Capítulo 05 [Final]

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El ocaso era apabullante, el hermoso atardecer de Seúl era comprometedor, las luces de las calles se encendían, y no había forma de no entretenerse con eso. 

El rubio caminaba con completa tranquilidad, hace unos días había tenido una charla con su hermano, y había hecho que su ser encuentre verdadera paz.  

En busca de víveres entró a una tienda, traía con sigo una chaqueta acolcho-nada color celeste, su hermano se la había regalado por su cumpleaños y se había vuelto en una de sus favoritas pues era bastante abrigadora. 

Luego de tantas vueltas alrededor de la tienda, se acercó a un cajero para pagar, sin embargo, se llevó una sorpresa al ver quien era la persona que estaba delante de él.

—Jimin... —Balbuceó el hermoso chico. Que por cierto, ya había hecho su pago, así que tendría que retirarse.

—¿Cuánto sale? —Preguntó con una voz monótona tratando de sonar lo mas frío posible. Claramente, intentaba no voltear a los costados, tenía que controlarse, se lo prometió a su hermano. 

Pagó al cajero y salió apresurado del lugar, solo era un cliente, después de todo. No obstante, jamás se fijo que alguien venía atrás de él. Estaba distraído en sus propios pensamientos de superación, y nostalgia.

 —Jimin —Escuchó que mencionaban su nombre, pero sus pensamientos hacían caso omiso al llamado. Aun cuando su corazón quería correr hacia esa persona y llenarse del calor del cual tanto necesitó. —Por favor, solo escúchame —Continuó con una voz suplicante, era en vano intentar hacerse el fuerte cuando estaba con el menor.

Logrando hacer que el rubio se detuviera. Se acercó al mencionado y trató de agarrarlo del brazo, pero este no se dejo.

—No creo que tengamos algo de que hablar —Usaba una voz fingida, pues prácticamente estaba roto. Y hacer que el otro  se de cuenta no era una opción.

—Yo-o creo que si —Balbuceaba. —Solo hablemos.

—Bueno, hagámoslo —Aceptó, siendo duro pero a la vez volátil.—Hablemos

—No creo que este sea el lugar adecuado, conozco un café aquí cerca. Vayamos ahí —, esperaba que el de bonitos ojos aceptara. Aun así el miedo lo carcomía por dentro.

El rubio algo dudoso finalmente decidió aceptar con un gesto de asentimiento.

Ambos caminaron junto al otro hasta aquel lugar, aunque intentaban actuar de una manera "normal", ellos llevaban el pavor creciendo en su interior. Las manos del mayor sudaban como nunca, y la camisa que llevaba puesta le empezaba a apretar. Mientras que el menor se aferraba a sus bolsas de compras como si fuesen su única salvación.

¿Cómo se puede evitar a la única persona que te ha gustado? 

¿Cómo le dices a tu corazón que es necesario dejar ir?

¿Cómo haces para no quedarte con un amor unilateral? 

Ya en aquella cafetería ambos hicieron su pedido y se sentaron en una mesa pegada a la pared. Ambos querían decirse que se extrañaban, pero ninguno soltaría algo, pues es un secreto que su alma no revelará.

—¿Qué es lo que querías decirme?  —Y Yoongi finalmente respondió.

Las horas  pasaban, y las manillas del reloj no se detenían. Dos chicos que se anhelaban internamente, aparentaban ser felices cuando evidentemente no lo eran.

Ambos esperando pedir perdón; uno por haberse ido sin haberle profesado su amor incondicional, y el otro por no darse cuenta que la persona que mas lo estimó estaba junto a él.

Ambos con almas rotas por siete años intentando superar lo insuperable, pero el destino tenía planeado una bienaventuranza que ellos nunca imaginaron.

Su charla fue amplia y prolongada, y en ambos un creciente sentimiento de pesadumbre gobernaba. Enfrentar el pasado haría que su futuro sea prospero, pero ambos ansiaban estar con el otro.

Y aunque quieran discrepar-lo, su destino estaba unido, y una prueba que justificaba que jamás se separarían era esta. Ya que aun así ellos lo darían todo para continuar de la mejor manera. 

El de cabellos platinados se paró y se fue rumbo a la salida del local, aunque interiormente meditaba de forma ingenua.

Sin embargo, el de cabellos rubios se quedó allí, moviendo la cuchara que se encontraba en el interior de su taza de café. Su rostro denotaba bonanza y satisfacción, mientras que en su interior, su corazón palpitaba apresurad-amente, y no estaba dispuesto a aguantar su hermosa sonrisa. Estaba feliz porque oyó lo que no esperaba oír. 

—Te extrañé, Jimin.

Tan inesperado, tan imprevisto. Cuando escuchó salir esas palabras del mayor, su mente dejó de dar tantas vueltas al asunto y respondió.

—Yo también te extrañe, Hyung. 

Ambos sonrieron tímidamente ante aquella confesión, sin embargo, era algo que ya se venía venir. Los dos tenían esa atracción que inevitablemente seguiría ahí.

El rubio agarró sus cosas y salió del lugar, prácticamente su mirada deslumbraba como nunca desde hace siete años. 

El aire en sus pulmones por fin le daba tranquilidad, lo había logrado. Había dejado atrás lo que tanto lo atormentó. Entre ambos decidieron que empezarían de nuevo, y que volverían a ser amigos. Este es el mejor inicio que pudo tener, sin miedos, y sin esconder sus sentimientos, ambos lo darían todo para no desistir en el camino.

Un corazón solitario ya no viviría dentro de ellos, pues afuera su compañía los aguardaba. Y saber que alguien estaría a su costado luego de una larga batalla contra si mismos, hacía que todo el dolor vivido haya valido la pena. Ya que el futuro sería resplandeciente para ambos.

—Te quiero, Yoongi Hyung —El rubio susurro y continuó su camino a casa, correspondiendo las palabras que el peliplata soltó antes de irse del café, No pudo decírselo en ese momento, pero se aseguraría de hacerlo en un futuro.

El desconsuelo que guardó por siete años, había sido reparado, pues al fin sintió un alivio reconfortante. El llanto por fin culminaría y no había forma de retomarlo, pues el único dolor que estuvo presente junto a él concluyó.

El pasado y el presente para ambos fue inesperado, y de seguro el futuro también, sin embargo, el destino ya tenía sus vida planeadas. Y definitivamente no sería algo perjudicial para un amor que apenas esta creciendo.

Incluso con la vida remota de problemas, aún cuando hayan pasado años de dolor incesable, algo inesperado vendrá, y ellos serán capaces de salir adelante por su cuenta. Así como el dolor los embargo por siete largos años, la felicidad perdurara, por mucho mas tiempo aún. 

Inesperadamente me enamoré e

inesperadamente estas aquí,

de la misma manera sufrí, pero 

igualmente sonreiré, pues 

te tengo aquí, a mi lado.


Acabó aquí, gracias por leer. 

Primeramente quiero decir, que lo dejé en un final abierto, pues no estaba segura del final que quería para esta historia, así que decidí dejarla ahí. Sé que pensaran que es raro, pero para mi no. Cuando estas con alguien que te hizo sufrir (no directamente) porque tus sentimientos no fueron correspondidos, entonces la mínima cosa que haga esa persona por ti será como estar en el cielo. Verdaderamente no sé si alguna vez tuvieron este tipo de experiencias. Sin embargo, mis personajes si. Ellos son felices al ser amigos porque dieron un primer paso de la manera correcta, por eso mismo el final es abierto. A veces tenemos un mundo idealizado que quisiéramos que ocurriera pero no va a suceder. 

Solo quería dejar eso en claro.

Aún intento mejorar, así que intentaré cometer menos errores en el futuro. 

Espero que les haya gustado. Bais :D

-TYT-

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