Cálido [Mark x YuGyeom]

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Mark se siente extraño. No entiende por qué cada vez que ve a YuGyeom su corazón late con desenfreno, como si hubiera corrido varios minutos.

Ellos han sido compañeros de piso durante dos años, el chico llegó para ocupar la última recámara que quedaba- ya que luego de que el ex compañero de intercambio regresara a su país- Jackson, Jae Beom, YoungJae y él se vieron en la necesidad de publicar un anuncio para que alguien tomara el lugar. YuGyeom fue el primero en enviar un mensaje, así que luego de hacerle una pequeña entrevista y verificar que no fuera un chico de fiestas y drogas, le dieron la bienvenida al grupo.

Era el menor de todos, pero logró acoplarse fácilmente. Tenía una actitud madura para su edad, aunque aún conservaba rastros infantiles que muchas veces le habían sacado grandes carcajadas. Se preocupaba por los demás, siempre se levantaba temprano para preparar el desayuno y nunca dejaba ni un solo plato sucio en el lavabo.

Todos se encariñaron rápidamente con él, incluso Mark, quien es muy selecto con las personas a las que deja entrar a su vida.

YuGyeom es el roomie perfecto, en dos años los chicos nunca hicieron ni una sola queja sobre él, Mark mucho menos. Jamás había escuchado que cuestionaran sus acciones o algo parecido, pero siempre hay una primera vez.

Todo comenzó cuando YuGyeom empezó a pasar más tiempo con Jae Beom en las mañanas. Lim salía a correr todos los días y al menor le había parecido una manera fantástica de liberar el estrés acumulado por los deberes de la escuela. Pronto, el chico le agarró el gusto al ejercicio matutino, así como a la compañía de Jae Beom.

Desde el principio, los cuatro se dieron cuenta de que Kim era muy enamoradizo, lamentablemente terminaba desilusionado tan rápido como cuando empezaba a gustar de alguien. Había llevado a muchas amigas al departamento, pero nunca lo vieron en una situación comprometedora. Por supuesto, todos se imaginaron que era cuidadoso al respecto, pero luego supieron la verdad. YuGyeom era gay.

Claro, a Mark no le importó, a los demás tampoco. No les molestaba en absoluto, pero tampoco se ponían felices cuando llevaba a algún hombre al departamento, porque YuGyeom era malísimo para escoger. Si alguien le decía que se veía bien con sus chaquetas peculiares, inmediatamente captaba la atención del menor. Si alguien le invitaba un pedazo de su chocolate o le sonreía de manera sincera, YuGyeom caía por él en menos de lo que canta un gallo.

Y no, no les cabreaba que metiera algún tipo desconocido, lo que les hacía apretar los puños y llenarse de rabia era que siempre se topaba con los más despreciables, tipos que rompían sus ilusiones al declinar su afecto, porque daba la casualidad de que todos los que entraban en su campo de visón eran heterosexuales.

Kim dejó de buscar su camino por el amor durante un tiempo, pero fue ahí cuando Jae Beom y los demás entraron en escena.

YuGyeom tuvo un flechazo hacia el mayor que duró meses. Mark jamás vio o escuchó algo dentro del departamento, pero Jae Beom le había confesado que YuGyeom habló sobre cuántas ganas tenía de besarlo, y que si Lim quería, podía tener una noche de desliz, sin compromisos y todo a puertas cerradas.

Desde luego, Jae Beom se negó y eso ocasionó que el menor se sintiera triste, había pensado que eso iba a afectar la amistad que tenían, cosa que por fortuna no resultó así. Ambos quedaron en buenos términos, siguieron corriendo por las mañanas y haciendo cosas juntos, pero luego de un tiempo Jae Beom tuvo que cambiar sus horarios.

Entonces fue el turno de Jackson.

Wang era un tipo que solía poner más empeño y cuidado en su cuerpo, como el menor ya no tenía con quién salir por las mañanas, Jackson lo convenció para que fuera con él al gimnasio. Terminó de la misma manera, YuGyeom comenzó a gustar del castaño.

Mark aún recuerda lo incómodo que Jackson se sintió, porque era difícil decirle la verdad sin que terminara herido, aunque al menos no tanto como las veces anteriores. Sin embargo, la situación con Jackson fue más insistente, Kim se lo pidió en más ocasiones y Jackson se hartó, no importó cuántas veces se lo repitiera con palabras claras sin ningún ápice de rencor, YuGyeom regresaba arrastrándose a él, pidiendo con fervor que le correspondiera, que le besara y tocara.

La historia se repitió con YoungJae, sólo que en esta ocasión Kim tuvo un flechazo mucho má fuerte por Choi, esta vez importándole muy poco si alguien más lo escuchaba o veía rogar por su atención.

YoungJae era el más relajado y amable de todos, por lo tanto, no supo cómo ponerle un alto. Hasta el momento, YoungJae fue el flechazo más duradero que YuGyeom tuvo por alguien. A Mark se le estrujó el corazón cada vez que presenció uno de esos momentos, el menor siempre terminaba con las mejillas rojas y empapadas por las lágrimas que eran imposibles de retener.

Había tratado de hacerle olvidar a YoungJae al llevarlo consigo a todas partes, él ya estaba harto de que sufriera por amor. Tuvo la esperanza de que YuGyeom se fijara en alguien más, pero no fue así. Mark no estaba seguro si el chico sabía sobre sus intenciones, pero después de haber pasado tanto tiempo juntos y volverse más cercanos resultaba muy probable que sospechara algo como mínimo. No obstante, Kim no dijo nada.

De las palabras suaves, YoungJae pasó a ignorarlo cada vez que YuGyeom se acercaba con las mismas intenciones. Una noche, las cosas se salieron de control. Los cinco la habían estado pasando bien dentro del departamento con buena plática, juegos y alcohol. Todo marchaba de maravilla hasta que YuGyeom se sentó al lado de YoungJae y se aferró a su brazo, comenzando a besar su hombro y el tatuaje en dicha zona. Para Mark tenía el aspecto de un minino perdido que buscaba cariño con desespero, porque así era realmente, YuGyeom aún acarreaba sus problemas y traumas sobre su espalda y no se había dado cuenta de que su límite llegó a un punto máximo. El menor quería deshacerse de todo lo que le atormentaba, sólo que había ido por un camino equivocado.

Choi se removió y se sentó al otro extremo del sofá, y cuando Jackson vio que Kim tenía la intención de acercarse de nuevo, Wang explotó.

"¿Qué demonios, YuGyeom? ¿Acaso no tienes algo de amor propio? Deja de arrastrarte igual que un maldito promiscuo. Olvida a YoungJae y ve de una vez por Mark para acabar con esto. Si tanto quieres coger, ve a un antro o paga para que te den lo que tanto quieres".

Mark se enojó muchísimo. Un silencio mortífero llenó el lugar mientras los demás sólo veían a YuGyeom desviar la mirada con mucha vergüenza.

Esa noche todos pelearon. Mark le rompió la nariz a Jackson y los demás recibieron fuertes golpes al intentar separarlos. Difícilmente pudieron dormir.

Al día siguiente se sorprendió de no ver a YuGyeom en la cocina cuando se levantó para ir por un vaso con agua. Fue inusual, ya sea con sol, lluvia, los días de escuela o fines de semana, YuGyeom siempre se levantaba y comía a la misma hora. Caminó con rapidez hasta la puerta de su habitación y al abrirla Mark vio con temor cómo el chico estaba en el suelo preparando sus maletas.

—¿Qué hac...

—Es lo mejor, hyung.— respondió con voz rasposa. —Todos están hartos de mi, debieron decírmelo mucho antes. Sólo soy un estorbo, no quiero causar más problemas.

Mark sintió un dolor terrible al ver el rostro de YuGyeom con los ojos rojos e hinchados, seguro por atormentarse toda la noche.

—Eso no es cierto.

Para él, YuGyeom era igual al sol. Sin la presencia del menor su vida volvería a ser tan monótona como lo fue antes de que llegara calentarlo con sus dulces rayos.

—¡Claro que lo es! Y nada de lo que digas hará que cambie de opinión. Me iré.

—De acuerdo. En ese caso...

A paso decidido, Mark fue hasta su habitación con YuGyeom siguiéndole detrás. Sacó toda la ropa de su armario y la tiró enfurecido por todas partes.

—¿Qué haces?— Kim preguntó confundido.

—Si te vas, entonces yo también.

Mark no iba a dejar que YuGyeom saliera por la puerta si no era con él. No sería capaz de dejarlo a su suerte cuando el chico estaba tan frágil y vulnerable.

—¡No seas tonto, Mark!

—¡Tú eres el tonto! ¡No tienes por qué irte!

—¿Qué sucede aquí?— YoungJae apareció en la puerta con evidente confusión. Jae Beom y Jackson salieron de sus recámaras cuando azotó las maletas llenas en el suelo, luego de haberlas cerrado con fuerza.

—¿Qué mierda? Son las cinco y media de la mañana.— reprochó Wang. Continuaba con leves manchas de sangre seca sobre los costados de su nariz y los golpes en su rostro se notaban más vívidos, al igual que todos los presentes.

Mark bufó, poco le había importado que su alboroto despertara a los demás.

YuGyeom se apresuró en tomar sus maletas y comenzó a caminar a la salida cuando Jae Beom se interpuso.

—Tú no vas a ninguna parte. Tú tampoco— dijo señalándolo.

—Apártate, sólo estás complicando las cosas.

Una vez más, discutieron durante varios minutos, solo que esta vez no llegaron a los golpes, ver a YuGyeom romperse en medio de la sala fue demasiado. Para sorpresa de todos, Jackson fue quien había calmado las aguas al disculparse con YuGyeom por la manera en la que lo había ofendido la noche anterior. El arrepentimiento de Wang acabó por convencer al menor de quedarse y poco a poco la amistad de los cinco se fue regenerando. Las piezas se acomodaron de nuevo.

Aún puede sentir la tensión con sólo recordar esos momentos problemáticos que afortunadamente habían terminado hacía tanto tiempo.

Las cosas marcharon bien durante meses, aunque algo diferentes para el menor de los cinco. Mark fue el único en darse cuenta de su triste sentir, él aún temía cometer el mismo error y causar problemas de nuevo. Con miedo e inseguridad jamás vistos, YuGyeom se encerró en una burbuja de la que apenas estaba saliendo gracias a que Mark logró convencerlo de tomar terapia por sus problemas de autoestima y dependencia. Él debía darse cuenta de cuán maravilloso y radiante era.

En esos dos años, jamás había visto a YuGyeom tan feliz. El cambio que había tenido era impresionante.

Sin darse cuenta, Mark se enfocó en el chico y estaba al pendiente de él, de lo que pudiera necesitar. Estaba muy satisfecho y orgulloso del progreso que el menor tenía, se lo hacía saber en todo momento para animarlo a continuar. Varias veces estuvo a punto de tirar la toalla, pero jamás se rindió.

No se había percatado que durante todo ese tiempo, YuGyeom se hizo un espacio en su mente y su corazón.

—Hey, Mark. ¿Quieres comer conmigo?— YuGyeom entró por la puerta y caminó hasta la cocina, donde dejó las bolsas sobre la mesa y procedió a sacar las compras. —Traje todo lo necesario para hacer una cena deliciosa.

Mark apagó la televisión y caminó hasta el menor para comenzar a echarle una mano con la comida. Como los demás habían salido del departamento para disfrutar del fin de semana, sólo hicieron lo suficiente para ellos dos.

Sin que pudiera evitarlo, Mark se quedó observando las facciones del menor. Se maravilló con los gestos que hacía cada vez que le contaba algo o le sonreía tranquilo, fue ahí cuando supo el motivo de su rápido palpitar con sólo verle u oírle a lo lejos.

Dudaba en acercarse, en hacer un movimiento imprudente. A pesar de que el menor le contó acerca de sus sesiones porque le tenía mucha confianza, no estaba seguro si después de un año YuGyeom estaba listo para dar ese paso.

"No sabrás si no lo intentas"

Estaban en el sofá, viendo una película a la que Mark no prestó atención en absoluto. ¿Por qué hacerlo si tenía una mejor vista a su lado? Despacio y sin hacer movimientos bruscos, el mayor se acercó a Kim, quien ignoraba lo que estaba a punto de suceder. El chico se dio cuenta cuando la respiración de Mark chocó contra una de sus mejillas, después de eso sólo lo miró expectante.

Los parpadeos rápidos y la respiración entrecortada le daba una idea sobre lo que YuGyeom tenía en mente, la mirada insistente sobre sus labios no dejaba mucho a la imaginación.
Mark se tomó el tiempo para acariciar un costado de su rostro y delinear con suavidad las líneas de su labio inferior.

—¿No me vas a besar?

YuGyeom volteó la cabeza ante la pregunta. Se encogió en su lugar y negó apenado.

—Si lo hago te vas a enfadar conmigo.

—¿Por qué haría eso?

—Porque tuvieron razón, al final... también me gustaste. En realidad... me enamoré de ti. Por favor, no pienses mal, esta vez es real. Tú me apoyas, me cuidas y me animas a seguir. Eres especial para mí, Mark. No quiero que te vayas de mi lado.

Mark pensó en cómo YuGyeom se guardó sus sentimientos durante todo ese tiempo debido a su pasado, temiendo repetirlo. Su lindo chico siempre había batallado solo, sin apoyo, pero ahora que estaba a su lado no tendría por qué suceder de nuevo.

—No iré a ninguna parte si no es contigo.

La textura en los labios del menor fue justo como imaginó, su sabor se combinaba con el suave caramelo que había comido unos minutos atrás. Todo se sentía tan bien, tan cálido.

YuGyeom había recuperado su brillo y se lo había compartido a Mark en forma de sonrisas y besos que lo llenaron de una calidez acogedora.

Cuando tomó distancia, el menor escondió el rostro en su pecho y se aferró a su cintura, apretándolo fuerte.

—Tengo miedo.

Siendo sincero, él también lo tenía. Era tan inexperto en el tema del amor al igual que YuGyeom, pero no iba a guardar sus sentimientos sólo por eso.

—Calma, Gyeom. Iremos poco a poco. Estaré contigo todo el tiempo y aprenderemos juntos.

No importaba si tenían altibajos, al fin y al cabo todas las parejas deben atravesar sus propias contiendas. Las luchas de YuGyeom serían las suyas y sus victorias también serían las de Mark. Aquí lo importante era que estaban enamorados, se correspondían, su amor era real y lo sería siempre.


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Good night~🌙

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