🎼7mo

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- ¿Te estoy incomodando? -preguntaba TaeHyung, su pulgar, ahora, trazando círculos en la piel de la mandíbula de SeokJin-. Estuve esperando toda la mañana para verte, hyung.

SeokJin quería apartarse, pero algo en él se resistía. Tal vez era la soledad que lo había acompañado durante tanto tiempo, o tal vez era simplemente la atracción magnética que sentía hacia TaeHyung.

- No puedo permitirme caer en esto -decía SeokJin, su voz temblorosa-. Vine por trabajo y ahora tengo un asunto que resolver. Y eso te incluye.

TaeHyung suspiraba, nuevamente su aliento hacía que a SeokJin se le secara la boca y quisiera humedecerla con la suya.

- ¿Es porque soy menor que tú? No soy ilegal, hyung -susurraba TaeHyung con una sonrisa-. ¿No crees que es una interesante casualidad que tengas un asunto que resolver y este involucrado el único chico que llamo tu atención en este lugar? Bueno, al menos espero ser el único -mencionaba con timidez.

SeokJin sonreía, aún no se alejaba del chico-. Tienes agallas, niño. Y eres particularmente coqueto, pero realmente no debería permitirme la distracción -sus rasgos se enseriaban-. Recientemente tu profesor cruzó el velo hacia el más allá. Se despidió de su esposa -susurraba.

A TaeHyung se le iluminaron los ojos-. ¿El profesor Park descansa en paz ahora?

SeokJin alzaba sus cejas-. Eso espero. El cielo y el infierno son algo real. Y no se llega al cielo solo por ser bueno, pero esperemos que este descansando en paz.

TaeHyung fruncía el ceño-. Eres un atractivo aguafiestas -decía con un puchero.

SeokJin reía tirando su cabeza hacia atrás, TaeHyung relamía sus labios ante el sonido grave de su risa, jodidamente atractiva, y su largo cuello con esa manzana de Adán que se marcaba de forma pecaminosa.

Cuando SeokJin volvía a verlo, tocaba el mentón de TaeHyung sutilmente-. ¿No estás un poco grande para hacer pucheros?

TaeHyung resoplaba-. Te parezco grande para hacer pucheros, pero interiormente te da pánico la diferencia de edad y crees que soy muy joven para ti. Es un poco injusto -decía TaeHyung con una mueca divertida.

SeokJin sonreía ante eso, pero un repentino ruido proveniente de la puerta golpeando el marco, los hacía saltar del susto. TaeHyung se había presionado contra el cuerpo de SeokJin. Un SeokJin que había envuelto su brazo alrededor de la cintura de TaeHyung de forma posesiva y protectora. La puerta se balenceaba debido al viento que se había levantado. El clima se había puesto gris. Nublado, viento y nubes negras se avistaban.

- Estaba anunciado que iba a llover hoy -susurraba TaeHyung sin intenciones de salir del brazo y el pecho de SeokJin-. ¿O ves algo que yo no? -alzando su cabeza, miraba a SeokJin, solo unos centímetros más alto que él.

Era precioso, no podían culparlo por intentar probar su suerte con ese hombre. Honestamente esto del coqueteo era algo nuevo para TaeHyung, pero al parecer se le daba más o menos bien.

- No veo nada -decía SeokJin con una sonrisa tranquila, para la mala suerte de TaeHyung, el castaño lo soltaba y se dirigía a la puerta.

El clima era terrible de repente. Minutos antes había un hermoso sol iluminando el día y ahora las nubes negras eran todo lo que predominaban en el cielo. Con su mirada buscaba alrededor por el alma de HyunWoo, pero al parecer TaeHyung y él, estaban realmente solos.

Y sentía el calor del chico a su lado contemplando el clima junto con él en la puerta parado al lado de su cuerpo.

- Que bueno que llegué antes de la tormenta ¿No? -exclamaba TaeHyung.

SeokJin suspiraba y lo miraba-. Estás atrapado conmigo, niño.

TaeHyung sonreía-. ¿Se supone que eso es malo? -cuestionaba divertido, pero cuando un relámpago resonaba cerca, iluminando brevemente el cielo gris, TaeHyung saltaba del susto y se aferraba sin segundas intenciones a SeokJin.

El escritor lo miraba y los ojos grandes del chico se veían levemente atormentados. SeokJin podía entender que quizás las tormentas le traían ahora un nuevo y mal recuerdo. Así que alejaba a TaeHyung de la puerta y la cerraba. Luego de eso continuaba con las ventanas.

TaeHyung lo observaba moverse relajado, pero decidido.

- Gracias por cerrar, pero estoy bien... Puedes dejar alguna ventana abierta, si quieres -mencionaba el chico con las manos en sus bolsillos.

- Está bien, mejor así -decía SeokJin-. Iba a comenzar con el almuerzo.... Después de escribir algo -murmuraba rascando su nuca.

TaeHyung le sonreía con dulzura-. Puedo cocinar. Aunque no lo hago bien.

- Eres mi invitado -mencionaba SeokJin con una sonrisa en dirección a la cocina-. Escribiré luego, ahora mi cabeza está en otro lugar de todos modos.

TaeHyung lo seguía a la cocina y se sentaba en una de las banquetas alrededor de la pequeña isla-. Intenté comunicarme con mis amigos, pero nunca respondieron. Están hospedandose en un hotel cerca del hospital. La compañía del barco que usamos ese día está pagando los gastos para que eviten ir y venir -mencionaba suspirando-. ¿Tu amigo encontró algo?

SeokJin negaba mientras comenzaba con la comida-. Le mandé los tres nombres de tus compañeros, pero está con algo más por lo que le tomará poco más de un día. En otros casos, lo hubiera resuelto en horas.

TaeHyung asentía y miraba a SeokJin moverse de aquí para allá-. ¿Puedo poner música? -Seokjin lo miraba y asentía, el azabache sonreía y comenzaba a buscar algo tranquilo, un poco de jazz.

Si SeokJin no tenía mala memoria, la primer canción que ponía era la misma que TaeHyung había estado tocando las primeras noches que se había estado hospedando allí.

Cuando el chico volvía a la cocina y se sentaba frente a él sonriente, con su mentón en sus manos, SeokJin sonreía negando con su cabeza mientras cortaba unas verduras.

- ¿Por qué presiento que comenzarás a hacer muchas preguntas curiosas? -decía, moviéndose por la cocina como un profesional. Aún así tenía una sonrisa cálida en su rostro.

- Soy curioso por naturaleza, pero tienes que admitir que tú eres más peculiar que el noventa por ciento de la población masculina -exclamaba TaeHyung sonriente.

SeokJin sonreía y sacudía su cabeza mientras comenzaba a cortar algunas verduras-. Querrás decirme que soy un bicho raro.

TaeHyung chistaba con su lengua y negaba-. Tú no eres un bicho raro -decía con dulzura-. Creo que a comparación del resto de nosotros, tienes un motivo increíble por el cual viniste al mundo. El resto solo vamos con la corriente -mencionaba encogiéndose de hombros.

SeokJin lo miraba y lo sentía solo un poco abatido.

- Bueno, creo que ir con la corriente nos hace increíbles -mencionaba el escritor sin dejar de hacer sus quehaceres culinarios-. Vamos fluyendo. Creciendo. Evolucionando. Nos relacionamos y aprendemos a hacerlo mejor en un futuro. Cometemos errores, aprendemos de ello. Algunas veces. Es lo que es. No creo que sea algo malo. Luego de que logramos algo, estamos listos para envejecer y dejarnos ir. Pero es un gran desafío solo fluir e ir aprendiendo. Algunos tienen un plan, otros están más perdidos en el camino, pero creo que todos lo intentamos lo mejor que podemos.

TaeHyung parpadeaba y lo miraba con una mirada dulce y embelesada.

- ¿Qué? -decía SeokJin mientras ponía agua en una olla para que comenzará a hervir.

TaeHyung se encogía de hombros-. Creo que entiendo porque eres tan buen escritor. Las palabras se te dan muy bien.

SeokJin sonreía-. Sólo digo que no estás aquí en vano. Nuestra existencia siempre es significativa para alguien, a veces de buena manera. Y a veces de la contraria, pero es lo que es. Nunca en vano. Nunca sin un motivo.

TaeHyung suspiraba como adolescente enamorado y le salía a la perfección, porque SeokJin lo miraba después de decir su sentencia y la mirada enamorada en los ojos del chico volvían sus mejillas rosadas y sus orejas se pintaban de un rojo furioso en las puntas.

- Aww... Tus orejas se prenden fuego -mencionaba el chico.

SeokJin reía-. Son tus ojos. Deja de hacer que brillen tanto.

- Deja de decir cosas que enamorían hasta al corazón más frío y duro -se burlaba TaeHyung con dulzura-. ¿Qué puedes esperar de un joven como yo?

SeokJin negaba y relamía sus labios con una sonrisa ladina. Joder, era demasiado para la cordura del chico. Dejando todo listo para que el tiempo hiciera lo suyo sobre la cocción de las verduras y la temperatura del agua, SeokJin se aproximaba a TaeHyung y se inclinaba cerca de su rostro, a una distancia prudente.

- No pretendo enamorarte, solo no te des por menos -exclamaba con seriedad.

Él no había tenido intenciones de inclinarse cerca del chico, pero nuevamente la atracción magnética que tenía con TaeHyung obraba por si sola, atrayendolo hacia el chico como una polilla hacia la luz. TaeHyung relamía sus labios y se acercaba otro poco.

- Lamento informarte que estás haciendo un pésimo trabajo -respondía TaeHyung.

SeokJin mordía su labio inferior y los ojos del chico caían sobre ellos hambrientos, SeokJin se acercaba otro poco por culpa de esa mirada hipnótica.

- ¿Eres tan enamoradizo, TaeHyung? -susurraba acercándose.

TaeHyung relamía sus labios y negaba-. Todo lo contrario -respondía-. Dicen que soy jodidamente difícil de complacer. Qué un chico nunca me gusta más de veinticuatro horas -susurraba como respuesta, relamiendo sus labios de nuevo y acercándose otro poco.

A este punto su cuello crecería una pulgada debido a la forma en que se estiraba por estar más cerca.

- ¿Vamos a hacer esto muy seguido o puedo arriesgarme aquí? -preguntaba TaeHyung, con una sonrisa entre tímida y traviesa.

SeokJin parpadeaba como si hubiera estado bajo el encanto del chico y se erguía repentinamente. TaeHyung alzaba sus cejas y reía con suspicacia.

- No muerdo, hyung -mencionaba con una sonrisa tierna.

SeokJin suspiraba y rascaba su nuca-. Yo si muerdo -susurraba. TaeHyung abría sus ojos y sonreía entusiasmado-. Por favor, quita ese rostro soñador -mencionaba alejándose y buscando su botella de vino-. ¿Bebes? -preguntaba con voz tensa.

TaeHyung rodeaba los ojos-. Sí, lo hago.

SeokJin tomaba dos copas y su ceño estaba notoriamente fruncido mientras servía una copa para él y otra para su invitado especial. Joder, SeokJin nunca había sido tan consciente de la presencia de otra persona, y él era consciente hasta de personas que no estaban allí. El chico era una auténtica distracción, pero tampoco podía permitirse mantenerlo alejado si el alma de su mejor amigo lo miraba de cerca y provocaba malestares en el muchacho.

«Si, claro. Dite a ti mismo que lo haces por precaución y por ser parte de tu trabajo y no porque quieres poner manos y boca sobre el chico lindo frente a ti»

SeokJin sacudía sus pensamientos y miraba justo frente a él, pero TaeHyung no estaba ahí. Con ceño fruncido miraba a su derecha y nada, a su izquierda y-...

- Hola -decía esa voz grave y sonrisa traviesa. SeokJin apenas había saltado de la pequeña sorpresa-. Lo siento, no quería asustarte. Creí que me habías visto moverme -mencionaba con sonrisa tímida. Apoyando su cadera en la isla de la mesa, tomaba su copa-. Gracias, Hyung -susurraba con sus labios sobre el borde y mirando a SeokJin por debajo de sus pestañas.

«Él no planea dejarme las cosas fáciles», pensaba SeokJin.

Pero antes de que TaeHyung llevara la copa a los labios para beber, la mano de SeokJin se posaba sobre la suya y la alejaba.

Observando la copa de vino con una expresión seria, exclamaba:- No soy un catador de vinos -su voz apenas un susurro-. Pero permíteme compartir contigo algunos secretos.

TaeHyung asentía, sus ojos fijos en la copa. La mano de SeokJin se posaba sobre la suya, firme pero gentil.

- Primero, sacude suavemente la copa -continuaba-. Así evitas que el líquido se derrame por los bordes. Luego, acércala a tu nariz mientras el vino sigue precipitándose sutilmente dentro. ¿Lo sientes?

TaeHyung aspiraba profundamente. El aroma danzaba en su nariz, una sinfonía de frutas y misterio. No había experimentado algo así antes, y mucho menos después del consejo de Jin.

Cuando alzaba la vista, el escritor lo miraba con intensidad. Sus pupilas dilatadas lo hacían verse intimidante -. ¿Lo sientes? -repetía, su voz ahora más seca, más urgente.

TaeHyung asentía, incapaz de apartar la mirada- Es frutal -murmuraba-. Sutilmente frutal.

- Exacto -afirmaba SeokJin-. Ahora, bebe.

La copa había temblado ligeramente en su mano mientras la inclinaba hacia los labios de TaeHyung. El vino acariciaba la garganta del chico, dulce y embriagador. Pero no era solo el vino lo que lo hacía temblar; era la cercanía de SeokJin, la promesa de algo más profundo y prohibido.

TaeHyung sabía que no importaba cuánto vino bebiera. Lo más embriagador de todo era la mirada de SeokJin, la pasión contenida en sus ojos. El vino era solo un preludio; lo mejor estaba por venir, esperaba. Mientras saboreaba el elixir ligero pasando por su garganta, TaeHyung no recordaba haber probado algo más delicioso y dulce en el pasado.

Los sabores del vino asaltaban sus sentidos, le temblaban las piernas y aún no había sucedido ni la mitad de las cosas que había fantaseado con este hombre de mirada intensa.

SeokJin, por su parte, aún no entendía por qué no soltaba la copa. La mano de TaeHyung sobre la suya era grande y cálida, y había algo extrañamente fascinante en ser él quien le daba de beber al chico. Pero estaba tan concentrado en verter el líquido en la boca de TaeHyung que no se daba cuenta cuando un poco del vino caía por las comisuras de un TaeHyung que no se quejaba, pero que se sorprendía al respecto.

- Oh, mierda -decía SeokJin apartando la copa y tomando la servilleta de papel detrás del chico, sobre la isla, para limpiar el rastro de vino en el mentón de TaeHyung-. Lo lamento, niño -susurraba.

Su mirada intensa y oscura sobre los labios rojos de TaeHyung.

- Está bien, pero podrías haber usado la imaginación y limpiar mi boca con algo más que una servilleta de papel -mencionaba TaeHyung con voz grave y temblorosa.

SeokJin detenía su limpieza sobre el borde de esa boca carnosa y sus ojos se encontraban con los de TaeHyung.

- Eres increíblemente descarado -susurraba SeokJin, bajando su mano y estando nuevamente a pulgadas de TaeHyung.

El chico sonreía, pero de forma dulce y posicionaba sus manos en las caderas de SeokJin. La lluvia afuera, fuerte y golpeando el techo de la casa, era una música de fondo volviendo las cosas más íntimas y disparando la adrenalina de ambos a su pico más alto. SeokJin apretaba sus dientes, pero no se negaba a ser removido más cerca de TaeHyung.

Su pelvis quedaba a centímetros de la del azabache, no recordaba con exactitud cuánto tiempo había pasado de la última vez que había intimado con alguien. Tenía un apetito sexual bastante tranquilo y su cabeza usualmente estaba llena de muchas cosas que no le permitían pensar en las necesidades de su cuerpo. Necesidades que estaban gritando por ser aplacadas ahora, al lado de ese chico peligroso para su salud.

El ambiente estaba cargado de tensión, como si el aire mismo vibrara con la electricidad que fluía entre ellos. La lluvia, implacable, golpeaba los cristales de la ventana, y el techo, creando un telón de fondo perfecto para la escena que se desarrollaba en la habitación. TaeHyung, con su cabello oscuro y despeinado, parecía un personaje sacado de una novela romántica jamás escrita por SeokJin. Sus ojos brillaban con una intensidad que al escritor se le estaba haciendo difícil ignorar.

Este, por su parte, intentaba mantener la compostura. El calor del cuerpo de TaeHyung frente a él era abrumador, y la cercanía del chico lo distraía de cualquier pensamiento coherente. Pero no podía evitarlo. TaeHyung olía a misterio y a deseo, y SeokJin quería perderse en ese aroma sin restricciones.

- Hyung... -susurraba TaeHyung, su voz apenas un hilo de sonido. SeokJin, quien había estado mirando su boca hasta entonces, alzaba la vista hacia él, encontrándose con esos ojos oscuros que parecían leer su alma. El corazón de SeokJin latía con fuerza, como si quisiera escapar de su pecho. No sabía qué decir, cómo responder.

Pero no necesitaba palabras mientras TaeHyung se acercaba un poco más. En su cabeza, sabía que era mala idea enredarse con este chico, pero a su cuerpo no le importaba eso y no le permitía moverse cuando sentía el roce de esos labios contra los suyos.

La música seguía sonando, ahora más suave, como un susurro en el aire. El mundo exterior desapareciendo, y solo existían ellos dos. SeokJin estaba a nada de dejarse llevar por la pasión, por el deseo que ardía en su interior. No había lugar para la duda ni para el miedo. Solo había espacio para TaeHyung, para ese momento perfecto en el que todo parecía encajar incluso en contra de su voluntad.

- ¿Sí? -respondía SeokJin tardíamente, su voz ronca por la emoción. TaeHyung sonreía, y SeokJin sabía que había tomado la decisión correcta de dejarlo avanzar. No importaba el mundo exterior ni las consecuencias. Lo único que importaba era ese instante, esa conexión entre ellos dos. Y SeokJin estaba dispuesto a aferrarse a ella con todas sus fuerzas en los últimos segundos cuando la boca pecaminosa de TaeHyung rozaba más sus labios, abriéndose y queriendo morder con sus dientes la punta de los labios de un SeokJin que... ¡...!

Mierda, que saltaba lejos cuando un trueno resonaba fuertemente, y recobraba la cordura, alejándose de TaeHyung para apagar su cuerpo, dándole la espalda mientras tomaba su copa y la bebía completa. TaeHyung sentía la decepción en sus huesos. Iba a rodar los ojos, pero antes de eso se lamentaba haciendo un puchero por la perdida de la cercanía de SeokJin.

Dios, había estado tan cerca. Tan cerca.

Suspirando sonoramente dejaba caer su cabeza. SeokJin se giraba y lo miraba, su rostro era toda una disculpa que TaeHyung miraba por debajo de sus pestañas mientras mordía su labio inferior. El chico estaba tenso, sonrojado y parecía un cachorro pateado debido al rechazo de SeokJin.

- Quita esa cara, Tae -susurraba el castaño. Aferrándose a la mesada detrás de él.

TaeHyung alzaba su mentón-. ¿Sabes? Mi padre está en la ciudad y no volverá con esta lluvia. Los barcos no salen hasta el otro día, así que no tengo apuro de irme. No lo voy a hacer -afirmaba cruzándose de brazos-. Tendrás que lidiar conmigo en este día lluvioso ¿O quieres dejarme solo con un alma vengativa dando vueltas por ahí?

SeokJin abría su boca y la cerraba, un risa seca salía de él.

- ¿Cómo te has sentido con respecto a eso? -aprovechaba el cambio de tema aferrándose a esa parte de la conversación de TaeHyung. El chico rodaba los ojos-. No me hagas eso.

Acercándose con piernas temblorosas revisaba las verduras. TaeHyung se quedaba a su lado y lo observaba sin tapujos.

- Me he sentido bien -decía con tono dudoso-. No recuerdo en qué momento me dormí anoche, escuché a mi padre llegar a casa. Habló por teléfono con el señor Boo para que se hiciera cargo de la florería por lo que tampoco me precipite con eso. Pero no he visto el alma de mi amigo en las últimas horas. Me he sentido un poco descompuesto, pero creo que quizás fue por algo que comí -mencionaba encogiendose de hombros.

SeokJin ponía el ramen sobre el agua hervida y luego superaba sus nervios y miraba a TaeHyung, tomando su mentón inspeccionaba el rostro del chico.

- ¿Has podido respirar bien? -preguntaba viendolo fijamente.

- En ocasiones, sí. Eso creo -respondía TaeHyung con ceño fruncido. Los dedos de SeokJin en su mentón quemaban, no podía concentrarse-. Ahora me siento mucho mejor, me levanté bien -decía.

Él no podía pensar, para ser justos su cuerpo estaba gritando tener toda la atención de SeokJin y no podía pensar en juntar dos palabras para responder las preguntas del escritor.

SeokJin lo soltaba y TaeHyung gemía por la perdida del tacto.

- Ya, no hagas eso -susurraba SeokJin con toda su atención en la comida-. El profesor Park DoSoo me dió un mensaje antes de irse.

TaeHyung se enderazaba a su lado, y se obligaba a prestar atención.

- ¿Sobre HyunWoo? -preguntaba cauteloso.

SeokJin asentía-. Tengo que hacer un ritual para que su alma pueda pasar al más allá -suspiraba girando y apoyándose en la isla-. Se llama Traspaso de Almas.

TaeHyung se ponía frente a SeokJin, esta vez él acorralaba al escritor. En su defensa, estaba cien por ciento concentrado, pero a la vez quería cerrar el espacio entre su cuerpo y el de SeokJin.

« Enfócate, TaeHyung »

- Voy a necesitar algo de HyunWoo, ahí entra tu ayuda -mencionaba SeokJin.

TaeHyung parpadeaba-. Tengo muchas cosas de él ¿Puede ser cualquiera o alguna en particular?

- Lo que sea -mencionaba SeokJin más relajado-. El tema es que de todos modos necesito saber a quien piensa que puede poseer, para liberarlo del acoso espiritual, tamben necesitaré algo de esa persona -suspiraba fregando su rostro-. ¿Recuerdas quién de tus amigos fue el más afectado?

TaeHyung aspiraba y relamía sus labios, él estaba enfocado, pero SeokJin se veía muy bien. Y olía fascinante. Le estaba costando trabajo recordar, y no había visto a sus amigos luego del accidente debido a que le había costado dejar su depresión de lado por la perdida de su mejor amigo.

- Creo que Hwang MinHyun y Jhonny sufrieron fracturas. Hablaron mucho de eso en el velorio conmemorativo -mencionaba, intentando recordar, pero le costaba concentrarse.

Era un problema cuando TaeHyung decidía que le gustaba demasiado alguien como para no pensar en las mil formas en que podría estar besando a ese alguien en ese momento.

- ¿Y la tercera persona? -preguntaba SeokJin.

- Eh, umm... -TaeHyung fruncía el ceño-. Kim. Kim DaJeong. Fractura de meñique y laceraciones menores. Creo que su familia solo está gozando de la comodidad en la ciudad mientras tanto. Creo que ella había caído sobre mí en uno de los movimientos más bruscos -mencionaba encogiéndose de hombros y parpadeando-. Creo que MinHyun fue el más grave de los tres, pero no puedo, umm... no puedo recordar qué le sucedió.

El chico suspiraba tembloroso, SeokJin tomaba su rostro y buscaba conectar sus miradas-. Lo siento. Lamento olvidar que fuiste parte de algo horrible -su voz sonaba sincera y, a decir verdad, se sentía fatal por lo que su instinto le llevaba a abrazar a TaeHyung con fuerza.

El chico se sorprendió de forma placentera, enroscando rápidamente sus brazos en la cintura de SeokJin y escondiendo su rostro en el largo cuello del escritor.

- Está bien, no me molesta recordar -susurraba el chico. Su aliento hacía cosquillas en el cuello y en la piel de SeokJin.

- Te cuesta hacerlo, no me di cuenta -susurraba SeokJin, intentando ignorar que el aliento de TaeHyung, sus labios y su cuerpo pegado al suyo no lo estaban poniendo demasiado nervioso. Otra vez.

TaeHyung suspiraba y salía del hueco del cuello de SeokJin para mirarlo a los ojos-. Es menos dramático de lo que crees -admitía con mejillas rojas-. Es que me gustas y estoy demasiado distraído por tu culpa -admitía.

SeokJin alzaba sus cejas sin poder creer el descaro del hermoso joven entre sus brazos. El aire entre ambos vibraba con una tensión innegable.

- ¿Te distraigo? -susurraba SeokJin. Cada vez se sentía más débil con estoy de rechazar al chico.

- ¿Yo no te distraigo? ¿Ni un poco? Auch -soltaba TaeHyung, haciendo otro puchero mientras bajaba su mirada.

SeokJin mordía su labio inferior-. Por dios, deja de hacer un puchero. Haces que rechazaste sea demasiado difícil -mencionaba.

TaeHyung tomaba nuevamente coraje-. Entonces no me rechaces -susurraba con una sonrisa dulce, mientras levantaba una de sus manos y la ponía en la mejilla de SeokJin-. ¿Cuando fue la última vez que besaste a alguien?

El escritor pestañeaba varias veces-. Emm, no es algo importante. Realmente no lo recuerdo. Creo que cuando salió mi último libro, había un conocido que-... Umm, hablamos un poco y luego-...

SeokJin se quedaba con el relato a mitad de camino cuando TaeHyung pasaba sus labios sobre los suyos con una presión justa y necesaria que lo hacía derretirse y quemarse por dentro. Los labios de TaeHyung eran carnosos y sedosos. Justo cuando el chico se alejaba lentamente, algo dentro de SeokJin se precipitaba, acunaba el rostro de TaeHyung mordía el labio inferior del chico y se amoldaban mutuamente para comenzar a besarse como era debido. La boca de TaeHyung se abría ansiosa y SeokJin empujaba su lengua dentro de la húmeda cavidad ajena, TaeHyung gemía y succionaba de inmediato apretándose a SeokJin y besando con desesperación.

Las sensación excitante de besar a un TaeHyung que por poco y escalaba su cuerpo era embriagante, los dedos largos del chico se cernían sobre su ropa superior y los otros se enredaban en su pelo repartiendo sensaciones electrizantes. TaeHyung era tan flexible en su boca. Sus labios suaves, y su lengua comenzaba a chocar y danzar con la suya propia. Sus manos se aferraban con firmeza al rostro de TaeHyung, su boca devorando la del chico con auténticas ganas y sentía la necesidad de apretarse contra el cuerpo del más joven, por lo que comenzaba a caminar, haciendo que TaeHyung retrocediera (sin dejar de besarlo) y chocará contra la otra mesada y robara un gemido del azabache que SeokJin se tragaba.

Estaba llevando sus manos a las caderas del chico para alzarlo, pero un trueno hacía que ambos se alejarán del susto. Demasiado fuerte y estruendoso. Ambos demasiado agitados e intentando respirar.

- Sólo fue un trueno -susurraba TaeHyung, intentando capturar la boca de un SeokJin que tomaba su nuca y esquivaba su boca-. ¿Por qué? -se quejaba TaeHyung, su cuerpo estaba ardiendo en llamas. Se sentía sensible y crudo por todos lados.

- Porque tengo que ver la comida -decía SeokJin cerrando sus ojos y recobrando su cordura mientras dejaba un beso en la sien de TaeHyung-. Pon la mesa y deja de pensar en-...

- ¿En lo bien que encajamos con unos simples besos? ¿O incluso lo bien que podríamos encajar en la c-...?

SeokJin tapaba la boca de TaeHyung con su mano-. ¿Podrías poner la mesa mientras sirvo el ramen? Luego hablamos de lo bien o mal que podríamos encajar en otras cosas -susurraba SeokJin nervioso y algo divertido.

TaeHyung rodaba los ojos pero asentía. SeokJin quitaba su mano y suspiraba-. El ramen sabe genial, lo juro. Tienes cara de tener hambre -mencionaba el escritor.

TaeHyung relamía sus labios viendo como los ojos de SeokJin se desviaban un segundo-. Tengo cara de hambre, pero posiblemente sea por otra cosa.

SeokJin pasaba saliva-. Por favor, déjame alimentarte de comida y luego... Tenemos todo un día atrapados solos aquí. Algo se nos ocurrirá.

TaeHyung suspiraba-. ¿Algo como en: tú y yo en ese sofá uno sobre el otro mientras nos besamos toda la tarde?

SeokJin aspiraba y sonreía-. Vamos a comer, luego... Dios, luego. Lo que sea, luego -decía alejándose del chico.

2/3 está mini maratón traerá polémica (ahre) UwU

Gracias por leerme, sus comentarios y apoyo sin mi motorcito. En la tarde tiro la última parte.

Con amor niñita Nanykoo 💜

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