Eva

Me muevo un poco en la cama antes de abrir mis ojos, la primera sensación que experimento al despertar es que estoy desnuda, tapada con una frazada negra, miro a mi alrededor y la luz por la ventana es la que ilumina la oscuridad del cuarto, al mirar a mi lado me encuentro con la espalda desnuda de Liam. Mis pensamientos viajan a lo que sucedió anoche y me sonrojo, no puedo creer que algo como eso haya pasado.

¡Oh por Dios prácticamente me lancé a él!

Te quiero a ti, en este momento.

¡Eva por Dios. ¿Qué diablos hacías?!

La vergüenza se apodera de mí en este momento y siento la necesidad inmensa de irme de aquí.

¿Qué pensará Liam cuando despierte?

Oh por Dios ni siquiera hemos comenzado una relación y ya me acosté con él.

¿Que he hecho con la racional Eva?

Quito la sábana de encima de mi cuerpo rápidamente pero a la vez de forma sigilosa. Busco mi ropa esparcida por el suelo y comienzo a vestirme echándole miradas rápidas a Liam cersiorándome de que no despierte. Busco mi teléfono rápidamente, estaba en el piso al lado de mis pantalones. Camino sigilosamente a la puerta de la entrada del cuarto y miro al chico estadounidense descansando sobre la cama, se veía tan lindo durmiendo que sonrío inconscientemente.

¡Oh por Dios no puedo dejarlo así como así!

Pero ¿y si su madre viene y me ve aquí?. No se a qué hora sale esa señora de guardia, no sabría con qué cara mirarlos a ambos.

Vamos, Eva elige ¿te quedas y pasas vergüenza o te vas y que Liam piense lo peor de ti?

Mi consciencia elige la segunda, y salgo de ahí lo más rápido que puedo, luego de tomar mi chaqueta que descansaba en la silla donde mismo la dejé ayer.

Una vez fuera enciendo mi celular, son las 7 de la mañana, demasiado temprano pero debo llamar a Chloe. Marco el número de mi mejor amiga lo más rápido que puedo.

Ni siquiera la dejo hablar primero cuando contesta—Ayuda, S.O.S—digo con histeria—Necesito que me abras la puerta.

—Pensé que estarías durmiendo al lado del bombón de ojos azules. ¿Por qué mierdas me llamas a las 7?—en su voz se nota el claro sueño que tiene.

—Cuando llegue te cuento. Chloe por favor, necesito tu ayuda.—pido, camino por las calles como si la casa de Liam quemara, huyendo de ella.

—Vale vale, estaré parada detrás de la puerta de la entrada, cuando llegues tocas delicadamente. ¿Entendido?

—Te debo la vida.

—Se que me amas, ahora apresúrate.

Al colgar me dispongo a caminar lo más rápido posible, el barrio estaba algo desolado y respiro aliviada pero como todo no es color rosa me encuentro al cartero, el cual me mira raro.

¡Oh joder mi cabello debe estar hecho un puto asco!

Me acomodo mi pelo un poco y le sonrío—Buenos días Señor Scott.

Él devuelve la sonrisa—Señorita Williams que bueno que la veo, iba a pasar por su casa en una hora—lo miro extrañada y observo como busca algo en su bolso—Esto llegó para ustedes—me extiende una carta que por fuera solo decía: Familia Williams.

—Muchas gracias, señor

—Que tenga buen día—dice y sigue su camino. Miro la carta una vez más pero no le presto mucha atención.

Llego a casa de Chloe y toco sigilosamente la puerta como mismo ella me indicó y abre enseguida, me encuentro con el rostro de mi mejor amiga que grita sueño por todas partes y vistiendo su pijama rosa pálido con listas blancas.

—Mis padres aún duermen así que muévete—indica con desesperación, entro a la casa y ella cierra suavemente la puerta para no causar ruido, subimos las escaleras tratando de que nuestras pisadas no suenen estrepitosamente y llegamos a su cuarto.—¡Me cuentas ya!. ¿Qué haces aquí a esta hora con cara de que saliste huyendo de ese lugar?—que bien me conoce esta chica.

—Salí antes de que pudiera despertar

Los ojos de Chloe se exaltan—¿Te lo cogiste y escapaste?

Hago una mueca—¿Por que tienes que decir esa palabra?

Ella bufa—Pues dime ¿lo hiciste o no?

—¿Por qué crees que te llamé con tanta desesperación?—respondo con otra pregunta y me lanzo a la cama cayendo sentada en esta.

—¡Oh Dios mío!—chilla en un susurro, se siente a mi lado y toca su pecho fingiendo drama—En la segunda vez de mi mejor amiga se convierte en toda una fuckgirl.—le doy una mirada asesina—Lo siento, no quise recordar...tu primera vez.

Mi primera vez fue un proceso traumático por así decirlo, fue en la preparatoria con un chico al cual llamé "mi novio" por tres meses, se acostó conmigo y al otro día me terminó.

Mi vida amorosa es un total fracaso

—Te miro así por llamarme fuckgirl—bufo—Y no recuerdes ese suceso horrible de mi triste vida—ella ríe—Entré en pánico y salí corriendo. De seguro cuando Liam despierte me odiará.—cubro mi rostro con mis palmas en frustración total.

—Probablemente—dice ella y bufo.

—No ayudas.

—Tu sola te auto destruyes—contraataca—Como sea, mándale un mensaje diciéndole que no querías despertarlo, que estás apenada, yo que se lo que se te ocurra—comenta. 

—¿Crees que eso funcione?—ella asiente—Ahora mismo me estoy sintiendo una completa estúpida.

—No te preocupes, todo saldrá bien—ella me sonríe—Oye...estoy demasiado curiosa—conozco ese tonito—¿Cómo estuvo?. ¿Te gustó?. ¿Es bueno?

—¡Chloe!—protesto.

—Eres mi mejor amiga no hay nada de malo en hacerte ese tipo de pregunta. Ahora dime—se acomoda en la cama y yo me sonrojo recordando, sonrío sin darme cuenta—ni hables, tu cara dice que tocaste las nubes.

—Ya cállate—cojo una almohada y la lanzo en su rostro.

(...)

Luego de dormir un par de horas en casa de Chloe decido pasar primero por la pastelería—hecha un desastre pero debía ir primero—necesito ver a Liam, explicarle lo que sucedió a pesar de haberle mandado un mensaje diciéndole lo que exactamente me dijo Chloe pero siento que eso no es suficiente, Liam merece más.

—¿Hermanita?—Edward es el primero en percatarse de mi presencia en el local.

—Hola—le dedico una sonrisa.

—¿Qué haces aquí?—duda Erin—¿No pasaste primero a casa?—niego aunque es más que obvio.

—¿Liam llegó?—mis hermanos asienten.

—Está en la cocina—informa Ed.

Sin explicarles nada voy directo a la cocina y me encuentro al chico castaño sacando pasteles del horno. Mi cuerpo tiembla y me siento una completa idiota por lo que le hice.

—Liam—llamo su atención y noto como se tensa de espaldas por un segundo y se da la vuelta, sus ojos azules se encuentran con los míos y mi ser tiembla ante la frialdad de estos, pocas veces me ha mirado así—Antes de que me insultes o me digas todas las cosas que me merezco escúchame. Me fui esta mañana...sin decirte nada porque tenía miedo de la vergüenza tan enorme que pasaría si te veía al despertar, no se que piensas de mí luego de lo que pasó anoche solo quiero decirte que no te utilicé...yo...—me detengo—Lo siento, soy una completa idiota.

Él suelta una risita nasal y se acerca a mí, sus ojos ya no trasmiten esa frialdad—Lo imaginé, se que no eres una chica de esas, ojos negros—sus palabras alivian mi culpa—Pero mentiría si dijera que no me confundió mucho lo que pasó, por un momento pensé...que lo hacías por coraje hacia Bruno, aún con ese pensamiento dejé que me usaras, nada de eso me importó—hace una pausa.

—Liam, yo no te usé, sería incapaz de hacerte algo así—digo con total sinceridad y él asiente—Perdóname. Perdón por ser tan idiota. Me siento como una completa imbécil en este momento.

—No eres idiota ni imbécil, bonita—acaricia mi mejilla con su pulgar.

—¿Me perdonas?

—No hay nada que perdonar. Aunque solo te conozca de un mes siento que te conozco de toda una vida, no debes preocuparte por nada.

Lastimosamente no puedo decir lo mismo, hay tantas cosas de Liam que aún no sé.

—En ese caso...ahora soy yo quien te pregunta esto—él me mira confundido—¿Comenzamos de nuevo?.

Sonríe de lado, su pulgar aún en mi mejilla—Contigo siempre, ojos negros.

Comparto su acción de sonreír y me inclino para besar sus labios con dulzura y no puedo evitar sentir los latidos frenéticos de mi corazón en este momento.

Liam me hace sentir especial, él no se merece menos que hacerlo sentir de la misma forma.