twenty-nine - the end

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chapter xxix.
( iron man 2 )

si el mundo me atrapa
¿dónde se supone que debo estar?
¿sabré lo que hice?
es muy difícil, ¿podemos
saltar a la parte buena?
the good part ─── ajr

nueva york
2 de junio, 2011

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Papá se sienta en una silla frente a la mesa de metal en la que estoy con las piernas cruzadas. Recoge con cuidado una carpeta amarilla marcada con la insignia de S.H.I.E.L.D. y un título que dice "Iniciativa Vengadores". Una mano familiar cae sobre ella, evitando que papá la abra. Miro hacia arriba y sonrío.

¡Oh, yay!

El Director Furry.

—Creo que no quiero que mires eso. No sé si aún te concierne o no —el Director Fury mira momentáneamente a papá y luego me señala con el dedo—. Y tú —alzo las cejas—, ¿qué haces aquí, señorita Stark? Esta es una ubicación segura y confidencial de S.H.I.E.L.D.

Le envía una mirada sucia a papá, quien se encoge de hombros.

—Haces que mi presencia parezca dolorosa para ti, Director Furry —trato de mantener una cara seria—. Te haré saber que soy considerada una heroína nacional desde hace dos días.

Él no parece demasiado molesto con mi declaración porque continúa, sacando otra carpeta y sosteniéndola en nuestra dirección.

—Ahora bien, esto, por otra parte, es la evaluación que ha hecho la Agente Romanoff sobre ti. Señorita Stark, ya que estás aquí, ¿por qué no te haces algo útil y la lees?

—Si quiere saber si estoy alfabetizada, Director, no tiene por qué preocuparse. Me graduaré del MIT en seis días.

Papá sonríe divertido mientras el Fury golpea con los dedos el escritorio, esperando que haga lo que me dice.

Lanzo un suspiro dramático antes de quitarle la carpeta, abriéndola para mirar su contenido.

Me aclaro la garganta antes de comenzar.

—Rasgos de personalidad. Stark muestra un comportamiento compulsivo.

—En mi defensa, diré que fue hace siete días —papá, con los ojos muy abiertos, nos señala a mí y al director.

Fury solo mira y yo parpadeo.

Sacudiendo mi cabeza hacia mi padre, sigo diciendo:

—Propenso a la autodestrucción.

—Por favor, me estaba muriendo —papá se encoge de hombros antes de extender su mano—. ¿Y no lo somos todo?

Mientras leo más adelante, me echo a reír. Ay, tío, la Agente Romanoff es definitivamente una de mis nuevas personas favoritas. Intento mantener la risa bajo control, pero no puedo. Me río tanto que me quedo sin aliento. El director Fury sonríe un poco. Papá frunce el ceño y me quita la carpeta para que pueda ver de qué me estoy riendo.

Hace una mueca.

—¿Un narcisismo de manual?

Yo lo miro mientras Fury solo muestra inexpresividad, por lo que él suspira en concesión.

—De acuerdo.

Es mejor que lo creas.

Le arrebato la carpeta para poder seguir leyendo.

—Vale, aquí está. Evaluación de reclutamiento para Iniciativa Vengadores. Iron Man sí.

Papá arruga las cejas con arrogancia a Fury y dice:

—Tengo que pensarlo.

Ignorando la declaración de papá, Fury asiente hacia mí.

—Sigue leyendo.

—Tony Stark no... —estoy sorprendida, así que sale como una pregunta—, ¿no recomendado?

Papá agarra la carpeta, ofendido mientras prácticamente balbucea.

—Esto no tiene sentido. ¿Cómo pueden aprobarme pero no aprobarme? Tengo un nuevo corazón. Intento portarme bien con Pepper y mi hija —él lanza su pulgar en mi dirección y que yo miro a Fury, que no reacciona—. Ahora tengo una vida estable.

Sí, esa parte no es del todo cierta, pero la dejaré pasar.

Fury se pone de pie y se inclina para mirarnos.

—Lo cual nos lleva a creer en esta coyuntura, solo queremos utilizarte como asesor.

Estoy sinceramente decepcionada.

La Iniciativa Vengadores sonaba genial.

Papá se queda pensando antes de ponerse de pie y extender la mano para que Fury la estreche. Fury lo toma y papá da una palmada sobre las suyas.

Él asiente con la cabeza y le da una sonrisa sarcástica.

—Soy muy caro. Vamos, pequeñaja.

Me deslizo fuera del escritorio mientras lo sigo hacia la puerta.

De repente, papá se gira, me agarra de la mano para detenerme y dice:

—Sin embargo, renunciaré a mi tarifa habitual a cambio de un pequeño favor —lo miro confundido—. A Rhodey, a Lees y a mí nos van a homenajear en Washington y falta un presentador.

Dándose cuenta de inmediato, Fury asiente.

—Veré qué puedo hacer.

Papá y yo nos miramos lentamente con sonrisas a juego.

Lo siguiente que sé es que estoy de pie en un escenario con Rhodey a mi derecha, papá a mi izquierda y el senador Stern en el podio.

—Es para mí un honor estar hoy aquí —el senador Stern lucha por hablar— para entregar estos distinguidos galardones al teniente coronel James Rhodes, a la señorita Lisa Stark y al señor Tony Stark, que es, por supuesto —fuerza a sus espeluznantes labios a una sonrisa dolorosa—, un tesoro nacional.

Papá, Rhodey y yo compartimos una rápida mirada. Papá levanta una ceja sobre sus gafas de sol y Rhodey da un pequeño asentimiento.

Creo que es importante mencionar que Rhodey no está impresionado de que un senador haya llamado a mi padre un tesoro nacional, ya que papá lo quiso así. Oh, las ventajas de trabajar con agencias secretas. Lucho por contener mi risa tanto que mi abdomen comienza a arder. No puedo escuchar lo que el senador Stern le está diciendo a Rhodey, pero lo veo poner una medalla en su pecho y tocar su brazo cortésmente. Después de probablemente darle las gracias, Rhodey asiente secamente. El senador viene hacia mí y clava una medalla en mi abrigo.

Sus cara se arruga en otra sonrisa forzada.

—Señorita Stark, gracias por una actuación tan excepcional y destacada.

Le devuelvo la sonrisa, olvidando que no debo responder.

—Su actuación no es tan buena como la mía, desafortunadamente. Supongo que ya habrá dominado el arte de mentir para llegar hasta senador.

Sus ojos arrugados se arrugan en una sonrisa muy, muy falsa.

—Se sorprendería, señorita Stark.

¿Qué se supone que significa eso?

Mis ojos se estrechan hacia él, pero mantiene esa sonrisa persistente. Probablemente preguntándose qué estoy diciendo, Rhodey y papá me miran lentamente mientras le devuelvo otra sonrisa al senador.

Suelto una carcajada que parece exagerada.

—Gracias, señor.

Stern fuerza otra sonrisa espeluznante antes de acercarse a papá. Desafortunadamente, habla demasiado bajo como para escuchar lo que dicen. Suspiro consternada.

—Posemos para la foto —el senador Stern se mueve detrás de nosotros y nos rodea con los brazos.

Sonrío mientras papá sostiene un signo de paz sobre su cabeza para las cámaras.

Oh, sí.

Somos los mejores.

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