Capítulo 39

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Capítulo 39



La fiesta ahora estaba en el salón.

La gente bailaba, se divertían las últimas horas que les quedaban porque después por otra semana mas no iban a ver a sus padres hasta que llegue el día que los tengan que venir a buscar.

Sam quería olvidar todo lo que había pasado con Darlene así que saco a bailar en el salón a Chloe ya que se podía bailar con quien querías.

Kenly se ánimo para sacar a bailar a Novalee, ya no quería que sus pensamientos arruinaran el momento. Sus padres estaban tan contentos que ya estaba bailando con otra chica, eso era un paso grande para que pueda olvidar a su novia pasada.

Ellison y Sunny se alegraron de ver que sus cuatro amigos bailaban juntos y se divertían las pocas horas que quedaban.

Era tan bueno ver ese tipo de situaciones en momentos como esos.

—Me gustaría bailar contigo —Sunny miro a Ellison.

—A mi también —Se sonrojo —Pero...

—Supongo que los profesores no dirán nada...

—Yo no...

Lo interrumpió.

— ¡Por favor! —Le pidió.

—Pero...

Lo interrumpió nuevamente.

— ¡Vamos!

Lo agarro del brazo y lo llevo a la pista de baile.

Ellison estaba sonrojado y vio a Chloe desde el otro lado que le guiño el ojo mientras bailaba con Sam.

Le dio un golpe al corazón y vio a un montón de gente que estaba bailando, pero no los estaban mirando como el creía que haría.

—Creo que esto es algo incomodo —Ellison se cruzo de brazos.

—Nada de movimientos raros, tranquilo.

Sus miradas chocaron y Ellison sonrió.

En cuanto bailaran separado, no se anden abrazando, ni besando, todo sería normal, menos para las gemelas que ya sabían la verdad.

—Disfruta.

—Quiero abrazarte y besarte.

—Hazlo.

Ellison levanto la ceja y vio que todo el salón estaba repleto de personas. Jóvenes, padres, profesores, amigos, abuelos y más.

Llegaba a besar a su novia, serian expulsados inmediatamente del salón y quizás del internado.

Sunny en momentos quería que además de las gemelas, alguien más supiera de su amor... Pero no era posible.

Ellison negó con la cabeza y siguieron tratando de bailar como unos amigos normales.

Aunque Sunny se acerco y enrollo sus brazos en el cuello de Ellison, mientras sonreía.

Ellison miro los labios de su chica y puso su mano en su cintura.

Dennison estaba bailando con su madre y Fletcher también, mientras sus dos hermanos pequeños comían en la mesa del salón.

Todo estaba normal.

Todo estaba saliendo como el internado quería...

Todos estaban en sus momentos felices, compartiendo con sus familias y divirtiéndose.

Cuando el reloj dio las doce de la noche, ya las autoridades del internado dijeron que tenía que terminar. Margaret anuncio que ya se despidan de sus familiares, que tenían que ir a la cama para mañana ayudar a limpiar todo el desorden que ocasionaron.

La fiesta había llegado a su fin.

Todos comenzaron a despedirse de sus familias, y casi todas decían la frase de: "En una semana, nos vemos" porque ya sabían que el internado cerraría.

Tristes pero conformes, los jóvenes les daban un buen abrazo a sus padres, a sus hermanos, a sus amigos, a sus tíos, a sus abuelos.

— ¡Fletcher!

Los dos amigos se encontraron y se dieron un abrazo.

—Creo que la hemos pasado bien —Dennison entrego una sonrisa.

—Claro, que bueno que perdonaste a tu madre, eso es un paso increíble... —Golpeo el hombro de su amigo.

—Si, nunca imagine que mi madre me pediría unas disculpas y que todo terminara tan bien entre nosotros dos —Suspiro — ¿Mejor, no?

—Mucho mejor.

— ¿Y tú con tu familia? —Pregunto.

—Maravilloso.

Cuando todos los familiares se veían fuera del internado, los jóvenes empezaron a retirarse muy cansados para descansar en sus habitaciones.

Sam por un lado quería hablar con Darlene, después de despedir a sus familias, se fue a los pasillos a buscarla.

Quería alejarse de todos porque sabía que solo venia cuando estaba solo.

Tenía las sospechas de que Darlene estaba muerta, pero no entendía porque no vino a pedirle un favor y porque la seguía viendo por tanto tiempo, ya tendría que haber desaparecido. También no entendía porque nunca le había dicho que era un fantasma, y le hacía creer que estaba viva cuando no lo estaba.

Caminando por los pasillos vacios del internado, se dio cuenta que tenía un presentimiento malo.

Estaba preocupado y enojado con Darlene.

Tenía muchas preguntas en su mente para realizarle, pero no estaba seguro si preguntarle si estaba muerta porque quizás podría ser ofensivo para ella.

Algo le decía que la chica que creyó que era su amiga, era mala...

No la encontraba por ningún pasillo, estaba completamente vacío el internado. Vio a algunos estudiantes que entraban a sus habitaciones para descansar. Ya era tarde, y todos debían estar en su cama.

Sam todavía estaba buscando en los pasillos y nada. En la fiesta del patio la había visto muchas veces pero cuando quería mirarla bien, terminaba desapareciendo.

Nunca se acerco a él y a su familia para entablar una conversación, nunca vino cuando estaba con Ellison o con Kenly, tampoco vino cuando estaba bailando con Chloe...

Siempre cuando estaba solo.

También se acordaba de los escalofríos que le producía estar cerca de ella, lo nervioso que se ponía, lo raro que era el ambiente cuando la miraba al rostro.

Darlene estaba muerta.

Sam trago saliva y le empezó a agarrar frio. Lo engaño todo ese tiempo. Sabía que algo andaba mal con ella.

Cuando se recorrió los pasillos, la biblioteca, la cafetería, se dio cuenta que no la iba a encontrar. Bostezo y dio media vueltas para irse a su habitación... Tendría que esperar al día siguiente para hablar con ella.

Ya no era horario para andar por los pasillos del internado, solo, quizás se encontraba con algún profesor y le daban un castigo, quería pasar la semana que le quedaba, tranquilo, sin castigos.

Cuando entro a su habitación, se encontró con una gran sorpresa.

Darlene sentada en su cama.

Sam pego un grito y luego se calmo. Ella largo una carcajada.

— ¿Te doy tanto miedo? —Pregunto Darlene.

Sam sintió un leve escalofrió como siempre, lo ignoro y cerró la puerta para que ningún profesor venga a interrumpir esa conversación que iba a tener con ella.

— ¿Qué eres? —Pregunto Sam.

—Tú amiga.

—No.

Un escalofriante silencio recorrió la habitación.

— ¿Estas muerta? —Trago saliva y la miro a su rostro.

Parecía tranquila... Pero tenía unas suaves ojeras en su rostro y estaba más pálida de lo normal.

—Dime la verdad— Levanto la voz, a causa de lo nervioso que estaba.

Darlene se paro y fue hacia la ventana que había en la habitación. Se quedaron varios segundos en silencio, parecía más bien que estaba pensando la respuesta.

—Soy tu amiga, ex estudiante del internado, asesinada por el psicópata maldito director de este maldito internado, cárcel para jóvenes —Se dio vueltas y clavo la mirada en el joven que estaba quieto al lado de la puerta observándola.

— ¿Entonces estas muerta? —Pregunto con nervios.

Darlene estaba con una sonrisa en el rostro y asintió cuando oyó la pregunta.

— ¿Por qué no me lo dijiste? —Pregunto Sam —Creí que éramos amigos— Mintió porque tenía las sospechas de que ella era mala.

—No quería asustarte.

Se quedaron en silencio unos segundos.

—Yo he visto muchos espíritus, no me iba a asustar uno más —Negó con la cabeza —Tu lo debes saber, eres un espíritu no elevado, lo saben todo.

—Tienes un don, tienes un poder Sam, puedes comunicarte con personas muertas, cuando seas más grande vas a tener el don de saberlo todo —Dijo mientras dio un paso en frente para acercarse al joven.

Sam levanto una ceja.

—Quiero que sepas que te quiero.

Sam sintió un golpe en el corazón y una sensación llamada terror se le apodero en el cuerpo... Tenía mucho miedo.

— ¿A qué viene eso? —Dio un paso hacia atrás —Quiero que me respondas algo, sin irte de tema como lo haces.

Darlene se cruzo de brazos.

— ¿Tu eres la que ocasiona las muertes de aquí, no? —Pregunto sin pensarlo, era una duda de la que quería sacársela hace mucho de tiempo.

La joven largo una carcajada y luego negó con la cabeza con decepción. Sam pudo ver que sus ojos eran fríos... Eran de una asesina...

— ¿Por qué lo preguntas? —Pregunto con curiosidad.

—Las muertes que están habiendo... —Hizo una pausa para pensar mejor la respuesta —No son como las que un asesino haría.

— ¿Sarah, Jane? —Pregunto sarcásticamente y luego sonrió.

—Eres tú.

—Claro, ahora por ser el espíritu no elevado soy la que ocasiona las muertes —Dijo sarcásticamente.

Sam no dijo nada, pero tenía la razón. Era un pensamiento que no solo a el mismo se le ocurriría sino a casi todos.

— ¿Lo eres? —Pregunto con paciencia.

La joven aplaudió y asintió.

Una desilusión recorrió todo el cuerpo del joven al que antes había visto como una persona normal y buena a Darlene.

Ella era un espíritu. Era la que había asesinado a todos esos jóvenes inocentes.

Había confiado en ella... ¿Por qué?

— ¿Desilusión?

—Confié en ti —Dijo con pena.

Un silencio invadió en la habitación.

Bastantes veces había tenido una sospecha, pero después todo cambiaba porque pensaba que no sería capaz de matar a tantos jóvenes como lo estaba haciendo, podía ser extraña, pero no asesina.

¿Y ahora? Todo estaba confirmado...

Darlene lo miro con tristeza pero a la vez había algo en su mirada que Sam no podía descifrar. Se acerco al joven y toco su mano.

Estaba fría.

— ¿Cómo es que puedes tocarme? —Miro su mano con la de la joven.

—Eso no importa.

Sam iba a decir algo pero al final no dijo nada, opto por quedarse quieto sin mirar a la chica que tenía en frente.

No siento miedo a pesar de que sabía que estaba muerta y que era la asesina del internado. Solo sentía una enorme tristeza.

Estaba claro, que no se podía confiar en nadie en estos últimos momentos, ya que podía terminar en una enorme desilusión.

—Lo nuestro es especial por eso puedo tocarte —Sonrió.

¿Es especial? Sam, pensó.

—Eres la única persona que me trato bien, que hablo conmigo de una forma correcta, que no me insulto— Agarro las dos manos del joven.

Sam empezó a temblar.

¿Qué estaba queriendo decir? Ella era un espíritu.

¿Cómo iba a decirle que no sentía lo mismo? Tenía miedo de lo que asesinara como a todos esos jóvenes, ahí mismo, en la habitación.

—Escúchame, no creo...

Lo interrumpió.

—El único chico que no hizo sentir como una basura... ¿Lo entiendes?

Sam saco las manos de las de ella y se alejo un poco más. No quería tener más tratos con ella, quería que le digiera la verdad y que no siguiera matando a personas inocentes. Era terrible todo lo que debían soportar todas las personas del internado, los profesores, sus amigos, gracias a su maldad.

—Te quiero.

—Escucha no hay tiempo para estupideces como estas —Levanto la voz —Tu mataste a todas esas personas y quieres que también te diga un te quiero y que me case con espíritu.

—Tranquilo —Le tapo la boca— No sabes mi historia.

Sam se separo y sintió que su corazón estaba acelerado. Sintió un leve escalofrió porque lo había tocado.

—Te comprendo que ahora me tengas miedo porque soy un espíritu asesino, pero a mí me asesinaron a sangre fría.

Sam comprendió que de seguro la habían asesinado de una forma brutal por eso, no podía descansar en paz.

— ¿Pero porque con nosotros, si nadie de aquí te hizo nada? —Pregunto.

—Venganza.

Sam negó con la cabeza y pensó en que se estaba equivocando demasiado.

—Aquí fue donde me asesinaron y aquí voy a quedar matando a los que más pueda para que este lugar cierre y quede en las ruinas —Clavo la mirada en los ojos del joven que estaba asustado.

— ¿Qué ganas con eso?

—Que este internado no exista más definitivamente.

"Odio", "Resentimiento", esas palabras estaban en la mente de Sam. También había que comprenderla, ella fue asesinada, debió haber sufrido mucho, pero estaba vengándose de una forma equivocada.

Lo único que estaba ganando era matar a personas que no tenían nada que ver con lo que a ella le había pasado.

—No hay otra manera, te estás vengando de una forma incorrecta.

—Sabría que dirías eso.

— ¿Por qué no cambias y te vas a descansar en paz? —Trago saliva por miedo a que se enoje— Es lo mejor que puedes hacer, volver a la vida no vas a poder hacerlo, y vengarte lo estás haciendo mal.

—No voy a parar hasta que esto cierre.

Se quedaron mirándose en unos segundos. Sam sintió frio y un escalofrió nuevamente en su cuerpo.

—Ya lo lograste.

—Aun no está cerrado.

Vio su sonrisa dibujaba en su rostro.

—Lárgate.

Darlene levanto una ceja y luego dio un paso adelante, extendió los brazos para abrazarlo pero Sam se resistió.

— ¿No me quieres? — Pregunto.

—No.

Ella puso el rostro tenso y negó con la cabeza, luego se enojo por lo que acaba de escuchar. Una respuesta fría.

—Vas a ver lo que pasa ahora porque me rechazaste...— Se acerco y le pego un empujón por completo lo que ocasiono que el joven se golpeara la espalda en la pared —Seriamos un buen equipo.

Sam se asusto.

Del rostro del espíritu empezó a caer sangre... De sus ojos también caían lágrimas pero de sangre.

Su rostro comenzó a llenarse de moretones, de lastimaduras, su pelo empezó a despeinarse, a mojarse, a ponerse sucio.

Su ropa comenzó a gastarse, a romperse en algunas partes y su rostro estaba deformado por completo.

Sam pego un grito y se tapo los ojos.

—Acostúmbrate a verme así, porque así es como estuvo mi cuerpo en descomposición.

Sam solo sentía la voz, tenía los ojos cerrados, y estaba temblando. Pensó que no podía estar pasando nada de lo que estaba viendo y que si era una pesadilla quería que acabara pronto porque sentía que todo esto le podía dar un ataque al corazón.

—No te tapes la cara— Hizo una pausa — Ahora vas a ver cuánto me gusta hacer lo que hago.

Se apago la luz.

Sam pego otro grito y no sintió nada más que un silencio. Abrió los ojos y todo estaba oscuro, trato con mucho esfuerzo de buscar donde se encendía la luz.

Tardo un rato pero encontró el botón.

Toco el botón y la luz no encendía, otra vez el internado se había quedado sin luz.

Se significaba que iba a ver otra muerte. Darlene ya no estaba en el cuarto, se había ido enojada... Estaba muy enojada y Sam lo sabía.

Pateo lo primero que encontró por la rabia que sentía que era algo inexplicable. Darlene se mostro muy fría al momento de hablar con él, de ese tema.

Empezó a sentir miedo... Solo esperaba que no mataran a las gemelas, o a Ellison, o a Sunny y muchos menos a su amigo Kenly.

¿Podría ser la única persona que parara a Darlene? Había ayudado a muchos espíritus antes de ingresar a el internado... ¿Por qué a este no podía?

No quería hacerse el héroe, pero tenía mucho miedo. Pensó en conseguir una linterna e ir a tratar de encontrarla para impedir el asesinato.

Lo haría por una buena causa... Su vida también podía correr peligro.

El internado se iba quedando sin luz de a poco, primero iba cortándose en las habitaciones de a poco. Luego se cortaría de a poco en los pasillos y así hasta quedarse completamente oscuro...

— ¿Cómo la pasaste? —Sunny lo tomo del brazo.

—Hoy ha sido un día que no voy a poder olvidar.

Recordó lo que había pasado en el bosque y se sonrojo.

—Yo también, fue genial.

Pero a pesar de lo bueno que lo había pasado también hubo un momento que no la paso bien, cuando vino Charlotte.

Se había sentido culpable por lo que le pasaba a la joven y por eso tenía ganas de buscarla y dejarle muchas cosas en claro. Pero ya era tarde, además tenían que dirigirse a sus habitaciones si no querían que los profesores los castigaran.

Mientras caminaban a sus habitaciones, Ellison otra vez empezó a sentir el ambiente pesado. Sentía como si estuvieran alejados de todo el mundo, o que estaban en un lugar diferente y no en el internado. Sentía frio.

— ¿No sientes otra vez esto extraño como aquella noche? — Pregunto Ellison mientras caminaban por el pasillo.

El ambiente estaba pesado.

— ¿Estamos en el internado? —Sunny lo miro con preocupación.

Ya no había luz.

Ellison trago saliva y empezó a temblar.

"No quiero entrar en pánico, no quiero, no quiero" decía en su mente.

Sunny toco la mano de Ellison.

Estaban solos en el pasillo, en la oscuridad, sin una linterna, sin nadie. Solo ellos.

— ¿Eres tú? —Pregunto la joven.

—Si.

—Hay que ir a la habitación...— Murmuro.

— ¿Pero cómo vamos a hacerlo? —Levanto la voz.

Sintieron un tremendo ruido más allá y se sobresaltaron. Muchos pensamientos negativos corrían por sus mentes en un momento tan difícil que estaban pasando en ese momento, tenían ganas de salir corriendo pero no sabían con que se encontrarían si lo hacían.

— ¿Vendrá por nosotros? —La joven mordio su labio inferior luego de realizar la pregunta.

—No quiero que te haga daño, conmigo que haga lo que quiera, pero contigo no —Dijo sin pensar y noto que su corazón latía demasiado fuerte.

—Yo no dejare que te haga nada— Apretó la mano de Ellison y comenzaron a caminar lentamente.

Seguía estando el ambiente pesado, seguía habiendo ruidos desde allá pero trataban de no llevarle el apunte porque si no terminarían muy mal.

Ellison sintió que alguien camina detrás de ello, dirigía la vista hacia atrás, y solo veía: Negro.

En ese momento deseo tener el poder de ver en la oscuridad, pero sabía que eso era imposible y que no se cumpliría por más que lo deseara con todo su corazón y todas sus fuerzas.

—Siento algo— Ellison murmuro y dejaron de caminar.

— ¿Qué sientes? — Trago saliva y sintió que su mano empezó a sudar sobre la de Ellison — ¿Qué está pasando?

— ¿Hay alguien detrás nuestro? —Dijo con miedo.

Cada vez la sentía más.

Su respiración era acelerada y parecía que tenía una enfermedad en los pulmones porque algo en su cuerpo sonaba cuando respiraba.

Sintieron sus pasos y no perdieron más el tiempo, empezaron a correr.

Corrían.

Corrían.

Ellison sentía sus respiraciones agitadas. Corrían.

Ambos dos no despegaban sus manos, seguían juntas, ellos dos eran inseparables.

Sunny tenía en mente proteger a Ellison de cualquier cosa.

Ellison tenía en mente proteger a Sunny de cualquier cosa.

Sentían que lo que estaba detrás de ellos, los perseguía con más velocidad que la de ellos. No sabían a donde se dirigían, podían chocar con algo, pero a ellos no les interesaba, seguían corriendo hasta llegar a un lugar "seguro".

Ellison sintió un dedos fríos en su pierna, eso provoco que tropezara y callera al suelo con Sunny. Se golpeo las manos, pero seguía sintiendo esos dedos enroscados en su pierna. Grito en el suelo. La mano lo apretaba demasiado fuerte y sintió que estaba aproximándose a él.

Su mano ya no estaba con la de Sunny.

— ¡Auxilio! —Grito Ellison.

Sintió que otra mano se apoyaba en su cuello desnudo. Pudo descubrir que lo que lo estaba atacando, tenia forma humana.

Era Darlene.

Pero Ellison no tenía la menor idea de quién podía ser, en lo único que se concentraba era en quitar a esa persona que lo estaba tratando de ahorcar, lo quería asesinar.

— ¡Donde estas! —Grito Sunny.

Ellison sintió las manos que apretaban de una forma brutal su débil cuello. Gimió y trato con sus otras dos manos sepáralas pero eran mucho más fuerte que el.

Sintió que su rostro se estaba empapando de gotas de un líquido que no sabía que era. Sunny estaba gritando y tratando de encontrar en la oscuridad a Ellison.

Podía sentir los gemidos de su novio, y los sonidos extraños que emitían la otra "cosa" que estaba atacándolo.

Una vez que los encontró, le pego una fuerte patada a lo que estaba arriba de Ellison, que era Darlene, el espíritu, con el que había estado hablando muchas horas en su lugar secreto.

Ellison por fin pudo respirar y relajarse.

Sunny lo ayudo a levantarse y salieron corriendo como antes lo estaban haciendo. Chocaron con varias cosas y sintieron los sonidos al romper objetos, pero no les importaba, estaban corriendo por sus vidas.

— ¿Estás bien? —Pregunto Sunny agitadamente a causa de estar corriendo.

—Si —Respondió rápidamente para dejarla tranquila.

Pero era mentira. Todavía sentía esas manos frías en su cuello, sentía dolor en el cuello a causa de que esa cosa había estado apretando esa zona.

No podía respirar bien.

Estaba temblando.

Le dolía el estomago.

Aun sentía el rostro empapado pero no quería tocar el liquido que tenia, de solo sentirlo, le daba muchas nauseas.

Empezó a sentirse como en la cafetería, otra vez esos ataques de miedo corrían por su cuerpo.

¿Sería una víctima de esa cosa que estaba asesinando en el internado? No quería ni pensarlo.

Finalmente, Sunny pudo ver una luz de linterna y se largo a correr rápidamente para no perderla de vista, llevando a Ellison que ya ni siquiera pudo distinguir la luz.

— ¡Esperen, ahí!

Se sintió un grito.

Ellison estaba muy... descompuesto.

— ¡Ayuda! —Grito nuevamente mientras corría.

La linterna los ilumino cuando ya estaban cerca.

Ramona y Azael.

Tenían los rostros asustados como ellos dos, estaban temblando y Ramona tenía lastimada la mejilla con un largo corte.

Sunny se sorprendió al verlos.

¿Se perdieron como ellos?

Ellison sentía un alivio enorme al ver dos personas como ellos, y con una linterna, no soportaba mas la idea de caminar en la oscuridad.

—Que bueno que los encontramos —Tomo aire.

Ramona y Azael intercambiaron las miradas.

Tendrían que olvidar la mala relación para poner en mente la supervivencia. Darlene estaba muy enojada, y decidida que hoy iba a acabar con alguien.

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