Capítulo 51: Ignis

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Ciudad Olivine, 8:42 P.M

Murmullos, musica alta, un gran número de ebrios y alegres marineros, humo y colillas de cigarrillos, exageradas carcajadas por doquier y un constante olor a cerveza y comida barata. Todas esas eran las constantes e inequívocas características de los muchos bares y tabernas que poblaban gran parte de la zona este de Ciudad Olivine, lugar en dónde estaban ubicados varios puertos, muelles y astilleros, posterior a la llegada de algún buque, ya sea de tipo comercial, de turismo o pesquero.

Para los muchos marineros de todas partes del mundo, el ir a un bar a tomar algo inmediatamente luego de desembarcar en Olivine era una especie de tradición o código no escrito en donde celebraban un día más de vida después de su travesía por el mar. Desde famosos capitanes de cruceros internacionales repletos de turistas, hasta los humildes marineros de pequeñas embarcaciones locales. Todos ellos por igual cumplian al pie de la letra esta estricta práctica, cosa que provocó, con el pasar del tiempo, una amplia proliferación de este tipo de establecimientos para satisfacer la elevada demanda en la zona. De manera curiosa y segun la tradicion, todo aquel que no cumpliera aquella regla, llevaría consigo mala suerte, peste y desgracia la próxima vez que se volviera a subir en una embarcación. El lema de los marineros de Olivine era: "Más vale prevenir que lamentar".

Desde dentro de uno de los más concurridos y animados bares en la zona este de la ciudad, se encontraba sentado en completo silencio, y frente a la barra principal del lugar, un sujeto a mediados de sus veintitantos. El, era de contextura ligeramente atlética, cabellera de color azul verdoso, que cubría con una curiosa boina de color negro, y quien estaba vestido de manera casual, con un sweater de color rojo con el logo de una famosa gaseosa, unas bermudas negras y unas sandalias.

-¿En dónde rayos se supone está ese idiota?- Se preguntaba el sujeto en cuestión, mientras que sentía vívidamente cómo un ardiente sentimiento de frustración empezaba a apoderarse de su cuerpo. Inmediatamente luego de esto, el de la boina le dio un tímido sorbo a su segundo trago de ron de la noche, a la vez que ahora miraba con cautela de un lado al otro en busca de alguna cara conocida dentro del mar de ebrios y exultantes marineros. -Demonios... ¿En serio el me dejara plantado? Hace más de media hora que él debería de haber llegado. Ughh, a Archer no le gustara para nada esto. ¿Qué mierda se supone le dire?-

Un turbulento océano de dudas súbitamente empezó a manifestarse en la atareada mente de Protón, justo cuando esté volvía a darle otro sorbo a su trago. Todo esto, mientras que varios marineros, quienes también estaban sentados frente a la barra junto a él, repentinamente decidieron que era hora de marcharse, ya que, segun habia escuchado, mañana por la mañana abría un pequeño torneo en la Battle Frontier para conmemorar sus primeros seis meses de apertura, y varios de ellos deseaban asistir para ver al menos un par de batallas antes de tener que volver a zarpar por la tarde.

Proton estaba ahora ante una dura y molesta encrucijada. El, sin lugar a dudas, deseaba cumplir la importante misión que le había encomendado Archer, la cual era encontrarse con un viejo colaborador del Equipo Rocket para que esté le entregará al elusivo y raro pokémon, oriundo de Sinnoh, conocido cómo Rotom. Pero, el inesperado retraso de este personaje era algo con lo que él no contaba en lo más mínimo. Su paciencia se agotaba a pasos agigantados.

Rápidamente y muy al estilo de un juego de rol, el de la boina empezó a barajar una a una las opciones que tenía a su disposición, al mismo tiempo en que esté revolvía, involuntariamente, lo que restaba de su bebida. Pero justo antes de que esté pudiera decidir el mejor curso para sus acciones, un fornido, barbudo, alto y rubio sujeto, aparentemente un par de años mayor que Protón, y quien tenía una maltratada mochila en su espalda y estaba vestido igual de casual que el del Equipo Rocket, se sentó directamente en la butaca vacía a un lado de este. Acto seguido, el sujeto pidió un trago doble de whisky, y después de que la camarera se los sirviera, esté se bebió por completo el contenido de su trago de un exagerado sorbo.

-Llegas tarde, Connor.- Murmuró Protón, un par de segundos después, cuando se aseguro de que nadie los estuviera observando, antes de exhalar el aire de sus pulmones y después negando con visible molestia. -Espero que tengas una muy buena razón para-...

-La paciencia es la virtud de los sabios, Proton. Creeme que no fue nada fácil el rastrear y capturar a uno de los pokémon más raros de todo Sinnoh en tan corto periodo de tiempo. Pero el vale su peso en oro.- Indico el rubio, al colocar una amplia sonrisa en sus labios que denotaba tranquilidad y confianza. -O en este caso en plata. ¿Tienes el pago acordado?-

-Tch, p-por supuesto que sí.- Aseveró Protón, de manera agresiva, antes de sacar cuidadosamente, de uno de los bolsillos de sus bermudas, un arrugado sobre de color amarillo, para posteriormente colocarlo frente al rubio de muy mala gana. -Aqui esta todo tu dinero. Son los cinco (5) grandes que acordaste con Archer, más una pequeña bonificación por venir desde Sinnoh tan rápido.-

De manera inmediata y sin hacer contacto visual con Proton, Connor tomó el sobre entre sus manos, luego lo abrió, con sumo cuidado, y después reviso que en efecto estaba la suma de dinero acordaba en efectivo, más la inesperada bonificación.

-Siempre es un placer hacer negocio con ustedes.- Murmuró el rubio, antes de volver a pedir de manera enérgica otro trago a la camarera que atendía la barra. -Definitivo qué no me espere algo cómo esto del Equipo Rocket. Pero al menos ustedes son mucho mejores que los arrogantes bastardos del Equipo Galactic en Sinnoh. Me costó mucho trabajo el evadirlos y capturar a Rotom al mismo tiempo...-

-Si, si. Puedo imaginarlo, ¿Pero en dónde está-...?-

-Te entregaré a Rotom más tarde.- Advirtió rápidamente Connor con simpleza. -Descuida, lo tengo conmigo. Pero por el momento hay otro tema que deseo tratar contigo.-

-¿Otro tema que tratar conmigo?-

-Así es. Digamos que es algo que estoy seguro le interesara mucho a Archer...-

-¿Y qué se supone que es?- Cuestiono Protón, en un agrio tono de voz, para entonces terminar lo que restaba de su trago. -Escupelo de una vez porque no tengo toda la noche. De ser posible me gustaría largarme esta misma noche de esta maldita ciudad.-

-La razón por la que demore tanto en llegar aquí fue porque estuve espiando, hasta hace cómo media hora atrás, a alguien importante para ustedes por dos largos días.-

-¿Huh?-

Antes de que Connor pudiese dar una respuesta, la camarera volvió velozmente a servir otro trago dentro del traslucido vaso que estaba frente al rubio, muy para el desagrado de Protón, quien apretó sus labios y tambien tenso su cuerpo de manera visible. El odiaba la intriga y el rubio pudo notarlo con tan solo un vistazo.

-Exijo una explicación.- Señaló Protón, mientras que veía nuevamente cómo el rubio volvía a terminarse su bebida en un solo golpe. -¿Cómo qué alguien importante para-...?-

-El qué se supone es el hijo de Giovanni, está aquí en Olivine, Proton.-

-¿S-Silver?- Repitió el de azulada cabellera en un incrédulo tono de voz, pero al mismo tiempo tratando de controlar sus expresiones faciales para no llamar demasiado la atención. -V-vamos, d-déjate de bromas, Connor. No estoy de animos para-...

-¿Acaso me ves riendo? Hablo muy enserio...-

-De acuerdo, de acuerdo, ¿Pero qué rayos hace Silver en este lugar?-

-No tengo la menor idea de porqué está aquí en Olivine. Pero yo lo vi con mis propios ojos luego de que desembarque. El ayer entrenó todo el dia junto a una chica en la playa, mientras que hoy por la mañana el la acompaño cuando ella reto y ganó en el Battle Hall de la Battle Frontier.-

-¿Estás realmente seguro de qué se trata de ese Silver? Porque yo entrené y trate varios meses con él. Ese chico es extremadamente solitario, precavido y calculador. El único vínculo que logró formar en el Equipo Rocket fue el que cuidadosamente forzamos con la chica que intentamos sacrificar para destruirlo psicológicamente y-...

-Estoy completamente seguro qué se trata de Silver.- Reafirmó Connor sin titubear. -Bien sabes que no soy del tipo qué se equivoca o da mala información. Eso no sería bueno para mi imagen o negocio.-

-P-pero quizás pudiese tratarse de otro pelirrojo.- Argumento Protón, reaciamente y con notables dudas. -No le encuentro sentido alguno a que él esté ayudando a una chica a entrenar o que la acompañe a la Battle Frontier. Quizás-...

-Yo he trabajado con ustedes desde mucho antes de que Giovanni los abandonara. ¿En serio vas a dudar así por así de mi palabra?- Señaló el fornido rubio, con cara de muy pocos amigos, poco antes de fruncir agresivamente el ceño. -Es cierto que yo soy un mercenario, de vez en cuando un espía y tambien un caza recompensas que se vende al mejor postor para realizar todo tipo de peligrosos y sucios trabajos. Pero yo siempre he sido fiel al Equipo Rocket y a Giovanni desde que él me salvó de ir a prisión. No tengo porque mentirles y me ofende profundamente que dudes de mi palabra.-

-Y-yo-...

-Descuida, Proton. Se que esto debe de ser difícil de creer para ti por lo escurridizo y difícil de rastrear qué es ese chiquillo. ¿O es qué acaso olvidaste que ni yo pude encontrarlo luego de que escapara de ustedes?-

-Claro que no lo he olvidado. Es solo que-...

-Tranquilizate, yo entiendo tu incredulidad.- Aseveró Connor, suspirando en el proceso, y después volviendo, de manera forzada, a su relajada forma de ser de antes. -Al principio yo también dude de si realmente se trataba de él, por lo que me tome la molestia de preparar pruebas para demostrar que Silver esta en esta ciudad. Yo los conozco bien a todos ustedes y sabía que no me creerían si no tuviese algo para demostrarlo.-

-E-espera... ¿En serio tienes pruebas?-

Connor volvió a colocar una confiada sonrisa en sus labios, luego asintió lentamente y posteriormente coloco la mochila que tenía en su espalda sobre sus piernas. El, rápidamente, terminó por guardar cuidadosamente el sobre con el dinero que le había dado Protón y luego sacó una sencilla cámara fotográfica del interior de la mochila, misma qué brevemente encendió y entregó al de la boina.

Protón, al ver una a una las fotografías en la cámara de Connor, trago saliva e involuntariamente una malévola sonrisa se le fue dibujando en sus labios al finalmente confirmar que efectivamente si se trataba de Silver. Su corazón estaba acelerado de emoción y su rostro lo demostraba.

-Ahh... Antes que lo olvide, tengo que informarte de otras dos cosas.- Murmuró Connor, al cambiar inmediatamente el semblante de su rostro a uno más serio y estoico.

-¿Otras dos cosas?-

-Pues... La primera es que dos de los mocosos de Pueblo Paleta que derrotaron a Giovanni estan aqui en Olivine. Aparentemente, ellos tomarán parte en la celebración de los seis meses de apertura de la Battle Frontier.-

-Y-ya veo.- Replicó Protón, de manera automática, al volver a tensar su cuerpo y después borrando la sonrisa que anteriormente tenía. -¿Y qué es lo otro qué me querías decir?-

-Esto no he podido confirmarlo, pero aparentemente, y según pude escuchar de Silver, la chica que ustedes utilizaron como sacrificio para intentar llevarlo a la locura, Lucía, creo que ella puede estar viva.-

-¿Q-q-qué...?-

Al día siguiente, Estadio Principal de la Battle Frontier, 10:19 A.M

Una inusual oleada de frío inundaba la algo nublada mañana en Ciudad Olivine, la ruta cuarenta (40) y la Battle Frontier, cómo un iracundo e inesperado maremoto al azotar contra un desprotegido poblado. Pero a pesar de esto, un gran número de personas, llamense turistas, marineros, entrenadores y lugareños por igual, poco a poco empezaron a llenar el gran estadio principal de la Battle Frontier en espera de que dieran inicio los actos protocolares para el torneo.

Curiosamente, y desde su construcción, el estadio en donde se llevaría acabo el pequeño torneo para celebrar los primeros seis (6) meses de apertura de la Battle Frontier, solamente ha sido utilizado en un par de ocasiones. La más recordada de estas fue cuando se realizó una batalla de exhibición entre varios de los cerebros de la Battle Frontier contra los miembros de la Elite Four de Johto y Kanto. Dicho evento, cómo era de esperarse, obviamente fue televisado por ambas regiones el mismo dia que abrió por primera vez sus puertas este lugar.

El estadio en sí, era lujoso y de muy alto nivel en cuestiones de estética, diseño y arquitectura. A simple vista y desde el primer momento en que entraban las personas a esté lugar, se podía notar lo moderno, organizado y espacioso que era. Esté contaba con un perfectamente limpio y delimitado campo de batalla, el cual tenía a su vez cuatro grandes reflectores de luz colocados en cada esquina, sobre las amplias graderías en casos de baja iluminación o para batallas nocturnas. Además, el estadio poseía también un moderno tablero electrónico para mostrar repeticiones en medio de las batallas, cómo también para enseñar al público la información de los entrenadores que estuvieran en el campo. Inclusive, a lo largo y ancho del lobby, habían varios monitores que mostraban en vivo las batallas que se estuviesen realizando para que nadie se perdiera ni un solo segundo del espectáculo.

Gold, Crystal, Kelly y Zuki, justo luego de llegar a la Battle Frontier, acompañados de Silver, Jasmine, Blue y Green, se reportaron cómo participantes del torneo en el lobby del estadio principal y posteriormente fueron escoltados, junto alrededor de veinticinco (25) otros entrenadores, para qué se colocaran en medio del campo de batalla para iniciar con los actos protocolares. Luego de esto, Jasmine y Silver se encaminaron a las ahora pobladas gradas repletas de emocionados espectadores para tomar asiento. A su vez, Green y Blue se terminaron separando del grupo para reunirse con varios de los organizadores del evento, puesto que ambos iban a tener una breve participación en el acto de inicio del torneo.

El joven entrenador de New Bark, inmediatamente al salir y colocarse en medio del campo de batalla junto a sus compañeras, los demás participantes y varios otros miembros de la comitiva de organizadores del torneo, observó reaciamente y con algo de nerviosismo todo a su alrededor y pudo notar lo abarrotado que estaba todo el estadio. Era cómo si toda la ciudad estuviera presente en aquel lugar en espera de que empezaran las batallas.

-D-demonios... No pensé que esto se llenaría tanto.- Comentó Gold, para sí mismo, antes de ajustarse un poco su preciada gorra de la suerte y tragar saliva con fuerza. -¿Cómo rayos esto está así de lleno si apenas si le hicieron promoción? Ughh... Si hubiese sabido de esto, creo que no hubiera aceptado participar. Aquí hay al menos tres mil o cuatro mil personas...-

Gold no pudo evitar soltar un ahogado suspiro lleno de nerviosismo y preocupación al notar que en varias partes del estadio habían cámaras de televisión para aparentemente transmitir o grabar las batallas. De un momento a otro, el de New Bark empezó a frotar frenéticamente sus manos para entrar en calor, al mismo tiempo en que su rostro se ponía tan pálido cómo una hoja de papel, cosa que llamó inmediatamente la atención de Crystal, Zuki y Kelly, quienes se notaba estaban mucho más relajadas y tranquilas que su compañero.

-¿Te encuentras bien?- Preguntó Crystal, con una tímida sonrisa, al ver el atípico comportamiento de Gold. -¿Acaso estás nervioso o algo asi?-

-E-en lo absoluto.- Replicó Gold de manera rápida y algo cortante. -Solo estoy algo ansioso y cansado. El entrenar por tantos días seguidos con Green fue realmente tedioso y-...

-Vamos, Gold. ¿A quien quieres engañar diciendo eso?- Preguntó retóricamente Kelly, al cruzarse de brazos e interrumpir abruptamente a su compañero. -¿Porque no aceptas de una vez por todas la verdad? A ti te estresan, alteran y desconcentran las grandes multitudes. Tu siempre desde pequeño fuiste así.-

-¿En serio?- Preguntaron Crystal y Zuki, casi al unísono.

-Así es.- Aseveró la rubia, mientras que Gold colocaba una amarga expresión en su rostro. -Digamos que Gold sufre de un pequeño caso de pánico escénico.-

Ante lo dicho por la rubia, Zuki colocó una exagerada y burlesca expresión. -¿En serio tienes pánico escénico?- Cuestiono ahora Zuki, al ajustar de manera disimulada el elegante kimono de color rosado que traía puesto. -Esta si que es una interesante novedad. Yo nunca note que estuvieras nervioso o algo por el estilo cuando te toco batallar contra mis hermanas y conmigo frente al público en el anfiteatro de Ecruteak. Es más, tampoco recuerdo que cuando batallamos, hace ya varios años atrás, en ese torneo juvenil en New Bark estuvieses nervioso del todo. Era todo lo contrario. Tu en ambas ocasiones te venias tan relajado y tranquilo cómo un Remoraid en el agua.-

-Es precisamente por qué ese torneo se realizo en mi pueblo natal qué yo no estaba tan nervioso.- Informó Gold con algo de vergüenza. -Mi "tranquilidad" se debía principalmente a qué conocía a la mayoría de las personas que estaban allí, además de que estaba acompañado por mis padres y Kelly en todo momento.-

-De acuerdo, de acuerdo. ¿Pero qué me dices de nuestra batalla en Ecruteak?- Volvió a preguntar Zuki, con insistencia, para luego cruzarse de brazos. -Te escucho, primito.-

-P-pues... Uhh... Era de noche y apenas si podía notar cuánta gente había a nuestro alrededor en el anfiteatro.- Aseveró Gold, de muy mala gana, antes de volver a suspirar. -Yo puedo manejar hasta cierto punto el que varios desconocidos me vean batallar. Pero digamos que cuando la cantidad supera las tres cifras, me empiezo a desconcentrar un poco.-

-Qué fobia tan conveniente y específica.- Comentó Crystal en un condescendiente tono de voz, luego de darle un par de palmadas en la espalda a su compañero. -Me apiado de ti, Gold. En serio que si. Ni siquiera yo, que soy la más novata de entre nosotros, me puse tan nerviosa cuando batalle y gane en el Battle Hall. Aunque creo que eso se lo debo a Silver. A pesar de su actitud agresiva y tosca, el es un excelente maestro.-

-Creanme, solo necesito un poco de tiempo para tranquilizarme y veran que sere capaz de acostumbrarme a este ambiente. El entrenamiento con Green, en cierta forma, me ayudó no solo a mejorar mis habilidades cómo entrenador, sino que también en un modo más general.-

-Pues espero que te acostumbres pronto y resuelvas todo esto de una vez, Gold. Porque creo que ya van a dar inicio los actos protocolares del torneo.- Informó Kelly, al apuntar con el dedo índice de su mano derecha al pasillo por donde ellos, un par de minutos antes, habían salido. Poco después, varias personas, entre ellos Green, Blue y todos los cerebros de la Battle Frontier, empezaron a salir, uno por uno del pasillo, junto a un par de árbitros y también con un regordete sujeto de castaña y ondulada cabellera, quien resaltaba entre el resto debido a que tenía en su mano izquierda un micrófono y también debido a su extremadamente casual vestimenta, consistente en una sencilla playera celeste, llena de estampados con el logo en blanco de la Battle Frontier, unos shorts de color caqui, elegantes lentes de sol frente a sus ojos y unas zapatillas blancas sin medias.

-Damas y caballeros, niños y niñas, entrenadores y entrenadoras de Ciudad Olivine y también de todas partes de la región Johto, les doy la más cordial bienvenida a la Battle Frontier en estos primeros seis meses desde su apertura.- Exclamó enérgicamente el regordete sujeto, a través del micrófono, y al colocarse junto al resto de su comitiva, frente a los entrenadores, en medio del campo de batalla. -Mi nombre es Scott, Scott Stein y soy el creador, dueño y principal fundador, no sólo de esta Battle Frontier, sino que también de su sucursal en la región de Hoenn.-

Una enorme multitud de aplausos y fuertes silbidos empezaron a resonar por todo el estadio, posterior a las palabras de Scott. Ante esto, el corazón de Gold aumento la velocidad de sus latidos repentinamente a mil por segundo. Un poderoso sentimiento de nostalgia poco a poco fue abriéndose paso por el cuerpo del de New Bark, cuando inesperadamente su mirada, por pura casualidad, se cruzó con las de Green y Blue, quienes estaban sonrientes a un lado de Scott y los cerebros de la Battle Frontier. Gold, ahora empezó a recordar vívidamente cuando conoció a Red en un ambiente muy similar a esté, solamente que en Indigo Plateau hace poco más de dos años atrás.

-Para mi es un honor y un gran placer el que todos ustedes estén aquí para celebrar estos primeros seis meses.- Exclamó Scott, con una amplia sonrisa, y de manera aún más enérgica que antes. -Es por eso que el día de hoy hemos decidido organizar un pequeño torneo con los excelentes entrenadores aquí reunidos. Todos ellos cumplieron el prerrequisito de tener al menos tres (3) medallas de alguno de los gimnasios de Johto y Kanto, o tener una de las tan codiciadas medallas de alguno de los cerebros de este lugar para poder participar. Las reglas para este torneo son extremadamente sencillas. Todas serán batallas de eliminación directa de uno contra uno hasta que el pokémon del contrincante no pueda continuar más. Hoy se llevarán a cabo todas las batallas de la ronda preliminar, las semifinales se realizará mañana y la final del torneo se hará pasado mañana.-

Nuevamente, una fuerte serie de aplausos y silbidos se hicieron presentes por todo el estadio. Scott se notaba estaba enteramente complacido debido a la gran aceptacion del publico a sus palabras. Por su parte, todos los cerebros de la Battle Frontier, quienes eran el magnate de la Battle Tower, Palmer; el jefe de la Battle Factory, Thorton; la estrella de la Battle Arcade, Dahlia; la matrona del Battle Hall, Argenta, y por último, la señorita del Battle Castle, Caitlin, y su fiel sirviente Darach, estaban todos igual de contentos y sonrientes que su jefe gracias a los aplausos y silbidos.

-Antes de empezar este torneo de manera oficial, tengo un importante anuncio que hacer de parte de la asociación pokemon.- Vociferó Scott, de manera un poco más seria y profesional, cuando el público se calmó y dejó de aplaudir un par de segundos después. -El dia de hoy tengo el enorme placer de presentarles al flamante y nuevo líder de gimnasio de ciudad Viridian. Todos ustedes lo conocen debido a su magistral actuación en la anterior liga pokémon, su nombre es Green Oak y es originario de Pueblo Paleta en la región de Kanto.-

En ese instante, Green tomó un paso al frente, sonrió y saludó tímidamente al ahora anonadado y boquiabierto público, puesto que ninguno de ellos, salvo el grupo de Gold y otro selecto grupo de personas, sabían que él sería proclamado cómo el nuevo líder de Viridian en reemplazo de Giovanni. Posterior al cálido recibimiento por parte del público, Green agacho su cabeza y luego colocó ambas manos detrás de su cuerpo, muy al estilo de los militares cuando están en espera de órdenes de sus superiores.

-En fin... Para dar formal inicio a este torneo, y también de paso para mostrar las excelentes habilidades de combate que posee Green cómo entrenador, la asociación pokémon y mi persona, nos tomamos la libertad de arreglar un pequeño combate de exhibición cómo antesala al torneo. Esta sería una corta batalla de tan solo cinco (5) minutos entre nuestro nuevo líder de gimnasio contra una de las más prominentes y poderosas entrenadoras de las regiones de Johto y Kanto. Ella fue una de las semifinalistas en la anterior edición de la liga pokémon y su nombre es Bl-...

De manera sorpresiva y antes de que Scott pudiera terminar de anunciar al contrincante de Green, Blue se acercó inesperadamente a él y le arrebató el micrófono de entre sus robustas manos en un solo y hábil movimiento.

-El contrincante con el que batallara Green, cómo parte de la antesala al torneo, es Gold Ethan Tsubasa de Pueblo New Bark.- Exclamó la de castaña cabellera, cuando acercó el micrófono a su angelical rostro. -¡Démosle un fuerte aplauso, por favor!-

Scott, Green, todos los cerebros y el resto de los otros participantes del torneo miraron, todos a la vez con una mezcla de extrañeza y sorpresa, a Blue, puesto que era más que evidente que deliberadamente ella había roto el protocolo. Inmediatamente después, una lluvia de inesperados aplausos empezó a inundar el estadio, a la vez que Zuki, Crystal y Kelly observaban a Blue con desconcierto. Mientras tanto, Gold, segundos después del inesperado y fortuito anuncio, se terminó por poner aún más pálido que antes. Era obvio a simple vista que Gold no se esperaba algo cómo esto, al igual que el resto de las personas que acompañaban a Scott.

-¿Pero qué rayos es lo que te traes entre manos ahora?- Pregunta Green, con cara de muy poco amigos, antes de cruzar su mirada con Gold y notar que el tampoco sabia qué era lo que estaba pasando. -¡Se suponía que tu y yo íbamos a batallar!-

-¿P-porque hiciste eso, Blue?- Cuestiono ahora Scott, al cruzarse de brazos, y observar con nerviosismo a la de Pueblo Paleta. -¿Y quién es ese tal Gold Ethan Tsubasa?-

-Digamos que el es un prometedor entrenador que Green y yo conocimos en la anterior edición de la liga pokémon, y que por cosas del destino, volvimos a encontrar en esta ciudad hace un par de días atrás. El es el que esta por alla con la desgastada gorra sobre su cabeza.- Informó alegremente Blue, al apuntar con su dedo índice al del New Bark, e ignorando inescrupulosamente la pregunta de Green. -¿No crees que seria mucho mejor para todos qué Green batalle contra uno de los participantes del torneo, en vez de conmigo?-

-Pues... Supongo que esa no sería una mala idea.- Reconoció tímidamente Scott, rascándose nerviosamente su barbilla. -Pero no lo se. Esto es demasiado repentino y-...

-¿El chico es fuerte?- Pregunto ahora Palmer con visible curiosidad. -Porque si lo es, entonces creo que no debería de haber problemas con que ese muchachito reemplace a Blue para el combate.-

-Tch, así es.- Aceptó Green, nuevamente de mala gana. -Ese idiota es realmente fuerte y tiene mucho talento. Yo mismo me tome la enorme molestia de ayudarlo a entrenar para este torneo...-

-¿Y porque te tomaste la molestia de hacerlo?- Preguntó la atractiva, elegante y joven rubia castaña encargada del Battle Castle, quien respondía al nombre de Caitlin. -Tu no eres el tipo de persona que toma pupilos, Green. O al menos no hasta dónde te conozco...-

-Es porque Gold es el hijo de su ídolo de toda la vida.- Aseveró Blue, con una pretenciosa y burlona sonrisa. -El es el hijo del campeón sin corona, Enishi Tsubasa.-

Todos los cerebros de la Battle Frontier, incluido Scott, quedaron asombrados ante la sorpresiva revelación que había soltado Blue. Green, por su parte, se cruzó de brazos y emitió un sonoro suspiro lleno de molestia y resignación.

-¿El hijo del campeón sin corona de Johto y Kanto?- Repitió Scott, al inmediatamente quitarse sus gafas de sol y mirar brevemente de arriba a abajo a Gold, quien aún tenía una nerviosa y confusa expresión en su rostro. -¿En serio ese chico es el hijo de Enishi?-

-Hablo muy en serio.- Replicó Blue, para después devolver el micrófono a Scott. -¿Qué dices entonces?-

-Hmmm... De acuerdo. Aceptaré que el sea tu reemplazo, siempre y cuando Green esté de acuerdo.- Advirtió Scott en un reaccio tono de voz. -De lo contrario, se seguirá con lo planeado.-

-¿Batallar contra Gold aquí y ahora?- Se preguntó Green a sí mismo. -Supongo que podría ser algo divertido para el público, pero no creo que-...

¡GOOOOLD, VEN AQUÍ!- Ordenó Blue, alzando repentinamente su voz, poco antes de elevar su mano izquierda y empezar a moverla repetidas veces de un lado al otro. ¡NO TENEMOS TODO EL DIA!-

Antes de dirigirse a dónde estaban Blue y los demás, el de New Bark mira una última vez a sus compañeras en busca de respuestas o tan siquiera la más mínima explicación para todo lo que estaba aconteciendo. Sin embargo, Zuki, Crystal y Kelly estaban igual de confundidas y anonadadas que él. Gold, sin perder más tiempo, exhalo un poco de aire, después coloco una tímida sonrisa y posteriormente empezó lentamente a caminar en dirección a Blue y Green, a la vez qué más de un millar de curiosos ojos se posaban sobre él en espera de qué iba a ocurrir.

-Espero de todo corazón que nos disculpes por todo este inesperado alboroto, joven Tsubasa.- Manifestó Scott, justo cuando Gold se colocó enfrente de el, Blue, Green y el resto de su comitiva. -En nombre de toda la Battle Frontier y la asociación pokémon, te ofrecemos disculpas por esté tan repentino suceso. Pero necesito tu respuesta ahora. ¿Aceptas la batalla que propuso Blue?-

Gold titubeo ante la pregunta de Scott y todos pudieron notarlo. Ante esto, el de New Bark apretó sus labios y después dirigió su mirada hacia los dos entrenadores de Pueblo Paleta en busca de respuestas.

-Quiero que sepas que yo no tuve nada que ver con esto qué hizo Blue.- Aseveró Green, de manera preventiva, en un tosco y rebelde tono de voz. -Sinceramente no se porque ella hizo esto de esta manera, pero-...

-¡Por favor, no seas tan hipocrita, Green!- Exclamó la de castaña cabellera, al fruncir el ceño, cruzarse de brazos y después dirigir una desafiante mirada en dirección a su novio. -Yo mejor que nadie te conozco, y se notaba a leguas que ansiabas batallar contra Gold ahora que terminaron de entrenar juntos. Yo solo brinde un pequeño empujon para cumplir tu objetivo. Esta era la oportunidad perfecta para ustedes.-

-E-Es cierto que deseaba pelear contra él. Pero siento que aún es muy tem-...

-¡A-aceptó batallar contra Green!- Exclamó inesperadamente Gold. -Jamás en mi vida he huido de un reto cuando se presente frente a mi, y no empezaré en este momento.-

-Hehehe, así se habla Gold.- Comentó animadamente Blue. -¡Eso es exactamente lo que deseaba escuchar de ti!-

-¡Perfecto! Entonces, ahora qué todo está preparado y listo, lo mejor es no posponer más este encuentro y darle al público una buena pelea de exhibición.- Señaló Scott, instantes antes de ordenar por el micrófono que todos los participantes del torneo regresaran al lobby principal del estadio para que Gold y Green pudieran iniciar con su batalla.

-¿Estás completamente seguro de esto, niño?- Preguntó Green, rápidamente enfocando su mirada sobre Gold, e inconscientemente haciendo sonar su pregunta más importante de lo que deseaba. -¿Realmente sabes en lo que te estás metiendo, verdad? Porque creeme que, aunque esta sea una batalla de exhibicion, pretendo pelear muy en serio para demostrarle a todos lo fuerte que soy. Quiero darles a entender a la primera que no soy el mismo ingenuo entrenador que fue derrotado por Red en la liga pokémon. Yo quiero enseñarles qué puedo llegar a ser el entrenador más fuerte del mundo.-

-No esperaría menos de ti, Green.- Indicó Gold de manera mucho más tranquila, antes de darle la espalda al de Pueblo Paleta, para luego observar como el resto de los participantes, incluidas Kelly, Crystal y Zuki, salían del campo de batalla y regresaban al lobby. -Debo confesar que hace un par de minutos atrás estaba sumamente nervioso debido a la gran cantidad de personas que están aquí para ver este torneo. Pero ahora, ya no me siento tan nervioso cómo antes. Todos esos sentimientos fueron reemplazados y empujados por pura emoción y anticipación al tener esta inigualable oportunidad. Digamos que no todos los días se tiene la oportunidad de pelear cara a cara contra el flamante nuevo líder de gimnasio de Viridian frente a miles de personas. Para mi, esto es cómo si estuviese en el lugar de Red en la final de la anterior liga pokémon.-

-¿En serio te vas a poner sentimental conmigo ahora de entre todos los momentos que podias escojer?- Preguntó retóricamente Green, justo cuando Scott, Blue, todos los participantes del torneo y el resto de la comitiva terminaban de salir del campo. -Vamos, Gold... Esté no es el momento ni el lugar para este tipo de cosas. ¿O es qué acaso estás obviando que estamos en un campo de batalla frente a miles de espectadores?-

-Ya lo sé, Green, ya lo sé. Solo deseaba sacar esto de mi pecho antes de empezar. A veces me sorprende lo insensible y poco importa que puedes llegar a ser...-

-Hmph... Bueno, ya que estamos en esas, entonces yo también te confesaré algo antes de empezar con el show.-

-¿Huh?-

-Desde un principio tenía planeado pelear una última vez contra ti cuando se terminara todo este torneo. Yo quería que esa batalla fuese la prueba final de tu entrenamiento, pero supongo que gracias a Blue tendré que adelantar esa pequeña sorpresa. En fin... Te recomiendo desde un principio vengas con todo y no te contengas, ya que, durante nuestro entrenamiento, mis pokémon apenas si utilizaron el-...

-Lo sé, Green. Yo note que todos tus pokémon apenas si utilizaron alrededor del cincuenta o sesenta por ciento de sus capacidades.- Aseveró Gold, en un serio tono de voz y con notable desgano. -Creeme que lo note y me sentí realmente miserable al respecto. Era cómo si estuvieras jugando conmigo. Pero decidí no decir nada al respecto por qué confiaba en que en algún momento lo dirías o pelearias en serio. Eso fue realmente frustrante y molesto.-

-Es-espera un momento... ¿E-en serio lo notaste?-

-¿Porque crees que decidí aceptar esta batalla, genio?- Pregunto Gold retóricamente, y ahora mirando directamente a los ojos de su tutor. -Osea... Tu ni siquiera te dignaste a utilizar a tu Charizard contra mi en las prácticas. Si acaso lo utilizaste en un par de ocasiones cuando intentamos y fracasamos en enseñarle a Typhlosion cómo utilizar el ataque más poderoso de los pokémon tipo fuego, Blast Burn (Anillo Ígneo).-

-D-de acuerdo, de acuerdo. Punto a tu favor... Y-yo no soy muy bueno con esto de ser un tutor...-

-Sabes... Al principio me sorprendió mucho que Blue anunciará mi nombre cómo tu contrincante para esta pelea de exhibición. Yo no sabía qué rayos era lo que estaba pasando o por qué ella había roto el protocolo de ese modo, pero igual acepté la propuesta porque deseaba muy en el fondo tener una batalla real contra ti. A pesar de que eres un idiota engreído, egocéntrico y cabeza dura, acepto que me enseñaste un gran número de cosas y siento que realmente mejore cómo entrenador en este corto periodo de tiempo, solo que me hubiese gustado que tomarás más en serio las cosas conmigo. Pero no te culpo por no hacerlo. Yo sé y acepto que aún tengo mucho que aprender cómo para estar a tu nivel o al de Red y Blue.-

-A este punto no se si sentirme extremadamente ofendido o halagado por tu comentario, pero creo que eso ya da igual. Ahora dejémonos de perder el tiempo y comencemos de una buena vez.- Vociferó Green, de muy mala gana, y con cara de pocos amigos, instantes antes de empezar a caminar a un extremo del campo de batalla y colocarse en posición para empezar.- Creeme que aunque seas mi...Uhhh... P-pupilo, no tendre ningun tipo de contemplación una vez empiece la batalla. Toma esto cómo una última advertencia.-

-Hmph... Me parece bien.- Manifestó Gold, al sonreír con complicidad, para posteriormente exhalar todo el aire de sus pulmones, mirar tímidamente todo el emocionado público en las graderías y finalmente encaminarse al extremo opuesto del campo para encarar a su tutor. -Te demonstrate el fruto de mi entrenamiento, Green. Eso tenlo por seguro.-

Poco después de que Gold se colocara en posición al otro extremo del campo, ambos entrenadores intercambiaron miradas por varios largos segundos, acto que no hizo más que incrementar desmedidamente las expectativas del público para con el inminente combate que iban a presenciar. Llegado este punto, era obvio que existía una especie de complicada relación o rivalidad entre ambos entrenadores y sus rostros demostraban claramente que ninguno deseaba encontrar la derrota a manos del otro.

-¿Estás listo, Gold?- Preguntó el de Pueblo Paleta, al mismo tiempo que peinaba de manera exagerada su cabello y rompía finalmente el silencio que imperaba entre ellos.

Gold respondió a la pregunta de Green colocando una decida sonrisa y ajustando su tan amada gorra de la suerte. El de New Bark, posteriormente lanzó una pokebola al campo con todas sus fuerzas, y cuando esta se abrió, reveló a su fiel Typhlosion, quien de manera casi automática, encendido ferozmente las llamas de su espalda y también soltó un sonoro rugido que hizo eco por el estadio.

-Tch... ¿Con qué Typhlosion? Hmph, interesante, realmente interesante.- Comentó Green, para sí mismo, antes de darle un beso a la pokebola que recien habia tomado y después arrojándola al campo. -¡Luchare fuego con fuego!-

Milésimas de segundo después de que la pokebola de Green tocará el campo, esta se abrió, y un amenazante y bipedo pokémon de color naranja, salvo el pecho qué era de color crema, hizo acto de presencia y provocó de manera automática que el público aplaudiera. El pokémon de Green tenía todas las típicas características de un dragón, ya que éste poseía filosas garras, fuertes alas y colmillos, más sin embargo Charizard era del tipo fuego y volador.

Gold observó y admiró en silencio al Charizard de Green e inconscientemente empezó a sonreír de oreja a oreja, al sentir vívidamente cómo su corazón estaba latiendo con abrumadora rapidez. Ahora, un volátil y repentino sentimiento de emoción empezó a recorrer cada célula del cuerpo de Gold, al estar frente a frente contra el pokémon más fuerte e icónico de uno de los entrenadores más poderosos de todo Johto y Kanto.

-¡Charizard, empecemos con Flamethrower (Lanzallamas)!- Ordenó enérgicamente Green. -¡Enseñemosle a Gold y a Typhlosion desde el principio quiénes son los que mandan aquí!-

-¡T-typhlosion, contraataca también con Flamethrower (Lanzallamas)!- Exclamó rápidamente el de New Bark. -Debes de neutralizar su ataque...-

Luego de las órdenes de sus entrenadores, ambos pokémon dispararon prácticamente a la vez sus respectivos ataques. Ambas intensas llamaradas de fuego colisionaron violentamente la una contra la otra en mitad del campo, por un par de segundos, lo que dio cómo resultado que una fuerte explosión se creará instantes después, seguidamente de una tenue cortina de humo la cual no imposibilitaba la visibilidad en el campo.

-Hpmh, nada mal, Gold. Para nada mal.-

-Odio tener que admitirlo, pero los ataques de Typhlosion incrementaron desmedidamente su potencia gracias a nuestro infernal entrenamiento contigo, Green.-

-Hehe, eso ya lo sabia. Pero de todas formas deseaba ponerlos a prueba en una batalla real. Una cosa es cómo reaccionan en un entrenamiento y otra muy diferente es aplicarlo en batalla.- Aseguró Green. -En fin, veamos cómo manejas esto ahora. Charizard, Thunder Punch (Puño Trueno).-

El pokémon fuego volador, sin perder tiempo alguno, rodeo por completo sus patas superiores en una gruesa y violenta capa eléctrica, para posteriormente arremeter contra el pokémon de Gold.

-Demonios... Typhlosion, no puedes permitir que Charizard conecte su ataque o correremos el riesgo de que te paralices.- Indicó Gold, en un serio tono de voz. -Utiliza Quick Attack (Ataque rápido) para aumentar tu velocidad de reacción y luego esquivalo.-

Typhlosion asintió, e instantes antes de que Charizard pudiera conectar sus golpes, el pokémon de Gold, muy para la sorpresa de todos los presentes, esquivo con visible facilidad todos y cada uno de los intentos de Charizard por atacar hasta el momento en que Green le ordenó a su pokémon volver a colocar distancia entre ambos. Luego de ver esto, el público terminó por emocionarse y aplaudir aún más que antes.

-Tch, Charizard sube a los cielos y luego utiliza Dragon Dance (Danza Dragón). Quiero que incrementes tu velocidad y tu poder de ataque lo más que puedas.-

Charizard, siguiendo al pie de la letras las órdenes de Green, tomó impulso con sus fuertes alas y se separó del suelo. Poco segundos después, el pokémon de fuego voló y se posicionó alrededor de cincuenta o cien metros por encima del campo de batalla, para luego rodearse de un aura de color azul resplandeciente, lo que indicaba que Charizard estaba utilizando Dragon Dance (Danza Dragón) para enfocar e incrementar su velocidad y fuerza de ataque.

-¿Qué harás ahora?- Preguntó ácidamente Green, al ver que Gold dejó alejarse impunemente a su pokémon sin siquiera intentar oponer resistencia o impedirlo. -Es cierto que el poder de tu Typhlosion es ahora mucho mayor que antes, pero de todas maneras Charizard a esa altura seria capaz de esquivar cualquier ataque que intentes. Estás en Jaque, niño.-

-En eso tienes la razón.- Reconoció Gold, nuevamente con insultante tranquilidad. -No negaré que ahora estoy a la merced de lo que desees hacer. Charizard será capaz en pocos segundos de incrementar al máximo su velocidad y poder de ataque. Es obvio que no puedo hacer algo para evitarlo.-

Ante las palabras de su pupilo, Green colocó una incrédula y agria expresión en su anteriormente estoico rostro. El de Pueblo Paleta simplemente no podía creer qué Gold aceptara de tan buenas a primeras lo que estaba pasando frente a sus ojos. Green sabía, de primera mano, lo hábil e inteligente que era Gold a la hora de formular contraestrategias, en pequeños lapsos de tiempo. Pero, muy a pesar de la mucha estima que Green le tenía, él no podía divisar una posible solución a cómo Gold y Typhlosion harían ahora qué Charizard estaba afuera de su rango de ataque. Ahora solo era cuestión de segundos para qué Charizard aumentará al límite todo su poder de ataque y su velocidad. Green ya podía saborear el dulce néctar de la victoria.

-¡Charizard, terminemos con esto!- Exclamó Green, notando que su pokémon estaba a máximo poder y ya había dejado de estar rodeado por la resplandeciente aura de color azul. -¡Outrage (Enfado)!-

Charizard asintió, rugió de manera violenta y posteriormente se abalanzó, cómo si fuera un meteorito, a toda velocidad contra el pokémon de Gold, quien estaba igual de tranquilo que su entrenador y ahora poseía una decidida mirada.

-Hehe, Typhlosion, ya sabes qué hacer, amigo.-

El pokémon de fuego, milésimas de segundo antes de que Charizard impactara contra el, aumento sorpresivamente a toda potencia las llamas de su espalda, mismas que de un momento a otro tomaron un azulado e incandescente tono. Typhlosion estaba ahora rodeado de un violento manto de fuego azul, el cual repelió sin problemas la arremetida del pokémon de Green y a su vez lo empujo hasta casi hacerlo chocar contra una de las paredes del estadio.

Gran parte del público enloqueció y aplaudió debido a lo sucedido, mientras que los demás quedaron boquiabiertos y sin palabras ya que jamas habian visto que un Typhlosion pudiese crear llamas de color azul. Por su parte, Scott, Blue y el resto de su comitiva estaban igual de anonadados qué Green, quien aún estaba intentando asimilar lo que acababa de ocurrir.

-Todo esto te lo debo a ti, Green. Tu infernal entrenamiento, no solo incrementó el nivel de todos mis pokémon, si no que tambien ayudo a mi Typhlosion a dominar esta técnica qué tanto trabajo le costaba realizar.-

-¿Q-qué rayos se supone es eso?- Preguntó el de Pueblo Paleta, en un tono de voz que demostraba desesperación y ansiedad. -¿Acaso es una megaevolución? ¿Porque demonios el fuego de Typhlosion se torno azul?-

Gold negó enérgicamente y luego rascó nerviosamente una de sus mejillas. -Esta no es una megaevolución ni nada qué se le parezca.- Informó Gold, al notar cómo un mar de murmullos empezaba a inundar y recorrer el estadio. -Esto es algo más parecido a lo que estaba haciendo tu Charizard hace un par de segundos atrás. Digamos que Typhlosion incremento de golpe su fuerza de ataque y velocidad. Por el momento no se me ocurre otro nombre, así que lo llamaré "Ignis"-

-¿Ignis?- Repitió Green, mientras que fruncía el ceño y apretaba sus puños. -¿Cuando rayos aprendió tu Typhlosion a hacer esto?-

-Lo descubrimos antes de mi batalla de gimnasio en Ciudad Ecruteak. Pero recién lo dominamos ayer por la noche luego de entrenar contigo.-

-¿Y por qué demonios nunca utilizaste esa forma cuando practicamos? Ni siquiera lo mencionaste ni nada por el estilo.-

-Es por qué nunca quisiste pelear en serio contra mi. Al menos no hasta ahora.- Recalcó Gold. -Hay cosas las cuales son mejores aprenderlas por su propia cuenta y sin ayuda. Eso lo aprendí de mi padre...-

Green inmediatamente cambió el semblante de su rostro a uno más serio, decidido y rígido. El estaba experimentado en su interior una explosiva mezcla entre molestia y emoción, la cual, terminó por incrementar el ritmo de su corazón de manera muy similar a cuando había batallado contra Red en la anterior liga pokémon.

-Esta bien. Me dejare de juegos y pelearé en serio.- Informó Green, antes de sacar del bolsillo de sus jeans una brillante cadena con una resplandeciente piedra incrustada en ella. -Creeme que jamas me imagine tener que recurrir a esto específicamente en esta batalla de entre todas. Pero por lo que veo tu lo ameritas, Gold. Lamento mucho el no haberte tomando en serio antes.-

Nuevamente, el publico estallo en aplausos y silbidos. Todos y cada uno de los presentes sabían lo que esto significaba, incluidos Scott, Blue y los demás, quienes jamás se esperaron que la batalla tomará este sorpresivo rumbo.

-¡Charizard, Mega Evoluciona!- Ordenó Green, de un enérgico grito, al mismo tiempo que alzaba la mano con la que apretaba la cadena al aire.

De manera inmediata, Charizard se rodeó de una resplandeciente luz de color arcoiris, la cual rodeó todo el estadio por un par de segundos. Cuando esta perdió intensidad, todos pudieron apreciar cómo el pokémon de Green había cambiado notablemente su aspecto. Charizard era ahora de color negro y el fuego de su cola era del mismo color azulado que el de la espalda de Typhlosion.

-¿Estás listo, Gold?-

-Por supuesto que sí. No tienes idea de lo mucho que esperé por este momento.-

Green sonrió ante la respuesta de su pupilo y posteriormente peino de manera exagerada su cabellera. El realmente estaba emocionado y esto se podía ver en su rostro.

-¡Typhlosion-...!

-¡Charizard-...!

-¡Flamethrower (Lanzallamas)!- Ordenaron al mismo tiempo, y al unísono, ambos entrenadores. 

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