CAPÍTULO CUARENTA Y DOS -algo más oscuro

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【 CAPITULO 42 】

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SOMETHING DARKER
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¿Qué pasa?

Tuve un sueño, casi como una premonición. Era el fin del mundo, Barry Allen estaba aquí y me dijo: Haley Rogers es la llave.

Lo es, para Superman. Cada corazón tiene una.

Creo que hay algo más. Algo más siniestro.

No recordaba haberse mordido tanto las uñas como la última vez que tuvo un exámen sorpresa en la universidad de Yellowstone, y de por sí aquellos días eran un completo desastre en su vida. Aunque a decir verdad, ningún trimestral se comparaba a la idea de pelear contra un nido de alienígenas dispuestos a arrasar con toda la existencia en la Tierra valiéndose del poder de tres cajas madre.

Sí. Todo estaba muy liado.

“Más te vale llegar a tiempo, Clark” maldijo para sus adentros la hora en la que decidió regresar a Gotham sin su compañía. Pero según le había dicho, tenía ciertas cosas que ver antes en la “guarida kryptoniana”.

Ya se encargaría ella de darle una buena reprimienda cuando volvieran a casa. Por supuesto, si es que salían vivos de esa.

Sintió la mano delicada de Becca palmeando su hombro en señal de apoyo, y la castaña le sonrió en respuesta. Al mismo tiempo, Tori se sentó a su lado para agarrar una de sus manos entre las suyas, y juntas compartir su miedo y determinación por igual.

Anne y Oliver se asomaron desde los asientos delanteros, sin perder de vista a la nave carguera de Bruce que iba a varios metros de distancia mientras se dirigían al encuentro del enemigo.

Por lo menos, sabía que no estaba sola en aquella batalla.

— No quisiera que todos tengan ese humor negro por lo que nos queda de lucha —murmuró en un intento por motivarlos— Hemos estado preparándonos para esto por mucho, sabíamos que en cualquier momento podría suceder.

— ¿Nos lo dices a nosotros o tratas de convencerte a tí misma de que hay esperanza? —Oliver tragó en seco, como siempre, poniendo su lado realista por encima de cualquier otro sentimiento.

— Siempre puede haber una.

— Creí que si alguna vez me sucedía algo por lo menos antes me aseguraría de que mi hija tuviera una vida independiente —suspiró Tori, sentándose en una esquina no tan alejada del resto— pero si no lo logramos ni siquiera eso podrá hacerse realidad, y yo prefiero morir sabiendo que Kylie crecerá sintiéndose orgullosa de su madre, a que termine siendo polvo como el resto del mundo.

— Solo espero que sepan que todo este tiempo entrenando y luchando a vuestro lado ha sido increíble para mí —agregó Becca, limpiándose una solitaria lágrima que asomó por sus ojos— y no piensen que lo he dicho porque todos estáis soltando un montón de mierda emocional, sino porque realmente me ha importado.

Un profundo silencio se hizo lugar por los próximos segundos, viéndose únicamente interrumpido por el sonido de los controles siendo presionados.

— Vale, creo que estáis demasiado sentimentales hoy ¡Vamos a ganar, maldita sea! —exclamó Anne desde el asiento del copiloto— Ganaremos y volveremos a casa sanos y salvos ¿Me habéis oído? No porque me guste ver el lado luminoso de las cosas, sino porque tengo una familia que cuidar, y no estoy muy segura de que otro pueda hacer ese trabajo mejor que yo. Así que cierren el pico, abróchense los cinturones y manténganse fuertes porque ya vamos a aterrizar en Posarnov.

La mayoría pudo ver a través del cristal frontal lo que posteriormente en la reunión de equipo llamarían como “La Unidad”. Aunque a ojos de Haley lucía como un enorme nido alienígena en forma de huevo o montaña que era casi imposible de atravesar.

Sin embargo, entre los estudios que Batman y Cyborg realizaron en su vogeo, lograron encontrar un punto exacto en el que podían iniciar el ataque para deshacerse de la capa protectora.

— Es una falla de diseño. Si derribamos la torre, el domo caerá. Está claro que el enemigo no previó un ataque frontal.

— Probablemente porque piensa que nadie está tan loco —supusó Barry ante las aclaraciones del murciélago.

— Bruce tiene razón. Debemos destruir el domo para llegar a La Unidad, antes de que se sincronice —dijo Victor, proyectando una imagen virtual delante de todos.

— ¿Y si el domo no se destruye? —cuestionó Arthur Curry, provocando que Tori, quien se situaba al lado suyo, entornara los ojos.

— ¿Siempre eres así de pesimista?

— La mayor parte del tiempo, bonita.

— Se destruirá —interrumpió Bruce— Cuando Víctor se conecte con la ayuda de Barry, atravesará las defensas de La Unidad.

— ¿Cómo lo harás?

— Con el poder del amor—respondió el velocista como si no fuera muy obvio.

— Barry —lo regañaron.

— Con una sobrecarga de energía.

— Bien.

— Tendrás que correr más rápido que nunca para generar semejante carga y hacer contacto físico con Víctor —Haley se mostró insegura, puesto que para lograr ese cometido prácticamente tendría que igualar su carrera a la velocidad de la luz. No obstante, Bruce puso una mano en su hombro para indicarle que no debía preocuparse por esa parte.

— La fuerza lo impulsará a la unidad y dependerá de tí, Víctor, romperla desde dentro antes de que se sincronice.

— Al fin tenemos un plan —exclamó Beccca, recibiendo un asentimiento por parte de su pareja.

— Tenemos un plan

Entre todos los miembros de la liga intercambiaron miradas llenas de determinación, moviéndose seguidamente para preparar sus armas antes de bajar de la nave hacia el exterior.

Llegados a ese punto, Batman los detuvo antes de que pudieran proseguir para advertirles algo:

— Voy a derribar esa torre y a destruir el domo escudo. Vean lo que vean, aténganse al plan. Por eso los reuní.

Haley pudo darse cuenta de cómo Anne tragaba en seco tras escucharlo pronunciar esas palabras. Pero sin embargo, ninguno de ellos lo contrarió.

— Arrow, ya saben lo que tienen que hacer.

El arquero asintió.

— Chicas, es hora de subir, tengan sus ametralladoras bien cargadas y los ojos muy abiertos —ordenó, provocando que estas entornaran los ojos en respuesta, ya que habían cumplido con ello prácticamente desde que despegaron.

¿A quién rayos se le había ocurrido poner un hombre al mando?

— Bruce, no lo lograrás —advirtió Haley cuando logró divisar a lo lejos que no había servido de nada lanzar los misiles directamente al domo.

— Debo golpear más fuerte —respondió del otro lado de la línea.

— ¿A qué rayos te refieres, maldito murciélago? —maldijo Anne, dejando de lado las flechas en su carcaj para exigir una explicación a la mente poco original de su marido.

— Ya me regañarás cuando lleguemos a casa, cariño.

Lo próximo que supieron fue que Batman se dejó caer detrás de la lluvia de misiles que la nave había dejado caer sobre la capa escudo. Atravesándolo para destruirle desde dentro o bien muriendo en el intento.

Pero como suele decirse «bicho malo, nunca muere», y tras escuchar una desastrosa colisión a través de la línea, oyeron su voz carrasposa sobresalir por entre las roturas.

— Maldición. Cayó la torre.

— ¿Eso significa?

— No se preocupen, vayan por la Unidad —masculló— Ya están aquí.

Un furioso bufido escapó por la garganta de la apellidada Rogers, obligándose a recoger su escudo para girarse a su vez frente a su equipo y ordenar a toda voz:

— Vamos a cubrirles las espaldas. Oliver asegúrate de seguirles el paso, nosotras nos encargamos de esos malditos insectos —todos asintieron automáticamente, y ella prosiguió a tirar de la palanca que abrió la compuerta— ¿Qué harían estos idiotas sin nosotros?

Becca Barnes recargó su ametralladora en menos tiempo que las demás, y sin previo aviso, comenzó a disparar sin control en dirección al ejército de parademonios que rodeaban a todos sus amigos.

— ¡Zayonara! —gritó con una risa eufórica.

Haley se le unió segundos después, cubriéndose con su escudo al tiempo que utilizaba su pistola para protegerlas de cualquier alienígena que quisiera desviar su atención hacia ellos.

En un instante que se acercaron lo suficiente a la tierra como para rozar el suelo. Tori y Anne se alejaron de la nave encima de su motocicleta, con esta última disparándole flechas explosivas a todos los alienígenas que se cruzaban en su camino para dejarlos fuera de combate.

Mientras tanto, Aquaman y Cyborg llegaron justo a tiempo para enfrentar a Steppenwolf, quien con su figura imponente se mantenía admirando como la misión por la que había venido a la Tierra casi llegaba su fin.

— Hey tú —lo llamó Arthur, haciendo sonar su tridente contra el suelo— ¿Me recuerdas?

Si lo que quería era hacerlo enojar, pues lo logró con mucha facilidad.

El titán correspondió a sus provocaciones con un gruñido de furia, alejándose de las cajas para enfrentarse al atlante mientras Víctor se aprovechaba de esto para ir hacia las Cajas Madre e iniciar con su proceso de unión.

Al percatarse de ello, Steppenwolf hizo el intento por llegar a él con el objetivo de destruirlo de una vez, pero Wonder Woman interfirió exitosamente, atrayendo su atención con mucha más facilidad que cuando Aquaman trató de hacer lo mismo.

— Ese tío tiene que tener algún tipo de preferencia con mi chica, le encanta provocarla —se quejó la apellidada Barnes, alejando de una sola patada al insecto volador que amenazaba con escalar por la pared de la nave— ¡Diana no lo escuches!

Pero era demasiado tarde, tanto la semidiosa como el atlante terminaron siendo lanzados lejos de la Unidad, y ahora el camino estaba libre para que el servidor de Darkseid acabara con la vida de Víctor Stone mientras el velocista continuaba acumulando energía corriendo velozmente alrededor de la base.

Un agudo grito atravesó la garganta de Tori Oddinsdotir, con tal potencia, que creó una onda expansiva lo suficientemente fuerte como para atraer la atención del titán, pero no impidió que el filo del hacha que este portaba descendiera sobre el Cyborg. Provocando que todos contuvieran sus respiraciones en esperas de lo peor.

Sin embargo, algo más se interpuso su camino. Un cuerpo robusto, de espalda ancha y ojos radioactivos.

— No me impresionas —murmuró Superman, y un grito victorioso por parte de las dos féminas se escuchó encima de la nave.

— ¡Ese es mi hombre!

— ¡Estáis tan jodidos ahora, estúpidos!

— ¡Callaos la boca y disparen! —espetó Oliver, cansado de dar vueltas en círculos.

De una sola patada, Clark mandó a volar el cuerpo de Steppenwolf, el cual fue contraatacado cuando Diana hizo chocar sus dos muñequeras. Arthur se las arregló para malabarear con su tridente y unirse a la batalla de tres contra uno, dejándoles a los demás la última tarea.

— Barry, estoy conectado a la Unidad. Necesito carga para entrar —avisó Victor, pero ni él ni nadie más recibió respuesta por parte del velocista.

— ¿Barry? —murmuró Haley.

Para su alivio, y a la vez desesperación, el joven respondió segundos después con la voz entrecortada. Dándoles a entender de qué algo malo había pasado.

— Me quedé sin aliento ¡Necesito unos segundos más!

Haley decidió que no podría hacer nada más. Pero en lugar de quedarse de brazos cruzados, advirtió a Bruce para que fuera en busca de Tori y Anne, quienes se encontraban rodeadas a pocos metros de donde se ubicaba La Unidad.

— Tenemos que ir a por ellas —Oliver cumplió con su mandato, y desvió la dirección que estaban tomando hacia las ruinas en las que los demás esperaban.

Una lluvia de disparos se escuchó de fondo, con la pelinegra siendo la principal compositora de tal sinfonía. Los parademonios se alejaron al verse siendo sobrebasados, permitiéndoles así rescatar a sus amigos en el proceso y cerrar la compuerta para alejarse de ahí a toda máquina.

— Es demasiado tarde —escucharon que alguien susurró detrás suyo, y cuando hicieron el intento que voltearse, una luz completamente cegadora que provenía del interior de la unidad devoró todo cuanto estuvo a su paso.

Primera parte de mi adiós absoluto a esta historia. Perdón si antes no había podido actualizarla, pero es que perdí a alguien que era muy importante para mí y no me sentía con ánimos de escribir.

Espero que les guste el final de Infinity, y por favor, no se olviden de mí así como yo no me olvidaré de vosotros.

con amor,

Debbie

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