Capítulo 52: Ecos Del Presente Pasado

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Un estruendoso sonido se hizo presente de la peor manera posible. El mismo retumbó por varios largos segundos, cómo un molesto y estridente eco dentro de una macabra y solitaria mazmorra. Gold, paulatinamente y de manera torpe, abrió lentamente sus pesados párpados debido al poco natural sonido que resonó agónicamente en sus tímpanos, aunado al hecho de que ahora un persistente destello de luz había logrado atravesar las no tan gruesas cortinas que intentaban ocultar una puerta corrediza de vidrio que conectaba con el balcón de la habitación. La misma estaba a un par de metros a la izquierda de la cama en donde él estaba acostado.

El joven entrenador gruño con desdén, luego bostezo sonoramente, paso un par de veces su mano derecha para acomodar su enmarañada y oscura cabellera, al mismo tiempo que colocaba una agria expresión, y posteriormente se sentaba con visible desasosiego sobre el borde de la desarreglada cama. Gold, en ese momento procedió de manera automática a verificar el pokegear que estaba en su muñeca derecha y noto que no solo no había llamada alguna de sus padres o de sus compañeros, sino que también eran casi las nueve de la mañana. Un rápido cálculo de su mente reveló qué sorprendentemente había dormido alrededor de diez horas seguidas sin ningún tipo de interrupción.

-Tenía demasiado tiempo sin descansar de esta forma. Creo que la última vez que dormí más de siete horas seguidas fue en el pueblo de los monjes, antes de mi batalla contra Jin junto a Silver.- Comentó para sí mismo el joven entrenador, antes de estirar un poco su entumecido cuerpo, y volver a bostezar, pero no sin antes recorrer rápidamente con su mirada la lujosa, fría y solitaria habitación en dónde había pasado la noche anterior.

Cómo era de esperarse, todo estaba tal cual Gold lo recordaba. El enorme televisor de cincuenta y cinco (55) pulgadas estaba apagado y empotrado en la pared frente a su cama, su gorra de la suerte, sus goggles y los controles del aire acondicionado y televisor estaban en una pequeña mesita de noche a la derecha de su cama, el curioso y útil refrigerador miniatura aún permanecía cerrado y perfectamente posicionado contra una pared en la esquina derecha del lugar, la puerta del baño contiguo a la habitación aún estaba entrecerrada, y su mochila permanecía sobre un fino mueble de madera, el cual poseía varios cajones, junto a un par de pastillas para tratar el resfriado, y a un lado de las pokebolas de Typhlosion, Umbreon, Politoed, Scizor y Pichu.

Gold expulsó un sonoro y exuberante suspiro lleno de pesadez y melancolía, luego se levantó por completo de la cama y procedió a quitarse su pokegear para colocarlo junto a las pokebolas y las pastillas. Posteriormente, Gold saco ropa limpia de su mochila de viaje y entró al baño para de esa forma cepillarse los dientes y tomar una larga ducha. Acto seguido, el de New Bark noto cómo el enorme moretón que tenía en el abdomen, gracias al inesperado ataque del Lucario de Kelly en las afueras de la Torre Quemada, había desaparecido casi en su totalidad y era ahora solo una anécdota más en su revuelta memoria.

Durante toda la duración de su ducha, Gold no quito, ni por un segundo de su rostro, la agria expresión que tenía desde que había despertado, cosa que prosiguió incluso posterior a que él saliera del baño y se vistiera con un sencillo suéter negro y unos shorts amarillos con detalles en negro y blanco. Sin lugar a dudas, un sin número de cosas rondaban dentro de la cabeza de Gold de manera incesante, cómo una enérgica parvada de Spearows en busca de alimento al atardecer.

Un par de segundos después, Gold, aún algo desanimado y cabizbajo, lentamente se acercó a la puerta corrediza de vidrio, a un lado de la cama, y corrió las cortinas para poder ver de mejor manera el panorama de afuera, acto que provocó que inmediatamente la luz solar iluminará la anteriormente oscura y fría habitación.

-Al menos mi estúpido resfriado se desvaneció por completo gracias a las pastillas que compraron Kelly, Crystal y Zuki.- Murmuró Gold, al mismo tiempo que forzaba una tímida sonrisa en su rostro, abría un poco la puerta corrediza que conectaba con el balcón y después notara el perfecto ambiente que se estaba viviendo afuera de su habitación.

Gold dio una rapida inspeccion ocular y observó que el cielo estaba despejado y sin tantas nubes a la vista. Por su parte, el sol brillaba con la intensidad perfecta para no fatigar demasiado el cuerpo, la cálida brisa marina resoplaba con la sutileza necesaria para relajar la mente, mientras que la enorme y lujosa piscina que se veía estaba un par de pisos más abajo del balcón de su habitación, al igual que sus alrededores, estaban repletos de personas en vestidos de baño, ajetreados meseros caminando de un lado al otro llevando bandejas con bebidas, y muchas más personas tomando el sol mañanero o sencillamente mirando con asombro la inmensidad del resplandeciente mar. Todo esto sucedía al mismo tiempo que las calmadas aguas del aparentemente interminable océano, por el cual actualmente navegaba el crucero más famoso de toda la región Johto, el S.S. Aqua, expresaban a simple vista inquebrantable tranquilidad y quietud.

-Me cuesta mucho trabajo creer que hace dos días atrás finalizó el torneo de exhibición por el aniversario de la Battle Frontier.- Confesó Gold en un apático tono, antes de cruzarse de brazos con nostalgia y sintiendo cómo el característico olor del agua del mar entraba por su ya no tan congestionada nariz. -Es increible todo lo que sucedió en este corto periodo de tiempo. Ayer por la mañana aborde este enorme crucero gracias a que puede llegar a las semifinales del torneo junto a Kelly, Crystal y Zuki tal cómo prometimos, y ahora mismo vamos todos de camino a las islas Sevii, para posteriormente arribar cómo destino final en el puerto de Ciudad Vermilion en la región de Kanto la semana entrante...-

Luego de sus palabras, Gold volvio a pasar de manera automática su mano derecha por su cabello. Pero, dentro de su cabeza, una serie de vívidos recuerdos empezaron a invadir sus pensamientos, cómo una inesperada llovizna en una noche de verano. En ese momento, el de New Bark involuntariamente tenso el cuerpo y apretó sus puños, ya que ahora se estaba reproduciendo en su memoria, con lujo de detalles, cómo la intensa batalla contra Green terminó en un desafortunado empate debido a que, instantes después de que Typhlosion encendiera sus llamas azules y Charizard terminará por mega evolucionar, los cinco minutos reglamentarios de la batalla de exhibición acabaron justo cuando ambos pokémon se atacaron el uno al otro con lanzallamas, cosa que no solo dejó a todos los espectadores con un amargo sabor de boca, sino que Scott, como también los cerebros de la Battle Frontier y Blue, quedaron con deseos de poder ver más.

Gold se dio media vuelta y cerró de un tirón la puerta corrediza, luego exhalo con pesadez todo el aire de sus pulmones, miró de reojo con tristeza las pokebolas que contenían a sus queridos pokémon e hizo rechinar sus dientes. Posteriormente, corrió la cortina para darle paso una vez más a que la oscuridad se tomará la habitación y finalmente se dejó caer de manera estrepitosa sobre la cama. El joven entrenador volvió a gruñir con desdén, y justo luego de esto, nuevamente el estruendoso sonidos qué lo había despertado minutos antes se hizo presente y el de New Bark lo termino de identificar cómo el característico sonido de la chimenea del crucero cuando expulsaba humo.

-Juro que la próxima vez esto no terminara así para mí.- Aseveró Gold, aún sin cambiar la agresiva expresión que tenía en su rostro. -Juro que te venceré, Green. Te demostrare que todo lo que me enseñaste no fue en vano. Juro por mi honor cómo entrenador que te superare cuando rete tu gimnasio...-

Una extraña y confusa mezcla de sentimientos recorrían ahora cada centímetro del cuerpo de Gold, cómo la corriente de un caudaloso río en medio de una inesperada tempestad. El, por varios largos minutos se dedicó exclusivamente a mirar el techo de la habitación en silencio y con cara de pocos amigos, mientra que ahora recordaba con incomodidad e impotencia todo lo sucedido en el torneo de la Battle Frontier. Desde todas sus sencillas batallas que resultaron en rápidas victorias, para así asegurar un puesto en la semifinal del dia siguiente y también su boleto para abordar el S.S. Aqua, pasando por cómo sorprendentemente Crystal se clasificó a las semifinales y se enfrentó contra Zuki, hasta su triste y humillante derrota a manos de Kelly, cuando su exceso de confianza le hizo una muy mala jugada, y, por su culpa, Typhlosion terminó siendo derrotado por el Empoleon de su compañera, cuando prácticamente tenía la victoria al alcance de sus dedos.

Gold no era ajeno a sentir decepción, angustia y desesperación debido a la amarga miel en la garganta que suponía el ser derrotado. El mejor que nadie había experimentado en carne propia lo que era perder una infinidad de veces, cuando en su infancia entrenaba arduamente con su padre para prepararse para los torneos infantiles en donde fácilmente ganaba. Pero esta vez era muy diferente a eso. Todo su esfuerzo, todo el sudor, sangre y lágrimas que derramó durante su infernal entrenamiento con Green se fueron al drenaje de la peor manera posible y sin ningún tipo de consideración. Inclusive, su antigua derrota a manos de Kelly en las Ruinas de Alph, su inconclusa batalla cuando fortuitamente conoció a Silver en las afueras de Ciudad Cherrygrove al principio de su viaje, o su más reciente derrota contra el monje Jin, no se comparaban ni remotamente a lo que estaba experimentando en este preciso momento. El de por sí odiaba perder o dejar una batalla inconclusa, pero lo ocurrido contra Kelly fue un duro golpe a su orgullo cómo entrenador. Todo esto, sumado al hecho de que ya de por sí el estaba al borde de un colapso mental gracias a las preocupantes visiones de Morty. Si una se hizo realidad, entonces era cuestión de tiempo para que las demás se cumplieran.

-Tanto entrenar con Green... Tanto esforzarme por mejorar mis estrategias junto a mis pokémon, ¿para perder de esa forma tan humillante y anticlimática?- Murmuró el de New Bark, para sí mismo, en un desolado tono de voz. -D-demonios... ¿Cómo rayos deje que se me subiera el orgullo a la cabeza? Tenía la llave de la victoria en mis manos, pero mi arrogancia y exceso de confianza me cegaron. Ughhh ¿Cómo pude ser tan imbécil e infantil? De seguro Red y mis padres deben de estar muy decepcionados de mi en estos momentos...-

Gold volvió a tensar su cuerpo cómo por acto reflejo, e inesperadamente recordó el consejo que alguna vez le dio a Kelly al principio de su viaje, cuando descubrió lo volátil que ahora ella era cuando se enojaba. El, sin desperdiciar tiempo, se acomodo en la cama y golpeó con toda su fuerza una almohada un par de veces para descargar toda la tensión y frustración que se había estado acumulado en su interior por los últimos días.

Gold, muy en el fondo, odiaba tener que aceptarlo, y no era por desacreditar el excelente trabajo hecho por Kelly y Empoleon durante el combate, ya que ellos obviamente y gracias al entrenamiento que recibieron de Blue eran mucho más fuerte que antes, pero su derrota no se debió a su falta de habilidad o a la ausencia de una correcta estrategia ante un oponente que tiene una clara ventaja de tipo. En esta ocasión, su derrota fue sellada cuando su arrogancia se le subió a la cabeza, muy al estilo de Green en la final de la liga pokemon, lo que permitió al Empoleon de su compañera recuperar sus energías y lanzar un letal ataque con las pocas fuerzas que le quedaban, cuando ya prácticamente estaba vencido en el suelo. Gold sabía muy bien qué debió de ordenarle a Typhlosion acabar la batalla, pero en vez de eso se descuido al celebrar prematuramente su victoria y pagó su arrogancia con una muy humillante derrota frente a los miles de espectadores que asistieron al estadio, más los otros miles que probablemente vieron la batalla en vivo desde sus televisores.

El de New Bark tomó una gran bocanada de aire, la cual retuvo por un par de segundos en su interior, para calmarse a sí mismo y también para controlar su ahora acelerado ritmo cardiaco. Sí algo el bien había aprendido durante su viaje, era que lo más adecuado para combatir la frustración y el estrés era desahogarse y no dejarlo embotellarse en su interior tal cómo le pasó a Kelly, luego de su derrota a manos de Silver. Poco después, y cuando su ímpetu estuvo mucho más en orden, Gold se acercó al refrigerador y saco de esté una botella con agua, para entonces encender el televisor y así ocupar su mente en algo más que no fueran los deprimentes recuerdos del torneo de la Battle Frontier.

Sin perder tiempo, Gold le dio una rápido sorbo a la botella de agua, cosa que terminó por saciar momentáneamente su sed. Pero, justo antes de que esté pudiera regresar a la cama y también pudiera elegir algún canal para ver en el televisor, el distintivo sonido de alguien tocando sus nudillos contra la puerta principal de su habitación se hizo presente.

-¿G-Gold...? ¿Estas ahi? ¿E-estas despierto?-

El de New Bark automáticamente reconoció la dulce y melosa voz de quien lo llamaba, por lo que inmediatamente soltó un ahogado suspiro de resignación, mientras que lentamente en su interior recolectaba valor, tragaba algo de saliva y se acercaba para abrir la puerta. Gold, instantes después, estaba frente a frente con una pequeña rubia de lentes, quien en ese preciso momento tenía el cabello suelto y estaba vestida de manera sencilla con una blusa de color rosa, shorts blancos y sandalias a juego con la palidez de su piel.

-B-buenos días, Kelly.- Saludo Gold, forzando no solo una amigable sonrisa, sino que también un muy convincente tono de voz que transmitía tranquilidad. -¿Q-qué tal dorm-...?-

-¿Te encuentras bien?- Preguntó la rubia de manera veloz y tajante, al mismo tiempo que recorría con sus ojos de arriba a abajo a su compañero con una preocupada expresión en su rostro, cómo si buscara algo malo con el. -Hace un rato escuche unos extraños sonidos desde mi habitación y-...

-¿Extraños sonidos?- Repitió Gold, levantando una de sus cejas al sentir vívidamente como los latidos de su corazón volvían a aumentar su velocidad. -¿C-cómo qué extraños sonidos?-

-Cómo golpes o algo por el estilo.- Informó Kelly, aún visiblemente preocupada. -¿Acaso te caíste de la cama o algo así?-

-Y-yo... Uhh... S-solo estaba haciendo algo de ejercicio.- Aseveró Gold, cuando involuntariamente su rostro tomó una rojiza tonalidad. -E-eso debió ser lo que escuchaste.-

-¿T-tu haciendo ejercicio? ¡Pero si estás resfriado!-

-E-estaba resfriado.- Rectifico el de New Bark de manera firme y enérgica. -Las pastillas que me dieron Crystal, Zuki y tu realmente me ayudaron a curarme en tiempo record.-

-¿E-en serio?- Preguntó la pequeña rubia con alegría y visiblemente encantada por la noticia. -¿En serio ya te sientes mejor?-

Gold asintió lentamente y sonrió con tranquilidad, cosa que provocó que la rubia se llevara su mano izquiera a su pecho y expulsara todo el aire de sus pulmones en clara señal de alivio. -No sabes lo preocupadas que nos tenías a Crystal, Zuki y a mí.- Murmuró Kelly con algo de molestia. -Fue deprimente tener que cenar sin ti, Gold. Todos te extrañamos...-

-L-lo lamento. Pero bien sabes que esas pastillas tienen fuertes efectos secundarios. Primero me quitaron por completo el apetito y luego me dieron muchísimo sueño. No era algo que podía controlar.-

-Pero nada de eso quita que de todas formas quisiéramos cuidar de ti. Osea, ni siquiera quisiste que alguna de nosotras se quedará contigo en tu habitación para-...

-Vamos, Kelly. Bien sabes que no deseaba contagiarlas o algo por el estilo.- Reconoció el de oscura cabellera con vergüenza. -Lo mejor era que me dejaran dormir a solas para evitar empeorar las cosas.-

-Lo sé, Gold. Es por eso que ninguna de nosotras insistió en pasar la noche contigo para cuidar de ti. Pero de todas formas yo-...

-Solo olvidalo. En serio ya me siento mucho mejor.- Aseveró Gold de forma cortante, fría y tosca. -Ya mi resfriado paso y lo mejor es olvidar todo esté triste episodio. ¿Esta bien?-

-P-pero-...

-Te tengo una propuesta...-

-¿U-una propuesta?- Repitió la rubia, instantes antes de terminar con el rostro completamente enrojecido. -¿D-d-de qué se trata?-

-Vayamos a buscar a los demás para ir a desayunar. Sinceramente, ya me esta dando un poco de hambre y te prometo que hoy les compensaré todo el tiempo perdido por culpa de mi resfriado.-

Kelly recorrió nuevamente de manera instintiva el cuerpo de Gold con sus ojos, al puro estilo de un depredador con su presa, luego cuidadosamente ajustó sus anteojos y posteriormente apretó sus labios con fuerza. Ella en ese preciso momento bajo por un par de segundos su mirada y decidió no responder, cosa que no paso desadvertida por Gold, quien rápidamente noto lo dubitativa qué estaba la rubia ante la que parecía ser una sencilla propuesta.

-¿Sucede algo?- Preguntó el de New Bark, intentando suavizar el tono de su voz. -¿Acaso sucedió algo en mi ausencia en la cena de ayer? No me digas que volviste a discutir con Crys-...

-N-no es nada de eso, Gold. Por el momento ella y yo estamos bien.-

-¿Entonces peleaste con Zuki?-

-Uhhh, n-no...-

-¿Entonces de qué se trata?- Preguntó Gold, cruzándose de brazos y con notable curiosidad. -Me estas preo-...

-¿M-me dejarías pasar a tu habitación? Me gustaría hablar contigo de esto a solas...-

Gold miró fijamente a los ojos de Kelly y noto lo determinada que ella estaba, por lo que sin perder más tiempo y muy a pesar de desear volver a estar completamente solo al menos por lo que quedaba de la mañana, el de New Bark se apartó y dejó entrar a su habitación a la rubia, quien rápidamente se sentó en una esquina de la desordenada cama, mientras que Gold cerraba la puerta de su habitación, apagaba el televisor y posteriormente se colocaba frente a ella.

-¿Y bien?- Preguntó el de oscura cabellera con firmeza e impaciencia -¿De qué era lo que-...?-

-Dime, Gold. ¿Cómo te sientes?-

-¿Qué cómo me siento?- Repitió Gold con extrañeza. -Uhh... Y-ya te lo había dicho. Mi resfriado es cosa del pasado. En este momento mi nariz no está congestionada y mi garganta ya no me due-...

-No hablo de cómo estás físicamente, Gold.- Aseveró la rubia de forma enérgica, para entonces negar lentamente con su cabeza. -Ya me quedó perfectamente claro qué estás recuperado de tu resfriado.-

-¿Entonces a qué te refieres? Por qué sinceramente-...

-¿En serio me haras decirlo?- Preguntó la rubia en un tono más asertivo y tosco. -Vamos, Gold...-

-En verdad no sé de qué me estás-...

-Tch, me refiero a cómo estas llevando todo lo sucedido en el torneo de la Battle Frontier.-

Las simples y tranquilas palabras de Kelly fueron para Gold cómo repetir el frívolo golpe de Lucario en su abdomen o el volver a abrir fortuitamente la vieja herida que se hizo en la cabeza en ciudad Goldenrod. Gold, de manera involuntaria, frunció el ceño, tensó visiblemente su cuerpo y empezó a enfocar su atención en su preciada gorra de la suerte para así evitar el tener que enfrentar la fría mirada de su compañera.

-Yo te conozco desde hace mucho tiempo, Gold. Yo mejor que nadie se lo mal perdedor que eres. Es cierto que el noventa y ocho por ciento de las veces mi temperamento deja mucho que desear, pero tu no te quedas muy atrás que digamos cuando se trata de una batalla pokemon. Tu eres de las personas que aceptan una derrota pero no la superan ni lo toman muy bien. ¿O acaso no recuerdas lo distraído y malhumorado qué estuviste por varios días luego de que te ganara en las Ruinas de Alph?-

-Uhh... P-pues-...

-Aún recuerdo lo mucho que te molestaba el perder contra tu padre en las prácticas para tus torneos infantiles. Siempre por las tardes ibas al parque a desquitar tu frustración jugando algún deporte con los demás chicos.-

-¿Y eso a qué viene al caso ahora?- Preguntó el de New Bark de manera retórica, luego de darle la espalda a la rubia para evitar que notaba lo ruborizado qué estaba debido a sus palabras. -N-no es cómo si-...

-Vamos, Gold... ¿A quien demonios intentas engañar con esa actitud tan patética y poco natural? Se nota a leguas que todo lo que sucedió en ese torneo te dejo un muy mal sabor de boca. Crystal lo noto, Zuki lo noto. Blue y Green lo notaron. ¡YO LO NOTE! ¿Porque rayos piensas que todos decidimos darte tu espacio sin oponernos?-

-Ehh...-

-Te dare una pista. No fue por tu estúpido resfriado, por qué bien sabes que, aunque te hubieses negado, ten la plena seguridad de que todas nosotras te hubiéramos forzado a abrirnos la puerta para cuidar de ti. Lo que realmente me sorprende es que no notaras nada de esto hasta ahora...-

Esta vez, las palabras de Kelly terminaron siendo cómo un gélido balde de agua fría para Gold, quien lentamente volvió a girarse y terminó por notar la antinatural, apática y seria expresión que tenía su compañera plasmada en su angelical y pálido rostro.

-¿E-en serio todos lo notaron?-

-¡POR SUPUESTO QUE SÍ!- Exclamó enérgicamente la rubia, acción que de manera inmediata le revolvió el estómago a Gold, aunado al hecho de que una condensada mezcla entre incomodidad, vergüenza y fragilidad inundó su tenso cuerpo. -Tu eres un muy mal mentiroso y también un pésimo actor cuando se trata de ocultar tus sentimientos. ¿En verdad pensaste que podrias ocultarnos cómo te sentías?-

-D-demonios... Y-yo-...

Antes de que el de New Bark pudiese terminar de articular otra palabra, Kelly inesperadamente se puso de pie, y de un brinco, le dio a Gold un cálido abrazo, el cual no solo tomó muy desprevenido a su compañero, si no que terminó por conmover su corazón hasta el punto de sacarle una pequeña lágrima, además de también acelerar su pulso y sonrojar su rostro en cuestion de milesimas de segundo.

Posteriormente, Kelly separó lentamente su cuerpo de Gold, luego le dio un efímero beso en su sonrojada mejilla derecha y finalmente volvió a acomodarse en la desarreglada cama. Inmediatamente después, Gold empezó lentamente a recuperar su compostura, luego se acomodo también en la cama, solo que frente a la rubia, ahora con un semblante mucho más tranquilo, en comparación a cuando había despertado.

-Sabes... Toda esta situación me recuerda a cuando tu y yo nos odiábamos a muerte.- Señaló Kelly, antes de ajustar sus anteojos, y ahora mirando fijamente a los dorados ojos de su amado. -¿Recuerdas cómo fue que resolvimos eso?-

-Uhhh, lo recuerdo vagamente.- Reconoció Gold con vergüenza e incomodidad. -Creo que fue uno o dos meses antes de mi primer torneo infantil.-

-Hehehe, ¿No te parece extremadamente curioso como trabaja el destino con nosotros?-

-¿Huh?-

-En el pasado tu y yo no nos soportabamos del todo, muy a pesar de que nuestros padres eran mejores amigos y compañeros de trabajo desde incluso antes de que naciéramos. Tu y yo apenas si podíamos estar cerca el uno del otro sin terminar discutiendo por la más mínima cosa. Pero para guardar las apariencias y para también no alarmar a nuestras familias, fingimos llevarnos bien ante el resto de New Bark.-

-S-sí, sí... Eso sí lo recuerdo a la perfección, pero-...

-Fue un caluroso viernes por la tarde, Gold. ¿No lo recuerdas? Luego de una de tus rutinarias prácticas de combate con tu padre para prepararte para tu primer torneo infantil, fuiste a dar un paseo por el parque al sur de New Bark para despejar tu mente y quizás jugar football o algún otro deporte. Pero en ese lugar lo que encontraste fue a varios de los otros chicos de New Bark burlándose de mí por el color de mis ojos, cerca de los columpios. Tu, a pesar de nuestras diferencias, no pudiste aguantar el verme llorar y me defendiste de ellos. Tu pudiste haberte ido o pudiste ignorar toda esa situación, pero viniste en mi auxilio...-

-M-me estás dando más crédito del que merezco.- Indicó Gold, al sentir algo de vergüenza. -Cualquiera pudo haber intervenido.-

-Eso es cierto, pero "TU" fuiste el que lo hizo de entre el resto, Gold. Muchos de los niños en New Bark me veían cómo un fenómeno por la diferencia en el color de mis ojos, y tu pudiste hacer mil y un cosas para evitar una incómoda situación cómo darte media vuelta y regresar a casa. Pero de entre todas las cosas que pudiste haber hecho, preferiste detenerlos sin titubear. Por eso, y muchas cosas más, te estoy eternamente agradecida.-

-K-Kelly... Y-yo-...

-Gracias a tu intervención y también al hecho de que prácticamente todos los demás chicos en el pueblo te respetaban, las burlas contra mi cesaron casi por completo. Y-yo, luego de eso, empecé a mirarte de otra forma. Ahora te admiraba y no solo como prospecto a entrenador, sino cómo persona. Curiosamente y sin darnos cuenta, empezamos realmente a volvernos amigos y a pasar cada vez más y más tiempo juntos. Incluso llegamos a enamorarnos el uno del otro...-

-S-sí. Recuerdo eso. ¿Pero por qué traes esas cosas del pasado ahora?- Preguntó Gold, antes de bajar estrepitosamente su mirada, y sonrojarse aún más que antes. -¿A qué quieres llegar?-

-Lo que intento decir es que siempre que yo estoy en aprietos, tú apareces para ayudarme, Gold. Todo empezó cuando me defendiste de esos chicos, y ahora volviste a hacerlo cuando me deje llevar por mis deseos de venganza luego de mi derrota contra Silver en Ecruteak. Tu, de alguna manera u otra, siempre terminas interviniendo de manera importante en mi vida...-

Por enésima vez en la soleada mañana, Gold apretó sus labios, frunció el ceño, exhaló el aire de sus pulmones y se limitó a observar con desasosiego cómo los hermosos ojos de su compañera poco a poco empezaban a generar pequeñas y brillantes lágrimas de color tornasol, las cuales de manera errática, empezaron lentamente a recorrer los pálidos pómulos de Kelly hasta desprenderse y caer sobre la cama.

-Tu siempre estuviste en las buenas y en las malas a mi lado.- Manifestó la rubia, instantes antes de limpiar sus lágrimas y luego ajustar sus anteojos. -Acepto que soy una persona muy complicada de tratar y mi actitud es algo volátil en comparación a cómo son Zuki o Crystal. Pero eso no resta que al igual que ellas dos (2) yo deseo verte feliz, porque creeme que muy en el fondo de mi alma, me retorcia por tener que dejarte solo para que pudieras resolver cómo te sentías. Pero ya no puedo más, Gold. Ahora es mi turno de ayudarte con lo que sea qué te está mortificando la mente.-

-Kelly... Realmente aprecio cómo no tienes idea esto qué intentas hacer. Pero no es necesa-...

-¡Por supuesto que es necesario, señorito!- Exclamó la pequeña rubia de manera explosiva y enérgica. -Por favor Gold, quiero saber con exactitud el motivo del por qué estas así. ¿N-no me digas qué es en serio por qué te derrote en el torneo? Por qué sí es por eso, entonces imagina cómo me debería de sentir yo que perdí la final contra la bocona de Zuki. Osea, ella ni siquiera entrenó del todo como nosotros dos o Crystal. Prácticamente ella se la pasó casi toda la semana con Jasmine yendo de compras, conociendo los sitios turísticos de Olivine y bañándose en la playa sin impunidad. Pero a pesar de todo eso, ella me derrotó sin problemas con su Sylveon y no estoy deprimida. Molesta y decepcionada, obvio que sí, pero no deprimida.-

-Ughhh... D-de acuerdo, de acuerdo, Kelly. T-tú ganas. Digamos que todo esto sí tiene que ver con lo que pasó en el torneo y mi derrota.- Confesó el de New Bark, a regañadientes, y de muy mala gana, antes de sentir cómo se le revolvía el estómago de la vergüenza. -Muy a diferencia de tu batalla con Zuki en la final, tu mejor que nadie sabes pude haber ganado nuestro encuentro. Pero estúpidamente me deje llevar por mi orgullo al pensar que ya había ganado, cuando todo lo que había planeado para el combate resultó al pie de la letra. Y-yo deseaba demostrarle al mundo qué yo sería el candidato número uno para ganar el próximo torneo de la liga pokémon el otro año, pero lo único que conseguir fue humillarme a mí mismo frente a miles y miles de personas alrededor de la región. Sí ya de por sí el no poder terminar mi duelo con Green fue molesto, entonces esta derrota terminó por demoler muchas cosas dentro de mi...-

-N-no sean tan duro contigo mismo, Gold.- Manifestó la rubia, de manera tranquila y un tanto condescendiente. -Es cierto y acepto que pudiste ganar nuestro encuentro, por qué si en vez de hablar de más le hubieses ordenado a Typhlosion acabar con mi Empoleon cuando estaba en el suelo prácticamente derrotado, el encuentro hubiese terminado contigo ganando. Pero me temo que la realidad fue otra. Odio admitirlo, pero mi victoria fue enteramente debido a tu descuido tan infantil.-

-¡Eso es lo que más me duele, Kelly!- Exclamó reaciamente el de New Bark, al volver a hacer rechinar sus dientes y apretar sus puños. -No entiendo porque yo actue de esa manera tan irracional en un momento tan clave. Yo nunca antes había actuado así en una batalla. O al menos no que yo lo recuerde...-

-S-supongo que el entrenar tan arduamente y casi sin ningún tipo de descanso con Green influyó, no solo en la manera de batallar qué tienes con tus pokémon y tus estrategias, sino que también en tu actitud y modo de actuar.-

-¿M-mi actitud y modo de actuar? E-explicate.-

-Durante mi estadía en Sinnoh, recuerdo qué Cynthia un día me comentó que cuando una persona entrena en exceso con otra, casi sin descanso, y en un corto periodo de tiempo, en raras ocasiones puede darse el caso de que uno termine adoptando momentáneamente, y sin querer, la visión de las cosas del otro al igual que su actitud, modo de actuar y pensar. Así que no es de extrañar que tu exceso de confianza y la arrogancia que demostraste, no solo en nuestra batalla, sino que a lo largo de todo el torneo se debiera en gran parte a la influencia que tuvo Green sobre ti por entrenar prácticamente la semana entera. Mi prima siempre luego de nuestros entrenamientos, nos daba a Platinum y a mí las tardes libres para que evitar que sucediera algo cómo eso. Pero tu, señorito, ahora que lo noto luego de entrenar durante todo el dia con Green, simplemente comías algo ligero, nos ignorabas y te ibas directo a la cama a dormir para luego regresar a entrenar temprano al amanecer. Ni siquiera yo hice tal cosa durante mi intenso entrenamiento con Blue. Pero supongo que el desgaste físico y mental que sufriste a lo largo de la semana pasada fue tan exagerado que eso debió de cambiar tu forma de ser por completo. Era obvio que tarde o temprano aparecieran los efectos secundarios, solo era cuestión de tiempo.-

-Y-yo... N-no lo habia pensado de esa forma.- Reconoció el de New Bark, al colocar una atónita y depresiva expresión. -Ahora qué lo dices, creo que mi padre en algún momento en el pasado me comentó sobre esto.-

-¿Ah sí?-

-A-así es. Creo que era por esa razón que el siempre luego de entrenar conmigo por las mañanas me ordenaba que fuera a jugar al parque o a patinar con los demás chicos. S-supongo que esa era su forma de hacer que me relajara para que su mentalidad y su actitud no influyeran en mi. Ahora todo tiene sentido...-

-Esto es lo que te pasa por no hacernos caso a Crystal y a mi con respecto a qué tomarás más descansos, Gold. Recuerdo que incluso Zuki y Jasmine sugirieron que te tomaras al menos un dia para descansar y recorrer la ciudad con ellas, pero te rehusaste sin siquiera dudarlo.-

-D-demonios... L-lo lamento. Sí hubiese recordado sobre esto antes, hubiese aceptado el descansar al menos un dia.-

-Creeme que me molesta mucho el tener que ser yo la que te diga esto, pero lo que sucedió en el torneo lo tienes bien merecido por no cuidar tu salud mental y física. Todos, incluido el estúpido pelirrojo, conocíamos lo mucho que deseabas ganar ese torneo para impresionar a tus padres y a Red. Pero el sacrificarse de esta forma no es la manera correcta de hacer las cosas. Si no mal recuerdo, ya una vez hiciste algo parecido cuando nos tuvimos que enfrentar a Morty y a Eusine por la medalla de Ciudad Ecruteak, pero al costo de casi no dormir ni descansar apropiadamente por entrenar casi toda la noche con Silver. Toma esto qué pasó en el torneo cómo una advertencia o un castigo divino por no hacernos caso y también por no haber pasado más tiempo con Crystal, Zuki y en especial conmigo.-

En ese momento, Gold soltó un ahogado suspiro lleno de resignación y melancolía, luego bajó ligeramente su mirada por un instante y aceptó en perfecto silencio todo lo dicho por su compañera. El muy en el fondo de su mente y corazón sabia que Kelly estaba en lo correcto, y aún más en el fondo de su ser maldecía cómo no pudo notar a tiempo lo que le estaba sucediendo. Por la mente de Gold volvió a pasar la idea de que sus padres y Red estarían irremediablemente decepcionados de él.

-¿Estarás bien?- Preguntó la pequeña rubia en un preocupado tono. -Odio tener que ser tan dura contigo, pero creo que era necesario para hacerte entrar en razón. Además, el remedio para corregir lo que te sucede es descansar apropiadamente, cosa que ya hiciste este par de días luego del torneo así que ya deberías de estar bien.-

-Descuida, supongo que es exactamente cómo dijiste y yo lo tengo bien merecido.- Murmuró el de New Bark, mientras que se forzaba a sonreir. -Yo se que puedo vivir con esa derrota y tambien se que puedo vivir con el ridículo que hice en nuestra pelea. Pero existe algo más que me tiene un poco preocupado y esa es la principal razón del porque me exijo tanto a mi mismo y también es el porqué de mi mal humor luego de perder...-

-¿Huh? ¿Hay algo más qué te preocupa?- Preguntó la rubia, luego de levantar instintivamente una de sus cejas. -¿De qué se trata?-

-¿Recuerdas qué la mañana luego de volver a encontrarnos te comente sobre las visiones que tuvo Morty sobre mi?-

-E-espera, espera... ¿En serio te preocupan esas sandeces sin sentido?- Preguntó Kelly, de manera retórica, y en un claro tono de burla. -V-vamos Gold, ya te había dicho cuando mencionaste esto qué no tienes por qué tomar en serio lo que predijo Morty. Bien deberias de saber que nuestro destino no está escrito...-

-L-lo se, lo se. Pero de todas formas no puedo evitar el pensar sobre lo que dijo.- Reconoció Gold con visible molestia e intranquilidad. -Osea, gracias a una de sus visiones es que Zuki sigue con vida, y ya una de sus predicciones se hizo realidad cuando tu decidiste venir a un lugar cercano al mar luego de-...

Pero muy para su sorpresa y nuevamente antes de que el pudiera terminar lo que deseaba expresar, Kelly, cómo sí se tratara de un rayo, se acercó rápida e intrépidamente a Gold para de esa forma juntar fortuitamente sus labios contra los de él y propinarle un certero, húmedo, apasionado y largo beso, el cual, dejó a Gold visiblemente sonrojado y exaltado.

Los segundos se le hicieron eternos al joven de oscura cabellera, mientras que sus labios forcejeaban apasionadamente con los de la rubia. Gold, en ese momento, sentía una intensa mezcla entre excitación, agonía, exasperacion, melancolía y desesperación. Pero, poco a poco, y a medida que corrían los segundos, todas las emociones negativas se fueron desvanecieron de su cuerpo para darle paso a un increíblemente letárgico sentimiento de tranquilidad y relajación. Kelly, de la manera menos convencional y ortodoxa, había logrado calmar el ímpetu de Gold con un simple y sorpresivo beso.

-¿P-p-porque... H-hiciste e-eso?- Preguntó Gold, aún estando más agitado y sonrojado qué otra cosa, segundos después de separar sus labios de los de la rubia. -N-no lo-...

-¿A-acaso no te gustó el beso?-

-¿Huh? P-por supuesto que sí me gustó el beso.- Aseveró Gold, mientras que, tanto su respiración cómo los latidos de su corazón, poco a poco regresaba a la normalidad. -P-pero es que-...

-Para ser tan inteligente y hábil para las batallas, a veces puedes llegar a ser muy ingenuo. Definitivamente qué eres denso cuando te lo propones, señorito Tsubasa.-

-¿Q-qué?-

-Te bese porque no quiero escucharte hablar más de esas cosas sin sentido, Gold. Tu mismo dijiste que Morty y Eusine mencionaron que no te tomarás esas visiones tan al pie de la letra. En otras palabras, relájate y vive tu vida un dia a la vez. ¿De qué vale qué te estreses y preocupes por cosas que podrían jamás llegar a pasar? Si sigues viviendo de este modo, entonces tarde o temprano este estilo de vida terminará por destruirte a ti mismo.-

-S-supongo que tienes algo de razón en lo que dices y acepto que debería de cuidar mejor de mi mismo. P-pero es que esas visiones-...

-Gold, lo que sucedió en Ecruteak fue todo un enorme y estúpido malentendido que se salió de proporción por mi estúpida actitud infantil. Entiendo a la perfección tu preocupación porque una de las "visiones" de Morty se hizo realidad y yo termine yendo a un lugar cercano al mar. Pero te aseguro que nada místico tuvo qué ver en mi decisión de escoger Olivine para alejarme de ustedes.- Manifestó Kelly, tajantemente y alzando su voz de sobre manera hasta el punto de estremecerse. -Mira, lo más importante en este momento es que estamos juntos de nuevo y no permitiré que nada malo vuelva a suceder. Creeme cuando te digo que esta vez nada ni nadie nos separa, Gold. Lo juro...-

De manera violenta, un turbulento maremoto de emociones explotó, cómo un volcán, dentro de Gold visiblemente incluso para la rubia, quien noto inmediatamente cómo el semblante de su amado cambiaba drásticamente. Sí el inesperado beso terminó por tranquilizar momentáneamente los sentimientos de Gold, entonces lo dicho por Kelly tuvo el efecto inverso.

-¿G-Gold, e-estas bie-...?-

-Tch... P-por favor, Kelly. Todo esto que dices es realmente hipocrita y cinico de tu parte.- Declaro Gold, imitando agresivamente el tono de la rubia, y al sentir cómo su sangre, metafóricamente hablando, empezaba a arder. -Se nota aún no notas la realidad de las cosas. ¡ABRE DE UNA VEZ LOS OJOS!-

-¿H-huh?-

-¿Cómo rayos dices jurar que nada nos separará cuando tienes planeado ir tras el Equipo Rocket en la primera oportunidad que se te presente?- Preguntó retóricamente Gold, con cara de muy pocos amigos, cuando se levantaba violentamente de la cama, se colocaba frente a la rubia y ahora la miraba directamente a los ojos con frialdad. -¿Sabes porque me esforcé tanto entrenando con Green? En principio era porque obvio deseaba tener una gran actuación en el torneo para enorgullecer a mis padres, a Red y también a Green, por tomarse la molestia de entrenarme. Pero la más importante razón era porque deseo protegerlas a ustedes de todo mal cuando sea necesario. Solo era cuestión de tiempo para que yo tuviera que luchar contra el Equipo Rocket sí tú deseabas ir tras ellos buscando venganza...-

-G-Gold-...

-¡Yo las amo a ustedes cómo no tienen la menor idea!- Vociferó el de oscura cabellera en un desesperado tono de voz. -También me siento responsable de cualquiera cosa que les pueda suceder en este viaje. ¿Cómo demonios piensas qué me siento cada vez que recuerdo qué deseas enfrentar a una de las organizaciones criminales más importantes del mundo? ¿Porque rayos crees que le prometí a Silver en algún momento ayudarlo contra el Equipo Rocket?-

-P-pero, G-Gold-...

-Creeme que aún no olvido que Crystal, tu y yo tenemos una muy seria conversación pendiente sobre ese tema.- Admitió el de New Bark, agresivamente, para entonces posar su mirada sobre su gorra de la suerte y las pokebolas que contenían a sus fieles pokemon. -Y para tu información, la noche antes de separarnos definitivamente y abordar este estúpido crucero, Silver aseguro que esta seria la ultima vez que nos veríamos. El me dejo muy en claro que no deseaba que participará más con él y que tampoco deseaba mi ayuda para destruir al Equipo Rocket en un futuro. En otras palabras, el corto toda relación conmigo porque deseaba que fuera feliz con ustedes ahora que volvimos a reunirnos. Silver, muy a pesar de su fría y tosca actitud, no deseaba que ninguno de nosotros se pusiera más en riesgo. Pero tu-...

-¿Y s-si te dijera que cambie de parecer y en verdad todo lo que dije sí lo podría cumplir?- Pregunto la pequeña rubia, inmediatamente al colocarse de pie y acercarse a Gold. -¿Qué me dirías?-

-¿Qué cambiaste de parecer?- Repitió Gold con extrañeza, mientras que lentamente sentía cómo se le iba formando un nudo en la garganta y en el estómago. -¿C-cómo qué cambiaste de parecer?-

-¿Qué harías si te dijera que por el momento no busco venganza contra ellos y ahora me enfocare ciento por ciento en recolectar las dos últimas medallas que me faltan de Johto?-

-¿E-estas hablando en serio?- Preguntó nuevamente Gold, tragando un poco de saliva. -N-no juegues con mis sentimiento. No quiero que digas cosas solo para intentar calmarme.-

-Jamás había hablado más en serio en mi vida, Gold. Y tú mejor que nadie sabes qué no sería capaz de jugar con tus sentimientos.- Testifico Kelly, al momento que una tímida sonrisa se asomaba en su labios y ahora también un par de lagrimas salían de sus ojos. -Por el momento no tengo la más mínima intención de buscar al Equipo Rocket. Es cierto que aun los odio y deseo que se haga justicia por separar a mi familia de esa manera. Pero no los buscare...-

-N-no lo entiendo. ¿A qué se debe este cambio tan repentino de parecer? T-t-tu no eres así.-

-En parte, el entrenar con Blue me hizo ver la realidad de las cosas.- Informó Kelly con timidez y tranquilidad. -Ella me habló con lujo de detalles sobre su experiencia cuando intentó vengarse del Equipo Rocket, y también cómo terminó siendo manipulada contra su voluntad por varias semanas. La otra parte qué me llevó a recapacitar y dejar mi orgullo a un lado fuiste tu.-

-¿Y-yo... ?-

-Cuando nos reencontramos en la playa de Olivine, y observe tus agotados ojos, note a simple vista que, a pesar de lo que sucedió entre nosotros, tú estabas realmente complacido porque nos volvimos a encontrar y qué no me guardabas ningún tipo de rencor. También pude ver la profunda desolación que recorría tu corazón y tu alma. ¿Cómo demonios pude lastimar a la persona que más amo en el mundo? Me pregunté a mi misma, al ver cómo ya ni siquiera podías levantarte porque aún tu cuerpo no se recuperaba del golpe de Lucario. Luego de entrenar con Blue, me di cuenta que aún no era tarde para rectificar todo y evitar cometer el mismo error que ella había cometido cuando se dejó llevar por sus deseos de venganza. Blue me hizo recapacitar y ver claramente que el orgullo no debe ser lo primero en la vida. Pero tu me hiciste ver que tenía más opciones. Tu me hiciste desear no tirar mi vida a la basura en favor de la venganza. T-tu me hiciste desear seguir a tu lado y continuar viajando con Crystal y Zuki. Tu siempre eres y seras la luz que me da esperanzas cuando todo parece estar oscuro...-

Gold miró de arriba a abajo a la rubia, por enesima vez en el dia, y un súbito mar de lágrimas empezó a inundar dorados ojos. El, en un impulsivo acto de ferviente alegría combinado con alivio, pasión y euforia, y muy a pesar de la ahora preocupada mirada que poseía la rubia al verle derramar lágrimas de esa manera, terminó por acercar rápidamente su cuerpo al de Kelly y la abrazo cómo si ella fuese a desvanecerse en cualquier momento.

El inesperado abrazo tomó obviamente por sorpresa a Kelly, quien no sabía del todo cómo reaccionar o qué decir. Pero luego de un par de segundos, Gold se separó brevemente de ella para posar su mirada sobre los ojos de diferentes colores de su compañera, y, sin siquiera dudarlo, se dejó llevar aún más por todos los sentimientos que había estado reprimiendo. Gold, con toda la pasión que podía demostrar su acelerado corazón y su más aún ardiente alma, acarició por breves instantes las húmedas mejillas llenas de lágrimas de la rubia, la tomó con firmeza de la cintura, la acercó nuevamente contra su cuerpo y luego volvió besarla cómo si no hubiese un mañana.

Sí el anterior beso le pareció eterno a ambos entrenadores, entonces esta secuela no se quedó atrás en términos de duración e intensidad. Gold sintió vivamente cómo todas y cada una de sus preocupaciones se iban desvaneciendo hasta el punto de esfumarse por completo en la calidez y seguridad de los labios de Kelly. Esta, sin lugar a duda, era la primera vez en un largo tiempo que el de New Bark sentía la perfecta catarsis que era el no tener ningún tipo de preocupación latente en su mente. Ni siquiera las visiones de Morty, el conseguir el resto de medallas de Johto y Kanto, o el ganar la liga pokémon y coronarse campeón, parecían ser gran cosa.

Posteriormente, Kelly y Gold decidieron reunirse con Crystal, Zuki, Blue y Green en el enorme comedor principal del crucero para desayunar y también para planificar las actividades del dia, solo que justo al arribar, todos notaron el semblante completamente distinto qué tenía Gold. Aprovechando la perfecta oportunidad que estaba frente a su nariz, el talentoso entrenador de New Bark se disculpó ante todos, no solo por su errático comportamiento en los últimos días, sino que también por no cuidar de sí mismo cómo debería, además de haberlos incomodado por su súbito resfriado.

El resto del día transcurrió con relativa normalidad entre el grupo luego de desayunar. Entre nadar y bañarse en la piscina, visitar el spa para relajarse con unos masajes, cantar en un karaoke y jugar a los bolos. Todos disfrutaron a plenitud de las actividades del día, pero muy en especial Gold, quien gracias a la nueva e inesperada catarsis qué experimento, terminó por aprovechar al máximo su tiempo para compensar a sus compañeras por todos los inconvenientes que causó. El cielo era el límite y el tiempo apremiaba.

Cuando finalmente cayó la tarde, Zuki tuvo la idea de dar un largo paseo, junto con los demás, por la cubierta del crucero para tomar un par de fotos y enviarlas cuando pudiera a su familia. Sin embargo, en su mente estaba presente ahora el recuerdo de su efímera amistad con Silver. La menor de las chicas kimono, y ahora campeona del torneo por el sexto mes de apertura de la Battle Frontier de Johto, sin siquiera darse cuenta, echaba increíblemente de menos hostigar al pelirrojo, tanto cómo extrañaba el caos viviente que era el convivir con sus queridas hermanas. Sin lugar a dudas su viaje no sería el mismo sin Silver a su lado para molestarlo, pero al menos tenía a Gold, Crystal y Kelly para entretenerse por el momento.

Una par de días después, Hospital General de Ciudad Goldenrod, 6:39 P.M

Dentro de una de las frías, amplias y cómodas habitaciones contiguas a la sala de espera del hospital general de Ciudad Goldenrod, un cabizbajo chico pelirrojo revisaba minuciosamente su Pokegear solo para ver una enorme cantidad de llamadas perdidas de parte de la entrometida y molesta prima de Gold. Su actitud ante la situación denotaba frialdad y molestia, pero en su rostro se le había dibujado una pequeña e involuntaria sonrisa. El, muy en el fondo, había disfrutado la breve compañía que le brindó a Gold para encontrar a Kelly, pero su orgullo no le dejaba admitirlo. Silver exhaló todo el aire de sus pulmones de manera exagerada y maldijo en silencio el extrañar el bullicio que hacían Gold, Crystal, Kelly y Zuki cuando estaban todos reunidos.

Silver en ese momento estaba cómodamente sentado a un lado de la única cama dentro de la habitación, la cual estaba ocupada desde hace muchos meses atrás por su amada ex compañera del Equipo Rocket, Lucía, quien por desgracia aún estaba en estado de coma, y alrededor de su cuerpo tenía una serie de artefactos para ayudarla a mantenerse con vida, mientras llegaba el día en que ella finalmente pudiera despertar de su letargo.

Gracias a la enorme fortuna que le había dejado su padre antes de desaparecer sin dejar rastro alguno, el pelirrojo podía pagar sin esfuerzo la estadía y los cuidados de Lucía en este hospital. Silver, siempre que regresaba a Goldenrod, se detenía para pasar un dia o dos con ella para contarle con lujo de detalles sobre todo lo acontecido en su ausencia. Esta, de manera accidental, se volvió en una práctica tan habitual para Silver, que ahora era una especie de desahogo para sus sentimientos. Curiosamente, cuando Silver regresaba para visitar a Lucía, las enfermeras sabían qué no era prudente el interrumpir a menos que fuera extremadamente necesario.

-Tch... ¿Me preguntó cómo la estarán pasando esa bola de inútiles idiotas en el crucero sin mí?- Murmuró Silver para sí mismo, cuando finalmente apartó su mirada de su Pokegear, se levantaba de su asiento y después caminaba lentamente en dirección a la única ventana de la habitación para distraer un poco sus pensamientos. -Ojala que ellos no se metan en problemas y-...

Pero, antes de que Silver pudiera terminar, súbitamente la puerta principal de la habitación, que conectaba con la sala de espera, se abrió de golpe y un sujeto a mediados de sus veintitantos, contextura ligeramente atlética, cabellera de color azul verdoso, que cubría con una curiosa boina de color negro, y quien estaba vestido con un uniforme negro del Equipo Rocket, hizo acto de presencia y observó a Silver cómo a un viejo conocido luego de un largo tiempo de no verse.

Inmediatamente y cómo por acto reflejo, Silver sacó una pokebola de su bolsillo y la apretó con la fuerza suficiente cómo para hacerla crujir entre sus dedos. En ese momento, sus pupilas estaban extremadamente dilatadas, su corazon latia a mil por segundo y un irremediable y profundo sentimiento de miedo empezó a invadir su mente.

-P-Protón...-

-¿Qué tal va todo, pequeño traidor?- Preguntó el del Equipo Rocket, de manera burlona y retórica, cuando esté cerró la puerta a su espalda y ahora miraba con asco a la inconsciente chica que estaba postrada en la cama. -Increible, simplemente increible. No puedo creer que de verdad ella esté viva.-

-¿C-cómo es qué-...?-

-No fue fácil rastrearte y acepto que jamas me espere que esa chica estuviera viva.- Aseveró el sujeto de la boina, con una diabólica sonrisa dibujada en sus labios. -Pero ahórrate las preguntas que tengas para después y ríndete. ¿O es qué acaso quieres tener una pelea dentro de este lugar? Digo, por mi no hay problemas y en lo personal amaría humillarte en una batalla aquí y ahora. Pero te informó que este lugar está repleto de varios miembros del Equipo Rocket listos para volar todo esto a mi señal de ser necesario. En otras palabras, estás atrapado cómo la inmunda basura qué eres.-

El pelirrojo tragó saliva, miró de reojo con dolor a Lucía y apretó su mandíbula. Todo esto, mientras que en su mente intentaba trazar cómo salir de esta situación sin poner la vida de su amada en riesgo. Pero, a medida que pasaban los segundos, Silver se dio cuenta de la triste y difícil realidad de las cosas. El ahora estaba a la merced del Equipo Rocket y lo más sensato era rendirse.

-¿Qué decides?- Preguntó Proton, en un prepotente tono. -¿Te rindes o-...?-

-Y-yo... Ughh... M-me rindo.- Indicó el pelirrojo, instantes antes de agónicamente volver a guardar la pokebola que tenía en su mano derecha y luego subiendo sus manos al aire en clara señal de rendición. -¿Feliz?-

Al ver esto, Proton volvió a sonreír de oreja a oreja, por lo que sin pensarselo dos (2) veces, se acercó lentamente a Silver y le propinó a esté un certero y potente golpe en su estómago, mismo que provocó de manera casi automática que el pelirrojo se arrodillara sobre el suelo y empezara a toser violentamente.

-Hehehe, bienvenido de regreso al Equipo Rocket, maldito bastardo.- 

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