Ares fue el primero en venir rápido y atrás le seguía Artemisa.

—¿Estás bien? —preguntó Artemisa girando de un lado a otro mi cara.

—Sí, eso creo —respondí un poco avergonzado por su acto.

—¡Eres una leyenda! —Ares me tomó y me abrazó con fuerza alzándome del suelo.

Me estaba asfixiando.

—Ares… —le avisé y enseguida me soltó. Todos vinieron y me saludaron, parecía que no me habían visto desde hace años.

Hera vino con Afrodita.

—Lo hiciste —dice Afrodita.

—Sí, creo que fue suerte.

—Pero él no hubiera sobrevivido sin mi ayuda —terció Hefesto empezando a alardear —; el joven Tom estaba en peligro y yo tuve que auxiliarlo. Madre, me he superado a mí mismo y ahora puedo hacer lo que sea. Yo pude derrotar solo a Darkius.

—Como digas, charlatán —habla Apolo guardando sus dudas y correcciones.

—Luego hablaré contigo —le dejó saber Hera a Hefesto, luego vino a mí y me dejó un beso en mi frente —. Felicidades, Semidiós del Rayo.

—¿Semidiós? ¿Por qué no puedo ser el Dios del Rayo?

—No estás clasificado para serlo, además de que eres un mortal, pero uno poderoso bueno —decía Apolo.

—Y si tomas el puesto de Semidiós del Trueno, de seguro Zeus se enojará —siguió Hera.

—No se equivocan en nada —vociferó Zeus fuera del grupo, estaba apoyado en la pared de la sala, luego me hizo el ademán de que me acercara a él.

—Anda —me animó Jenissia detrás de mí —, yo me quedaré con ellos.

Caminé entre los dioses y me dirigí a Zeus, Poseidón venía a mí y me dio unas palmadas en el hombro de felicitación acompañado de una sonrisa suya.

Llegué a él y le dí una sonrisa como saludo.

—Ya estás bien.

—Sí, completamente —en ese momento él empezó a caminar lejos del grupo y de la sala conmigo.

—Fue muy arriesgado de tu parte haber hecho eso…

—Lo sé, pero valió la pena —ganamos, no entiendo su sermón.

—Hiciste una gran esfera eléctrica con toda tu energía solo para matar a Darkius y destruiste gran parte de la ciudad, y de tu cuerpo.

—Sí, Jenissia me lo contó todo —no necesitaba que él me lo dijera, como si fuera un reclamo.

—Lo bueno es que pudimos derrotarlo, eso es lo que creo.

—¿A qué te refieres con eso? —estaba raro, como dudoso.

—Darkius era imposible de matar y su hacha difícil de romper, se regeneraba en segundos y no creo que con una esfera tú lo hayas derrotado fácilmente. No digo que no lo hayas matado, dentro de mí surge un presentimiento de que siga vivo y suelto.

Zeus estaba incrédulo, pero para mí yo destruí a Darkius y eso quedará así, la tranquilidad en las Subespecies y Facciones seguirá sin problemas.

—Pero él murió, yo lo creo. Entiendo que tengas dudas, pero es mejor creer que murió, ¿no? —intenté hacerle cambiar de opinión con una sonrisa y parece que sí pasó.

—Bien, creeremos eso por ahora.

***

Después del Olimpo visité a mis hermanos, no llegaron a hablarme sobre el desastre, tampoco saben que hubo uno, Jenissia tuvo razón en decirme que los dioses les borraron la memoria a todos los habitantes de Atenas. Ellos estaban feliz de verme y yo también, los extrañaba un montón y saber que no corrieron peligro y que no saben nada me alivia mucho.

Después fui al Cielo, lo consideraba un lugar feliz y tranquilo para pasar un buen rato y sentirte seguro. Me dí cuenta que ahora era más conocido en este lugar, ahora todos sabían mi nombre y me saludaban sin parar.

Jenissia y yo fuimos al castillo de Sebastián, en el camino nos encontramos con Santiago y le saludamos, estaba asombrado de verme, luego fuimos con Sebastián, estaba más que feliz de verme.

—Hola, joven Tom. ¿Cómo has estado? —preguntó amablemente levantándose de su trono para acercarse a nosotros.

—Por ahora bien. Estoy disponible para todo.

—De seguro que sí. Me enteré de tu hazaña en tu hogar, derrotaste a un hombre que pudo traerle desesperación al mundo.

—Fue una dura pelea, pero pude finalmente evitar que hiciera algo malo. Él era mucho peor que un caso de Demonios Puros.

—Lo sabemos —terminó de bajar y puso sus manos en mis hombros con orgullo —. Te doy las gracias por haber evitado un futuro desastre, quisimos intervenir pero Zeus dijo que no. Así como pudiste protegernos, podrás hacerlo con ella —miró a Jenissia.

—Claro, lo haré.

—Te doy mis honores y bendiciones.

Después de grandes reconocimientos y ratos en el Cielo volvimos a casa, nunca me sentí tan feliz y querido, jamás. Estaba sentado en una de las sillas del comedor, con Jenissia sentada en mis piernas frente a frente penetrándome con una sonrisa, con su hermosa sonrisa cerrada.

—Nunca esperé saludos de seres celestiales, y lo poco creíble es que me lo tomo a la ligera como si fueran personas —le comentaba a ella mientras la miraba a sus ojos.

—Nunca esperé estar de lado de un chico que ha logrado mucho en poco tiempo, y pensar que todo se debe por un gran y drástico cambio.

—Bueno, ya estamos aquí, de nuevo, de vuelta. Disponibles —terminé poniendo mis dos manos en sus cintura, era una perfecta cintura.

(Le agradezco a Dios por haberme traido a esta Ángel para mí)

—¿Qué intentas hacer? —preguntó sin romper su sonrisa.

—¿Yo? Nada fuera de lo común —respondí inocentemente, en ese momento la puerta de la residencia sonó, la estaban tocando. Jenissia se levantó enseguida y yo caminé hasta la puerta.

—¿Quién podrá ser?

Abrí la puerta completa y del otro lado estaba una niña, su cabello era gris, literalmente, y sus ojos azules, era linda y parecía una muñeca, aparentaba ser como de trece años. Estaba vestida extrañamente de sirvienta.

(No me esperaba esto)

—Buenas tardes, señor. ¿Usted es… Tom McFly? —preguntó junto con una sonrisa alegre.

No debe ser nada malo, no tengo por qué contestarle mal.

—Sí. No quiero ser muy metido, pero la curiosidad me mata. ¿Por qué llevas un vestido de sirvienta? —pregunté sin aguantar mis ganas.

Ella miró su vestido primero y luego a mí y se inclinó mostrando un saludo clásico con nobleza alzando un poco su falda con sus dedos.

—Mi nombre es Jerra Shein, y soy la sirvienta principal y personal del Castillo del Rey de los Ángeles Caídos, Azazel.

Al escuchar ese nombre sentí una profunda apuñalada en el pecho, pero me mantuve estable y reaccioné a tiempo.

—¿Eres una Ángel Caída? —ella asintió —Eres una hermosura, ¿deseas pasar? —la invité después de hacerle el hecho y ella aceptó.

Entró y observó el panorama cerrado, Jenissia vio a la niña y se lanzó a ella saludándola y tratándola como algo muy valioso.

—¡Ay, qué niña tan linda! Pareces una muñeca —le decía regalando sonrisas y la pequeña Jerra le sonreía.

—Usted debe ser la Valquíria más fuerte del Cielo, ¿no? —Jenissia abrió inmediatamente sus ojos al escuchar ese sobrenombre.

—Su nombre es Jerra, viene de parte de Azazel.

—Oh, vaya. ¿A qué se debe la inesperada visita enviada de parte de su majestad?

—El Rey Azazel se enteró de la hazaña y la difícil misión en Grecia. Como agradecimiento máximo, quiso darles el permiso y derecho de ver a Ford Benjamín Hurtson.

(Me prometí que no lloraría)

—¿A qué te refieres? —le preguntó Jenissia confundida.

—El legendario, leal y ídolo Ángel Caído, Ford Benjamín Hurtson, murió en manos de Darkius, como se sabe realmente. Se enterró su cuerpo en nuestro mundo. El rey quiere que lo vean, como se debió hacer desde hace tiempo. Deberían traer flores...

A la velocidad de la luz compré flores y volví rápido con mis rayos, Jerra nos iba a llevar a su mundo para ver la tumba de Hurtson, algo que siempre quise ver desde que se fue. Jeni y yo nos arreglamos como se debía, la niña sacó una esfera igual a la que tenía Hurtson y nos teletransportó a ese lugar. El cielo era gris color ceniza, hacía frío y a simple vista parecía un lugar totalmente sombrío, oscuro y muerto. Estábamos en la entrada a un cementerio, el nombre estaba escrito en una tabla guindante, con dos pilares en la entrada y varios rejones a los lados de color negro.

Jerra al frente de nosotros empezó a caminar adentrándose en el sombrío cementerio. No había nadie alrededor, sólo las lápidas y cruces, unas grandes y otras pequeñas, cuando llegamos giré y vi una ciudad detrás de nosotros, era todo el reino y trabajo arduo de Azazel con grandes edificios y iluminación tenue con su castillo centrado y alto similar al castillo de Sebastián.

Jenissia estaba a mi lado, con un gran ramo de flores pegados a su pecho, estaba cabizbaja.

Llegamos a una parte del cementerio donde había una lápida grande y había una cruz dibujada en ella.

"Ford Benjamín Hurtson", no estaba su fecha de nacimiento, parecía que nadie sabía nada de él, sólo la fecha de su muerte. 3 de Agosto del año 214. Todos estábamos al frente de la lápida, se me rompió el alma con ver su nombre tallado, unas lágrimas quisieron caer pero no quise aceptarlo.

—Fue un héroe en el reino, una leyenda, una inspiración para muchos a lo largo de estos años. Querido entre muchos, hasta el rey lo respetaba y le era leal a él, se hizo el valiente y se enfrentó solo a Darkius. Cuando murió, todo el reino decayó, todos incluyendo al rey, pero mi rey se sentía culpable, culpable de no haberle ayudado. Tal vez usted le odie o no, algunos saben sobre la amistad que tuvo con él, pero mi rey no tiene la culpa, se siente miserable y no ha dado la cara y respondido, sabe que murió en vano.

—No es su culpa —intervengo.

—Cuando la gente pidió una explicación sobre su muerte él les respondió: «Hurtson, lamentablemente, murió, pero murió como ustedes lo veían, como a un héroe salvando nuestro mundo y al de todos. Derrotó a un fuerte enemigo». Les mintió a todos, no quería que nadie, excepto sus siervos y guerreros de altos rangos, supieran sobre Darkius; no planificó una venganza o algo, en cambio se dio a conocer su trabajo y el de los Dioses del Olimpo. La ciudad entera lloró y se inundó en melancolía, por eso todo esto parece abandonado.

Escuchaba los sollozos de Jenissia a mi lado, estaba llorando e intentando hacerlo en silencio. Esto duele, mata, quema por dentro y me marca.

Le pedí el ramo a Jeni y me lo dio, me acerqué a la lápida y dejé el ramo en el suelo, muy cerca. Me arrodillé y hablé.

—Hola, colega, ha pasado mucho tiempo desde nuestra última vez, debes estar desinformado de todo. Le traje paz a tu reino, lo hice por ti y por todos. Te vengué, hice justicia, salvé a muchos de una posible y futura destrucción, todo acabó, derroté a Darkius, lo hice. Aún me arrepiento de no haber llegado antes para ti, pasamos momentos divertidos, serios y agradables, en especial cuando me pedías que te llevara con las Sirenas —una pequeña risa salió mientras limpiaba unas cuantas lágrimas que se me salían —; valió la pena, cumpliré con nuestra promesa, cumpliré con todas y llegaré lejos, yo nunca te olvidaré. Fue un gusto volver a verte.

Todo se me hizo trizas por dentro, no pude contenerme y aguantar, no pude soportar este dolor y lloré con suma melancolía frente a Hurtson, cosa que no hice con él pero que no me arrepentiré nunca de haberlo hecho. Es el mejor Ángel Caído que he podido conocer.

-----------------------------------------------------------

Esto va para ustedes, Hurtson se merecía su despedida y ustedes, además de Tom y Jenissia, merecían ser testigos y ver el último acto y las últimas palabras de Tom dirigidas a su amigo. Bonito, la verdad.

Vota y comenta qué te pareció el éste capítulo, me gustaría saber tu opinión y lo que sentiste. Te mando un fuerte, fuertísimo abrazo de mi parte.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro