A los vivos y a los muertos, debemos

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Todo se convirtió en uno de esos momentos en que el caos detiene su desenfreno y se respira un inicio de calma. Podía tratarse de un principio, o simplemente ser la paz falsa del ojo de una tormenta. Pero al menos por un instante, todos voltearon a ver de donde había salido la voz.

Magnolia estaba levantándose del suelo, enterrando sus uñas en el polvo como si la misma tierra estuviera en deuda con ella. Mientras lo hacía, sus extremidades rotas comenzaron a sanar. Parecía estar en total control de la magia primordial que una vez le fue prometida, pero no fue hasta que, al pronunciar nuevas palabras, la inflexión de su voz cambió, para sentirse más joven, más aniñada, que Rashard comenzó a reír.    

Jackson todavía lo tenía presionado contra el piso, pero el hombre de negro solo necesitaba su voz.

  —¿La escuchas, demonio?   —se refirió a Gerard—. ¿Al fin lo entiendes, idiota? —De los presentes en la encrucijada, nadie dudó que el pronunciamiento era para Jackson—. Su alma está fusionada con la de Lizzie Johnstone, y ahora, va a hablar las palabras que dejé grabadas en su mente. Mi niña y mi promesa, en un solo cuerpo.

Jackson no dijo nada, pronunciarse sería descubrir si pensaba que todo estaba perdido, y no iba a darle ese gusto a Rashard.      

  —No veo nada que indique una victoria. No todavía. Lo único que veo es una posesión bastante rudimentaria, si me preguntan —Gerard, quien hasta ese momento se estuvo entreteniendo trazando líneas en la arena, decidió dar su opinión—. Pronúnciate, bruja, a favor de luz o sombras, y terminemos esto.

Brigitte cruzó una mirada con Wedo, quien por primera vez, en la memoria del oráculo de la muerte, parecía verdaderamente sorprendido. Incluso Sage comenzó a sospechar lo que estaba pasando, y echó un paso adelante.

  —No menciones su nombre. No, todavía —Brigitte murmuró al oído del ángel—. Estamos más cerca de la muerte, de la verdadera muerte, de lo que podemos concebir, y todo depende de lo que salga de labios de la bruja.

Magnolia observó a Gerard, sus ojos pasaron a ser de oscuros, a tocados de verde, al dorado que concentraba toda su magia y forzaba lágrimas rojas a rodar por sus mejillas.

Cada uno de sus pasos, aunque seguros, denotaban cautela. Se acercó a Jackson y a Rashard, sin desconectar la vista de Gerard, cuyo rostro se veía completamente relajado, a pesar de que, gruesas venas, o tal vez tentáculos estaban comenzando a asomarse en la piel de su pecho y espalda, subiendo en ramazones que eran perceptibles incluso por encima de su ropa.

La bruja se arrodilló, ignorando que Jax estaba sosteniendo a Rashard contra el suelo, como si de eso dependiera el futuro y le abrazó por la espalda. Su barbilla se apoyó en el hombro de Pelman y, en su propia voz, justo después de depositar un suave beso en la sien, le dijo:

  —Pase lo que pase, Jax, no vuelvas por mí. Un segundo regreso nada garantiza. Cuando pienses volver por mí, recuerda lo que hice en este momento. Lo peligrosa que puedo llegar a ser...

—Maggie...

Ella no esperó por palabras y se giró hacia Gerard. 

—Es curioso —dijo, ladeando su cabeza con una sonrisa tímida—. No sé si hubiese podido reconocerte si no tuviera a Lizzie dentro de mi cabeza. ¿Qué es lo que dicen todas las religiones sobre los niños? Su inocencia abre las puertas del cielo... Tienes toda la razón de llamar al mal empate de Rashard una posesión burda. Después de todo, estás vistiendo a la vasija de piel de un demonio como si fuera un saco hecho a la medida.

La entidad que hasta ese momento incluso Sage había pensado era Gerard, estalló en un destello de luz tan potente que dio forma a las sombras en la encrucijada. Brigitte, sus hermanos, los vivos y los muertos sintieron como, al momento de manifestarse, todo aquello que una vez consideraron existencia fue absorbido por la luz, consumiéndose, para luego formarlos desde el polvo sin perder ni por un instante el hilo de la consciencia. Una demostración de poder que en otras circunstancias podía considerarse vulgar, excepto que la entidad no guardaba ningún tipo de estima por consideraciones humanas. 

Era quien era, y eso le bastaba.

Bandas de plata pulida formaban círculos en cuyo centro, como corazón latente, se concentraba un líquido primordial del cual emanaba vida en su forma más pura, cual río de sangre. Infinidad de ojos adornaban las bandas, en todos los matices conocidos y en tonalidades las cuales era imposible concebir ni en sueños. 

Solo Jackson pareció encontrar la situación hilarante.

—Ahora entiendo muchas cosas, sobre todo el asunto de advertir «no temas y todo eso». Es espantoso y maravilloso a la vez. La definición ilustrada de la locura.   

La figura se movió, y cada paso se convirtió en un movimiento del engranaje del universo. Cada vida, cada evento, el bien y el mal eran poco menos que polvo a sus pies. Todos sabían su nombre, aunque de nombrarlo, probablemente todos le darían un apelativo diferente. Brigitte fue la primera en decir:

Bondye  

—lyá Mésàn,  Iansá, Santa Brígida, Brigitte del Cementerio  —la entidad la llamó por nombres que ella había olvidado—. Aquí estamos, al final del camino, cuando los nombres no importan, ante la revelación más sencilla. Todo termina, hasta la muerte. Hoy es el día en que puedes presumir ser más grande que tu hermano, si acaso minutos antes de perderte en el olvido.

Los ojos de la criatura se fijaron en el oráculo, mientras otra de las ruedas giraba para encontrar al ángel. 

—Tú también has tenido muchos nombres. Me estaba empezando a preguntar por qué no me honraste con el más reciente, Sachael.

   —La devoción no cambia, los tiempos sí, aunque sigues siendo EL.

—Entiendo.

—¿Y qué hay de ti? —La multitud de sus ojos no se molestó en posarse sobre Rashard —¿Cómo es que sueles llamarme? Relojero. La pregunta es, en todo este tiempo, ¿has logrado alterar la maquinaria? No. Tus planes siempre fueron limitados, porque eres un ser limitado. Solo aquellos menores a ti podían pensar que en realidad eras una amenaza. La puerta que pretendías abrir no es tal. Se trata de una burbuja; el pequeño apartamento que rentas en el infierno, sobre el cual de seguro el verdadero propietario ha de reclamarte. Medio milenio, Rashard, ¿que hiciste con tu tiempo, fuera de alimentar un ansia mediocre de poder y ser vencido no una, sino dos veces, por la misma criatura? De la bruja no descubrirme, no estoy seguro de haber podido esperar a ver el desenlace. Pobre arcángel patético, uno entre tantos.  

Rashard trató de abrir la boca, para encontrarla cerrada. No se trataba de un impedimento, simplemente, en el espacio de un instante, nunca existió.  

—Vuelve a las prisiones de oscuridad —dictaminó la presencia—. Si te place llamarme Dios, puedes hacerlo. Si encuentras bien pensar que soy justo, entonces debes saber que si logras escapar, ganarás tu libertad para rondar la tierra. ¿Te animas a intentarlo?

El cuerpo de Rashard comenzó a convulsionar bajo las manos de Jax, obligando al revenant a soltarlo. De una forma violenta, cada extremidad fue arrancada y lanzada en la dirección de los cuatro caminos. El despojo de su torso cayó al vacío.

Jackson corrió a donde Magnolia. Su instinto fue protegerla. Sabía que el fin de Rashard no era la culminación del momento.

—¡Están protegidos por la encrucijada! —Brigitte y Wedo apresuraron su respuesta, lo que hizo que Jax entendiera que el problema era más grande que lo aparente. 

—¿Van a caso los oráculos a explicarme cómo funcionan los matices grises en el pacto entre Luz y Sombra? Nadie habla hasta que yo lo demande. Tú, Magnolia Devereaux —la entidad requirió de la bruja—, entrega la inocencia que te permitió verme como lo que soy.

Magnolia dio un paso adelante y con el poder de la palabra que había robado a Lizzie Johnstone separó lo poco que quedaba de su alma de la de la niña, volviendo a colapsar. En un segundo, Lizzie estaba de vuelta en su cuerpo, con todas sus facultades, la fuerza de las palabras que no llegaron a ser pronunciadas ardían en su lengua. Una bruja de maleficium lista para manifestarse.

—No. ¡No, maldita sea, no de nuevo! No sé si eres neutral o simplemente el peor de los...  ¡Devuélvemela! —Jackson estaba dispuesto a llevarse a todo de por medio, la definición de cielo o infierno que pusieran frente a él, por más descabellada que fuera, con tal de no pasar un minuto más sin Magnolia.

  —Sería injusto dar una simple recompensa, Jackson Pelman. Dejemos que la criatura escoja. De esa manera, ni tú ni yo seremos partidarios de lo sucedido. 

Cualquiera que fuere la forma que la entidad tomó a los ojos de Lizzie, no fue intimidante. La pequeña se sentó a su lado y permitió que tomara su mano entre las suyas. 

  —Siento las palabras ardiendo en tu boca —le dijo—. Debo advertirte que será la primera y la última vez que utilizarás tus poderes, pequeña. Dime, si pudieras traer a una persona de entre los muertos a la vida, solo a una. ¿A quién escogerías?  

Lizzie miró a su alrededor, a los oráculos silentes, al ángel suplicante, al hombre a quien nunca había visto, pero reconoció al instante, solo por haber habitado la piel de Magnolia. Estaba destruido, abrazado al cadáver, concentrado en ella como si nada más en el mundo existiera. Era un dolor que ella, por mala suerte, reconocía. Sintió un fuerte estrujón en el pecho, la necesidad de poner toda su alma en una frase.

  —Escojo a mi mommy.

Glosario y nota de autora:

Bondye: Es una amalgamación de Bon Dieu (buen Dios) que se usa en las religiones afroantillanas, el catolicismo folclórico y voodoo de Nueva Orleans para referirse al máximo creador.

Otras notas:

💫 El comentario de Jax sobre "no temer" viene de las manifestaciones bíblicas de los ángeles, que casi siempre llegan con esa amigable advertencia. Recuerden que Jax era muy católico en su momento.

💫La entidad se refiere a Sage como Sachael y menciona que ese nombre le honraba, al seguir la tradición de los ángeles llevando ya sea el sufijo o prefijo EL en su nombre, para identificarse como sujetos a su creador.

💫Obviamente, la apariencia de la entidad está basada en la descripción de los ophanim  bíblicos, pero no necesariamente es una deidad identificable como el Dios Judeo-Cristiano. De ahí a que cada uno lo viera a su manera, dentro de su percepción. Es simplemente el creador de todo, quien silente, ve sobre Luz y Sombras, y asigna a cada una de sus criaturas a su lugar correspondiente.

💫 Y por último, antes de que griten LYNNNNN, usaste el tropo más trillado de la historia, en un principio advertí que era un Tall Tale (un cuento exagerado) pero muy a propósito dejé fuera que se distinguen por algún tipo de Deux Ex Machina.

Tenía solo dos opciones: una versión universal de Dios o Dean Winchester. Por un momento pensé en el segundo (visto por los ojos de Jax) pero entonces la historia se convertía en el fanfic más largo de Supernatural que haya escrito.

Anyways... vamos a ver que tan misericordiosa o desconectada de la realidad es la Corte de Luz. ¡En el próximo capítulo!

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