Capítulo 14

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― ¿Mina? ―Chaeyoung abrió los ojos pasmada, por impulso, le arrebató el celular y habló. ― ¡Unnie!

Exclamó llamando la atención de Haneul.

―Dime Chaeyoungie cariño. ―respondió con dulzura.

―Esa Mina... ¿Es rubia? Piel blanca y ojos almendrados. ―describió a la alfa.

―Si es esa misma, ¿Por qué? ―cuestionó arqueando una ceja.

Los cabos sueltos comenzaban a cerrar, la omega se detuvo a pensar la situación, no era difícil recordar, pues Hirai le repitió muchas veces la historia de la gerente que Sana le había contado.

―Es la mujer con la que mis padres me casaron, Mina es gerente de una pastelería. ―habló al teléfono.

Las neuronas en el cerebro de Momo hicieron conexión, trayendo de regreso su peor pesadilla, que tal vez a esta altura estuviese hecha realidad.

―Cuelga el teléfono por favor.

Momo utilizó su voz de mando, razón por la que Son no tardó en despedirse de la mayor y cortar la llamada.

― ¡Esto es increíble! ―exclamó Momo con la histeria en aumento.

―Nayeon ya debe saberlo todo... ―las palabras de Chaeyoung no ayudaban pero si eran ciertas.

―No, no, no, conociendo a Nay se fue hasta tu casa... ―hacía conjeturas entre gruñidos, ―La maldita de tu esposa debió aprovechar para coquetearle, seguro está jugando a la heroína.

Hirai deseaba no pensar en ello, la sola imagen de Nayeon siendo tocada por otra mujer le hacía querer abandonar todo y correr a buscarla, nadie más podía tocar a su omega, eso no era parte del plan.

―Futura ex esposa, recuerda eso. ―bufó molesta, ―No perdió el tiempo, que tal si con esto del celo se la llevó a la cama.

Rio incrédula, esas suposiciones no le causaban ni una pizca de gracia a la japonesa, quien se jalaba los cabellos negros, histérica, impotente y a la vez culpable, porque eso no estaría pasando de no ser por su magnífico plan.

―T-Tengo que irme.

Balbuceó nerviosa, el único pensamiento frecuente era retomar su vida cuanto antes, hacerle caso a su amada omega, la idea de irse a otro país solas las dos ya no sonaba tan mal.

―No, Momo, no puedes irte. ―La omega se interpuso, sentando a la alfa sobre la cama, para luego sentarse en sus piernas. Le sostuvo el rostro entre las manos, aún con Momo negándose a mirarla. ―Hay que terminar con esto, sabíamos que tu linda omega se enteraría, pero nuestro objetivo está cerca, no aguantamos tantos meses para nada.

― ¿Y si la pierdo? Todo esto sería en vano. ―Intentó apartarla, más Chaeyoung se resistió.

―El in vitro no funcionó, esto no puede fallar querida alfa, piénsalo, Nayeon te perdonará cuando sepa todo lo que hiciste por ella. ―dejó un suave beso en los labios.

―Ojalá pueda hacerlo, si me voy sería injusta contigo, te prometí ayudarte y eso haré, pequeña...

Tras esas palabras abrazó la cintura de su acompañante, debía admitir que esa chica era tierna, por supuesto no se comparaba a las miles de sensaciones que le transmitía su hermosa Nayeon, mientras besaba a otra persona, cerraba los ojos e imaginaba la piel blanca de la omega, sus ojos oscuros y brillantes, sus labios de muñeca, cada aspecto en ella era perfecto.

Tan perfecta que le era imposible imaginarlo en otra persona.

Nayeon abandonó el hospital acompañada por Mina, en verdad se sentía muy confundida después de ese tenso encuentro.

―Es gracioso ¿No crees? ―Mina rompió el silencio.

La omega seguía metida en sus pensamientos, ahora preguntándose qué sería tan divertido para la alfa.

― ¿Qué cosa? No comprendo.

La miró esperando una respuesta, y quizás también una pequeña distracción.

―Esto... ―unió sus manos en un cálido agarre. ―Llevamos tres días pegadas la una a la otra.

Nayeon le sonrió, dándole la razón, actuaban como si no quisieran separarse por nada del mundo.

―Si seguimos así será una semana ―una suave risa escapó de sus labios. ― ¿En verdad es posible sentirse conectada a alguien en tan poco tiempo? Parece salido de una historia cliché.

―Tal vez seamos algún tipo de cliché, quien sabe, de seguro así son las predestinadas. ―Mina volvía a ese tema, pensativa.

―Puede ser, y aún peor, estamos condenadas a follar para comprobarlo.

El comentario de la más baja hizo reír a Myoui, tanto que sus ojos se volvieron dos líneas, la omega se unió a su risa, tentada, cayendo en la misma situación de no ver nada al reír. Apenas pudo calmar su ataque de risa, Mina la acorraló en un rincón del estacionamiento.

―Creo que la pasaríamos muy bien si hacemos el intento. ―murmuró, Nayeon frunció el ceño de inmediato. ―Dije que te respetaría y eso haré, quiero que confíes en mí.

Su mirada reflejaba la sinceridad de sus palabras.

―Sé que podré confiar en ti más de lo que ya lo hago, solo necesito confiar en mis decisiones. ―confesó besando su mejilla.

―Así que confiar en ti... ―acarició su mejilla y su cabello lacio. ―Empieza por el cabello, date confianza con el nuevo color que te harás.

Le guiñó un ojo, alejándose de ella.

―Cierto, nos vemos esta noche con nuestros nuevos estilos.

Sonrío mostrando sus dientes delanteros, Mina sintió el corazón acelerado, queriendo salir de su caja torácica. Le parecía demasiado tierna, a tal extremo que se imaginaba a sí misma como esos personajes de anime que sufren sangrado nasal por ver algo extremadamente tierno y hermoso, Nayeon era esas dos cosas y más, mucho más.

Las jóvenes se despidieron con un movimiento de manos. Myoui subió a su auto, no sin antes ver que Sana llegara para abrir las puertas de su Mustang azul a la omega.

Una vez que se fue, Sana miró a su amiga y le guiñó un ojo.

―Haré que te veas más guapa de lo que eres, compraremos ropa nueva, maquillaje, arreglaremos tu cabello y serás una mejorada tú.

Señaló la mayor, confiada al cien por ciento en sus habilidades en el campo de la estética.

―Estoy ansiosa, la última vez que hice algo para mí fue cuando inauguramos el restaurante. ―recordó nostálgica.

―De ahora en adelante espero que hagas muchas cosas para ti. Mereces atención verdadera.

Despeinó su cabello con la mano libre. Nayeon le sonrió, aquel pequeño rastro de felicidad se esfumó cuando volvió la vista al teléfono encendido y la pantalla le advirtió sobre veinte llamadas perdidas de Momo.

Subió el volumen y descartó las notificaciones, faltaban tres para quitar la última cuando recibió una nueva llamada entrante de su alfa.

Algo andaba mal, muy mal.


Una disculpa por no actualizar las adaptaciones, pero es que la escuela me está consumiendo. Ya estaré de vacaciones así que espero poder publicar los capítulos que faltan :)

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