Jeongguk supo que algo raro estaba sucediendo, hacía varias semanas que no sabía absolutamente nada de Taehyung. No pasaba como todas las mañanas para su trabajo y tampoco volvía a la hora que terminaba su jornada. Trató de distraerse con cualquier cosa que se pusiera en su camino, pero el sentimiento de que algo había sucedido se estaba volviendo poco a poco en una boa que trepaba por su cuerpo hasta alojarse en su cuello, apretando este hasta hacerlo ahogarse. Un puño invisible parecía tomar su corazón y apretarlo con fuerza cada vez que miraba con esperanza hacia la ventana de en frente, sabiendo que no habría una figura paseándose por esta y muchos menos unos ojitos brillosos que estarían espiandolo.

La quinta semana pasó y aunque Jeongguk tenía muchas ganas de patear la puerta de sus vecinos para buscar a Tae hasta el último rincón de esa casa, Yoongi y Jimin volvieron a detenerlo como siempre sucedía. Él no tenía derecho a irrumpir en una casa que no era suya y mucho menos buscar como un demente a alguien con quien nunca le permitieron estar. Volvió a calmarse, como venía sucediendo hace días, tomando a su sobrina en brazos mientras trataba que los malos pensamientos dejaran su cabeza de una vez por todas.

— ¿Qué tal si lo tienen secuestrado?—Preguntó, no podía sacar la angustia y mucho menos la ira de su sistema, cada vez que olvdaba unos minutos el tema todo volvía aún más fuerte que nunca.

—No digas idioteces—Murmuró Jimin masajeandose las sienes mientras trataba de hacer todo lo posible para no saltar encima de Jeon.

—Ellos también están actuando extraño—Acotó Yoongi desde el sofá de un cuerpo, hace días que sentía el cuerpo helado y la manera en la que su vecino había desaparecido le ponía los pelos de punta—. Seokjin está parado en el porche día y noche, pareciera como sino durmiera bien—Jeongguk prestó mucha atención mientras lograba hacer que Myeong se durmiera en sus brazos—, ayer cuando volvía de hacer unas compras, lo vi y lo saludé, pero él estaba como perdido ni siquiera me devolvió el saludo y siguió observando en aquella dirección—Con su dedo índice indicó del lado del que Taehyung siempre volvía del trabajo.

— ¿Qué estás sospechando, Yoongi?—Preguntó Guk, el cuerpo temblando mientras escuchaba atentamente las palabras del doncel. Conocía a su mejor amigo mejor de lo que se conocía él mismo y sabía que cuando empleaba ese tono era porque algo estaba jodiendo en su cabeza. Algo le había hecho ruido y debía de sacarlo.

— ¿Si fue un secuestro? Los donceles están desapareciendo cada vez más y sus cuerpos aparecen en lugares desolados. Esto está siendo cada vez más invasivo y he escuchado que aunque están proporcionando grupos de cuidado, los malos también tienen sus grupos para secuestrar donceles y asesinarlos.

Jeongguk echó la cabeza hacia atrás en el respalda del sofá, acariciando la pequeña espalda de la bebé mientras sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas. No lo había pensado de esa manera porque no quería creer que algo como eso podía suceder, quería gritar, llorar de la impotencia porque estaba demasiado agotado de sacar conclusiones sin respuestas.

La puerta fue aporreada con fuerza y Jeon sabía quien estaba golpeando sin siquiera levantarse a mirar. Dejó a Myeong en brazos de Jimin cuando comenzó a llorar con fuerza por culpa de los golpeteos constantes. Abrió la puerta y miró a la persona detrás, el odio brillaba en su mirada oscura y Jeongguk hizo todo lo posible para no comenzar a gritarle todas las cosas que hace tiempo se estaba guardando.

— ¡¿Dónde está mi Taehyung?!—Gritó en su cara mientras hacía lo posible para entrar dentro de su hogar, pero el cuerpo grande de Guk se lo impidió—. ¡Déjame pasar, maldito delincuente! Seguramente lo tienes acá, ¿no? ¿Cómo te atreves?—Era el colmo que ella creyera que podría hacer algo de eso, tener encerrado a Tae sin darle la libertad que merecía.

— ¿Cómo me atrevo?—Preguntó soltando una risa sin gracia mientras la miraba y la enfrentaba—. Taehyung no está acá—Dijo en voz baja, el temblor volvía a su cuerpo y ahora más que nunca su cabeza estaba imaginando las peores cosas—. No sé dónde está y no quiera venir a echarme la culpa a mí. ¿Quién se cree? Después de todos estos años, sobreprotegiendolo y no dejándolo disfrutar del mundo como debe de ser, ¿viene a echarme la culpa a mí?

— ¿Dónde está Taehyung?—Volvió a preguntar como si Jeon tuviera las respuestas a todo.

—No lo sé—La señora Kim pudo ver la manera en que Jeongguk tembló, en el miedo brillando en sus ojos y en como parecía estar en otro lugar por cortos tiempos.

—Señora Kim—Jimin salió mientras se interponía en Jeongguk y su vecina—. Taehyung no está acá y hace semanas que no lo vemos. Créame cuando le digo que Jeongguk está tan preocupado por él como usted. ¿Quiere entrar a verificar?—Le preguntó empujando a Jeon para que se corriera de la puerta.

Ella entró y comenzó a gritar como demente, Yoongi puso sus ojos en blanco mientras salía hacia al porche porque Myeong se había calmado un poco y que escuchara a su vecina gritar de esa manera haría que se asustara nuevamente. Jeongguk estaba en el porche con los brazos cruzados, empujando su lengua contra su mejilla interna, se le veía molesto y su mejor amigo podía decir que estaba por sobrepasar la molestia.

No lo había demostrado, pero sentía que en cualquier momento se rompería. Estaba aguanto las lágrimas desde el momento que Taehyung dejó pasar por el frente de su casa, sabía que algo malo estaba sucediendo, pero nadie le decía absolutamente nada.

— ¿Mi–Suk está acá?—El padre de Taehyung se paró al final del porche mientras miraba a Jeongguk fijamente.

—Sí, señor Kim—Contestó Yoongi en cambio, podía ver como su amigo en cualquier momento comenzaría a romperse—, está verificando que Tae no está acá—Murmuró meciendo a la bebé.

—Lo lamento mucho—Murmuró Mang–Young mientras no podía sacar sus ojos de encima de Jeongguk, parecía tan abatido que le hacía doler el corazón.

Yoongi lo dejó ingresar, sacando a Mi–Suk de la casa mientras le hacía una seña a Seokjin para que la llevara a su hogar. La señora lloraba mientras pedía explicaciones de adónde había ido su hijo, pero todos ahí no parecían darle una respuesta clara. Su esposa e hijo desaparecieron cuando entraron a su hogar y mientras él se debatía interiormente lo que debía de hacer, se acercó a Jeon poniendo una de sus manos sobre su hombro mientras sus ojos se fijaban en los contrarios.

  —No quise decirle a Mi–Suk ni a Seokjin. Taehyung está bien, pero escapó—Murmuró, apretó suave el hombro de Jeon mientras seguía mirándolo como si quisiera decirle algo importante con solo ese gesto—. Lo sé porque se ha comunicado conmigo, pero por el momento no quiere que nadie lo busque, está tratando de hacer su vida por sí solo. Dejó esto para ti—Metió su mano en el bolsillo trasero de su pantalón y sacó un sobre decorado tan tiernamente que el puño invisible que sostenía el corazón de Jeongguk, le dio un apretón para traerlo a la realidad—. Cuando vuelva a ser el momento, te podrás encontrar con él.

Y lo dejó ahí con el sobre en una de sus manos y su corazón sobre la otra. Demasiado dolido, demasiado destruido y aturdido como para dirigirle la palabra a Yoongi. Subió las escaleras y se encerró en su habitación, apoyándose contra la puerta de esta, deslizándose hasta el suelo mientras dejaba que todas esas emociones que estaban ahogandolo poco a poco por fin salieran a la luz.

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De: Taehyung.
Para: Jeonggukie♡

Lo he pensado mucho, durante largos días y siento que no soy bueno para hacer algo como esto. Es extraño escribirle una carta a la persona que quieres diciéndole que te vas, pero es así. He decidido irme por el bien de todos, escapar de la vida casi fácil que mis padres me daban, me refiero a todo lo material. El dinero no faltaba en casa y todo lo que quería lo obtenía. No sé lo que es el mundo allá afuera y quiero intentar explorarlo por mí mismo, no a través de viejas historias o libros. Sé que mamá debe de estar preocupada y va a intentar echarte la culpa, la conozco y sé de lo que es capaz de hacer porque por alguna razón que no comprendo te odia.

He intentado seguir soportando su infierno, pero me he hartado y no creo poder estar un minuto más bajo su cuidado. Me he perdido de muchas cosas por su culpa, no he podido disfrutar mi juventud como debía y mucho menos pude disfrutar el haberme enamorado de ti. Lamento decirlo de esta forma, pero es la verdad Jeongguk y no quiero ocultarlo nunca más. Sé que no querías hacerme sufrir y que por esa razón me pediste que nos siguiéramos viendo a escondidas, pero me lastimó y me dolió demasiado pensar en que debía de seguir ocultando mis sentimientos por ti.

Y ya que estoy casi confesandome quiero contarte que me gustas desde hace mucho tiempo y que nunca tuve el valor para decirlo de frente. Te he visto casi toda mi vida pasar el verano en casa de tus abuelos y lo he hecho durante más tiempo cuando te mudaste al lado. Había tratado de frenar lo que sentía por ti luego de que mamá me diera una charla, pero no pude hacerlo porque me gustabas tanto, tanto. Pero por este tiempo que decidí alejarme quiero que sepas que trataré de hacer lo posible para que mis sentimientos sean menos y si tú puedes estar con otra persona que realmente te haga feliz, hazlo y no me esperes porque no puedo prometerme que yo no conoceré a alguien más en el camino que pienso emprender para conocer el mundo y conocerme a mí mismo.

Haré todo lo posible para que mi condición de doncel no me impida hacer todo que realmente quiero hacer. Espero que en un futuro podamos volver a vernos. No te preocupes por mí ¿sí? Papá sabe en dónde estoy y él se ocupará de mí hasta que pueda conseguir un trabajo decente con el que pueda mantenerme. Él va a mantenerte comunicado de cómo estoy por un tiempo, pero luego de eso tienes que aprender a sobrellevar esto, no tienes la culpa de lo que decidí por mí mismo, pero siempre quise saber muchas cosas antes de estar en una relación o algo de eso. No olvides que te quiero, muchísimo y que si las cosas hubieran sido de otro modo, nosotros lo hubiéramos intentado y tal vez en un futuro podríamos haber tenido un lindo bebé.

Cuídate mucho, Guk. Te quiero más de lo que puedo imaginar o expresar.

Con amor, Tae.

Jeongguk se tragó un suspiro mientras las lágrimas seguían corriendo por su rostro, era impresionante la manera en la que estaba llorando porque estaba seguro que su llanto se escuchaba hasta el piso de abajo. Había escuchado a Jimin golpear su puerta y preguntar con nerviosismo si se encontraba bien, pero no pudo contestar. Tenía el corazón roto y el pecho se le estrujaba con un dolor que nunca pudo haber experimentado.

Taehyung se había ido, había escapado y él no sabía adónde, necesitaba abrazarlo, besarlo, decirle lo mucho que había comenzado a quererlo, pero no había nadie que le dijera en dónde se encontraba porque sabía la manera en la que el señor Kim cuidaba de Tae y en cómo protegería ese secreto que ambos tenían.

— ¿Guk?—Preguntó Yoongi desde el otro lado de la puerta—. Déjame entrar ¿sí?

Él se corrió de donde estaba apoyado aún con la carta en sus manos, observando la forma en la que estaba decorada con flores, osos y corazones. Yoongi ingresó, observando a su amigo el como parecía estar tan destruido y dejó que lo abrazara con una fuerza que su cuerpo no parecía tener. El doncel lo abrazó con fuerza, pasando sus pálidas manos por la espalda contraria de arriba abajo, tratando de disipar las lágrimas que se juntaban en sus pequeños ojos.

Jeongguk estaba roto, literalmente, y no sabía cómo demonios iba a hacer para superar todo esto.

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Holis, buenas, perdón por la tardanza en publicar.

Les dije que los problemas se venían pronto porque como dije va a ser una historia corta.

Espero que les guste.

Cuídense♡