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Tae estaba en el asiento trasero de mi auto y yo estaba que moriría del susto, sosteniendo el volante de mi auto más fuerte de lo que debería.

—¡Carajos! —giraba alterado y lograba vislumbrar su rostro sombrío sin expresión—. ¿Qué demonios haces dentro de mi auto?

—Te dije que te llevaría a tu casa sano y salvo —exclamaba mirando al frente sin prestarme atención.

—No me llevaras a ningún lado —exclamé alborotado—. ¡Yo manejo!, ¡es mi auto!, solo te escabulliste en él.

Me observaba finalmente muy serio y sin expresión.

—Si quieres me bajo y dejo que te marches solo —, «Ok no, tranquilo, que sensible, ¡Jeez!» —¿Eso quieres? no, no lo quieres.

Arrugando mi rostro intentaba calmar mis nervios para emprender el viaje, finalmente. Luego a poco menos de mitad de camino, Taehyung me pedía que me detuviera para cambiarse al asiento del copiloto.

Su perfecta figura ponía mis nervios de punta, pero me las arreglaba para conducir nuevamente.

—¿Terminaste tu entrevista? —preguntaba sin mirarme.

—Finalmente, si —contestaba con su mismo tono sombrío.

—¿Te dijo algo que deba saber? ¿Alguna amenaza? hay que estar atentos.

Suspiraba profundo, ya más calmado—. ¿Cómo vas a mantenerme a salvo de un nido de vampiros? —pregunté con voz afligida.

—Tu departamento es seguro —respondia en seco.

—¿Cómo es eso? es un maldito departamento, no una fortaleza —respondí asqueado de su indiferencia—. Aparte, no puedo vivir encerrado.

Mirándolo de reojo notaba que finalmente me observaba, joder, sus hermosos ojos, me ponían nervioso como adolescente enamorado y vírgen. Aunque no lo estaba, solo que él era muy apuesto, imbécil.

—No es una fortaleza, pero no pueden entrar ahí —exclamaba tranquilo.

—¿Por qué no?.

Me miraba y suspiraba exasperado.

«Disculpa mi ignorancia».

—Te disculpo —respondía.

Franando de repente y obligándolo a poner sus manos para atajarse, lo observaba indignado.

—¡Qué carajos, Tae! ¡no hagas eso conmigo! —exclame furioso, no quería que supiera o que pensaba y suponía que lo respetaría.

—Discúlpame —decía apenado—. Arranca, no es seguro detenernos. Estamos a unas cuadras de tu apartamento, lleguemos de una vez para explicarte bien.

Me señalaba el camino y me miraba serio, obligándome a obedecer sus palabras. Con un silencio incómodo llegábamos a mi guarida. Así que como buen curioso que era, soltaba la primera pregunta.

—¿Por qué no pueden entrar a mi apartamento? —cuestione con algo de sarcasmo.

—Todo el mundo sabe esto, pero te lo diré —se sentaba cruzado de brazos mientras me observaba—. Si no invitas a un vampiro a entrar a tu casa no pueden hacerlo, no pueden entrar sin invitación

—¿Eso es real? —preguntaba sentándome frente a él y arrugando mi rostro algo incrédulo.

Creía que eran cosas de películas y libros fantásticos, pero su mirada desaprovadora me hacía sentir un idiota.

—¿No sé si creer que eres un idiota o eres muy adorable? —apoyaba el codo en la mesa y el mentón en su mano mientras me observaba como si yo fuera un acertijo.

—Disculpame, señor "Cazador de Vampiros" de más de 200 años. Mi vida era normal hace una semana, aún trato de ponerme a la altura —respondía frustrado mirando hacía el techo.

—Eres adorable —respondia en seco con cara de nada.

—Eres un idiota —respondía robándole una sonrisa torcida de las suyas que me obligaba a sonreír con él.

Luego de miramos unos segundos en silencio, exclamaba—. De acuerdo, prometí traerte y asegurarme de dejarte aquí sano y salvo —se levantaba sin más perdida de tiempo y se dirigia decidido a la puerta.

—Oye, espera. No creerás que viviré encerrado aquí cual Rapunzel versión masculina en su torre ¿Cierto? —lo observaba ceñudo esperando por su respuesta.

—No puedo pedirte eso, pero me alegraría que lo hicieras

—No lo haré

Suspiraba pesadamente—. Haremos un trato —respondia acercándose a mi—. Dejarás tu auto aquí, yo te llevaré y traeré hasta saber bien que quieren contigo

—No necesito chófer Tae. Publicaré mi maldita historia y omitire la dirección del estudio de baile. No quiero dirigir a nadie a una trampa ya me siento demasiado culpable, pero no tolerare que me lleves y traigas —exclame mirándolo fijo.

—Es eso o te encierro hasta saber que quieren contigo

—Tae...

—Tienes dos opciones, Jinnie

—¡Es ridículo!

—Tú eliges —me observaba serio, no estaba bromeando.

El muy imbécil parecía capaz de secuestrarme si no hacía lo que él decía. Doscientos años acostumbrado a que la gente hiciera lo que él ordenaba.

Y.yo tan rebelde por naturaleza.

Fregando mis ojos del cansancio y exasperación del momento, me tomaba mi tiempo para pensar sus palabras.

—¿No hay gente allí afuera que debas proteger también? —preguntaba más calmado.

—Hay un nido de vampiros que debo encontrar, Hye-jin los alimenta y sabe escabullirse de mi. Luego tú te interpusiste en el medio y ahora estás en el centro de la tormenta.

Pequeño y jodido resumen que enchinaba la piel, haciéndome obedecerle. Otra vez.

—Bien —dije sin reparo.

—Perfecto ¿a que hora paso por tí mañana?—de repente su rostro tenía una chispa de algo.

Indescifrable, pero no tan sombrío como de costumbre.

—Ocho y media —dije entre suspiros totalmente insatisfecho con el resultado—. Es ridículo y lo sabes

—No si me lleva directo al nido y en el camino salvo la vida de un buen reportero, dueño de una personalidad muy peculiar —me guiñaba un ojo con su mejor cara de nada—. Antes de irme ¿Hye-jin te dijo algo sospechoso?.

Esa pregunta me recordaba el encuentro en el baño, encuentro que había olvidado por completo, culpo a Taehyung y su apariencia.

—Solo dijo que "los de mi especie" —dije haciendo comillas—, son hermosos —hice una mueca rara de confusión—. Supongo que se refería a los humanos, pero no lo sé, o sea... ¿Ella también es humana, cierto?.

Me encontraba observándolo de forma curiosa y él tenia la misma mueca de confusión que yo.

—Tae, me dijiste que era humana, por favor —puse mi mano en mi pecho alterado y asustado.

Siempre tan valiente, SeokJin.

—Si lo es, es una maldita donor, pero es humana aún —rascaba su nuca pensativo.

—¿Qué es una donor? —pregunté tímidamente.

Esto de hacer tantas preguntas me hacía sentir un ignorante, pero en demasía, ya hasta me siento incómodo si llego a formular otra pregunta más.

La próxima vez, voy a pretender que entiendo.

—Son los humanos adictos a la mordedura de vampiro. Los alimentan y a cambio se sienten más drogados que con cualquier otras sustancias

—Oh, los alimenta literalmente —respondí asqueado.

—Hazme un favor, si trata de contactarte de nuevo rechazala sin importar nada —se acercaba haciendo presión en mis hombros, se sentía demasiado bien—. Sé que aún es humana, lo sentí esta noche, pero si te dijo eso quizá él piense convertirla —respondia ceñudo mirando a otro lado y soltando el agarre de mis hombros.

—¿Quién es "él"? —pregunté curioso intenta do calmar mi pulso.

—Me refiero al posible Líder, se debe alimentar de ella y un par de cosas más —me miraba con una mueca de asco.

—Ah... oh, si entiendo —exclamé

—Nos vemos mañana, vendré por tí —se iba así sin más tacto de su parte hacia mi, pero exclamaba una última vez—. Estás seguro aquí, así que descansa

—Tú igual —le sonreí amablemente cerrando la puerta tras él.

Al día siguiente, bajaba a las corridas y me metía a su auto de forma veloz.

—Llegas tarde. Son ocho menos diez y tenemos treinta minutos hasta mi trabajo —me sentaba furioso en el asiento del copiloto, él como siempre inmutable.

—No te quejes, al menos llegarás —respondia sin siquiera mirarme.

Otro suspiro exasperado abandonaba mis labios, si va a ser así siempre prefiero arriesgarme e ir por mi cuenta.

—Tengo un trabajo que cuidar y debo entregar la historia a mi Jefe —exclamé enfurecido, pero él mantenía sus ojos al frente como si yo no existiera—. Entiendo que no te importe, pero a mi si. Si piensas todos los dias llegar a esta hora porque te quedaste dormido~....

—Casi no duermo —respondia y se giraba a verme, sus ojos color miel, se veían cansados—. Estuve vigilando la casa de Hye-jin.

Genial, soy un imbécil.

—¿La viste? —pregunté tímidamente.

—No la vi entrar, tampoco la vi salir. Creo que no está en su casa —lo sentía decepcionado consigo mismo.

—Bueno, deberías descansar. El Lunes seguro tendré noticias de ella cuando vea su historia publicada en Daily-Web News.

Asentía ceñudo y su boca era una linea fina, no hablamos nada más los siguientes treinta minutos, solo me dignaba a mirar las calles de San Francisco.

Tae tenía un auto de lujo, me preguntaba ¿Que había hecho para obtenerlo?.
Tratando de no pensar en nada por miedo a que lea mis malditos pensamientos, me mantenía neutro hasta que finalmente vislumbraba el edificio de DW-N.

Él se detenía justo en frente.

—Gracias por el aventón, te veo la próxima semana, descansa —exclamé. Abrí la puerta y cuando intentaba bajar me detenía tomándome del brazo de forma sorpresiva.

—¿De qué hablas? vendré por tí a la noche,¿A que hora sales? —preguntaba serio y ceñudo.

—Tae, debo salir con Hyungsik —respondí tranquilamente.

Era mi cita de viernes, con cena y baile lo necesitaba, por dios no podía vivir con un miedo constante.

—¿Qué? debes estar bromeando —me soltaba bruscamente.

—No bromeó, tengo una vida que seguir con normalidad. Acepté tu trato de traerme y llevarme, pero no cuentan mis planes extracurriculares —otro intento de bajarme, pero volvía a sentarme más brusquedad que la vez anterior—. ¡Oye!

—Escuchame bien Jinnie, no me gusta repertirme —con una mano me sostenía y con la otra me señalaba mientras hablaba y su vena empezaba a hincharse—. Me importa un bledo tu vida amorosa, tu cita y ese tal Hyungsik. No solo a tí pretendo mantener salvo, son muchos y no puedo cuidarte mientras tú pretendes emborracharte y bailar toda la noche como un maldito maniático con aquel idiota.

Esta vez soy yo quien se liberaba bruscamente de su agarre.

—¡El único idiota aquí eres tú! agradezco que quieras mantenerme a salvo, pero te has puesto a pensar que quizás ¿Solo estuve en el radar de estos vampiros por mi historia?

—Nunca es tan simple, Jinnie

—¡SeokJin! —gritaba harto—. Sé que hay muchas vidas en riesgo, no soy imbécil y tenerte cerca me hizo sentir seguro —mientras hablaba aprovechaba a mirarlo fijo, sin rodeos, ni timidez—. Pero ya estoy bien. Tú tienes tu vida y yo la mía, nos cruzamos un momento y creo que ya es hora de separarnos.

Seguía vivo gracias él, pero su trabajo era salvar al mundo y yo ya no corría peligro o al menos eso deseaba creer.

—Espero que ese idiota no tenga músculos en vano y sepa defenderte si nuevos vampiros intentan atacarte.

Entendía su furia, pero se había ido de boca con Hyunsik y no venia al caso. Y tampoco debería subestimarme de esa forma, no en vano me cargaba estos hombros.

—Yo creo que hasta puede defenderme de un hombre lobo —respondí, que idiota rebajarme a su nivel.

Me observaba, sonreía y negaba con la cabeza. De repente abria la elegante guantera de su auto y sacaba un increible cuchillo de ahí.

—Wow... ok —me alejé como una histérico lo más que pude de él y aquel
cuchillo —. ¿Qué piensas hacer co-con eso?.

Me miraba ceñudo evitando reír.

—Esto  —movía el filoso y amenazador cuchillo frente a mi rostro —. Tratarás de meterlo en tu bolso como sea y si ves algo sospechoso, será tu arma

—No, no, no —levanté mis manos evitando esa coaa —. ¿Estás loco? es mas probable que me lastime a mi o a Hyungsik, que si llegara a ver un vampiro

—Repito, me importa un bledo Hyunsik y tu cita, pero eres tan terco y un poco egoísta con todo lo que he hecho por tí para mantenerte a salvo que, tiras todo mi trabajo y falta de horas de dormir por la borda.

La vena se le empezaba a hinchar—otra vez—estaba seguro de que me odiaba, no lo culpaba, pero yo tenía una vida y odiaba vivir asustado de esta forma.

—Tengo cosas que hacer y gente importante que me ayudará a encontrar a Hye-jin, no podré ser tu niñera, pero te llevarás esto contigo —me quitaba mi bolso para abrirlo y guardar el cuchillo dentro —. Es de plata, es mi favorito, no lo pierdas. No te lastimes y solo mata a vampiros si es necesario. ¡Oh! y no incluye que lo uses como defensa propia si tu amigo se pone ebrio y quiere aprovecharse de tu carita bonita.

Destilaba veneno en la última parte y me devolvia mi bolso. Lo observé desafiante, pensaba en responderle, pero prefería abrir la puerta y marcharme.

Esta vez me dejaba ir aunque me gritaba desde el auto —. ¡No seas imprudente!.

La gente que pasaba por ahí me observaba raro y él sonreía orgulloso de haberme puesto verdaderamente incómodo.

—George adoró la historia y el Comité igual. el Lunes será publicada —exclamaba Hyungsik sonriente mientras almorzabamos en la cocina del piso —. ¿Estás bien?

—Si, perfecto. ¿Crees...? —carajos no quería cancelar, pero haría el intento—. Parece que va a llover ¿Cancelamos para otro día?.

Hyungsik me miraba ceñudo —. ¿Estás bromeando? el día está perfecto, aparte, estás muy atractivo ¿No entiendo porqué quieres cancelarme? —me observaba con sus ojitos confundidos.

Realmente necesitaba salir a divertirme con él con quién fuera en su lugar.

—Tienes razón, son los nervios por tener una cita oficial contigo —respondí sonriente, pero rápidamente añadía—. Eso sonó tan virgen, mierda

—¿Te pongo nervioso? —me lanzaba con un tono sensual y una mirada provocativa aprovechando acercarse a mi.

Sus orbes café viajaban de mis ojos y mi boca.

—Nop —, «Tae me pone nervioso, porque me asusta, porque es un Dhamphir. Cazador de Vampiros de no sé cuantos años, que no sé si quiere ayudarme o qué», mi mirada se perdia y Hyungsik lo notaba.

—¿Jin?

—No puedo esperar a embriagarme y bailar como una maldito maniático —jodido Taehyung y su frase.

Hyungsik me miraba confundido, pero sonreía y exclamaba—. Okey, no esperaba esa respuesta, pero aún así me agrada —levantaba ambas manos para chocarlas conmigo, sonreí imitando su acción.

Las horas pasaban y se acercaba el momento de salir, recibí halagos de parte de George por mi historia y ahora observaba mi cuchillo, sin sacarlo del bolso. Era peligroso llevarlo, realmente no creia que llegaría a pasarme nada.

«O al menos eso espero»

Titubeante consideraba si llevarlo o dejarlo en el cajón de mi escritorio, pensando en esa opción se iban mis últimos cuarenta minutos que faltaban para salir. Cuando había decidido que dejarlo sería una mejor idea, Hyungsik me interrumpía para que finalmente saliéramos de allí.

—¡Vamonos ya! tenemos reservación a las siete, mereces una buena cena, luego iremos a un bar que es de mis favoritos en San Francisco, se llama "Orux" un nuevo pab que abrieron hace dos semanas, te encantará.

Me guiñaba un ojo y palmeaba frente a mi cara para que reaccionará, en mi intento de parecer "normal" me levantaba super excitado tomando mi chaqueta, mi bolso, móvil y llaves.

Luego salíamos disparados riendo como idiotas en el ascensor, Hyungsik apretaba PB, bajamos y recordaba de repente que dejaría el arma de Taehyung, mentalmente me maldije en diferentes idiomas.

Ahora andaba cargando un inmenso cuchillo ajeno, de un cazador, tenía miedo, tenía miedo de que me pasara algo y a la vez, sabía que nada me sucedería, pero tenia miedo de lastimarme a mi o a Hyungsik o a alguien con esta cosa.

«Ya estás jugado, Jinnie»

Mis pensamientos sonaban en mi cabeza con la voz grave de Taehyung, me había plantado un miedo y una paranoia horrible. Necesitaba recuperar los estribos de mi vida y relajarme, sino moriría de ver mi propia sombra reflejada en el suelo en cualquier momento.

Observaciones:

Taehyung es un personaje de descendencia Rusa. Lo recalco.

Donor: es Donante en Ruso.
Para que entiendan mejor el porque de esa definición a los adictos a la mordedura de vampiros.

Comenten que les pareció y por último diré, hay que cosas que deben suceder.

Con amor Niñita Nany 💜

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