|Viernes 13|

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Una vez instalados oficialmente en nuestra primera cita con Hyungsik, mi mente estaba en cualquier lado menos en aquel lugar en particular.

Estaba intentando que Hyungsik fuera mi cable a tierra, pero si la realidad que me había sido revelada por parte de Tae era la correcta, Hyungsik no servía, nada en general lo hacía y probablemente jamás podría volver a la normalidad, aunque lo anhelada con todo mi ser.

Taehyung era como un torbellino, en muchos sentidos y yo, un desastre con patas.

—¿Qué tal la cena? -—preguntaba mi cita sacándome de mis pensamientos—. Te dije que todo en este lugar era exquisito.

Él me platicaba sobre la cena, realmente el tipo estaba intentando ser encantador y yo sin embargo pensando en que hacer con mi cuchillo de plata "mata vampiros".

—¿Jin? -—exclamaba moviendo su mano frente a mis ojos.

—Estupenda, seleccionaste un lugar increíble para nuestra cena —dije fingiendo una sonrisa—. Estoy muy lleno, perdón si comí poco

—Ya veo —me miraba ceñudo, luego se relajaba y levantaba la copa de vino tinto—. Brindemos por tu primer historia que será oficialmente publicada el lunes —me sonreía mostrando sus perfectos dientes.

Poniendo todo de mi, imitaba su acción y brindaba por la jodida historia que me había puesto en el centro de atención de nada más y nada menos que vampiros.

Tomando el vino intentaba relajar mi rostro, había fingido demasiadas sonrisas toda la noche por Hyungsik, pero no porque no quisiera estar aquí, todo lo contrario, me encantaba, pero la nueva realidad que había descubierto con Tae me asustaba.

Yo era un blanco, no sabía por qué, pero lo era. No quería convertir a Hyungsik en uno también, no podría con la culpa si algo llegará a pasarle por estar conmigo.

—De acuerdo —decía en un suspiro—. Sé que aún no te conozco bien, pero no estás relajado, para nada —movía sus manos simulando círculos.

—Lo lamento, no es por ti —dije arrugando mi rostro apenado.

—¿Hay algo que este haciendo mal? —preguntaba inocentemente.

Me sorprendía que no estuviera peleando conmigo.

—¡No! tu eres perfecto —exclame intentando quedar bien con él.

—¿El lugar te incomoda? —insistía.

Joder, el tipo se estaba esforzando por hacerme pasar un buen rato.

Pensándolo bien, podríamos salir de aquí y mantenernos en movimiento.

«Sería más seguro, eso creo»

—Si, debemos irnos. Orux es genial, pero podríamos ir a bailar a otro lugar —aún estábamos en zonas peligrosas. Quería alejarme de los lugares dónde pasaron los secuestros.

—Eh, bien —lo notaba desorientado—. Mi primo tiene un club, es muy popular y grande, esta a un par de minutos, en Daly City.

Con esa información me encontraba haciendo una cuenta mental de cuanto tardaríamos desde Cow Hollow a Daly City, eran entre 12' y 14' minutos de distancia.

«Suficiente»

—Avísale que vamos —ordené

Él seguía mis órdenes mientras que yo me encontraba llamando a la camarera para pedir la cuenta e irnos.

Hyungsik había dado aviso a su primo quien devolvía un mensaje de agrado ante la idea de ir allí y yo me sentía más aliviado.

Subiendo al auto, mi compañero ponía a todo volumen Wait de Maroon 5 y arrancábamos hacía Daly City.

Íbamos cantando como idiotas, me sentía relajado finalmente en todo el día, hasta que mi celular comenzaba a vibrar dentro de mi chaqueta.

—¿Quién es? —preguntaba al ver la mueca en mi rostro.

—Un amigo, quería saber como estaba —respondí relajado «no sabía que ibas a estar vigilándome».

Suspiré pesadamente y Hyungsik lo había notado-. Si tu amigo te está molestando, deberías apagarlo y ya -me miraba con una sonrisa irónica.

—Tienes razón —dije haciendo aquello.

«Hoy pienso divertirme»

Apagando mi móvil comenzaba con el karaoke de nuevo hasta que notaba que Hyungsik dejaba de cantar.

Observándolo curioso, preguntaba-. ¿Qué sucede?

—Me pareció que nos seguían —observaba el retrovisor y al frente continuamente.

Mi corazón comenzaba a palpitar acelerado, pero rápidamente decidía calmarme y pensar claro—. Quizás solo van al club de tu primo.

Me sonreía y se relajaba.

No pueden culparme por intentar volver a la normalidad.

Finalmente llegábamos y Hyungsik tenía razón, el lugar era inmenso y había cola de gente para entrar.

Rápidamente y sin cautela me tomaba de la mano para llevarme directo a la entrada, bajo la mirada de gente joven, arreglada y malhumorada. Hyungsik le decía algo al de seguridad y entrabamos recibiendo algún que otro abucheo.

Una vez dentro, todo era oscuro con rastros de iluminación y la música aturdía como de costumbre. A mi me costaba moverme por mi bolso.

—¡Vayamos a la sección VIP y guardemos tu bolso en el locker! ¡¿De acuerdo!?.

Apenas había logrado entender lo que había dicho—. ¡Claro, si!.

«Creo que dijo algo de mi bolso»

Llegando al palco VIP, una chica tomaba mi morral y nos dirigía a un locker. Él guardaba las llaves de su auto, yo dejaba mi chaqueta y dentro de ella mi móvil, más el bolso.

Había recordado en todo momento el cuchillo que Tae me había dado, me parecía aún mejor la idea de dejar todo en el locker, seguro y bajo llave, la misma la guardaba Hyungsik en su bolsillo.

—¡¿Quieres un trago?! —gritaba a mi oído sin dejarme sordo, solo para que pudiera oírlo, así que asentía con la cabeza a su oferta.

Fuimos juntos hasta la barra y pedíamos un mojito, al volver a la pista sonaba "Stay" de Zedd, era un remix super pegadizo.

De acuerdo, ya estaba en el baile-literal-así que comenzaba a bailar como un maldito maniático sin perder sensualidad y al ritmo de la música. Me encontraba dejándome llevar por Hyungsik quién me bailaba de misma forma y sus manos descansaban en mi espalda bajo.

Todo transcurría de forma muy intensa entre ambos, probablemente era culpa del alcohol y la necesidad de aplicar las ganas que le tenía a Taehyung en Hyungsik.

Por qué joder, Tae era imposible.

La noche pasaba y estaba perdido entre la música, las luces, el humo de todo tipo de cigarros a mi alrededor y el alcohol.

—¿No creés que ya has bebido suficiente? —exclamaba Hyungsik a mi oído.

—¡Para nada! estoy bien —estaba seguro de que iba por el quinto mojito o bloody mary.

Hacía varios meses que no salía de esta manera y varios meses más que no bebía.

Hyungsik me miraba ceñudo, creo que él había bebido tres tragos, era el conductor designado y estaba siendo responsable.

Lo había besado incontables veces, el alcohol me ponía ebrio—claro estaba—y caliente y el hecho de que Hyungsik luciera tan jodidamente bien, no ayudaba a este pobre chico.

—¡Voy al baño! —exclamaba a mi oído-. ¡No te muevas de aquí!.

Levanté mi pulgar sonriendo como idiota, él tomaba mi rostro entre sus manos inspeccionándome, fruncía las cejas, asentía con cierta duda y se perdía entre la multitud.

Mierda, estaba tan ebrio que sentía que flotaba, sin embargo continuaba bailando, hasta que de repente sentía unas manos tomar suavemente mi cintura por detrás de mi. Se había pegado obligándome a mirar de soslayo por encima de mi hombro.

—¡¿Ya volviste del baño?! —grité pegándome a la figura masculina detrás de mi.

—Yo acabo de llegar —susurraba una voz que hacía eco en toda mi cabeza.

Había creído que Hyungsik estaba detrás de mi, pero luego de oír aquella voz, definitivamente no era él.

Dejando de bailar, había intentado voltear para quitar de mi lado a este desconocido, pero me había tomado fuerte de los hombros y no me permitía girar, ni moverme.

Detestaba estar tan ebrio en aquel momento, no coordinaba pie con mano, ni nada, sin mencionar que la fuerza infringida me había parecido anormal.

«Ahora recuerdo porque había dejado de ir a bailar a bares gays»

Intentando una vez más soltarme del agarre del extraño idiota, fracasaba, pero el tipo volvía a susurrarme.

—Tranquilo, no te haré daño. Solo quiero bailar contigo.

Su voz realmente retumbaba dentro de mi cabeza y ni siquiera me gritaba, solo susurraba y podía oírlo a la perfección entre tanto bullicio.
Me había parecido ridículo que creyera que podía hacerme daño.

Cansado giraba mi rostro para tratar de vislumbrarlo, pero era inútil, él no me dejaba voltear. Yo estaba ebrio y las luces de colores en la oscuridad no me permitían ver nada, así que juntando aire en mis pulmones, exclamaba:

—¡Déjame en paz, fenómeno!.

Instantáneamente me soltaba, había girado para querer verlo, pero solo había una pareja de chicas intercambiando saliva de manera brutal, las mismas se detuvieron cuando notaron que las observaba como idiota.

—¡Lo lamento! —exclamé mientras levantaba mi mano saludándolas.

Ambas me regalaban una mirada divertida, riendo entre ellas. Luego emprendieron camino a otra parte del club, eran una rubia y una morocha, antes de irse la rubia acariciaba mi rostro y yo sonreía como imbécil.

Al instante sentía unas manos en mi cintura que de nuevo me tomaban desde atrás, brutalmente las quitaba y giraba al ritmo de mi—: ¡Hey!

—¡Wow! —esta vez si era Hyungsik quien tenía los brazos levantados en señal de "soy inocente".

—¡¿Hyungsik?! —grité sorprendido mientras me apoyaba en sus hombros para no caerme.

Él me tomaba de la cintura y mientras me apretaba contra su cuerpo, me dirigía directo a su boca para recibir más de esos besos que ya me gustaban sobrio, imagínense ebrio.

Justo cuándo estaba creído que iba a llegar a sus labios me tomaba suavemente del mentón con ambas manos—. ¡Es hora de irnos! ¡estás muy ebrio y me siento culpable, déjame llevarte a casa! —lo miré sorprendido y furioso.

No quería irme, claro que no, la estaba pasando bien y olvidándome de todo, inclusive de Taehyung, el tipo raro que me cortaba el aire con solo una mirada, lo empujaba bruscamente.

El alcohol ya me había puesto dramático y malhumorado.

—¡Aguafiestas! —exclamé en su cara—. ¡No quiero irme, no me iré! —dije mirando mi reloj—. Son las 03:45 ¡me quedaré, tu vete si eso quieres! —terminando mi sentencia me alejaba de Hyungsik empujando a la gente para dirigirme directo a la barra a pedir otro trago más.

Cuando menos me lo esperaba, sentía como Hyungsik me tomaba suavemente del brazo, me giraba y me levantaba para colocar mi ebrio cuerpo en su hombro.

—¡Hyungsik, no! —exclamé con mi rostro que observaba el piso y su trasero.

Traté de patalear, pero no quería golpear a mi nuevo amigo.

Así que solo había dejado que me cargará fuera de la pista. Habíamos pasado al palco VIP para recoger nuestras cosas y salir de ahí. No había vuelto a hacerle un escándalo, una vez afuera notaba que si quería salir de allí, sentir la brisa fresca en mi rostro y volver a actuar como un ser humano decente.

—Tranquilo, un paso a la vez -Hyungsik me repetía esas palabras mientras íbamos en busca de su auto que estaba a unos metros—. No te caigas, sostente de mi

—Estoy bien —respondí mientras me sostenía de su brazo.

Yo llevaba mi chaqueta mientras que él cargaba mi bolso y a mi.

Estábamos llegando al auto cuando me detuve en seco, le entregué mi abrigo en sus manos y exclame—: Sostén esto por mi, debo vomitar todo lo que mezcle.

Me observaba divertido y asentía—. Voy a abrir el auto, vomita tranquilo.

Me dejaba libre de su agarre y me dirigía a una esquina, Hyungsik seguía unos metros más y oía como desactivaba la alarma de su auto.

—¡¿Dime que estás bien?! —gritaba.

Me movía saliendo detrás de la pared para que pudiera verme y lo veía guardando mis cosas en la parte trasera. Luego apoyado en el auto me observaba divertido, así que levantaba mi dedo índice y añadía—: ¡ Un poco más!.

Volviendo al rincón para que Hyungsik no me viera de esta forma tan deplorable, continuaba con mi obra de arte vomitiva.

«Soy un sin fin de vómito alcohólico, joder»

—¿Seokjin, estás bien?... ¿Jin?.

Hyungsik caminaba hacía la esquina dónde se suponía debía encontrar a pelinegro, pero él no estaba ahí.

—¡SeokJin, Seokjin! ¡¿Dónde rayos estás?!.

La desesperación comenzaba a apoderarse de él, lo había buscado más no encontrado y comenzaba a tomar su cabeza tirando de su cabello, totalmente preocupado.

¿Dónde pudo haber ido en una fracción de segundo?.

—¡¿Seokjin?!... Mierda.

Cuatro capítulos actualizado, perdón. Tenía muchas ganas de cargar este capítulo. Y quería regalarles un extra edit (quizás algunos tengan edits, pero solo algunos).

Tengan bella tarde, les amuuu.

Con amor Niñita Nany 💜

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