Capítulo 7

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Capítulo 7



Los pasillos de "La Paz" eran muy anchos y largos. A Fletcher le daba una sensación rara cuando caminaba por allí. Sentía pasos, voces que venían de otros lugares y a pesar de que habían muchos jóvenes internados allí, el pasillo estaba totalmente vacío.

Mientras caminaba veía cámaras en cada pasillo y todas estaban encendidas, ni una apagada.

Cada vez que caminaba sentía que alguien lo estaba vigilando, lo estaba viendo, y pudo deducir que quizás serian la sensación de tener las cámaras encendidas todo el tiempo.

"Sí que estamos bien vigilados..." Pensaba Fletcher mientras caminaba hacia un lugar que no sabía. Todavía no había pensado a donde iba a ir, pero no pensaba quedarse mirando el techo en su habitación, porque sabría que no le iban a dar muchos tiempos libres para conocer el internado, el lugar que iba a vivir quien sabe, por cuanto tiempo. Claramente tenía que conocerlo bien.

Había cuadros de señoras y señores que no conocía, a veces también habían pinturas normales que servían para decorar el ambiente y como las pinturas de paisajes. Se dio cuenta de que "La Paz" por dentro estaba bien cuidado.

De afuera se veía como un "castillo de terror" pero por dentro, era bastante aceptable y sobre todo estaba muy limpio.

Camino por unos varios segundos o minutos y se dio cuenta que había pasado un buen rato desde que había llegado ahí y ya se quería ir.

Sintiéndose tan solitario, decidió entrar al primer lugar que encontró... que fue la biblioteca.

Estaba claro que a Fletcher no le gustaba la biblioteca pero había recordado que Margaret había dicho en el patio cuando les estaba explicando como funcionaban las cosas, recordó que dio puntos positivos de la biblioteca que el internado tenía.

Abrió la puerta y se encontró con una entrada bien iluminada, con un buen perfume de ambiente, un gran mostrador donde se encontraba Margaret con unos pequeños lentes de ver y un gran libro en sus manos.

Cuando miro detrás de ella, los enormes pasillos con las enormes estanterías, bibliotecas y los millones de libros que se encontraban, se quedó impresionado. La biblioteca era enorme.

— ¿Impresionado, Fletcher? —Le pregunto.
Él se sobresaltó cuando vio que la señorita Margaret sabía su nombre y apenas lo acababa de conocer.

—Que rápido se aprende los nombres— Dijo sarcásticamente.

Y ella le mostro una leve sonrisa en el rostro y no dijo nada.

Se levantó y agarro un papel en la mesita que estaba al lado de su escritorio de bibliotecaria y se lo mostro.

Cuando Fletcher logro verlo pudo ver que sostenía un papel lleno de letras y una foto de él, parecía más bien un historial de él.

—Tus datos— Dijo Margaret con firmeza.

— ¿De dónde los saco?

—No sé —Hizo una pausa— A mí ya me lo dieron así, porque como eres nuevo, y vas a hacer mi alumno de clases, tengo que conocerte ¿no?

—Puede ser.

— ¿Puede ser? —Levanto una ceja —Espero llevarnos bien.

El asintió. Pero igualmente se había quedado con las ganas de donde habían sacado mucha información y una foto de él.

Se dio cuenta que de seguro, eso fue entregado por su madre cuando vino a anotarlo para que ingresara. Un nudo en la garganta se le hizo cuando supo que su madre había reunido información para internarlo allí.

Pego una mirada más a la biblioteca y pudo ver a unos chicos sentados más para allá en silencio, leyendo libros o haciendo tarea, no sabía si era alguna de las dos cosas ya que se encontraba a una cierta distancia de ellos.

En un momento creyó que estaba solo con Margaret, pero al verlos le vino una tranquilidad inmensa, estar con ella sola, le daba escalofríos.

— ¿Le gusta leer? —Pregunto la profesora amablemente.

—No.

Al principio pensó en decirle que si le gustaba, pero por suerte decidió no mentir y le dijo la decepcionante verdad. Bueno, él pensaba que era decepcionante para Margaret escuchar eso, ya que ella era bibliotecaria y de seguro a ella le encantaba leer como a muchos chicos que siempre los podías hallar con un libro en la mano, tan concentrados que te daba lástima interrumpirlos de su lectura profunda.

— ¿Para qué viene aquí, entonces? — Ella, sonrió.

Fletcher no sabía que decir pero de tanto mirar cada rincón de la enorme sala se encontró que mesas más allá, se encontraba con más o menos diez computadoras.

¡Genial en la biblioteca hay computadoras! Pensó.

—Por la computadoras.

—Aquí está prohibido usar, Facebook y todos tipos de redes sociales —Mostro una leve sonrisa.

Era de esperar. De seguro como era un internado de alta complejidad tenía todos esos sitios bloqueados.

—Ya se —Dijo con un tono enojado —Como íbamos a poder usar las computadoras en este lugar...

— ¿Dónde crees que estas querido? —Pregunto.

No le contesto y se metió por uso pasillos que llevaban a más y más libros.

Mientras estaba mirando las estanterías se sintió que alguien entraba al lugar y que se dirigió dónde estaba la bibliotecaria.
Lo que tenía Fletcher, era la curiosidad, entonces se arrimó sin que la profesora se diera cuenta que la estaba espiando, porque no quería hacerla enojar y cuando recordó que habían mencionado "castigo", menos quería estar castigado.

Cuando vio que Margaret estaba con un hombre hablando en voz baja que solamente ellos dos se podían escuchar, le produjo una serie de escalofríos.

Supuso que lo hacían para que nadie los oyeran solo ellos dos ¿Una conversación secreta? quizás...

El hombre que estaba hablando con la profesora, era más bajo de altura que ella y tenía el rostro completamente serio. Parecía un hombre complicado de solo verlo, lo que hacía que a Fletcher le dé un leve escalofrió.

Era delgado, su pelo era castaño y le llegaba hasta el hombro. Su rostro era blanco y le recorría una barba castaña como el color de su pelo lacio y bien cuidado. Lo único que le llamaba la atención a Fletcher eran sus ojos celestes claro, porque tenía la mirada de un hombre muy complicado en todos los sentidos.

Como ni siquiera podía escuchar lo que decían, siguió con lo suyo, era tonto quedarse ahí parado solo viendo un par de rostros serios, susurrado cosas que no podía entender, le parecía muy aburrido y una pérdida de tiempo quedarse allí.

Pensaba que si se quedaba más tiempo en la biblioteca se perdería por tantos pasillos con libros. Todo era un gran silencio y a Fletcher ya le estaba irritando la tranquilidad de "La Paz" (Bueno parecía por ser el primer día que estaba) a él no le gustaba que todo esté tranquilo. Lo único que le gustaba era estar en fiestas y tomar mucho alcohol de lo que ya se empezaba a dar cuenta que le hacía mucha falta.

Inundado en sus pensamientos encuentra una enorme mesa donde podía sentarse ya que no estaba ocupada.

Se sentó tranquilamente, y en ese instante se dio cuenta que el lugar era muy hermoso, y que tenía parte de arriba donde había más bibliotecas, para el que le gustaba leer sería un paraíso.

Apoyo sus codos y un recuerdo le vino en mente... su madre.

Mordió su labio inferior y pensó que había sido muy duro con ella todos los años anteriores que había pasado en su casa anterior, pero el alcohol fue más fuerte que él. Le había ocupado todos los pensamientos, hasta que olvido a su familia.

Cuando todos son interrumpidos por ver a Margaret caminar con ese sujeto que había entrado a la biblioteca un poco después que el. Estaban con un montón de cajas ordenándolas para empezar a desarmar lo que contenían.

— ¿Tú eres nuevo, no?

Sintió una voz de un chico detrás.

Inmediatamente se dio vueltas y encontró a un chico con una leve sonrisa en el rostro, esperando su pregunta.

Cuando lo vio pudo deducir que de seguro tenía la misma edad.

—Ah sí —Trago saliva — ¿Tu... quién eres? — Pregunto sorprendido porque alguien le había hablado. La gente en el internado era muy rara, lo que le hizo pensar que nadie se acercaría a hablarle.

—Mi nombre es Dennison y soy nuevo— Respondió el chico de ojos verdes.

—Me parece que te vi en el patio —Respondió Fletcher.

Dennison se había también sentido con ganas de conocer el internado y también le había llamado la atención la biblioteca, porque el de vez en cuando agarraba un libro para leerlo, pero solamente cuando estaba aburrido, igualmente no era de esas personas que se la pasaban leyendo.

Pero en ese momento se sentía un poco nervioso por haber desobedecido que tenía que volver a la enfermería, sus cortes eran muy graves.

—Yo no te he visto, pero me pareció buena la idea de hablarte.

— ¿Por qué? — Fletcher levanto una ceja.

El joven relamió sus labios por su nerviosismo y Fletcher pudo notar que tenía unos labios grandes y carnosos, que le quedaban muy bien.

—Quizás porque soy sociable —Sonrió.

—No pareces —Lo miro de arriba y abajo pero luego le entrego una gran sonrisa —Solo era una broma.

—Y tú pareces un chico normal— Susurro.

—Lo soy— Dijo con una sonrisa.

—No, porque estás aquí —Lo desafío con la mirada.

"Soy alcohólico" tenía ganas de decírselo pero no se animo. Si hubiera sido otra persona quizás se animaba... pero no sé porque quería mostrarse diferente con aquel chico que acababa de conocer.

—Quizás tenga problemas —Trago saliva.

Dennison negó con la cabeza y se quedaron unos varios segundos en silencio sin saber que decir y atrapados por el silencio de la biblioteca.

—No me has dicho tu nombre— Dennison le recordó.

—Me olvide... —Mordió su labio inferior —Me llamo Fletcher —Sonrió.

— ¡Genial! —Dijo con un tono amistoso —Lindo nombre.

—El tuyo es algo raro, pero lindo a la vez, pero te soy sincero nunca lo había escuchado es la primera vez.

Ambos pensaban cosas positivas de ellos dos y decidieron dejar esas conductas agresivas que los atormentaban siempre y ser ellos mismos al menos por un rato que no iba a hacerles nada, es más quizás podían ir pensando en cambiarlas, pero era demasiado pronto.

En ese momento ellos dos estaban conociéndose y quieran hacerlo, sentían un poco de emoción a la vez, a pesar de que eran las únicas voces que se sentían en la biblioteca ya que Margaret y el otro señor que estaba al lado de ella estaban concentrados en las miles de cajas que habían llegado llenas de libros y las otras personas estaban en silencio haciendo tarea y estudiando.

—Los profesores de aquí son...— Dennison miro a Margaret por unos segundos y luego dirigió la vista hacia el chico —Algo raros.

—Si es verdad, no sabes quién es el —Señalo al señor que estaba al lado de la profesora.
Enseguida Dennison se sorprendió la conducta de mala educación que Fletcher había tenido. Señalar a personas que estaban a unos pocos metros de distancia no era una buena idea, así que enseguida para que ese señor extraño que estaba al lado de Margaret no se dé cuenta, Dennison agarro la mano de su compañero.

—No es una buena idea que señales, si no quieres un buen castigo —Susurro.

Fletcher sintió la mano helada de su compañero y le dio un fuerte escalofrió pero pudo sentir que su corazón empezó a latir muy fuerte por solo el hecho de estar cerca con una persona de allí.

Miro a Dennison que parecía concentrado en mirar a Margaret y compañía que no se dio cuenta de que Fletcher lo estaba mirando con una ceja levantada.

—Lo siento, siempre soy un desubicado, no me doy cuenta —Rio.

—Yo también soy un desubicado, pero lo hice para que ese viejo no se diera cuenta y no te castigue —Sonrió.

—Oh gracias, te la debo, no quiera soportar gritos del anciano— Susurro solo para que su compañero lo escuchara.

Ambos dos se rieron lo que le llamo la atención a Margaret. Dirigió la mirada hacia dónde venían las risas, levanto una ceja y fue hacia ellos con pasos elegantes.

—En la biblioteca no se puede reír con amigos— Dijo con una leve sonrisa en su rostro.

Los jóvenes se dejaron de reír, y enseguida pudieron cambiar los rostros de una amplia sonrisa a un rostro bien serio.

Detrás de la profesora se asomó el señor que estaba con ella antes hablando de asuntos.

—Que tenemos aquí...— Dijo sarcásticamente con una voz gruesa y misteriosa — ¿Van a hacer mis alumnos también?

Margaret asintió y ahí ellos se dieron cuenta de que iba a hacer un profesor de una materia de ellos y encima que ellos iban a hacer sus alumnos, que decepción se llevaban.

Dennison y Fletcher se miraron cuando supieron que él era profesor y se miraron con decepción por la mala noticia que habían escuchado.

—Su nombre es Adam, profesor de matemáticas...

Adam dio un paso al frente y les sonrió a los dos jóvenes. Ellos trataron de mostrarle respeto pero la verdad es que les daba un leve escalofrió verlo así que no podían ni siquiera sonreírle.

—Jóvenes — Dijo Adam respetuosamente —Ya que están aquí, riéndose y no haciendo nada, pueden ayudarnos con las cajas de libros que nos han traído —Señalo las cajas.

No podían decirles que no, así que los dos asintieron a la vez y luego se miraron con rareza. Margaret estaba al lado del profesor de brazos cruzados.

—Bueno —Asintió—Abran las cajas, saquen los libros y ubíquenlos en esas dos bibliotecas de allá —Ordeno.

Los jóvenes miraron las bibliotecas que estaban vacías, pudieron notar que eran enormes, y de una gran altura. Tenían trabajo para hacer gracias a que se metieron en la biblioteca.

Margaret miro a Adam orgullosa por la tarea que les había proporcionado a los nuevos, era una manera buena de empezar.

—Mientras ellos ordenan, me voy a hacer unas cosas que tenía pensado— La profesora le dirigió la mirada a Adam.

Dio media vuelta y se fue dejando a ellos tres solos. Fletcher miro las bibliotecas y se dio cuenta que eran muy altas y muy grandes, pero que estaban muy bien cuidadas.

—Las bibliotecas son muy altas, cuando ya pongamos todos los libros abajo—Añadió Dennison— ¿Cómo hacemos para poner los que van arriba? No somos muy altos.

Adam señalo una escalera y se fue dejándolos con las palabras en la boca.

—Dijeron ayuda y al final nos dieron todo el trabajo a nosotros mientras ellos se van por ahí— Respondió Dennison enojado.

—Ni ganas de ordenar esta cantidad de libros —Fletcher se quejó.

—Al final no voy a poder recorrerme el internado porque voy a estar aquí —Miro a su compañero con fastidio.

—Sabes lo que opino de esos dos...

No pudo terminar la frase porque Dennison fue rápidamente hacia él y le tapó la boca nuevamente para que no insultara a los profesores.
Cuando tenía sus manos en la boca de Fletcher le señalo con la mirada las cámaras que estaban encendidas en la biblioteca y estaban filmando todo lo que pasaba allí dentro.
Se separaron y miraron la cámara que tenía una pequeña luz roja.

—Me has salvado por segunda vez— Dio un suspiro.

—Cuidado —Le advirtió.

Finalmente se pusieron a sacar los libros de las cajas y a leer los títulos en voz alta. Entre risas y bromas no se dieron cuenta que ya la primer biblioteca estaba llena de libros. El tiempo había pasado rápido cuando la pasaban bien.

— Voy a poner los de arriba — Fletcher señalo el estante vacio.

—De acuerdo— Dennison asintió.

Fletcher agarro la escalera y con tres libros empezó a hacer malabares a ver si podía ponerlos en su lugar mientras largaba unas risitas junto a Dennison.

Mientras que ambos dos se olvidaban lo terrible que era estar en aquel lugar se entretenían ordenando todos los libros nuevos que habían llegado, y disfrutaban estar juntos.

Dennison dejo de ordenar, por un momento porque algo le había llamado la atención y era Fletcher. Se puso a mirarlo atentamente como guardaba los libros arriba de la escalera. Pero no era porque le gustaba, sino porque le llamaba mucho la atención.

Se dio cuenta que era un chico muy bonito.

Tenía un brilloso cabello ondulado castaño y unos hermosos ojos color avellana, que se lucían cuando sonreía. Cada vez que recordó que lo vio riéndose pudo notar unos tiernos hoyuelos en sus mejillas, lo que hacía ver su sonrisa más bonita.

Tenía una figura delgada y acorde a su edad, pero a través de la ropa podía notar que tenía unos brazos fuertes y con un toque de músculos. Una piel bronceada y hermosa, lo que le quedaba perfecto.

Estaba pensando en que era un chico agradable, y que le cayó bien tan solo unos minutos que se conocieron.

En su pensamiento se estaba felicitando al mismo por haberse acercado a hablarle, porque si no nunca lo hubiera conocido, o quizás en otra ocasión, pero no hubiera sido lo mismo. Quería encontrar a un amigo y bueno ya lo hizo.

Dennison se impresiono al quedarlo mirando porque pudo destacar muchos rasgos físicos de los que no se había dado cuenta antes del nuevo chico que había conocido y se olvidó de lo que había pensado hacer hace unos varios segundos atrás, como cualquier otra persona, cuando se queda pensando mucho. Fletcher estaba concentrado en guardar los libros pero cuando vio que por su reflejo su compañero lo estaba mirando y no apartaba la vista en él, se distrajo.

— ¿Pasa algo? — Pregunto Fletcher confundido.

—No, nada— Aparto la vista —Lo siento— Trago saliva —Me quede pensando en muchas cosas y justo tenía la vista en ti.

Fue lo primero que se le ocurrió decir.

—Lo siento mucho —Dijo avergonzado.

Se preocupó por su actitud, no quería arruinar las cosas.

—Te iba a preguntar qué pasó...— Dijo Fletcher en un tono tranquilo —Está todo bien... ¿No? —Pregunto.

—Si solo era eso.

—Está bien.
Cuando oyó un sonido de varios libros caer al suelo, miro enseguida de dónde provenía ese ruido y se dio cuenta de que lo iba provocado su nuevo amigo. Estaba tambaleándose en la escalera.

Fletcher iba a caer al suelo si no lo ayudaba, cuando Dennison fue corriendo pudo evitar que caiga al suelo y se dé un golpe fuerte que quizás podría traerles varios problemas y terminaría en la enfermería.

Fletcher estaba siendo sujetado por Dennison pero no por completo, solamente por la espalda pero tenía los pies en el suelo porque la altura no había sido tan alta como para sujetarlo por completo.

—Que verdadero tonto soy — Fletcher grito asustado.

— ¿Estás bien? —Pregunto sorprendido por lo que acababa de ocurrir.

— Si— Suspiro —Gracias nuevamente.

Fletcher pensó que podría haberse roto la cabeza, si su amigo, no lo ayudaba. Solamente por no haberse concentrado en su tarea y haberse concentrado en el techo del internado... era muy distraído.

— ¿Ya estás bien? —Pregunto con tranquilidad.

—Sí, creí que ibas a reírte de que casi me caigo.

Se miraron los dos y Fletcher le sonrió a Dennison lo que hizo que le dé una pequeña risa y entonces comenzaron a reírse los dos.

Dennison pensaba que hace mucho que no se reía así con nadie, y que lo necesitaba, porque sintió que estaba mejor riéndose que encerrado en su habitación creándose heridas el mismo en partes de su débil cuerpo.

A pesar de los problemas que tenía, su nuevo amigo lo estaba ayudando a olvidar esas angustias tan solo unos minutos de su vida.

Y por otro lado Fletcher pensaba lo mismo, que reírse le hacía bien. Estaba mejor que cuando tomaba miles de vasos de bebidas alcohólicas.

Después de reír, siguieron con lo suyo y cuando terminaron todo por completo vieron que los profesores no habían llegado así que decidieron salir de la enorme biblioteca si ya habían terminado su trabajo, no pensaban esperarlos a que vinieron para decirles que su trabajo había terminado.

Caminaban por los pasillos enormes de "La Paz" que a medida que te ibas adentrando pensabas que era un terrible laberinto por lo enorme que era.

—Mañana toca clase — Fletcher dijo.

—Que decepción.

—Si —Dijo y luego dirigió la mirada hacia Dennison —Me pasas tu número de habitación así ya estamos al tanto.

—Claro —Ansioso.

Se intercambiaron los números de cuarto y piso, para poder ir a visitarse cuando quieran.

—Espero volver a encontrarnos.

—Lo haremos — Dennison sonrió.

—No creí que iba a encontrar un amigo hoy—Hizo una pausa —Tan amigable y buena onda, es difícil ahora encontrarlo.

—Lo mismo digo, todavía nos queda mucho por conocernos y hacernos preguntas.

—Preguntas... —Dijo y pensó unos segundos a la respuesta que iba a darle —Bueno, si es verdad.

Ambos dos pensaron en contarse porque estaban en el internado, pero pensaron en que sería muy pronto para hacerlo y que no sabían si confiar en ellos mismos tan pronto. No era una buena idea, porque pensaban que en esos momentos no era nada fácil confiar en las personas, porque ellas cada vez están más complicadas.

Por más que se habían divertido juntos y que se habían quedado muy conformes con ellos mismos, no era necesario tanta rapidez.

Por lo tanto siguieron caminando juntos hasta un buen rato. Fueron a mirar el patio, y se recorrieron unos sitios más, pero en el internado no había tantas cosas que les interesaran a los jóvenes como ellos.

Hasta que llegó la hora de despedirse.

—Entonces... ¿Mañana nos vemos? —Pregunto Fletcher con una sonrisa en su rostro.

—Claro... ¿Quieres que te pase a buscar a tu cuarto para ir a clase... juntos? —Pregunto y sintió que su corazón latía muy fuerte porque no quería incomodarle para nada a su nuevo amigo.

— ¡Me encantaría! Entonces quedamos así —Le entrego una leve sonrisa —Te espero.

—Claro.



Ellison estaba mirando la ventana otra vez, pensando en la pelea que había tenido con su nueva "compañerita de habitación"

Cada una de las groserías que le decía Sunny le hacía mal y le hacía recordar a su padre, que todavía no podía razonar porque había cambiado con el. ¿Estaba desconforme de lo que era su hijo? No descartaba esa opción.

Después de la pelea que habían tenido, Sunny había salido ¿Y porque él no? No tenían clases hoy, era el único día que tenía libre, pero a la vez tenía miedo de salir.

Esos miedos que le agarraban... todavía no comprendía lo que eran. Tenía miedo a los estudiantes que estaban allí y en especial a los profesores.

Pensaba que ese pequeño dolor en el estómago, ese nerviosísimo y ese latido de corazón tan fuerte que tenia, era todo el sentimiento de odio hacia Sunny pero no estaba seguro porque nunca había sentido odio hacia una persona, ni siquiera por su madrastra que debía odiarla insconscientemente.

¿Por qué por Sunny iba a sentir odio? Era lo único que podía sacar porque sintió muchas sensaciones cuando estuvieron ellos dos en la habitación juntos y se suponía que era el odio.

Agarró su pequeño cuaderno y pensaba en escribir el día de hoy ¿Por qué no? Le habían pasado nuevas cosas en la vida que no habían sido golpes de su padre o de su madrastra.

Miro una vez la ventana, tomo su bolígrafo y comenzó.

"Hoy 6 de Octubre, ya estoy dentro del enorme internado "La Paz". Es mi primer día, y estoy muy nervioso por lo que puede pasarme aquí adentro.

Las personas son muy raras e incluso los profesores, pero debo decir que es muy distinto a lo demás que estaba acostumbrado a ver.

No sé si voy a adaptarme aquí, pero sé que al menos voy a estar más tranquilo que en mi casa, al menos aquí no me golpean, bueno eso creo.

Mi compañera de habitación... es... algo extraña, bueno no sé, pero sé que es muy mala. Se viste de negro como esos estilos de punk, o emo, creo... pero no le caigo bien y a mí tampoco no me cae bien.

Aunque a veces pienso que tiene un bonito look y que quizás si fuera más amable podríamos ser unos buenos amigos, eso creo..."

Cuando miro al frente para descansar un poco su mano de escribir, vio las cosas de su compañera de habitación...

Le parecía algo raro que sea la única mujer de todo el internado que comparta con el que era un chico.

Tantas cosas se le ocurrían en mente.

"Sunny no estaba..." fue la primera cosa que se le ocurrio.

Pero no podía creer que tenga curiosidad de revisarle las cosas... que decepcionante que había llegado a ser.

Se acercó lentamente y vio que había una mochila negra que Sunny había traído cuando dejo las cosas, recordó Ellison.

La agarro cuidadosamente y abrió el cierre de la mochila. Su corazón estaba latiendo fuerte, porque nunca había tenido la experiencia de haber mirado las cosas de los demás, sin permiso. Nunca se había imaginado hacer eso, pero lo estaba haciendo ahora mismo.

En su mochila había una carpeta negra, fue lo primero que le había llamado la atención. La saco cuidadosamente y la abrió.

Había muchas hojas de carpeta con unas letras con marcadores de color negro, violeta, rojo y gris, donde Sunny había escrito un montón de cosas. Empezó a pasar hoja por hoja y pudo ver que en una decía mis bandas favoritas.

La letra en la que estaba hecha parecía con dedicación. Parecía que Sunny se sentaba varias horas a hacer formatos de letras para escribir los nombres de sus bandas de música preferidas con buena letra... encontraba nombres como:
-Paramore
-Flyleaf
-Anberlin
-A Static Lullaby
-Aurum
-Atreyu
-Bayside
-Before Today
-Blinded Black
-Dead Poetic
-Drop Dead Gorgeous
-Ever We Fall
-Eyes Set To Kill
-Emery
-From Autum To Ashes

Y luego de escribir cosas así, saltaban a escrituras que Ellison deducía que las había escrito ella misma. Tenían la fecha de cuando las había hecho y la hora.

Se notaba que era una carpeta de fragmentos de cosas que pensaba, o de cosas que le gustaban... porque Ellison pensaba que era un diario como tenía el, pero no lo era, era otra cosa.

Se encontró con unas letras que Sunny había escrito hace unos pocos días.

"Cada vez que recuerdo las palabras que dijeron esas dos personas mentirosas ese día, no quiero vivir más en esta difícil y maldita vida... La verdad cuando era pequeña creí que la vida, era fácil que fuera solamente jugar a un juego que te guste y no pensar en nada más. Pero las maldades que hay en cada persona que encuentras son fundamentales, y hay una cosa que siempre marca tu vida.

Un dolor que nunca puedes superar, una pena que por más que quieras olvidarla siempre está en tu cabeza, y quizás... para muchas personas no sea tan grande pero si a ti te pego muy fuerte en el corazón, va a ser doloroso y nadie lo entenderá.

Llega un momento en la vida que te cansas de todos los que te rodean, e incluso de ti misma, puedes llegar hasta matarte... ¿Quizás? He pensado varias veces en el suicidio pero me parece que soy muy joven para intentarlo y tengo miedo de que no pueda descansar bien, que después de la muerte haya otra vida.

Hay cosas en la vida, que no puedes superar, cosas que te hirieron y que los demás te dijeron... y a veces me siento estúpida, de no poder superarlo, pienso que no puedo salir adelante, que eso me bloquea en lo que tengo ganas de hacer..."
Quería seguir leyendo pero sintió pasos que se acercaban a la habitación donde estaba, lo que le obligó a cerrar rápidamente la carpeta.
Trago saliva y pensó que esto no podía estar sucediéndole a él.
¿Y si Sunny entraba a la habitación y lo veía con su carpeta? No sabía que podría llegar a pasar.

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