Capítulo 56

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— ¿Cómo te fue hoy? — A través de una videollamada Taehyung hablaba con su esposo mientras se tomaba una ducha. — ¿Estás seguro de que te sientes bien? Es que te noto un poco desmejorado.

— Me fue bien tanto en el trabajo como con tu hijo. Hoy hubo grabaciones en donde yo no estaba supuesto a estar, pero como fui a ver a Hobi, terminé participando. En las escenas donde supuestamente estábamos todos bajo la lluvia bebiendo y bailando. Aunque el agua no era fría, el aire si lo estaba, entonces creo que el cambio de temperatura me ha resfriado un poco, pero estoy bien mi amor. No te preocupes. ¿Qué tal tu día? ¿Cuándo regresas? Ya te extraño mucho, has viajado demasiado en estos días y tu esposo se siente solito.
— Mi niño se siente solo. — Imitó el ligero puchero de Taehyung antes de regalarle una sonrisa. — Pasado mañana estaré de regreso en Seúl y prometo dedicarte mucho tiempo, te consentiré bastante. No tengo pensado viajar hasta el próximo mes y para entonces vendrás conmigo si tu agenda te lo permite.

— ¿Viajaremos juntos? — Taehyung sonrió animado porque viajar con su esposo siempre era divertido, lo hacía sentirse el rey del mundo y entre mimos terminaba siempre teniendo un muy buen tiempo. — Pienso que tendré la agenda despejada, pero no estoy seguro. Hasta ahora nada más tengo algunas entrevistas, sesiones fotográficas y la campaña de UNICEF ya hablada, solo que no tengo fecha exacta.

— Ya nos organizaremos, lo más probable sea que viajemos a Canadá, pero hablaremos de ello una vez que regrese. — Musitó ladeando su sonrisa al ver como el menor coqueto pasaba a secar su cuerpo y se acariciaba para él. Mirando a los alrededores, Dongun se acomodó en el sofá en donde se encontraba y lo observó hasta que el peligris untó su mano de esa blanquecina salinidad. — Por dios, eres tan hermoso, mi amor.

— ¿Ves lo mucho que te extraño, esposo mío? Tienes que regresar pronto.

— Lo haré, mi amor. Lo haré.

— Por cierto, quería decirte que hoy no me quedaré en casa, aprovecharé para pasar la noche con Hoseok, también veré a Jungkook, quiero hablar algunas cosas con él esta noche. Hablar con tu hijo en la empresa es casi imposible, así que trataré de verlo esta noche. — La mejor forma de proceder era siempre ser abierto y sincero omitiendo algunos detalles. Por supuesto que vería a Jungkook y hablaría con él, ahora el motivo de la charla real era lo que no rebelaría.

— Ya veo, está bien, pero por favor, no peleen. Sé que te llevas mejor con él que con Seokjin, aun así quiero que eviten los malentendidos. — Taehyung asintió con una sonrisa, escuchando las voces que llegaban a la habitación de su esposo. — Debo irme, amor, te escribiré antes de dormir y te llamaré en la mañana. Te envío un beso.

— Otro para ti... — Terminó de despedirse con un estornudo.

Envuelto en su bata de baño Taehyung caminaba por toda su habitación rememorando lo sucedido en la tarde con Jungkook y Jaehyun. Todavía algo dubitativo le envió un mensaje a Hoseok porque sabía que su amigo probablemente estaría descansando por las horas que pasó grabando ese día. Esperaba que el pelirrojo comprendiera la información guardada y lo cubriera como siempre. Debía comenzar a elaborar nuevas excusas que pudieran sostener sus actividades a largo plazo.

Jungkook...

Mientras mordía su labio inferior la imagen de Jungkook junto a su expareja venía a la mente. Odiaba el maldito pensamiento de ellos dos perennes en su cabeza. Deshaciéndose de su bata caminó desnudo por toda la habitación a pasos rápidos porque no deseaba perder más tiempo en el mismo lugar. Entre estornudos se vistió y tomó su auto para conducir hasta el edificio en donde residía su hijastro menor. Al ya ser conocido pudo estacionarse en el interior sin problema, entre las veces que fue a ver a Jimin y a Jungkook, se había convertido en un visitante confiable y regular.

El sonido de su teléfono detuvo sus movimientos, una vez más se reflejaba en su pantalla aquel número no almacenado, pero conocido. Responderlo seguramente amargaría su noche, por lo que la desechó sin siquiera sopesar la idea de contestar.

— ¿Qué haces aquí? — El CEO de Jeon's Entertainment se encontraba revisando algunos documentos cuando el timbre de su puerta lo sobresaltó. Por un momento creyó que podría ser Jimin e incluso Jaehyun, pero se sorprendió al ver a su padrastro sin haber recibido un aviso previo. — ¿Por qué no me dijiste que venías a mi apartamento?

— ¿Debo quedarme en el pasillo? Permíteme pasar. — El pelinegro se hizo a un lado viendo a Taehyung pasar. — ¿Estás ocupado?

— Sí, estoy trabajando. He estado grabando durante el día, así que tengo que encargarme de varias cosas ahora. — Musitó viendo al mayor controlar todo el lugar. — Taehyung, quedamos que nuestros encuentros serían organizados con antelación y de preferencia en la casa, no aquí.

— Necesitaba hablar contigo, disculparme. — Enarcando una ceja Jungkook permaneció sin inmutarse un solo segundo. — ¿Podríamos ir a casa? Preferiría que hablásemos allá. — Agregó estudiando el rostro de su silencioso hijastro sin saber que él también había estado sopesando hacerle el mismo ofrecimiento.

Fue entonces que mientras observaba a Taehyung, Jungkook cayó en cuenta de algo quizás obvio, pero que hasta el momento no pensó demasiado. Tenía una pequeña debilidad por el hombre casado con su padre. En otro momento, con alguna otra persona, él no hubiese soportado ni una cuarta parte de las vivencias compartidas junto al peligris Solía ser tan fácil cortar todo lazo con una persona, tan difícil hacer lo mismo con ese peligris que continuaba esperando su respuesta. Le atraía, más que eso, le gustaba.

¿A quién engañaba?

La probabilidad de que todo fuese más allá de simple gusto y atracción superaba el cien por ciento. No estaría ahí, observándolo después de tanto. Es que estaba seguro, por mucho que se pinchara con las espinas de sus flores, el atractivo, aroma y la sola presencia de Taehyung lo atraían como una abeja en busca del néctar guardado en su interior. Desconocía a ciencia cierta la envergadura de los sentimientos que se encontraba almacenando en su interior a sabiendas de que no debía involucrar emociones en una relación acordada como la de ellos.

Ni siquiera se veía con él en una relación, Taehyung no era el tipo de hombre con quien él tendría una relación seria porque para comenzar, ya estaba casado, además, no podría tener una relación con quien debía contener constantemente sus pensamientos y sentir. Se encontraban muchas veces en una turbulencia imperceptible a los ojos de muchos, pero que se adueñaba de sus mentes provocándoles incluso insomnio porque no había tranquilidad alguna. Debía comprenderlo, después de todo, fue él quien aceptó mezclarse en esa relación infame con el hombre que su padre amaba, con quien estaba casado y ese que tantas veces levantaba pasión entre sus sábanas.

— Deberías ir adelantándote, yo debo terminar rápido con lo que estoy haciendo, me cambio y te alcanzo en aproximadamente una hora. — Habló Jeon finalmente mientras asentía a la petición del mayor.

— ¿Irás? — Quiso asegurarse Taehyung luchando contra un estornudo que terminó ganando la batalla.

— Salud.

— Gracias. — Asintió haciendo una mueca sintiendo que venía otro estornudo fallido. — Entonces te esperaré en la casa, por favor no tardes.

— No lo haré, en una hora estaré allí. — A pasos suaves se acercó a la puerta junto al mayor, aceptando el beso entregado aun sin devolverlo.

Se sintió obvia la contención de Jungkook, en otra ocasión sus labios hubiesen entrado en una deliciosa batalla, mínimo calentado los suyos con una sonrisa o caricia, pero el pelinegro solo le dio una escueta sonrisa a modo de temporal despedida.

Ya solo, Jungkook permaneció observando la puerta durante varios segundos antes de peinar su cabello con la mano derecha y suspirar caminando hacia los documentos que había estado leyendo. Se sentó, observó todo a su alrededor, pero todo lo que pudo hacer fue maldecir bajo y perder su rostro entre las palmas de sus manos, frotándose contra estas, desesperado.

— Joder, Taehyung... — Susurró dejando de lado los papeles que intentó leer sin éxito. Su teléfono sonó mostrando el número de Jimin, luego el de Namjoon, pero no atinó a responderles, ya los llamaría después porque no tenía deseos de hablar con nadie.

Conduciendo en dirección a la casa, la mente de Taehyung continuaba dándole vuelta en su cabeza a la frialdad con que Jungkook lo trató. ¿Acaso el pelinegro se sentía demasiado seguro creyendo tenerlo en la palma de su mano? Podría tratarse del regreso de Jaehyun al país eso que lo tenía tan distante. Tal vez era él quien debería alejarse un poco de Jungkook y dejarle ver lo mucho que lo iba a extrañar, a necesitar, sin embargo, él era el necesitado en ese momento. No daría un paso atrás cuando existían depredadores tratando de robarse su presa.

Taehyung podía sentir su propia mandíbula crujir, su agarre afianzarse y el pie presionando más el acelerador del vehículo. Estacionarse una vez que llegó a la casa fue algo que hizo en segundos, adentrándose y dejándose caer en el sofá comenzando a sentirse un poco mal.

— ¿Qué estás haciendo y por qué te has desviado tanto de tu camino, Taehyung? — Hacerse a sí mismo esta pregunta sea estaba tornando un hábito en sus momentos de total tranquilidad.

Sus ojos contemplaban todo el lugar, Jungkook realmente tenía buen gusto inmobiliario y se veía reflejado en cada una de sus propiedades. Todavía estaba el hecho que le hacía sonreír al mayor, su hijastro había comprado esa casa para sus encuentros, pensando en él. Guardaba muchas similitudes con su esposo, le gustaba como ambos lo hacían sentir, esa entrega que percibía positiva y negativamente.

No quería que Jungkook procurase algo más allá del sexo que podían ofrecerse mutuamente, no quería que se desvaneciera esa chispa que venía con lo prohibido, algo sin regla y por lo que no debía contenerse. Si se entregaba demasiado, Jungkook iba a terminar desarrollando algo más que atracción o cariño y tampoco quería eso, seguía firme en el hecho de no dejar a su marido. Además, comenzaría a exigirle demasiadas cosas.

Solo por el hecho de tener algo tan casual y efímero como lo era el sexo, el menor le comenzó a pedir exclusividad, se creía con el derecho de interferir en su vida como lo hizo con Wooshik y eso no era algo que Taehyung quisiese. Jungkook era un amante, un hombre con el cual sexualmente disfrutaba muchísimo, le agradaba su persona y su compañía también era placentera, pero reglas, contención, fidelidad y exclusividad se la debía al hombre que firmó aquel documento civil que los convertía en esposos. Jungkook debía ser sinónimo de diversión y dejaría de ser divertido si ocurrían cosas como lo sucedido en el set de grabación.

Él no tenía tiempo para estar pensando con quién y dónde estaba Jungkook. No deseaba que su mente estuviese ocupadas con algo más allá de su trabajo, matrimonio y sus ratos de esparcimiento. Le asustó el repentino timbre des teléfono cuando él estaba perdido en sus pensamientos, ese número seguía llamándolo, pero él no se sentía bien para atender esa llamada, simplemente no lo quería hacer y punto. Existían fantasmas y pasados que debían dejarse atrás para poder ver con claridad hacia el futuro o al menos vivir el presente.

Estornudando Taehyung se levantó para caminar hacia el baño de la planta inferior en busca de un pañuelo desechable que Jungkook guardaba en uno de los estantes. Al soplarse la nariz confirmaba su resfriado y la imagen que observaba en el espejo no era totalmente de su agrado. Sin embargo, este hecho cambió cuando en el reflejo la imagen de Jungkook apareció. No se inmutó, simplemente permaneció en su lugar hasta que su cintura fue abrazada y su nuca besada.

— Este saludo se siente mucho mejor que el recibido en tu apartamento un rato atrás. — Murmuró Taehyung inclinando su cabeza para sentir mejor el roce de los labios ajenos en su cuello.

— Me tomaste por sorpresa. — Contestaba buscando la mirada contraria a través del espejo. — Mencionaste que necesitabas hablar conmigo, aquí estoy.

— Se trata de nosotros y Jaehyun. — El movimiento de los labios de Jungkook sobre su cuello volvieron a detenerse, terminando de poner espacio entre ambos. — Quería disculparme por lo ocurrido en tu grabación, lamento si hice que las cosas fuesen incómodas.

Tomar la mano del peligris fue la tácita señal dada para salir del baño y dirigirse a otro sitio. Sin soltarse caminaron hasta la habitación y solo entonces Jungkook se deshizo de la chaqueta que llevaba para sentirse más cómodo. Pocas veces Taehyung tenía la oportunidad de verlo lucir así, debido a su trabajo, la mayoría de las veces lo veía con traje o desnudo.

Ese atuendo le recordaba al pelinegro que conoció años atrás en el club. Envuelto en un aire juvenil gracias a los pantalones negros, anchos y llenos de bolsillos que llevaba, una sudadera negra con el gorro todavía cubriendo su cabello y encima una chaqueta de cuero que pese a parecer no ir de acorde al resto de su atuendo se veía bien.

— Me gusta como te queda el color negro. — Habló Taehyung logrando que el menor sonriera ante esto.

— Es bueno saberlo. — Agregó yendo hacia el sofá de la habitación ya completamente cómodo, palmeando su lado para instar al peligris a sentarse. — ¿Qué es exactamente lo que sientes de lo sucedido?

— Siento haberte molestado, como te dije, lamento haber tensado la situación.

— No lo sientes, Tae, disfrutaste haciendo sentir incómodo a Jaehyun, fue demasiado evidente en tu mirada y actuar.

— Bueno, sí, es cierto que disfruté eso, pero no significa que no sienta lo que esas acciones provocaron entre los dos. Me disculpo contigo, no con él. — Jungkook rodó sus ojos, mas sus comisuras casi se elevaron mientras negaba con su cabeza. — Te seré sincero, Jungkook, no me agrada tu expareja. Admito que me gusta provocar ya sea de forma positiva o negativa a las personas, pero no se trató de eso solamente. Es notable su interés en ti todavía. Él te dejó libre, estuvo en una relación y ahora se encuentra soltero nuevamente, no obstante, sigue dándote las mismas miradas que cuando estaban juntos. Sigue enamorado de ti.

— Yo siempre he sido claro y honesto contigo, así que no comenzará a ser diferente. Puede que Jaehyun aún sienta algo por mí, puede que yo también todavía albergue sentimientos por él porque fuimos una parte importante en la vida del otro. Nos gustamos, quisimos y amamos a nuestra manera compartiendo mucho más que sexo o nuestros cuerpos. Construimos algo que nos caló muy profundo y ha requerido tiempo volver a armas las piezas del nuevo rompecabezas de nuestras vidas ahora que ya no las compartimos. Sigue siendo un buen amigo y, mismo si yo quise en más de una ocasión Jae me ha dejado claro que no volveremos a cruzar esa línea. No está interesado en estar con un hombre que se siente del mismo modo que yo contigo.

— Si él no te hubiese dejado todavía seguirías con él. Por lo que me dices, es él quien no quiere regresar contigo, pero tú si deseas volver con él. — Se alejó del pelinegro caminando hacia la puerta de la habitación a pocos pasos de ellos para mirar hacia la terraza. — Correrías hacia Jaehyun si él te dijera que desea tener sexo contigo.

— Hace muchísimos años que nosotros dejamos de tener ese tipo de relación, desde que se fue a terminar sus estudios al extranjero. Lo que nos unía no era el sexo por mucho que disfrutáramos de esto. Jaehyun no me llamaría solo para eso, menos a sabiendas de lo que tú y yo tenemos. Yo tampoco iría en su búsqueda nada más para eso ya fuera que estuviese contigo o del todo soltero. — Mencionó mirando la reacción de Taehyung, sintiendo su pecho cosquillear al verlo con su ceño fruncido, actuando como si estuviera realmente celoso. — En estos momentos soy exclusivamente tuyo, creo que eso lo dejé claro antes de aceptar entrar en esta relación que tenemos. Si yo llegase a interesarme por alguien más serás el primero en saberlo, así que no debes temer una infidelidad de mi parte. ¿No hicimos un trato tú y yo?

— Sí, lo hicimos. — Afirmó el mayor de brazos cruzados. — Espero que respetes ese acuerdo.

— Lo haré, Tae, no te preocupes por eso. — Mencionó levantándose para ir hacia el mencionado para destrozar sus brazos y colocarlos sobre su propia cintura. Lo sostuvo suavemente por ambos lados de su cabeza, perdiéndose en la mirada de Taehyung con suma seriedad hasta que en sincronía los dos sonrieron. La distancia parecía disminuir a cada segundo y no fue hasta que sus labios se unieron sin romper el contacto visual que ambos cayeron en cuenta. — Estoy arriesgando demasiado manteniendo esto que tenemos, si decidí aceptarlo y dar un paso hacia lo infame que compartimos es porque tú, Kim Taehyung, me gustas demasiado.

No estaba seguro de haber escuchado a Jungkook decir esas palabras tan clara y abiertamente antes. Tampoco esperaba que confirmar aquello que ya se imaginaba le causara esos estragos en su pecho. Ese fue un horroroso momento, percatarse de que estaba enamorándose de Jungkook. Debería ser el momento más glorioso para cualquiera, pero no lo era, no para Taehyung.

Para él ese instante estaba repleto de temores porque sabía que tal cual la noche le seguía al día, esos momentos de alegría podrían ser rápidamente seguidos por dolores y cosas peores en su caso. Toda la angustia que traían los sentimientos, las relaciones, todo lo que arriesgaba. Un hombre que se entregaba a sus emociones podía cometer sin querer errores irreparables que él no quería cometer.

Si una cosa no duraba para siempre era el amor, los sentimientos. Sí, podía persistir después de año el cariño en algunas personas, en otras era la costumbre y la comodidad, pero el amor acababa. El amor compartido terminaba olvidándose tal cual los dolores de cabeza que con este podrían venir. Así como nadie podía estar feliz, triste, enojado o angustiado para siempre, nadie permanecía enamorado eternamente por mucho que las personas se empeñaran en decir que sí por esa perenne necesidad de creer en algo hermoso y eterno.

Unos anhelaron la juventud eterna haciendo su vida girar en torno a la búsqueda de su fuente, otros iban detrás de ese incontrolable sentimiento llamado amor. Lo sabía, enamorarse y amar no era lo mismo, pero podría estar muy cerca dependiendo del camino que se tomase; Taehyung tenía la certeza de no querer transitarlo. Se encontraba bien de esta forma, diversión, cariño, buenos momentos, constantes momentos felices era más satisfactorio que la inexistente búsqueda de la felicidad eterna.

— ¿Tae? — Jungkook lo llamó por segunda vez al notar como el nombrado si bien tenía su vista fija en él, no lo estaba mirando. Es como si se hubiese sumido en un abismo, mentalmente no parecía presente. — Taehyung...

Las pupilas del nombrado recobraron el enfoque, observando la preocupación en el rostro de Jungkook. ¿Por qué no pudo quedar todo en una noche de sexo desenfrenado aquella vez que se conocieron? ¿Por qué extendieron el encuentro? ¿Por qué tuvo que ser su hijastro y una constante en su vida? ¿Por qué tenía que gustarle tanto el hijo de su esposo?

— ¿Podrías hoy hacerme el amor?

— ¿Qué? — Aquella pregunta sorprendió por completo a un Jungkook que lo miraba con sus ojos muy abiertos.

Es que era normal que pidieran o dijeran claramente que deseaban tener sexo, que se necesitaban o incluso extrañaba siempre con connotaciones lascivas y provocaciones, pero era la primera vez que Taehyung hacía un pedido de ese modo y con esa escoja de palabras.

— Hazme el amor, Kook.

1/2

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro