Capítulo 47

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Kim Taehyung estaba sorprendido porque aunque Jungkook no era un hombre inmune a sus encantos, tampoco era demasiado fácil de capturar. Tenía cierto parecido con Dongun, no podía pasar por alto este hecho porque era una de esas cosas aquello que lo hizo empezar a ver a su esposo como algo más que un simple negocio. Dongun buscaba siempre la forma de mimarlo y complacerlo no solo utilizando cosas materiales, pero cuando lo hacía era espléndido, algo que su hijo parecía haber heredado.

Ahora que miraba todo a su alrededor deseaba sonreír porque con todo el esfuerzo que le costó, Jeon se abría ahora tan fácilmente, se entregaba tan sencillo que sentía en el fondo de su pecho una llama flaquear buscando apagarse. ¿Eso era todo? ¿Ya lo tenía comiendo en la palma de su mano?

Tonto, algo estúpido, simple, sin gracia, así le parecía el pelinegro ahora, así se volvían todos luego de un poco de sexo y difiriendo de lo que creyó, su hijastro no era la excepción; una verdadera pena. No habían hecho casi nada y Jungkook le estaba poniendo una jodida casa en sus manos. No es que pudiera quejarse, pero reafirmaba muchos de sus pensamientos y no sabía cómo sentirse al respecto mientras caminaban por toda aquella mansión innecesariamente grande para ellos dos, pero lujosa y exquisita para su vista y orgullo.

Sinceramente creyó que sería más duro, aventurero, que le ofrecería ese sexo prohibido y rabioso, vería esa lucha en Jungkook que tanto le atraía, pero ahora... Parecía que nada le importaba y una parte de su ser se desanimaba con esto porque no era el mismo de meses o años atrás. Quería ver al menor que veía junto a Jaehyun o al que conoció en aquel club, este simplemente hacía y aunque una parte lo hacía sentir el ganador de esa batalla, otra lo hacía sentir como un repuesto, como si simplemente se estuviera conformando con él ahora que no tenía a ese otro jodido pelinegro.

Detestaba la idea de Jaehyun, recordarlo siquiera, pero es que le molestaba pensar que de haber seguido juntos, Jungkook no hubiese sido suyo. Porque después de años la primera vez que pudo tenerlo fue cuando el propio Jaehyun mandó prácticamente al pelinegro a sus brazos al darle tiempo para que arreglaran sus cosas. Sí, en aquel evento el menor de los Jeon se dejó ir y fue casi su momento más glorioso, tal cual le dijo ese hombre, estaba orgulloso y regodeándose por ello. Pero luego, los escuchó tener sexo, como Jungkook rogaba para que no lo dejara u después lloró como un idiota por su partida. Lo ignoró por tanto tiempo y ahora estaban ahí.

— ¿Qué te parece el sitio? — Las palabras de Jungkook lo sacaron de ese hilo de pensamientos, haciéndolo elevar sus comisuras para mantener una imagen de acorde al momento.

— Es hermosa... Nuestra casa, mi nueva casa...

— Bueno, la casa en donde tendremos sexo, pero técnica y legalmente, es solo mi casa, pero la compartiré contigo en aras de nuestra diversión mutua. — Comentó con una sonrisa, viendo el rostro de Taehyung desencajarse frente a esto. — ¿En serio pensaste que tal cual tu esposo te estoy regalando una casa? El placer todavía no me ha pegado tan fuerte, Tae. — Musitaba acercándose al peligris que dibujaba un mohín en su rostro, pero que en su interior agradecía porque la caza no se hubiese acabado tan temprano. — Pero puedes hacer de este lugar lo que te plazca, solo tú y yo tendremos libre acceso a ella. Los cristales se empañarán con nuestros alientos, las paredes quedarán impregnadas de gemidos y palabras dichas tanto dentro como fuera de la cama. Los muebles tendrán restos de nuestro sudor, cada parte gritará un nosotros mientras dure esto y quién sabe, puede que también después.

Procurando callar las palabras del pelinegro, Taehyung avanzó risueño. Al lanzarse su objetivo estuvo claro, los labios y cuello del menor. Sus manos apoderándose de la camisa impecable que durante el día había llegado solo para destrozarla a voluntad. Inevitable relamerse sus labios al posar sus ojos en esos tatuajes, ese pecho adornados con unos marcados perfórales y pezones con bellos piercings, esos divinos músculos.

Dedos largos y elegantes se acomodaron alrededor del cuello de Jungkook, apresándolo con firmeza tal que no se detuvo ni siquiera cuando el rostro del menor comenzó a enrojecer. No lo detuvo, en cambio, le sonrió a Taehyung, viendo como este le devolvía la sonrisa y se acercaba para morder sus labios, mejillas, lamer su propia mano que continuaba cubriendo su cuello hasta llegar a su mentón.

— Uy... — Musitó entre risas cuando Jungkook lo cargó para llevarlo hacia la mesa de la cocina. — Serás lo primero que comerás sobre esta mesa, inaugurémosla correctamente. — Tirando una vez más de su cuello lo acercó para recorrerlo con su lengua de la forma más vulgar y sucia, mostrando al final una amplia sonrisa cuadrada tan tierna, que no parecía ser la basurita que era frente a los del pelinegro. — Dime qué sabor tengo hoy. — Eso fue una orden clara y, si quedaba espacio a la duda, la forma en que estrelló la cabeza de Jungkook contra su entrepierna debería esclarecerlo por completo. — No sabes la pesadilla que tendrás como no hagas un buen trabajo y logres que me corra en esa boquita que solo sabe regañarme. Demuéstrame lo mucho que sabes hacer, menor.

— ¿Menor? — Jungkook enarcó una ceja viendo la burla reflejada en ese rostro. — Interesante, veremos cuántas cosas podrá enseñarle este menor a su mayor, si es cierto eso de que el alumno supera al...

El sonido del teléfono de Jungkook los interrumpió y los ojos del peligris no pudieron evitar rodar con pesadez. Forcejearon entre risas y besos, intentaron ignorar el sonido hasta que la melodía cambió.

— ¿Tienes a alguien con un tono de llamada especial? — Cuestionó Taehyung viendo al pelinegro correr a contestar mientras asentía.

— Es mi padre.

— Maravilloso, supongo. — Espetó algo incómodo, permaneciendo en su sitio.

Por lo que escuchaba, estaba sucediendo algo importante con Jeon's Group y para su jodida mala suerte, tal parecía que su esposo estaba convocando a sus hijos y accionistas a esa maldita hora. ¿Quién convocaba a una reunión a esa hora? ¿Por qué no dejarlo para primera hora de la mañana así él podía inaugurar correctamente esa casa? Esperó oír al menor negarse, pero ocurrió todo lo contrario.

— ¿En serio me vas a dejar así? — Preguntó en cuanto Jungkook hizo acto de presencia. — ¿Irás a reunirte con Dongun?

— Se trata de asuntos importantes y urgentes, al parecer uno de los socios ha estado utilizando uno de los negocios para el lavado de activos y esperamos que no llegue mayores. Habrá que destituirlo, forzarlo a una venta de acciones y ver la manera de enviarlo a la cárcel o mínimo pague una penalización para que la empresa no deba responsabilizarse y esto no se nos salga de las manos porque es algo serio. Un escándalo de este tipo e incluso los negocios independientes de Seokjin y Jeon's Entertaiment se verán terriblemente afectado, es urgente. — Se acercó para besarlo, viendo la renuencia del contrario. — Créeme cuando te digo que no hay nada que desee en estos momentos más que estar aquí contigo.

— No ayuda mucho que lo desees. Da igual... — Esa mirada hacía a Jungkook sentir culpable por marcharse, pero no podía dejar de lado sus obligaciones en un momento tan importante.

— Lo siento, de verdad. Si lo deseas puedes quedarte aquí dado que mi padre tampoco estará en casa, podría venir aquí después de la reunión. — Habló viendo al peligris enojado reajustando su ropa. — Tal vez otro día.

— Ambos tenemos cosas que hacer Jungkook, así que está bien, tú a lo tuyo y yo a lo mío. — Fue todo lo que dijo antes de abandonar la casa, dejando a un pelinegro confundido que no tuvo demasiado tiempo para pensar dado que su teléfono volvía a sonar.

— Mierda...

+++

Apagando el motor de su automóvil, Taehyung chequeó su celular para ver la disculpa de su esposo avisándole que tal vez no llegaría a la casa porque algo urgente había surgido en su empresa y debía buscarle pronta solución. Odiaba no poder ir y liberar la frustración en sus brazos, apagar aquello encendido por Jungkook junto a él como en otras ocasiones. Odiaba sentirse o quedarse tan frustrado.

Descendió del vehículo con su mandíbula tensada, mandándole un mensaje que evidenciara su molestia a su esposo antes de apagar el teléfono y adentrarse al edificio. Avanzó en silencio hasta el ascensor, recostándose contra uno de los espejos, mirándose en el otro hasta que las puertas se abrieron. Una vez más caminó por aquel pasillo e introdujo la contraseña que seguía grabada en su mente. El lugar era tranquilo, silencioso a excepción de sus pasos.

Dejarse caer en esa cama esa noche se sintió bien, mejor que quedar abandonado en aquella mesa. No lucía tan elegante como la que vio un rato atrás en su recorrido por la nueva casa, tampoco con la comodidad de esas que la mansión donde vivía con su esposo guardaba. El cuarto era pequeño, pero bastaba por esa noche.

— ¿Tae? — La voz sorprendida llegó hasta él; se sentó para mirar en su dirección con una amplia sonrisa. — No me avisaste que venías hoy, ¿todo bien? — Park Seojoon estaba un poco confuso, pero su sonrisa no tardó en llegar.

— No te vistas. — Comentó el peligris cuando lo vio dirigirse hacia el armario. — Acabas de salir del baño, mejor quítate la toalla y acomódate aquí. — Palmeó la cama de la que se levantó para acercarse a un beso necesitado, un hombre que siempre estaba dispuesto a ser suyo se sentía tan bien en ese momento. —Recíbeme bien esta noche y sé un buen anfitrión. ¿Podrías hacer eso por mí, hyung? — Preguntó desnudándose lentamente para que el contrario lo admirara, ver el llameante deseo en sus ojos reflejarse en su virilidad. — Divirtámonos mucho esta noche y procuremos no pesar en nada, hagámonos olvidar todo.

+++

— Jungkook, estamos trabajando, deja el teléfono a un lado. — Espetó su padre viendo como de soslayo continuaba apegado a ese aparato, escribiendo y chequeándolo. — Estoy seguro de que unas firmas más no te matará, por favor.

— Lo siento. — Se disculpó mirando la hora, cerca de las cuatro de la mañana, en resumen, era de madrugada. — Deberíamos ofrecer una aclaración detallada de los tributos que se han pagado al Estado. Si hacemos un análisis estratégico para finalizar el día de mañana y lo sumamos al resto de las pruebas, ayudaría a limpiar un poco todo este desastre.

— La aclaración de tributos e impuesto está hecha, solo nos restaría el análisis. ¿Creen que puedan tener los de sus empresas listos para mañana? — Dongun miró a sus hijos, tras la reunión, solo habían quedado ellos y sus asistentes.

— Tengo un resumen semanal, mensual y el más profundo anual. — Comentaba Seokjin observando a Yoongi parado justo detrás de Jungkook. Era un poco difícil no mirar en su dirección y notar como con el paso de los años, las similitudes entre ambos habían disminuido. Por supuesto, había días o momentos en donde esto prevalecía, pero no como se parecían años antes. —Te lo entregaré después de dormir un poco.

— ¿Dormir? ¿No han visto la situación?

— Perfectamente padre, pero con las neuronas saturadas y el cansancio comiéndonos por una pierna no seremos capaces de dar el todo. Un descanso para recobrar fuerza es lo más sensato, no queremos que ocurran más errores cuando lo que procuramos es erradicarlos. Todos sabemos de su adicción al trabajo, pero tiene hijos que no se quieren dejar consumir por él. Yo tengo una esposa e hija esperándome en casa, Jungkook tiene que descansar porque no ha podido hacerlo desde que regresó de Japón y usted tiene un esposo que no debe estar muy feliz de quedarse solo tan seguido. Debería prestarle atención para que no la busque en otro lado.

Jungkook tensó su mandíbula, aferrándose a su bolígrafo y documentos como si de estos dependiera su vida. Min desvió la mirada y el asistente de Dongun lo imitó, dejando solo al mayor de los Jeon en una batalla de miradas con Seokjin.

— Insistes siempre en hacer ese tipo de comentarios irrespetuosos hacia mi esposo y un día no tendré la mejor paciencia para soportarlos porque también tengo mi límite.

— Esta vez, padre, no lo he ofendido, otras veces sí, pero ahora no lo hice. Ha sido solo un consejo, cuando nuestra pareja se siente sola y descuidada, corremos el riesgo de que alguien llegue y le brinde todo eso que nosotros no le damos. — Respondió Jin mirando fijamente a Yoongi sin importar que el resto lo observara. — Me ha pasado y viendo el modo en que usted ama a Taehyung, no me gustaría verlo pasar por ese dolor. ¿Por qué no recogemos todo y en unas horas nos reunimos nuevamente?

El salón quedó completamente en silencio, el aire cortaba, no tanto como las miradas. Sintiendo sus ojos picar, Dongun asintió levantándose de la mesa para abandonar la oficina sin mirar atrás. Su asistente rápidamente comenzó a recoger los documentos mientras los hermanos se miraban.

— ¿Había necesidad? Siento que solo lo haces para molestar a papá.

— Puede ser, pero no le mentí. Ahora tiene un matrimonio como el que siempre deseó, no pudo hacer feliz a una mujer, que al menos haga feliz a ese hombre o se mantenga feliz él.

— Muy hipócrita de tu parte decirlo. — Habló sin querer Yoongi cuando los tres quedaron solos, viendo a Jin elevar la mirada en su dirección. — Bueno, yo tampoco estoy diciendo una mentira y para odiarlo tanto, en verdad que eres idéntico a él. Desde sus actitudes hasta las decisiones de vida. Ambos casados por apariencia con una mujer mientras disfrutan de los hombres. Los dos llevan sus amantes a casa aún con hijos presente, lo dije sin querer, pero eres un hipócrita, Jeon Seokjin.

Los hermanos se quedaron viendo en silencio aquel vómito de palabras inesperadas que culminó cuando quien hablaba prácticamente huyó del lugar. Jin estaba molesto; la confusión lo llevó a levantarse de golpe y salir corriendo en busca de su asistente mientras Jungkook miraba a su vacío alrededor. No iba a quedarse a esperar ahí, eso era seguro, así que tomando el teléfono que tuvo que abandonar volvió a escribirle a Taehyung aunque este estuviese durmiendo, con la esperanza de que se levantase al baño y lo mirara. No quería aceptarlo, pero se sentía culpable de verlo tan frustrado y molesto aunque sabía que no era más que un capricho del mayor. No es que lo hubiese utilizado, jugado con él o simplemente dejado ahí por capricho, realmente fue por una causa de fuerza mayor.

Eso no le impidió a Jungkook preocuparse, tampoco regresar a la recién comprada casa solo para comprobar que Taehyung no estaba ahí. ¿Debía preocuparse tanto? ¿Quizás una última llamada? No, no tenía sentido, lo que debía hacer era tomar una ducha y acostarse a dormir aunque ese no fuera la forma en que pensó inaugurar esa residencia.

+++

Taehyung abrió los ojos maldiciendo un poco al ver el cuerpo junto al suyo que se removió para abrazarlo. Era tan común y familiar, pero se sintió tan raro esa mañana al despertar, compartir el desayuno y hablar como cuando ellos eran pareja. No era para nada desagradable, al contrario, era cómodo y acogedor; no cambiaba el hecho de que se sentía mal.

— ¿Tienes algo que hacer esta mañana? No entro a trabajar en el hotel hasta la tarde, ¿te apetece hacer algo? — Preguntó Seojoon yendo hacia el baño. — En casa o fuera en un lugar seguro para ti. — El timbre de la puerta sonó y esto hizo que el mayor saliera nuevamente del baño. — No te preocupes, atiendo yo, tú no te muevas. — Con una amplia sonrisa caminó hacia la puerta, hablando por el comunicador para ver quién estaba en la entrada del edificio, pero los toques en su puerta seguido del sonido del teclado lo hizo maldecir.

— ¿Qué sucede? — Taehyung se levantó rápidamente al ver a Seojoon quedarse paralizado frente a la puerta que se abría, pero él no fue el único. — ¿Jimin?

— No lo puedo creer... — Mencionó el recién llegado mirándolos a los dos. — Debo creer que tú tienes un fetiche con los familiares. ¿Puedo desayunar con ustedes, hermanito?

— Ya desayunamos, Jimin. Además sabes que no puedes aparecerte sin avisar, cómo es que siquiera tienes el código de mi apartamento. — Reclamó Seojoon sin comprender muy bien por qué Taehyung parecía estar viendo un fantasma. — Me hablas una vez al año y yo jamás molesto al señor famoso. No comprendo tu presencia aquí.

— Si quieres culpar a alguien, toma el teléfono y llama a tu padre, el hombre que nos procreó a ambos. Creyó que te había sucedido algo grave y como no podía venir de Busan aquí solo por una sospecha, me envió a buscarte, dándome tu contraseña por si bueno... En casa que te hubieras muerto en tu casa y nadie te hubiese encontrado aún. Una visita como esta se evitaría si respondieras sus llamadas o las mías, te he llamado desde anoche que tu papá me llamó. Taehyung, siéntate y mejor cuéntame cómo es que conoces a Seojoon hyung, es literalmente mi hermano mayor

— Y-Yo...

— Taehyung y yo fuimos pareja durante un tiempo.

— Espera... — Lo calló Jimin observándolo. — ¿Este es el Taehyung que querías presentar ala familia y por el que tu padre enloqueció cuando confirmó que sus hijos dejaban caer más plumas que un ganso?

— No es gracioso, pero sí, es él.

— Vaya que este mundo es un pañuelo. — Sonrió Jimin mirando al peligris que no dejaba de mirarlo confundido.

— ¿Por qué nunca me dijiste que tu hermano era Park Jodido Jimin? — Indagó Taehyung logrando recuperar el habla.

— Te dije que tenía un medio hermano menor. Él tenía una agenda apretada y por su trabajo no creí correcto revelar su nombre hasta que no lo conocieras personalmente o él me diese autorización, pero terminamos separándonos antes de esto. Supongo que se conocen de la compañía en la que ambos trabajan.

Oh, se conocían mucho mejor que eso y la sonrisa cómplice de Jimin se lo recalcó al peligris que sin más se levantó para marcharse. Por alguna razón esa mañana todo se sentía extrañó, fue un mal presagio que no logró comprender. Los hermanos no impidieron su partida, ambos sabían que él tendría demasiadas cosas en su cabeza aunque por razones diferentes a las que Seoojon creía.

Esa mañana solo trajo problemas y al llegar a su casa, Taehyung pudo confirmar que la decisión que tomó la noche anterior podría no ser la mejor de todas. Para su desgracia, cuando llegó a la mansión se percató de que su esposo no había pasado toda la noche afuera, realmente no esperó verlo aparecer hasta la anoche de ese día, pero ahí estaban. Dongun, Jungkook, Seokjin y como si esos tres fuera poco, Hoseok también estaba presente, temblando debido al nerviosismo. Como no sabía que Jungkook lo llevaría a esa casa o que terminaría yendo a verse con Seojoon, Taehyung olvidó decirle a su mejor amigo que no se encontrarían esa mañana como acordaron. Ahora, la excusa de haberse quedado con el pelirrojo era completamente inservible.

Hola por aquí, espero que estén bien y disfrutando de todos los contenidos que los chicos nos han dado últimamente, incluyendo hoy, estuvieron bellos en los TMA🥺

✨Aclaración✨ Por favor, recuerden el nombre de la historia. No se llama ángeles, sino infames. Sí sé que las acciones de muchos serán cuestionables y es el punto, pero absténganse de decir que quiero hacer parecer a tales personajes de un modo cuando no son así en la vida real. Esto es un FANFIC, claramente no tiene nada que ver con ellos en la vida real porque es ficción. No todo el mundo tiene la moral perfecta, para no decir que nadie la tiene en un asunto u otro. WELCOME TO THE REAL WORLD🤦🏾‍♀️

LORED

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