|Místerio|

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Él me observaba de forma intensa con sus ojos color miel, me quitaba el jodido aliento que parecía no querer llegar a mis pulmones, a la vez se veía inquieto.

—Tae, ¿Quién eres? —su mirada ceñuda y fija como desafiándome a no contestar.

—Yo podría preguntar lo mismo, ¿No? —que raro él eludiendo mis preguntas, era incluso ridículo considerando que casi me matan.

—¿Eres idiota, cierto? ¡Yo soy solo yo! —grité frustrado—. Ella me contactó y según tú, quiere hacerme picadillo para vampiros. Solo soy un imbécil humano que está cayendo redondo en una trampa de quién sabe que cosa.

Empezaba a caminar de un lado a otro a paso lento y despeinado su caballo negro mientras yo intentaba sacudirme el escalofrío de horror que me recorría.

«Está tratando de entender que quieren con alguien tan ordinario como yo» estoy igual amigo, sé una maldita ayuda aquí.

—No eres ordinario —, «¿Qué carajos?»

—¿Qué dijiste? —pregunté atónito, era la segunda vez que sucedía algo así—. ¿Acaso leíste mi mente? —mis ojos abiertos demandaban una respuesta, no se haría el desentendido esta vez—. Tae, contéstame ¿Leíste mi mente?

Ya nada me parecía imposible si había vampiros chupasangre dando vueltas por las calles de San Francisco.

—Lo lamento, no lo hago a propósito —se disculpaba más apenado de lo que esperaba.

Claramente había sentido una incomodidad horrible, sentía el calor de mi cuerpo acumularse en mis orejas—seguramente enrojeciendolas—pero intenté mantener la calma y por más loco que sonara necesitaba café para relajarme. Sin decir nada me iba en dirección a la cocina y ponía el agua a calentar, escaparme de su mirada era relajante, algo. Tomando una taza y el café, solo me había quedado a esperar que se calentara.

Mis ojos se perdían en la vista de la ventana y aún no dejaba de llover, se habían hecho las diez de la noche con tanto drama y locura ocurrido en los últimos minutos.

Taehyung entraba en la cocina con cara de confusión ante mi calmada actitud.

—¿Qué haces?

—Preparo café ¿Quieres? —dije sin ganas.

—Creo que hay un misterio que resolver, si me permites dar mi punto de vista —se cruzaba de brazos y me observaba.

—Tae, soy reportero y sonaste como un personaje de "Scooby Doo" —exclamé cruzándome de brazos igual que él —. Yo creo que quiere matarme y tú confirmas que no es así. Si no eres honesto conmigo sobre quién eres y que haces con exactitud, no soy de mucha ayuda y me obligas a estar en la posición de un niño que necesita ser salvado. Y realmente no sé que podrían querer conmigo, no puedo darte mucho aquí, hombre.

Su mirada sombría y misteriosa seguía sobre mí, pero respondía—: Prepara tu café mientras busco algo en Internet.

De acuerdo no esperaba aquella respuesta, pero si necesitaba mi café, así que luego de unos minutos con el mismo preparado, me acercaba a la mesa mientras observaba como tipeaba quién sabe que palabras. Si ceño fruncido y un leve puchero lo hacían parecer tan adorablemente atractivo.

Bien, no debería pensar con mi polla en este momento.

—¿Qué sabés de vampiros? —me preguntaba.

—Eh... Le temen a la luz del sol y ¿Al ajo? —respondí frunciendo mis cejas—. Yo que sé, hombre. Me ví algunas de Blade y Buffy, cazadoras de vampiros sin tomar en cuenta que tendría que defenderme de algunos en el futuro —exclamé con el sarcasmo brotando de mí.

Él me miraba con ojos entonados en blanco—. Más allá de la luz solar, el resto son patrañas, leyendas urbanas

—Disculpa mi ignorancia, cariño —exclamé en tono sarcástico.

Su celo se fruncía ante mi apodo, pero se recomponía rápidamente—. Mira esto —volteaba mi laptop para permitirme ver el dibujo de un horrible vampiro llamado Benjamin Woo Kim.

—¿Quién es esa criatura horrible? —yo y mi cara de asco sin disimular—. ¿Así lucen los vampiros reales? —pregunté arrugando mi nariz—. Hombre, es asqueroso.

—Es un dibujo exagerado, pero cuando se enfurecen no lucen para nada angelical, cariño —repetía con cierta sorna.

—Y... ¿Quién es Benjamin Woo Kim? —dije ignorando su sarcasmo.

—Era —corregía—. Un vampiro despiadado del sur de Rusia de hace unos mil quinientos años o más —lo escuché atentamente, imposible quitarle la vista de encima—. Benjamin Woo Kim fue mordido a los treinta y cuatro años de edad. Era un hombre y esposo trabajador de clase baja y padre de familia

—¿Mató a su familia? —pregunté interrumpiendo.

—No, era horrible, pero jamás los lastimó, apenas supo en lo que se convertiría se había alejado de su mujer, Esther. Ella tenia veintisiete años y su hijo doce, Jae Joong Kim.

—Lo tuvo de muy joven —exclamé matando el misterio sombrío de su historia y haciendo matemáticas en mi cabeza—. Lo lamento, continúa

—Había pasado veintiún años buscando venganza del vampiro que lo había alejado de su familia, pero siempre terminaba perdiendo súbditos. Necesitaba alguien leal que lo siguiera y ayudara a dominar a su ejército. Benjamin jamás abandonó a su familia, por años los había observado hasta que se le había cruzado una loca idea por la cabeza. Él creía que ya era tiempo de hacer a Jae Joong su mano derecha

—¿Transformó a su propio hijo? —pregunté horrorizado.

—Fue la peor decisión que pudo haber tomado. Jae Joong había crecido sin un padre, era despiadado y temerario, la transformación a un no muerto lo hizo peor de lo que ya era.

No podía parar de escucharlo, quería evitar todo pensamiento obsceno sobre su encanto, no quería que leyera mi mente así que intentaba bloquear mis pensamientos, necesitaba saber a donde terminaba y nos llevaba esta historia.

—Luego de meses de entrenamiento para ayudarlo a ser más fuerte. Benjamín volvió a ver a Esther, no podía mantenerse alejado de ella ni aunque lo deseara. Ella ya tenía cuarenta y ocho años, pero seguía siendo hermosa, aunque estaba devastada. Primero había desaparecido su esposo y luego su hijo

—Pobre mujer —ponía una mano sobre mi pecho con tristeza—. Lo que debió haber sufrido ¿Cómo reaccionó cuando volvió a verlo? —me tenía atrapado aquel relato acompañado de su voz grave y la forma en la que movía sus manos al hablar.

—Bueno, se había asustado al notar que su esposo no había envejecido nada y aún lucía como aquel hombre de treinta y cuatro años, tal cual como la última vez que lo vió —sonreía con tristeza, pero continuaba—. Se había asustado ante su presencia, pero no había pedido explicaciones, solo lo había aceptado. La leyenda de no muertos caminando por la tierra se había hecho popular para entonces y ella solo lo había comprendido. Lo amaba con la misma locura y devoción que él tenía por ella.

—¿Él solo volvió a quedarse con ella? —pregunté intrigado.

—No, pero regresaba por el sexo, la amaba, pero no de la misma manera como cuando era humano

—Grotesco —exclamé—. Los hombres y sus pollas. Somos un desastre.

Él casi esbozaba una sonrisa, pero asentía y añadía—. Su ejército para atacar al vampiro líder que lo había transformado en esa bestia, estaba listo. Jae Joong su hijo también lo estaba, en su venganza incluía la transformación de Jae a solo dos años menor que él

—¿Logró ganar su maldito cometido?

—Sí, lo había logrado. Luego de la batalla fue en busca de Esther, pero esta se había ido —suspiraba y tomaba aliento—. Benjamín había dejado al mando a su hijo para salir en busca de Esther a quien la misma tierra parecía habérsela tragado. La buscó por doce largos años, sin cesar hasta que la había encontrado, ya tenia sesenta y había perdido mucho de su jovial brillo —hacía una pausa para relamerse sus labios—. Cuando la había encontrado se había llevado una sorpresa que no esperaba, no estaba sola.

Mis ojos se salían de mis cuencas, tenía toda mi atención—. ¿Se había vuelto a casar?

—No, tenia un hijo de doce años —respondía él.

—Espera —pedí inmediatamente—. ¿Los vampiros pueden tener hijos? o ¿Ella se enamoró de alguien más?

—Era su segundo hijo —hacía una pausa, cerraba la laptop y agregaba—. Taehyung Kim.

Un silencio se hacía presente mientras yo intentaba mantenerme neutro, pero los latidos de mi corazón se habían acelerado en sobre manera. No sabía su apellido, solo su nombre, pero si esto significaba lo que creía, yo era hombre muerto. Y tenía a un tipo de quién sabía cuántos años sentado en mi mesa, compartiendo el espacio de mi apartamento y era prácticamente un-...

—Estás tratando de... —balbucée, «Jin, vamos muestra tu miedo, idiota» —Tae, ese Tae, ¿Eres tú? —dije con una risa nerviosa.

—Sí, mi nombre es Taehyung Kim.

Un escalofrío me recorrió la nuca enchinando mi piel—. ¿Tú...? —atiné a correr hacía la puerta, pero él me agarraba de forma rápida tapando mi boca y apretando con fuerza mi cuerpo al suyo.

—¡Shhh!, cálmate —susurraba—. Maldición, Jinnie, ya —había dejado de forcejear para que me soltará—. Te voy a soltar, pero debes calmarte porque no estoy aquí para matarte, si así quisiera ya lo hubiera hecho.

«Buen punto...otra vez»

Me soltaba con ese ademán que los humanos adoptamos cuando no queremos que un gatito de la calle salga corriendo y se nos escapé. Bueno, así me veía y así de delicado se había puesto conmigo. Yo sentía mi respiración increíblemente pesada y mis manos comenzaban a sudar. La hiperventilación quería volver a mí.

—¿Eres un vampiro como ellos? —susurré.

—No soy un vampiro, Jinnie

—¡Es SeokJin! Carajo, no me trates como imbécil, ¿Cuántos años tienes? ¿Cuánta gente has matado? —lo miré horrorizado.

—Prefiero no llevar la cuenta de cuantos años tengo y perdí la cuenta de cuantos vampiros maté —respondía tranquilo y siempre mirándome fijo a los ojos—. SeokJin, Benjamin Woo Kim embarazó a mi madre. Soy mitad humano y mitad vampiro, soy un Dhampir.

«¿Damphir

Millones de preguntas venían a mi cabeza.

— ¿Eso qué demonios significa?

—Tengo la fuerza y velocidad de un vampiro, excepto que estoy vivo. Mi corazón late, tal cual como el tuyo —daba pequeños y reiterados toques a su pecho simulando latidos—. Ser un Dhampir me convierte en un cazador de vampiros. Soy todo lo contrario —se acercaba lentamente, tomando mi mano y la ponía sobre su mejilla—. Estoy vivo y eso que sientes, es el calor que emana de mi cuerpo.

Seguía tratando de asimilar todo aquello y no quería perderme en su jodido encanto, en el delicioso calor que sentía y la suavidad de su piel bajo la yema de mis dedos.

—Si eres en parte como ellos... ¿Qué hay de la sangre? ¿La bebes?

Agachaba su mirada y luego respondía—. Es parte de mi asquerosa naturaleza, para desarrollar las habilidades que poseo.

Me devolvía amablemente mi mano, era pura delicadeza para evitar espantarme. De todas formas estaba al borde del infarto.

—¿Has matado personas para alimentarte? —no sabía por qué preguntaba esto. Parte de mi no quería pensar en él de esa asquerosa manera.

—Bebo sangre de animales —volvía a agachar la mirada—. Con restos de sangre humana, en pocas cantidades, pero jamás y tienes que creerme cuando digo esto, jamás maté a ninguna persona para alimentarme de ella.

Decidí creer y terminar el tema de la sangre ahí—. ¿No vas a lastimarme? ¿Cómo sé que no vas a hacerme daño?

—Jamás, mi trabajo es cuidarte de
ellos, pero hay algo que me estoy perdiendo aquí —se acercaba demasiado cortándome la respiración—. Hay algo diferente en ti, algo que ellos saben y yo no.

No sabía a que se refería puesto a que yo no sabia que estaba sucediendo. Estaba perdido, estaba intentando asimilar lo que aquel hombre me había contado. A la vez, maldecía a mi suerte por encontrarme en la situación en la que estaba. ¿Y dónde terminaría yo en el medio de todo esto?

Bien, bien, ya saben lo que es Taehyung. Se pronuncia "Danfir" técnicamente en español es Damphiro, pero no me gusta así que por eso lo utilizaré en inglés.

Les recuerdo que mis personajes no perderán la nacionalidad original de mi historia, o sea rusos.

Quizás más tarde cargue otro 👉🏻👈🏻

Con amor niñita Nany 💜

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