twenty-five - of donuts & men

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chapter xxv.
( iron man 2 )

se apoderan de esta ciudad
deberían estar preocupados
pero aparte de estos problemas
creo que te instruí bien

pero tú eres un rey
y yo un valiente
king and lion-heart ─── of monsters & men

queens, nueva york
30 de mayo, 2011

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Es el olor del desayuno que viene de la cocina de Pepper es lo que me levanta a la mañana siguiente. Bueno, no es por la mañana. Es más como media tarde y no he salido de la cama de Pepper en todo el día. La situación de la fiesta me ha vencido. Sin mencionar el hecho de que anoche me quedé despierta hasta muy tarde porque tuve que ir al hospital y sacarme un cristal de las piernas y la parte superior del pecho. Realmente desearía que Happy y Pepper me hubieran escuchado cuando dije que estaba bien, porque no era tan malo. Había unos nueve fragmentos de vidrio del tamaño de mi uña del dedo meñique en mi cuerpo, todo lo demás eran solo cortes menores.

Sin embargo, mi espalda está bastante magullada.

Me miré en el espejo cuando llegamos al apartamento anoche; está completamente cubierta de grandes manchas negras, moradas y azules. Los médicos me dijeron que me dolería por las próximas semanas hasta que sane. No están equivocados por ahora.

Bostezo y me arrastro por el pasillo hasta llegar a la cocina.

—Hola Pepper, pensé que estabas...

Chillo cuando veo que no es Pepper la que está frente a mí, sino un hombre alto de piel oscura y ropa de cuero. Me da la espalda mientras se cierne sobre el hornillo. Agarro una lamparita y se la lanzo con toda la fuerza que pueda. Él se agacha despreocupadamente antes de que se estrelle contra la pared, rompiéndose en todas las direcciones. Busco rápidamente otra cosa para lanzar antes de recordar que ahora estoy equipada con dos armas. Ah, la conveniencia. Respirando bruscamente, levanto mis manos y siento que los propulsores se encienden. El hombre me mira por encima del hombro. Está claramente impresionado con mi reacción.

—La señorita Potts te dejó una nota en la mesa —me informa su profunda voz mientras asiente con la cabeza hacia la pequeña mesa—. Parece que seguías dormida cuando salió a trabajar. Se disculpa por haber tenido que marcharse, pero estoy seguro de que entiendes que tiene que ocuparse de algunas cosas con los medios de comunicación.

Mantengo una mano alzada sobre él mientras tomo la nota y veo que ella escribió todo lo que él acaba de decir.

Permito que la nota caiga al suelo para poder apuntar con los dos propulsores.

—¡¿Quién eres y qué estás haciendo aquí?! ¡Fuera!

Él usa la espátula para poner algunos huevos en un plato antes de darse la vuelta para mirarme. Me sorprende ver que tiene un parche en el ojo y hago todo lo posible para no mirar. Espera, ¿por qué no debería? ¡Si este tipo irrumpió en la casa de Pepper! ¡Eso es muy grosero de su parte, así que creo yo también puedo serlo!

—Nick Fury, Director de S.H.I.E.L.D.

Parpadeo en reconocimiento. He escuchado la voz y el nombre de este hombre antes. La noche que papá anunció que era Iron Man, bloqueó a Jarvis y habló con papá cuando escuché algunos detalles bastante importantes.

—¿Tiende a entrar en las casas de los demás? —lentamente bajo las manos con esa expresión cautelosa—. ¿No es ilegal si trabaja para el gobierno? Ya sabe, existe eso llamado 'arresto ciudadano', así que, técnicamente, podrías ser arrestado ahora mismo.

—Sí, podrías, pero como veo que estás bajando las manos —da una pequeña sonrisa casi inexistente—, puedo asumir que no vas a arrestarme o dispararme, señorita Stark.

—Lo sigo considerando —lo veo con cautela—. Entonces, Director Furry...

—Fury —corrige mientras su ojo se estrecha muy ligeramente.

—Bien —asiento y lo señalo antes de volver a confundirme—. Entonces, Director Fury, ¿qué está haciendo aquí?

—Me he enterado del comportamiento de tu padre —se recuesta contra el mostrador mientras se empieza a comer los huevos—. De hecho, todos se han enterado.

Me sonrojo de vergüenza mientras mis pies cubiertos de calcetines se mueven torpemente.

—Sí, bueno, no es nada nuevo.

Me mira atentamente.

—¿Quieres a tu padre, señorita Stark?

—¿Perdone? —mi ceño se frunce—. Director Furry.

—Fury —corrige de nuevo, sin impresionarse una vez más.

—Acordemos en discrepar —continúo, sacudiendo mi cabeza—. No quiero ser grosera, pero...

—Eres una Stark. Claro que lo eres.

Me detengo y nos miramos por un rato.

Luego me río antes de volver a ponerme seria.

—Director Fury —me abstengo de llamarlo por su nuevo apodo—, sé de su Iniciativa —no parece sorprendido—, y sé que le concierne a mi padre. Pero no veo cómo los asuntos personales de mi familia son asuntos de S.H.I.E.L.D.

Termina de comer antes de volver a colocar el tenedor en el plato y responder:

—Señorita Stark, tu padre se está muriendo.

Siento que mi corazón late dos veces más rápido y que mis propulsores arden.

—¿Qué?

—Intoxicación por paladio —explica, sabiendo que me daré cuenta.

—¿El reactor lo está matando? —froto mi frente con mis dedos temblorosos—. ¿Su sangre se ha vuelto tóxica? —no es tanto una pregunta o una declaración de incredulidad, mi voz se rompe al continuar—. ¿Por qué no me lo ha dicho?

—Los padres hacen cualquier cosa para proteger a sus hijos, aunque sea ocultar la verdad —el Director Fury coloca el plato y el tenedor en el fregadero con cuidado—. Repetiré mi pregunta: ¿quieres a tu padre, señorita Stark?

Asiento rápidamente, bajando mis manos temblorosas a mi regazo.

—P-por supuesto.

—Entonces ayúdame a salvarlo.

Un par de horas después, estacionamos frente a Randy's Donuts. Me encantaba este lugar de niña. Solíamos ir todo el tiempo y no sé por qué dejamos de hacerlo. Salgo de la parte trasera del SUV de agente secreto de Nick Fury y camino hacia el gran cartel que sostiene una enorme y redonda rosquilla. Dentro hay un hombre con un traje de Iron Man rojo y dorado.

Está descansando y llenándose la cara con su donut favorito: polvo en el exterior y gelatina en el interior. Su cabello está salvajemente movido, como si lo hubiera azotado el viento. Lleva gafas de sol y mira hacia el atardecer.

—Habría sido mejor quedarse con el yoga y un retiro, ¿eh? —grito, cubriendo mi boca con mis manos para que me escuche mejor.

Su cabeza baja para mirarme.

—Solo si eres un hippie.

Ignorando su declaración anterior, estrecho los ojos a la luz del sol.

—¡Pareces idiota!

—Yo puedo volar, ¿tú que haces?

—Actúa como un ser humano maduro —respondo sin perder el ritmo.

Él pone una risa corta y sarcástica.

Nick Fury camina detrás de mí, pone las manos en sus caderas y dice en un tono dominante:

—¡Oiga! Voy a tener que pedirle que se baje del donut.

Papá lo mira y baja las gafas de sol en una mezcla de confusión e irritación.

Lo siguiente que sé es que estamos sentados en una cabina junto a la ventana dentro de Randy's Donuts. Mastico unos donuts glaseados mientras papá sostiene su cabeza con una mano, frotando su sien derecha con sus dedos de metal. Los dos estamos el uno junto al otro, Nick Fury frente a nosotros, mirando a papá con su habitual ojo no impresionado. Sigo observando a mi padre, pero él mira al director de S.H.I.E.L.D.

Continúa frotando su sien mientras bromea exasperadamente.

—No quiero unirse a ese grupito de agentes super secretos.

Fury se ríe un poco antes de tomar un sorbo de su café.

—No, no, no. Ya me acuerdo, tú lo haces todo solo. ¿Qué tal se te da?

Ooh, esa es una buena pregunta.

Giro la cabeza para mirar a mi padre.

—Es, es, es —papá suspira antes de mirar por encima de sus gafas de sol—. No quiero empezar con mal pie. ¿Le miro al parche o al ojo? Tengo un poco de resaca.

—¿Por qué no me sorprende? —murmuro antes de respirar profundamente, tratando de no enfadarme con él otra vez.

Papá me ignora, señalando con la mano al hombre frente a nosotros.

—No sé si es usted real o si estoy sufriendo de delirio...

Fury lo interrumpe y se acerca a su cara.

—¡Yo soy muy real! Soy el tío más real que vas a conocer.

Le entrecierro un ojo.

¿Qué significa eso?

—Que suerte la mía —se burla papá antes de mirar a su alrededor—. ¿Dónde está el personal?

Cuidadosamente bajo su cuello para ver la extraña cuadrícula que sube en color negro.

—Papá, esto no tiene buena pinta.

Me encoge de hombros y responde lenta y fríamente:

—He estado peor.

Se acerca una figura repentina y sonrío en dirección a papá.

—Hemos asegurado el perímetro, pero no tenemos mucho tiempo —le informa a su jefe una pelirroja muy familiar.

Papá coloca su taza de café en la mesa y la mira sorprendido. Descanso mi mejilla sobre mis nudillos, parpadeando con diversión. Él baja la barbilla para poder mirarla por encima de sus gafa. Fury sonríe cuando la pelirroja inclina descaradamente la cabeza hacia un lado.

—Huh —dice papá con la boca abierta. Mira de reojo a quien una vez creímos que era Natalie Rushman—. Estás despedida.

La pelirroja se sienta al lado de Fury.

—Eso no depende de usted.

Fury pone una mano en el brazo de la pelirroja y otra en la espalda.

—Tony, te presento a la agente Romanoff.

Papá se frota los ojos con irritación y suspira.

—Hola.

Me río un poco.

Sigue sin mirarme cuando pregunta:

—¿Lo sabías?

—Ajá, exactamente a las 2:54 p.m., cuando el Director Furry me lo dijo —le doy una sonrisa al director, quien simplemente rueda su, bueno, ojo.

—Soy una agente de S.H.I.E.L.D. Cuando enfermó, el Director Fury me asignó a usted.

Papá deja escapar una bocanada de aire y apoya el lado de su cara contra su palma, imitando mi posición.

—Ah, te sugiero que te disculpes.

Ella no aparta la mirada.

Fury se aparta de Natasha y le dice a mi padre:

—Has estado muy ocupado. Nombrando CEO a tu chica, casi matando dos veces a tu hija y regalando todas tus cosas. Y has dejado que tu amigo se largara volando con tu armadura. Mira, si no te conociera...

—No me conoce. No se la di. Me la robó.

Me alejo en este punto. Los donuts glaseados me están llamando y debo comerlos. Solo dejo de comer cuando la voz de Fury se vuelve cada vez más fuerte y firme.

—¿Qué queremos de ti? No, uh uh uh, ¿qué quieres de tú de mí? —Natasha se aleja mientras Fury continúa—. Te has convertido en un problema, un problema del que yo me tengo que ocupar. Contrariamente a lo que crees, tú no eres el centro de mi universo.

Papá suspira.

—Sí, lo pillo.

—Tengo problemas más importantes que tú en la región suroeste —le grita Fury, haciéndole un gesto a Natasha—. Pincha.

De repente, la pelirroja pincha a mi padre en el cuello con una aguja y le inyecta algo. Papá y yo retrocedemos en respuesta.

—Oh, Dios, ¿me vais a robar un riñón para venderlo? —miro el cuello de papá y Natasha coge su barbilla cuando la marca comienza a retroceder—. ¿Puedes no hacer nada horrible durante cinco segundos? ¿Qué acaba de hacerme?

—Que acabamos de hacer por ti.

—Wow, Fury, tenías razón —le sonrío, usando su nombre correctamente es mi versión de un 'gracias' por el momento.

—¿Qué? ¿Sabes que es? —papá se estremece y se agarra el cuello dolorido.

—Es dióxido de litio —le digo suavemente, sintiendo que mi ira hacia él se desvanece lentamente.

—Te aliviará un poco. Intentamos que vuelvas al trabajo —le informa Fury secamente.

Papá respira tranquilamente.

—Genial. Denme un par de cajas y estaré como una rosa.

—No cura, solo reduce los síntomas —Natasha mantiene una expresión relativamente seria.

—No va a tener una solución fácil —Fury inspecciona el cuello de mi padre.

—Lo sé —papá levanta la cabeza para mirarlo y alza las cejas con entusiasmo—, esto se me da bien. He buscado un sustituto factible para el paladio. He probado todas las combinaciones y permutaciones de todos los elementos conocidos.

Cierro los ojos brevemente, volviendo a la realidad de la situación.

Mi padre se está muriendo.

Fury inclina un poco la cabeza mientras habla.

—Pues debes saber que no los has probado todos.

Solo miro mis pies cuando volvemos a casa. No puedo soportar ver mi hogar tan desordenado. Mis pies chocan contra trozos de techo o cristales rotos mientras camino por el vestíbulo, hacia la sala de estar, y eventualmente hacia la terraza. Papá me mira varias veces, pero siempre desvía la mirada rápidamente sin decir nada. Se va a quitar la armadura, por lo que estoy agradecida. Cuando regresa, él y Fury se sientan en unas pocas sillas de jardín mientras me acomodo en la barandilla, esperando que hablen.

Luego, cuando finalmente empiezan a hablar, Fury continúa explicando cómo mi abuelo creía que había más de lo que papá descubrió. Howard creía que había algo más grande, pero solo mi padre podía resolverlo. Observo a papá de cerca mientras Fury lo explica y descubro que su rostro permanece serio y casi enojado. Siempre supe que no le gustaba su propio padre. Solía verlo, así que estaba muy claro. Por lo general trato de no mencionarlo porque le duele, especialmente la noche que él y la abuela murieron. Desearía poder recordarlo. Desearía poder darle las respuestas que quiere.

Entonces surge la historia de un hombre llamado Vanko. Se ve que mi abuelo trabajó con él en tecnología de reactores, pero Anton Vanko era codicioso y fue enviado a Siberia con su hijo, lo que suena bastante desagradable, si me preguntáis. No estoy segura de qué hay en Siberia, pero imagino que cualquiera, especialmente un niño, no merece quedarse atrapado en un lugar así.

Fury continúa diciendo:

—El hijo de Anton Vanko, Ivan, con el que tuvísteis la desgracia de cruzaros en Mónaco. Por suerte está muerto y ya no tenemos que preocuparnos por él.

—Espera, ¿está muerto? —me enderezo con los ojos muy abiertos—. ¿Qué le pasó?

—Una bomba en la cárcel —responde Fury.

Juraba que había más en su historia que una simple bomba en su celda, pero debí equivocarme.

Mi cabeza se voltea hacia mi padre.

—¿Sabes lo que pasó?

Asiente levemente, mirando al suelo a unos metros de él.

—¿Por qué no me lo has dicho? —mis cejas se fruncen por la irritación.

—No necesitabas saberlo.

—¿Igual que no necesitaba saber que la única persona que más necesito en el mundo se está muriendo? —mis palabras tranquilas y poco sarcásticas parecen ser muy pesadas.

Papá vuelve a centrarse en Fury.

—Me ha dicho que no lo había probado todo. ¿Qué significa? ¿Qué es lo que no he probado?

—Howard dijo que tú eras el único con los medios y conocimiento suficientes para acabar lo que él empezó.

Papá no parece convencido.

—¿Él dijo eso?

—¿Eres tú ese tipo? ¿Lo eres? Porque si lo eres, entonces puedes resolver el acertijo de tu corazón —Fury se acerca mientras su voz se vuelve sincera y casi amable.

Papá se burla.

—No sé de dónde saca su información, pero él no me admiraba.

Nick se recuesta en su silla.

—¿Qué recuerdas de tu padre?

El legado.

Siento que es todo lo que he escuchado durante los últimos dos años. Merriam-Webster tiene una frase de ejemplo para la palabra 'legado' que dice: "dejó a sus hijos un legado lleno de amor y respeto." Mira el nuestro. ¿Qué le dejó el padre de mi padre además del material? Nada más la expectativa de que sea un gran hombre. Desde mi año con él, no pensé que pudiera ver algo cercano al amor o al respeto.

Pero, ¿qué legado ha estado dispuesto a dejar mi padre?

Él no quería que me avergonzara de él o de su legado. No quería que fuéramos una familia de carniceros o ladrones. Por eso hizo el traje. Quería que la Expo dejara un legado de conocimiento y descubrimiento. No dudo que mi padre me tenga respeto. Sé que está orgulloso de mí, de lo que he hecho. ¿Pero su legado será el cariño que siente por mí? No necesito una armadura. Solo quiero que proteja el traje porque creo que es su propósito.

¿Cuál será su legado?

Papá sacude la cabeza con enojo.

—Que era frío, que era calculador. ¡Nunca me dijo que me quería, ni siquiera que le caía bien!

Los hombres de la familia Stark tienen esto en común. Un pensamiento interesante me llama la atención. Pepper me dijo una vez que a papá le recordaba a su madre, la mujer de su infancia, la única persona en el mundo antes que yo que lo hizo sentir amado. Incluso en mi poco tiempo de conocerla, adoraba a Maria Stark. Las semanas que siguieron a su muerte fueron solitarias y sombrías. Desearía haberla conocido como soy ahora, más madura y coherente. Me hubiera gustado hablar con la mujer que quiso a mi padre. Obviamente, Maria dijo que lo quería y que 'te quiero' fueron mis primeras palabras para él. ¿Por qué los hombres Stark no pueden decirlo?

Mis ojos se llenan de lágrimas a pesar de que intento evitarlo.

Mi cara se sonroja cuando siento que Fury me mira.

Papá aprieta la mandíbula, ignorando todo lo demás.

—Así que me cuesta digerirlo cuando me cuenta que él dijo que todo el futuro dependía de mí y que me pasaba el testigo. No lo entiendo. Hablamos de un tío cuyo día más feliz fue cuando me mandó al internado.

—No es cierto.

—Pues, entonces, conocía a mi padre mejor que yo.

—En realidad, sí. Fue uno de los fundadores de S.H.I.E.L.D.

—¡¿Qué?! —preguntamos papá y yo al unísono.

Fury se pone de pie.

—Tengo una cita en un rato.

Hay cajas grandes por todas partes, y papá se ve abrumado y confundido.

—Espere, espere, espere. ¿Qué es esto?

—¿Estás listo, no?

—No, no estoy listo.

—Tú te haces cargo —Fury continúa presionando, como si no pudiera escuchar que mi padre sigue diciendo 'no'.

—¿Si me hago cargo? Ni siquiera sé de qué.

Sinceramente, así me siento todo el tiempo.

Fury ignora eso también, caminando hacia la puerta.

—Natasha seguirá como eventual en Stark con su tapadera intacta.

Ah, entonces el personaje de Natalie Rushman sigue vivo.

De repente veo a un hombre con cabello oscuro y una expresión firme con una pequeña sonrisa a nuestro lado cuando Fury dice:

—Recuerdas al Agente Coulson, ¿verdad?

—Sí —papá asiente en su dirección distraídamente.

—¡Hola, Agente Coulson! —sonrío cálidamente, sintiéndome un poco unida al hombre que me salvó de Edgar.

Él asiente con la cabeza, sonriendo en mi dirección.

—Señorita Stark.

Fury se vuelve hacia papá y se pone en serio con él.

—Y Tony, recuerda: no te quito el ojo de encima.

Me echo a reír, pero rápidamente apago la risa cuando Fury me frunce.

—Comunicaciones inutilizadas. Sin contacto con el mundo exterior —Fury se aleja, apenas mirando por encima del hombro—. Buena suerte.

Papá se dirige al agente Coulson.

—Por favor. Primero, necesito un buen masaje. Iré un ratito al laboratorio. Si mandara a uno de sus matones Cross Creek a por un café rapidito me vendría al pelo.

—Suena bien. Yo también, por favor —empiezo a empujar las cajas con los pies.

—No estoy aquí para eso —responde el Agente Coulson con firmeza—. El Director Fury me ha autorizado a utilizar los medios que sean para mantenerle aquí dentro, señor Stark. Si intenta salir le soltaré una descarga, y me quedaré viendo Supernanny mientras usted babea sobre la alfombra.

Mis ojos se abren.

—Whoa, Coulson. Eso ha sido divertido y completamente amenazante.

Papá asiente torpemente.

—Creo que lo he captado.

Coulson se da la vuelta para alejarse mientras sigue hablando con sarcasmo.

—Disfrute de su estancia.

Nos ponemos a trabajar, clasificando las viejas cajas que Fury dejó. Muchas tienen las pertenencias de mi abuelo y es muy fascinante verlas. Nunca sentí que conocía muy bien a Howard y esto me da una idea de quién era debajo del frío exterior que siempre nos mostraba. Buscamos cualquier cosa importante en completo silencio, excepto por el suave susurro de los diferentes papeles y objetos que chocan contra las cajas. Finalmente, él rompe el silencio con un tono que no había escuchado desde hace un año en Afganistán.

Su voz tiene un leve temblor al preguntar:

—¿Estás bien?

Un poco desconcertada, levanto la vista de la caja que estoy organizando.

—¿Huh?

No puede mirarme mientras pone algunos carretes de película en un viejo proyector de cine.

—Que si estás bien —su ceño se frunce y su rostro se contorsiona severamente—. Estabas al lado de explosión. Oí a Pepper decir que te llevaría al hospital —traga saliva y sacude la cabeza—. ¿Tienes heridas graves?

Me encojo de hombros y sacudo la cabeza.

—No. Mi espalda está magullada; tiene algunos moretones. Pero los he tenido peores.

Sus manos dejan de moverse y su barbilla cae sobre su pecho. Lo miro y veo que tiene los ojos cerrados. Mi silla chirría al girarme para poder enfrentarlo mejor. Respira pesadamente, como si estuviera tratando de sostenerse.

—¿Papá? —llamo suavemente, permitiendo que mi mano toque la suya.

De repente, se sobresalta, asiente y traga.

—Estoy bien.

Se gira bruscamente y continúa colocando el carrete. Mis ojos caen lentamente a mis pies, sintiendo que mi pecho se contrae por el dolor. Después de unos minutos, seguimos mirando en silencio los cuadernos y otras cosas, tratando de descubrir de qué demonios estaba hablando Fury. Me siento impotente. Es como si estuviera buscando una aguja en un pajar, excepto que esta aguja determina si mi padre vive o no. Mi abuelo sigue hablando en la proyección. Es como la cinta de tomas falsas, él intenta decir lo que terminó diciendo en el vídeo que se reprodujo el mes pasado en la Expo. Trato de alejar el sonido porque no me está ayudando, pero puede que sí ayude a papá escuchar la voz de su padre. Sinceramente, no estoy segura de por qué, pero creo que es así.

Miro hacia arriba cuando escucho su nombre. Howard Stark está de pie frente a la gran pantalla de edificios, mientras que mi padre está en el lado opuesto, sosteniendo un edificio de tamaño pequeño y jugando alegremente con él. La versión mini de papá es quizás una de las cosas más adorables que he visto. Le sonrío levemente, pero él tiene una expresión seria en su rostro.

—Tony —dice Howard, regañándolo—, ¿qué haces ahí detrás? ¿Qué es eso?

Papá mira la proyección. Mis cejas se fruncen mientras él continúa mirándola.

—¡Vuelve a dejarlo! ¡Vuelve a dejarlo donde estaba! ¿Y tú madre? ¿Maria? —le hace un gesto a su hijo para que se vaya—. Venga. Fuera, fuera, fuera.

Papá mira hacia otro lado y sigue hojeando el cuaderno que está leyendo. Sintiendo extrañas lágrimas en mis ojos, trago saliva y sigo buscando. Papá cierra el cuaderno y lo tira, tomando un sorbo de su bebida. El carrete continúa hasta que oigo que Howard vuelve a decir su nombre. Estoy a punto de cortar la película porque no quiero tener que escuchar a Howard regañándolo una vez más, pero me detengo cuando noto que mi abuelo ha cambiado de comportamiento. La cabeza de papá se levanta.

—Tony —Howard está mirando fijamente la pantalla, hablando voz baja y sincera—, aún eres demasiado joven para entender esto, así que te lo he grabado en una película. Te he construido esto —papá cruza los brazos sobre las rodillas—. Y algún día te darás cuenta de que representa mucho más que los inventos de la gente. Representa el trabajo de mi vida. Esta es la clave del futuro. Yo estoy limitado por la tecnología de mi época, pero algún día tú lo resolverás. Y cuando lo hagas, cambiarás el mundo —hay creencia pura y absoluta en su voz cuando dice—: La que es y siempre será mi mayor creación eres tú.

Papá mira la proyección, desconcertado y con lágrimas en los ojos. Howard sonríe un poco y asiente con confianza cuando la película termina. Me llevó de vuelta a la cueva. Estaba escondida al lado de mi padre, aterrorizada. Yinsen y papá pensaron que estaba dormida, pero escuché cada palabra. Yinsen le preguntó a papá si yo era su hija. Después él lo afirmó y agregó, suavemente, con orgullo, "es la mejor que he creado." Sonrío al recordarlo y me limpio algunas lágrimas de la cara.

—¿Por qué has vuelto?

Sorprendida, miro a mi padre antes de responder:

—Oh. Bueno. Lo iba a hacer. Mi plan era regresar mañana, pero llegó Fury y me enteré de, bueno, ya lo sabes —me aclaro la garganta—. ¿Por qué? ¿Pensaste que no lo haría?

Él mira al espacio.

—Pensé que te había perdido para siempre.

—No —me paso los dedos por el pelo oscuro y sacudo la cabeza.

No dice nada más.

—Vamos a resolver esto, papá —le digo después de un rato—. Sé que has dicho que lo has intentado todo y que estás perdiendo la esperanza, pero el increíble director tuerto de S.H.I.E.L.D. y el abuelito Howard Stark tienen fe en ti —papá finalmente me mira con una sonrisa.

Se aclara la garganta y asiente.

—Va siendo hora de tomar un descanso —me encojo de hombros—. Y seguramente el momento de pedirle perdón a Pepper.

Él levanta las cejas.

—Sería buena idea.

Se pone de pie y se va sin decir otra palabra.

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