Capítulo5: El proyecto

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Eva

Terminaba de echarle una última chequeada a mi examen para asegurar de que todo estuviera bien y obtener un 10.

—Bien chicos, lápiz en la mesa, se acabo el tiempo—avisa la Señorita Jones y dejo mi lápiz.

Ella pasa por todas las mesas a recoger los exámenes y los deja en su buró de trabajo para luego volver a girarse hacia nosotros.

—Como bien saben el semestre está por terminar así que deben entregar un trabajo para la semana que viene—comenta y todo el auditorio comienza a protestar—Publicaré los temas en la página web del colegio, elijan uno y reúnanse en dúos para hacerlo, nada de individualismo y mucho menos quintetos—dice y la campana de salida suena—Bien, es todo por hoy.

Recojo mis cosas para meterlas en mi mochila y caminar hacia la puerta del salón.

—E—mis pasos se detienen al escuchar esa dulce voz que revuelve mi cabeza—¿Cómo te fue en el examen?—duda sonriente a mi lado.

—Me fue bien, gracias. ¿Y a ti?—le pregunto de vuelta.

—Genial—sonríe—Estaba pensando en que podíamos hacer el trabajo juntos, digo, si quieres claro.

¿Me está jodiendo?

Claro que quiero–chillo mentalmente–Ok. Debo actuar normal y restarle importancia justo como me indicó Chloe.

—Por mí está bien—le doy una sonrisa de boca cerrada.

—Genial. Si quieres elijes el tema, yo me acomodo a lo que elijas—explica.

—Está bien. Cuando tenga el tema te aviso y nos reunimos—digo.

—Entonces...nos vemos—asiento y él se marcha.

OH MY GOD.

Pasaré más tiempo con Bruno Johnson. ¡Mi amor platónico!

Un momento...¿qué no iba a hacer un esfuerzo por olvidarme de él?.

Ash, pero eso será difícil si hacemos ese imbécil proyecto juntos. 

—Y aquí viene mi hermana pequeña—escucho la voz de mi hermano y lo observo recostado en su casillero.

—¿Pequeña?. Soy mayor que tú por 4 minutos, hermanito.

Edward frunce el ceño—Eso sería muy difícil de probar en un juicio.

Suelto una risita—¿Ahora también sabes de leyes?

—Solamente son las 11 de la mañana. ¿Y ya se están peleando?—Chloe llega junto a nosotros.

—El defecto de los gemelos—respondo.

—¿Vamos a almorzar, cariño?—le pregunta a su novia y ella asiente—¿Quieres venir, E?

—¿Y andar de violín?—respondo con otra pregunta—Ni hablar, comeré algo en casa. Debo pasar por la pastelería primero. Recuerda que hoy es tu día de trabajo—señalo al castaño y entrecierro mis ojos hacia él.

—Prometo llegar temprano—alza su palma en promesa.

—Espero que Erin haya contratado al chico que me comentaste ayer—expresa mi mejor amiga.

—Si. Yo también lo espero—añade mi hermano.

—No puedo contigo y tu holgazanería—bufo—En fin, los veo luego chicos.

Me marcho directo hacia la pastelería para llegar lo más rápido posible. Veremos si ese chico estadounidense será contratado o no.
Llego a mi destino y observo movimiento de clientes como siempre, abro la puerta provocando el pequeño sonido de campana que avisa la llegada de alguien. Lo primero que observo es a mi hermana en la caja muy concentrada, y lo segundo, es al chico de ojos profundos atendiendo a los clientes dando su mejor sonrisa.

Al menos a ellos si les sonríe.

Camino directo hacia Erin sin captar la atención de Liam, mi hermana me recibe con una sonrisa.

—Veo que ya tenemos personal—comento cerca de ella.

—Oh, Liam es estupendo, es rápido, servicial, y no parece cansarse—se ríe y la miro mal.

—No todo el mundo es Edward Williams—digo y ella asiente aún riendo.

—¿Qué haces aquí? Hoy es tu día de descanso—duda cortando las porciones de pastel.

—Quería ver como marchaba esto. Edward llegará en breve, o al menos eso espero—rodo los ojos.

—¿Dónde está ese niño?

—Almorzando con Chloe.

Me mira de repente—¿Y por qué no fuiste con ellos?

—No me gusta andar de agregada. Iré a casa a descansar un poco—comento y ella asiente.

—Mesa 5, pastel de chocolate y otro de coco—Liam se acerca a nosotros y le entrega el papel a Erin.

—El pastel de coco está en la cocina—avisa ella y va por él dejándonos solos.

—Eva Williams—el chico menciona mi nombre con algo de burla.

Alzo una ceja—Vaya, recuerdas mi nombre

—¿Cómo me olvidaría de un nombre tan pecaminoso como el tuyo?.

Y dale con eso.

—Mejor me marcho—comento levemente y él me regala su torcida sonrisa que como ya había dicho antes, lo hace ver jodidamente guapo.

—Nos vemos, Eva—no digo nada más y salgo de la pastelería para irme hacia la casa.

(...)

Sentada en una de las sillas del comedor de mi casa con los libros en la mesa repasaba apuntes. El semestre está terminando y debo ponerme las pilas para los exámenes y los proyectos. Y hablando de proyectos ya escogí el tema que desarrollaremos Bruno y yo, ¿a quién quiero mentir? ¡estoy loca por hacer ese trabajo con él!

—Oh Dios mi espalda—escucho a mi hermana quejarse y luego se sienta frente a mí en otra silla—¿Dónde está Edward?

Frunzo el ceño—¿Dónde crees?.

Ella chasquea la lengua—En casa de Chloe por supuesto, en cuanto terminó su turno salió corriendo pensé que sería para acá, necesito que me haga algunas cuentas no por gusto estudia Contabilidad.

Yo río—Tranquila, solo está enamorado, él amor puede marear a las personas por así decirlo.

—Y eso tu lo sabes perfectamente—me da una sonrisa pícara y yo bufo—¿Qué te pareció Liam?

Me encojo de hombros, sin despegar la vista de mis libros respondo—No lo sé solo lo he visto pocas veces, aunque se ve...bastante serio.

Además de intimidante, neutro, hay algo raro en él–pienso–.

—Además de muy guapo por supuesto—añade ella y rodo los ojos.

—Da lo mismo si es guapo o no, la belleza no define a una persona, lo importante es el subconsciente pero nadie se fija en él—respondo haciendo una mueca.

—Ya hablas como toda una psicóloga—dice—Pero al parecer no estás de humor. ¿Qué sucede?

—Solo estoy cansada por tanto estudiar.

—Está bien. Iré a dormir estoy algo cansada. No te quedes hasta tarde con esos libros—me advierte y asiento para verla marcharse hacia su habitación.

Me levanto de la mesa para ir a tomar agua, abro el frigorífico para tomar una botella de este líquido y la pongo encima del mesón. En el instante que voy a abrirla observo un papel encima de la madera con algo escrito y me da curiosidad.

Liam Longworth.

23 años.   

Ohio, Estados Unidos. 

Estudios Universitarios interrumpidos.

5 trabajos en Ohio, 3 en Costa Dorada, todos de medio tiempo.

También venía su dirección incluida, y número de identidad, etcétera.

¿Cómo me olvidaría de un nombre tan pecaminoso como el tuyo?

Me da la impresión de que ese chico tiene algo en contra de mí.

Me doy una autocahetada mental y sacudo mi cabeza, solo pienso tonterías.    
         

 

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