|Deseo.1|

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Estábamos en plena cena, pero habíamos sido interrumpidos por el móvil de mi madre que comenzaba a sonar.

—Oh, su padre. Permiso —se levantaba para atender—. Ya vuelvo.

Eran las ocho en punto, esperaba que mi padre estuviese bien, era realmente dependiente de su esposa.

Finalmente mi madre volvía a la mesa—. ¿Todo bien con papá? —preguntaba.

—Si, olvidé decirle que nos quedaríamos esta noche.

Rose carraspeaba su garganta—. Mamá, estaba pensando que como ésta semana descanso de las clases. Quería pasar tiempo con Jin, aquí.

Mi madre nos miraba a Taehyung y a mi—. Rose, ésta no es casa de tu hermano es casa de Tae, no puedes simplemente "auto invitarte".

«Eso mismo pensé yo, gracias mamá»

—Lo sé, pero a Tae no le molesta ¿Cierto?.

Lo tomaba por sorpresa provocando que éste se ahogará con el vaso de agua. Al recomponerse agregaba:

—Rose, puedo aceptar que te quedes hasta el jueves después de nuestra salida, pero el viernes arranco una jornada movida de trabajo.

Me lo imaginaba degollando vampiros de añares o nuevos.

—Hasta el jueves me parece genial —sonreía satisfecha.

Yo no había dicho nada, no quería discutir, tenía demasiadas cosas que asimilar y de las que ocuparme. Con el trascurso del tiempo, había notado que la cena había salido lo bastante bien, a la hora de dormir Taehyung nos traía dos colchones extras, más sábanas y colchas a la que sería mi habitación.

—Si necesitan algo me avisan ¿Ok?

—Seguro y desde ya, gracias por dejar que... bueno usurpemos tu casa-galpón —sonreí y él me devolvía la misma sonrisa para luego retirarse a su habitación.

—Estan saliendo ¿Cierto? —preguntaba  mi madre.

Abrí mis ojos algo cabreado—. ¿Por qué todos creen eso? por supuesto que no, él es... —balbuceé mientras me acomodaba para dormir—. Él es increiblemente amable conmigo, solo eso

—Cuanta amabilidad —soltaba Rose con sarcasmo en su voz.

—Ya vamos a dormir, mañana debo trabajar

—Ah, sobre eso —exclamaba Rose—. Hyungsik dijo que hablo con tu Jefe para que pudiera volver mañana. Debo hacer un reporte sobre posibles carreras que me gustaría seguir y fotografía también es una.

Sonreía feliz, sabía que le gustaba la fotografía, pero nunca le había dedicado el tiempo suficiente. Es más, Rose había retrasado sus estudios por una depresión que estaba pasando por un chico del momento y había decidido desistir un tiempo. No me extrañaba que ahora se sintiera "atraída" por el oficio y por otro hombre complicado.

—Perfecto, entonces Tae nos llevará a ambos —yo gesticulaba algo así como una sonrisa.

—Genial ¿Y tú que harás mañana, mamá? —preguntaba curiosa.

Mi madre comenzaba a balbucear sin saber que responder—. Mamá, estará enseñándole algunas recetas a Lisa, me contó que te pidió varias ¿Cierto? —para salvar traseros ajenos con mentirillas, mi cerebro si funcionaba rápido.

—Exacto —asentía algo nerviosa—. Hijos mios, estoy agotada. Hasta mañana y los amo.

Automáticamente se giraba para dormir—. Estoy muy entusiasmada por el miércoles —susurraba Rose.

—¿Puedes contarme que sucedió con Marshall? —pregunté curioso.

Ésta suspiraba tratando de evadir mi pregunta, pero la observaba serio esperando respuesta—. Te dije, él me dejó

—¿Por qué?

—Se acostó con Danielle Puth —sus ojos se cristalizaban—. Me enteré por David el hermano de Danielle, solo quiero superarlo.

Notaba como una lagrima se le escapaba, era feo sufrir por un corazón roto, ya estuvé ahí y Rose era tan sensible.

—El miércoles la pasaremos genial —susurraba y apagaba las luces—. Descansa, Rose

—Tú también, Jinnie.

Luego de horas de intentos fallidos por dormir, decidía mirar el techo, no dejaba de pensar en Hyungsik y Rose. Luego en Taehyung y mi madre con sus recuerdos.
Tenía tanto miedo de pensar en mi naturaleza que lo evitaba cada que podía.

Al no conciliar sueño, decidía bajar por un vaso de agua. Llegando a la cocina comenzaba a beber como si viniera del desierto.

De repente sentía pasos viniendo hacía la cocina y me giraba de inmediato.

—¿Tae?

—¿No puedes dormir? —preguntaba sonriente, mientras vislumbraba su figura.

—No —le entregaba mi vaso para que compartieramos y él aceptaba.

—¿Cómo era ella? —pregunté finalmente.

Él suspiraba y me observaba con sus hermosos ojos—. Te pareces mucho a ella.

Asentí ceñudo—. ¿Cómo crees que sea él?.

Taehyung rascaba su barbilla pensativo—. Espero que sea uno de los tantos que se encuentra en mi lista de fallecidos

—¿Y si no lo es? —pregunté consternado.

—Puede que lo sea

—¿Y si no lo es? —me posicionaba justo en frente de él—. ¿Si sigue vivo y viene por mi, aparte de tu hermano?.

Suspiraba y tomaba mi rostro dulcemente mirándome como solo él sabía hacerlo—. No dejaré que nada malo te pase.

Tragué saliva—. ¿Matarías a tu hermano por mi?.

Sabía que acababa de hacer una difícil pregunta, pero su hermano andaba detrás de mi, no sabía de lo que eran capaces, ni Jae, ni él.

«Ya lo dejaste escapar una vez»

Soltaba mi rostro y comenzaba a caminar por la cocina—. Quizá no sea necesario llegar a eso.

Me volvía a parar frente a él—. ¿Mi vida va a ser siempre así? ¿Huir?

—Solo debes preocuparte por el hoy y ahora. Vive tu vida, aunque lo normal ya no te encaje, búscalo. Asiste a tu trabajo...

—¡Ya nada es normal, Tae! —sabía que trataba de calmarme, pero hasta él sabía que mi vida actual debía cambiar—. Soy como tú, aunque quiera aferrarme a ésta vida ¿De que sirve?.

Suspiraba ceñudo y me miraba con lástima—. Seokjin...

—¿A cuantas personas perdiste en el camino? eres inmortal —cuando dije esas palabras caía de una jodida vez en el hecho de que...—. Oh, por Dios... ¡Oh, por Dios!.

Me ponía de espalda a Taehyung y comenzaba a llorar incontrolablemente, no queria que me viera así. Un sentimiento de temor me inundaba rompiendo mi corazón en mil pedazos.

Yo era inmortal y yo también perdería a mi familia, las personas que amaba, para terminar jodidamente solo hasta que alguien me diera un final horrible.

—Jinnie, SeokJin —tratando de calmarme, de repente sentía sus brazos estrechandome fuerte por detrás.

—¡Déjame! —no me ayudaba su abrazo—. ¡Maldita sea! ¡Que me sueltes! —trataba débilmente de librarme de su agarre porque me rompía aún más el alma.

—Cálmate, bebé.

Lo tomaba con suavidad y firmeza, estaba destrozado y me destrozaba a mi con cada sollozo.

Estaba cayendo a la maldita realidad a la que había sido condenado.

—Cálmate, bebé —susurré en su oído para que dejara de luchar.

—Tae —sollozaba mi nombre entre su llanto ahogado—. No quiero, no quiero ésto.

Sus lágrimas caían sobre mis manos, su sufrimiento causaba que después de tantos años mis ojos se cristalizaran.

Conocía mejor que nadie como se sentía y aún así, sabía que debía de ser el doble de doloroso porque se le había ocultado su verdadera naturaleza. Yo había nacido ya siendo miserable, pero a él le caía como una maldición, una que no merecía.

No había dicho una palabra, solo me había limitado a abrazarlo hasta que sintiera que su respiración se iba calmando.

Acababa de explotar todo lo que venía reteniendo.
Intentaba calmarme, pero no podía evitar aferrarme a sus brazos que eran los que me sostenían.

—Estoy bien —susurré, pero aún no lo soltaba, ni él a mi.

—¿Quieres que te suelte? —preguntaba en mi oído.

—Por favor —finalmente lo hacía.

Limpiando mi rostro e intentando controlar mi respiracion, giraba para verlo y notaba que sus ojos estaban acuosos.

—¿Estás bien? —intentaba acariciar mi rostro, pero atinaba a alejarme.

—Si, solo dejé salir lo que venía conteniendo —exclamé con una débil sonrisa.

—Podemos cancelar la salida del miércoles —exclamaba dulcemente.

—No, es más, me vendría genial que salieramos —tomaba el vaso de agua de lleno.

—Hoy terminaremos con tu madre, ella podrá irse y llevarse a Rose

—¿Que tan triste está ella? —preguntaba ya que él lo sabía mejor que yo.

Aparte, necesitaba cambiar de tema.

—No lo sé, está triste por una ruptura amorosa ¿Qué tanto sufre una persona por amor? —preguntaba con un adorable semblante.

No había podido evitar reir ante su rostro ceñudo y confundido—. ¿Qué nunca te enamoraste Tae?

—A decir verdad —se hacía el pensativo rascando su barbilla—. No.

Abrí mis ojos soprendido—. ¿Estás bromeando, cierto?

—¿Acaso estoy riéndome? —exclamaba dejando ver su sonrisa torcida.

—Bueno, estas... —señalaba su boca haciendo obvia su sonrisa.

—Jamás me enamoré, Jin

—Pero ¿Cuántos años tienes ya? —arrugué mi rostro curioso.

—Muchos, pero jamás me enamoré —se encogía de hombros.

—¿Con cuántas mujeres estuviste? —no quería arriesgarme por catalogarlo de solo gay con tantos años que tenía encima.

Seguramente lo suyo ya se basaba en la atracción por encima del género.

—Mujeres, muchas —respondía viéndome fijo.

Mi corazón no se rompía, estaba seguro, podría decirse.

—Tuviste muchas relaciones —exclamé cohibido ante su vida amorosa—. ¿Alguna vez estuviste...con otro hombre?.

Él me observaba fijo—. Tengo demasiadas vidas encima. Me han atraído ambos sexos —exclamaba con tono pulcro—. ¿Relaciones en cambio? no. No sé que es eso —reapondía ceñudo—. Jamás tuve una relación, jamás me enamoré porque ¿Cuál sería el punto?.

Asentía ante sus palabras, pero no me rendiría—. De acuerdo, no te enamoraste de ningún ser humano por ser, simpleme bueno, humano y mortal, pero... —me observaba fijamente—. ¿Una mujer u hombre vampiro? —añadí arrugando mi rostro.

Era la primera vez teniendo una conversación que giraba en torno a él y mi curiosidad cosquilleba por todo mi cuerpo.

—No —se ponía serio—. Me dan asco —exclamaba fuerte y firme.

Okey, entendí.

—¿Y alguien como tú? —cuestione.

Me miraba fijo dulcificando su mirada—. ¿Te refieres a alguien como nosotros? —no había podido evitar poner cara de idiota y él sonreía—. Debes descansar, trabajarás en un par de horas

—¿Cuál es el punto? —pregunté desganado.

El suspiraba—. El punto es que vayas a trabajar y saques a Rose de aquí para seguir con tu madre

—Oh... claro —me hacía seña de que subieramos el ascensor.

Mientras lo hacíamos añadía—: No te adelantes a pensar en el futuro. Solo vive el hoy y el ahora, ya te lo dije —llegabamos al piso donde se encontraba mi actual habitación con Rose y mi madre dentro.

Luego de sus palabras nos mirabamos fijo unos segundos en dónde disfrutaba de su mirada viajera por mis labios y mis ojos.

 —Gracias —susurré animándome a depositar un beso en su mejilla, cerca de sus labios.

Cuando intentaba volver a mi lugar sentía su mano en mi cintura y la otra la posaba sobre mi nuca, no me permitía alejarme y me observaba de forma intensa.
Sentía mi respiración entrecortada y él estaba tan relajado, su pulgar ahora acariciaba suavemente mis labios.

Estaba tan perdido en el calor de su cuerpo, en sus ojos miel y su boca carnosa entreabierta, tan ido, tan perdido que me sorprendía cuando finalmente me besaba.

Sus labios carnosos comenzaban a devorar los mios de manera perfectamente suave, lamidas, mordidas y chupones. Presionando mi cuerpo sobre el suyo con un brazo, mientras que su otra mano seguía en mi nuca para asegurarse que no fuera a escaparme.

Joder, no iría a ningún lado, todo mi cuerpo respondía positivamente al suyo. Era un beso que me estaba debilitando las piernas a causa del temblor que provocaba en toda mi anatomía.
Tomándolo por la cintura añadía más presión a su cuerpo contra el mio, mis brazos lo estrechaban fuertemente y, la fricción, joder.

La fricción de mi entrepierna contra la suya era un nivel nuevo de éxtasis alcanzado, que no había conocido y solo era restregarnos el uno contra el otro. De repente me empujaba llegando al final del ascensor, el beso suave se había vuelto salvaje y lleno de deseo de más y más. Su lengua se abría paso para recorrer mi boca, cada rincón y luego enredarse con la mía para volar en una jodida nube de sensaciones exquisitas.

Sus manos tomaban las mías y las quitaba de su cintura para presionarlas contra la pared, y restregar aún más su cuerpo contra el mío. Luego me soltaba para bajar las suyas por todo mi pecho y abdomen, estaba agitado y notaba sus ganas, sentía sus caricias sobre mi torso para luego levantar mi playera y rozar mi piel, su lengua salvaje se movía en mi boca y mordía mi labio inferior con tantas ganas que sentía que pronto iba a sangrar de la presión y fuerza con la que presionaba sus dientes en mi carne.

Sin quedarme atrás aprovechaba a tomarlo de la nuca atrayendolo más a mi y enredar mis dedos en su ondulado y semilargo cabello azabache, de repente su boca se despegaba de la mía para bajar por mi mentón y raspar con sus dientes la zona hasta llegar a mi cuello.

—Tae —ya estaba suspirando su nombre.

Todo en él era perfecto hasta la forma en la que me tocaba y besaba.

Subiendo a hasta mi oreja exclamaba—Deberías quedarte en mi habitación esta noche —susurraba mientras sentía el calor de su lengua en mi lóbulo y luego tiraba suavemente con sus dientes.

Había pegado su erección a la mía y ambas estaban comenzando a endurecerse cada vez más y la fricción necesitada era desesperada para ambos.

Toda mi piel se enchinaba a causa de los escalofríos, hasta que golpeaban la puerta del ascensor.

— ¿Jin, eres tú?

«¿Qué Rose no duerme?»

Todo el ambiente caluroso de respiraciones pesadas se iba a la mierda al vernos con cierta sopresa, así que nos separabamos rapidame intentando recobrar la compostura mientras que acomodabamos nuestra ropa, pelo y el bulto semi erecto en nuestro pantalones.

No podía ser tan perfecto, Taehyung estaba despeinado y con sus labios rojos por culpa mía. Joder, que hermoso era, daba para continuar mi trabajo en dejarlo totalmente arruinado, pero los golpecitos molestos volvían a resonar.

—¿Jin? —volvia a susurrar del otro lado mi hermana.

—Si, Rose soy yo —Taehyung abría el ascensor y nos encontrabamos de frente con mi hermana menor.

Al vernos arrugaba todo su rostro—. ¿Volví a interrumpirlos, cierto?.

Saliendo apresurado, me iba directo a la cama, Tae hacía una mueca y respondía—. Hasta mañana, Rose.

Cerraba el elevador y se retiraba. Rose inmediatamente venía a acomodarse junto a mi—. ¿No que no estaban saliendo? —exclamaba pícara desde el colchón

—Rose —le llamaba—. Cierra la boca.

Me daba media vuelta para finalmente intentar dormir.

Joder que lo estaba intentando, pero mi cuerpo todavía hormigueaba recordando sus caricias y definitivamente mis labios seguían hambrientos por seguir probando de los suyos.

Volteando a ver a las mujeres más importantes de mi vida, notaba que estaban profundamente dormidas. No quería perder tiempo, no quería pensarlo mucho así que me levantaba, llamaba al bestial ascensor y me subía para ir a la habitación de Taehyung.

No la había visto desde que había llegado aquí y, ahora abría la puerta para encontrarme con una cálida y suave luz que iluminaba su cuarto y la figura de Taehyung parado frente a la puerta mientras que él me miraba fijo.

—Yo... —exclamé relamiendo mis labios—, no podía dormir

Etirándose para tomar mi remera, sacarme del ascensor y abrazarme por la cintura. Lo sentía apretarme contra su cuerpo y añadir—, yo en cambio, no quería dormir.

Deseo 1/2.

Si ven errores chiflenme con amorcito 🤧🥺👉🏻👈🏻

🌚🌚🌚

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro