Capítulo 14

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— Adelante, siéntense. — Instó Jungkook viendo al matrimonio que frente a él hacía acto de presencia. Con elegancia, se levantó de su asiento, avanzando hasta uno de los asientos que allí se encontraba. — Bueno, ahora sí pueden explicarme qué es lo que desean de mi persona y en mi empresa.

— Lo haré sencillo para todos. — Fue su padre quien habló, esta vez, desabotonando su saco para sentarse junto a su esposo, pasando una mano sobre su hombro.

Taehyung se acercó un poco más a su cuerpo, sonriendo mientras miraba a un Jungkook tranquilo. El hombre de cabellos negros que los observaba se mostraba tan apacible que le hacía preguntarse si realmente ya no sentía la mínima atracción por él. Años atrás, al verlos juntos, solía tensarse, el brillo de sus ojos cambiaba y sus mandíbulas se tornaban prominentes. Si estas no lo delataban, entonces sus manos que iban del color más rojo al más pálido cuando apretaba sus puños con fuerza.

Lo había notado todo, cada detalle. Ser observador lo ayudó a sobrevivir en más de un modo, aunque por momentos ignorara lo que veía o le restara importancia. Cuando se sentaba a analizar, podía recordar hasta los detalles más pequeños, un don o maldición, no lo sabía. Dado que eso le había permitido llegar hasta ahí, podía tomarlo como una bendición después de todo.

— Como bien sabes, Taehyung se ha graduado en la LMA y ahora desea trabajar en aquello que siempre ha deseado. Como modelo o actor, ambas si es posible. Para esto, necesita una agencia de entretenimiento y no hay una mejor que Jeon Entertainment para esto. Lo dejaré en tus manos, sé que podrás cuidarlo bien.

Por un segundo, Taehyung se vio obligado a morder sus labios con fuerza para no reírse, haciendo uso de las artes escénicas dominadas para mantener la compostura. Su esposo lo estaba poniendo en manos de su hijo, pero si lo ponía en un contexto literal, Jungkook sí que podría cuidarlo bien entre esas manos. Justo como aquel fin de semana, fue bien palpado y cuidado al extremo en que su esposo no sospechaba. Escucharlo decir esas palabras, resultaba gracioso.

Sí, sería bueno que lo dejaran en sus manos, Jeon JungKook lo cuidaría muy bien o viceversa. Podría encargarse de su hijastro felizmente. De su cuerpo, de sus orgasmos, lo haría incluso mejor que el tipo ese que ahora tenía por novio.

— En el entretenimiento se necesita algo más que estudio, el talento es primordial, al menos en mi empresa. Ni siquiera he visto a Taehyung tomarse una foto más allá de las que tomaron en su boda. Pedirme que lo acepte sin más por el privilegio de ser tu esposo, no es algo que me vaya a hacer aceptarlo. Mi agencia tiene pocos artistas comparadas con la mayoría de las compañías que tenemos. Sin embargo, cada individuo firmado por mí, cuenta con un talento sin igual que nadie puede cuestionar. Jimin, Namjoon, Jaehyun y los otros diez que no mencionaré, todos se han ganado un lugar en los medios por mérito propio dejando de lado las herramientas de la empresa.

— ¿Estás sugiriendo que solo soy una cara bonita? — Con el brazo por encima del respaldo del sofá y sus piernas cruzadas, Taehyung enfrentó al menor. — No es correcto asumir eso sin haberme dado la oportunidad de mostrarte.

— No vamos a negar que físicamente luces bien, — espetaba tranquilo mirando la altanería en el rostro del peligris que se casó con su padre. — Un buen fotógrafo haría magia sin que tengas que moverte, con el apellido Jeon y los contactos correctos se podría incluso forzar tu popularidad, inflar los números ya sean de seguidores, vistas o ganancias en general. Pero repito, no trabajamos así. No dudo de tu talento, pero no lo he visto, por ende, puedo evaluar solo el desempeño que me has mostrado hasta ahora y ese es nulo.

— Yo te estoy pidiendo que lo aceptes. — Intervino Dongun mostrando un serio semblante. — No tienes más que pensar.

— A ver si nos organizamos, padre. En este momento, no está hablando con su hijo, sino con el CEO de Jeon Entertainment. Una empresa independiente desde hace un año que, a pesar de ser una subsidiara de Jeon Corporation, no está obligada a seguir todas y cada una de tus directrices. Aquí, papá, mando única y exclusivamente yo. Si no quiero recibir a tu esposo, no puedes obligarme a poner mi sello en un contrato ya sea como mi socio o padre.

Dongun enarcó una ceja para su hijo, gesto que fue devuelto. El pelinegro estaba molesto no por Taehyung o su padre, sinceramente, no le incomodaban ellos o su relación. El que le quisieran imponer algo sin tomar a consideración su opinión, sin seguir los procedimientos correspondientes era el inconveniente. Sí, podría hacerse una excepción, pero le hubiese gustado que hablaran con él, por las buenas, no había problemas. Ahora, por las malas, era demasiado orgulloso y competitivo como para permitir a cualquiera salirse con la suya, ni siquiera su padre.

— No es un favor. — Habló con firmeza mirando a su hijo.

— Entonces es mucho peor, verá, padre, usted me enseñó que los favores pueden ser peligrosos. Se agradecen o se vuelven deudas que toca pagar.

— Te daré algo a cambio, sería un favor mutuo. — Contestó con una sonrisa en su rostro, no podía negar que estaba orgulloso de su pequeño. — ¿Qué te parece?

— ¿Tan poco confía en su esposo y lo que es capaz de hacer que pides tan fervientemente un favor? Déjelo presentarse en otras agencias, que consiga un lugar por sí mismo. Además, sabe que yo no recibo favores, gracias a sus propias enseñanzas. ¿Recuerda lo que me dijo? Me podría convertir en una alma esclavizada por agradecer demasiado ciertos favores, al punto de terminar estrangulado con la cuerda de la gratitud.

— Nietzsche... — Musitó bajo Taehyung en voz baja y su esposo asintió.

— Así es, fue el autor del primer libro que les leí a mis hijos. — Asintió con una sonrisa. — Cero favores entonces, hagamos negocios.

— Este es mi negocio y ya tengo las reglas establecidas. Kim Taehyung no entrará a mi empresa solo porque me lo pidan, así de sencillo. — Tranquilo miraba a su padre, devolviéndole su sonrisa.

— ¿Por qué no me haces una prueba, una audición exprés? — Sin girar su rostro, las pupilas del pelinegro dejaron de enfocar a su padre para mirar a quien había roto el silencio y esa batalla de miradas que padre e hijo se daban. — Ahora mismo, mañana, cuando quieras, deja que los críticos de tu compañía sean lo que me juzguen, mira como dirigente de esta empresa personalmente si cumplo con los requisitos para ser un artista de Jeon Entertaiment.

Dichas estas palabras, Jungkook pasó a girar su rostro para mirarlo fijamente, viendo el reto en el contrario. Al parecer estaba seguro de sí mismo en muchos sentidos, siempre se mostraba igual. Dongun miró su reloj provocando con esta acción que los menores lo observaran.

— Mi amor, tienes una reunión en cuarenta minutos y el tráfico puede tornarse un impedimento. Creo que deberías irte ya, yo me quedaré hablando con Jungkook. Verás como tu esposo será capaz de lograr lo que quiere sin tu intervención. Como dijiste, me pondré en manos de tu hijo y él me cuidará bien.

Jungkook. Estrechó un poco sus ojos, no le gustaba como eso sonaba, había algo en el tono en que Taehyung lo decía que le resultaba más desagradable de lo esperado. Todo el actuar de ese hombre se lo parecía por momentos. Le pareció gracioso, seguro y directo la primera vez que lo vio en su club, no obstante, ahora veía más cinismo y descaro que seguridad.

— Me gustaría quedarme un poco más, pensé que mi hijo haría las cosas más sencillas, pero hoy veo que no será así, ¿cierto? — Jungkook asintió y su padre sonrió. — De acuerdo, entonces te dejo con Taehyung, compórtate, no quiero enterarme de que lo has maltratado de cualquier modo. — El CEO de aquel lugar rodó sus ojos frente al pedido. ¿Por qué maltrataría a Taehyung o cualquier persona sin más? — Mandaré a otro chofer por ti. — Se inclinó para besarlo sutilmente en los labios. — Nos vemos en casa en la noche.

— No es necesario que llames a un chofer, yo puedo tomar un taxi, no te preocupes. — Pasando la mano por el saco del mayor le sonrió. — Ve, así podrás regresar a mí más rápido.

— ¡Jungkook! — Sin saber que su pareja tenía compañía, Jeong Jaehyun entró a su oficina antes de que su secretaria pudiese detenerlo. Por un momento se sorprendió al ver a su padre ahí, no recordaba que en la cena de aniversario de Seokjin, ellos habían quedado en verse el lunes en la empresa. — Presidente... — Se inclinó con respeto frente a Dongun. — Señor Jeon. — Esta vez la venia fue para un Taehyung que había rodado los ojos al verlo, pero que con gran hipocresía le sonrió. — Bebo, regreso en un rato.

¿Bebo? Taehyung una vez más se encontraba mordiendo los labios porque de todos los apodos entre parejas que había escuchado, "bebo" era el peor de todos. Le parecía ridículo. No hacía mal innovar un poquito.

— Yo te llamaré cuando termine aquí. — Avisó Jungkook con una sonrisa, viendo a su novio volver a salir. Tomando el teléfono de su oficina, le indicó a su secretaria que preparan el estudio número dos con el personal correspondiente para juzgar al peligris que ladeaba una sonrisa victoriosa. — No se preocupe, padre. Le haré algunas pruebas y después de eso, verte si es necesario continuar con esta plática o no.

— Confío en el talento de la criatura más hermosa que existe. — Los esposos se sonrieron mientras el mayor de todos se abrochaba correctamente su saco. — Nos vemos en la noche.

Taehyung le asintió y Dongun finalmente pasó a abandonar la oficina con esa elegancia que por momentos se volvía intimidante al igual que la de sus hijos. Ese tal vez podría ser otro sello que los caracterizaba a los tres por igual. No tuvieron que esperar siquiera cinco minutos para que Somi, la secretaria de Jungkook se presentara.

— Señor Jeon, todo está preparado. Todos aguardan por usted en el estudio dos. — Avisó pasando la mirada de su jefe al otro hombre que había visto llegar con el presidente de la corporación Jeon.

— ¿Estás listo? — Esa pregunta estaba de más, Taehyung había estado listo para eso desde mucho antes que tuviera una oportunidad fehaciente para ello.

Sin decirle una palabra a Jungkook, se levantó del sofá dándole una cálida sonrisa a la mujer que se sonrojó pese a mantener un serio semblante. A pasos firmes caminó hacia la puerta y frente a esta, se volteó para mirar a Jungkook.

— ¿Debo de ir solo? ¿Me acompañarás tú o tu secretaria? —Al ver que el pelinegro no se inmutaba, la curiosidad lo comenzó a invadir, creyó que todo sería frente a él.

— Mi secretaria te acompañará. Deberás seguramente cambiarte o hacer alguna otra cosa, pueden ir avanzando, yo me les uniré en unos minutos. — Musitaba mientras enviaba un mensaje a Jaehyun. — Somi, por favor, muéstrale al señor el camino.

La mujer asintió, estirándole educadamente la mano al hombre de gris cabellera para que la acompañara. Ante esto, Taehyung asintió, encontrándose al salir al pasillo con un pelinegro de cuello tatuado que le inclinó la cabeza, una cálida sonrisa en su rostro mientras entraba a la oficina de Jungkook. Sin poderlo evitar, los pasos del peligris se detuvieron, mirando por el cristal como esos dos se abrazaban y besaban por un corto segundo porque el cristal simplemente se polarizó impidiéndolo ver hacia al interior.

— ¿Señor Kim? — Para algunas personas, Taehyung seguía llevando su apellido de nacimiento debido a que a pesar de estar casado con Dongun, su matrimonio era confidencial entre un pequeño número de personas. — Señor Kim... — Volvió a llamarlo la mujer al notar como seguía mirando hacia la oficina de su jefe. — Señor Kim...

— ¿Sí?

— Por aquí, por favor. — Indicó señalándole el camino que llevaba a los ascensores.

— Oh, sí, gracias. — Agradeció siguiendo a la mujer, recordando como, sin nadie presente, esos dos se abrazaron y besaron.

Llegar al flamante estudio dos que se llevaba casi todo un piso en aquel edificio, Taehyung volvió a olvidar todo lo referente a Jungkook y su relación que nada aportaban a su vida. Estaba ahí, a punto de cumplir un sueño más. Cuando en el pasado deseó entrar al mundo del entretenimiento, siempre tuvo claro que no le interesaba entrar a una grande compañía donde solo sería un número más. En esos lugares, raramente le daban un trato adecuado a los artistas, muchos vivían a la sombra de aquellos a quienes los ejecutivos realmente le interesaban.

No quería que lo trataran como a un cualquiera sin respaldo y verse pasando por lo mismo que la mayoría que incursionaba en esa industria. Siendo una tan demandante en ese país donde cada día debutaba un grupo nuevo que quizás no llegaría a su primer aniversario, un sinfín de solistas que tampoco hallaban un hueco por el cual colarse. Todas esas personas que a pesar de lograr debutar estaban forzados a buscar trabajos remedio tiempo que le ayudaran a pagar sus cuentas y deudas adquiridas por buscar su sueño.

Eso no era lo que él quería, sinceramente, prefería buenas compañías pero con un número reducido de artistas bajo su ala. Jeon Entertaiment era la ideal, quizás no tendría privilegios y eso estaba bien, pero tampoco sería pisoteado por los altos ejecutivos. Tenían un pequeño número de artistas y por esto, todos tenían su momento para brillar, podrían centrarse en ellos mucho mejor.

Ver a las personas, fotógrafos, maquillistas, ingenieros de audio y visuales. Entraba a un mundo mágico que en ese momento erizaba cada vello en su piel. Se encontraba tan emocionado que temblaba, sus ojos se cristalizaban y los nervios que pocas veces lo invadían ahí se encontraban. Hoseok moriría si veía eso. Su mejor amigo fue otro de los que se vio obligado a renunciar a su sueño porque como bailarín o coreógrafo, sus cuentas no se pagaban.

Le encantaría poder ayudarlo, si entraba ahí, sería un sueño lograr que Hoseok también pudiera cumplir los suyos. Sin darse cuenta, fue envuelto por la atmósfera. Esa música baja, pero motivadora, las personas hablando, las directrices que le daban, todo era magnífico. Lo primero que le hicieron fue tomarle varias fotos sin maquillaje, una prueba de cámaras general que captara cada detalle de su persona.

Tras un cambio de vestuario, maquillaje y peinado, Taehyung fue enviado al set fotografía. Se sentía como pez en el agua, estaba en su elemento. Un mundo muy diferente en donde solo existían él y las cámaras.

Estuvo tan perdido, que ni siquiera notó cuando el CEO llegó al set, quedándose a una distancia prudente para observarlo sin causar mucho revuelo. Cruzándose de brazos junto a su secretaria y el director de imagen, Jungkook posó sus ojos en el hombre al que los flashes parecían amar. Sus gestos eran naturales, podían ser extravagantes o muy sutiles, pero ninguno lucía forzado. Como giraba, el modo en que acariciaba su cuello, como levantaba la tela de su camisa hasta la boca, mordiéndola con delicadeza.

Cada pose era diferente a la anterior, la transición entre ellas era demasiado dual. Un segundo se veía inocente e incluso tierno, divertido, luego agresivo, sensual. Todo él era cautivador, debía reconocerlo. Sus movimientos estaban cundidos en gracia, se tornaba un personaje etéreo que flirteaba con las cámaras. El ambiente era relajado, ninguno lo conocía, pero se reían de él, de sus ocurrencias.

Sin dejar de tomar fotos, le dieron un pequeño libreto para que actuara y así crear un pequeño comercial con esto. De acuerdo, Jungkook debía admitir que ese hombre tenía talento, no podía tapar el sol con un dedo. Solo como modelo, podría gozar de buen reconocimiento porque él no se dejaba guiar por las cámaras, más bien era al revés.

El peso de una mirada provocó que Taehyung barriera con la vista y cierta dificultad todo el set. El flash y las luces no le permitían ver correctamente, no obstante, pudo divisar la silueta de Jungkook, sabía que este lo estaba mirando. Para el pelinegro, su padrastro seguía ignorando su presencia, puesto que su actitud en apariencia no cambió.

Seguía cada uno de sus movimientos, tan seguros y elegantes. Vio como ambas manos rozaban el cuello de su camisa, como mirando directamente al fotógrafo lo desabotonaba. Fueron tres los botones que abrió en total, no había demasiada piel expuesta, solo una pequeña uve sobre su pecho, seguía luciendo sutil y chic.

Cuando los largos dedos del peligris hicieron camino hasta su cuello y luego hacia su hombro izquierdo por debajo de la tela, las manos de Jungkook se ciñeron a sus propios bíceps. Cuando todo el hombro se reveló y en una extravagante pose fue llevado al frente, su clavícula se volvió la protagonista, el sitio ahuecado se hizo más profundo y esto logró que Jungkook dejara de respirar sin notarlo.

— Somi, encárgate de que me lleven un informe detallado cuando terminen con el señor Kim. — Avisó mirando al aludido por última vez. — Envíalo también a mi oficina cuando termine. — Demandó viendo a su secretaria. — Paso a retirarme.

Caminando a pasos rápidos y firmes, Jungkook se alejó de aquel estudio. El ascensor se convirtió en su resguardo cuando soltó todo el aire acumulado y se desabotonó el primer botón de su camisa que parecía ahogarlo. Por primera vez en años, volvió a pensar en aquella noche, en el peligris de cuadrada sonrisa e increíbles clavículas. En los últimos dos años y medio, solo Jaehyun, su trabajo y obligaciones anduvieron revoleando por su cabeza.

Se obligó y aprendió a no pensar en ese hombre que le gustó, ese que se casó con su padre. Agradeció que aquello hubiese sido como una aventura que terminó sin que se crearan lazos o sentimientos profundos. Toda aquella situación le chocó porque fue rara e inesperada. Una vez que lo aceptó, fue más fácil dejar todo atrás.

Sin embargo, la parte carnal y pasional de su persona, se vio afectada por las clavículas de ese sujeto después de tanto tiempo. ¿Qué tan potentes podrían ser unas jodidas clavículas? Unos huesos con un poco de piel, no tenían nada de especial, pero por alguna razón su mente hizo fijación con ellas y le mandaba toda información a su cuerpo.

— ¡Genial, Taehyung! — Lo felicitó uno de los productores después de gritar el corte.

Sus ojos buscaron a Jungkook una vez más, pero ahora que varias luces se apagaban, confirmaba que se había ido y no que se cambió de lugar a uno donde no lo veía con facilidad. Sonriendo le agradeció a todos por su trabajo, vio alguna de las fotos y tomas en los monitores. No había debutado, pero todo aquello le hacía sentir realizado.

— Señor Kim... — La voz de Somi llegó a los oídos del nombrado cuando este salía del cuarto en donde volvió a cambiarse. — El señor Jeon lo espera en su oficina, por favor, acompáñeme.

Taehyung no tenía deseo de volver a encontrarse con Jaehyun, simplemente no le agradaba ese hombre, así que agradeció cuando al entrar en la oficina, solo encontró a Jungkook en su escritorio leyendo algo en un tablet. Su vista iba de ese fino aparato al ordenador que tenía en frente.

— Me dijeron que debía regresar a tu oficina, ¿debo hacer algo más? — Preguntaba para romper ese silencio, buscando llamar la atención de la única persona allí a excepción de él. — Jungkook.

— Dame un momento, enseguida te atiendo. — Musitó sin mirarlo, terminando de leer algo para luego levantarse sosteniendo el negro tablet que también había estado observando. — Todos te han dado una evaluación positiva el día de hoy. — Como si aquello fuera demasiado obvio, Taehyung asintió sonriente. — Las pruebas que se te hicieron hoy te centran como modelo y actor. ¿Estás interesado en hacer algo más?

— Me gusta hacer casi todo, modelar, actuar, cantar e incluso bailar. Sin embargo, quiero centrarme primero solo en el modelaje y la actuación. Creo que más adelante podría intentarlo. — Jungkook asintió con la vista fija en su rostro, quería evitar ir hacia su cuello o cualquier otra zona peligrosa.

— En caso de que decidas quedarte en esta empresa, no puedes debutar inmediatamente, el mínimo de tiempo que deberías permanecer como un aprendiz sería de tres meses. Eso nos da un margen de tiempo a mostrar tu perfil y trabajo a otras compañías, buscarte ofertas que vayan bien con tu potencial, así como organizar otras tantas cosas.

— Tres, seis, no me importa si tengo que esperar esos meses mientras yo también me preparo mejor. Lo único que me gustaría es saber si tendré la seguridad de que firmaré un contrato con ustedes.

— Es probable que así sea, pero no puedo darte una respuesta definitiva hoy. En una semana me comunicaré personalmente contigo, ya sea para decirte que no te quedas en esta compañía o avisarte que hemos elaborado un contrato a discutir contigo y tu abogado. Yo contactaré también al señor Choi, así que no te preocupes.

— Gracias por la oportunidad. — Musitó buscando los oscuros ojos contrarios. — Confío en que pronto estaré trabajando en tu empresa. — Jungkook sonrió y asintió.

— Sí, eso ya lo veremos. ¿Tienes alguna pregunta que desees hacerme o algún otro asunto que discutir? — Preguntó luego de mirar la hora.

— ¿Tienes mucho trabajo que hacer hoy? Me gustaría invitarte a comer, no me gusta comer solo y tu papá no estará en casa hasta tarde. — Enarcando levemente una ceja, Jungkook se le quedó viendo escasos segundos.

— Gracias por la invitación, pero me temo que la tendré que rechazar porque ya tengo planes para hoy. Quizás en otra ocasión.

— ¿Planes con tu novio? — Jungkook frunció el ceño ante esta pregunta, exhalando tranquilo para luego acomodarse y relajar su expresión.

— Ni como profesionales y mucho menos como familia, me gusta hablar de mi vida privada. Así que perdón, pero no compartiré esos detalles contigo. ¿Algo más?

— Me preguntaba qué tipo de relación tienen. ¿Son exclusivos, abiertos, novios, amigos con beneficios?

— Estás mostrando un interés que no deberías en mi vida íntima. No creo que estos sean temas a tratar entre nosotros dos, Taehyung.

— Qué puedo hacer, la curiosidad y el interés me ganan. — Lo cierto era que preguntas tenía miles, pero algo le decía que lo mejor era guardarlas. — Ya que están viviendo en el mismo edificio, me pregunto si las noches las comparten en su apartamento o en tuyo. — Taehyung era un caso serio, el CEO de esa empresa lo estaba corroborando en ese instante. — ¿Duermen en esa cama donde tú y yo tuvimos un sexo tan exquisito?

— ¿Puedo preguntarte dónde están tu dignidad y orgullo?

Taehyung lo miró en silencio fijamente y luego se carcajeó como si hubiera escuchado el mejor de los chistes. Jungkook no se inmutó frente a esto, permaneció tranquilo hasta que el mayor se recompuso secando las lágrimas que su risa provocó.

— ¿Dignidad y orgullo? ¿Eso exactamente cómo se come, te viste o ayuda a vivir? ¿En qué beneficia a una persona? Porque desde mi punto de vista, esto solo sirve para salvaguardar la estabilidad emocional de una persona. Con todo y eso, sería frente a alguien más solamente, porque de igual forma su mente sufre las consecuencias. Cuando esté solo, igual se encontrará dolido o sufriendo. Esas dos cosas, a mi entender son dos emociones, cualidades o características de la personalidad humana que están sobrevaloradas. Solo quienes no evolucionan se aferran a ella. Todo ser, incluyendo los más poderosos, las hacen a un lado cuando lo necesitan, ya luego, cuando obtienen todo lo que desean, vuelven a ponerse el uniforme de la dignidad y el orgullo.

— Siempre das bonitos discursos. — Sonrió Jungkook volviendo a observar la hora. — Creo que has vivido tu vida sin que el pasado te pase factura.

— Cuando el pasado toca a mi puerta, simplemente no le abro porque nunca trae algo bueno o nuevo. No aporta nada, solo te quita, ya sea tiempo, tranquilidad u oportunidades que nos negamos a ver por estar tan concentrados en ese pasado que ya pasó. Me importa el presente y el futuro. Incluso mañana, lo que hoy ocurra pasará a ser historia y no lo podré cambiar. Por ende, no me dejo embaucar por el pasado y si no llega a mí, no puede pasarme factura.

— Pero te veo muy interesado en recordar un pasado conmigo que no tiene futuro. Deberías concentrarte en tu carrera y esposo.

— ¿Quién dice que no estoy concentrado en esas dos cosas? — Se levantó de su sofá para caminar hasta donde el menor se encontraba sentado, inclinándose levemente hacia adelante para dejar su rostro a la altura del contrario. — ¿Quién dice que nuestro pasado no tiene futuro cuando sigues formando parte de mi presente? Todo lo que hace falta es un movimiento...

¡Hola por aquí! Espero que estén saludables y que les haya gustado este capítulo.
LORED

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro