Capítulo 14

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Capítulo 14



A la mañana siguiente James había encontrado a Sam en el suelo inconsciente y lo había llevado a la enfermería, para que lo revisaran.

Sam había pasado todo lo que quedaba de la noche en el suelo, por todo lo que había visto la noche anterior. Todo ese miedo lo había llevado a perder el conocimiento, entonces se desmayó por el resto de la noche que quedaba.

Había sido real... No había sido una pesadilla.

Sam se despertó con un sobresalto que lo asusto. Cuando abrió los ojos para despertar, se encontró con la enfermería.

¿Todo lo que había pasado ayer había sido real? Pensó.

¿Dónde estaba April? ¿Estaba muerta? ¿Todos se habían enterado realmente de que esa cosa extraña la había estrangulado? Se preguntaba en su mente.

Su corazón empezó a latirle fuerte y el miedo se aproximaba, cuando recordaba los acontecimientos de la noche escalofriante que había pasado en el internado.

Cuando todo quedo interrumpido porque se encontró a la enfermera de pie, al lado de su cama.

— Jovencito— Sonrió — ¿Qué es lo que te ha pasado? — Pregunto tranquila.

El la miro con susto y ni siquiera quería hablar de nada pero pensó que tendría que hacer un esfuerzo para poder preguntar algo.

— ¿La chica como esta? —Pregunto Sam.

— ¿Qué chica? — Lo miro extrañamente.

—La que estuvo conmigo... —Dejo de hablar porque pensó que quizás la enfermera no sabía nada de eso.

El joven negó con la cabeza y no dijo más nada.

—Solo te encontramos aquí niño —Aclaro Emily —Estabas inconsciente en el medio del pasillo.

— ¿Solo? —Trago saliva.

La enfermera asintió y se puso a ordenar unas cosas.

¿Dónde estaba la joven? Creía que la habían encontrado al menos muerta, pero parece que nada de lo que paso fue real.

Pero... ¿Si no fue real, porque lo encontraron en el pasillo? Estaba demasiado confundido, como para seguir. Estaba claro que hoy no iba a ir a clase, decidio mentalmente. Necesitaba salir a tomar un poco de aire, además.

— ¿Puedo irme?

—Si te sientes mejor...— Asintió —El doctor ya te reviso, y te hizo pruebas para ver qué fue lo que provoco el desmayo.

Ver una muerte lo había provocado. Ver esas manos escalofriantes en el cuerpo de la chica.

—Necesito salir—Sam se paró y se alejó a la puerta de la enfermería sin mirar a la joven enfermera que tenía la mirada fija en él.

—Recuerda que tienes que volver para los resultados... de los estudios...

Se fue sin decir ni siquiera un "Adiós". No tenía ni ganas de hacer eso... Lo que le había pasado ayer era terriblemente extraño y horrible. Antes se le presentaban un par de fantasmas a pedirle un favor, y cuando los cumplía se iban. A veces esas sombras amorfas lo aterraban pero nunca llegaron a lastimar a nadie ¿Por qué había tenido que ver eso tan terrible la noche anterior? Le vinieron lágrimas porque no sabía si iba a poder superarlo.

Mientras caminaba por los pasillos, veía que las personas estaban lo más tranquilas haciendo su vida... ¿Y él? Pensando en lo que había pasado ayer. ¿Se había imaginado a la chica que estuvo hablando con él? ¿Era sonámbulo? Podía pasarle tantas cosas.

Tenía que ir a clase, y no estaba de un buen humor pero no quería perderlas, porque después no quería sentarse en la biblioteca a pasar todo lo que habían dado, porque en unas horas los profesores del internado te llenaban de tarea. Al principio había pensando en ir a su habitación, pero no quería estar solo así que lo único que le quedaba era ir a clase...

Paso unas horas en el internado y todo seguía igual.

Algunos estaban en sus clases, otros estaban encerrados en sus habitaciones, otros estaban en el patio, otros en la dirección con profesores por su mal comportamiento, y así.

Cuando llegaron todos a un horario, buscaron a un par de jóvenes que habían ingresado hace poco para que tengan la primer entrevista con la psicóloga.

Como no eran muchos los nuevos ingresados, no tendrían que esperar tanto, además juntaban un par para un horario y otro par para otro horario.

James pasó a buscar a todos los nuevos jóvenes (que le tocaban en ese horario), para que se retiraran de clase, para tener un momento con la psicóloga.

Ellison era uno de los nuevos así que se puso un poco nervioso porque no sabía qué era lo que le iba a tener que decir a la profesional cuando este sentando en frente de ella.

Dentro de la formación de los ingresados hace poco tiempo, Ellison pudo ver a ver a Kenly, Sam, y claramente que a la primera que había buscado era a Sunny y estaba allí, porque también era nueva.

Fletcher y Dennison también tenían que hablar con la psicóloga hoy... Y entre otros más, en cambio Novalee y Chloe, no. Ya habían pasado por la primera entrevista.

James los guiaba a los jóvenes, para llegar en donde tendrían las entrevistas.

Todos se sentaron a esperar el turno. Aun no se había mostrado la doctora, estaba en la habitación ordenando sus cosas.

El profesor se acercó a hablarles a los jóvenes antes de que comenzara a llamar.

— Escuchen chicos y chicas...—James levanto la voz para que lo escucharan— Esto lo hacemos todos los años, cada día que entran chicos nuevos en "La Paz". Les va a parecer a algo tonto, esta sesión con la psicóloga porque ya sabemos nosotros porque motivos entraron porque gracias a sus padres que avisaron, o a la gente que los hayan traído, estamos informados. Pero nosotros necesitamos saber en qué condiciones están ustedes...— Entrego una sonrisa a los jóvenes— Y la psicóloga debe ayudarlos a tratar de cambiar y olvidar sus problemas.

Todos estaban callados, mirando como hablaba James su profesor, era el único que se podía decir que era más amable que los otros profesores.

—Necesito ahora que respondan todo lo que ella les pregunte, que hagan todo lo que haya les pida y que colaboren porque nosotros queremos ayudarlos. Si no lo hacen, o le falta el respeto a la psicóloga, tenemos que emplear otras cosas que no van a querer, así que solo por unos minutos hagan un esfuerzo. La sesión va a ser pequeña y corta por ser la primera —Dio un suspiro y les sonrió a todos los chicos que estaban allí, cansados del internado y sus tontas reglas.

James se quedó allí parado a esperar para cuando la psicóloga empezara a llamar. Todo no era tan rápido así que tuvieron que esperar unos minutos, pero cuando ella ya se había organizado salió con una sonrisa y una lista de los jóvenes nuevos que habían ingresado.

La psicóloga, tenía un pelo largo, brilloso, con rulos bien formados, unos ojos marrones muy llamativos y hermosos, que combinaban con su piel morena. Estaba maquillada, y llevaba un guarda polvo blanco.

Tenía unos zapatos negros con taco muy alto y una plaqueta que decía su nombre "Amy".

—Hola James...— Dijo con una sonrisa en el rostro.

James le devolvió el saludo con la mano y una sonrisa encantadora de su rostro.

—Hola chicos... —Se presentó— Escuchen voy a ir llamando por su nombre y apellido. Necesito que cuando los llamen se levanten y pasen a este cuarto, que es donde vamos a tener la entrevista —Aclaro.

Todos la miraban con caras muy serias y no decían nada.

La psicóloga se metió unos varios segundos en la habitación donde iba a realizar las entrevistas. Cuando salió llevaba en sus manos una libreta.

— ¡Fletcher Smith! — Levanto la voz.

Odiaba ser el primero de la lista... se preguntaba porque no iban de orden alfabético por los apellidos... Dennison noto el rostro de fastidio de su compañero y lo miro compresivamente para que tenga paciencia.

Se levantó, noto que todos los miraban, y entro con la psicóloga que lo estaba esperando con una enorme sonrisa. Se presentaron y se saludaron en forma cortes, Fletcher noto que detrás de Amy más arriba, tocando el techo, había una cámara encendida... Los estaban grabando.

— ¿Nos están grabando? —Fletcher levanto una ceja.

—Oh... —Miro la cámara y vio que estaba encendida— Si... —Hizo una pausa —pero tranquilo.

— ¿Qué?

—Tranquilo... no ocurre nada.

— ¡No, tranquilo nada! — Grito y Amy se sobresalto— Yo no quiero que otros escuchen lo que diré— Aclaro.

—No hay nadie escuchando.

Le puso la mano en el hombro para consolarlo, de la mala privacidad que había en el internado pero el joven no tardo en correr la mano de su hombro y en poner el rostro muy serio.

—Ellos ponen unas cámaras solamente para asustar a los chicos y para hacer que se comporten bien, pero nadie está mirando y escuchando—Dijo la profesional para consolarlo.

Fletcher asintió de mala manera, e hizo el que se creía, la mentira que le había dicho la psicóloga.

—Tu madre nos ha contado algunas cosas de ti... —Miro unos papeles.

—Yo me pregunto porque no me envía a rehabilitación, en lugar de aquí —Se cruzó de brazos.

Ella sentía que el joven no le ponía nada de voluntad para empezar con la sesión.

—Querido... —Suspiro— escúchame una cosa, este es el mejor lugar para un joven como tú, porque es como rehabilitación pero más aún porque tiene una escuela incluida. Si tu madre te mandaba a rehabilitación ibas a perder un año escolar, además del problema que tienes con el alcohol tienes que tratar tu rebeldía y este es lugar correcto.

Fletcher la miraba con ganas de lanzarle unos insultos e irse corriendo de aquí.

— ¿Lo comprendes? —Amy pregunto con una sonrisa.

—Si— Clavo los dientes.

La psicóloga le sonrió para animarlo, saco una hoja en blanco y un bolígrafo.

—Dime ¿Qué te parece este lugar? — Lo miro atentamente para empezar a escuchar bien lo que le iba a decir.

—Un asco — Lanzo una carcajada después de decirlo.

— ¿Nada mas? —Levanto una ceja.

—Bueno el lugar no tanto, la comida es buena— Hizo una pausa para pensar —Pero no me gustan las personas y los profesores.

—Bueno, sí. Cuéntame más— Asintió con la cabeza mientras escribía en la hoja que había sacado.

— ¿Mas? —Se quejo en voz baja— Bueno, hay una biblioteca muy linda... Es algo extraño pero a la vez tienen cosas buenas y malas. Las malas son que te están todo el tiempo vigilando, los profesores son odiosos y que es demasiado grande este lugar, además de estar todo el dia internado en calses. Las buenas son que te dan comida muy rica, que las habitaciones son geniales y nada más.

La psicóloga asentía y parecía escucharlo comprensivamente todo lo que decía, lo que hacía que él se sintiera muy cómodo. Después de una charla bastante normal, empezaron las preguntas incomodas.

— ¿Cuándo empezaste a tomar bebidas alcohólicas? —Susurro.

El abrió los ojos como platos cuando oyó a la psicóloga decir eso. La verdad que no quería hablar de eso, y menos decírselo a esa mujer que ni siquiera conocía. Fletcher pensaba que nadie lo podía ayudar, así que negó con la cabeza y se quedo callado.

— Vamos... —Pidió— Necesito preguntarte, al menos has un esfuerzo para hoy.

El joven dio un suspiro y pensó en los castigos...

—Hace dos años... — Miro hacia otro lado —Pero estos últimos meses fue en exceso.

— ¿Por qué crees que lo haces?

—Quizás porque quiero, porque lo probé y no puedo dejarlo —Explico.

—Sabes que eso es malo ¿no? —Dijo amablemente pero al joven le molesto lo que acababa de decirle.

— No me venga con idioteces como esas ¿Si? —Levanto la voz.

La psicóloga como sabía que era un chico complicado, pensó en cambiar de tema.

— ¿Te gusta la idea de dejarlo?

—A veces sí, otras no.

— ¿Por qué a veces no?

Miro la cámara y seguía grabando, no quería que otras personas se enteraran de sus problemas porque le avergonzaba un montón que fuera así. Le avergonzaba estar ahí diciéndole esas cosas tan personales a una simple psicóloga que ni sabía si lo iba a poder ayudar...

Dio un suspiro y trago saliva.

— ¿Tenemos que seguir hablando? — Pregunto con fastidio.

—Por favor...— Cerro los ojos por unos segundos —Lo estás haciendo muy bien...

Hubo un momento de silencio en la sala.

—Porque no quiero dejarlo, siento que a veces cuando no son mis días, el alcohol me hace olvidar todo eso... Y a parte porque no puedo, tengo que beber siempre un poco de algo porque si no me desespero mucho...

— ¿Qué piensas de tu mama? —Dijo mientras escribía en el papel.

No quería seguir hablando con ella... Quería irse corriendo y escapar a un lugar donde no hubieran personas mayores, molestando.

—Que ella es una buena madre e increíble pero...

Sintió en ese momento ganas de llorar porque empezó a tener muchos recuerdos, de las últimas peleas que había tenido con ella y eso le dolía mucho. Ahora estaban separados y lejos, todo por su culpa.

—Pero... La decepcione —Contesto finalmente.

— ¿La decepcionaste? — Levanto una ceja— No lo creo, ella solo estaba triste por el problema que tiene su hijo...

—No, la decepcione y también a mis hermanos... —Se le quebró la voz cuando recordó a sus hermanos.

— ¿A tus hermanos también?

—Ellos estaban asustados...

La psicóloga lo miro con tristeza, mientras trataba de pensar alguna pregunta que haga que Fletcher se olvide de lo que había hablado recién.

— ¿Los extrañas?

Unos segundos de silencio, Amy atentamente esperaba la respuesta.

— ¿A usted que le parece? Porque hace preguntas tan estúpidas, hace días que estoy aquí y no aguanto ni un solo minuto estar aquí... —Grito— Los extraño muchísimo —Dio un suspiro.

Una lagrima cayo de él, y se la limpio rápidamente por la vergüenza que le daba estar llorando en frente de una psicóloga del internado.

—Por hoy es suficiente... —Guardo la hoja donde estaba escribiendo.

—Gracias, ya me estaba irritando —Le lanzo una mirada con desprecio.

—Comprendo —Asintió.

Se levanto bruscamente y se fue de la habitación. Habían tenido una charla demasiado cruda y realista lo que le había hecho un poco mal a Fletcher.

Fletcher salió y le entrego una pequeña y leve sonrisa a Dennison que estaba sentado allí, lo cual se la devolvió.

Cuando salían de hacer la sesión con la psicóloga se tenían que ir inmediatamente a la clase donde habían estado antes de que los llevaran allí.

Amy salió con un listado para volver a llamar al próximo que le tocaba una breve entrevistas con ella.

— ¡Kenly Jones! — Levanto la voz para que escucharan los jóvenes.

Sam lo miro con tristeza porque se tenía que ir y lo saludo con la mano para que al menos se despidieran... entonces Kenly también lo hizo y le dedico una sonrisa muy dulce pero a la vez se mostraba un poco triste, su tristeza era por lo que tenía que pasar con la psicóloga.

Sam noto la mirada triste de su amigo y se dio cuenta de que no quería tener la charla con ella, tanto como él.

Kenly entro con pocas ganas y con un poco de nervios. Se sentó tranquilamente y espero a que la profesional se acomodara para empezar con él.

—Hola— Susurro Amy con una sonrisa en el rostro— ¿Cómo te sientes?

—Bien —Contesto.

—Cuéntame un poco de ti— Agarro otro papel nuevo y su bolígrafo para empezar a anotar.

Pasaron unos segundos en silencio.

— ¿Qué quiere que le diga? —Pregunto Kenly confundido, porque no sabía cómo empezar.

—Empieza por lo que quieras, querido— Dijo amablemente.

—Bueno, vivía con mi mama y mi papa —Dijo sin pensar, pero comprobó haber si estaba bien lo que había dicho, y como la psicóloga le decía con su rostro que continuara, continuo —Iba a la escuela y tenía amigos.

Ella asintió conforme mientras anotaba. La sala estaba en silencio y eso hacia una situación incomoda.

—Tus padres me contaron un poco de ti, has tenido un accidente...

El recordaba todas las veces anteriores, con las que tuvo que soportar a la otra psicóloga... Esto era exactamente igual.

—He hecho un montón de sesiones con una psicóloga anterior, después de haber tenido el accidente. —Dijo bruscamente.

—Tranquilo— Hizo una pausa —No vamos a hablar de tu accidente— Negó con la cabeza— Solo lo dije para una pequeña introducción, que es lo que estamos haciendo ahora.

El asintió.

— ¿Qué piensas de tus padres? — Pregunto, rompiendo el silencio.

—Mis padres son mis padres —Respondió.

— Si, de acuerdo —Levanto una ceja — ¿Tienes algo en contra de ellos?

El la miro a los ojos para hablarle mejor.

— A veces me daban bronca, porque no me dejaban tranquilo... —Suspiro— Pero no tengo nada en contra de ellos, es mas en estos momentos los estoy extrañando— Se sonrojo por lo que había dicho pero era la verdad.

Unos segundos en silencio, la psicóloga estaba anotando y no mirándolo a los ojos.

— ¿Duermes bien por las noches? — Pregunto cambiando de tema.

—Hasta ahora si —Asintió —Pero hace meses atrás, tenía algunas pesadillas...

— ¿No recuerdas sobre que eran? — Dejo de escribir para mirarlo atentamente.

El joven se puso algo nervioso, porque si recordaban sobre que eran, pero no quería decírselo.

—Sobre el accidente...— Susurro en voz baja.

Amy lo miro con una mirada comprensiva y el supo que lo comprendía porque tener un accidente era duro.

—Es algo que no pude superar.

—Estas aquí para poder superar todo ¿Lo sabes?

El joven asintió.

— ¿Tu novia estaba allí esa noche?

—Si.

—Y un amigo ¿No?

Kenly asintió.

—Lo hiciste muy bien— Sonrió levemente— Para hacer la primera entrevista, las preguntas ya se me acabaron y puedes retirarte.

El chico se levanto tranquilamente, saludo a la doctora y salió donde un par de jóvenes estaban esperando su turno.

La psicóloga se acerco a los chicos que estaban esperando y llamo a una chica. Sam se lamento porque que quería que ya le tocara a él, para así se iba de allí tranquilo a su clase y no llegaba tarde a la clase que venía.

Ellison estaba sentado en un banco en frente de Sam, mirando hacia la nada y pensando en sus cosas... No sabía que le diría a la psicóloga. El no sabía hablar con nadie y lo sabía bien, además de tener que bancarse sus nervios encima tenia que estar frente a todos esos chicos que tenían problemas como el o incluso peores .

Ellison se preguntaba en que ¿Estarían pensando en esos momentos?

Por lo tanto Sam estaba pensando en lo que le había pasado ayer con esa chica. Había sido tan real, que no podía creer que no había pasado... Pero también le convencía la idea de que todos en el internado estaban demasiados tranquilos, y que nadie se había enterado de lo que había pasado, a pesar de que él había visto a la chica morir. No podía haber sido real.

Ellison choco con la mirada de Sam y ambos se sonrieron... Se conocían desde el cementerio.

Hasta que después de unos largos minutos sintieron el nombre "Sam Wood"

Miro automáticamente sorprendido.

— Disculpe... —Se levanto para acercarse a la doctora— ¿Qué?

—Sam Wood... ¿Es usted? — Pregunto.

—Si...

—Venga.

La psicóloga entro a la habitación y Sam la siguió.

Cerraron la puerta. Se encontró con una habitación blanca con un escritorio, y arriba una cámara como siempre, que estaba encendida y filmando. Típico de "La Paz" les faltaba poner cámaras en el baño y la completaban.

La psicóloga lo miro y le hizo una seña para que se arrimara y se sentara.

— Vamos... No tengas miedo.

—No, no tengo miedo... — Negó con la cabeza —Es que no me gustan las sesiones con psicólogas, ya estoy cansado de eso.

Se acerco y se sentó al frente de ella.

— ¿Qué tus padres te han llevado mucho con psicólogos? —Mostro una sonrisa.

—Lamentablemente, si —Respondió un poco fastidiado.

Recordaba todas las veces que lo llevaron a distintos profesionales, porque no entendían que era lo que le pasaba.

— ¿A qué edad fue tu primera vez con el psicólogo? —Lo miro atentamente para que se relajara porque lo notaba tenso.

— A los siete años... —Hizo una mueca y sintió vergüenza.

— ¿Por qué motivo fue? —Pregunto seriamente.

La miro con fastidio.

—Paso de la pregunta...

— ¿Pasas, que? —Pregunto confundida.

—Otra pregunta.

—Oye, me tienes que responder...— Amy lo miro atentamente —Las autoridades de aquí me piden que saque la mas información posible de ustedes, no puedes decirme paso.

Cada vez que la oía hablar le parecía demasiado irritante, más que la idea de hablar y contarle cosas de su vida. Ir con las psicólogas para él, era una verdadera tortura, no lograba acostumbrarse a ellas porque les traía varios recuerdos, además nunca podían ayudarlo con el problema que tenia.

—Porque hablaba solo...— Suspiro.

— Bien...— Asintió sin mirarlo y empezó a anotar unas cosas en la hoja. Unos momentos de silencio pasaron desde que le dijo que "Hablaba solo".

—No se ría... —Dijo jugando para darle más vida a la sesión pero parecía que a la psicóloga no le había gustado.

— Disculpa...— Levanto una ceja— ¿Alguien se está riendo?

— Esto me da mucha vergüenza... —Se sonrojo.

Se cruzo de brazos, y apoyo su espalda con el respaldo de la silla esperando a que le siguiera preguntando.

— Bueno, pero sabes que yo estoy aquí para ayudarte...

—Esta aquí para ganar dinero.

La psicóloga abrió los ojos como platos y no sabía que decir. Sam se rio y le dijo que solo era un chiste, pero a ella no le había gustado nada la actitud del joven. Lo hacía porque estaba nervioso... No sabía que iba a decirle... lo único que podía decirle era "Hablo con fantasmas y los veo, ellos están en todas partes y están entre nosotros. Tengo muchas pesadillas, algunos me muestran cómo eran como estaban vivos otros como murieron ¿Tiene algún consejo de que puedo hacer para dejarlos de ver? Me asustan mucho, cada vez se está volviendo peor, quiero salir de esto, me quieren volver loco" pero no podía decirlo.

— Bueno... —Aclaro su voz— Cuéntame ¿Cómo te llevas con tus padres?

—Bien...

— ¿Una relación normal?

— Si, supongo.

El joven empezó a recordar todas las veces que sus padres no le creían lo que en verdad le pasaba. Pero sabía que en el fondo ellos lo querían.

— Me han dicho que tienes una hermana ¿Qué piensas de ella?

— Es increíble —Sonrió porque recordó a su hermosa hermana.

— ¿Quieres a tu mama y papa?

— Mucho...

La profesional le hacía preguntas simples lo que le irritaba un poco a él.

— Me alegro... ¿Te gusta el internado?

¿A quién iba a gustarle esa cárcel? Sam ya se quería ir lejos de allí y no volver nunca más.

—No, para nada— Negó con la cabeza.

— ¿Por qué?

—Solo mírelo...— Miro hacia todas partes de la sala— Da asco...— Dijo con repugnancia.

—No es así —Negó con la cabeza.

—Si lo es...

Ella dijo que no con la cabeza y anoto más cosas en el papel blanco. Cuando había terminado de anotar, le dio una leve sonrisa y continúo.

— ¿Extrañas tu colegio anterior? — Le entrego una leve sonrisa.

Se quedo pensando... Extrañaba a su familia, ¿Pero a su colegio? No. Definitivamente, no. Sobre todo, sus compañeros... eran muy malos con él, lo llamaban "loco", "raro" y más cosas que no quería recordar.

—No, mucho...

— ¿Por qué?

El joven dio un suspiro cuando escucho la pregunta de: ¿Por qué? Ya le estaba cansando esa sesión, hoy no era su día lo que le había pasado ayer, fue muy aterrador para él.

— ¿Voy a tener que decirle todo? —Se quejo.

— Si, lo siento. Debes hacerlo.

— Mis compañeros no eran buenos conmigo... no tenía amigos. Solo por ese motivo no extraño a mi escuela.

— ¿Por qué te hacían eso?

—No se... No les pregunte.

Sam sabia porque le hacían eso, por todo lo que le pasaba en la escuela... Gracias a los fantasmas, gracias a esas sombras que veía, que cada vez le asustaba peor verlas, porque no sabían qué intención tenían.

— Contéstame con la verdad...

— ¡Esa es la verdad! —Grito.

— Esta bien...

Anotaba todo lo que le decía y eso le ponía más nervioso de lo que estaba.

—Me dijeron tus padres que estabas cambiado que ya no eras el mismo de antes... ¿Qué paso?

— Bueno, eso mismo me dijo mi hermana y los que antes eran mis amigos... Bueno si a eso se le puede llamar amigos...

— ¿Qué te paso? ¿Por qué crees que te dicen que estas cambiado?

— Porque no me entienden...

— ¿Por qué no te entienden? ¿Te paso algo?

—No lo entendería...

Ella lo miro fijamente por unos segundos para que el tomara la confianza de ella, pero como no respondió nada y bajo la mirada, tuvo que empezar a hablar otra vez.

— Yo voy a entenderte porque para eso estoy...

— No, no va a hacerlo—Sam expreso con seguridad.

— ¿Por qué no me lo cuentas? Vemos que hacemos, te voy a ayudar si es un tema muy difícil...

— No, no... —Hizo una pausa para poder pensar bien lo que iba a llegar a contestarle— No quiero decirlo.

— Pero tienes que hacerlo... ¿Por qué estas cambiado? Todos tus compañeros de colegio lo notaron e incluso tu familia.

— ¿Cómo lo sabe?

Se levanto fuertemente de la silla muy enojado... La psicóloga lo agarro del brazo y lo obligo a que se volviera a sentar.

—Tranquilo...— Susurro.

— ¡No puedo tranquilizarme!

— Al menos cuéntame porque crees que tus padres te internaron aquí...

— ¿No se lo dijeron?

— No me dieron datos, solamente lo que yo te dije recién porque ni ellos entienden bien que es lo que te pasó... Tú solamente me puedes explicar lo que realmente pasa contigo, eres el único...

Se alejo de la psicóloga para así soltaba su brazo.

— Tengo muchas pesadillas...

— ¿Pesadillas?

—Si... no me dejan dormir...

— Espero que me estés diciendo la verdad... ¿Eso es lo que afecto tu personalidad?

— ¡No la afecto! — Levanto la voz.

Ella se quedo unos segundos callada para concentrarse en la charla que acaba de tener con el joven, y se dio cuenta que por hoy ya era suficiente.

— Por hoy ya es suficiente jovencito... Eres muy difícil, en la próxima sesión me vas a contar tus sueños o me vas a responder algo que me oriente mas— Se cruzo de brazos.

El se dio vueltas y salió rápidamente de la habitación enojadísimo por la sesión con la doctora. Odiaba volver a tener que explicarles su problema a personas que él pensaba que no debían saberlo, que no les interesaba. Además el problema principal que tenia no debía contárselo a nadie, se llegaban a enterar de lo que le pasaba... Lo mandarían a un psiquiátrico de por vida, pero solamente él sabía que era real.

Ellison lo miro sorprendidamente cuando salió sin mirarlo y enojado. Se había dado cuenta de que había tenido problemas con la sesión...

Amy salió como si no hubiera pasado nada y llamo a otra persona que no era él. Era el chico de al lado del que se acordaba haberlo visto en la cafetería una vez, pero ni siquiera lo había mirado.

Dennison se levanto tímidamente y fue a la sala donde estaba la psicóloga, sentada terminando de ordenar un montón de papeles que tenia arriba de la mesa.

— Siéntate— Le hizo una seña.

El joven le obedeció y se sentó. Se quedo un poco inquieto con la mirada porque pudo inspeccionar como era el consultorio. Había una especie de camilla a la izquierda de él y no había nada para que se pueda distraer y mirar otra cosa que no se la cámara que estaba allí filmando.

— Dennison Parks— Clavo la mirada en el— ¿Te gusta estudiar?

—Mas o menos— Trago saliva.

—Como a todos los jóvenes —Rio — ¿Estas en contra de algunas reglas del internado, no? —Pregunto.

—De casi todas — Dijo con un poco de nervios.

— ¿Cómo cuales? —Sonrió.

—Que te saquen los celulares... —Asintió, y no hablo mas.

— ¿Eres pegado a la tecnología? — Levanto una ceja y pensó que era muy callado el joven.

—Bastante— Sonrió.

La doctora anoto un poco y ordeno, unos pocos papales que le quedaban en la mesa. Hubo unos segundos de silencio, hasta que volvió a reincorporarse.

— ¿Cómo era la relación con tu familia? —Pregunto lo más tranquila posible.

—Mi padre... —Mordió su labio inferior —Casi nunca lo veo, con mi madre me peleaba casi todos los días y no tengo hermanos— Dijo tranquilamente.

La doctora asintió, mientras lo miraba fijamente. Se quedo unos segundos pensando en silencio.

— ¿Por qué peleabas con tu madre? —Se cruzo de brazos.

—Ella... —Tomo aire— Es complicada, tonterías.

—Y...— Hizo una pausa — ¿Por qué piensas que te interno?

—Porque no me soportaba— Dijo rápidamente.

— ¿Por qué dices eso de tu madre? — Puso el rostro confundido.

—Ella nunca me prestó atención... —Sintió que el corazón empezó a latirle fuerte —Como mi padre... Los dos son iguales por eso ahora en estos momentos no los extraño para nada, pero me siento solo —Asintió.

A la psicóloga le sorprendió la actitud del chico, fue el mejor hasta ahora de todos los que había entrevistado. Su tranquilidad le gustaba.

— ¿Estas mejor aquí?

—A veces —Hizo una mueca.

Y su pregunta lo hizo pensar ¿Estaba mejor ahí que en su casa? El pensaba que solamente estaba mejor porque conoció a Fletcher, en cambio en su casa estaba solo, o estaba rodeado de amigos falsos de la escuela.

— ¿Hace cuanto que no ves a tu padre? —Lo miro atentamente.

El joven miro hacia abajo y ella se dio cuenta que no quería hablar sobre eso, es mas era el único que se había comportado como corresponde en la sesión.

—Lo siento.

—Esta todo bien... —Susurro.

— ¿Hiciste amigos nuevos? —Interrumpiendo el silencio que empezó a apoderarse de la habitación.

—Unos pocos.

La psicóloga se quedo mirándolo unos segundos sin decir nada. Lo asusto un poco porque creyó que podía descubrir algo de él... como que se autolesionaba... siempre pensaba de eso cuando estaba charlando con personas nuevas.

— ¿Baja autoestima? — Levanto una ceja.

—No... —Mordió su labio inferior.

Ella se quedo unos segundos largos concentrada en lo que escribía.

— ¿Seguro?

—Si.

— ¿Acoso escolar?

—No, solo amigos falsos.

Ella dibujo una sonrisa en el rostro mientras anotaba.

—Por hoy ha sido suficiente —Aclaro con el rostro serio—Pero para la próxima vez vamos a tener que dibujar un poco...

El joven tardo en responder y se animo a mirarle el rostro a la profesional que estaba en frente del mismo.

Dennison le entrego una sonrisa y se retiro tranquilo del consultorio.

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