Capítulo 15

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Capítulo 15



"Oh no..." Pensó Ellison cuando vio venir a Sunny con una goma de mascar. Se sentó y lo miro con una ceja levantada.

El olor a frutilla podía sentirlo desde el otro asiento, el chicle era potente.

Estaban de frente a frente.

Poco a poco las chicas comenzaban a venir para que les hicieran las sesiones que correspondían.

Ellison noto que Sunny estaba mirándole otra vez los labios como siempre. No podía entender esos comportamientos raros que tenia con él, porque se suponía que ella lo odiaba... ¿no?

Amy salió y llamo a una chica que estaba muy tranquila. Luego cuando cerró la puerta, Sunny aprovecho y se acerco un poco mas para agredir a Ellison como siempre hacia.

En el lugar donde esperaban para que la psicóloga los llamara solo quedaban cuatro personas. Todos ya estaban en clase, haciendo sus cosas, tranquilos, menos Ellison que estaba muy nervioso por lo que vaya a pasar con la doctora cuando llegara su turno.

Las sensaciones extrañas que le hacía sentir su compañerita de habitación eran increíbles y nuevas para él porque nunca con nadie se había sentido así.

Ahora se había acercado para hablarle o quizás para insultarlo.

— ¿Te das cuenta de que siempre nosotros nos quedamos aquí solos? — Pregunto en tono burlón.

Ellison la miro y no supo que decir, más bien porque no sabía en qué sentido lo quería decir... Ella era muy extraña y lo sabía.

— ¿No me contestas nada de lo que te digo, idiota? —Le pregunto.

Ellison mordió su labio inferior y esta vez pensó en que no la miraría, porque cada vez que lo hacía sentía que no era el mismo... Sunny lo confundía de una manera que todavía no podía comprender muy bien.

—Me gusta que los lentos como tú, me contesten cuando les hablo— Le lanzo una mirada fría.

—Para que quieres que te hable, si cada vez que lo hago, me insultas —Dijo sin pensar y cuando recordó lo que dijo se sonrojo por haberlo de hecho de esa forma. No estaba acostumbrado a hablar así delante de personas.

—No es bueno para ti, Price— Negó con la cabeza —Pero siento la necesidad de molestar ¿Por qué será? — Pregunto.

Hubo unos segundos de silencio.

—Soy débil, quizás...— Trago saliva.

Sunny clavo la mirada en el.

—Lo que significa que soy tonto... —Mordió su labio inferior cuando se escucho decir eso, que solamente algunas personas lo hacían creer que era así.

— ¡Felicidades Price! —Levanto la voz con un tono sarcástico —Debe ser así por eso siento la necesidad de hacerlo— Rio.

Lo único que pudo hacer Ellison es mirar y asentir... ¿Qué iba a hacer con alguien que no tenía caso? A pesar de que pensaba mucho en Sunny, que quería hacer una amistad con ella, conocerla más... No podía hacerlo y se ponía mal por ello.

A veces quería cambiar la forma de pensar de cada persona, que sean distintas y que piensen bien, pero no podía. Porque las personas podían seres humanos... Pero todos tienen un pensamiento diferente, y hacen lo que hacen y Sunny hacia lo que quería, y su padre cuando lo golpeaba lo hacía porque quería o porque esta ebrio, su madre lo abandono porque salio de ella.

— ¿Entonces... ya entiendes porque eres un tremendo imbécil, estúpido, inutil, y más cosas para mí? —Le entrego una sonrisa... que para Ellison a veces era un poco linda... pero si la miraba bien era escalofriante.

—Claro.

—Y ahora puedo ver que estas totalmente nervioso.

A Ellison se le acelero el corazón cuando oyó a su compañerita decir que estaba nervioso porque no se equivocaba.

—No...— Negó con la cabeza.

—Vamos no mientas— Sonrió y luego volvió a mirar la delicada boca de Ellison que estaba tratando de no chocar con su mirada.

—Estoy un poco nervioso, eso es todo —Dijo tímidamente, evitando la mirada tétrica de su compañera.

—Ya cállate Price— Le dijo con desprecio.

Ellison la observo confundido.

—No quiero escucharte —Dijo ella mientras negaba con la cabeza y se cruzaba de brazos en el asiento.

Se quedaron en silencio unos largos minutos. Hasta que la chica a la que había llamado la profesional, salió del cuarto.

La psicóloga salió con el listado en la mano.

—Sunny Hawkins —Levanto la voz.

Ellison dirigió la vista a la chica que estaba sentado de brazos cruzados con el rostro demasiado serio. Se levanto de la mala manera y fue al cuarto donde la psicóloga la estaba esperando para tener su primera entrevista.

Sunny pensó que no tenía que estar allí. Mentirle a la psicóloga no iba a ser tan fácil como a sus amigos y a sus padres. Quizás podía descubrir cosas de su mente, que solo ella quería saber, porque no quería que nadie se enterara de lo que realmente le pasaba y menos profesionales del internado.

La mujer la recibió con una sonrisa tranquila y amable, pero en sus ojos se veía que estaba cansada por haber tenido que entrevistar a varios chicos, paciencia era lo que le estaba faltando.

— ¿Qué pasa? —Pregunto Amy amablemente mirando el rostro de la joven.

—No quiero estar aquí —Dijo esas palabras con un tono despreciativo, mientras miraba al suelo no a la psicóloga.

Despreciar a las personas con facilidad, era lo que más le salía.

—Escucha, nadie quiere estar aquí... —Aclaro voz para hablar mejor con la joven— Pero son solo unos cortos minutos... Te hago solamente cinco preguntas de la vida y ya puedes marcharte.

— ¿De la vida? — Levanto una ceja.

—Así es... —Asintió.

La joven la miro con desprecio.

—Usted habla cualquier estupidez.

Ella se impresiona por la actitud tan cruel y frontal que acaba de tener la joven con ella. Le dio una punzada en el pecho y se sintió mal, mientras Sunny pensaba que lo que le había dicho está bien, que lo tenía merecido.

—No hablo estupideces...— Respondió con enojo— Por favor siéntese— Ordeno y señalo con tranquilidad la silla, donde Sunny debía dirigirse. Hacia las cosas más difíciles y complicadas por sus nervios.

—No quiero contestarle nada a usted... —Se cruzo de brazos.

—Soy la psicóloga...— Suspiro —y vas a tener que hacerlo.

Entonces le vinieron los pensamientos a la psicóloga que sería una joven muy complicada.

—A mi no me importa que sea la psicóloga de este maldito lugar, lo único que quiero es irme ahora mismo y usted no me lo va a poder impedir.

La doctora se paro enojada por lo que decía la chica, en su cabeza pasaban muchas cosas malas de la paciente que le había tocado. La agarro del brazo y la obligo a sentarse, porque la chica rebelde ya se había parado para irse de allí.

—No me hagas ser mala... —Le advirtió.

Sunny se cruzo de brazos nuevamente, y comenzó a contemplar la cámara que estaba encendida y enfocada para grabar todo lo que decían o lo que hacían.

Se supo a pensar que cada vez que pensaba en el internado, le daban nauseas.

— Vamos a cambiar un poco de tema ¿te gusta este lugar? —Dijo lo más amable posible para no generar bronca entre ella y la joven que tenía en frente.

La joven la miro por un par de segundos y luego se empezó a reír sarcásticamente por la pregunta que le había hecho. Era claro como el agua, que odiaba este lugar pero que no le quedaba otra estar ahí, entonces le pareció estúpido que se lo preguntaran.

— ¿Usted esta hablándome en serio? — Pregunto sarcásticamente.

—Por favor, deje de faltarme el respeto, jovencita —Le pidió.

—Odio este maldito internado de cuarta, donde tienen a los jóvenes encerrados, siendo maltratados por los viejos esos que se creen no sé, donde todo el día estamos en la escuela, donde nos firman hasta yendo al baño... ¿Qué me puede gustar de aquí?

La doctora se quedo mirándola boca abierta porque le parecía bastante grosero lo que decía, ni siquiera lo anotaba en la hoja, estaba blanca como cuando la había sacado su folio y carpeta.

—No sé qué decir y no exageres porque cuando van al baño no los filman —Levanto una ceja y negó con la cabeza por lo que acababa de escuchar.

—Claro...— Dijo con un tono enojado— porque está de parte de toda la basura esta, porque usted es la supuesta psicóloga pero a mí no me va a venir a preguntar sus preguntas estúpidas, porque ni pienso contestarlas y que me castiguen, si quieren.

— ¿Por qué no te calmas? —Levanto la voz para que la joven la tratara mejor.

— No me voy a calmar una mierda.

Se paró de la silla y encaro a la psicóloga de una forma muy ruda, mientras ella trataba de calmarla para no tener que llamar a las seguridades de allí.

—Por favor siéntese.

No sabía qué hacer, su actitud era demasiado dura y no había forma de hacerla entrar en razón que lo que estaba haciendo no era bueno y que se calmara porque lo único que haría era perjudicarse a ella misma.

—Lo único que hace es perjudicarse... —Susurro y se mostró tranquila, para que no se lo haga a propósito.

— ¿Por qué? —Pregunto— ¿Qué me van a castigar? ¿Qué les va a decir a las autoridades de aquí como le conteste? —Hizo una pausa por unos segundos— No me importa...— Finalmente dijo.

— ¿Por qué no solo puedes responder cuatro preguntas más? ¿Tanto cuesta hacer eso?

Se sentó de mala manera y apoyo las manos en la mesa y la doctora visualizo sus uñas pintadas de negro y sus anillos de calaveras.

—Que acabe pronto.

— ¿Por qué crees que estas aquí?

—Fácil... porque estoy loca.

La psicóloga sabía que le estaba tomando el pelo, pero no iba a discutir mas con ella porqué era un caso demasiado complicado y hoy ya estaba muy exhausta. Entonces comenzó a anotar lo poco le había dicho en el papel.

— ¿Has hecho muchos amigos aquí? —Cambio de tema para ver si esta vez le respondía con seriedad.

—Ninguno.

—Bien...— Asintió— La última pregunta y ya puedes retirarte ¿Ves que no eran difíciles las preguntas? No sé por qué no haces primero las cosas... —Sonrió.

— ¿Puede preguntarme? —Dio un suspiro y miro el reloj que había en la habitación para que la doctora se dé cuenta de que ya no quería estar más allí.

La psicóloga ordeno unos papales que tenía en la mesa para anotar lo que diría Sunny en la siguiente pregunta que le hacía.

— ¿Extrañas a tu familia?

En ese momento no sabía si irse corriendo de la habitación o pegarle una piña en la cara a la psicóloga por haber preguntado eso. Ella y sus padres "adoptivos" no se llevaban bien... tenía sus motivos porque nunca la tenían en cuenta... pudieron haberle dado casa, comida, ropa, educación, pero nunca la abrazaron, le dieron un beso y nunca se preocuparon por ella.

Además porque Sunny a veces no ponia de su parte, aun no podía aceptar que sus verdaderos padres lo hayan abandonado... Y no soportaba tener que tener unos "padres adoptivos".

Todos los días que venía de la escuela, ellos estaban en el trabajo. Los dos se encargaban de no estar nunca y luego cuando llegaban del trabajo, le decían un simple "Hola" y se iban a dormir. Está claro que estaban cansados porque trabajan pensaba Sunny por un largo tiempo, pero ni siquiera les importaba como iba en la escuela. Por suerte, no sufría de maltratos porque sus padres cuando le hablaban lo hacían bien y nunca le pegaron por nada, pero para ser padres les faltaba un montón de cosas que no estaban haciendo.

—No quiero responder esa pregunta... —Miro hacia el suelo para que no notara que sus dos ojos se llenaron de lágrimas.

—Vamos, es la última.

—Yo no me llevo bien con ellos —Mordió su labio inferior para no echarse a llorar.

—Pero eso no quita que no la extrañes ¿No?

Un terrible dolor sintió cuando le dijo eso. Pensaba que nadie la entendía, y no querían dejarla en paz... No quería contarle nada a la psicóloga y no quería compartir el dolor que sentía con nadie, prefería guardárselo y hacer como que ella no tenía problemas, como que nada le afectaba, pero si le afectaba todo y mucho...

— ¿Sigue hablando? — Levanto la voz— Ya le dije lo suficiente... —Trago saliva de la bronca que tenia —No me llevo bien con mi familia... suficiente ¿Qué más quiere saber?

—Esta bien... —Asintió— Puedes irte.

Sunny se quedo mirando por unos segundos a la doctora que estaba sentada frente a ella con una leve sonrisa, y se molesto por todo lo que había pasado allí adentro.

— ¿Y ahora quiere que me retire? Después cuando me obligo a que me quedara respondiendo sus malditas preguntas... Yo estaba bien, ahora me hizo recordar a mis estúpidos padres... —Grito con enojo.

—Lo siento mucho... —Se disculpo.

—No la perdono —Se le quebró la voz.

Se acerco, agarro el papel que había anotado cosas sobre ella y lo rompió en varios pedazos, luego de hacer lo que hizo, lo tiro al tacho de basura que estaba en un rincón de la habitación y recordó cuando lo hizo cuando estaban sus padres en frente de ella.

Amy se enfureció mucho por lo que acaba de hacer pero no le dijo nada de lo que hizo, solo dejo que se vaya con su resentimiento a otro lugar, total a ella no le perjudicaba lo que estaba haciendo si no a ella. Además pensaba que solo era una adolescente que descargaba su energía en cosas que no debía.

Amy estaba muy enojada, e iba a decirles a todas las autoridades del internado para que le den el castigo que se merecía, no iba a dejar las cosas así no más, para que la jovencita se acostumbraba a ser de esa forma.

Ellison vio que Sunny salió muy enojada del cuarto, y le daba mucha intriga saber que había pasado con ella en ese momento con la psicóloga así que se animo a preguntarle.

— ¿Cómo te fue? —Pregunto avergonzado lo que hizo que Sunny se detenga antes de seguir su camino.

—Vete a la mierda ¿Si?

Fue lo único que le dijo y siguió su ruta. Para Ellison era muy fuerte que lo trataran asi que se llevo la mano a su pecho porque noto que tenía ganas de llorar, pero no iba a hacerlo... Eso era lo que le pasaba por preguntarle a una persona como Sunny.

¿En que estaba pensando cuando le hice la pregunta? Pensó Ellison. Negó con la cabeza y quedo un poco enojado y dolido por lo que había hecho "Su linda compañera de habitación".

Hasta que oyó su nombre "¡Ellison Price!" y le interrumpió todos sus pensamientos.

Se encontró a la doctora con una sonrisa. El bajo la cabeza, respiro hondo y fue a la habitación.

Se saludaron y se sentaron.

Dentro de la habitación se sentía todo muy silencioso, solo el ruido de las hojas que tenia la psicóloga en su mano. Ellison miraba con entretenimiento como ella se acomodaba y guardaba los papeles de los anteriores chicos que venían.

—Bien... Cuéntame... ¿Te gusta este lugar, los profesores?

—No tengo nada en contra del lugar, solo es un internado...—Trago saliva y empezó a sentir que los nervios se le apoderaban— En cuanto a los profesores... —Suspiro— no me caen muy bien pero es hasta que me acostumbre.

—Eso es cierto— Asintió— ¿Te gusta estudiar?

—No —Negó con la cabeza y se quedo en silencio por unos minutos— Pero me gusta leer...— Añadió.

— ¿Leer? —Pregunto sorprendida —Qué raro un joven como tú que le guste leer... ¿Qué lees?

—Libros...

La psicóloga soltó una leve risita.

—Eso lo entiendo, pero ¿qué tipo de libros? —Sonrio levemente.

—Novelas... —Susurro.

—Interesante. Sigue leyendo que te hará bien, los libros no solo son para recrearte, divertirte, si no que son para abrirte la mente y enseñarte mejor vocabulario, aprendes a escribir mucho mejor y sin errores de ortografía. Mis felicitaciones son para usted, Price.

El sonrió satisfechamente porque al fin sintió que alguien lo felicitaba por algo que hacía, entonces se sonrojo un poco por la situación que era agradable.

—Gracias... —Asintió conforme.

—A ver si algun de estos días me recomiendas una novela... ¿De acuerdo?

—De acuerdo.

Ella sonrio satisfactoriamente.

— ¿Extrañas tu escuela anterior? — Pregunto.

—No... —Hizo una mueca— Prefiero esta.

—Que bueno, todos los chicos jóvenes que ingresan odian todo lo que tenga que ver con este internado, bueno pero tenemos excepciones.

—Si, lo sé.

— ¿Por qué no extrañas tu escuela anterior?

"Mis compañeros eran odiosos, me molestan por eso los odios tanto y no extraño nada de esa escuela horrible..." Era la pregunta perfecta para contestarle, pero solamente podía responderla en su mente porque había algo que no lo dejaba hacerlo en voz alta, se llamaba vergüenza.

—Mis compañeros, no eran buenos conmigo... —Mordió su labio inferior y no quiso recordarlos— además las clases eran muy aburridas, teníamos materias más pesadas— Dijo finalmente, pero no era exactamente lo que quería decir.

— ¿Te parece que aquí no las hay? —Pregunto asombrada.

—No, bueno algunas— Dijo sin pensar.

— Me han contado que el que te trajo fue tu abuelo...— Miro una hoja que tenía en la mano— ¿Por qué no tus padres? —Clavo su mirada en el joven.

Cuando oyó eso sintió una punzada en el estomago y en el pecho ¿Por qué no lo dejaban olvidar? Cuando decían la palabra "padres" le dolía en el alma. El nunca los tuvo, por eso a veces no podía levantarse de la cama porque no tenía fuerzas para seguir en la vida, para levantarse a pelear un día nuevo porque sentía que él no tenía que pelear porque no existía nada ni nadie al que le importara.

Sus padres le echaron a perder toda su vida, sus esperanzas, sus fuerzas y lo hicieron odiarse a sí mismo. Cada vez que pensaba en ellos, sentía porque tenía que tener esa familia tan mala con él, tan despreciativa ¿Qué hizo él para merecerla? No había hecho nada, solo tenía mucha mala suerte de haberla tenido.

Las palabras hirientes que le había dicho su padre, le habían quedado más que los golpes bruscos que le había dado y esos recuerdos que todas las noches lo atormentaban en sueños terribles por el miedo que le tenía.

Su madre no había vuelto jamás... Y Ellison la extrañaba pero a veces trataba de no recordarla porque lo había abandonado... Quería tener la familia que tenía antes de que todo haya cambiado tan rápido.

Amy golpeo con su mano la mesa para que Ellison le responda, porque había quedado callado un vario rato, mirando hacia la nada.

Levanto la vista y se encontró con los ojos de la doctora.

—Disculpe... —Aclaro la voz porque casi no se escuchaba— No quiero hablar de mis padres...

—Tienes que hacerlo —Dijo con firmeza para que se acostumbre a que tenía que empezar a hablar más.

—Pero no lo hare...— Negó con cabeza— y no puedo obligarme a hacerlo— Mordió su labio inferior, y sintió una vez más los nervios.

—Es que como te voy a ayudar si no sé nada de ti. Tu abuelo tampoco quiso decirnos nada de tus padres...

Ellison se dio cuenta que estaba con una doctora... Y que le debía respeto, ella solo quería ayudar, quizás... O hacer su trabajo y le estaba pidiendo que contara algo de su vida. Aunque le doliera iba a tener que hablar.

— Mi madre se fue cuando era muy pequeño— Le recorrió un escalofrió cuando lo dijo — Y mi padre...— Puso los ojos en blanco y no pudo continuar.

La psicóloga se quedo unos segundos en silencio y negó con la cabeza.

—Entonces dígame que le paso a su padre.

Abrió la boca pero después cerro la boca ¿Cómo iba a explicarle? Como iba a explicar que sus padres lo odiaban, que nunca lo quisieron tener, que lo golpeaban, que lo basureaban, que lo mandaban a trabajar, que su madrastra se quería sobrepasar con el y que le daba mucha vergüenza tan solo pensarlo. ¿Cómo iba a decir todo eso?

Tenía ganas de llorar y pronto lo iba a hacer si seguían forzándolo a que diga algo de las personas que arruinaron su vida por completo.

—No puedo ni hablar...

Sentía un dolor en el pecho que hacía que le duela la garganta y no le salgan las palabras para decir todo lo que le pasaba. Quería desaparecer pero no solo por un momento... ahora quería desaparecer de la vida.

—Vamos, dime algo, estoy para ayudar.

La psicóloga lo tomo de las manos y lo miro atentamente a los ojos verdes de Ellison, pero él la veía borrosamente porque sus ojos estaban llenos de lagrimas y ya no podía aguantarlas más porque todos sus recuerdos empezaron a venir otra vez, esos recuerdos que quería que nunca más aparezcan.

—Mi padre me odia— Finalmente dijo y se le escapo una lágrima, por fin.

Las lágrimas de sus ojos se desprendieron al fin librementes de sus bellos ojos. La doctora se sorprendió a su reacción, no se lo esperaba. Nadie había llorado, el era la primera persona que lo hizo.

— No puede ser así.

La interrumpe.

— ¡Mi padre me odia! —Grito.

Y la abrazo fuertemente para poder consolarse con alguien porque ya no daba más, necesitaba un abrazo de alguien y un consuelo. Ellos dos permanecieron abrazados por unos varios segundos largos. La psicóloga se sintió culpable por haber tocado tanto el tema de sus padres, no sabía qué era lo que le pasaba y no creía que justo a él le habían tocado unos padres que lo odiaran. Ahora sabía lo herido que estaba por dentro...

—Lo siento mucho...

Ellison no respondía solo seguía soltando lagrimas descontroladas.

Al cabo de minutos pudo tranquilizarlo. Les seco lentamente las lágrimas con un pañuelo que tenia y lo hizo respirar hondo para que pueda hablar y recomponerse.

—Lo siento por presionarte, no era mi intención hacerte sentir de esa forma...

—Lo sé...— Asintió.

—Pero vamos a ir llevando el tema de a poco, tienes que contarme muy bien de tu vida para que yo pueda ayudarte...

Ellison asintió porque tenía un fuerte nudo en la garganta.

—Por hoy ha sido suficiente, si quieres puedes ir a tu habitación a descansar antes de que toque ir a clase...

—Gracias...

Se levanto apenado por lo que acababa de pasar, pero hablar de sus padres era su punto débil y no podía evitar ponerse así.

Toco el picaporte pero ella lo interrumpio antes de que se marchara.

—Ellison, lo siento.

El, la observo y asintió levemente.

Salió de la habitación y se encontró con pocos chicos que quedaban para ir con la psicóloga, pero no lo importaba nada más que su tristeza y su pasado.

Sam se había quedado viendo una enorme ventana desde que había salido de su sesión con la psicóloga. Mirar con silencio, le hacía pensar y recordar... Tenía que pensar por todo lo que vivía. Ver fantasmas a nadie le pasaba, para él era incurable lo que le ocurría, ni siquiera su familia lo sabía bien.

Además ni hablar de que había faltado a clase... No se sentían bien de ánimos hoy para hacerlo.

Se encontraba perdido en millones de conclusiones. Lo que le había pasado la noche anterior, era lo que ocupaba mas sus pensamientos, el día de hoy.

Quería ser una persona normal como todas...

Sacando algunas conclusiones apareció Darlene, su conocida o compañera. Se acordaba que ella lo había ayudado a hallar la cafetería.

—Déjame adivinar lo que te paso hoy—Darlene le mostro una leve sonrisa— ¿Charla con la psicóloga?

Cuando Sam la vio... Pudo notar que estaba mucho mejor que el primer día cuando la había visto...

—Tú apareces cuando quieres...

— ¿De qué hablas? —Pregunto confundida.

—Que apareces cuando quieres... —Rio.

—Estoy muy ocupada y solamente es el destino que hace que te encuentre...

En un momento no le creía, pero después si ¿Qué podía pasar con ella si no le creía? Suponía que era una chica normal aunque no lo aparentara. Era un poco rara, pero había un montón de personas raras y no por eso pasaba algo malo... Era una casualidad que cuando él quería encontrarla no estaba y cuando se olvidaba de ella, aparecía.

—Tuve la estúpida charla con la psicóloga, lo adivinaste —Dijo con decepción y miro la ventana nuevamente.

Ella se acerco y puso su mano suavemente en su hombro para consolarlo... Después de todo era una buena amiga, lo que le hizo pensar que podía contarle lo que le pasaba.

— Lo sabía porque lo anunciaron para los chicos nuevos... ¿Cómo te fue? —Clavo su mirada en el.

—Mal...

— ¿Por qué?

—No me comporte bien, eso es todo... pero que ni piense que después voy a hacer las terapias...

—Eso vas a tener que hacerlo, si o si... Porque te obligan a que hables con la psicóloga es mas todos deben hacerlo.

— ¿Tú tienes psicóloga?

—Si, pero no es la misma que a ti te toco...

—Claro, ella no puede con todo el internado... se dividen... Pero no quiero hacer sesiones, las odio...

— ¿Por qué?

—Me traen malos recuerdos...

Su amiga lo miro con tristeza, pero se arrimo con un rostro de que quería que le cuente porqué le traía malos recuerdos. Pero él no estaba decidido si le contaba o no, sus verdades. Sabía que cualquiera que lo escuchara lo trataría de loco... así que mejor, esperar hasta tenerle más confianza.

— ¿Por qué los malos recuerdos?

—Mi mama me mandaba cuando era pequeño a la psicóloga —Dijo con tristeza.

— ¿Por qué?

—Para hacerme controles...

Estaba mintiendo Y su compañera se dio un poco de cuenta por eso lo miro dudosamente, mientras el trataba de evitar que su mirada se chocara con la de él.

— ¿Solo por control o hay algo más? —Darlene levanto una ceja.

—Control, nada más— Dijo y asintió después de decirlo.

Se quedaron mirándose hasta que Sam largo una carcajada porque le causaba mucha gracia que lo miren fijamente además estaba mintiendo, era peor para él.

—Mejor no hablar de ciertas cosas... Creerías que estoy loco...

— ¿Cómo puedes pensar que yo pensaría eso de ti?

Se quedo dudosamente pensando a la respuesta que le dijo su amiga, para poder responderla con coherencia.

—Cualquiera lo haría.

—Yo no... puedes contar conmigo para lo que sea por eso somos amigos— Le entrego una sonrisa para que confié en ella.

—Igualmente, gracias pero no estoy listo... —Trago saliva— para contarlo.

—Lo comprendo— Asintió.

Trago saliva y trato de pensar en otra cosa... como por ejemplo que ya lo habia considerado como amigo.

—Lo siento... —Se lamento— Algún día te lo contare... cuando me sienta listo para hacerlo, aun no me siento listo... es que tengo miedo de que me dejes de hablar por lo que me pasa.

—No estoy enojada y te espero, hasta cuando estés listo...

Le dio un abrazo y él se lo dio también. Un escalofrió le recorrió sentir el cuerpo de esa chica tanta misteriosa pegado al de él, lo cual le hizo sentir demasiado frio en ese momento, pensar que hace unos segundos estaba a temperatura normal pero cuando ella se acerco empezó a venir el frio que ahora mismo estaba sintiendo.

Las manos de ella apretaban mas su espalda, lo cual lo hacía pensar de que quería más que una simple amistad, pero que lastima el no pensaba lo mismo.

Ya no quería abrazarla pero ella seguía insistiendo. Entonces continuo abrazándola, lo cual le parecía muy raro hasta que los interrumpió un fuerte viento que rompió dos ventanas de los pasillos que estaban.

Sam cuando oyó el sonido se sobresalto separando del abrazo cuando Darlene hizo todo lo contrario, ni siquiera se había asustado por lo que había pasado.

— ¿Qué fue eso? —Sam pregunto asustado.

Miro las ventanas hechas añicos en el suelo, el sonido espeluznante y fuerte del viento que corría.

—Solo fue un viento que rompió dos ventanas del internado —Respondió con tranquilidad—Siempre pasa.

—Pero no había viento ¿Qué cambio el clima?

—Todo cambia.

Miro la ventana rota asustado mientras contemplaba el cielo que se había nublado de repente había cambiado el clima.

Se sentían susurros de jóvenes que venían, lo cual hizo que ella mirara para donde venían las voces de los chicos y se sintiera un poco incomoda.

—Me tengo que ir...

— ¿Por qué? —Pregunto confundido.

—Tengo que hacer muchas cosas en este caso estudiar... —Añadió.

— ¿Estudiar?

—Para ti y tu curso recién empiezan las clases pero para los que llevamos años, no.

Sam no comprendió lo que le había dicho.

Se dio la vuelta y sin más nada que decir se fue rápidamente y desapareció en los pasillos profundos del internado.

No entendía a veces su comportamiento, le hacía pensar que se escapaba por alguna razón, pero trato de olvidar todo eso y concentrarse en los jóvenes que venían hacia él para ver qué había ocurrido con las ventanas.

Les explico todo y quedaron conformes. Hasta que pudo alejarse de jóvenes curiosos que lo observaban con dudas. "Si que la gente de allí asustaba a veces" pensó Sam, eso no iba a sacárselo de la cabeza porque siempre pasaba.

Tenía una enorme curiosidad por saber información de Darlene, entonces una idea se le vino en la mente, fijarse en su historial del internado, pero no sabía ni siquiera el apellido para hacerlo así que debía preguntándoselo sin que ella se dé cuenta, pero también se dio cuenta que no podía ver de ninguna forma su historial.

Dio un suspiro y trato de no recordar lo que había pasado la noche anterior.

Todos ya estaban mejor por lo que había pasado con la psicóloga... recordar del porque estaban allí era algo muy fuerte para ellos y algo que nunca iban a poder superar en sus vidas. Pero Amy pensaba que esto había recién empezado y que ellos podían cambiar su futuro, quizás todo en la vida no sea malo para ellos ya iban a venir los buenos momentos.

Los jóvenes pasaron toda la tarde en la escuela del internado... Eso era cansador, la escuela eran mucho más horas, que las anteriores. Les daban dictados muy largos, y ya les empezaban a dar trabajos que constaban de muchas preguntas.

Entonces cuando llego la hora de la cena, sabían que no tenían que volver más a clase y que podrían ir a descansar.

Desganados por tanta escuela, fueron a pedir su bendita cena.

—Odio este lugar... —Fletcher se quejo— Extraño salir con mis amigos, ir a mi escuela, estar en mi habitación, tener celular, tener computadora y poder estar en las redes sociales, jugar playstation con mis hermanos, estar con ellos... —Tomo aire—Estar con mi mama...—Recordó a su madre y le dio tristeza— Odio esto...

—Ya, deja de quejarte—Dennison largo una risita.

Luego le dio un leve empujón a su compañero que tenía el rostro fastidiado.

— ¿A caso tu no extrañas todo eso? —Levanto una ceja.

—Si pero quejarme no me va a ayudar de nada, es más me voy a poner más del humor porque me voy a acordar de todo eso...

—Estas...— Clavo la mirada en Dennison que se asusto por lo que quería decir, pero no encontraba la palabra.

Dennison lo miro con confusión antes de que digiera la palabra que tenía que decir, porque al final no la decía después de todo.

— ¿Estoy qué? — Pregunto, levantando un poco la voz para escuchar lo que le quería decir.

—Nervioso —Dijo finalmente.

— ¿Nervioso?

—Si, o no se... algo que te paso o te pasa, no sé bien la palabra que te definiría el día de hoy —Dirigió la vista hacia adelante.

—No solo es que presiento que esta noche, no va a ser buena para mí... —Hizo una pausa para pensar lo que había dicho —Además tu también estas nervioso.

Se sentaron en una mesa, esperando a que Josh su otro amigo, les traiga la comida que estaba pidiendo para ellos.

— ¿Por qué lo dices?

—Lo sé antes de que me pase o porque te quejas de todo —Sonrió.

— No me refería a eso —Le dijo mientras reía — ¿Qué te pasa esas noches?

—Muchas angustias, no me dejan dormir —Dennison bajo la mirada porque empezó a recordar unas noches que no la pasaba nada bien.

— ¿Quieres pasarte a mi habitación? — Le propuso Fletcher con estusiasmo.

Pero a Dennison no le pareció una buena idea hacerlo. Está claro que ellos se llevaban muy bien, pero no quería tener problemas.

—No se puede, tonto— Negó con la cabeza.

—No se darán cuenta, aparte no se puede una mujer y un hombre...

—No quiero tener problemas...

—Te va a hacer sentir mejor...

Lo tendré en cuenta... —Clavo la mirada en él, y cuando logro verlo bien al rostro quería aceptar... Pero no lo hizo.

Ambos se devolvieron una sonrisa y luego dirigieron la vista a donde estaban trabajando las cocineras.

Ellison estaba sentado con Novalee y Chloe que estaban charlando de la clase de hoy. Pero no podía escucharlas porque estaba sumergido en sus pensamientos...

Mientras trataba de concentrarse en la charla de sus dos amigas, estaba revolviendo con los cubiertos, la comida que había pedido. No pensaba comerlo todo...

Después de la cena que habían tenido todos los del internado, la mayoría se iba ya a dormir porque no tenían nada que hacer.

Ellison en cambio como no tenia bien en claro los horarios que tenían, fue a fijarse en una pizarra para anotarlos todos.

Cuando vio que mañana tenían gimnasia, se lamento. Ellison odiaba esa materia... además que tenia experiencias horribles, tenía miedo de ir... Porque no era el tipo de chico que le gustaba el futbol, prefería un libro antes que los deportes.

Mordió su labio inferior y se quejo. Le empezaron a venir millones de preocupaciones en mente por esa clase.

Trato de olvidarlas y se dirigió a su habitación que estaría Sunny lo cual le ponía nervioso pero tendría que superarla como todas las noches, había pasado por cosas peores.

Cuando llego a su habitación, Sunny ya estaba dormida... Lo que le pareció muy extraño. Pudo ver en su rostro dormido un par de lágrimas en las mejillas.

¿Sunny había estado llorando?

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