El viaje de vuelta a casa fue bastante silencioso. Taehyung se encontraba relajado en el asiento de copiloto mientras miraba por la ventana y Jeongguk no podía dejar de pensar en lo que había sucedido hacía unas horas atrás.

Dejaría a Tae nuevamente en la estación, su padre estaría esperándolo en ese lugar para que su madre no comenzara a sospechar absolutamente nada, pero lo dudaba mucho. Las marcas que había dejado en su cuello habían sido difíciles de ocultar y aún era verano, Taehyung no podía ponerse alguna prenda con cuello alto.

Su lindo vecino terminó durmiendose y él solo pudo hacer todo lo posible para relajarse y dejar que su cabeza pensara tantas cosas a la vez. Había hablado con el señor Kim, diciéndole que llegaría un poco más tarde a la estación de lo que había planeado, pero Jeongguk no se quejó y simplemente le agradeció mentalmente. Y ahora, estacionado en el estacionamiento tratando de despertar a Tae lo tenía con los pelos de punta.

—Oye Tae—Lo movió despacio mientras se aseguraba que los vasos descartables estaban seguros.

—Hum, déjame—Murmuró entre sueños y volvió a acomodarse. El aire acondicionado estaba en la temperatura justa como para que el doncel no quisiera ni siquiera abrir un ojo.

—Tae, despierta. Te traje un batido.

Taehyung tenía el sueño pesado, demasiado y él no había notado en ningún momento que Jeon había estacionado el auto, había bajado a comprar y que incluso había vuelto cerrando la puerta con demasiada fuerza. Había encendido el aire frío y por eso es que el muchacho estaba tan cómodo durmiendo. Volvió a moverlo con suavidad porque no quería asustarlo y que se levantara exaltado.

—Tae—El nombrado abrió los ojos y lo observó antes de sacar el sueño de sus ojos, sentándose recto y observando los dos vasos que descansaban en los portavasos que Jeongguk tenía en la camioneta—, tu padre llegará un poco más tarde—Le estiró el batido y él gustoso lo aceptó—. Debemos hablar—Murmuró no queriendo que lo escuchara—. De todo lo que sucedió y lo que sucederá. Tu madre te hará muchas preguntas y seguramente no las querrás contestar, pero debemos de mantener todo como está ¿bien? Seguiré diciéndote cosas y tú me mirarás como sino entendieras nada, todo hasta que puedas salir de ahí.

Taehyung lo escuchó atento y de vez en cuando asentía con la cabeza, pero el sentimiento de angustia que sentía no era normal. Él quería a Jeongguk desde hacía mucho tiempo y que le dijera que lo mejor era mantener todo en silencio era doloroso porqe quería pasear de su mano, que le diera besitos y que lo mimara cuando lo pidiera. Pero a pesar de que sentía que su corazón estaba siendo apresado en un puño, comprendió que por el momento era lo mejor porque no quería tener problemas con su madre y mucho menos que Jeon los tuviera no solo con ella sino que con Seokjin también.

Lo miró durante un largo tiempo, dándole sorbos al batido mientras sus ojos lo traicionaban. Se sentía pequeño y que en cualquier momento se quedaría completamente solo, enfrentando una realidad que nunca pidió, pero que fue obligado a sobrellevar sin importar qué.

—Lo entiendo, realmente puedo entender, pero ¿por qué duele tanto?—Jeongguk se rompió, literalmente lo hizo. No pudo aguantar mucho más había notado el cambio de humor que Taehyung había entendido y él no había podido evitar sentirse como un hijo de puta, como si estuviera lastimando de la peor manera a la persona más pura del planeta entero.

Lloró junto con Tae porque su corazón no pudo aguantarlo más.

Ambos sabían que nada sería fácil, tenían al señor Kim de su lado, pero no a la señora Kim. Ella odiaba a Jeongguk y él no sabía la razón detrás de ese odio injustificado. Nunca había hecho nada malo, siempre la había tratado con respeto y nunca se había pasado de la raya, entonces no entendía muy bien por qué lo miraba mal cada vez que pasaba a su lado, por qué hablaba mal de él con los demás vecinos, por qué incluso llegó a insultarlo sin razón alguna solo porque había mirado unos segundos a su hijo. Entendía el cuidado que le daba a Taehyung, pero también lo sentía excesivo y era como si realmente simplemente quisiera tenerlo encerrado en su hogar siendo ignorante del mundo que le esperaba afuera.

—No quiero que te sientas mal—Murmuró, las lágrimas habían parado, pero no el dolor en su corazón—. No quiero que pienses que quiero ocultarte o algo por el estilo, pero antes de estar en una relación contigo prefiero que hayas experimentado el mundo por ti mismo, prefiero que te encuentres tú antes de estar con alguien como yo...

— ¿Alguien como tú?—Preguntó y Jeongguk nunca había escuchado ese tono de voz en él, en parte lo hizo sonreír.

Golpeteos incesantes sonaron en la ventana del piloto y Jeon se dio vuelta encontrándose con el rostro del padre de Taehyung que los miraba a ambos con una sonrisa algo tensa en su rostro. Tal vez los había escuchado o tal vez había sentido el ambiente. Tae tomó su bolso con apuro y sin mirar a su costado salió de la camioneta para abrazar a su papá y luego caminar hasta el auto del mayor, en ningún momento miró a Jeongguk.

— ¿Todo bien?—Preguntó Man–Young mirándolo unos segundos antes de poner el auto en marcha. Fue cuestión de haber avanzado unos metros que vio como Jeongguk salía a toda velocidad con la camioneta.

—Sí—Respondió, pero su animo estaba por el subsuelo en ese momento.

Man–Young prefirió no preguntar nada por el momento hasta que sintiera que Tae estaba cómodo con hablar lo que sea que había sucedido, aunque tenía una idea bastante clara. El viaje fue molestamente silencioso y cuando llegaron a su hogar ambos notaron que la camioneta de Jeongguk no estaba estacionado en el lugar habitual.

—Mi niño—Dijo su madre recibiendolo en la entrada, Taehyung simplemente la miró y pasó por su lado, no queriendo recibir el abrazo que ella estaba brindándole—. ¿Qué sucedió?—Preguntó mirando a su esposo, él encogió los hombros mientras cargaba con el equipaje de ambos.

Sin embargo, ella había notado las marcas que Tae traía en el cuello, pero prefirió no decir nada mirando a Man–Young con enojo contenido. Debían de hablar y ella necesitaba saber qué es lo que había estado haciendo su hijo realmente.

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Jeongguk estaba sudando cuando llegó al hospital, demasiado confundido, triste y nervioso. Jimin estaba en la sala de espera con los brazos cruzados sobre su pecho y una mirada llena de preocupación, Yoongi por su lado estaba sentado en los asientos con sus manos tapando su rostro y uno de sus pies moviéndose de arriba abajo.

— ¿Qué sucedió?—Preguntó alterado mientras miraba de uno a otro.

—No fue nada, pero nos asustamos.

—Su piel comenzó a ponerse toda roja y me alteré, no sabía qué estaba haciendo mal para que comenzara a tener tantas ronchas—Jeon se sentó a su lado y pasó su mano de arriba abajo por su espalda.

—Tranquilo, ¿dijeron algo?—Aunque no le estaba preguntando a Yoongi sino más bien le estaba haciendo la pregunta a Jimin que lo miró unos segundos.

—Probablemente tenga alergia a los pañales o a algún líquido que Yoongi le coloca luego de limpiarla. Le hicieron análisis y están esperando los resultados, pero por el momento está bien, no era mucho.

Jeongguk miró a Yoongi y entendió la preocupación que tenía después de todo, era padre primerizo y no había tenido una enseñanza o alguien que le explicara cómo sería su vida a partir del nacimiento de Myeong. Tanto él como Jimin tuvieron que aprender por sí solos, viendo tutoriales y yendo a cursos para padres primerizos.

— ¿Cómo la pasaste?—Preguntó Yoongi un tiempo después, mirándolo a los ojos y notando como Jeon los esquivaba—. ¿Qué hiciste?

—La cagué—Murmuró rascándose la nuca, nervioso y asustado. Se había dado cuenta tarde y cuando intentó decirlo en otras palabras su raciocinio lo había traicionado y soltó la verdad de una forma cruda que sabía había lastimado a Taehyung.

Le contó a Yoongi y aunque esperó que se enojara, él entendió a ambas partes y no hizo ningún comentario al respecto. Simplemente le pidió algo de tiempo para pensar en un consejo factible que podría decirle sin hacerlo sentir aún más culpable. Terminaron volviendo a su hogar por separado y Jeon se desvío hacia el supermercado y la farmacia a comprar algunas cosas para que Myeong ya no sufriera de ninguna alergia. Al volver acomodó las cosas en sus respectivos lugares y subió a su dormitorio, encontrando la luz de la habitación de en frente encendida y una silueta moviéndose detrás de las cortinas como si estuviera guardando cosas con furia dentro de algo haciendo que su corazón se encogiera cuando escuchó el llanto de Tae a la perfección.

Al siguiente día, él se encontraba fuera arreglando algunas flores que Yoongi le había pedido que sacara porque ya estaban muriendo y necesitaba plantar otras más lindas. No sabía si era un sexto sentido o si por alguna razón su cuerpo reconocía su presencia a la perfección a pesar de estar metros separados. Miró hacia la casa del al lado y Seokjin lo estaba esperando como todas las tardes, pero esta vez no lo miraba a él sino que estaba concentrado más en su teléfono que a su alrededor.

Taehyung se paró unos segundos a centímetros de donde él estaba e hizo una reverencia antes de volver a caminar.

—Buenas tardes, vecino—Murmuró pasando por su lado y Jeongguk se levantó a una velocidad infrahumana, limpiándose los pantalones antes de mirarlo con una linda sonrisa cuando Tae volvió a pararse para acomodar el short que traía puesto.

—Si el veneno de la araña, mata a la lagartija...—Hizo una pausa sabiendo que su lindo vecino lo miraba expectante—, ¿Qué veneno tendrá tu culo que me acalambra la pija?

— ¡Jeon!—Gritó Yoongi desde el porche mientras negaba con la cabeza y alertaba a Seokjin en la puerta.

Tae lo miró con sus ojitos mieles bien abiertos antes de negar con la cabeza soltando una baja risa cuando siguió con su camino a su hogar. Podrían volver a la normalidad y fingir que nada había pasado entre ambos, pero la tensión que había cuando estaban cerca era insoportable para las personas que lo notaban.

— ¿Qué te dijo?—Preguntó Seokjin, su hermanito lo miró molesto y siguió caminando dentro de su hogar—. Oh vamos, no puedes estar enojado toda tu vida—Hizo una mueca cuando se dio cuenta la forma tan malévola que tenía Taehyung para actuar con él, volviéndolo a ignorar como si nada, sabiendo que tarde o temprano volvería a necesitar de él.

Tae subió las escaleras hacia su habitación y se encerró en el baño que tenía en esta, observando su cuello y las marcas de besos que Jeon le había dejado. Su madre las había notado y había hecho preguntas, su padre respondió que podría ser una alergia a algo que había comido durante el viaje, sin embargo, Taehyung se lastimó el labio de tanto morderlo para no gritar que había sido Jeon Jeongguk el que las había hecho. La forma de labios estaban ahí y la señora Kim los había notado a la perfección, pero nuevamente no había dicho nada porque quien le debía una explicación de todo era su esposo. Y cuando Taehyung subió a su habitación luego de la cena, lloró de la impotencia de no poder discutir con absolutamente nadie.

De igual forma y sin ninguna razón específica, sonrió porque le encantaba que Jeongguk se fijara en él mucho más de la atracción sexual o algo por el estilo. Él lo había admirado de muchas formas y se lo había confirmado cuando le hablaba, y aunque tal vez doliera lo seguiría esperando.

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Holissss, mil disculpas por la tardanza. Últimamente está haciendo mucho calor en Argentina y es insoportable estar en cualquier parte, también ando trabajando muchísimo y los fines los uso para descansar un poco.

Siendo sincera no sé qué esperar de ninguna parte. No sé si habrán leído en mi tablero, pero dije que el drama va a venir rápido aunque va a tardar en irse.

Muchas gracias por el apoyo. Espero que les guste el capítulo.

Cuídense.